NI GLEE NI SUS PERSONAJES ME PERTENECE… SOLO ESTA HISTORIA.
ADVERTENCIA RACHEL G!P
Santana miró como Rachel se alejaba poco a poco, no supo si la morena era conciente de que aún seguía con las esposas.
Su ética profesional le decía que tenía que ir y llevarla a su celda, pero después de los gritos que escuchó por parte de la rubia, decidió no hacer nada.
No estaba segura si entrar y sacar a su mejor amiga de la oficina fuera una buena idea, sabía que estaba sufriendo, quién mejor que Santana López para entender por lo que estaba pasando su amiga.
Tocó y no escuchó ningún tipo de ruido, se pegó a la puerta y habló lo suficientemente fuerte como para que Quinn escuchara.
— Iré a dar un último rondín, en cuanto vuelva, nos iremos a casa — No obtuvo respuesta, pero pudo verla, de rodillas en el piso, llorando como una niña.
Quiso acercarse, más prefirió darle su espacio, ella había pasado por una situación similar, y solo quería estar sola en aquel momento.
Deseaba entrar y abrazar a su casi hermana, pero solo se fué.
La cabeza de Rachel era un lío, tenía tantas dudas, tantas preguntas, pero solo llegaba a una conclusión.
Había perdido a Quinn.
Después de haber perdido tantas cosas en su vida, el dolor de perder al amor de su vida, era otra cosa.
Si, el amor de su vida, ahora sabía que era así, Quinn lo era.
Sentía un enorme hueco en el pecho, un nudo en la garganta que no le permitía ni hablar, y unas ganas de llorar inmensas.
Sin darse cuenta llegó a la celda, donde ya la estaban esperando sus amigas.
— Richie! Llegaste! ¿Qué pasó? ¿Por qué te llamó la subdirectora? — Brittany esperaba con ansias las respuestas, pero Rachel ni siquiera la escuchó.
— ¿Qué pasa enana? ¿Estas bien? — para Mercedes no había pasado desapercibida la cara de la morena.
— La perdí — sollozó.
Las chicas se miraron y supieron de quién hablaba la pequeña morena.
— Supo lo de Danny ¿Cierto? — preguntó Mercedes, la morena solo asintió.
— Mercedes te lo advirtió Richie, te dijo que esto pasaría.
— Lo sé Britt, lo sé.
— ¿Cómo se enteró?
— No lo sé Mercedes, pero pude ver en su mirada, lo mucho que me está odiando.
— Richie hoy no se habló de otra cosa en esta prisión que no fuera de ustedes, quizás llegó a oídos de ella — la rubia se sentía mal, no podía imaginar cómo estaría Rachel — ¿Qué harás ahora?
— Voy a seguir con el plan Brittany
— Estas bromeando ¿cierto? — preguntó Mercedes incrédula — no puedes seguir adelante con esa locura Berry.
— Ya no tengo nada más que perder Mercedes, al contrario, puedo quedar en libertad, puedo irme a casa.
— Creo que es una mala idea Rachel ¿me permites darte un consejo? — la morena solo asintió — No dejes ir a la subdirectora, no si realmente es el amor de tu vida, nada lo vale , te arrepentirás después, te lo digo por experiencia — Jones miró algo extrañada a la rubia.
— Dudo mucho que pueda solucionar todo esto — suspiró y cubrió su rostro desesperada.
— ¿Estás lista para irnos? — preguntó Santana asomando solo la cabeza.
— Si, solo recojo estos papeles — dijo ordenando un poco su escritorio.
Los ojos de la rubia estaban rojos e hinchados de tanto llorar.
— ¿Qué harás esta noche? — llorar hasta quedarme dormida — pensó Quinn — Lo pregunto porque yo tendré una cita con una hermosa chica de ojos azules, si quieres te puedes unir — Quinn sonrió.
— Te agradezco la invitación Santana, pero prefiero quedarme en casa y dormir temprano si no te molesta.
— No te preocupes rubia, no pasa nada.
— Listo, vámonos — se puso de pie y caminó hacia su amiga, se detuvo para apagar las luces, suspiró pesadamente y terminó de salir.
Los barrotes de la celda sonaron y Rachel supo que Annie estaba por llegar.
El momento había llegado.
En la celda ya solo estaban Rachel y Mercedes, esta última estaba leyendo mientras esperaba a que fueran a recoger a Rachel.
