Notas iniciales: ¡Hola gente! ¡He revivido! Luego de dos años de no actualizar esta historia he vuelto y esta vez a terminarla. Sé que dije que ya estaba terminada cuando la empezó a publicar pero muchas cosas me pasaron y aparte no me gustó el primer final que tenía, así que la dejó en pausa para poder avanzar en ella de poco a poco. Digamos que cada opción que tenía no me gustaba hasta que finalmente pude encontrar una buena, así que tenganme paciencia que esta historia ya le falta poco.


GUARDIÁN — CAPÍTULO 5

Hoy es día de limpieza en casa. Desde que Tanjirou llegó a vivir a esa casa, sólo una vez hizo limpieza en ella pero no en su totalidad. No quería quitar la antigua esencia de su familia en ella, uno de los pocos recuerdos que le quedaban de ella. Pero desde que su guardián Giyuu le ayudó a hacer ese pequeño altar, siente que puede hacer una limpieza a profundidad en su hogar. Quitar el polvo, tirar todo lo viejo que ya no sirve, donar la ropa vieja. Quizás se quedaría con las prendas que usaban más su familia, pero los demás lo donarían en una tienda de segunda mano. Son prendas en perfecto estado y creen que su familia estaría feliz que alguien más las usara.

Empaquetado desde muy temprano, en un día de descanso. Lo primero que hace, con la ayuda de Giyuu, es seleccionar la ropa que va a donar. Deja un lado aquellas que significan mucho para él como recuerdo. También escoge juguetes que estén en buenas condiciones para regalarlos también. Luego va al desván y tira a la basura todo lo que ya no sirve. Luego limpia la casa y saca el polvo de ella con la ayuda de una aspiradora.

Para mediodía ya habían terminado. Solo queda la antigua panadería de sus Padres. Al entrar en ella examina que todo esté en buenas condiciones. Varios electrodomésticos ya están dañados al no ser usados en mucho tiempo, hasta el horno industrial. Por lo que no le queda más opción que vender la chatarra, sin embargo, deja lo demás y termina dejándolo limpio y sin una mugre.

Cansado por el pesado día, Tanjirou prepara un té frío y se sienta a tomar aire en la parte trasera de la casa. Giyuu se sienta a la par de él y tras un rato en silencio le pregunta:

—Tanjirō. ¿Alguna vez has pensado en reabrir la panadería?

Tanjirou deja la bebida a un lado y mira fijamente a Giyuu. Luego le responde:

-No. No sería capaz de administrarlo igual que mi padre. Además no sé hacer pan. —dice mientras levanta los hombros.

—Pero no es tarde para aprender. —insiste Giyuu. —Creo que podrías empezar a practicar o ir a una escuela.

—Puede ser, pero igual es algo que no me gustaría hacer. La gente recuerda la forma en que mi padre trabajaba y yo nunca podría igualarlo. —réplica de Tanjirou mirando al suelo, luego hacia la distancia. —Además, no podría estar tanto tiempo en esa habitación. Simplemente no puedo.

Giyuu solo lo observa y vuelve a insistir. —Recuerdo que cuando eras pequeño, decías que de grande ibas a ser como tu padre. Tal vez más tarde lo puedas pensar.

Tanjirou ya no le responde nada y Giyuu ya no vuelve a insistir. Cae la noche y preparan la cena para Tanjirou. Luego se preparan para dormir.


Ya es pasada la medianoche y Tanjirou duerme profundamente con la luz de la luna iluminando su rostro. Giyuu lo observa detenidamente e inconscientemente sus dedos acarician las mejillas de su protegido. Luego sus dedos bajaron hasta sus labios y los recorre con sus dedos. Son suaves a su tacto y se ven agradables. Acerca su rostro hacia ellos y cuando siente el aliento de Tanjirou tocar sus labios, la realidad golpea su mente y se aleja rápidamente. Sin decir nada niega con la cabeza y mejor se levanta de la cama y se sienta en la mesa que está al lado de la ventana. Desde ahí observa a Tanjirou mientras se regaña así mismo: "No. Esto no puede suceder".

Así seguí hasta el amanecer. Tanjirou se despierta y se extraña al no ver a Giyuu a la par suya, como las noches anteriores. Escucha sonidos en la cocina y se levanta con curiosidad para ver qué sucedió. Nada extraño. Sólo es Giyuu preparándole el desayuno.

—¡Buenos días! —saluda Tanjirou alegremente.

