Vaya las 3:00am!! hora de publicar!
No puedo decir que esto sea una historia de amor
Bueno por primera vez los personajes me pertenecen(? relativamente
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—Nadie te ama— su cuerpo sujetado con fuerza contra las sábanas se revolvió tratando de liberarse —Ni siquiera tu Dios— el agarre cruel sobre sus cabellos se afianzó a la vez que su captor imprimía más peso sobre su cuerpo, cortando aun más su respiración —Él te olvido— una lagrima rodo por su mejilla —Todos te dejaron atras— si bien el dolor fisico era intenso las palabras le harían aún más. —No te das cuenta?— un fuerte tirón en su cabello le obligó a levantar la cabeza.
—Te equivocas— con la voz temblorosa, pero desafiante contesto con seguridad
—Ja!! Estás llorando?— una sonrisa perversa y retorcida se dibujó en los labios del demonio al ver los ojos vidriosos del Ángel bajo el.
El pobre Ángel no pudo haber más que apretar los dientes con frustración, no podía ocultar sus lágrimas —Padre nuestro...— apenas susurrando comenzó una plegaria, indefenso ante la situación
—Patético!— el Demonio soltó los cobres cabellos del Àngel, para llevar su mano a sus ya maltrechas alas para doblar una de ellas de forma totalmente antinatural —No está escuchandote—
—Ahh!— su cuerpo se retorció de dolor, agitándose en busca de liberarse del doloroso agarre —Dios!!— el dolor era demasiado intenso, sus gritos habían dejado de ser plegarias divinas a ser suplicas desesperadas —Ayudame!!— sollozo desgarradoramente esperando respuesta.
La risa del Demonio resonó con fuerza por el lugar, se le veía cada vez más satisfecho con la situación —Nada— reafirmó finalmente soltando el maltrecho cuerpo e incorporándose —Nadie responde eh?—
Un quejido gutural salió de la garganta del pelirrojo cuando su cuerpo fue liberado del peso, no tenía las fuerzas para moverse de donde estaba, pero logro encogerse sobre si mismo, envolviendose con sus alas en busca de refugio
—Te ha abandonado— el Ángel tembló ante las palabras, pronto una duda débil, pero aterradora se sembró en su corazón. De verdad lo había abandonado en ese lugar? A merced de ese maníaco?
Nego con la cabeza, tratando de sacudir las dudas de su corazón. No podía sucumbir así, tenía que tener fé.
Mientras buscaba el consuelo del amor de Dios un nuevo tirón en sus alas lo levanto a tumbos; casi sin esfuerzo alguno el demono azabache podía simplemente levantarlo como si no tuviera peso alguno
—Ahhhhhh— con un fuerte empujón el Demonio clavo las alas del Ángel en un par de ganchos que colgaban desde el techo —Arghhhh— el Ángel busco desesperadamente alcanzar el suelo con la punta de sus dedos sin éxito. De hecho el movimiento había provocado que los ganchos se clavaran más profundamente en sus alas incluso amenazando con desgarrarlas.
Dejo de patalear, incluso de moverse por completo, su cabeza caía pesadamente sobre su pecho; la sangre dorada escurría desde sus alas hasta la punta de sus dedos para gotear abundante hacia el suelo, una respiración débil parecía el único signo de que aún seguía con vida.
—Los ángeles son realmente hermosos— el Demonio se acercó lentamente como expectante por una respuesta que no llego —Casi perfectos— puso su mano derecha sobre el vientre del Ángel, si fuerza, solo un toque suave
—Mnn— lo que había comenzado como un toque ligero pronto comenzó a arder como lava contra su piel —Ahhhh— inevitablemente su cuerpo se revolvió buscando alejarse de aquella mano que le quemaba hasta las entrañas —Dios!!!!— grito con todas fuerzas con la esperanza de que está vez le pudieran escuchar; mientras sus alas desgarrarse un poco más con cada movimiento.
Con una carcajada del Demonio de pelo negro quito su palma del vientre ajeno, permitiendo que el cuerpo del Ángel regresara a ese estado inmóvil y pesado —Vamos...— con delicadeza tomo sus brazos, que no pusieron resistencia alguna —Di una plegaria Ángel— coloco sus palmas había arriba y busco con la mirada esos ojos grises llenos de lágrimas y cansados —Llamalo una vez más— repentinamente clavo sus garras en las muñecas del Ángel, atravesando fácilmente la carne, sin embargo continuo apretando con tanta fuerza que en cualquier momento podría simplemente quebrar el hueso
—Ahhhhhh— no había palabras, ni súplicas, ni súplicas ni plegarias, solo gritos dolorosos —Ayudame!!— de un momento al otro el Ángel se encontraba en el suelo, los ganchos habían desgarrado sus alas por completo, tirándolo de golpe hasta el sueño —Por favor— ese último jadeo habla salido de sus labios como si no tuviese claro el destinatario.
