Ni glee ni sus personajes me pertenece… lamentablemente.

Advertencia Rachel G! P.

CONDADO SACRAMENTO, LUNES 9 DE MARZO.

El abogado Finn Hudson salía de aquella pequeña comisaría, con una enorme sonrisa en su rostro, su trabajo había terminado y ahora le esperaban unas increíbles y largas vacaciones en la playa.

Subió a su auto, lo arrancó listo para irse pero su móvil sonó y un nerviosismo lo invadió al mirar la pantalla de este, no tardó en responder, sabía que si lo hacía, tendría muchos problemas.

- hola?- del otro lado de la línea no se escuchaba nada, apenas una suave respiración.

- cómo ha ido todo?- si el silencio lo ponía nervioso, aquella imponente voz lo hacía temblar del miedo. - espero que el trabajo ya este hecho Hudson.

- po por supuesto jefe, sabe que sus órdenes son las primeras que acato.

X- así me gusta, surgió algún problema?

- no señor, todo salió como lo acordamos, Rachel Berry será trasladada a la prisión para mujeres del condado, como me lo pidió.

X- y que pasó con los testigos del caso?

- tranquilo jefe, eso ya está resuelto.

X- tranquilo? - el abogado escuchó una risa tan escalofriante, que por poco y orina sus pantalones - yo estoy demasiado tranquilo Hudson, el que no debería estarlo, eres tu, si algo sale mal, tú serás el único responsable en todo esto…. Recuerda que es tu palabra contra la mía. - si, lo sabía, Hudson sabía que nadie le creería a él, se había metido con el mismísimo Satanás.

- lo sé señor, por eso hice todo a la perfección, no habrá cabos sueltos.. se lo juro.

X- eso espero Finn Hudson, porque si no, date por muerto.- de nuevo el silencio inundó aquel pequeño espacio. - ahora quiero que desaparezcas y no vuelvas hasta que yo te lo indique, no quiero que nadie sepa tu paradero de acuerdo?

- si señor, en este momento iba a recoger mis maletas.

Solo quería saber si puedo contar con el dinero que me prometió?

X- por supuesto Hudson, el boleto de avión ya debe haber llegado a tu departamento, y el dinero lo acaban de depositar uno de mis hombres a tu cuenta.

Cuentas claras y amistades largas abogado.

- gracias jefe.

X- No me lo agradezcas, solo espero seguir contando contigo y con tu fidelidad.

- por supuesto que sí, sabe que estoy para lo que usted ordene señor.

X- Que tenga un increíble viaje abogado.

- grac… - la llamada había terminado, y el abogado apenas si podía respirar, echó a andar su auto, y se fue con rumbo a su casa, le esperaban unas merecidas vacaciones.

Prisión Estatal Para Mujeres De Folsom.

La prisión de folsom para mujeres, era la más nueva en el país, por eso mismo, era una de las que menos reclusas tenía,.

Había iniciado su función en el 2013, y se había asignado a sólo mujeres para que fuera resguardado, a pesar de tener pocas reclusas, siendo no más de 50, contaba con 35 celadores, un cuerpo médico que dependía de dos doctores, con diferentes especialidades, y tres enfermeras, las 5 eran mujeres, y por último estaba la subdirectora y el director de la prisión, siendo este el único hombre en dicho lugar.

Se había creado dicho lugar para alejar a las reclusas más inofensivas y de alguna forma cuidarlas.

Pero no todo estaba claro en aquella prisión, pasaban cosas que la subdirectora no sabía.

- Buenos días López. - la subdirectora llegaba a la oficina que le habían asignado en aquel lugar, lucia un poco desarreglada y muy molesta. - hay algo que hacer el día de hoy?

- buenos días? , dirás buenas tardes ya.- la rubia le dedicaba una mirada asesina.- que? Llegas una hora tarde, te recuerdo que tu hora de entrada es a las 8:am y ya son las 9.

- pues venía muy temprano como siempre, pero esta vez mi auto me dejo a medio camino, así que tuve que hacer unas llamadas pero al parecer hoy es el día de "ignoremos a Fabray", en serio mi día no puede ser peor. - quinn se dejaba caer en su silla, tenía mucho trabajo ese día.

