Bueno es obvio que no escribía hace siglos, han pasado AÑOS desde que dejé esta historia,

pero me emociona retomarla y verla con otros ojos, creo que la última vez fue por allá en el 2013 de eso hace casi 11 años

me siento una anciana hahahaha, pero dejando eso de lado me alegra volver, retomarlo como un hobby y escribir con más coherencia,

notaran que el tono del fic que venía manejando va a cambiar mucho es decir he madurado bastante ya no soy la chica de 14 que solía ser,

Pero me propuse como meta personal terminarlo con base en las notas que tenía en el documento original pero dándole un aire más moderno al asunto.


Capítulo 9

El Baile

"El que es sabio, sólo es sabio porque ama.

El que es loco,

sólo es loco porque piensa que puede entender el amor"

A orillas del río Piedra me senté y lloré

Maka

Finalmente llegó el tan ansiado día para muchos, yo simplemente rogaba que estuviera alucinando, o en una especie de pesadilla de la cual despertaría en cualquier momento, aún mientras me probaba todos aquellos vestidos que Liz había preparado para mí.

Malditos tacones.

Era apenas de mañana cuando Black inició el escándalo por el dichoso baile de inicio de curso, o solo quería que apareciera Free y lo congelara durante un siglo para quedarme tranquila, comencé a peinar mi cabello, adornarlo con algunos broches sería suficiente no pensaba esmerarme mucho en mi apariencia, entre los montones de ropa encontré un vestido negro largo, perfecto para la ocasión, de repente sentí que golpearon mi puerta.

—Pase—.

—Maka, necesitamos hablar linda—. Me dijo Free mientras se abría paso en medio de todas las prendas esparcidas por el suelo.

Lo miré de mala manera, finalmente después de todas aquellas veces en que insistí en conversar sobre todo aquello que me generaba tantas dudas, aparece de repente y quiere "hablar" a tan solo 30 minutos del dichoso baile, no dije nada, mientras se acomodaba en mi cama dio un gran suspiro antes de comenzar a hablar.

—Verás, Maka, quería que te sintieras más tranquila cuando decidiéramos hablar de esto, supongo que hacerlo con prisa tampoco es bueno, pero ya que irás a divertirte un rato te servirá para relajar tu mente y pensar las cosas con calma.

—Gracias, por toda tu consideración, los días en vela que pasé pensando en ello no importan para nada ya que por fin "puedo ir a divertirme"—. Dije sarcástica.

—Lo siento, la razón por la cual el fuego de tu cuerpo es azul al igual que el del señor Eibon, es porque tu madre estaba emparentada con él—dijo, me senté junto a él, enojarme no ayudaría a nada así que respire profundamente mientras me ponía el pequeño collar que Black me había regalado.

—Hasta dónde tengo entendido y recuerdo, el fuego de mi madre era de color "normal"—.

—Así es, pero es un... parentesco lejano el de tu madre con el Gran Antiguo, quizá tus hijos tengan fuego de color normal, quizá este fenómeno solo se repita hasta la generación de tus bisnietos Maka—. Concluyó.

—¿Y qué hay de Arachne?, ¿Por qué esa bruja sabía mi nombre?, no tienes idea de la cantidad de problemas que he tenido que aguantar desde el día del juicio, eso sin contar las miradas envenenadas de las sanguijuelas—Espeté molesta.

—Realmente... desconozco la razón por la cual la bruja sabe tu nombre linda—dijo, pero el tono de voz que utilizó no me pareció del todo convincente.

Con el paso del tiempo había aprendido a diferenciar cuando Free decía la verdad a medias, esta era una, pero ya que había sido tan amable de decirme lo que quería saber que lo dejé pasar, ya habría tiempo después para interrogarlo.

—Vale, gracias.

Free se limitó a sonreír trémulamente, en seguida salió de la habitación, mientras lo hacía Black entró de inmediato, con la mirada levemente seria.

—¿Que no te enseñaron a no espiar las conversaciones ajenas? —. Pregunté divertida.

—No—. Dijo simplemente, reí un poco.

