Reino de Edo.

Las cosas durante ese año en el que Ángel no estuvo, fue algo tranquilo, no obstante, no significa que hubo paz completa ya que se realizaron unos pequeños conflictos.

Y uno de ellos sería significativo.

- Parece que las cosas van bien, la paz está en Edo y los habitantes están felices – Yoshimune decía a Yuzu y Ooka quienes asintieron.

- Sí su Majestad, gracias a su gestión los habitantes de Edo viven en paz.

- Así es, los precios están en una buena línea en donde son accesibles, además de que las cosechas han ido bien.

- Me alegro que sea así, ver los rostros felices de la gente es lo que importa, aunque… igual me siento algo triste por algunas cosas que han ocurrido en mi vida personal.

- Su Majestad, lamento si es por lo del hermano de Nico, debió ser duro que las cosas llegaran hasta ese punto – Yuzu decía eso debido a que durante esos meses, Kotaro decidió abandonar su lealtad al Shogunato e irse contra el Inazuma Bugeicho dirigido por Candy, algo que la dejó muy dolida ya que perdió al que considera su hermano mayor.

- Incluso varios oficiales abandonaron sus puestos para irse con ella, esto es duro – susurró la prima de Umi.

- No se preocupen por eso, es duro para mí ya que a pesar de sus palabras… él sigue siendo mi hermano – ni Yuzu ni Ooka se dieron cuenta de los puños apretados de la Shogun, aunque ella extrañaba un poco a Kotaro, dentro de su mente estaba el hecho de que no perdonaría a ninguno de ellos por hacerle daño a su madre.

- ¡Mi Señora! – Sukehachi apareció junto con Osono, ambos luciendo algo preocupados.

- ¿Qué ocurre?

- Parece que hay espectros o algo así que están atacando Edo – todos se pusieron de pie y al salir a ver, notaron como es que unos espectros venían del cielo y lanzaban de sus bocas rayos de hielo que aterrorizaban a las casas.

- ¿Qué demonios es eso?

- No tengo ni idea, pero hay que ir a ayudar, no podemos dejar esto así – Yuzu exclamó y junto con los gatitos de Yoshimune, fueron corriendo hacia donde estaban las amenazas.

- Voy también – la peli rosa salió para batallar, transformándose rápidamente en su forma de Mahou Shoujo y con eso, una dura batalla iniciaría.

En una de las zonas de Edo, la gente corría por su vida, estos espectros eran como murciélagos de color azul y blanco los cuales eran un poco más grandes que un humano normal, además de que lanzaban aliento de hielo el cual congelaba lo que fuera que tocara.

- ¡Ayúdenme por favor! – una madre gritaba justo cuando estaba por ser congelada, alguien llegó dándole una patada al monstruo.

- ¿Se encuentra bien? – Yuzu llegó en su ayuda, la mujer asintió.

- Gracias – esta se fue de ahí, muchos miembros del clan Tamaki-no-kami ayudaron a varias personas a batallar contra estos espectros, aunque tremenda sorpresa que se llevarían.

Sukehachi y Osono intentaron darle unos golpes a estos, pero cuando estaban por tocarlos, estos se volvieron intangibles y aparte de eso, atacaron a los ninjas, samuráis y demás guerreros del clan.

- Demonios, ¿Cómo vamos a vencerlos si no los podemos tocar?

- No sabía que Frio era algo real, pero al menos puedo decir que esto será duro – susurró Yuzu la cual sintió cuando uno venía hacia ella, la chica le intentó lanzar varias ráfagas de cosmos, pero no le hicieron efecto.

- ¡Tía! – Matsuri miró hacia atrás en donde justo uno de esos espectros le dio un golpe a la chica mandándola hacia unos basureros.

- ¡Líder!

- Joder… eso me dolió.

- No solo nosotros estamos peleando duro, la Shogun también lo está haciendo – Yoshimune se había unido a la batalla, aunque no le estaba yendo bien.

- ¡Meteoros de Pegaso! – los golpes fueron hacia los espectros los cuales se volvieron de nuevo intangibles evitando ser alcanzados – mierda.

- Mi Señora, no se pueden golpear, se vuelven como invisibles para evitar que sean heridos.

- Y lo peor es que nos pueden atacar como si nada, el aliento de hielo es muy feo – susurró la peli rosa, en eso, unos de estos monstruos iba directo hacia ella y lanzó algo de su aliento en el brazo, congelándole esa parte.

- ¡Mi Señora!

- ¿Qué demonios? ¿Cómo es que me congeló de esa manera?

- Hay que cuidar de la Shogun, no podemos evitar que sigan lastimándola – en ese momento, una ráfaga de fuego fue hacia donde estaban todos los que peleaban y aunque parecía un ataque, no era para ellos.

- Solo hay alguien que tiraría ese fuego para acá – susurró Yuzu y en eso, de ese mar de fuego apareció Franco con su espada de fuego

- No me esperé que hasta aquí llegaran los demonios que estaba cazando – el chico entró mirando a los espectros quienes quisieron ir de golpe hacia el chico, pero este golpeó el suelo con su arma y un mar de llamas comenzó a inundar todo el sitio, los espectros no pudieron soportar eso a pesar de su habilidad de intangibilidad.

