NI GLEE NI SUS PERSONAJES ME PERTENECE… SOLO ESTA HISTORIA.


La morena se encontraba sentada en el piso del cuarto de lavado, llevaba casi media hora escuchando a sus compañeras hablar de su miembro, y es que desde que Mercedes mencionó lo que hace por las noches, las chicas no habían parado de hablar sobre ello.

Debe ser muy difícil estar sin sexo ¿Cierto Richie?

Brittany llamó su atención.

Me imagino que para ella es mucho más dificil ¿Cuanto tiempo llevas sin sexo ya enana? — Rachel no sabía que responder a esa pregunta.

Mhn, yo, pues, no recuerdo bien.

Las chicas notaron el nerviosismo de Rachel.

No es cierto — dijo Mercedes, Rachel la miró con un poco de temor — Eres virgen.

Silencio.

¡Oh por dios! ¡Lo eres! — gritó sorprendida la rubia.

Las chicas soltaron una risita burlona.

Pero para Rachel no era divertido.

¡¿Quieren parar ya?! — levantó la voz molesta — Si lo soy ¿Cuál es el problema?

Hey tranquila enana solo bromeábamos.

Si Richie, tranquila, solo era un juego, no hay ningún problema con ello, solo que me sorprendió un poco, por lo menos a mí.

A mi también me sorprendió Rachel, pero no quería molestarte ni mucho menos.

Lo siento, me alteré, pero es que no han parado de hablar sobre mi pene en lo que va del día, y eso me hace sentir un poco incómoda, no sé, nunca hablo de eso con nadie.

¿ Y por qué no lo hablas con nadie Richie?

Pues, no lo sé, quizás porque no es normal que una chica tenga uno, y porque no conocí a alguien que me inspirara confianza, bueno solo ustedes.

Y nosotras te escucharemos si así lo deseas enana, cualquier cosa que quieras contarnos, estaremos ahí para escucharte.

Mi madre era la única que sabía de mis dudas e inquietudes, también lo hacía mi padre, antes de mudarnos, pero mi cuerpo cambió demasiado, y ya no tuve confianza en él, quizás porque él también cambió conmigo.

¿Y ahora tienes alguna duda Richi? Con toda confianza puedes expresarla.

No, bueno no sé.

¿A qué te refieres enana?

Antes de mudarnos, yo llevaba un control médico, cada tres meses tenía cita.

¿Cita para que? — Mercedes tenía curiosidad.

Desde que nací, tenía este control médico, debido a mí condición, papá quería que todo estuviera bien conmigo, por eso acordó estas citas con el médico de la familia, el que me atendió desde que estaba en el vientre de mi madre.

¿Y qué pasaba en esas citas Richie?

Pues, me hacían ciertos estudios, revisaban mi cuerpo, los cambios hormonales y todas esas cosas— Las chicas no interrumpieron a Rachel, estaban muy entretenidas con lo que les contaba — La última vez que tuve cita, fue a los quince años, mi cuerpo ya tenía ciertas reacciones y hablábamos sobre eso, pero la parte que más odiaba era cuando comenzaba a darme condones frente a mí padres.

¿O sea que puedes embarazar a las chicas? — Mercedes preguntó sorprendida.

Según los últimos estudios que me hicieron, no, pero me los daba para evitar enfermedades, mamá decía que jamás los iba a utilizar, ahora sé que lo decía en serio — bromeó.

¿Pero si has tenido novias cierto? — Mercedes preguntó dudosa.

Tuve tres, pero yo estaba tan ocupada con los problemas que había en casa, que nunca pude hacer que funcionara alguna — suspiró.

¿Alguna vez llegaste siquiera a segunda base con una de esas chicas? — la rubia habló con la boca llena.

Mercedes la miró de inmediato, no supo de dónde había sacado Brittany unas galletas.

Si, con una, de hecho estuvimos a punto de hacerlo, sino hubiera sido porque el vuelo de sus padres se canceló y tuvieron que volver a casa.

¿Y tienes erecciones? — preguntó la rubia como si nada

¡Brittany! — Mercedes no sabía porque la rubia soltaba esas preguntas así nada más — Eso ya es demasiado personal rubia.

¿Qué? No tiene nada de malo que pregunte eso, además, creo que a su edad, eso ya es un problema ¿Necesitas ayuda con eso? — de nuevo habló como si nada.

