[Hogar de Naruto – Patio]
Kiba y Koneko fueron lanzados lejos, llenos de heridas, sangre y probables huesos rotos… otra vez.
Ya había pasado 1 de los 10 días que Raiser le dio a Rías para que mejore, solamente burlándose de ella ya que sabía que era inútil.
Bueno, la única cosa que no pensó era en la introducción de Naruto al equipo, pero estuvo de acuerdo, sabiendo que tenia números y experiencia a favor.
Naruto miró con diversión su celular, riéndose cuando abrió la conversación con un compañero suyo.
"Saben que si no vienen con todo no van a hacerme ni un rasguño".
"Estamos… yendo… c-con…"
Naruto negó con la cabeza. Su celular desapareció en un círculo mágico, y miró tanto a Yuuto como a Koneko.
Ambos se estaban poniendo de pie con dificultad, y una leve cojera en caso de Yuuto. Tenía la pierna resentida del golpe que le dio, una patada digna de Bruce Lee.
"Ven primero tu, Yuuto".
El rubio gruñó.
A una velocidad muy inferior a la habitual, Kiba estaba frente a Naruto, con una espada en mano, listo para apuñalarlo.
Y así fue.
Yuuto abrió los ojos, viendo como había atravesado el abdomen de Naruto, a un lado del centro de su abdomen, y de lado a lado.
Debido a eso, no reaccionó cuando el puño de Naruto se estrelló contra su rostro, enviándolo por el suelo hacía Koneko, que lo detuvo, pero no quitó su mirada del rostro de Naruto.
No había hecho la más mínima mueca. No movió su rostro ni su cuerpo con algún signo de dolor.
Naruto retiró la espada lentamente, y con pura fuerza bruta, la rompió en pedacitos.
"Deben aprender a soportar el dolor. No importa que te atraviesen, apuñalen, quemen, aplasten, electrocuten, te ahoguen, te rompan los huesos… No vas a ganar si dejas que un poco de dolor te detenga".
La camiseta de Naruto se rompió cuando hizo fuerza, expandiendo levemente sus músculos hasta volverlos a su forma original.
Y ahí lo vieron.
Una mezcla de fuego naranja y negro cerró la herida, sin dejar cicatriz.
"Vamos a dejarnos de idioteces".
La voz de Naruto salió en un susurro, e incluso así, Kiba y Koneko lo escucharon.
El escalofrío que recorrió la columna de ambos los hizo afirmar su postura, a pesar del dolor de sus músculos y huesos.
Naruto hizo una extraña pose con las manos, y una gran concentración de magia se sintió por unos segundos, antes que esa misma se encierre alrededor del pelinegro.
Koneko y Yuuto vieron la boca de Naruto moverse, como si hablase para el mismo.
Un potente brillo los cegó, forzándolos a cerrar los ojos.
"¿Otra vez? ¿Qué planeas ahora?"
Cuando el dúo abrió los ojos, quedaron entre impresionados y curiosos al ver un fénix de 5 metros… Un fénix.
"Vamos a hacer el entrenamiento marca Satanás".
Lo vieron.
Un brillo malicioso en los ojos del Fénix, como si supiera que significaba eso.
El infierno iba a ser un lugar agradable luego de esto.
…...
*Crack*
El sonido de un cuello romperse resonó en el medio de un bosque a las afueras de Kuoh, algo lejos del hogar de Naruto. Koneko miró su vida pasar ante sus ojos, justo cuando el fuego suave la rodeó y curó su herida de muerte.
*Pumm*
Yuuto salió volando, con todos los órganos internos no vitales hechos pulpa. Koneko miró como su vida pasó frente a sus ojos, antes que sus heridas se curen.
Naruto estaba de pie, con una mano libre y la otra ocupada con una copa de vino.
Yuuto reapareció detrás de Naruto, con espada en mano y listo para cortarle el cuello.
No llegó ni siquiera a balancear correctamente su espada.
Tres rápidas y potentes patadas rompieron todas sus costillas, con una atravesando su pulmón derecho, a la vez que era enviado lejos a volar. Antes de tocar el suelo y terminar en muerte segura, fue curado y se recompuso como pudo, con claro miedo en los ojos.