—Vámonos antes de que te golpee hasta que aprendas buenos modales—dije mientras me ponía de pie.

Black me miró de arriba a abajo, me hizo sentir algo incomoda.

—Te ves bien, completamente digna para este dios—. Sentenció... y clavé un libro en su cabeza.

Entre malas palabras y quejas a cerca de lo violenta que podía llegar a ser llegamos hasta el auto que nos esperaba, Mifune sería el conductor esta noche, recorrimos las calles en el auto de camino a la escuela, Mifune parecía demasiado concentrado en el camino para poner música u hablar de alguna cosa, por otra parte Black miraba el paisaje por la ventana sin mucho entusiasmo, realmente parecía perdido en sus pensamientos, yo por mi parte me sentía sumamente agobiada, aún estaba un poco ofuscada por lo sucedido con Soul, no podía comprender que cosas pasaron por su mente cuando me "atacó" en la azotea, o cuando me interrogó en su casa.

Finalmente llegamos, Mifune bajó del asiento del piloto para abrir mi puerta, ofreciendo su mano para que pudiera bajar del auto, vi a lo lejos a todos los demás estudiantes, algunos de ellos continuaban mirándome con recelo, los bordes de mi vestido negro casi tocaban el suelo, no solía usar tonos así pero no me sentía con ánimos de algo más colorido, Black bajó del auto y tomó mi mano dedicándome una sonrisa que correspondí con tranquilidad, tenía que poner mi mejor rostro, Mifune dio un largo suspiro antes de hacer una reverencia y retirarse del lugar, en cuanto el sonido del motor se encendió nosotros iniciamos nuestra marcha al interior del salón.

Cerca de la entrada había algunos delegados del baile entregando las dichosas máscaras, podíamos elegir entre muchos estilos, opté por una que combinara con lo que tenía puesto me cubría casi totalmente la mitad del rostro, Black tomó una casi sin mirar, reí, parecía el "fantasma de la ópera".

Todos estaban tan elegantemente vestidos y lucían tan felices, que lo sucedido durante la cena de nuestro compromiso, parecía un poco irreal.

—¿Quieres que te traiga algo para tomar? —. Preguntó Black cordialmente señalando el bar con bebidas que se encontraba al fondo.

—Si, seguro—. Respondí con tranquilidad.

Busqué de reojo un lugar para sentarme, Liz y Patty aún no llegaban, muchos de mis compañeros no querían acercarse, me sentía un poco sola.

—¡Maka! Qué bueno verte—. Escuché la voz de Crona acercándose.

—¡Crona! Me alegra mucho que estés aquí—. Le respondí mientras señalaba con mi mano un asiento junto a mí en la mesa.

Ella se sentó tímidamente acomodando su largo vestido azul, su máscara era pequeña apenas rodeaba con encanto sus ojos azules, lucía encantadora pero un poco pálida, me pregunto si Kid estará bebiendo demasiado de ella… No imagino la sensación, si para mí fue algo tan difícil no imagino como será para una chica humana, la curiosidad me ganó una vez más.

—¿Te encuentras bien?, te ves un poco más… ya sabes pálida—. Dije susurrando, para evitar que alguien me escuchara.

Ella se sonrojó notoriamente.

— El amo Kid ha estado bebiendo un poco más que de costumbre, pero realmente me siento bien, lo único con lo cual no sé lidiar son las marcas en mi cuello—. Comentó tartamudeando de vez en cuando.

Tocó con delicadeza la gargantilla que cubría su delgado cuello, al hacerlo bajó levemente la tela para enseñarme un pequeño hematoma púrpura, recordé las ocasiones en las que Soul hizo lo mismo, un escalofrío recorrió mi espalda, la marca me pareció extraña, pues cuando me sucedió a mí no quedaba ni el más mínimo rastro, quizá se debía a mi naturaleza como licántropo, pero que yo recuerde las humanas que los vampiros solían morder no solían tener secuelas físicas de los encuentros.