La sonrisa en el rostro del Demonio desaparecio, volviéndose en completa seriedad —No tiene que ser así— pronto se arrodilló junto al malherido Ángel —No tiene que ser una tortura para ti— suavemente acaricio la mejilla magullada —Solo tienes que pedirlo— sus ojos negruzcos se clavaron en él, con un gesto casi tierno
Quiso articular un "no" por supuesto que deseaba decir que no, pero sus labios no respondieron, su cuerpo entero había comenzado a temblar, era vez no solo el dolor si no la incertidumbre. Debía decir que no, pero... No había sufrido ya lo suficiente? Todo ese dolor solo había sido respondido con silencio. De verdad podía soportarlo un poco más?
—Salvame— murmuró sabiendo que sellaba su destino.
El Demonio comprendió de inmediato, esa súplica no estaba dirigida al cielo. Ágilmente tomo al pelirrojo entre sus brazos y lo llevo de vuelta hasta la cama, dónde lo coloco con suavidad.
El Ángel se pregunto si iba a matarlo, si esa era la gran liberación que esperaba, sin embargo los labios del Demonio pronto estaban contra los suyos. No supo cómo reaccionar, ni siquiera tenía la fuerza para rechazarlo. Y conforme la lengua del azabache se había paso por su boca el dolor parecía hacerse lejano; no era como si hubiera dejado de doler, simplemente se sentía como anestesiado.
Poco a poco se colocó sobre él —Dejame hacerte mío— murmuró clavando sus negros ojos en el Ángel.
Las palabras no salieron de su boca, estaba demasiado avergonzado de si mismo, pero la respuesta llego cuando abrió ligeramente sus piernas para el azabache.
Lo beso de nuevo, sosteniendo sus rodillas para dejarlo totalmente expuesto, antes de levantarse, para mirarlo de arriba abajo. El hermoso cuerpo tenía heridas visibles por todas partes, pero eso lo hacia más atractivo a sus ojos.
Podía haberse recreado entre besos y caricias, recorriendo cada centímetro de piel del Ángel, pero estaba desesperado, no quería esperar un momento más.
Coloco la punta de su miembro en la entrada virgen del pelirrojo; sus miradas se cruzaron en ese momento, era obvio que el Ángel estaba aterrado y confundido.
Sin embargo no le dió el tiempo de reaccionar, de un solo movimiento se inserto hasta la base en el cuerpo del pobre Ángel provocando que se retorciera —Ahhh—
—Lo sé... Te duele— afianzó su agarre en un abrazo pegando su cuerpo al de cobrizos cabellos
Pasada la conmoción inicial libero el abrazo para dedicar sus manos a repartir caricias sobre la piel del Ángel, concentrando una de sus manos en los sensibles pezones, y la otra en aquel pene que experimentaba por primera vez una erección.
Casi sin notarlo el dolor de la presentación repentina comenzó a desaparecer al igual que lo había hecho el de sus heridas, dando paso a un rítmico vaiven de caderas que se aceleraba por momentos.
El Angel no podía pensar en nada, todos sus pensamientos parecían difuminarse en el mar de nuevas sensaciones que experimentaba. "Placer" había escuchado el término, sin embargo jamás en su vida lo había considerado, mucho menos esperaba experimentarlo, pero ahora estaba ahí, volviendolo loco, agitando su cuerpo a la vez que deseaba obtener más y más de esa viceral sensación.
Pronto todos sus pensamientos comenzaron a desvanecerse, perdiendo todo sentido o importancia, el dolor, la tortura, sus heridas, el cielo, Dios mismo no podía importarle menos. Solo había placer cada vez más intenso —Ah... Ngh...— en medio de un ritmo cada vez más frenético el azabache volvió a abrazarle con fuerza, no cruelmente, si no con desesperación expectante de deseo.
—Ah... T- Te amo!— jadeo el Demonio en el odio de su compañero sabiendo que se acercaba al clímax —Yo... En verdad te amo!!— el ritmo de las estocadas se perdió por completo mientras eyaculaba dentro del cuerpo del Ángel; y este a su vez cedía al placer más puro en su primera experiencia orgásmica.
—T- Te amo... Haziel— su nombre susurrado con ternura en esa oración le hizo sonreír. Lo amaba, alguien en verdad lo amaba.
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Opiniones?
Gracias por leer _