Rachel enrojeció, sentía que le ardía el rostro, su compañera era demasiado directa.

Por dios — Mercedes se cubrió la cara — No le hagas caso enana, más bien creo que la necesitada es otra — miró a la rubia que seguía comiendo.

Rachel — la celadora Annie llegó a salvar a la morena — Ven conmigo.

¿A dónde? — se metió Mercedes.

Ese no es asunto tuyo Jones, pero para que te quedes más tranquila, la llevaré donde Danny, quiere verla.

Está bien, tranquila Mercedes — Mercedes la miró y se relajó un poco — volveré enseguida.

De acuerdo, no tardes.

Nos vemos en el patio Richie.

La morena solo asintió, y acompañó a la celadora.

Caminaron en silencio, pero Rachel se sentía tan tranquila, pocas veces sentía aquella tranquilidad.

La celadora golpeó los barrotes, Rachel no entendió el porqué, pero odiaba ese ruido.

Llegaron y Danny estaba vistiéndose, Rachel pensó que estaba loca para andar sin ropa en aquel lugar.

La celda de Danny tenía un baño, lujo que solo ella podía darse.

Y del mismo, salió una chica en las mismas condiciones que Danny.

Rachel ya había visto a aquella chica, pertenecía a la pandilla de Kitty.

Nos vemos más tarde — se despidió la chica besando a Danielle.

Rachel y la celadora siguieron a la chica con la mirada.

¿Linda verdad? — la miraron — deberían ver cómo se mueve en la cama.

Si Kitty se entera de esto, esa chica tendrá graves problemas — dijo burlona la celadora.

No me importa si se entera o no — respondió con coraje, y Rachel se preguntó qué tenía que ver Kitty en aquello.

Debería importante Danny, esa rubia es una loca — bromeó la celadora.

¿Y López en dónde está? — Danny ignoró el comentario de la otra chica.

Está en su torre, tenía que atender lo que estaba pendiente.

Muy bien, ya puedes irte — Annie notó el cambio en Danny, así que prefirió retirarse.

De acuerdo, vuelvo en un rato.

La celadora se fue como llegó, golpeando los barrotes de las celdas.

¿Por qué hace eso? — se preguntó Rachel en voz alta, Danny la miró.

es como una clave, este lugar es tan silencioso, que si alguien dobla en el pasillo, fácilmente me daría cuenta, pero tendría que asomarme a ver de quién se trata, por eso ella golpea las celdas, así se que es Annie, y no me preocupo por nada.

Pero tú eres la temible Danny ¿Por qué te preocuparía si viene otra celadora?

No me preocupan las celadoras, me preocupa la jefa de las celadoras.

¿Santana López?

Si, es la única persona a la cual no he podido tener de mi lado, no le interesa mi dinero, y siempre está vigilandome para saber qué hago, tampoco le importa que sea una protegida, si ella quiere, me manda a la celda de castigo — dijo riendo.

Vaya, ahora veo porqué es tan temida la oficial López.

Es una buena oficial, recta, haciendo siempre lo correcto, pero demasiado obsesionada con el trabajo, eso es lo que destruyó su vida.

¿De qué hablas?

No me hagas caso Rachel, cosas mías — se acercó a su cama, y se agachó para sacar su caja fuerte — Mejor hablemos de lo importante, de tu encargo.

¿Ya tienes algo?

Si, por supuesto, pero antes quisiera saber algo.

¿De qué se trata?

Quiero que seas brutalmente honesta conmigo Rachel, quiero que confíes en mí.

No entiendo Danny.

¿Hay algo que no me hayas dicho, y que quieras contarme ahora? — la miró intensamente, de la respuesta que le diera la morena, dependían muchas cosas, entre ellas, la confianza que Danny podría brindarle a ella.

Rachel dudó por varios segundos, la vida de Danny era un misterio, y los misterios no siempre eran buenos.

Quería confiar en la chica, pero tenía miedo, no quería que su condición anduviera en boca de todas.

No, no hay más nada que contar.

Danny se decepcionó, pero sabía que no era nada fácil contar algo como lo que escondía Rachel entre sus piernas.

Pero, mientras Rachel no confiara cien porciento en ella, no le contaría toda la verdad, solo hasta que Rachel se abriera por completo con ella.

Abrió la caja, y sacó unos documentos, se los entregó a la morena, pero ésta no entendió de que iban aquellos papeles.

