Capitulo 35 – El comienzo de algo nuevo

-Estoy enamorado de ti, no sé desde cuanto tiempo, pero estoy completamente seguro de lo que siento-

-T-Thor, yo…-. Realmente no sabía que decir, el me agradaba y mucho; pero la verdad es que jamás había pensado en verlo de esa manera. Aunque… Yo sabía que el tenia muchas cualidades

-No es necesario que me respondas ahora, solo… Te pido una oportunidad de poder demostrarte que realmente quiero algo serio contigo-

-Supongo… Que no hace daño intentarlo-

Claro que aun amaba a Jill, ella siempre estará en mi mente, pero sé que hubiese querido que fuera feliz. Varias semanas ya han pasado desde ese día, el sabia que esta situación era nueva para mi, y podía resultar algo incomodo, por lo que jamás intento robarme un beso o tomar mi mano; pero si era muy atento conmigo a la hora de preparar el almuerzo, salir a pasear junto a Fenrir o regalándome cosas no tan comunes como libros de autores que me gustaban, perfumes e incluso joyería

Dejando de lado los regalos, creo que comencé… A sentir algo más por él, tenerlo cerca provocaba que tartamudeara y que sintiera como si fuera a vomitar en cualquier momento. La verdad es que no me había sentido así desde… Desde que Jill y yo comenzamos a salir. Llegue a comparar esa forma de sentir estando con otros hombres, pero la realidad es que lo que sentía por Thor era único, incomparable

-¿Entonces a qué horas es su salida a la feria?- pregunto Tony mirando con esa sonrisa estúpida que insinuaba algo

-A las 8, así que te harás cargo de cuidar a Fenrir; si me entero que algo le pasa, probare contigo mi nuevo artefacto-

-Sí, sí, cuidare a tu bebe peludo. Por cierto, esto es para evitar que otro bebe ande por aquí-. Lanzo un pequeño sobre de color plateado hacia mí, era un condón –No me mires así, es para evitarte las molestias de las nauseas matutinas-

-Tony, sabes que soy un beta, no lo necesito-

-¿Al natural? Se sentirá mejor-

-Jodete, iré a terminar algunas cosas antes de arreglarme-. Le devolví su regalo y me fui al taller, con cada minuto que pasaba me sentía más nervioso, eso se vio al olvidar colocar un tornillo cuando ya casi terminaba. Mire el reloj, quedaba una hora para nuestra cita, así que tome una ducha; eso me ayudo a relajarme. Me vestí con una camisa blanca de manga larga, hacia un poco de frio, y use un pantalón azul, el conjunto lo acompañe con unos tenis blancos

Salí de la casa y ahí estaba el, parado a un lado de la puerta del copiloto, la abrió mientras sonreía un poco -¿Listo para nuestra cita?-

-Llévame a nuestro destino- dije antes de subir al coche. Subió al piloto y comenzó a manejar, en pocos minutos llegamos a una feria que lucía bastante entretenida -¿Tan cavernícola soy que jamás me entere que ya tenía tiempo instalada?-

-Suerte que aquí estoy para remediarlo-

-Bueno, llévame a las maravillas de los juegos mecánicos controlados por la física-. Pago las pulseras que nos daban acceso a todos los juegos, el primero que llamo nuestra atención fue lógicamente la montaña rusa. Nos subimos en el primer asiento, no fue hasta que llegamos a la cima cuando comencé a ponerme nervioso. El resto del viaje fue horrible, agradecía al cielo que no hubiera comido nada o ya habría devuelto el estomago, pero escuchar su risa lo valió todo

Apenas bajamos, fuimos a comer algo que me ayudara a subir el azúcar; apenas me repuse, subimos al resto de los juegos, estos fueron más tranquilos que el primero. Decidimos dejar la rueda de la fortuna para el final, fuimos afortunados que nos dejaran subir, pues la feria ya estaba a punto de ser cerrada. El juego se detuvo cuando nuestra cabina estaba en la cima -¿Te gusta la vista?-

-Es hermosa-. Y lo era, las luces de la ciudad lucían como pequeñas luciérnagas gracias a la altura donde nos encontrábamos

-No tanto como tu-

Seguramente mi rostro parecía un tomate maduro, esa pequeña y simple frase hizo que mi corazón latiera como loco. Tome su mano, a pesar de que era más grande que la mía, era tersa y suave; mi cuerpo actuó por sí mismo, y aproveche su sorpresa ante esta acción y le robe un beso. Sentí como se tensaba un poco, pero no tardo mucho para acariciar mi rostro y mover sus labios. Nuestro beso solo fue interrumpido cuando el juego se movió, en el resto del viaje, solo nos miramos a los ojos, sonriendo como un par de adolescentes enamorados

Salimos de la feria justo en el momento que comenzó a llover, corrimos rápidamente hasta el coche y manejo hacia la casa. Pero extrañamente comencé a sentirme extraño, como si alguien hubiera encendido el calentador hasta su máximo nivel; lo curioso era que ni siquiera estaba encendido –Sera mejor ir a casa, estas caliente- dijo tras tocar mi frente