Me acerqué un poco para examinar la herida, a simple vista se veía como un pequeño "chupetón" el aroma de Kid me inundó el olfato, mezclado con perfume suave de flores asumí que era el perfume de Crona, y finalmente un pequeño aroma a… algún tipo de planta era un poco desagradable, pero era tan leve que fue imposible descifrarlo.

—¿Te has aplicado algo en la herida? ¿Un ungüento o medicina natural? —. Pregunté —es que hay un aroma como a hierbas en tu piel.

Crona lo pensó por un momento, se encogió de hombros y respondió.

—Quizá sea porque desde que vivo en la mansión del amo Kid paso mucho de mi tiempo libre en el invernadero cuidando las plantas—. Concluyó con voz muy suave.

Asentí, quizá sólo era el aroma de las plantas de la casa, y por eso era tan tenue. Aún no me acostumbraba a escuchar a Crona dirigirse a Kid de esa forma y hablar con ella con tanta naturalidad del tema, desde que Kid la convirtió en parte de su casa ella se enteró de muchos de nuestros secretos, a pesar de que solo sea de forma superficial.

Black llegó luego de un rato con un par de bebidas y se sentó con nosotras.

Todo parecía ir muy bien con el baile, todos parecían muy concentrados en divertirse, tomé un sorbo de mi soda, tosí de inmediato.

—¿Esto tiene vodka? —. Exclamé mirando a Black, el solo se echó a reír.

—Rayos, esta gente sí que sabe cómo divertir a un gran dios como yo—. Respondió, más para sí mismo que para nosotras, y bebió todo el vaso de un sorbo.

Rodé los ojos antes de ocultar con mi mano una breve risa que se quería escapar de mis labios, nuevamente paseé mi mirada por el salón de baile, vi entrar a Liz acompañada del hermano de Crona, entonces reaccioné.

—¿Tu hermano no se ha preguntado por qué desapareciste de tu casa? —. Pregunté un poco alarmada.

Habían pasado varios días, pero no vi cambio en él con respecto a Crona.

—El amo Kid se encargó de todo, al parecer manipularon su memoria de tal forma que piense que siempre hemos vivido separados por alguna razón—.

Iba a objetar, pues me pareció una solución un poco invasiva para el tema, pero Kid en su condición de príncipe creo que tenía libertad de hacer todo lo que creyera correcto para estos casos, con respecto a los padres de Crona tengo entendido que los perdieron hace ya varios años y heredaron una fortuna que administraba alguna tía porque ellos aún eran menores, por eso se podían permitir estudiar con nosotros en esta escuela.

Suspiré, solo faltaban dos personas en este baile, el incordio albino y el tormento de mi actual prometido, quizá en vista de las circunstancias mejor decidieron no venir.

Justo cuando ese pensamiento cruzaba por mi mente, atravesaron la puerta, empezaron a escucharse susurros y suspiros en medio de la gente, Soul entró tan galante como siempre con esa sonrisa que lo caracteriza, mientras que su compañera llevaba un precioso vestido color oro rosa que contrastaba con su cabello tan largo y lacio, sentí un atisbo de envidia en mi cuerpo, Tsubaki se veía preciosa y completamente irreal.

Escuché el suspiro de Black junto a mí, casi imperceptible, me sentí un poco mal por él, y recordé cuando la vio por primera vez hace unos 30 o 40 años, casi se desmalla de la impresión en el primer baile al que asistimos.


—¡Creo que es la creatura más bonita que he visto en mi vida Maka en serio! —. Gritó en mi oído casi dejándome sorda

—Estás loco, idiota, sabes que primero que nada es una sanguijuela, y segundo está prohibido, si alguien te escucha decir estas estupideces te van a matar—. Le recalqué mientras lo golpeaba con un libro que llevé en mi bolsa para poder distraerme.

—Pero es que es perfecta, como una diosa, ¿Lo entiendes? ¡Para un dios como yo! —.

Le tapé la boca enseguida, vi que Free se acercaba nosotros.

—¿De qué tanto hablan? — preguntó.

—Nada—. Respondí dulcemente mientras mantenía mi mano en la boca de Black tan fuerte como podía, el intentaba con todas sus fuerzas zafarse de mi agarre.

