Ni glee ni sus personajes me pertenece, solo esta historia.

Advertencia Rachel G!P


Capítulo Once

Un tono, dos tonos, y por fin alguien respondía del otro lado de la línea.

- Sue Sylvester, espero que me estés llamando para darme excelentes noticias.

- Nada de eso Jefe - se le formó un nudo en la garganta - tenemos problemas.

El hombre bufó, al parecer nadie podía hacer las cosas como él las pedía.

- Yo no tengo ningún problema Sue Sylvester, la del problema eres tu.

- Si señor, yo lo sé, disculpe.

- ¿Qué pasa?

- Se trata de la subdirectora señor.

- ¿Fabray? ¿Qué hizo?

- Me dio un descanso de tres días señor.

- ¿Por qué carajo Sue?

- Pues,según el reglamento nadie puede trabajar más de las 72 horas obligatorias señor, y pues con las guardias que hice y mis días de descanso que no he tomado, se me hicieron 136 horas.

Así que me dijo que con eso me alcanzaba para tres días de descanso.

- ¿Y por qué no hiciste nada Sylvester? -

- Traté señor, pero me dijo que si no obedecía, me suspenderia de manera permanente.

- ¡Niñita estupida! ¿Qué se ha creído ah?

- ¿Quiere que acabe con ella jefe?

- Por supuesto que no Sylvester! Algo así no nos convendría.

- Entonces, ¿Qué hago?

- Felicidades Sue Sylvester, te has ganado unas vacaciones de tres días, ha lo que quieras, pero en cuanto termine tu descanso, te quiero de vuelta a tu trabajo ¿entendido?

- Si señor, como usted ordene.

Hablamos pronto.- colgó la llamada, estaba muy furiosa, ¿quién se creía la subdirectora para hablarle de aquella manera? - Pero esto no se queda así Fabray, tarde o temprano sabrás quien es Sue Sylvester.


Emma Pillsbury llegaba a su consultorio del penal, últimamente había tenido mucho trabajo, y no precisamente del reclusorio, si no por el caso de Rachel,

Había estado en contacto con la madre de Rachel, se aseguraba de que esta no se echara para atrás y decidiera ya no verse con ellas.

Le había contado lo que pasaba con su hija, la injusticia que se estaba haciendo con su caso, y que entre las tres las iban ayudar, pero para eso, necesitaban saber muchas más cosas.

La doctora no había dormido bien, aquel caso la estaba afectando demasiado, más de lo que debía permitir.

Pero tenía la esperanza de que todo terminaría pronto.

Una notificación apareció en la pantalla de su computadora, y enseguida lo atendió.

Era un email de su amigo, el forense de la policía del condado, le pedía que fuera cuanto antes a verlo, que tenía más información que darle.

Emma expulsó el aire, no sabía si aquello era una buena noticia, pero de igual forma iría.

Tomó sus cosas y salió del consultorio, dejando algunas indicaciones a su enfermera.

Mientras se dirigía a la salida se encontró con Quinn.

- Oh Emma, que bueno que te veo, justo iba a tu consultorio.

- Quinn, ¿qué pasa? Voy de salida.

- ¿Te vas?- la doctora miraba a todos lados asegurándose de que no hubiera nadie escuchando la conversación.

- He si, lo que pasa es que el forense me envió un email, me pidió que fuera a verlo porque al parecer tiene más información que nos puede interesar.

- Dios, aun hay más.

- Parece que sí, ¿Deseas acompañarme?

- Quisiera pero no puedo, le di a Sue Sylvester un descanso obligatorio, y no se veía muy feliz, necesito tenerla vigilada mientras termina el día.

- Uy, ¿por cuantos días?

- Tres.

- Vaya, debe estar furiosa.

- Créeme que lo está Emma, por eso no puedo moverme de acá, pero ve, y cualquier cosa me avisas ¿vale?

- Por supuesto, ¿será que podemos cenar las tres juntas esta noche?

Así les cuento de lo que me haya enterado.

- Claro, te marco más tarde para ponernos de acuerdo.

- Bien, hasta más tarde entonces

- Adiós Emma.


Un arbusto se movía de manera extraña, si no fuera porque Santana ya había visto a la causante de aquel movimiento, ya estuviera pidiendo que rodearan el área.

- Espero que tengas una muy buena razón para estar ahí escondida Rogers. - la chica pegó un pequeño brinco y cayó al suelo.