Esto es solo la primera parte Berry, habrá más aún.

¿Y esto qué es?

Pues, con los pocos datos que tuve, pude descubrir algunas cosas, por ejemplo, que tú tío fue un apostador, desde que era un adolescente, empezó a apostar, pero los casinos ya no querían prestarle, por eso busco otro tipo de casinos, clandestinos— Rachel escuchaba a Danny, mientras leía un poco las hojas que le había entregado — el casino le prestaba el triple de lo que otros casinos legales le prestaba, a veces tenía suerte, y salía de su deuda, pero, cayó en una mala racha, y comenzó a perder, sin poder salir del hoyo, buscó a sus padres, tus abuelos, para pedirles dinero, puesto que ya estaba amenazado de muerte si no pagaba la deuda — Rachel dejó de leer las hojas, y puso toda su atención en Danny — El señor y la señora Berry pagaron el dinero, y le pidieron que ya no siguiera jugando, pero no el no hizo caso, y volvió a apostar, se volvió un adicto, poco después, tus abuelos murieron, y todos sus bienes fueron repartidos entre sus dos únicos hijos, Henry y Hiram Berry, pero tú tío perdió toda su herencia en apuestas, cuando ya no tuvo más, apostó la casa de sus padres, la cual perdió en menos de un mes.

No puede ser, el le dijo a mi padre que mi abuelo tenía hipotecada la casa, y la había perdido.

Pues no era así, y eso no es todo, al perder la casa, hizo una apuesta millonaria, pero el ya no tenía ni un quinto, y el dueño del casino se enteró, lo buscó para matarlo, pero el le dijo que tenía un plan, que si todo salía como lo había planeado, le pagaría su dinero, y más.

¿Un plan? ¿Qué plan?

El ofreció tu casa, la casa que tus abuelos le habían heredado a tu padre, ya que esa casa tenía mucho más valor que cualquier otra casa que había perdido.

¿Pero como hizo eso? Si la casa estába a nombre de Nathan y mío.

El plan consistía en hacer que Hiram y su familia, dejarán la casa.

¿Y como es que lo lograron? — preguntó temiendo la respuesta.

Creo que ya es suficiente información por hoy Rachel, iremos poco a poco.

No por favor, necesito saberlo todo, todo.

Tu y yo hicimos un trato Berry, y hasta ahora, tu no has cumplido con tu parte — A Danny no le importaba que Rachel cumpliera, lo que quería era que se abriera con ella, para así, contarle todo acerca de los Berry.

Te daré lo que sea que me pidas, pero por favor, dime todo lo que sepas.

De acuerdo

Mañana, después de la cena, quiero que vengas y cumplas con tu parte del trato, sino cumples, dejaré la investigación.

Rachel se quedó callada.

Danny era linda si, muy linda.

Pero…

Ella había soñado su primera vez de otra manera, no ha cambio de algo.

Por otro lado, Danny no era Quinn, y desde que la conoció, deseó muchas cosas con la rubia.

Algo pasaba entre ellas dos, y no quería perderlo.

Muy bien, aquí estaré mañana — comentó

Genial, aquí te esperaré, Annie será la encargada de traerte , y estará al tanto de todo La morena salió de inmediato, dejando a Danny desconcertada, pero también muy preocupada, — Tranquila mi niña, no tienes que preocuparte, yo vine a este lugar a protegerte, así me muera en el intento — susurró Danny.


Emma Pillsbury llegó al departamento de Will, después de haberlo esperado por un largo rato en su trabajo, decidió ir a buscarlo.

Estaba nerviosa, y a la vez molesta, tenía tantas cosas que preguntar, que reclamar, pero sabía que no podía, debía mantener la calma, por su bien, y el de todas.

Tocó varias veces las puerta, pero al parecer tampoco estaba en casa, por lo que decidió irse.

¿Emma? — Will abrió de pronto la puerta, mostrando el porqué no atendía, solo llevaba puesta una toalla atada a la cintura — Lo siento, me estaba dando una ducha.

Oh, disculpa, no quería interrumpir, creí que no estabas — trataba de no mirar tanto al chico.

Estoy por irme pero, pasa — el chico se hizo a un lado pero la pelirroja solo negó con la cabeza.

No, yo no, yo, digo, no quiero quitarte el tiempo, apuesto a que tienes prisa.