Koneko quiso asestar un ataque sorpresa con un golpe de martillo, pero fue tomada solo por una mano de Naruto desde el tobillo, que a velocidades sobrehumanas la azotó contra el suelo, creando cráteres pequeños.
Una vez notó que el brillo empezaba a abandonar sus ojos, la lanzó. El fuego rodeó su cuerpo y la curó, con ella piloteando su cuerpo para caer de pie.
"Koneko es la que más entiende la pelea. Tú, Yuuto, aunque rápido y agudo, no estás dando tu alma en esto".
Una vez más, ambos se lanzaron, incluso si oían atentamente las palabras de Naruto.
Ignis, con el tamaño de un avestruz, miró como Naruto en menos de un segundo le rompía el cuello a Kiba de un revés, y a Koneko la enviaba a volar tras una patada en las costillas.
Incluso con la ventaja que Naruto no estaba usando un brazo, exactamente el que tomaba la copa de vino, ellos no pudieron hacerle la más mínima caricia.
El Fénix suspiró cuando sintió como una gota de agua de su energía era usada para curar y darle básicamente resistencia infinita a estos… Críos en crecimiento a adultos.
No era resistencia infinita, sino que cuando ellos empezaban a tener la más mínima señal de agotamiento, él debía restaurarlos.
"Rubio, pierdes resistencia cuando desenvainas y atacas todo el camino, tu ataque no es tan fuerte".
Ignis lo vió. Yuuto empezó a correr a una velocidad menor a la que estaba usando, y cuando lanzó el corte, no retiró tanto sus brazos como antes. El golpe de Naruto no fue letal, y solo lo envió volando con una costilla rota.
Yuuto también lo notó.
'Una fracción de segundo más rápido...'
Cuando volvió a atacar, volvió a cometer el mismo error, y lo pagó caro. Su brazo se dobló en una posición extraña, y se escuchó su hombro crujir, producto de una patada brutal. El pie de Naruto se clavó en el cuello de Yuuto, enviándolo a volar lejos, pero esta vez…
Su vida no pasó ante sus ojos.
'Si cometo un error, me castiga sin decirlo… Creí que era sádico, pero esto me encanta…'
Naruto sonrió, como si supiese lo que está pensando el rubio.
Koneko intentó atacar a Naruto desde el único posible punto ciego que encontró. Su vida brilló frente a sus ojos por un breve segundo, en el que ella se agachó y esquivó una patada de talón mucho más rápida que le habría partido el cuello.
'No nos está… No, nos está entrenando… Esta enseñando a nuestros cuerpos a pelear'.
Ignis sonrió.
Parecía que entendían el fin de este entrenamiento mortal, que ni los Espartanos u otros locos harían ni porque les ofrezcan la vida entera.
Naruto no iba a matarlos. Ignis se encargaba de eso, manteniendo su cuerpo curado y lleno de resistencia, al igual que sin necesidad de comer, ya que usaba su propia energía como proteína. Un hechizo de agua y 5 segundos eran suficiente para quitarles la sed.
¿Un error? Igual a un golpe que los dejaría en el limbo.
¿Una acción buena o una mejora? Golpes no letales, pero si duros.
"Esto era un entrenamiento normal en la Facción del Viejo Maou. Aunque no tan cercano a la muerte…"
Naruto se encogió de hombros, usando su codo para darle a Koneko en la barbilla con fuerza, enviándola a volar lejos con el cerebro dando vueltas, y su pierna derecha para golpear el abdomen de Yuuto más rápido de lo que podía ver, hasta que sus órganos se removieron y lo hicieron vomitar.
"Detalles… Casi me vomitas".
Naruto retrajo a tiempo su pierna, mandando a volar a Yuuto de una patada una vez dejó de vomitar.
Ambos se curaron, y se detuvieron solo unos segundos, cuando vieron a Naruto pararse a servirse algo de vino.
"Cuando uno de ustedes se ajusta al nivel, subo el nivel para ambos".
El rostro de Yuuto y Koneko se llenó de puro shock. Ignis se rió levemente de eso, mientras Naruto enviaba la botella de vino nuevamente a su dimensión de bolsillo con un círculo mágico.