- Oficial López, ¿Qué hace usted acá? - se puso muy nerviosa

- Eso mismo te pregunto yo.

¿Qué demonios haces?

¿Acaso estás espiando a Berry y compañía?

- ¿Qué? , no para nada.

Solo estoy trabajando, ya sabe que trabajo en jardinería, y solo estaba revisando que estos arbustos estuvieran en perfecto estado, eso es todo oficial. - Santana no le creyó pero la otra chica levantaba su caja de herramientas que demostraba que andaba trabajando.

- Más te vale que así sea reclusa, si no, te irá mal. - la chica se puso de pie tomó sus cosas y comenzó a caminar - Y Rogers?

- ¿Si señora? - se paró de golpe y se dio la vuelta.

- Si llegaras a saber algo con respecto a lo que pasó con Berry, buscame. - la reclusa solo asintió y se fue.

Santana miró a Rachel y a sus compañeras y dio un largo suspiro.

- Paciencia Berry, paciencia.

Este infierno terminará pronto. -

Rachel sintió como si alguien la estuviera observando, busco al responsable y la encontró, la oficial López la miraba a lo lejos, y por un momento la morena se sintió segura.


- ¿Will? - Emma llegaba al restaurante donde el forense la había citado, le pareció raro que no le haya pedido que fuera a su trabajo, supuso que quizás él también quería evitar levantar sospechas.

- Emma, te estaba esperando - se paró y saludó a su amiga. - Por un momento pensé que ya no vendrías, siéntate por favor.

- Lo siento, se me hizo un poco tarde pero, obviamente no iba a faltar a esta cita.

Me dejaste muy intrigada, ¿qué es eso que querías contarme?

- Y agradezco que no lo hayas hecho, bueno.

Estuve haciendo una investigación, para saber si Hiram Berry tenía expediente médico al que yo pudiera acceder.

- Aja, y , ¿encontraste algo?

- Por supuesto, hace muchos años, cuando hiram era adolescente, donó sangre.

- Will soy médico pero no entiendo, ¿eso es lo que supiste de él?

- No, resulta que tuvo un accidente de auto, y en ese accidente iba acompañado de la persona a la que le donó la sangre, pues él salió ileso pero la otra persona no, su acompañante tuvo graves heridas y perdió mucha sangre.

- ¿Y sabes quien era esa persona?

- Si, su nombre es Henry Berry, hermano de Hiram.

- De acuerdo, tiene un hermano, pero, eso sería irrelevante en este caso.

- No si es un hermano gemelo, ¿Cierto?

- ¿Qué? ¿Hablas en serio?

- Si, Hiram y Henry son hermanos gemelos Emma.

- Vaya, eso lo cambiaría todo Will.

- Lo sé, por eso me urgia verte, y espero de todo corazón que esta información les sirva de algo.

- Nos servirá de mucho créeme. - el celular de Emma sonó, era del reclusorio. - disculpa debo responder.

- Claro.

Emma se alejó dejando a un Will muy pensativo e inquieto.

- Lo siento Will, debo irme.

- ¿Tan pronto?

- Si, parece que hubo un error en la medicación de una reclusa, y debo hacerme cargo.

- Bueno entiendo, ve y resuélvelo.

Y espero que un día de estos podamos salir a comer o a cenar, pero sin hablar de trabajo.

- Claro, eso estaría muy lindo, digo muy bien - se puso nerviosa. - bueno nos ponemos de acuerdo luego ¿ok? - Quiso besar su mejilla pero el chico fue más rápido y besó la comisura de sus labios.

- Ok, cuidate Emma.

- Si, adiós Will.

El forense miraba como su ex compañera de la universidad se alejaba poco a poco.

Esa chica le gustaba, siempre le había gustado, pero nunca tuvo el valor de decírselo.

Tomó su celular y marcó un número que ya se estaba haciendo frecuente para él.

"- ¿Hola?"

"-¿Qué pasó?"

"- Ya saben que tiene un gemelo, es cuestión de horas para que las otras dos lo sepan"

"- Perfecto, ¿le dijiste algo más?"

"- No, creí que por ahora con eso sería suficiente para que se dieran prisa con el caso de Rachel, además, no quiero levantar sospechas"

"- Bien pensado" - silencio.

"- ¿sigues ahí?"

"- Gracias por lo que estás haciendo Will, sabía que podía contar contigo"

"- Siempre podrás contar conmigo, siempre"

"- Gracias, mantenme informado de lo que pase, por favor, muy pronto tendré que intervenir en todo esto."

