Capitulo 5 – El primer juego
Después de ese "incidente" en el puente, Thor se encargo de regresarme al hospital, para hacerme algunos análisis; mas específicamente en mi cabeza. Pero al no encontrar nada anormal (Y vaya que buscaron bastante), me dieron de alta a los pocos días. Salir de ese lugar, ahora mas relajado, me dio la oportunidad de ver los grandes cambios que habían ocurrido en aquella ciudad
Gracias a Thor, me entere de que mi cáncer había sido eliminado ya que William acepto costear aquel tratamiento de Noruega, y que después de eso, había estado 3 años en coma. Con un poco, bueno, con mucha ayuda suya, logre encontrar un departamento donde quedarme. Para mi sorpresa, una de mis vecinas era la misma mujer que me había acusado de provocar aquella tragedia en el puente
Si bien el lugar era pequeño, era muy acogedor. El único problema que tenia eran las paredes, estas eran demasiadas delgadas, a tal grado que se escuchaban las pequeñas conversaciones que los vecinos tenían. Pero dejando de lado eso, decidí hacer una pequeña investigación sobre alguien; para ser mas especifico: Cecil Adams
Y para ser sincero, me sentí bastante decepcionado; y no por lo que había provocado 3 años atrás, sino porque realmente no había cambiado para nada su modo de "vivir". En ese momento recordé por lo que yo había tenido que pasar para sobrevivir. En ese momento pensé "¿Por que no hacer lo mismo con el?". Quizás solo así podría aprender a valorar lo que tiene
Ese día decidí seguir cada uno de sus pasos, no hizo algo que yo no supiera: Salio a desayunar en un pequeño restaurante, junto a una joven de cabellos rubios y ojos azules, después iba a una bodega que se encontraba en un barrio de mala muerte (No había que ser un genio para saber el tipo de negocios que tenían ahí). Luego iba a asaltar para así conseguir algo de dinero y al final volvía a su departamento
Ya tenia todo preparado, solo me faltaba una cosa importante... Era el festival en honor al calendario chino, y este año se celebraba al gallo. Dios... En este día seguramente Gideon tendría casi 3 años. Por un segundo estuve a punto de echarme para atrás, pero digamos que mi objetivo se hizo mas fuerte al ver como Cecil se robaba una pequeña figura de terracota. Tome una mascara de gallo y con ella tape mi rostro, después tomo otra mascara en el que metí un trozo de tela empapado con cloroformo
Me acerque lentamente hasta el y lo sujete fuertemente por la espalda mientras colocaba la mascara en su rostro. Obviamente el trato de zafarse, pero gracias al pañuelo, cayo inconsciente a los pocos segundos. Un guardia noto como su cuerpo se desvaneció poco a poco, así que se acerco a nosotros -¿Todo bien?-
-Si... Le dije que no bebiera mucho. No se preocupe, oficial, lo llevare a su casa-
-Muy bien-
Sin nadie que sospechara de nosotros, lo arrastre hasta mi coche. Lo recosté en el asiento trasero y comencé a manejar hacia aquel taller que había comprado años atrás. Sabia que estaba a punto de despertar, así que me apresure en sentarlo en una silla mientras clavaba 2 trozos de hierro completamente afilado en sus muñecas, asegurando sus brazos con una larga varilla de metal
Casi de inmediato, Cecil comenzó a despertar soltando algunos quejidos al sentir como el hierro se incrustaba mas en su piel -Eres tu... Tu me hiciste esto- dijo apenas noto mi presencia
-No, tu te lo hiciste a ti mismo. Tu codicia robo la vida a un niño inocente-
-D-Dame tiempo de explicar, por favor-
-No puedo darte tiempo, nadie lo hará, el tiempo es una ilusión-
-Escucha, escucha... Lo lamento... Lo lamento-
-Te perdono, Cecil, en serio. Tu adicción arruino tu vida-
-M-Me desangro, amigo. Por favor, déjame ir-
-Quisiera dejarte ir, pero eso no te serviría. Te diré lo que haré, entonces te daré algo que redima tu vida y que te saque del vicio que ha corrompido tu alma-
-No tengo alma, loco-
-Tal vez la tengas en la otra vida, Cecil. Entiende, las cosas no son en secuencia, el bien no lleva al bien ni el mal al mal. Muchos ladrones no se encarcelan y viven una gran vida, otros engañan a todos y son elegidos; y muchas personas se paran a ayudar a un automovilista y este los arrolla, y mata a un maldito imprudente. No hay razón para ello. Como te va con las cartas que te dieron es lo que importa. Mírame... ¿Comprendes lo que te digo?-
-Si... Lo entiendo, maldito loco-
Solté un pesado suspiro, realmente creí que tal vez el podría arrepentirse; pero al ver que no era así, me acerque a la parte trasera y tome un extraño artefacto, el cual estaba conformado por 2 ristras de cuchillos cuyas puntas estaban cruzados entre si
-¿Que demonios es eso?- pregunto completamente nervioso al ver aquel objeto
-Esto es lo que va a salvar tu vida. Ahora jugaremos una partida- respondí mientras colocaba la maquina en su lugar, con las cuchillas apuntando hacia su rostro -Tu vida es un engaño, Cecil, ahora llego tu momento de la verdad. Como adicto y ladrón abusaste de la gentileza de otros, y así alimentaste tu adicción. Hoy... Vamos a sacar tu fealdad interna al exterior, y para que puedas seguir con vida, hay que equipar tu cara con la fealdad de tu alma. Si te inclinas mas hacia las navajas y con fuerza presionas la cara, soltaras tus brazos y piernas de las ataduras que te puse. Presiona con fuerza y seras libre-
-Eres un loco enfermo... ¡Púdrete!- grito al mismo tiempo que las navajas en su muñeca se clavaban aun mas en su piel
-O... Quédate así y te vas a desangrar en el piso. Vive o no, Cecil, toma una decisión-
-¡Muérete, maldito loco! ¡Ayúdenme!-
Al ver que yo no movería un solo dedo para ayudarlo, mucho menos que alguien pudiera escucharlo y salvarle, comenzó a presionar su rostro contra los cuchillos. Por varios segundos, llenos de sus gritos agónicos y un sinfín de maldiciones, el suelo empezó a cubrirse con su sangre. Hilos e hilos chorrearon desde su rostro hasta sus muñecas, pies, ropa o piso
Cuando por fin las puntas de los cuchillos dejaron de chocar entre si, tanto el asiento de la silla como los brazos se desprendieron del mueble, haciendo que cayera al suelo de senton. Vi como el, mientras presionaba las heridas de su rostro, tomaba uno de los cuchillos del aparato -Idiota, te vas a morir... ¡Maldito idiota!-. Si Cecil hubiera sido mas atento, quizás habría notado la jaula llena de alambre con púas. Pero su afán de querer vengarse de mi fue mas fuerte que su racionalidad, por lo que se arrojo contra mi. Solo necesite hacerme a un lado para que el cayera por si mismo en su propia trampa; nuevamente, sus gritos inundaron el cuarto, pero eso ya no me importaba... Este era su juego, y lo había perdido