"Nadie se queda atrás. O te pones al día o sufres cuando te dejan atrás. En una lucha real, tienes que adaptarte a una situación cambiante en el acto, y superar esos desafíos… o morir".
El Asmodeus tomó un trago del vino, relamiéndose los labios casi sensualmente, como si le encantara esto.
"Todavía tenemos más de 160 horas… Más vale que mejoren más de lo que han llegado hasta ahora".
"Eh… Esto es… una locura... esto es más que sádico totalmente".
"Lo es, es muy sádico. Nos ataca con un nivel de fuerza que podemos manejar, pero sólo nos hirieron por unos momentos antes de que nos sanara. Es una locura... pero... Da… miedo, pero... pero... da mucho miedo".
Yuuto empezó a sudar con nervios. Podía ver los beneficios, pero eso no cambió que esto no era entrenamiento.
No…
Esto fue experiencia.
Esto era lo que en verdad conlleva enfrentar a un oponente que es más fuerte que tú, pero lo suficientemente fuerte como para que si te superabas poco a poco, podrías superarlo.
Naruto estaba yendo hacia ellos con un propósito.
Empujarlos a sus límites y más allá… Hacerlos crecer.
Ignis, el Fénix, estaba sanando sus músculos heridos y desgarrados, sus huesos rotos y demás, poco a poco. El objetivo de esto era que sus cuerpos crezcan más fuertes, así como ellos avanzaban en otros ámbitos.
Este era un tipo de entrenamiento que sólo podía ser experimentado a través de la vida genuina… O la pelea a muerte.
Esto fue lo más cercano a la guerra.
Esta fue la experiencia de alguien que parecía haber vivido una guerra. Alguien que había luchado contra el desafío toda su vida, y tuvo que superarlos con pura voluntad.
Esta fue una experiencia verdaderamente aterradora.
Y el primer paso para superarla, era superar el miedo que los llevó a eso.
Fue una fracción de segundo, en el que tanto Yuuto como Koneno vieron pasar nuevamente la vida frente a sus ojos.
Pero no pudieron esquivarlo.
Fueron golpeados a solo medio dedo meñique del fin, y se curaron en el mismo instante.
Lo sintieron, pero no pudieron reaccionar.
'Una nueva mejora, al menos'.
Yuuto gruñó y se volvió a lanzar. Koneko le siguió al milisegundo.
El primer día pasó…
…….
Tercer día.
Ignis tomó nota mental de todo.
Yuuto y Koneko crecían casi a la par, de hecho, no mantenían tanta distancia entre ambos a la hora de evolucionar.
Pero el Fénix no era estúpido. Era un ser que existió por milenios, y conocía mucho de todas las razas, especies y colores del mundo.
El rubio era impulsado por la oscuridad, sin importar si Koneko se le adelantara o no, había algo que lo motivaba a no rendirse.
Koneno se había quedado estancada en un punto específico, y empezó a sufrir la probable peor humillación de su vida.
Mientras Yuuto ya llegaba al nivel 12, Koneko no salió del nivel 7.
Cuando el puño de Naruto atravesó su estómago y luego la envió a volar, la Nekomata se quedó colgada de la rama de un árbol, viendo a Yuuto ser atravesado por el puño de Naruto cerca de su corazón, entre el pecho y el hombro, y ser enviado lejos.
'Cada vez que creemos acostumbrarnos, se vuelve peor…'
Yuuto volvió a lanzarse, una vez recuperado, e hizo una finta que evitó el golpe de Naruto una vez sintió su vida pasar frente a el por menos de un milisegundo.
Las venas en los brazos de Koneko se marcaron, al igual que las de su cuello cuando apretó sus dientes del enojo.
Naruto alzó una ceja ante el maullido enojado que escuchó venir de Koneko, y sonrió divertidamente.
Sus pies se rodearon en llamas naranjas, enviando de vuelta hacía Koneko y Kiba las llamas blancas que lanzó la peliblanca.
Fue en ese segundo que Naruto notó como a Koneko le salieron orejas blancas de gato, y una cola en la espalda.
"¡No temo a la muerte! ¡No te temo a ti! ¡Voy a matarte!"
