Capítulo 3

Alice POV

Era mi turno con Bella, el televisor estaba encendido con el volumen casi al mínimo y yo estaba sentada en el sillón con los ojos cerrados y más nerviosa de lo normal, podía sentir que algo iba a pasar. Hacía una semana desde la primera vez que Bella despertó y lo había hecho en varias ocasiones más, pero cada una fue más desalentadora que la anterior cuando la rutina se repetía.

En dos de esas veces yo estaba a su lado y fue horrible, sobre todo la primera vez. Ella despertó y empezó a balbucear cosas, yo presioné el botón para llamar a una enfermera y le tomé la mano sana, empecé a rogarle que me mirara a los ojos, la llamé por su nombre y le dije el mío. Dejó de balbucear y me enfocó directo a los ojos pero sus palabras no tuvieron sentido alguno, me llamó nana y me pidió cosas para tejer, luego, empezó a gritar que me odiaba y que me mataría por robarle lo que era suyo.

Cuando la enfermera entró, pidió algo de apoyo por un radio y entre las dos tuvimos que restringir físicamente a Bella que intentaba pararse y parecía no escucharnos. Desde ese día la mantenían atada a la cama.

Esta noche tenía un presentimiento extraño y temí que ese episodio se repitiera y volviera a ver a esa Bella que no era la amiga que amaba. Los médicos decían que era normal y que debíamos darle tiempo, pero no nos aseguraron que algún día ella fuera capaz de reconocernos y ser coherente, ya que ni la presencia de sus padres había tenido buenos resultados. Yo me preguntaba si quizás era a Edward a quien necesitaba.

- ¿Alice? –la escuché decir mi nombre y abrí los ojos de golpe, levantándome para ir a su lado. De inmediato su mirada anegada de lágrimas se fijó en la mía y supe que de verdad estaba ahí.

- Bella. –le sonreí y puse una mano encima de la suya con mucho cuidado, al instante entrelazó nuestros dedos.

- ¿Qué pasó? –me cuestionó antes de que se le quebrara la voz.

- ¿Sabes dónde estás? –le pregunté siguiendo las instrucciones que papá nos había dado a todos para ayudarla a enfocarse en caso de que despertara y reconociera a alguien.

- En un hospital. –me contestó como si fuera lo más obvio del mundo. – No sé qué pasó. Alice… mis niños ¿están bien?

- Sí, Bella. Tuviste un accidente, pero ellos no iban en el auto, están seguros en casa de papá y mamá. –le expliqué mientras sentía las lágrimas de alivio que me recorrían el rostro.

- ¿Y Edward? –vi la agonía en su expresión y no tuve valor para decirle que no deseaba verla, así que lo mantuve simple.

- Está con los niños.

- ¿Tampoco iba en el auto? –me presionó un poco para obtener la respuesta y suspiré feliz de que esa fuera su duda.

- No, ibas tú sola. –vi el alivio en su expresión y me di cuenta de que tenía que llamar a alguien. – Voy a pedirle a una enfermera que venga ¿estás de acuerdo? –se encogió de hombros un poco y sonrió con algo de dolor, yo le correspondí el gesto en automático. Esa era mi amiga.

- ¿Qué me pasó? –inquirió después de que presioné el botón.

- Te rompiste una pierna. –le señalé el yeso que aún llevaba puesto. – Te golpeaste la cabeza y algo le pasó a tu hígado, tuvieron que hacerte cirugía para detener el sangrado. Pero vas a estar bien. –le prometí sin estar segura. Nuevas lágrimas aparecieron en su rostro y me alegré porque era una reacción normal.

Nos quedamos en silencio unos momentos hasta que la enfermera entró sin llamar a la puerta, a estas alturas todas sabían que las llamadas a esta habitación siempre eran urgentes.

- ¿Qué sucede? –preguntó alerta mirándonos a ambas.

- ¿Podría llamar un médico? Ella despertó y… parece que está bien. –le sonreí para darle confianza y se acercó.