— ¿Lista? — preguntó Annie cuando llegó a la celda — ¿Por qué sigues con las esposas? ¿Creí que López te las iba a quitar — cuestionó al ver el metal en las manos de la morena.
— Cuando salí ya no estaba la oficial López — mintió — ¿Nos vamos?
— Claro — espero a que la morena saliera.
— Enana, aún puedes cambiar de opinión, estás a tiempo, recuerda lo que dijo Britt, no te vayas a arrepentir después.
— No Mercedes, ya no hay marcha atrás — bajó la mirada — nos vemos mas tarde.
— De acuerdo — con dolor Mercedes la miró marchar — cuídate mucho chiquilla.
— ¿Puedo saber por qué te llamó Fabray? — cuestionó la celadora mientras caminaban por los pasillos.
A la oficial le parecía muy extraño el llamado, tenía días viendo una actitud algo extraña por parte de su superior.
Rachel lo que menos quería era conversar, y menos de la señorita Fabray.
— Por nada importante, quería mostrarme el resultado de mis últimos estudios, ya ve que la doctora no se ha presentado.
La respuesta pareció convencerla un poco.
— ¿Y todo bien? — quería saberlo todo la celadora.
— Si, parece que ya me recuperé del todo — dijo sintiendo la mirada de la otra chica.
— Me alegro de eso Berry — era sincero su comentario — por cierto, debo decirte que solo tendrán una hora y enseguida debo llevarte de nuevo a tu celda porque habrá conteo y se cerrarán las puertas — los sesenta minutos mas largos de mi vida — pensó Rachel — así que tendrán que darse prisa con lo que sea que vayan a hacer — Rachel palideció de solo imaginar lo que harán.
Llegaron al pasillo donde estaba la celda de Danny y Annie azotó los barrotes, esto hizo que Rachel diera un brinco del susto, había olvidado que la oficial siempre hacia eso.
Entraron a la celda y Danny estaba acostada leyendo.
— Tienes visita Danielle — dijo la oficial.
— Una hermosa y sexy visita Annie ¿No creés? — sonrió y se puso de pie.
— Ya lo creo que sí — Rachel no decía nada — Bueno, las dejo, y recuerden, vuelvo en una hora, no más.
— De acuerdo Annie, nos vemos en una hora — Respondió Danny sin dejar de mirar a la pequeña morena que ya comenzaba a temblar.
Annie se acercó a Rachel y esta se asustó, la oficial solo quería quitarle las esposas.
Así lo hizo y se marchó.
— Muy bien Berry, el momento a llegado.
— Lo sé — dijo sin mirarle.
— como no tenemos mucho tiempo, nos vamos a ahorrar el paso número uno — dijo como si nada.
— ¿Cuál es el paso número uno? — Rachel se arrepintió enseguida de hacer la pregunta.
— Pues, quitarte la ropa yo misma, y mira que tengo muchas ganas de desvestirte con mis propias manos, pero bueno, ya tendremos más tiempo.
— Si, es verdad — dijo Rachel viendo como la chica se acercaba peligrosamente a ella.
— ¿Sabes? Las chicas rubias son mis preferidas, pero, tu piel morena me es muy tentadora en este momento — susurró mientras acariciaba los brazos de la morena — y tus labios ni se diga — intentó besarla pero Rachel la esquivó y salió del pequeño abrazo en el que la tenía Danielle — Teníamos un trato Berry — dijo molesta por la acción de Rachel.
— Lo sé, y voy a cumplir — suspiró — pero antes, hay algo que debes de saber.
Danielle sonrió internamente.
— ¿De qué se trata Rachel? Espero que no sea una treta — la miró amenazante.
— No, pero debes saberlo antes de que avancemos más.
— De acuerdo, te escucho — se acercó a su cama y se sentó — solo recuerda que nada más tenemos una hora, así que habla ya.
— si, lo sé , bien — estaba muy nerviosa la morena — yo , dios, no sé cómo decirlo.
— Habla ya Berry, porque sino tomaré a la fuerza algo que ya me pertenece.
— ¡No! Bien, yo, no, rayos — tomó un poco de aire — Yo no soy como tú Danny.
— ¿Qué? Obviamente no eres como yo Berry, dudo mucho que tengas cuentas de banco con todo el dinero como el que tengo, o las casas , los autos, incluso las chicas.
— No, no me refiero a eso.
— ¿Entonces a qué?.
— Físicamente — Danny la miró de manera interrogativa, estaba perdiendo la paciencia — lo que quiero decir, es que, yo nací con algo extra — la morena estaba sufriendo.