Una potente carcajada salió de Naruto, que esquivó con pura facilidad los golpes llenos de intención de matar de Koneko, que por la mas mínima casualidad, se coordinaron con los ataques de la espada de Kiba, y eso hizo sonreír a Naruto.
'Cuando dos espíritus de pelea se unen y se empiezan a entender, se coordinan sin quererlo… ¿No es así, Ddraig?'
"En efecto, compañero".
La risa llena de satisfacción de Naruto hizo temblar de diversión al Dragón dentro de el, que desde que vió los recuerdos de Naruto, entendió totalmente este entrenamiento.
Era lo extremo de lo sádico, pero era jodidamente eficiente.
En tres días, ambos demonios mejoraron lo que les tomaría meses de entrenamiento a su ritmo.
Este entrenamiento lo sufrieron terroristas, militares, e incluso el propio Naruto a distintas escalas.
Con otro regalo de heridas letales, Koneko y Kiba se curaron, viendo fijamente como Naruto terminaba su copa y la hacía desaparecer.
Hizo crujir sus hombros y… Y…
"No me jodas…"
"Esto es progreso… Sigue viniendo hacía mi con intención de matar. Desde aquí van a sentir como si cualquier situación en su vida haya sido tan minúsculo como la muerte de una cucaracha".
Miedo.
Yuuto y Koneko descubrieron el verdadero significado de miedo, horror puro al notar algo que Naruto no había hecho en todo el tiempo.
Tomó una postura.
Ni siquiera tuvieron tiempo a pensar.
Humillación, sanación, humillación, sanación.
En menos de dos segundos Naruto ya los había golpeado de forma mucho más jodida, y esta vez estaba mucho menos contenido.
Naruto golpeó nuevamente a Koneko y Yuuto, atravesando el estómago de ambos y enviándolos lejos para que vuelvan a sanar.
"¡Sus mentes ya están debilitadas! ¡Saquen sus espíritus de pelea y háganlo fuerte! ¡No se rindan por nada y ataquen con todo lo que tienen! ¡Vuélvanse fuertes y rompan los límites que creían tener!"
Yuuto lo sintió.
El dolor a través de los golpes de Naruto.
No había un chico maestro en orgías, un adicto al sexo que se follaría lo que tenga agujero…
No, aquí había un guerrero que creció en el sufrimiento y el dolor, pero que lo afrontó y lo superó.
El rostro del rubio fue golpeado repetidamente contra el suelo, antes que se curase mientras era enviado a volar contra Koneko.
"¡Puedes decir o pensar que vas a ir más lejos pero solo las acciones lo van a demostrar! ¡Coraje, trabajo en equipo, voluntad y algo que proteger! ¡No importa si es tu vida, la del otro, tus amigos o tu familia! ¡Si tienes todo eso, tienes todo para ser más fuerte!"
Ignis miró con leve tristeza a Naruto. Ddraig estaba en la misma situación, sintiendo claramente las emociones de Naruto.
El fénix llevaba tiempo sin escucharlo hablar desde el corazón, en verdad.
No había conocido a ningún mestizo, sin importar raza, que ábrase su dos lados, y no solo uno.
Tenía a unos metros al ser más demoníaco y más humano de todos, en una mezcla tan perfecta y tan imperfecta de ambos.
Se limpió una lágrima, viendo como los ojos tanto de Yuuto como Koneko brillaban, como si sintiesen lo mismo que el.
Y así era.
Las palabras de Naruto eliminaron el miedo de ambos demonios.
Incluso cuando los golpeaban y humillaban de formas casi degradantes, las sonrisas se abrieron paso en el rostro de Yuuto y Koneko, al igual que el rostro de Naruto.
…….
8 de 10 días.
Rías, Akeno y Asía lo vieron con puro shock.
La presión que estaba siendo liberada era totalmente pesada, casi como si las fuese a aplastar de no ser por el fénix a su lado, que las tenía rodeadas de un fuego que no quemaba, sino que las protegía.
Naruto estaba peleando contra un Yuuto ridículamente más rápido que lo que el trío de mujeres podía ver, con espadas más grandes y, por lo tanto más pesadas, que se movían con pura maestría.