Sentí algo húmedo y viscoso en la palma de mi mano, lo solté rápidamente.

—¡Eres un puerco! —. Le grité al sentir que había lamido mi mano para poder liberarse.

Su risa escandalosa se escuchó por todo el lugar, Free solo se limitó a hacer una especie de gesto de resignación.

—Acompáñenme, debo presentarlos a los invitados—.

Acto seguido nos empujó levemente para que lo siguiéramos, después de varias reverencias y presentaciones varias familias tanto de vampiros como de licántropos llegamos con la chica del cabello negro y rasgos asiáticos.

—Él es el joven Masamune Nakatsukasa y su hermana la señorita Tsubaki Nakatsukasa—. Nos dijo.

Ella parecía tener 19 o 20 años, aunque no teníamos ni idea de su edad real, hicimos una leve reverencia. Free y Masamune empezaron a alejarse para hablar de algunos temas, en medio de incómodo silencio que empezó a formarse Tsubaki pareció reaccionar y comenzó a conversar con nosotros con mucha naturalidad, no parecía reacia o disgustada como los demás vampiros, era de hecho muy amable y cordial, sobre todo reía naturalmente los chistes malos que hacía Black en todo momento para intentar impresionarla, me pareció la creatura más magnánima sobre la faz de la tierra y me agradó de inmediato.

Desde ese día Black Star no dejaba de mirarla ni por un instante, en cada baile, era un sentimiento muy cálido y agradable el que me nacía al conversar con ella, pero Black siempre la vio con otros ojos y eventualmente ella también comenzó a hacerlo.


Siempre me pareció una pena que no hubiesen nacido bajo otras condiciones que les permitiera estar juntos.

En mi caso…

No.

Ni siquiera podía pensarlo, yo no estaba enamorada mucho menos de alguien como Soul Evans, no podía enamorarme del hijo del hombre que asesinó a mi familia.

Sentí nauseas.

—Si me disculpan vuelvo en un momento, necesito aire—. Dije mientras me ponía de pie.

Black se ofreció a acompañarme, pero negué con un gesto, y prometí regresar en seguida, culpé a la bebida tan dulce y salí.

La luna era preciosa esta noche, miré a mi alrededor y noté que me encontraba completamente sola, me quité los zapatos y emprendí un corto paseo por el césped del jardín hacia la parte trasera de la escuela.


General

Maka se encontraba caminando sin rumbo por los solitarios jardines, el ruido de la música se escuchaba ahogadamente entre las paredes de ladrillos, dio vuelta hacia otra de las entradas escabulléndose por los pasillos, todo estaba bastante oscuro y solitario, los pensamientos acerca de sus enmarañados sentimientos la invadían constantemente.

Necesitaba aclarar su mente pronto.

Era obvio que sentía algo por Soul Evans, podía atribuir todo ese malestar a el extraño aroma que desprenden los vampiros al cazar, y su sensible olfato se había visto afectado por la cercanía con Soul, claro, debía de ser eso, ella no estaba enamorada para nada, se dio ánimos a sí misma. Su deber era continuar con su linaje, ella tenía la fortuna de poder desposarse con su mejor amigo, no todos los de su especie podían presumir de aquel lujo, Liz por ejemplo aún no tenía idea de quién era su prometido, sólo le mencionaron alguna vez que vivía cerca de algún lugar en Brasil y faltaban unos 50 años antes de que pudieran verse, Maka aún era joven y faltaban bastantes años humanos para la boda, podía seguir yendo a varias escuelas en varios países, aprender mucho más leer miles de libros, y luego de casarse estaba segura de que tendría hijos hermosos, que Black sería un padre responsable que los malcriaría a todos y Ángela asumiría un hermoso papel como hermana mayor.

Su vida sería perfecta tal y como la había planeado.

Escuchó pasos acercándose hacia ella y se puso alerta enseguida.

—Tranquila fiera, no vengo a comerte—. Escucho la voz burlona de Soul entre las sombras.