Poco a poco sentía que la temperatura subía más y más, pero solo parecía ser yo, ya que Thor estaba como si nada. Me sentía bastante extraño, como pude me recosté en el asiento trasero; pero en ese momento, el coche comenzó a detenerse -¿Q-Que sucede?-

-El coche se detuvo, espera aquí-. Salió del coche y alzo el capo, a juzgar por la cantidad de humo que salió y su expresión, no eran buenas noticias –El motor esta muerto… Hay un motel cerca-

Realmente no tenía fuerzas en las piernas, y el calor aumentaba mas, así que Thor me cargo en sus brazos; eso me calmo un poco, como si estar cerca de él fuera lo que necesitara; incluso pegue mi rostro a su hombro. Entramos al motel y pidió una habitación, el único inconveniente era que al tratarse de ese tipo de hoteles solo había una cama, casi al instante, trate de quitarme la camisa

No sé porque, pero él se recostó a un lado mío rozando su nariz contra mi cuello, no pude evitar soltar un jadeo por la sorpresa pero no hice nada para apartarlo; incluso moví un poco mi cabeza para darle mas acceso –Se que te ocurre… Pero tendrás que confiar en mí-

Mire sus ojos, sus pupilas estaban algo dilatadas, pero lograban transmitir seguridad a través de ellas; alce mi mano hasta su mejilla, acariciando suavemente aquel pequeño rastro de barba que comenzaba a aparecer –Hazlo- susurre antes de tomarlo de la nuca y acercarlo a mi rostro. Sin romper nuestro beso, logre quitarle su camisa, pasando mis manos por su espalda; acaricie aquellas cicatrices que quedaron tras su juego

Pronto sus labios pasaron a mi cuello, lo lamio a su antojo, posiblemente dejando marcas a su paso; lo mismo hizo con mis pezones. Al principio se sintió extraño, pero poco a poco comenzó a sentirse bien; fue bajando por mi estomago, cuando vi que se aproximaba a mi entrepierna, cerré las piernas al instante –Sshh… Relájate y deja todo en mis manos-

No tengo palabras para explicar lo que sentí, su voz grave como la de un comandante pero a la vez dulce, como siempre, hacia que mi cuerpo obedeciera instantáneamente. Poco a poco las fui abriendo, sin dejar de mirarme a los ojos, se agacho hasta mi miembro y lo lamio. Mi espalda se arqueo apenas lo rozo con su lengua, siguió lamiéndolo varias veces hasta que lo introdujo por completo en su boca

Aferre mis uñas a las sabanas con cada succión que hacia –T-Thor, ya no… V-Voy a…-. Por más que la reprimí, no pude evitarlo, me corrí en su boca; tape mi rostro con mis manos por la pena. Volvió a besarme, eso me animo a desabrochar su pantalón; no pude evitar mirar hacia a su entrepierna. Oh por Dios, ¿Eso era real? Tan metido estaba en esa pregunta que no me di cuenta en qué momento me había dado la vuelta, haciendo que me apoyara en mis manos y rodillas –T-Thor…-

-Solo déjate llevar-. Beso mi nuca, recorrió mi espalda con pequeños besos hasta llegar a mi cadera; cuando voltee la cabeza para ver que haría, de mi boca surgió un gran gemido, había pasado su lengua entre mis nalgas -¿Te gusta?-. asentí con la cabeza temblorosa, el siguió lamiendo varias veces, pero mi respiración se corto cuando algo se introdujo en mi cuerpo; apenas estaba recuperándome cuando comenzó a moverse, mire hacia atrás, descubriendo que aquello que estaba moviendo era su dedo

La realidad es que eso se sentía muy bien, pero por alguna razón, quería algo más… Grande –T-Thor, ya no… N-No quiero tus dedos-

Los saco, no había que ser un genio para saber qué era lo que ahora estaba restregando en mi trasero -¿Esto es lo que quieres?-. Asentí pegando mi rostro a la almohada, sus grandes manos sujetaron mis caderas y su miembro comenzó a entrar en mi cuerpo, ¿Dolió? Bastante, pero no se comparaba con el placer que me recorría de pies a cabeza. Me estremecí cuando su pelvis choco contra mi trasero, pude sentir como su cuerpo temblaba, aun así se quedo quieto hasta esperar que me acostumbrara

Beso mi cuello antes de comenzar a moverse, ladee un poco mi cabeza para poder besar sus labios; se movió más rápido, tocando una parte de mi cuerpo que me hizo gritar su nombre a los 4 vientos. Una y otra vez volvió a tocarlo, rasguñe las sabanas, y termine corriéndome en las sabanas. Siguió lamiendo mi nuca, quise darle más acceso, así que hice a un lado mis cabellos. Lo último que sentí fue una fuerte mordida en mi nuca, después de eso, vino la oscuridad