Ni glee ni sus personajes me pertenece…
Lamentablemente.
Advertencia Rachel G!P.
Capítulo Trece.
Viernes 24 de abril.
El agua recorría su piel, relajando todo su cuerpo, veía como caía cada gota, hacía tiempo que no disfrutaba una ducha, en ese lugar todo tenía que ser apresurado, y no por falta de tiempo, si no por falta de seguridad.
Ir a las regaderas cada día, se había vuelto un infierno, y es que Rachel le tenia tanto miedo a ese lugar.
Que la hora de la ducha se había convertido en la peor parte de su día.
El agua cesó y tomó la toalla, a pesar del miedo que le daban las regaderas , prefería ir cuando todas estuvieran dormidas, o como en ese momento, en los comedores.
Nunca lo hacía por las tardes, pues sentía que era la hora menos segura, pero después de haber estado trabajando toda la mañana en el jardín, sentía que el césped comenzaba a picarle.
Le urgia una ducha.
Se acercó al espejo y miró detenidamente su reflejo, no había ni rastro de la Rachel de 6 meses atrás, mejor dicho, no quedaba rastro de la Rachel de hace 5 años.
- ¿Qué es lo que han hecho conmigo?-
Bajó su mirada y la toalla que cubría su cuerpo cayó al piso.
Se agachó para tomarla y un silbido la alertó.
Temió por su vida de nuevo.
- Vaya, que buen trasero tienes Berry -
La pequeña morena se tapó lo más rápido que pudo y se dio la vuelta.
- Danielle, eres tu. - se calmó un poco.
- ¿Acaso esperabas a alguien más? , digo, no quiero interrumpir nada. -
- No, no es eso.
Me asustaste eso es todo. -
- ¿Fue aquí donde te dieron la paliza no es así? - se recargó en la puerta, evitando así el paso.
- Si, así es -
- Ya veo porque te he asustado, debió haber sido traumante. -
- Lo fue, aun me cuesta mucho trabajo dormir .-
¿Sabes Berry? No estaba del todo segura si debía pedirte sexo, a cambio de la información que me pediste.
Pero - caminó lentamente hacía Rachel - Después de haber visto ese hermoso trasero que tienes.
Ya no tengo duda de que, lo que quiero, es follarte. - susurró Danielle muy cerquita de sus labios.
Rachel se congeló, nunca nadie le había dicho algo como eso.
E incluso sintió un poco de miedo.
- Pues si eso quieres a cambio, eso tendrás. -
- También estuve pensando que, si, aceptaba el sexo como pago, lo más justo sería que empezáramos a divertirnos en cuando iniciara la investigación. - Danielle bajó susurrando peligrosamente por el cuello de la pequeña - Pero, después de lo que vi, muero porque empecemos ahora mismo.-
Rachel se alejó de inmediato al sentir el aliento de la otra chica.
- Lo más justo sería que cada vez que quieras sexo, me entregues algo a cambio, ¿no crees?-
- ¿Acaso no confías en mi Berry? - su tono era molesto.
- Si, por supuesto, pero creo que eso sería lo más justo no?-
- Tienes razón. - se alejó de la morena, muy a su pesar. - Este lunes ya tendrás algo de información, así que prepárate, porque este lunes serás mía.- se acercó de nuevo a la morena, hasta rozar sus labios - Cuidate mucho Berry.-
Danielle salió de las regaderas dejando a Rachel un poco asustada.
- En la que te has metido Rachel - susurró la pequeña morena.
- Te cambio mi gelatina por tu jugo - Mercedes odiaba las gelatinas que daban en prisión, pero sabía que cierta rubia las adoraba.
- Mmhm va - Brittany sabía que ninguna reclusa se comía esas gelatinas, según las reclusas porque eran asquerosas, pero a ella le recordaban a cierta comida, que hace mucho no probaba.
Además, a Mercedes le gustaba ver feliz a Brittany, la prisión era otra desde que esa rubia parlanchina había llegado.
- ¿Qué tal un flan napolitano y jugo cien por ciento natural?- Danielle llegó a la mesa de las chicas con una bolsa de papel.
- Dani! , ¿qué haces aquí? - Brittany le dio un gran abrazo a Danielle, sin darse cuenta de que a una que otra persona, esa muestra de cariño les estaba afectando demasiado. - Tu nunca vienes a comer aquí.