- Señora, mi nombre es Judy y soy su enfermera esta noche… -comenzó a hacerle las preguntas de rutina y me quedé observándolas. Bella estaba en verdad consciente. Sabía su nombre y otras cosas básicas, la única pregunta que no pudo responder fue la fecha pero era comprensible después de estar tanto tiempo inconsciente. – Me alegra mucho que esté con nosotros, Señora Cullen. Ahora voy a llamar a su médico, él acudirá de inmediato. –sonrió y salió del cuarto.

- ¿Por qué tantas preguntas? –me cuestionó Bella preocupada. - ¿Tengo daño cerebral o algo?

- Es que… has despertado antes… pero no sabías dónde o con quién estabas ¿recuerdas eso?

- No. –por un instante palideció y temí haberla asustado de más.

- Los doctores siempre decían que era normal. Pero… me alegra que seas tú. –le dije con un nudo en la garganta y ella apretó mi mano.

- Tengo sueño. –dijo con un bostezo y entré en pánico, no quería volver a perderla. - ¿Te vas a quedar aquí? –preguntó como si temiera estar sola.

- Siempre, Bella. –le prometí para tranquilizarla… porque aunque de alguna forma era cierto, pero también estaba muy enojada por lo que le había hecho a mi hermano.

- Gracias. –murmuró antes de volver a dormirse.

Minutos después la enfermera regresó para informarnos que el médico iba en camino, le agradecí y le pedí que me acercara un poco la silla y mis cosas, tenía que avisarles a todos de lo sucedido pero por nada del mundo me atrevería a soltar la mano de Bella.

Fin Alice POV

Bella POV

De repente fui consciente de la luz sobre mis párpados y de una música suave que invadía la habitación. Medio segundo después tuve dolor en varias partes del cuerpo y me asusté ¿qué había pasado? ¿Dónde estaba? Una parte de mí quería sentarse y buscar explicaciones, pero no lo hice, aún me sentía media dormida.

- Bella. Ya es media mañana, puedes abrir los ojos ahora. –me dijo una voz de mujer mientras acariciaba mi rostro. Renée.

¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Dónde estábamos? Lentamente puso su mano sobre la mía entrelazando nuestros dedos y los apretó un poco. Alice. Eso me recordaba a mi amiga. Despacio y con mucho cuidado, acostumbrándome a la luz, abrí los ojos.

Vi el techo blanco y noté un pitido constante cerca de mí… un hospital. Estaba internada y había hablado con Alice. No podía recordar los detalles pero tenía la certeza de que mis niños y Edward estaban a salvo "…ibas tú sola." –recordé sus palabras y sonreí.

- ¿Bella? ¡Oh, hija, mírame! ¡Charlie! Está despierta. –habló alto y con un nudo en la voz, al instante escuché los pasos de mi padre acercarse. ¿Qué hacían ellos aquí? ¿Habría sido tan grave el accidente? No podía recordarlo. – Bella, Bella…

- Mujer, la vas a asustar. –Charlie la regañó y sonreí de nuevo, ellos nunca iban a cambiar. Lentamente giré la cabeza hacia mi izquierda y me topé con una imagen que jamás hubiera podido imaginar.

Renée estaba pálida y delgada con el rostro cubierto en lágrimas, mi padre a su lado le pasaba un brazo por los hombros mientras con la otra mano sostenía las que nosotras teníamos juntas, sus ojos brillaban también con lágrimas no derramadas. Nunca creí ver tanto dolor en las facciones de mis padres y me asusté de pensar en todo lo que tuvieron que pasar por mi culpa.

- Lo siento. –les dije con un nudo en la garganta.

- Nada de eso, querida. ¿Cómo te sientes? –dijo ella y mi padre prácticamente bufó y me interrumpió cuando intentaba responder.

- Mujer, recuerda lo que dijo Carlisle. Bella ¿sabes dónde estás? –la regañó de nuevo y sonreí.

- En un hospital. Tuve un accidente, iba sola. –contesté todo lo que sabía con la esperanza de calmarlos.

- ¿Sabes quiénes somos? –la seriedad en su rostro era infinita, así como el alivio.

- Charlie y Renée. –cuando escucharon mi respuesta ambos se rieron y no supe por qué pero noté que él presionaba un botón cerca de la cama.