Maka vio claramente cómo se asomaba su figura desde la profunda oscuridad del pasillo entre los casilleros, Soul tenía un clásico smoking su máscara cubría la parte de superior de su rostro de una forma que si no fuera por el aroma sería difícil reconocerlo con esa luz, ella relajó su postura, pero solo un poco, su espalda estaba un poco tensa a pesar de todo.

Aún sentía un poco de temor, incluso en estas circunstancias.

—Tenemos que hablar—. Dijo el albino acercándose más la chica.

—Yo no tengo nada de qué hablar contigo, por favor déjame sola—. Replicó Maka con voz severa, aunque con un ligero temblor en ella.

—Lo siento—. Dijo Soul simplemente con tanta naturalidad que a Maka le pareció que era una especia de broma.

—Vete—. Repitió ella.

Soul se sintió un poco frustrado, no sabía si decirle la verdad a Maka, no solo que el hecho de que su tipo de sangre fuera su favorita, sino que sumándole a eso era sangre de lobo, era tan escasas las veces que un vampiro podía darse el lujo de probar la sangre de otra creatura sobrenatural, que era casi como saborear ambrosía, era difícil contenerse incluso en circunstancias tan delicadas como el hecho de estar en el mismo salón que ella tomando clases, o como por ejemplo ahora, a escasos metros de distancia, solos, en un pasillo.

—No quise lastimarte Maka—. Susurró — La verdad es que yo no sé cómo actuar ahora, por favor acepta mis disculpas.

Ella relajo su semblante levemente.

—¿Por qué? —. Preguntó la rubia.

—Moría de hambre Maka…—.

—¡No!, ¿Por qué estás tan preocupado por lo que yo opine o haga? —. Lo interrumpió bruscamente—, si es por el tratado no te preocupes nadie se va enterar de nada.

Ella empezó a caminar nuevamente, iba a regresar al salón, Black la estaba esperando allí.

—El tratado no tiene nada que ver en esto—. Espetó Soul enojado de que la conclusión de Maka fuera esa.

Se acercó a ella y la tomó con fuerza del brazo haciendo que ella se girara a verlo.

Cara a cara, se encontraban viéndose a los ojos en medio del solitario pasillo.

Maka sintió su cuerpo tensarse y su rostro comenzaba a arder, el aroma de Soul le inundó los sentidos, el albino la miraba fijamente como una fiera en el momento que acorrala su presa, ella solo escuchaba el retumbar de su corazón contra sus oídos.

—Maka yo, creo que me siento, atraído quizá…—. Soul intentaba buscar las palabras para describir su sentir cuando veía a la rubia.

Luego de que Maka y Black aparecieran en su casa para anunciar su nuevo compromiso Soul pidió a los presentes que se retiraran de su hogar con la excusa de que iba a prepararse para la cena, debía llevar a Tsubaki a alguna boutique a comprar un vestido, pero en realidad se sentía enojado y confundido y quería, a toda costa, estar solo.

Espero a que Tsubaki se calmara para ir con ella de compras, la chica parecía un poco ida durante ese viaje, Soul no la culpaba, aún con todos los años de años de edad que tenían, aun cuando llevaban décadas como pareja, luego de que ella conociera aquel idiota de pelo azul algo había cambiado en ella, lucía distante aún junto a él, sentía que cuando compartían su lecho era más por deber que por otra cosa, sabía que Tsubaki había descubierto un nuevo sentimiento al estar cerca de Black Star, y aunque eran muy buenos amigos nunca nada que sintieran fue similar a eso, aun siendo ella una de las vampiras más hermosas del mundo, y eso es mucho decir considerando que todas eran sumamente bellas, Soul la veía tan… normal.

Soul siempre odió a Maka Albarn.

Su padre siempre le recalcó que fue el padre de Maka quién mató a su madre, el recuerda aquel fatídico día claramente, aunque hayan pasado cientos de años. Pero Maka no era Spirit.

Y el recordó cuando la vio el día del funeral, cuando cremaron a Spirit y Kami Albarn, y ponían sus cenizas bajo tierra en aquel cementerio que era tan sagrado para su gente, y la niña parecía sumamente confundida y asustada, igual que él.