- Eso es verdad chica misteriosa, hace mucho que no se te ve por estos rumbos. - mercedes se dio cuenta de que todas las reclusas miraban aquella escena. - No me digas que tu papi ya te quitó todos los privilegios aquí adentro.
Danielle soltó una carcajada que resonó en el lugar .
- Aay Mercedes Mercedes, tú como siempre tan directa ¿no? - Mercedes solo sonrió. - Nada de eso querida, tengo dinero de sobra, no necesito de los privilegios de mi "papi" - simuló las comillas con sus dedos sarcásticamente, Mercedes y Brittany se miraron extrañadas.
- Bueno, pues si te sobra el dinero, deberías darnos un poco a Brittany y a mi, que mucha falta nos hace ¿Cierto rubia?- Al escuchar esto, Danielle se preocupó demasiado, ¿más de la cuenta?
- Britt, ¿necesitas dinero? - tomó la mano de Brittany entre las suyas.
- ¿Qué? No no, Mercedes solo está bromeando. - sonrió sin ganas.
- Si necesitas algo, lo que sea, puedes pedirmelo, ¿ok? - Brittany se sonrojo, Mercedes lo notó.
- Uy, ¿y yo también puedo? - Bromeó Mercedes, Danielle rió.
- Por supuesto Mercedes, aún no se me olvida que me salvaste la vida cuando llegué a este lugar, estoy en deuda contigo. -
- No fue nada rubia, lo haría de nuevo si fuera necesario.-
-Ya me siento más segura, bueno, muero de hambre, me retiro.-
- ¿Entonces no venías a comer aquí? - preguntó Mercedes.
- ¿Yo? ¿comer lo que preparan aquí? Wacala que asco, solo les traje esto para que vean que no me he olvidado de ustedes. - les mostró la bolsa de papel y se las dejó en la mesa. - Espero que les guste. - se levantó y acomodó un poco su ropa - ah por cierto, también hay algo para Berry, provecho chicas.
- Hasta pronto chica! - Mercedes no perdió tiempo y abrió la bolsa para ver lo que contenía - ¡Jugo natural! Esta chica cada vez me cae mejor.
- ¡Haber!, ¿que hay para mi? - le arrebató la bolsa - ¡Flan napolitano! ¡mi favorito!.-
- ¡Shhh! Callate rubia, no hables tan fuerte, si descubren que tenemos esto aquí, nos lo quitarán.-
- Es verdad, lo siento.-
- ¿Qué es lo que sientes Britt? - Rachel hacía acto de presencia en el comedor - ¿de qué me perdí? -
- ¡Richie! ¡Por fin llegas! - se abalanzó sobre la morena.
- Calmate rubia, un día de estos vas a asfixiar a Rachel. -
- Lo siento Richie - respondió apenada.
- No pasa nada Britt. - sonrió con ternura, Brittany era muy parecida a su hermano Nathan.- y bueno, ¿de que hablaban? -
- Pues de que aquí está rubia estaba… -
- Reclusa Pierce, tiene visita. - Santana y otra celadora llegaron hasta donde se encontraba sentada Brittany, la celadora le puso las esposas a la rubia.
- ¿Visita? Pero si hoy es viernes oficial, las visitas son los jueves. -
- Ese no es asunto suyo Jones. - Mercedes levantó las manos en son de paz. - ¡Andando reclusa! -
La celadora jaloneo a Brittany logrando que está se pusiera de pie, para después empujarla.
A Mercedes y a Rachel esta acción no les gustó para nada.
La pequeña morena iba a protestar pero mercedes la detuvo.
Brittany solo bajó la cabeza.
Las tres mujeres salieron del comedor dejando a dos chicas algo molestas.
- Eso fue raro. -
- Eso fue un abuso Mercedes. -
- Aunque estamos en una prisión de mínima seguridad, hay celadoras que son muy crueles con las presas, así que ándate con cuidado enana.
Pero no me refería a eso. -
- ¿Entonces? -
- Hablo de la visita de Brittany.-
- ¿Y qué tiene de raro eso?-
- Pues que la única visita que Brittany ha tenido desde que llegó aquí, es la de su abogado, y solo están permitidas los jueves, ningún otro día más. -
- La vida de Brittany es un misterio al parecer. -
- Pero no para todos.-
- ¿A que te refieres?