—Buenos días. —Fue el saludo que le regresó Giyuu sin voltear a verlo. Pero el pelirrojo se sorprendió por ello porque sintió que ese saludo era diferente a todos los demás de días anteriores. Sin embargo, no preguntó nada y mejor se fue a arreglarse para ir a trabajar. "Seguramente no durmió bien", piensa.

Una vez listo, se dirige nuevamente hacia la cocina y nuevamente otra sorpresa: Giyuu no está sentado en su sitio como los demás días. Se sienta y viene en silencio rápidamente.

"Definitivamente algo le pasa, pero creo que no es correcto preguntarle. Él está muy reservado con sus asuntos", es lo que Tanjirou pensó, por lo que lo mejor que hizo fue terminar su desayuno y lavar su propio plato para luego tomar sus cosas e ir a trabajar.

Estaba a punto de abrir la puerta cuando sentí que Giyuu estaba de espaldas. Como todos los días se despidió de él como si no hubiera pasado nada extraño.

—Ten cuidado. Te espero en la noche. —Fue la seca respuesta. Tanjirou lo único que puede hacer es sonreír e irse caminando hasta la tienda de conveniencia. Sin embargo, sentí ganas de llorar. No sabía por qué pero le dolía que Giyuu le tratara tan frío, no cuando el día anterior compartieron muchas cosas. Pero para no llegar con los ojos hinchados, mira hacia arriba y trata de olvidar el asunto. Quizá cuando llegue en la noche tenga el valor de preguntarle.

Pero no es el único que se siente de esta forma. Giyuu, una vez que Tanjirou salió de la casa, Giyuu como todos los días estuvo detrás de él y vio los ojos llorosos de Tanjirou. Entró en su mente para leer sus pensamientos y, aunque ya lo sabía, se sintió mal al darse cuenta que su comportamiento es la causa de esa tristeza. Pero no supo qué hacer. Toda la noche se la pasó regañándose a sí mismo por tener el deseo de besar a su protegido en los labios, cuando claramente eso está prohibido entre los ángeles. Una norma muy específica de ellos es que no pueden tener ningún tipo de relación con su protegido. Solamente protegerlos. Y Giyuu está incumpliendo esa norma, aunque no hay un castigo severo por ello. Sabe que no debe pensar en esa forma, pero ayer sintió algo que sólo un humano puede sentir y es empezar a enamorarse. Cuando estaba vivo, jamás sintió algo así por alguien, sobre todo en su tormentosa vida, por ello lo primero que se le ocurrió fue tratarlo de esa forma porque no supo reaccionar y en su intento por quitarse esos pensamientos, mejor decidió tratarlo con frialdad. Y ahora al ver el rostro triste de su protegido, se arrepiente.


Fue un día largo y algo difícil, sobre todo por el hecho de que no pudo dejar de pensar en Giyuu en todo el día. Le extrañó que de repente hubiera despertado así, como si estuviera enojado con él. ¿Habrá hecho algo que lo ha hecho enojar? ¿Habrá dicho algo que lo molestara? Trata de hacer memoria de por lo menos las últimas 24 horas y nada. Simplemente ayer se fue a dormir y él se quedó a su lado hasta que cayó en la inconsciencia, y de la nada lo trata con frialdad. O puede que esté exagerando y que Giyuu haya dormido mal.

Cuando finalmente llega a casa nota las luces encendidas. Se siente nervioso por el comportamiento que tuvo Giyuu en la mañana. Una vez que entra en el recibidor su ángel está de frente a él. Tanjirou se le queda viendo fijamente y tras suspirar, reúne el valor para preguntarle:

—Erm… Giyuu. ¿Está todo bien?

Giyuu leyendo sus pensamientos sabe a qué se refiere pero prefiere hacerse el desentendido y le responde: —¿A qué te refieres? —Sin embargo, se escuchó muy frío haciendo que Tanjirou se preocupara aún más.

—E-es que te escuchas… —no supo cómo decirlo porque también puede que esté equivocado. Pero Giyuu decidió aclararle que no pasaba nada.

—No estoy enojado, si es lo que te preguntas. Entra ya. Voy a prepararte para cenar. —Y se da la vuelta para dirigirse a la cocina. Pero Tanjirou aún duda si todo está bien, pero decide mejor no insistir. Sólo deseo que él no sea la causa por la cual su ángel está molesto.