Y también contra Koneko, con un aura amarilla clara alrededor de todo su cuerpo, y sus rasgos de Nekoshou al aíre. Para Rías y Akeno, la mayor sorpresa fue ver las dos colas balancearse detrás de ella.
Estaba usando su Touki, su propia energía vital, como un arma.
Ni Rías ni Akeno en verdad esperaban que ella pierda su miedo a usar tanto Senjutsu como Touki, ni la mejora ridículamente alta de Yuuto.
Y Naruto… Ninguna pudo hablar cuando lo vieron.
La sonrisa en su rostro era totalmente verdadera, llena de felicidad sin fin, incluso mientras esquivaba, desviaba y contraatacaba a Yuuto y Koneko, siendo más rápido y fuerte que ambos.
Eso si, Yuuto seguía siendo más rápido que Koneko, y ella más fuerte que Yuuto, pero era un rasgo obvio debido a sus propiedades con la Evil Piece correspondiente.
Naruto tiró su cuerpo hacía atrás, evitando el corte a su cuello producto de Yuuto. Puso una mano en el suelo y giró sus piernas, golpeando el brazo y el torso del rubio lejos, a la vez que evitaba un golpe de Koneko que destruyó y levantó el suelo bajo el.
Se impulsó con ambas manos y la pateó lejos, usando el mismo movimiento para ponerse de pie.
"Terminamos".
Ignis dejó de enviar magia y, una vez ya curados, tanto Yuuto como Koneko cayeron al suelo dormidos, con una sonrisa feliz.
Koneko volvió a tener solo una cola, y cualquier espada de Yuuto se destruyó en partículas.
Asía se acercó corriendo a Naruto y lo abrazó, sorprendiendo por un segundo al pelinegro, que sonrió levemente y devolvió el abrazo a la ex monja.
"Ara~, déjame un espacio".
Sin importarles la suciedad y el olor a sudor que tenía, tanto Akeno como Asia abrazaron a Naruto, que no se negó y las abrazó.
Ignis tomó con su pico a Yuuto, mientras Rías alzaba a Koneno.
Naruto sonrió suavemente, sintiendo su pecho calentarse poco a poco.
El abrazo de ambas mujeres era cálido, y tenía mucho cariño y preocupación detrás.
Sin embargo, fue el quién decidió romper el abrazo. No quería pegar su olor a sudor en ellas, no así.
Rías se paró frente a Naruto, una vez Akeno y Asía le dieron algo de espacio, y le dio una reverencia.
"Gracias por esto, Naruto. La verdad no se como agradecerte… Siento como ambos han mejorado mucho, como si fuesen más fuertes que yo en todo aspecto".
"Solo hice que aprovechen su verdadero poder".
El grupo empezó a caminar por el bosque, rumbo nuevamente al hogar de Naruto.
"Yuuto va a necesitar un buen maestro. Aunque la venganza sigue en su alma, en verdad… Hasta que no supere o logre eso, en verdad no va a progresar. Su alma no se lo permite, como si fuese algo que debe hacer para avanzar".
Rías entendió eso. Akeno guardó silencio, tomando un brazo de Naruto, mientras Asia caminaba del otro tomada de la mano del pelinegro.
Ignis miró levemente al rubio que estaba en su pico, totalmente dormido por el siguiente día, tal vez hasta unas horas antes del dichoso Rating Game.
"¿Has leído y practicado lo que te mostré, Asía?"
La rubia asintió, con una sonrisa feliz. Akeno sonrió divertidamente, lista para burlarse amistosamente con algo que ellas habían hablado, pero Asía lo notó y se adelantó.
"Leí todos los libros de medicina que pude, y los repase varías veces. Empiezo a creer que el entrenamiento espiritual y mental son más importantes de lo que parece".
Naruto asintió y sonrió, frotando el dorso de la mano de Asía con su pulgar. La rubia notó esto y sonrió con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
…...
Naruto se relajó en el agua caliente de las aguas termales que había en el primer sótano de su casa, ya que había otro piso más que estaba totalmente vacío.
Sus brazos estaban fuera, puestos contra el borde, con un vaso lleno de whisky en su mano derecha, y un habano prendido en la izquierda.