— Rachel, si tienes un dedo extra créeme que no hay problema, al contrario, más diversión ¿No creés? — respondió de manera coqueta.
— Dios no — dijo exasperada — No me refiero a eso.
— ¿Entonces a qué Berry? Me estoy cansando de esta conversación, así que habla claro que no tenemos toda la noche.
— Tengo un pene — respondió la morocha y enseguida cerró fuertemente sus ojos, no quería ver la reacción de la chica frente a ella.
— ¡Vaya! Hasta que por fin lo dijiste Berry, por un segundo pensé que dirías otra cosa.
Rachel abrió los ojos incrédula ¿Había escuchado bien?
— ¿Solo eso vas a decir?
— Pues si, de hecho te tardaste en contarme, juraba que me lo dirías desde el día que te di la información.
— ¿Cómo? ¿Tú lo sabías? — preguntó algo aturdida .
— Berry, te recuerdo que yo sé todo, de todos en esta prisión, y más de ti.
— ¿Por qué no me dijiste que lo sabías?
— Quería que tú me lo contaras, quería que confiaras en mi.
Rachel suspiró un poco más tranquila, aunque lo más difícil no había pasado aún.
— Bien, ahora que ya sabes mi condición, terminemos con esto — la morena tomó el cierre de su overol y lo bajó por completo, dejando ver una camiseta blanca y un pequeño bóxer gris.
— Oh vaya, sí que tienes un lindo cuerpo, sexy, pero sabes una cosa Berry — se acercó sugerentemente a la morena, y bajó su mano peligrosamente a la altura de la entrepierna — No me gustan los penes — subió de nuevo la cremallera y cerró por completo el overol de Rachel.
— No entiendo — habló la morena siguiendo muy atenta cada movimiento de Danny — Tú ya sabías de mi condición y aún así querías que cumpliera con el trato ¿Qué ha cambiado ahora?.
Danny sólo sonrió.
— Rachel, nosotras no tendremos sexo, ni ahora ni nunca — Rachel no estaba entendiendo — Y creeme, no es por tu pene, digo, nunca he estado con un chico, pero tú, dios , eres jodidamente sexy.
— ¿Entonces?
— Entonces — Caminó a su cama, y debajo de ella, sacó una caja y se la entregó a Rachel, la caja ya estaba abierta — hay otra gran razón por la cual no podemos tener sexo, y está en esa caja — Rachel inspeccionó con miedo la caja, la abrió y solo vio carpetas con papeles, de inmediato miró a Danny sin entender — Necesitas revisar lo que hay dentro para entender.
La menor de la chicas abrió una carpeta, la primera que veía.
Se quedó sin habla cuando al abrir la carpeta lo primero que encontró fue una fotografía donde aparecía su madre, muchos años atrás.
En la foto no solo aparecía Shelby Corcoran.
También aparecía otra chica.
Chica que ya había visto Rachel en otra fotografía similar a la que tenía en sus manos.
— ¿Por qué tienes una fotografía de mi madre? La miró.
— ¿Habías visto esa foto antes? — cuestionó Danny.
— Si, la Vi una vez, cuando tenía 15, aún no nos mudabamos al condado — dijo recordando el momento — bajé al sótano buscando una cámara, y encontré esta foto en una caja que guardaba mamá.
— ¿Le preguntaste quien era la otra chica?
— si, le mostré la foto, y ella me dijo que esa chica había sido su mejor amiga desde el jardín de niños.
— ¿Solo eso te contó?
— No, me dijo que eran inseparables, de hecho, cuando papá y el tío Henry se mudaron al pueblo, ellas eran las chicas más populares, bueno, esa chica lo era, mi madre solo era la mejor amiga de la chica más popular de la preparatoria.
Los hermanos Berry se volvieron muy populares también, y como es costumbre el más popular salía con la más popular, o sea papá comenzó a salir con esa chica — Danny escuchaba atenta la historia detrás de aquella foto — mi madre se enamoró de papá pero él se fijó en su mejor amiga, y tuvo que callar sus sentimientos, hasta que esa chica se metió con el tío Henry y toda la escuela lo supo, ellos terminaron, y un mes después mi madre le declaró su amor a papá y comenzaron a salir, me contó que tiempo después esta chica dejó de asistir al colegio, me dijo que ya no volvió a saber de ella, que incluso fue a su casa a buscarla y ya no vivía ahí.
— ¿Tu madre te dijo como se llamaba aquella chica?