- Eso es, no aguantan el fuego ya que solo atacan con hielo, a pesar de tener ese poder de hacerse invisibles.

- ¡Ataquemos ahora! – Matsuri se lanzó al ataque activando sus orejas y cola de gato hechas de fuego, los demás ninjas, Yuzu y Yoshimune atacaron a los monstruos del frio usando sus técnicas.

- Esto es por mi gente y por haberme congelado el brazo – el cosmos de la reina se elevó destruyendo el hielo que había envuelto su extremidad y con eso ya tenía lo suyo – ¡Meteoros de Pegaso!

- Yo haré lo mismo… ¡Explosión de Galaxias! – los ataques de ambas, así como los que hizo Matsuri y los demás miembros del clan dejaron a los espectros destruidos y muertos.

- Acabamos con todos.

- De suerte, me pregunto cómo es que…

- ¡Cuidado Yuzu-san! – uno de los espectros no parecía haber muerto y fue sin más a atacar a la colombiana, mordiéndola en el brazo.

- ¡AAAAAAAH!

- ¡Déjala! – Franco lanzó con fuerza su espada hacia el monstruo el cual no reaccionó a tiempo y acabó con el arma clavada en su pecho y el fuego acabó incinerándolo.

- ¿Te encuentras bien? – todos los demás fueron a ver la herida de la peli lavanda, esta estaba sangrando, aunque no mucho.

- Tenemos que limpiarla, no podemos dejarla así.

- De acuerdo – la chica fue atendida en la mansión del clan en donde el médico particular la revisó y desinfectó la herida.

- Estará bien, parece que no hay bacterias ahí por lo que solo deberá descansar un poco, con su permiso, me retiro – el médico se fue, Yuzu solo se miró la herida la cual estaba vendada.

- Supongo que tendré que descansar un poco.

- Es mejor, hay heridas que no se tratan y empeoran muy feo – Franco decía.

- Por cierto, Fran, tenía tiempo de no verte, ¿Cómo te ha ido?

- Bueno, no me quejo, es algo cansado, pero es parte del trabajo al final – el chico decía.

Resulta que durante el año que había pasado, Franco se había ido a trabajar como profesor a una academia en Numazu, siendo esta la que fue usada para las estudiantes de Uranohoshi luego de su cierre.

Esta había prosperado por lo que ahora era una escuela llamativa, además de que tenía fama por lo hecho por Aqours en el Love Live! que ganaron.

No solo eso, sino que Franco estaba viviendo en un apartamento con vista al mar con algo de compañía, pero no era nadie de sus chicas, sino su compañera de trabajo, Ayano Yugiri.

Con su cabello azul y ojos del mismo color, Ayano era una mujer muy bella, además de que con el paso del tiempo desarrolló sentimientos por el argentino, cosa que parecían ser correspondidos, aunque ambos parecían estar más concentrados en sus trabajos que en otra cosa.

Ese día Franco volvía de trabajar como maestro cuando notó como los mismos demonios que atacaron Edo andaban por ahí y comenzaron a lanzar rayos de hielo, ahí fue cuando el chico actuó.

Tanto él como Ayano batallaron contra ellos, aunque cuando el chico usó su espada de fuego, se dio cuenta de que el fuego les hacía daño por lo que logró espantarlos, pero este debía acabar con ellos y fue con la peli azul a seguirlos hasta que llegaron a Edo.

- Han pasado cosas Yuzu, pero bueno, supongo que al menos estás bien.

- Y que lo digas – suspiró la gata mágica – por cierto, ¿viniste solo?

- No, vine acompañado de mi amiga Ayano, pero ella debe estar atendiendo los heridos que hubo junto con tu clan.

- Sí, muchos de ellos andan ahí, aunque no sé si Nico anda ayudando también.

- Hace tiempo que no la veo, la veré ahora que vaya a ver a Ayano – dijo este – por cierto, dentro de unos días se cumple ya un año desde que Asuka se fue ¿no?

- Sí… no tienes idea de como la extraño, solo espero que vuelva pronto con nosotros – Yuzu se puso algo nostálgica notándose en su voz.

- Cuando ella vuelva, pasarán muchas cosas, ya lo verás – la colombiana asintió, no obstante, ambos se quedaron callados un momento – ¿sentiste eso?

- Ese cosmos… ¿acaso ella…?

- Sí, es ella, tal parece que ya regresó.

Mientras tanto, en la ciudad, todos los heridos estaban siendo ayudados por varios miembros del clan Tamaki-no-kami, además de los bomberos dirigidos por Nico hacían su parte de su trabajo.

- Menos mal que nadie murió – susurró la peli negra de ojos rojos mirando como los habitantes eran atendidos.