Un parlante colgado en una esquina de la pared empezó a pasar música a un volumen moderado, y eso lo hizo sonreír.
"Esta música de mierda… Es adictiva como la cocaína, pero antes que escuchar música clásica prefiero esto".
Naruto cerró los ojos, recordando algo.
"Nosotros tenemos suerte de no tener que soportar música lenta y aburrida cuando no es necesaria. Lord Rizevim suele decir que aunque el reggaetón le parece un asco, es mejor que querer divertirte con música clásica".
El recuerdo del sirviente de Rizevim… El hermano de la peliplata sirvienta de la familia de Rías.
Naruto bufó levemente, llevando el habano a su boca.
'A ella le gusta la gasolina… Debe ser drogadicta'.
Naruto abrió sus ojos levemente, antes de abrirlos para ver bien cuando sintió que alguien, o más bien dos personas entraban a las aguas termales.
"¿Hay algún problema si nos unimos, Naruto-sama?~~"
El pelinegro sonrió con diversión, mostrando sus dientes blancos con colmillos algo puntiagudos.
Akeno y Asía entraron, vistiendo nada más que una toalla cubriendo sus senos y su intimidad. La pelinegra tenía una expresión coqueta, con un brazo debajo de sus senos, y una mano apoyada en su mejilla.
Asía parecía algo nerviosa, pero decidida. Como si supiese que desde aquí no hay retorno.
Aprovechando que tenía el habano en la boca, hizo una seña con su mano libre, que ambas entendieron.
Akeno retiró su toalla, dejándola caer al suelo sin importarle, y empezó a caminar hacía Naruto, que analizó cuidadosamente cada detalle, cada curva del cuerpo de la pelinegra.
Asía, después de una respiración profunda, se quitó la toalla, y Naruto posó su mirada en ella.
La rubia, con pasos lentos y con pequeñas dudas, se acercó al lado libre de Naruto, ya que Akeno ocupó el derecho.
El Asmodeus admiró en silencio el cuerpo de Asía, que se sintió como un pequeño conejo ante un lobo alfa, que parecía listo para cazarla. Los faroles rosados de Naruto analizaron su cuerpo desde el cabello hasta los pies en el agua, hasta que ella se sentó a su lado.
"Debes estar muy estresado de tanto pelear…"
"Eh- Y-yo… ¿Quiere que le ayudemos con s-su carga, Naruto-sama?"
El Asmodeus mentiría si dijera que no.
Akeno tomó su habano y lo puso en su boca.
"Claro, Asia, Akeno… Eso se fuma poco a poco. Aspira suavemente en la boca y no los pulmones, saborea el humo".
Naruto miró a Akeno levantarse y sentarse detrás de el, en el suelo y con las piernas en sus hombros. Sus manos fueron a sus trapecios y empezó a masajearlos con maestría.
Asía tragó levemente, tomando la mejilla de Naruto y empezando a acercarse lentamente. Naruto la tomó de la cintura, haciéndola temblar un poco ante el tacto de sus masculinas y fuertes manos, justo antes que sus bocas hagan contacto.
La rubia sintió su mundo ralentizarse por unos segundos, y su cuerpo se relajó totalmente cuando Naruto metió suavemente su lengua en su boca, y la saliva hizo su efecto.
Akeno siguió el consejo de Naruto para fumar el habano, y lo exhaló lentamente, viendo la mano de Naruto levantar su pulgar, como si supiese lo que hizo.
La mano de Asía bajó por el rostro de Naruto, bajando por su cuello y su pecho hasta su abdomen. Su mano se posó sobre el miembro de Naruto, haciéndola gemir con leve miedo al notar que su pequeña mano no terminaba de rodearlo.
Akeno se rió levemente al ver eso.
Sin saberlo, la puerta estaba levemente abierta, e incluso con el poco vapor en el aíre, nadie notó que estaban siendo espiados.
…….
¿Dudas?
Y si, estuve leyendo "Naruto: El Tutor Pagado". La verdad ese entrenamiento de Issei, Koneko y Yuuto es lo más cercano a lo que se va a contar del pasado de Naruto en unos capítulos.
Ya vieron. Akeno es una mala influencia.