- Pues creo que aparte de la oficial López, Danielle también sabe la historia de Brittany. - Rachel al escuchar el nombre de Dani, sintió un escalofrío por todo su cuerpo.
- ¿Por qué crees eso? -
- Pues, hace un rato estuvo aquí, justo antes de que tu llegaras, y la trató de una forma que no se, Danielle sabe algo que nosotras no, eso lo puedo apostar.-
- Si, tal vez, pero nosotros no podemos presionarla para que nos diga la verdad.-
- Lo sé enana, pero es tan misteriosa esa rubia. -
- Oye, ¿Y qué estaba haciendo Danielle aquí? Digo, tengo entendido que ella comía en su celda.- Al parecer ya se encontraría a Danielle hasta en la sopa.
- Pues vino a traernos esto.- le mostró con mucho cuidado la bolsa que Dani les había dejado.- es para las tres.-
- ¿Y qué hay ahí?-
- Revisalo tu misma.- le entregó la bolsa.
Rachel tomó la bolsa y empezó a revisar, se sorprendió del contenido.
- Pastel de chocolate. - miró a Mercedes. - Es mi favorito.-
- ¿Enserio? - (que raro) pensó Mercedes, Rachel solo afirmó con su cabeza. - Te lo dije, esa chica sabe más de la cuenta. -
- No, quizás es solo una coincidencia, ¿A quién no le gusta el pastel de chocolate? -
- A mi no, pero, mejor no pensemos en eso,
Por cierto, ¿Dónde estabas?.-
- Me estaba dando una ducha. - El semblante de Mercedes cambio totalmente.
- ¿Tu estas loca cierto? , ¿En que quedamos Berry?.-
- Lo sé y lo siento, el césped me picaba mucho.-
- ¿En que quedamos? - preguntó con firmeza.
Rachel agachó la cabeza y susurró como niña pequeña. - En que no volvería a ese lugar sin ustedes dos. -
- ¿Y entonces por qué lo hiciste? Sabes que aún corres peligro Rachel, esto aún no ha terminado.-
- Si lo sé Mercedes, y créeme que no volverá a pasar.- respondió de manera forzada.
- ¿Por qué lo dices de esa manera? ¿Pasó algo?.-
- Llegó Danielle. -
- ¿Te hizo algo?
- No, pero, entró justo cuando mi toalla calló al piso.-
- ¿Qué?! ¿Me estas diciendo que te vio desnuda!?.-
- Si, algo así. -
- ¡Oh por dios! Ella vio tu, tú, ya sabes?-
- ¡No! Ella no vio nada de eso, solo vio mi espalda y mi trasero.-
- ¿Y qué dijo?.-
- Pues al parecer le gustó mucho lo que vio, prácticamente quería que tuviéramos sexo en ese momento ¿puedes creerlo?-
- Vaya, esa chica no pierde el tiempo, ¿qué le dijiste?-
- Pues que lo justo sería que cada vez que quisiera sexo, me entregará algo de información a cambio.-
- Hiciste bien.-
- Pues si, pero se quedó con ganas, tanto que ya me dijo que este lunes me daría algo de información. -
- Uuff, enana, aun estás a tiempo de echarte para atrás, ve a su celda y dile que ya no quieres su ayuda.-
- No puedo hacer eso Mercedes, yo necesito resolver todo esto, por mi, por mi familia. -
- Pues espero que valga la pena todo el sacrificio enana.-
- Yo se que valdrá la pena Mercedes, yo lo sé. -
- Bueno, mejor vamos a la celda y allá esperamos a la rubia, ¿te parece?
- Claro vamos.-
- ¿Puedo saber quién a venido a verme?.-
- Pronto lo sabrás reclusa, camina!.- la celadora empujó a Brittany, y Santana la miró con rabia.
- Tengo entendido que se trata de su abogado reclusa.- respondió Santana mirando todavía a su compañera.
La rubia no dijo más y siguió caminando.
Al llegar a la sala de visitas, otra celadora esperaba ya a Brittany para quitarle las esposas y llevarla con la persona que la esperaba adentro.
Cuando se llevaron a la rubia y Santana se sintió sola, tomó a su compañera del cuello y la estampó en la pared.