Tranquila, para ti tengo todo el tiempo del mundo, ¿Pasa algo? Tú nunca vienes a verme.

Quería hablar sobre Rachel Berry.

¿Qué pasa con ella? — contestó de inmediato, su reacción desconcertó a Emma — creo que deberías pasar, y así hablamos más tranquilos — miraba al pasillo.

Emma se sintió indefensa, y de pronto comenzó a sentir miedo

No, yo tampoco tengo mucho tiempo, solo quería saber si has averiguado algo más sobre el caso Berry — la cara de Will se suavizó un poco .

No, no he podido averiguar más nada, pero dame un par de días, y veré que consigo ¿De verdad no quieres pasar?

No gracias, eso era todo, te dejo para que puedas seguir, hasta pronto.

De acuerdo, Adiós. — Will miró como se alejaba, le había parecido demasiado extraña su visita.


La morena llegó prácticamente corriendo a su celda.

Las chicas estaban ahí, aún no se iban al patio, se asustaron, Rachel no se veía bien.

Enana — la llamó — ¿Estás bien?

Sin decir palabra, Rachel se lanzó a los brazos de Mercedes.

Ella y Brittany se miraron sin entender, de pronto comenzó a llorar.

Como una niña, como cuando escuchó por primera vez como su padre, golpeó a su madre, lloró aterrada, así mismo lloraba en ese momento.

Brittany no sabía qué hacer, se acercó a las chicas, y se unió al abrazo.

Largos minutos pasaron, Rachel por fin dejó de llorar.

¿Qué pasó enana? ¿Por qué estás así? — las chicas se separaron, Mercedes y Rachel se sentaron en la cama, Brittany, se alejó y se sentó en el piso, frente a ellas — ¿Te dió la información?

si, no me esperaba nada de eso, pero solo me dejó con un millón de dudas — respondió limpiándose las lágrimas.

¿Qué dudas Richie?

Al parecer, todo lo malo que le pasó a mi familia, fue planeado por mi tío Henry, por culpa de su adicción a las apuestas — miró a sus amigas — perdió su dinero, se metió en casinos clandestinos, y cuando lo perdió todo, acudió a mis abuelos, para pedirles dinero, sino pagaba, lo matarían — las chicas escuchaban atentas lo que Rachel decía, sin interrupciones — ellos le dieron lo que debía, después cuando fallecieron mis abuelos, los gemelos Berry heredaron mucho dinero, y una casa para cada uno, mi tío perdió su casa en apuestas, y también apostó la de los abuelos, y la perdió — Rachel contaba mirando hacia la nada — volvió a apostar, y de nuevo perdió, millones, y no tenía cómo pagar, lo buscaron para matarlo, y él ofreció la casa de mi padre, mi casa.

Pero eso debió ser imposible enana.

No para el ambicioso Henry Berry Mercedes, al parecer él ideó un plan, con ayuda de la persona a quién debía el dinero, para sacarnos de nuestra casa.

¿Un plan? ¿Qué plan?

No lo sé Britt, eso fue todo lo que me dijo Danny .

¿En serio? ¿Por qué hizo eso? ¿Acaso no sabe lo importante que es esto para ti? — Mercedes quedó tan intrigada, que no le pareció justo lo que hizo Danny.

¿Eso fue todo lo que investigó Danny? Creo que es muy poca información Richie.

No, me dijo que ya tiene toda la información.

¿Y entonces? ¿Por qué no te dió la información? — Mercedes no entendía.

Porque quiere que cumpla con mi parte del trato.

Oh — susurró Brittany.

¿Lo harás? Rachel, ¿Te acostarás con Danny? — por esa razón Mercedes nunca quiso que Rachel se acercara a Danielle.

No tengo otra opción Mercedes.

Si, si la tienes Richie — intervino Brittany — no aceptes, entre nosotras conseguiremos esa información.

¿Cómo Brittany? Dime cómo, ¿Alguna de ustedes tiene a alguien allá afuera que nos pueda ayudar?

Lo siento Enana, yo no tengo a nadie ¿Y tú Brittany?

los que tengo allá afuera, me odian tanto que no querrán hacer nada por mi.

Entonces, no tengo otra opción chicas.

¿Y qué hay de Lucy? — preguntó inocente la rubia.

¿Quien? — preguntaron al mismo tiempo Rachel y Mercedes.