Y la odiaba, porque siendo un lobo y siendo la hija del hombre que le arrebató a su madre, sentía empatía por esa creatura, y se odiaba a si mismo por eso.

La odiaba en cada baile, cada reunión, cada evento social, en cada clase que tenían juntos, la odiaba cuando hablaba con tanta soltura, lo inteligente que era, lo profundo de su conversación cuando se encontraba con Tsubaki, cuando se sentaba leer y acomodaba distraídamente una de sus coletas detrás de su oreja, la odiaba cuando hacía muecas extrañas cuando veía algo interesante en un libro y sobre todo la odió cuando bebió la primera vez de ella.

—Te odio Maka Albarn—. Dijo Soul, casi en un susurro.

Maka iba a reclamarle sobre esas palabras, pero no pudo pronunciar ni una sola sílaba, en el fondo sentía que era mejor así, ese era el orden natural de las cosas, Soul mantuvo su mirada fija en ella un momento antes de retroceder dando torpes pasos y se escabulló entre las sombras, Maka sintió como la presencia de Soul se desvanecía en la noche. Se acomodó lo mejor que pudo, fue al baño a lavarse un poco las manos y la cara, había lágrimas en sus mejillas y se sintió la mujer más estúpida de todas, necesitaba sacarse el olor que le dejaba la cercanía con Soul, se aplicó un poco de perfume que tenía en su pequeño bolso, retocó un poco su rostro con maquillaje como Liz le había enseñado y finalmente regresó al salón de baile, pero antes de encontrarse nuevamente con Black, fue al bar, pidió un nuevo coctel y lo bebió todo de un sorbo.

El vodka le quemó profundamente la garganta, pero se sintió mejor, bebió otro, solo por las dudas, al girarse y buscar a Black con la mirada notó que él, Crona, Patty y Tsubaki conversaban amenamente, la sonrisa de Black no llegaba a sus ojos, mientras veía a Tsubaki reír tímidamente de alguna cosa que dijo Patty. Soul no estaba por ninguna parte.

Se acercó a ellos con pasos cautelosos, esquivando ágilmente a las personas que bailaban en la pista.

—¿Dónde estabas Maka? Te perdiste mi anécdota sobre jirafas—. Preguntó animadamente Patty.

—Fui a tomar aire un momento lo siento—. Respondió ella mientras le daba otro trago a su bebida.

Black la miró con sospecha, pero el olor a perfume y vodka que desprendía Maka le hizo pensar que solo había sido cosa del licor, últimamente había notado cambio en ella, desde que empezaron a estudiar en esa escuela y tuvieron que compartir espacio con vampiros, pero especialmente con Soul Evans.

Maka lucía siempre distraída, y el olor que desprendía aquella vez que regresó de la casa de esos vampiros era especialmente fuerte, Black no se consideraba a sí mismo un tipo listo, pero las excusas que dio Maka al momento del interrogatorio no lograron convencerlo del todo, se veía confundida y torpe casi como cuando él ve Tsubaki en alguno de esos lindos vestidos, o en su uniforme de gimnasia… Black abrió los ojos casi sin creer el pensamiento que se le cruzaba por la mente, ¿Sería posible?, miró a la rubia frente él una vez más fijamente, ¿A caso sería realmente posible que a Maka le gustara Soul?, no, pensó, es decir considerando sus historias no debe ser posible, ella recalcó que lo detestaba cada día desde que empezaron las clases.

Se fijo en la gente del lugar, la sanguijuela blanca no estaba por ninguna parte, extraño, considerando que casi nunca dejaba a Tsubaki sola, mucho menos cuando él estaba cerca, el hilo de sus pensamientos se vio cortado cuando algunos de sus compañeros los animaron a ir hacia la pista, al fin y al cabo, era un baile.

Todos parecían divertirse mucho, bailaban animados, incluso Jacqueline y Kim no parecían aborrecer todo lo que las rodeaba en ese momento, y para alivio de alguno la chica del pelo negro parecía un poco más alegre.

Maka seguía bebiendo un cóctel tras otro y otro.

—Saldré un momento—. Anunció Maka torpemente a Black, casi escupiendo las palabras.