Después de cenar, Tanjirou se prepara para dormir. El ambiente entre ambos se siente muy tenso y pesado ya que por primera vez, desde que su ángel convive con él no tienen una charla ni se han sentado a ver televisión juntos.

No le tomó mucho tiempo para que su protegida quedara profundamente dormida. Fue el suave ronquido el que le indicó que ya no iba a sentir nada a su alrededor. El ángel mira el rostro del chico detenidamente. No había notado lo mucho que había cambiado desde su niñez. Se le vienen los recuerdos de cuando él era un niño feliz jugando con sus hermanitos y cómo ayudaba a sus padres. Quizás el recuerdo de cómo fue su vida como humano le hizo sentir envidia de su propio protegido por lo amado que era por su familia. Se regañó así mismo por ello por tener tal pensamiento. También recuerda el día en que perdió a su familia. El cómo hizo lo posible por salvarle la vida y el notar que los demás ángeles estaban encadenados sin poder hacer nada hasta que llegó el momento de recoger las almas de los demás que fallecieron en ese accidente. Luego recuerda todos los años en el orfanato. Le hubiera encantado hacerle saber que él estaba ahí, que lo abrazaba cada vez que lloraba. Ni siquiera ha tenido el valor para decírselo ahora que se hizo tangible ante él.

Mira su rostro una vez más y se detiene en sus labios. Pequeños y agrietados. Recursos por el día y aún así, Giyuu acerca su dedo para pasarlo lentamente entre ellos como si tratara de memorizar su tacto con su dedo. Inconscientemente acerca su rostro al chico y besa suavemente sus labios. Luego se separa bruscamente.

—No, esto no está bien. —Se regaña así mismo. —Soy su ángel guardián y él es mi protegido. Ni siquiera debo sentirme de esta forma. Se supone que no debería tener sentimientos y menos los de este tipo.

Se sienta en la cama y toma su cabeza entre sus manos para inclinarse y seguir regagñándose a sí mismo por esto. Luego se levanta y se acerca a la ventana y mira hacia el cielo. Como es en un pueblo poco poblado, siete ven la luna y muchas estrellas. Se pone de rodillas y junta sus manos como si fuera a orar.

"Por favor, necesito un consejo. Necesito saber si es normal que un ángel se siente de esta forma con su protegido. Se supone que no sentimos nada pero… no puedo evitarlo. No puedo evitar sentir una especie de calor agradable en mi pecho cada vez que lo veo sonreír. Sé que está mal y que puedo tener consecuencias pero ni siquiera me puedo explicar cómo es que me materialicé frente a él. No lo entiendo. Si no tengo estos sentimientos será demasiado tarde."


A la mañana siguiente, Tanjirou se despierta e igual que todas las mañanas en las que sale a su trabajo, está el ángel haciéndole el desayuno. Tanjirou se pregunta si igual que ayer el ambiente entre ambos estará tenso. Pero el saludo de Giyuu le interrumpió sus pensamientos.

—Buenos días Tanjirou. Siéntate. En unos minutos te sirvo el desayuno. —saluda Giyuu con una sonrisa en su rostro dejando perplejo a su protegido.

—Sí...buenos días. —saluda y se sienta en la mesa. Al parecer sólo fue el día de ayer que su ángel parecía estar molesto.

"Definitivamente fue un mal día." Pensó.

Giyuu le sirve el desayuno frente a él y luego se sienta a la par suya. Le sonríe mientras ve que Tanjirou come, y el chico, por primera vez desde que conoció a su ángel, le nota un leve sonrojo en su rostro. Pero no menciona nada.

Luego de desayunar, toma su mochila y se dirige hacia el recibidor. Se despide de Giyuu pero éste le detiene con su mano y se le acerca.

—Espera, tienes el cuello de tu camisa arrugado. Déjame arreglarlo. —y le arregla la punta del cuello que estaba torcida. Tanjirou, no sabe por qué pero se empieza a poner nervioso ante el suave movimiento del ángel. Giyuu, una vez que ha acomodado el cuello, sin poder evitarlo empieza a acariciar con sus dedos el rostro de su protegido. Y no pudiendo controlarse así mismo, se acerca rápidamente y besa los labios de Tanjirou.

Tanjirou abre los ojos completamente sorprendido y siente que una ola de calor llega a su rostro. No sabe qué hacer y lo que pareció ser un momento largo, se terminó abruptamente cuando su ángel se separó rápidamente de él.