"- Claro, estamos en contacto, adiós "

"- Adiós"

Terminó la llamada, él también tenía un plan.

- Todo sea por mi sobrina.

Dejó unos cuantos billetes en la mesa y salió del lugar.


Diez segundos, ese era el tiempo que había pasado desde la última vez que la oficial López había mirado a la morena.

Rachel se preguntaba si así era con todas las reclusas o solamente con ella, bueno, si así eran, porque la subdirectora Fabray también le prestaba demasiada atención a ella.

Recordó lo que había pasado horas antes en la oficina, y se sintió mal, no quería ser grosera con nadie, ella no era así, pero la subdirectora se estaba metiendo demasiado en su vida, y eso podía ser peligroso para la rubia, recordó también lo que dijo la oficial López cuando la llevó a la oficina, que con ella estaba segura, si era así, y ella estaba de su lado, lo descubriría en ese momento.

Dejó la maya con la que estaba trabajando y fue a donde se encontraba Brittany.

- Hola Britt

- Hola Richie, no me digas que ya terminaste de trabajar.

- Hee, no aún, quería saber si tenias un papel y un bolígrafo, hace unos días vi que tenías algo de eso.

- Oh si los tengo.

- ¿En serio? - el rostro de la morena se iluminó.

- Si en serio, pero no aquí.

Bueno siempre cargo posts its ¿te sirven?

- Por supuesto Brittany

- Solo que tendrás que ir a mi celda por el bolígrafo.

- No creo que haya tiempo para eso.

- También puedes pedirle a una de las celadoras que te preste el suyo, he visto que todas traen, pero dudo mucho que te lo presten ya sabes que ese tipo de objetos está prohibido en la prisión.

- Lo sé pero igual debo intentarlo, ahora vuelvo.

- Mucha suerte Richie! - la rubia aplaudía emocionada.

Caminó hacía donde estaba la jefa de celadoras, rezaba porque todo saliera bien.

- Oficial López.

- ¿Qué se te ofrece Berry? - la latina miraba a todos lados para asegurarse de que nadie estuviera al pendiente de aquella conversación.

- Quería saber si usted tiene un bolígrafo que pueda prestarme.

- Los bolígrafos están prohibidos en esta prisión Berry, en realidad, están prohibidos en todas las prisiones.

- Si, eso lo se, pero también sé que cada celador cuenta con uno.

- Y ¿que te hace pensar que alguna de las celadoras puede prestarte su bolígrafo?

- Entiendo, disculpe. - se dio la vuelta y comenzó a alejarse, contó hasta tres y sonrió victoriosa al escuchar la voz de la oficial.

- ¿Para qué necesitas un bolígrafo Berry?

- Pues, yo, solo quería disculparme con alguien, y lo haría de frente pero dudo mucho que quiera verme, además no es tan sencillo.

- Te prestaré mi bolígrafo Berry, pero tendrás que escribir rápido y donde nadie te vea.

- Claro lo haré muy rápido.

- Caminaremos hasta tu área de trabajo, y ahí te daré el bolígrafo, haremos como si te estoy explicando algo, mientras tu escribes.

- De acuerdo.

Llegaron hasta donde estaba la maya, Santana se agachó a revisar la caja de herramientas que tenía Rachel y sin que nadie la viera dejó el bolígrafo, se puso de pie y comenzó a revisar lo que había estado haciendo Berry.

Por su parte, Rachel tomó el bolígrafo y sacó el post it que le había dado Brittany, tomó uno y escribió en el.

Santana trataba de ver lo que Rachel estaba escribiendo pero el cuerpo de la morena no se lo permitía.

La pequeña morena se agachó de nuevo para dejar el bolígrafo, la oficial esperó un poco para hacer lo mismo y recoger el bolígrafo sin levantar sospechas.

Cuando lo tomo, vio que tenía pegado el post it que uso Rachel.

- ¿Y este papel?

- Yo, me preguntaba si usted, ¿podría llevarlo a la subdirección?

- ¿Por qué demonios haría algo como eso?

- Oficial, entiendo si no lo hace, pero me gustaría que llegara hasta las manos de una persona y solo confío en usted para que eso pase.

Si decide tirarlo, lo entenderé créame.

- Deje de flojonear y siga trabajando reclusa. - la oficial levantó la voz y se retiró, Rachel solo obedeció.