— Si, Elizabeth Saunders.
— ¿Tú sabes por qué desapareció? — preguntó curiosa.
— No, mis padres nunca lo supieron.
— Bueno pues, la razón por la que esa mujer dejó no solo la escuela, sino también el pueblo, es porque quedó embarazada — Rachel abrió sus ojos enormes — cuando sus padres se enteraron, enfurecieron, estaban llenos de vergüenza, así que decidieron irse lejos, dónde nadie los conociera.
— ¿Embarazada? Pero, según lo que me dijo mi madre, ella y papá duraron casi dos años de relación — trataba de recordar con claridad.
— Ella se embarazó mientras tenía un noviazgo con Hiram Berry.
— ¡¿Qué?! — estaba en shock — o sea qué, ¿tengo un hermano?
— No, porque aunque tenía una relación con tu padre, ellos nunca tuvieron sexo, él era un caballero, con quién sí se metió fue con Henry, en repetidas ocasiones.
— Entonces, el tío Henry era el padre.
— Así es.
— Pero, hay algo que no entiendo — a Rachel no le cuadraba algo en la historia — ¿Cómo demonios sabes todo esto?
Danielle la miró atentamente y esbozó una enorme sonrisa.
— ¿Cómo lo sé? Simple, mi nombre es Danielle Saunders, hija de Elizabeth Saunders.
— Oh por dios — dijo Rachel — eres hija de Elizabeth, entonces — no sabía ni cómo decirlo.
— Así es Rachel, yo soy hija de Henry Berry, y por ende, somos —
— Primas — se adelantó la pequeña.
— Así es Berry.
— ¿Fue tu madre quién te contó todo esto? — la morena tenía algunas dudas
— No, de hecho, ella no no tiene idea de que yo sé todo esto — sonrió
— ¿Y como lo supiste?
— Un día Henry fue a mi casa, el abuelo lo invitó a comer, mamá no tenía idea de que ellos estaban en contacto, pero el abuelo tampoco sabía que él era mi padre — se sentó en el piso frente a Rachel — cuándo mamá lo vió, palideció, yo sabía que había algo ahí, pero no sabía que, pues yo no conocía a ese hombre, el abuelo invitó a Henry a comer el fin de semana con nosotros, y él se fue prometiendo que regresaría, al día siguiente entré a la habitación de mi madre, y en su mesa de noche encontré una carta, carta que había escrito para tu tío, la leí, después me la llevé para sacarle una copia.
— Entonces el tío si supo de tu existencia.
— No, alguien aparte de mí encontró la carta y la destruyó.
— ¿Y la copia?
— Está en la caja — Rachel tomó la carta y comenzó a leerla — ahí le explica a Henry el por qué dejó el pueblo y todo lo demás.
— Oh vaya, todo esto es increíble, nunca me hubiera imaginado que tú serías mi prima.
— Pues ya ves, lo que son las cosas, antes de saber de tu existencia, yo siempre quise una hermana, o hermano, alguien con quien jugar y hacer locuras.
— ¿Tu madre no volvió a tener hijos?
— No, cuando dió a luz, el abuelo la obligó a casarse con un hombre diez años mayor que ella, quien era viudo y tenía un hijo de siete años.
— Vaya, debió de haber sido algo difícil.
— De hecho no, a pesar de que fue obligada a casarse, mamá fue feliz con ese hombre, y a mí me trató muy bien, me quiso como a una hija, y gracias a él, tengo todo lo que te puedes imaginar — sonrió melancólica — Burt era millonario.
— ¿Era?
— Si, murió hace seis años, sin duda alguna él fue la mejor figura paterna que pude tener.
— Ahora entiendo porqué tanto misterio con la temible Danielle — bromeó — lo que aún no sé, y de verdad me gustaría saberlo, es , ¿Por qué estás presa? Digo, eres millonaria — esa duda la tenían todas en el penal — ¿Qué hiciste para que te encerrarán?
— ¿Aún no lo entiendes Berry?
— ¿El que? — preguntó confundida.
— Yo estoy aquí por ti — la miró a los ojos — estoy aquí por ti y para ti.
— ¿Por mi? No entiendo.
— Rachel, el que estés aquí no es casualidad ni mucho menos accidente, si tú estás aquí es porque así estaba planeado.
— ¿Planeado? ¿Por quien?
— Por la misma persona que mató a mi padre , destruyo mi vida y la tuya — dijo molesta — esa persona que quiere destruir a los Berry.