- Mira pedazo de idiota, que sea la primera y última vez que tu tratas así a Pierce o a cualquier otra reclusa.- la mujer estaba demasiado asustada con la reacción de su jefa. - Que no se te olvide que son personas y no animales.-
Porque si me llego a enterar que las sigues tratando así, te va a ir muy pero muy mal.
¿quedó claro?.-
- Si, si, si señora, quedó claro.- trataba de soltarse.
Santana la soltó y la chica cayó al suelo tratando de recuperar el aliento.
- Eso espero, ahora lárgate de mi vista. -
La celadora casi se echa a correr del susto, sabia que la temible Santana López no estaba bromeando.
Santana bufaba de coraje, quería gritar, llorar, salir corriendo de ese lugar y no volver jamás.
Y es que desde que comenzó a trabajar en las prisiones, nunca había odiado tanto su trabajo como en aquellos últimos meses.
- Vamos Santana, solo falta un poco más. - Susurró la latina.
Respiró profundo y siguió caminando.
Se detuvo al escuchar una voz, una voz muy conocida y que con cada día que pasaba, la odiaba más.
Sabía perfectamente de donde provenía esa voz.
Por mucho tiempo había callado, pero ahora, le dejaría las cosas muy claras.
- Si, solo tienes que decirle a mi madre que necesitas entrar a mi habitación para recoger unos papeles para el caso. - respondió Danielle al teléfono.- Ella no se opondrá créeme.
Uno de los privilegios que tenía Danielle, era un teléfono móvil que una de las celadoras le había facilitado.
- "¿Y qué debo buscar ahí exactamente?" - preguntó la persona que estaba del otro lado de la línea.
- En mi habitación, frente a la cama, hay colgado un cuadro, detrás del cuadro hay una caja fuerte, y dentro de esa caja vas a encontrar unas llaves.-
- "¿Llaves?, ya no estoy entendiendo Jefa"-
- Si Jesse, tomas las llaves, y viajas a los Angeles, las llaves son de una propiedad que tengo allá. -
- "¿se puede saber cuando adquiriste esa propiedad?, ¿Cómo es posible que yo, siendo tu abogado y representante, no estaba enterado de nada?"-
- Por favor Jesse, eres en el único que confío, y si no te dije nada es porque igual no necesité tomar dinero de mis cuentas para comprar la propiedad.-
- "¿Y entonces como fue que la pagaste? No sueles usar efectivo."-
- Es que no la pagué.-
- "¿Cómo? Por dios santo Danielle, me estas asustando, ¿cómo carajos obtuviste esa propiedad? Y más te vale que me digas la verdad."-
- Me la gané en las apuestas Jesse.- sonrió sin ganas
- "¿Volviste a jugar Danielle? -" preguntó super molesto. - "Me prometiste que ya no lo harías." -
- Lo hice porque sabía que si ganaba esa propiedad, tendría algo más en su contra, solo por eso.-
- "¿Y qué hay en esa propiedad? ¿por qué es tan importante para ti?.-
- En esa propiedad están las pruebas que necesito para hundirlo. -
- "¿Y qué haré yo en ese lugar?"-
- Quiero que vayas, y recojas unos documentos que necesito, están en una caja fuerte que se encuentra escondida en el estudio, que tiene la misma combinación que la que hay en mi habitación.-
- "Deja ver si entendí bien, quieres que vaya a tu casa, suba a tu habitación, abra tu caja fuerte, tome las llaves que tienes ahí, luego viaje a los Angeles, a esa propiedad, entre al estudio que hay en la casa, que abra otra caja fuerte, y tome los documentos que necesitas, ¿es así?."-
- Si, justo eso quiero que hagas, pero no puedo depositar dinero a tu cuenta Jesse, así que, cuando abras mi caja fuerte, quiero que tomes algo de dinero, el que necesites.
Se que odias manejar efectivo pero, por ahora no puedo mover el dinero de mis cuentas, desde que entré a prisión, mamá me tiene muy bien vigilada."-
- "No te preocupes por eso, me quedó mucho dinero de la última misión a la que me enviaste."-
- Bueno pues usa ese y te pagaré lo que falte.-
- "Esta bien, ahora solo necesito la combinación de las cajas."-
- Necesito que te grabes bien la combinación, no quiero que la escribas en ningún lado ¿de acuerdo?-
- "De acuerdo, dimela."-
- Ok, son seis digitos, 270814, si en algún momento lo Olvidas, me llamas, no se te ocurra anotarla ¿ok?.-
- "Ok Danielle, tranquila que solo quedará en mi cabeza.