—¡Perdón! ¡Perdón! ¡No quería…! ¡No deberías…! —intenta disculparse el ángel completamente rojo y mirando hacia el suelo. —¡Perdóname… por favor!

Tanjirou no logra emitir una palabra. Solamente dice un apresurado "adiós" y sale de su casa corriendo. Durante el trayecto, la imagen de su ángel besándolo y la sensación suave en sus labios viene a su mente una y otra vez por lo que no puede evitar tocarse los suyos, como si intentaría recrear esa escena con sus dedos.

Mientras tanto, Giyuu empieza a llorar pidiendo perdón a pesar de no haber nadie, por lo que en cuando se da cuenta que no está a la altura de su protegido, se vuelve invisible y con sus alas vuela hasta encontrarlo llegando al pueblo. Se sorprende al verlo con una sonrisa y tocándose los labios. Por lo que no puede evitar sonrojarse pero se sacude la cabeza al recordar que lo que hizo está prohibido.

Una vez que Tanjirou llega a la tienda de conveniencia, comienza con sus labores. Sin embargo, el recuerdo del beso llega una y otra vez a su mente haciendo que se distraiga durante el día. Casi comete errores en la caja registradora, confunde varios productos entre los pasillos de la tienda e incluso confunde los pedidos de la gente. El dueño de la tienda, una vez que el lugar estaba vacío, se acerca a Tanjirou y le pregunta.

—Hijo, ¿estás bien? Has estado distraído todo el día.

—Ah, sí, perdón. No volverá a pasar. Seré más cuidadoso.

—Pero, ¿estás bien? Puedes tomarte la tarde si quieres.

-No no. De verdad, no se preocupe. —Le asegura el chico.

—De acuerdo. Pero no te distraigas más por favor. —le regaña levemente al dueño.

—Sí señor. Disculpe. —Le responde Tanjirou apenado. Mejor se va al baño a lavarse el rostro ya concentrarse plenamente en el trabajo.


El día termina y camina a paso apresurado hasta su casa. Cuando llega, nota que las luces están apagadas. Entra en ella y en el recibidor empieza a llamar a su ángel pero no obtiene respuesta. Le llama una vez más y nada. Se empieza a preocupar y una vez que enciende las luces corre a buscarlo en cada rincón de la casa. Le entra pánico al no encontrarlo y una presión se instala en su pecho al sentirse solo de nuevo. Llorando, grita su nombre de nuevo respirando entrecortadamente y se asusta cuando siente una mano en su hombro. Voltea a ver y es su ángel mirando hacia otro lado menos a él.

—¡¿Dónde estabas?! —le pregunta el chico casi gritando.

—Siempre estoy a tu lado. —responde el ángel tranquilamente pero sintiéndose culpable

Sin responderle, se lanza a sus brazos llorando desconsoladamente. Giyuu le rodea con sus brazos tratando de consolarlo y susurrándole perdón en su oído. Inevitablemente llora junto con él en silencio.

Luego de unos minutos, Giyuu camina guiando a Tanjirou hasta el dormitorio y lo sienta en la cama. Luego se pone de rodillas y con la mirada hacia el suelo le pide disculpas a Tanjirou.

—Tanjirou… yo… quería pedirte disculpas por lo de la mañana. Eso no debió suceder ya que está prohibido. Te prometo que no volverá a suceder y pediría que lo olvides, por favor.

Tanjirou lo miró fijamente y la palabra "prohibido" resonó en su mente. Sin embargo, sabe que le va a ser imposible olvidar la sensación de los labios de su ángel. Por lo que acerca su mano y le toca el hombro. Giyuu levanta la mirada y se encuentra con la de su protegido sonriéndole. Luego se acerca lentamente hacia él y besa sus labios suavemente. A diferencia de en la mañana, esta vez es un beso lento y cuyos minutos duran una eternidad. El ángel simplemente se deja llevar y corta el beso para levantarse y colocarse encima de su protegido haciendo que se recueste en la cama. Una vez que terminan de besarse, se quedan viendo fijamente sin decirse una palabra y el ángel acaricia el rostro de Tanjirou al mismo tiempo que acaricia su espalda causando que su protegido se quede dormido poco a poco. Luego besa su frente y se da la vuelta para mirar hacia la luna a través de la ventana.


Notas finales: Ok gentes, eso ha sido todo hasta el momento. Muchas gracias por leer y esperen la actualización dentro de poco. NO Pienso abandonar mis historias XD.