—¿Estás bien?, pareces un poco mareada—. Le comentó Liz intentando no sonar tan alarmada como realmente estaba, Ragnarock junto a ella intentó y falló al disimular una risa burlona que se le escapaba de los labios

—Si, estoy bien, solo necesito un poco de aire… otra vez—. Respondió torpemente, arrastrando las palabras por culpa del licor.

Ella estaba furiosa, y eso era poco para lo que sentía, ¿cómo es que ese idiota intento de hombre se atrevía a jugar de esa forma con ella? No señor Maka Albarn nunca dejaría que un hombre la humillase de esa forma.

Salió del lugar dando pasos torpes y tropezando de vez en cuando, chocando con algunas de las personas que allí se encontraban que le dedicaban miradas de desprecio las cuales ella regresó sin ningún reparo, estaba harta, finalmente logró alejarse del ruido las luces y la música estridente que parecía perforar sus sensibles oídos, fijó su vista en un punto y echó a correr, increíblemente rápido, estaba segura del lugar al que quería ir.

Llegó a la bodega de gimnasia dónde fue encerrada hace un tiempo.


Una calada profunda al cigarrillo era lo que Soul necesitaba, la sensación seca que dejaba el tabaco en sus labios le ayudaba a evitar el enorme estrés que tenía en ese momento. Sus pensamientos iban de un lugar a otro sin poder concretar nada realmente.

No sintió el golpe llegar.

Cayó de bruces con fuerza, destruyendo una parte de las gradas frente a la zona que tenía las canchas y las pistas de asfalto dónde corrían en clase gimnasia, el escombro y la tierra que estaban en el aire no le permitían ver nada, apenas pudo esquivar el siguiente golpe que venía directo a su cara, con una tonalidad azul.

El puño de Maka resonó por todo el lugar, a pesar de ello nadie lo notó adentro del salón de baile, dónde la música apaciguaba completamente el sonido del exterior, Maka se incorporó lentamente, giró la mirada hacia el lugar en el que se encontraba Soul, apretó los puños hasta que sus nudillos se tornaron completamente blancos, y luego los encendió en aquel característico fuego azul.

Soul abrió los ojos aterrado, estaba en problemas, cuando ella se abalanzó con velocidad hacia el apenas podía seguirle el paso, ella logró asestar un par de golpes, que si no fuera por su naturaleza sobrenatural lo habrían matado en ese instante.

—¡Maka Basta! ¿Qué crees que estás haciendo? —. Soul estaba desesperado, si alguien los viera ahora… bueno, sería mejor que nadie los viera ahora.

Ella no respondía, solo seguía lanzando puños al aire, pero con movimientos algo torpes, en medio de los golpes al aire encendidos en llamas buscando como único objetivo la cara del vampiro de cabello blanco, en medio de los bruscos movimientos y la velocidad con la que corría hacia su objetivo Maka tropezó, Soul aprovechó el momento enseguida para inmovilizarla colocándose sobre ella, sostuvo sus manos de las muñecas sobre su cabeza contra el suelo, el fuego le quemaba la piel, pero eventualmente se apagó, Maka se removía debajo de él haciendo lo posible para liberarse pero fue en vano, ella se quedó inmóvil y comenzó a llorar.

Soul estaba completamente atónito, nunca la había visto llorar, solo aquella vez en el funeral de sus padres, pero eso había sido hace unos 110 años, no estaba seguro de que debería hacer, sentía que cualquier movimiento en falso, cualquier palabra equivocada detonaría su ira contra él de nuevo, el sintió enseguida el aroma del licor que desprendía el cuerpo de Maka y comprendió la razón de su comportamiento, se mantuvo completamente inmóvil un rato más antes de finalmente decidirse a liberar sus manos.

Maka llevó sus manos a su rostro para cubrirse mientras continuaba llorando, ni siquiera estaba segura de porqué lo hacía.

—Eres un imbécil—. Dijo ella entre sollozos.

Soul apenas pudo entenderle.

—Lo siento mucho—. Él se disculpaba repetidas veces, esta vez sí que la había cagado, lo sabía perfectamente.