Digo, ¿Qué hay de Fabray? — se puso nerviosa.

Mercedes miró a Rachel sin entender la pregunta, y Rachel no dejo de mirar a Brittany, el nombre llamó su atención.

¿La subdirectora? ¿O sea que iba en serio? ¿Te gusta? — cuestionó Mercedes.

Claro que le gusta Mercedes — miró a la chica, y después a Rachel — ¿ Y si se entera?

¿Si se entera? Oh dios aguarden, ¿Me perdí de algo enana? ¿Ha pasado algo entre tú y la subdirectora? — Rachel agachó la cabeza y susurró algo que ninguna alcanzó a escuchar — ¿Quieres hablar más duro? No escuchamos nada de lo que dijiste.

Dije que, sí, ha pasado algo — no levantó su cabeza, y Brittany sonrió victoriosa.

¿Y por qué no nos habías dicho nada? Prácticamente tienes un amorío con la máxima autoridad de esta prisión y nosotras sin saberlo — Mercedes estaba incrédula

Yo sí lo sabía — dijo divertida la rubia, las chicas la miraron enseguida.

increíble ¿no? O sea se lo contaste a Brittany pero a mí no

¡No! Yo no le conté nada.

¿Entonces cómo lo sabes rubia?.

Pues porque he estado siguiendo a Rachel — soltó como si nada.

En serio das miedo Brittany — Mercedes no podía creerlo — ¿Qué ha pasado entre ustedes y desde cuando enana?

¿Desde cuando? Pues, creo que desde que nos conocimos, o sea, siento que desde el día que la Vi por primera vez aquí, hubo un clic, algo, no sé, pero cuando fue agredida, ella iba a verme todos los días al hospital, a veces lo hacía cuando supuestamente yo dormía, pero siempre me daba cuenta de su presencia, y hablábamos mucho, quiso ayudarme a resolver mi caso, pero yo fui una grosera con ella, después me disculpé escribiéndole una pequeña carta, fue el día que la oficial López me prestó su bolígrafo, ella me respondió al día siguiente, y ahí supe que algo pasaba, que algo había entre las dos, el viernes, cuando fui a la biblioteca, ella llegó ahí, hablamos, y nos besamos.

Oh vaya, eso no lo esperaba.

¿Y han hablado de eso Richie?

No, desde esa noche, no hemos podido hablar de nuevo, solo nos vemos a través de esa ventana.

Pero hay algo ahí enana, y si te metes con Danny, lo puedes perder .

Mercedes tiene razón Richie.

Lo se, pero yo necesito demostrar mi inocencia, necesito salir de aquí.

¿Acosta de todo y de todos?.

Creo que si Mercedes.

¿Y cuando se lo vas a decir Richie?

No lo haré Brittany, no puedo hacerlo.

Creo que eso sería peor pequeña, tienes que hablar con la verdad.

Tengo miedo de que se aleje de mí, no sé qué hacer, necesito pensar.

Piénsalo muy bien Richie, no vayas a perder a Quinn.

Iré a caminar un rato, no tardo.

Muy bien, no tardes.

Rachel tomó sus libros y salió de la celda.

Si te lo propusieras, le harías competencia a Danny, eres buena detective — bromeó Mercedes

Ambas rieron.


¿Me llamaste? — Santana entró a la oficina de Quinn, quien estaba tirada en el sofá, leyendo.

No pues, ya no hubieras venido, te marqué hace media hora Santana ¿Dónde carajos te metiste? — se puso de pie y se acercó a su escritorio.

Quinn, te recuerdo que me ausenté todo el domingo, tengo un sin fin de pendientes, además, trato de mantener a Sue Sylvester ocupada y cerca de mi.

Si, supuse que por eso no atendias.

¿Pasó algo? ¿Emma llegó?

No, no llegó, me marcó hace un rato, para decirme que no vendría hasta mañana.

¿Por qué?

Creo que lo de Will le está afectando más de que esperábamos.

Lo sabía.

Mañana hablaremos con ella ¿Quieres que te espere para irnos juntas?

Tardaré como una hora más todavía ¿No te importa esperar?

No tranquila, te espero, mientras iré por un libro, supongo que a esta hora la biblioteca ya cerró sus puertas ¿No es así?

Si, ya está libre esa área, solo ve con cuidado.

Claro, ¿me acompañas?

Por supuesto, vamos.