— ¿Destruirnos?
— Si, pero todo se lo he complicado, es por eso que estoy acá, Rachel, él planeó que entraras a prisión, aunque las cosas no hayan salido como esperaba.
— ¿A qué te refieres?
— A que la noche en que mataste accidentalmente a tu padre, quien tenía que morir era Shelby y Nathan, no tu papá, y también te acusarían de eso.
— ¿Qué?! — preguntó sin aliento — Oh por dios.
— Así es Rachel, ese día estaba planeado que tu hermano y tu madre murieran, y tú serías la única responsable de eso, así que, de cualquier manera, ya estaba planeado tu ingreso a este penal, cuando supe lo que planeaban, me metí en problemas, y con ayuda de mi mejor amigo y abogado, conseguí ingresar aquí unos meses antes.
— ¡¿Entonces tú sabías que mi familia iba a morir y no hiciste nada para evitarlo!? — se levantó furiosa de la cama.
— Te equívocas Rachel, yo ordené que emborracharan a tu padre hasta perder el control, sabía que eso sería muy sencillo, y sabía que así, no podría hacerles nada.
— Dios — sollozó
— mi intención era que no muriera nadie, de hecho le pedí a alguien que fuera por ustedes, pero no pudo entrar por ti.
— ¿Quien nos odia tanto Danny? — se echó a llorar y Danielle la abrazó enseguida.
— Tranquila Rach, sea quien sea, va a pagar cada lagrima derramada por nuestra familia, te lo prometo.
— ¿Y ahora qué sigue? ¿Qué haremos? — preguntó secándose una lágrima.
— Necesito que te cuides demasiado, y que por nada del mundo le cuentes a nadie lo que te he dicho.
— ¿Ni a Mercedes o Brittany?
— ¿Qué tan confiables son?
— Ellas saben todo, bueno, lo mismo que yo.
— Pues, entonces solo ellas, aunque Britt conoce ya algo de mi, de hecho, esa rubia sabe quién soy, o sea, mi apellido, incluso conoce a mi madre, y también conoció a mi padre, lo que no sabe es mi conexión con los Berry.
— ¿Qué? — preguntó sorprendida — Entonces esa rubia lo sabía y no nos dijo nada.
— No se molesten con ella, esa chica solo me cubrió las espaldas, es una gran amiga.
— Amiga que te quieres llevar a la cama ¿Cierto? — preguntó curiosa.
— ¿Bromeas? — rió — jamás me podría llevar a esa mujer a la cama.
— ¿Por qué?
— ¿Por qué? Eso es obvio ¿No creés?
— ¿Obvio?
— ¿No sabes la historia de Brittany? — ahora la sorprendida era Danny — Juraba que tú y Mercedes ya estaban enteradas, por la cercanía entre ustedes.
— Pues no, Mercedes me pidió que no hicieras preguntas, que dejáramos que ella solo se abriera, pero siento que nunca lo hará.
— Lo hará créeme, se nota que confía en ti y en Jones, así que, solo tengan paciencia.
— ¿Y qué hay de Kitty?
— ¿Qué pasa con ella? — se hizo la desentendida.
— No te hagas Danny, ella me amenazó con hacerme daño si yo tenía sexo contigo, obvio pasa algo, podría jurar que está celosa — dijo tanteando a su prima.
— Es una psicópata, nada más.
— Oh vamos, necesito saber a qué atenerme con ella, confía en mí, no diré nada.
Danny suspiró pesadamente, no le gustaba hablar del tema, pero Rachel era su familia, y necesitaba desahogarse.
— Cuando recién entré al penal, Kitty era diferente, si podría decir que era la única persona con la que yo hablaba, al igual que tú, me pidió ayuda en su caso, y la ayude — se recargó en los barrotes de la celda — pasábamos mucho tiempo juntas, y yo comencé a sentir cosas por ella, creí que a ella le pasaba igual, por la forma en que me trataba y me hablaba, fui por todo y un día la besé, y correspondió, comenzamos a tener algo a escondidas, no quería meterme en problemas y que me trasladaran por mala conducta, al parecer alguien se enteró de lo que pasaba entre nosotras y empezaron a murmurar por los pasillos hasta que llegó a ella, y lo negó, dijo que me había pagado con sexo el trabajo que hice en su caso, dijo que esa era la único razón por la cual estaba conmigo.
— Vaya ¿Tú qué hiciste? .