—¿Cómo te atreves a decir que me odias luego de todo lo que me has hecho? Eres tan estúpido—. Gritaba Maka entre balbuceos, —¡Yo también te odio idiota! — concluyó entre sollozos.

Soul la besó.

Maka cerró los ojos y correspondió tímidamente el beso, era distinto a cualquier beso que hubiese dado antes, Soul, que usualmente era frío, se sentía cálido.

Durante aquel pequeño contacto Maka logró descifrar cosas que nunca antes se había detenido a pensar sobre el corazón y el alma, en ese momento pudo sentir el cálido contacto de su alma con junto a la de él, pudo entender, con completa seguridad, que su vida cambiaría después de aquel beso, pero por alguna razón no tenía miedo.

Cuando se separaron, se vieron a los ojos un instante.

—Retráctate—. Pidió Maka en un susurro.

Ella siempre fue muy correcta, seguía las reglas al pie de la letra, era tanta su rígides con el tema que regresaba sus libros a la biblioteca 2 días antes de la fecha límite, conocía las reglas del tratado perfectamente y se enorgullecía de ello.

Estaba besando a Soul Evans.

Estaba enamorándose de Soul Evans.

El la besó una vez más decidido a dejarle en claro que no la odiaba, por el contrario, le gustaba mucho besarla, estar cerca de ella, su conversación y su sonrisa, Soul se sentía genuinamente atraído por Maka, pero aún no se atrevía a preguntarse si en realidad era algo más.

En todas sus décadas de vida nunca se sintió como se sentía con ella, no era el tipo de hombre que permitía que vieran a través de él, pero Maka había compartido momentos muy íntimos y lo había visto vulnerable, y contrario a lo que se esperaría debido a la historia que tenían juntos y sus familias, no uso esa información para burlarse o sacar provecho, el concepto que tenía del amor había sido implantado por su gente desde hace cientos de años, creía que ese "amor" era cosa de humanos, cuyas vidas tan cortas los hacía aferrarse a la esperanza de sentirse en conexión y compañía, él asfixiaba sus sentimientos con estas ideas en lugar de dejar que el amor tomase su propia forma y se transformara en algo mucho más allá.

Soul se puso de pie, ayudó a Maka a incorporarse.

Maka se arregló el vestido, estaba lleno de tierra y un poco maltratado, el alicoramiento se había disminuido, estaba muy lúcida, Soul notó que las mangas de su camisa estaban quemadas, podría disimularlas si las recogía hasta sus codos, se quedaron juntos un rato en silencio, sin saber muy bien que decir o hacer, el lugar era un desastre.

—No te preocupes, le avisaré a Kid y le diré que fue un accidente—. Dijo Soul de repente.

Maka dio un pequeño brinco en su lugar y luego solo atinó a asentir, se alejaron del lugar caminando despacio y en silencio, aún se debían una conversación muy importante, pero la noche era joven y les quedaba bastante por disfrutar del baile aún, al menos se darían esta noche para divertirse, sabían muy bien que hoy sería uno de los últimos días que les quedaban de tranquilidad por lo menos en un futuro cercano.


La pluma se deslizaba sobre el papel con movimientos lánguidos pero precisos, la hermosa caligrafía se distinguía la distancia, la nívea mano llevo nuevamente la pluma al tintero; esta carta a su hermana era importante.

—Mi señora— Llamó el anciano y bajito hombre, entrando en la habitación.

Ella solo levanto levemente la vista dándole a entender que tenía permiso para dirigirle la palabra.

Mosquito se acercó lentamente al oído de la bruja y susurro un par de frases cortas.

La pluma se detuvo un instante, antes de retomar su camino por las líneas del papel.

—Parece que la manzana nunca cae muy lejos del árbol… ¿verdad Maka Albarn…? —.

Arachne sonrió.


Bueno y así va

Trataré de actualizarlo sin tantos años entre capitulo y capítulo hahaha

Lo voy escribiendo por partes y por cómo van las cosas creo que será bastante largo.

No siendo más les dejo mucho cariño

Gracias por leer