HORA DE LA CENA…

La charola por poco y se le caía por segunda ocasión, eso de cargar una charola de comida en cada mano, no era fácil, a pesar de haber trabajado de mesera, aquello le parecía muy complicado en ese momento, quizás eran los nervios que la traicionaban.

Se sentía perdida, había pasado ya muchas celdas, pero todas se encontraban vacías, todas las reclusas estaban cenado en los comedores.

Definitivamente eso de dar indicaciones no era lo de Brittany.

Lo único que le dijo fue que era una de las últimas celdas, y que sería muy obvio cuando diera con ella.

Tenía ganas de gritar el nombre de la chica y así la encontraría más rápido, pero quizás se metería en problemas si se daban cuenta de que estaba en una zona que no era la suya.

Al llegar al final del pasillo, vio que una de las celdas estaba cerrada, y no se veía nada en el interior, al parecer estaba circulada con un cristal polarizado.

- Definitivamente esta es la celda.

Llegó hasta la puerta y esta estaba abierta.

Entró y no vio a nadie, lo que sí vio era una celda de lujo, era tres veces más grande que una celda cualquiera.

Estaba fresca, la cama se veía súper cómoda, todo estaba demasiado lujoso, con un aroma delicioso.

Siguió recorriendo la celda y se topó con una puerta.

- Está chica si que tiene dinero. - estaba apunto de abrir la puerta.

- Así que tu eres Rachel Berry.- la morena dio un pequeño brinco y se giró para ver a la famosa Danielle.

- Y tu Danielle supongo.

- Así es, Brittany me ha hablado muy bien de ti, por eso le pedí que te dijera que vinieras.

Solo aquí podremos hablar tranquilamente.

- Me alegro de que hayas aceptado ayudarme.

- Aun no he aceptado.

Qué te parece si cenamos y me dices en qué quieres que te ayude.

¿de acuerdo?

- De acuerdo.

- Toma asiento. - las chicas se sentaron en un pequeño comedor que había en la celda - Y dime Rachel, ¿en que puedo ayudarte?

- Se que sonará a cliché lo que te voy a decir pero es solo la verdad, yo no soy una asesina, si estoy aquí es por la maldad de mi padre y de un imbécil que arruinaron mi vida.

Todo empezó justamente cuando papá tuvo que viajar para estos rumbos a reconocer el cuerpo de él tío Henry…

La morena le contó de principio a fin la historia a Danielle, la chica la miraba muy interesada.

De vez en cuando hacía preguntas, no quería tener dudas.

También se había sentido mal por Rachel, su corta vida estaba llena de injusticias.

- Vaya, es increíble todo lo que te ha pasado Berry.

Yo no se si soportaría tanto.

- Si sigo de pie es por mi madre y por mi hermano.

- Y dime Berry, ¿qué es exactamente lo un quieres que haga?

- Necesito que encuentres al hombre que transformó a mi padre en un monstruo.

Necesito vengarme, y quiero que pague todo el daño que nos hizo.

- ¿Y qué sabes de él? ¿Tienes alguna pista de donde puedo encontrarlo?

- Realmente no se mucho, solo se que cuando hablaban, mi padre siempre se refería a él como jefe o director - Dani al escuchar eso la miró de inmediato. - también descubrí que tiene un casino clandestino donde se…

- Acepto. - la morena ni siquiera terminó de hablar cuando la chica la interrumpió.

- ¿En serio?

- Si.

- ¿Crees que solo con esa información puedas dar con el?

- Esperemos que si.

- Eso sería perfecto.

- Así es, pero, ahora pasemos a lo verdaderamente importante.

- ¿Y qué es?

- ¿Cómo piensas pagarme?

- Yo, no lo sé.

Es decir, no tengo dinero.

- Por ahí hubieras empezado.

Será con sexo, interesante.

- No me importa lo que tenga que hacer, lo único que quiero es encontrar a ese miserable.

- Esa voz me agrada Berry, mañana a medio día sabrás cuantas horas de sexo tendrás que darme a cambio de esa información.

- Está bien.

- Bien, pues ahora brindemos. - la chica tomó una botella de vino del minibar, sirvió en dos copas y brindaron. - Salud, por este excelente negocio.

- Salud.


Santana llegó a la oficina de Quinn, tocó dos veces pero la rubia nunca abrió, así que solo entró.

- Que quede claro rubia que está vez sí toqué.