Las chicas salieron de la subdirección, hacía mucho tiempo ya que la subdirectora no caminaba por los pasillos de aquella tranquila prisión.

Y las reclusas lo sabían.

Dejaré a una celadora por aquí cerca, para que cuide que no se acerque más nadie.

De acuerdo — Santana se marchó y la rubia se aseguró de que no hubiera nadie cerca — Santana y su estúpida sobreprotección, espero que Rachel venga.

Entró a la biblioteca, muy despacio, comenzó a revisar el lugar, le parecía lindo apesar de ser una prisión.

No sabía si Rachel iría, esperaba que la forma en que se miraron en la mañana, le diera una idea de que quería verla, de que moría por verla.

Estás no son horas para que usted esté aquí — Quinn brincó — Dos mío Rachel! ¿A qué hora entraste?

Llegue hace como diez minutos — se levantó del piso, y se acercó a la rubia — Hola — susurró cerca de sus labios

La rubia sonrió como una tonta.

Hola — acarició el rostro de la morena con sus manos — pensé que no vendrías.

Tenía muchas ganas de verla.

Me viste en la mañana — bromeó, ninguna se alejó.

Pero no así, tan cerca ¿Usted no tenía ganas de verme? — preguntó la morena, a Quinn le parecía una pregunta un poco tonta, pues la respuesta era obvia, pero quería jugar un poco.

Pues — se alejó unos cuantos centímetros — un poco si.

El rostro de la morena lo decía todo, su sonrisa desapareció.

Ella no había hecho otra cosa que desear que llegara ese día, esa hora, solo para verla y estar con ella, a pesar de no haber acordado nada.

Por dios estoy bromeando! — tomó su rostro y la besó ligeramente — moría por estar contigo — la besó de nuevo.

¿Me extrañó? — agachó su mirada — porque yo la extrañe demasiado.

A Quinn la pregunta la llenó de ternura, que lo único que pudo hacer fue abrazarla, muy fuerte y susurrarle al oído.

Te extrañé demasiado mi amor — la rubia se dió una bofetada mentalmente, en qué estaba pensando, no debió haberle dicho así, la podría asustar.

Rachel se separó de la rubia, y la miró intensamente.

¿Como me dijo?

Yo, no, yo, lo siento, no debí.

¿Lo siente?

Si, digo, no, o sea, dios — se giró dándole la espalda a la morena — perdón , no sé en qué estaba pensando.

Rachel la abrazó por la espada y comenzó a besar su cabello.

No pida perdón, a mí me encantó que me dijera así.

La rubia se giró de nuevo y la abrazó, también la besó.

Subió sus manos a su cuello, y se abrazó a él, Rachel, por su parte, se aferró a su cintura.

De repente, la imagen de Danny apareció en su cabeza, y se alejó de inmediato de Quinn.

¿Pasa algo?

No — se alejó un poco más — perdón, creo que necesitaba un poco de aire.

¿Estás segura? Parece que has visto un fantasma ¿Tan fea estoy? — bromeó, pero está vez Rachel parecía ausenté — Rachel, en serio ¿Qué pasa?

¿Qué es esto?

¿Como? — preguntó confundida la rubia.

Si, esto, los besos, abrazos, las miradas, las palabras lindas, ¿Qué es?

No sé qué sea, pero definitivamente tenemos algo, algo muy especial.

¿Hay alguien más en su vida? — la morena estaba nerviosa, y tenía ciertas dudas

¿Qué? Rachel, ¿A qué viene eso?

Solo responda.

No, no hay nadie más en mi vida, solo tú, y aunque no sepa lo que tenemos, o no le pongamos nombre, sé que hay algo, y con eso es suficiente para no querer tener nada con nadie más — de pronto, la voz de la rubia se volvió dura — ¿Y tú? ¿Tienes a alguien más?

Rachel no sabía qué responder ¿Tenía a alguien más? ¿Danielle contaba como alguien más?

No, por supuesto que no, ella no significaba nada para la morena, pero, lo que pasaría al día siguiente si.

No, por supuesto que no.

Quinn se realizó y se acercó de nuevo a la morena.

Bueno, pues ya quedado claro el asunto, ¿puedo besarte de nuevo?

Ni siquiera esperó una confirmación por parte de Rachel, solo la besó, de una manera dulce, tierna, quería que la morena se sintiera segura.


¡NOS LEEMOS PRONTO;