— Me lastimó, me rompió el corazón porque yo sí sentía algo por ella, pero no era igual de su parte, ella solo estaba "pagando" el favor. — varias lágrimas rodaron por su mejilla — Cuando la encaré, me dijo que no sentía nada por mi, que jamás podría sentir algo, y que sólo había estado conmigo para que le ayudara.
La morena sintió pena, pero al igual que Danny lo hizo, la morena se acercó y la abrazó.
— Rachel — Se notó el cambio — demás está decir que necesito que te andes con cuidado ¿Cierto? — La morena solo asintió — No puedo permitir que algo malo te suceda, le prometí a una persona que velaria por ti, y eso haré.
— ¿Qué persona? — no entendió
— Más adelante lo sabrás.
— ¿Cuál es el plan entonces?.
— Necesito que no te metas en problemas, y estés al pendiente de lo que Annie te diga.
— ¿Annie lo sabes? — Rachel no sabía si era bueno que más personas lo supieran.
— Claro que lo sabe, ella es mi mano derecha dentro y fuera de esta prisión.
— ¿Fuera?
— Si, ella y yo nos conocemos de afuera, pero eso es una larga historia, lo que importa ahora, es que le hagas caso en todo.
— De acuerdo, lo haré.
— Muy bien, pues ahora Ya quedó todo aclarado, aunque aún tiene más cosas que saber pero, eso será después — se acercó a la caja y la puso de nuevo bajo su cama — ahora, tienes que descansar, dudo mucho que a las chicas les guste verte con ojeras, porque ya escuché por ahí, que hay apuestas para ver quién es la más sexy del penal, y déjame decirte que vas ganando.
— Dios — rió — esa es nueva, aunque la que me interesa ya no — De pronto Rachel se acordó de Quinn, y la razón por la que la rubia ya no quería verla, entonces se dió cuenta que no, no le había fallado a la señorita Fabray.
— ¿Quien es la que te interesa?.
— No, nadie — no sabía si contarle o no, pero una idea llegó a su cabeza — ¿Danny?
— Dime — respondió pensando que la morena le diría el nombre de una chica.
— Necesito un favor, pero no tiene que ver con mi casa, ni con nuestra familia.
— Claro, lo que sea que necesites , cuenta con ello.
— Bien — de repente su humor mejoró, escucharon un ruido y la celadora apareció en la celda.
— La visita conyugal terminó chicas — Bromeó Annie — Hora de irnos Rachel — La morena se llegó hasta la celadora y extendió sus manos para que fuera esposada — Supongo que ya sabes que son primas — la morena asintió — pues yo jamás esposaria a un familiar de Danielle, así que, anda , vamos que ya es tarde.
Danielle sonrió.
— Descansa Rachel, y mañana hablamos de lo que necesitas que haga por ti.
— Por supuesto, mañana hablamos, descansa.
La oficial de guardia se llevó a Rachel quien llevaba una enorme sonrisa.
Una sonrisa de esperanza.
— ¿Por qué tan sonriente? — preguntó Annie mirando a todos lados , el que llevará a Rachel sin esposas, podría traer problemas, para ambas — Desde que dejamos a Danny tienes esa sonrisa.
— Pues , saber que Danny es mi prima, y saber todo lo que está haciendo por mí, me reconforta.
— Créeme que ella está haciendo todo lo posible para sacarte.
— Lo sé, y yo pondré todo de mi parte para no complicarle las cosas.
— Eso me parece muy bien , bueno, sana y salva — dijo la celadora cuando llegaron a la celda de Rachel — en un momento van a dar el rondín y se apagarán las luces.
— Gracias por todo Annie — le sonrió y la chica se fue.
— ¿Cómo te fue enana? — habló Mercedes y Rachel casi se lanza a la cama del susto — Lo siento lo siento — se disculpó al ver la reacción de la morena.
— ¡Por dios Mercedes! — se llevó la mano al pecho — Pensé que estabas dormida.
— aún es temprano, además, no podría hacerlo si tú no estás aquí — se bajó de la litera — Mejor cuéntame ¿Cómo te fue?
— Ay Mercedes, no sé ni cómo empezar.
— Ah caray, pensaba que llegarías con un pésimo humor o algo parecido.
— No tuvimos sexo Mercedes.
— ¿Entonces?.
Rachel comenzó a contarle todo lo que había pasado en la celda de Danny, Mercedes no podía con su cara de asombro, ahora ella también entendía varias cosas.
ESPERO SUS REVIEWS... NOS LEEMOS PRONTO!