- pues jefa, te tengo malas noticias, acaba de hablar nuestro adorado director, para avisar que se tomaría unas vacaciones y que a partir de hoy tu te quedabas a cargo, y que no quería que lo molestaran.

- Que!?, pero que le pasa a ese hombre?, últimamente no hace otra cosa que ausentarse y darme más trabajo.- trataba de tranquilizarse y coger valor. - a veces no entiendo como sigue siendo el director de este lugar.

Pero bueno, que más da, solo me queda acatar las órdenes del gobierno.

- hey, pero vele el lado bueno a la situación. - la rubia la miró en seguida tratando de encontrar el sarcasmo en el comentario de su compañera. - mira, si el no está, el trabajo es más relajado, y el ambiente será de lo mejor no crees?.

- pues si, en eso tienes razón.

Me pondré al día con su trabajo, ya que el mio esta en orden y terminado.

Aunque apuesto que su trabajo es un desastre. - la rubia encendió su computadora para empezar con su trabajo y terminar cuanto antes. - si necesitas algo me avisas.

- ok, yo empezaré por ir a tomar lista con los celadores. - la morena estaba a punto de irse cuando su jefa habló.

- no puede ser…

- Qué es lo que pasa? - la jefa de celadores esperaba una respuesta que nunca llegó. - hey, esta todo en orden?

- Me acaba de llegar un email del condado, el día de hoy nos mandarán a una reclusa.- la morena se acerco a revisar el correo. - de hecho llegará en cualquier momento.

- Pero aguarda… no se suponía que solo tendríamos 45 reclusas?

- pues si, esa fue la orden, pero, el correo ya cuenta con la autorización del director.- las chicas se miraron sin entender nada. - además, el perfil de la reclusa, es de una persona peligrosa, entonces… porque aquí?

- jefa, no se tu pero, esto me parece muy raro.

- Rachel Berry Corcoran. - su compañera la miraba esperando que algo más saliera de su boca.

- conoces a la mujer?

- no lo creo, pero, su apellido, Berry? , me es familiar, además, apenas tiene 22 años.

- Que!?, pero la edad mínima en esta prisión es de 25, otra regla infringida.

- todo es tan raro.. quiero que estés al pendiente de su llegada, la registras en el libro de ingresos, y después del cacheo personal la traes para darle el reglamento

- la morena miró a su jefa como si a esta le hubiera salido otra cabeza. - Qué? Porque me miras así?

- Me acabas de decir que es una persona peligrosa y quieres que la traiga?

- esa es la rutina Santana López, ya después le entregas todos los kits que le corresponden, como siempre.

- esta bien, pero tendrá dos guardias y yo también estaré presente.

- por dios Santana, con uno es suficiente, te recuerdo que llevará esposas.

- Pero puede ser peligrosa Quinn..

- no me importa, esta prisión es muy diferente a otras, y si la enviaron acá es por algo no, así que ve y haz lo que TE ORDENO. - Más claro para la morena no podía ser, tomó sus cosas y salió de la subdirección.

UNA HORA MÁS TARDE.

Una patrulla llegaba a la prisión de folsom, la morena, había hecho un viaje no muy largo, pero si lo suficiente para pensar y tomar una decisión respecto a su situación, no podía creer lo que había pasado con ella, como su vida cambió de un día para otro.

Nada era claro en su vida ya, no entendía muchas cosas, y menos entendía la razón por la que pasaría todo su vida en prisión.

Era cierto, había puesto fin a la vida de su padre, pero no había sido su intención, todo fue un accidente y fue para proteger a su madre, que no tenía que ser eso una prueba para demostrar su inocencia? .

Su madre, la morena estaba más que segura que en este momento estaría muy preocupada porque no se había comunicado con ella, no le brindaron una llamada telefónica, realmente no le habían brindado nada, pero en cuanto llegara trataría de comunicarse con ella, aunque no sabía si eso era buena idea.

Lo que sí sabía Rachel Berry, era que tenía que cambiar por completo si quería descubrir qué había pasado con su caso, porque estaba muy segura que algo turbio había detrás.

A partir de ese momento, y al poner un pie en esa prisión, dejaré de ser la tonta Rachel, la dejada, la ilusa, la que aún creía en cuento de hadas.