El lunes a primera hora iré a tu casa a buscar las llaves.-"
- No, no no, tienes que ir ahora Jesse, necesito esos documentos el lunes a primera hora.-
- "Esta bien Danielle, en este momento salgo para allá.."-
- Gracias Jesse, te debo una.-
- "No querida, ya me debes muchas.
Oye por cierto, ¿como sabré que documentos traer?.-
- En la caja fuerte encontrarás muchos papeles, no hace falta buscar nada, hay una carpeta azul, no es la única, pero la que yo necesito lleva escrito "Familia Berry"
- "De acuerdo señorita, ahora mismo salgo para tu casa, y este lunes o antes, tendrás lo que me estas pidiendo."-
- Muchas gracias Jesse, nos estaremos hablando ¿de acuerdo?-
- "De acuerdo, cuidate mucho y portate bien, hasta luego."-
Colgó la llamada y miró su teléfono, las cosas no podrían estar mejor.
Empezó a revisar los contactos, tenía que hacer otra llamada.
De repente una persona le tiró el móvil de un manotazo.
Miró a la culpable y sonrió.
- Pero que falta de educación oficial López.-
- ¿Quien demonios te ha dado ese teléfono? - Santana estaba perdiendo el control, su rabia comenzaba a cegarla.
- Eso es lo que menos importa ahora oficial.- río de manera burlona.- Lo que importa, es que, con un solo chasquido.- chasquio sus dedos en la cara de Santana. - obtengo otro.
Tomó el teléfono en pedazos, y lo metió a su bolsillo.
- Permiso Oficial. - iba a retirarse pero Santana fue más rápida, ella aún no terminaba.
Por la espalda envolvió su brazo alrededor del cuello de la reclusa impidiéndole siquiera moverse.
Danielle solo gruñó.
- Me tienes fastidiada Danielle, tu y tus privilegios me tienen cansada, pero eso se acabará muy pronto.- hizo mayor presión, el rostro de Danielle estaba cambiando de color.
Voy a descubrir la verdadera razón del porqué estas aquí, y convertiré tus últimos meses de prisión, en un verdadero infierno.-
Danielle giró el rostro hacía el codo de la oficial, logrando asi, respirar sin problemas.
Dio un pisotón y con su codo golpeó a la oficial López, haciendo que esta la liberara de su agarre.
- Nunca, escúcheme bien oficial, nunca encontrará nada en mi contra, ¿sabe por qué? .- respiró muy profundo.- Porque no lo hay.-
- Eso lo veremos.- dijo la latina cuando se recuperó del golpe.
- Más le vale que se mantenga alejada de mi, y que no se meta en mi vida, porque si no.-
- ¿Porqué sino qué? - la encaró Santana.
- Porque a diferencia de usted, yo si se muchas cosas oficial, cosas que ha ocultado por mucho tiempo. - Santana dio un paso atrás. - y que no sólo le afectan a usted, sino también a terceras personas.
- No se de qué diablos me estas hablando. -
- Yo se que si oficial, pero créame, yo no quiero perjudicarla, al contrario, quiero ayudarla.-
- ¿Ayudarme? ¿Tu a mi? Por favor, no me hagas reír quieres.-
- Hablo en serio Santy, solo quiero ayudarte a ti y otras personas más aquí adentro.- Santana enrojeció.
- Largo de aquí. - ordenó.
- Tranquila.- levantó sus brazos.- yo ya me iba, permiso Oficial.
Danielle se fue sonriente y victoriosa.
Mientras que Santana tenía que tragarse toda esa furia que tenía en ese momento.
- ¿Por qué?.- susurró Santana.- ¿Por qué? ¿por qué? ¿por qué? .- gritaba la latina mientras golpeaba la pared con su puño.
Hola! Espero que disfruten este capítulo, trataré de ya no tardar tanto en actualizar?
Se vienen capítulos muy importantes!
Saludos!
Nos Leemos Pronto!