La oficina se encontraba vacía, la rubia ya se había ido, Quinn le había mandado un mensaje de texto donde le decía que cenaría con Emma para hablar del caso de Rachel, la rubia le pidió que estuviera presente pero con las vacaciones de Sue, ella tenía que quedarse a cubrir toda la noche.

Se acercó a la computadora de la rubia, y en el monitor, pegó el post it que Rachel le había dado.

Sonrió.

- Espero que esto te alegre tu dia mañana rubia tonta.

Salió de la oficina no sin antes ponerle seguro a la puerta de la oficina, tenía que evitar que alguien más viera ese papel, solo Quinn podía hacerlo.


- La cena estuvo deliciosa - Quinn llevaba más de una hora en el restaurante, se encontraba acompañada de su colega y amiga Emma.

Se habían reunido en ese lugar para hablar de Rachel, pero prefirieron dejarlo para el final.

- Si que lo estuvo.

- Ahora si es el momento de hablar de Berry Emma.

¿Qué fue lo que te dijo el forense?.

- Ok pues trataré de no darle tantas vueltas al asunto, te veo muy cansada así que haré esto rápido para que te puedas ir a descansar.

- Dios si, eso de estar a cargo de un reclusorio no es nada sencillo.

- Me lo imagino…

Bueno, lo que Will quería decirme es que Hiram Berry tiene un hermano.

- ¿Un hermano? ¿Y eso en que podría ayudar?

- Pues que no es un hermano como cualquier otro Quinn, es su gemelo.

- Oh por dios, eso puede significar muchas cosas Emma.

- Lo sé Quinn, por eso no podía esperar hasta mañana para contarte.

- Esto es tan confuso Emma, pero siento que con cada día que pasa, nos vamos acercando más a la verdad.

- Yo también siento lo mismo Quinn, estamos a nada de descubrir qué pasó con el padre de Rachel.

- Tengo que contarle esto a Santana.

- ¿Ahora?

- Por supuesto, esto no puede esperar.

- Pero Quinn ya es muy tarde, ¿porque no le marcas?

- Porque a esta hora debe estar dando sus rondas, y no va a responderme, prefiero ir hasta allá.

- ¿Quieres que te acompañe?

- No es necesario Emma, ve a descansar.

Solo habló con Santana y me regreso.

- De acuerdo, entonces hasta mañana.

-Hasta mañana Emma.

Ambas chicas subieron a sus autos, una se fue a su casa a descansa y la otra se dirigía al reclusorio.


MEDIA HORA MÁS TARDE

La rubia se bajó del auto y se fue directo a la oficina de Santana, pero esta no estaba, la esperó un momento pero recordó que había dejado los archivos sin llave, y entre esos archivos había información del caso de Rachel.

Tomó su bolso y se fue a su propia oficina.

Cuando llegó no pudo entrar, estaba bajo llave.

- Que raro, no recuerdo haber cerrado con llave. - busco las llaves en su bolso y abrió la puerta.

Despacio, que la puerta estuviera cerrada no le gustaba nada, ella nunca cerraba con llave la puerta, pero si los archivos y pensaba que con eso era suficiente.

Estiró su brazo y encendió la luz de la oficina.

Todo estaba tal cual la había dejado.

Trato de inspeccionar tanto como pudo con su mirada, y nada parecía estar fuera de lo normal.

Se dirigió a su computadora, quizás hayan estado husmeando en ella.

Cuando llegó a la computadora, se encontró con un pequeño post it pegado en el monitor, ¿quien habría dejado eso ahí?

Lo despegó y comenzó a leer lo que decía el pequeño papel.

" Se que quizás ahora mismo no quiere saber de mi, se que cometí un error y me comporte como una verdadera idiota, Déjeme decirle que no desconfío de usted, al contrario, son contadas las personas en las cuales confío dentro de esta prisión, y usted está en ese conteo.

se que lo único que quiere es ayudarme, pero entienda que eso la pone en peligro y no puedo permitirlo.

De verdad espero que me entienda, y que no me odie…

P.D. Espero recibir más visitas como la de hoy ;)

Atte: 1512"

- Maldición! ¿Qué estás haciendo conmigo Rachel Berry? ! - una enorme sonrisa apareció en su rostro, seguida por un largo suspiro.

Guardó el papel en su bolso y salió de la oficina, se iba a casa, necesitaba que la noche pasara pronto.

Total la charla con Santana si podía esperar.