Santa López era la jefa de celadores, una chica joven, pero con una gran experiencia, quizás esa experiencia se debía a su actitud y su rudeza que siempre la había caracterizado.

Con 28 años de edad, había conseguido por primera vez ser jefe de celadores, llevaba siete años desempeñando el puesto de celadora, y los últimos dos, ya se había convertido en jefa.

Ella y Quinn Fabray tenían muchos años de amistad, se conocieron cuando Santiago López, hermano menor de Santana, llevará a la rubia a su casa y la presentará ante toda la familia López como su novia.

Desde ese momento se formó una gran amistad, sin importar la diferencias de edades, ya que la morena contaba con 23 años y la rubia con 20.

Esto solo despertó el lado protector de la morena, ya que la rubia era hija única, y de cierto modo, se parecía mucho a Santana.

Habían vivido tantas cosas juntas, que le era imposible recordarlas todas.

La radio sonó y esto sacó del trance a la morena.

El vigilante había anunciado la llegada de la nueva reclusa.

La hora de trabajar empezaba.

La morena dejó pasar un rato, hasta que le dieron la indicación de que la reclusa ya había sido registrada.

Salió de la torre y se dirigió hasta donde estaba Rachel Berry.

Santana llegó hasta el el celador que tenía a la reclusa, no pudo evitar mirarla de pies a cabeza, ¿acaso era una broma?

O el expediente estaba mal redactado o la chica que tenía frente a ella se tragaba los años, tenía cara de bebé, ni siquiera aparentaba los 20.

- Rachel Berry Corcoran? - la morena no dijo nada, solo levanto la cabeza, y volvió a bajarla. - yo soy la jefa de celadores Santana López, a partir de este momento y estando ya registrada, quedas bajo la custodia de nosotros.- Rachel ni se inmutó, solo escuchaba sin deseo a aquella mujer. - en seguida dos celadores vendrán y te someterán a un cacheo personal y a un control de tus pertenencias, las cuales después te serán entregadas al igual que otras cosas más que te brinda este lugar. - dos chicas uniformadas de la misma forma que Santana, se acercaron a la más chica para quitarle las esposas y así empezar el cacheo. - te pido por favor que te quites toda la ropa y la coloque en la mesa de en frente, donde será revisada, después te darán tu nuevo uniforme el cual no será el único pero los demás se te entregarán en el transcurso del día.

La morena comenzó a quitarse la ropa en cuanto se le fueron retiradas las esposas, estaba muy nerviosa, no permitía que nadie la viera desnuda, esto debido a su condición.

Cuando la madre de Rachel estaba embarazada, los médicos creían que se trataba de un varón, lo cual no fue así, resultó ser una niña pero con el miembro masculino, cuando nació fue sometida a muchos estudios, incluso el médico les había ofrecido realizarle una cirugía para cambiar la situación, cirugía que los padres de la morena no aceptaron.

Amaban a su hija tal y como había nacido, aunque llegara a ser difícil la situación para Rachel.

Ahora, que estaba desnuda de la cintura hacía arriba, no sabía qué hacer, estaba segura que en cuanto se quitará el pantalón, las personas en aquella habitación se darían cuenta de su situación.

- pasa algo? - Rachel había dejado de desvestirse, y no había hecho movimiento alguno. - estamos esperando a que termines, aún hay más cosas por hacer.

La morena respiró profundo y tomó el valor suficiente para quitarse el pantalón, y en cuanto lo hizo, todas las miradas se posaron en ella.

Santana quedó sorprendida por lo que vio, pero se dio cuenta que la chica estaba muy incómoda, y sin saber porque, esa reclusa le daba demasiada ternura, así que decidió terminar con eso.

- muy bien, ahora ponte el uniforme y te pondrán las esposas de nuevo.

- de acuerdo

Santana observaba detenidamente cada movimiento de la reclusa, todo era tan raro, el perfil que le daba el archivo acerca de Rachel, no encajaba con la chica que tenía en frente, además, tenía un pene, había escuchado hablar de personas así, incluso había leído algunos casos, pero nunca pensó que fueran reales, hasta ese momento.

- Muy bien, en este momento te llevaré con la subdirectora de la prisión, ella hablará contigo y te dará el reglamento, entre otras cosas…. Andando.

PERDÓN POR LOS ERRORES.