- Jefa, todo está bien, ya los pacientes han sido tratados, además, esa chica nos está ayudando bastante – uno de los hombres bajo el mandato de Nico miró a Ayano quien hacía también labor de enfermera ayudando a varios heridos.

- Me alegra, al menos hay que decir que todo salió bien, pero no me explico de donde vinieron esas cosas, parecen alienígenas.

- ¿No serán demonios?

- Para nada, los demonios no se ven de esa manera, lástima que mi madre no está aquí para que pueda decir que son esas cosas.

- Son necrofriggianos, espectros de hielo que habitan en la región más baja del Kólasi, un poco más allá del octavo círculo en donde está mi trono – la voz de alguien llamó la atención de Nico la cual al voltear lentamente notó unos ojos de color azul, así como su cabello luciendo el color gris ondeando, pero en las partes finales, este era de color morado oscuro.

- Mamá.

- Así es Nico-chan, he vuelto – susurró la mujer abrazando a la peli negra quien correspondió al gesto.

- ¡Madre! – Yoshimune llegó a donde estaba justo Nico, pero de inmediato notó a la peli blanca quien usó su cola para atraer a la peli rosa.

- Yoshi-chan, me alegro que estés bien también, tenía un año de no verlas, aunque veo que has hecho un gran trabajo dirigiendo a tu reino.

- Madre, ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué son esas cosas?

- Como le dije a Nico-chan, son necrofriggians, antes de visitar a koshis y Blair-chan, iré a ver a mi sucesora, ya regreso – sin dar más explicación, Ángel sacó sus alas y voló a gran velocidad hasta el cielo.

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Reino Kólasi.

Durante el año de ausento de la reina Suikyo, la que se hizo cargo fue su sucesora, Kana, con su nombre de demonio Amanojaku.

La peli naranja siguió consejos de los ancianos, aunque una que fue clave para su desarrollo fue Cime, la madre demonio y mitológica de Ángel. Esta ayudó a Kana a cómo llevar algunas riendas del Kólasi, así como los controles los demás círculos.

La peli blanca llegó al octavo círculo en donde justo encontró a Kana en el trono mientras miraba lo que ocurría en los demás círculos, de inmediato, notó la presencia de la emperatriz.

- Abuela.

- Hola mi demonio del mal, ¿Cómo andas? – ambas se dieron un fuerte abrazo por el tiempo en que no se vieron.

- Me alegra que te encuentres bien, ya te extrañaba bastante.

- Lo sé, mírate cómo has crecido, eres igualita a tu madre cuando iba en Yuigaoka, solo que los pechos tuyos son un poco más grandes jeje – la peli blanca dejó a un lado el humor para ponerse seria – dime Kana-chan, ¿Qué sabes sobre los necrofriggians?

- Han estado algo revoltosos, creo que es época de celo para ellos.

- Parece que han pasado 50 años desde que los últimos necrofriggians se fueron al espacio exterior, supongo que los que atacaron Edo son los que regresaron.

- ¿Los asesinaron?

- Sí, pero parece que a lo mejor algunos necrofriggians ya tendrán su momento de apartamento.

- Se han comportado normal hasta ahora, no por algo viven más allá – Kana señaló al punto más oscuro del octavo círculo en donde vivían estos espectros.

- Ellos aman el duro frio, pero lo importante es que no miré a nadie con mordedura de esos espectros, es mejor, de pasar eso, posiblemente esa persona tendría problemas.

Ángel no tenía ni idea que sus palabras serían cumplidas tal y como las dijo.

- Ay gonorrea, se me ve algo feo – susurró Yuzu mirándose su herida en el espejo de su cuarto en su mansión – no importa, estaré bien en un tiempo.

La peli lavanda siguió con lo suyo hasta que estaba yendo al baño a tomar un baño. Ya en la tina, esta solo se relajó un poco, pero en un determinado momento, esta sintió algo en su nariz, un cosquilleo.

- ¡Achu! – al momento de estornudar, Yuzu expulsó una ráfaga de aire congelado el cual terminó congelando la tina en la que estaba – ¿Qué demonios? ¡¿Qué pasó?!

Por alguna razón, el aliento de Yuzu se había vuelto gélido, aunque lo que no sabía la gata mágica es que eso solo sería el inicio de algo que la dejaría marcada, aunque igual, sería beneficioso.

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Continuará…

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Y hasta aquí el capítulo de hoy.

¡He vuelto chicos! Sip, Autormanía oficialmente está de regreso e iniciamos un nuevo arco el cual prometo que será muy llamativo, al menos eso espero que sea para ustedes jeje.

Empezamos fuerte, una invasión de necrofriggians (y sí, son la especie de Frio de Ben 10) la cual gracias a Fran fueron eliminados, bueno, si son criaturas del frio, creo que era obvio que el fuego les haría daño.

Pero parece que las cosas con Yuzu andarán por un camino extraño, parece que esa mordida le causará algunos problemas, pero no crean que será lo único que veremos de eso.

Además… Ángel ha regresado y con eso, las cosas podemos decir que volverán a la normalidad jeje.

Sin más, este ninja se despide.

Bye.