- Supongo que ni un milagro podría hacer que nos llamaras sólo "mamá y papá" ¿cierto? –con su mano libre me acarició el cabello y me reí al entender su reacción, pero un dolor punzante en el costado derecho me dejó sin aliento de inmediato. - ¿Cielo? ¿Qué pasa? ¿Te duele algo?

- Ya llamé a la enfermera. –dijo Charlie con la frente llena de arrugas de preocupación.

- Me duele. –contesté con sinceridad e intenté quedarme quieta.

- Buenos días. –saludó una joven mujer entrando con calma, yo no le presté atención porque deseaba calmar el dolor.

Mis padres le explicaron que acababa de despertar y tenía dolor. Ella me instruyó a estar quieta mientras revisaba algo en el monitor y se marchó con la promesa de llamar al médico y llevarme algo de medicina.

Mientras esperamos pude sentir la ansiedad emanar de Charlie y Renée y me pregunté cuánto tiempo habría pasado en esa cama y lo mucho que debieron asustarse para estar cosidos a mi lado con tanta angustia.

Lentamente mientras el dolor se desvaneció también lo hicieron mis fuerzas y las voces de mis padres llamándome no fueron suficientes para detener el sueño que me invadía con rapidez. Sólo deseaba dormir un rato.

….….

"…los osos de Chicago resentirán la falta de su receptor estrella…"

"En noticias sobre el fut bol internacional…"

"…eso es todo por hoy en las noticias deportivas."

Entraba y salía del sueño mientras escuchaba los comentarios en la televisión ¿me habría quedado dormida en el sillón de Charlie? Cuando alguien apagó el aparato escuché pasos acercarse y tuve la certeza de que era mi padre.

- Bella. Me gustaría que pudieras abrir los ojos y mirarme. –murmuró en tono triste y me tomó la mano.

Sus palabras me desconcertaron al principio pero de repente me di cuenta de que no estaba en su casa, sino en otro lugar… un hospital. Había tenido un accidente. Una parte de mí sabía que ya antes me lo dijeron, eso y otras cosas, pero no podía recordar bien. Intenté abrir los ojos sin lograrlo y apreté su mano.

- ¡Oh Bella! –escuché el nudo que le cortó la voz y tuve ganas de llorar por lastimarlo así. – Hija, abre los ojos, vamos. Sé que estás ahí y puedes escucharme.

- Papá… -lo llamé apenas balbuceando y me apretó más la mano.

- Hija, abre los ojos, por favor. –él no me llamaba así, de igual forma que yo no le decía "papá" pero en ese momento se sintió bien hacerlo. Después de luchar unos segundos, pude abrir los ojos. – Ahí estás. –me saludó con el rostro lleno de lágrimas.

- Voy a estar bien. –le prometí para tranquilizarlo.

- Lo sé, eres más dura que eso ¿sabes dónde estamos? ¿Recuerdas que despertaste esta mañana?

- Un hospital, tuve un accidente. Creo… que recuerdo haber estado despierta antes. Edward y mis niños están bien ¿verdad? –pregunté con ansiedad.

- Sí, ellos están bien. –me aseguró con algo de tensión y temí un poco que me estuviera mintiendo, pero él jamás haría eso. – Bella, quiero llamar al médico y levantar a tu madre ¿puedes quedarte despierta un poco más?

- Supongo. –contesté sin saber bien por qué su pregunta, él sonrió y presionó un botón cerca de la cama. En ese momento intenté mover la mano derecha y sentí que algo me lo impedía, al mirar vi que tenía la muñeca atada al barandal de la cama. – Charlie ¿por qué me amarraron? –le dije con algo de pánico.

- Tranquila, Bella. No te asustes y no te muevas porque te va a doler todo. –me ordenó con firmeza. – Estás atada porque despertaste antes varias veces e intentaste bajarte de la cama, no te muevas y podrán quitártelas.

- No recuerdo eso. –murmuré algo asustada y creo que él iba a intentar calmarme más pero una enfermera entró.

- Buenas noches. Soy Judy, su enfermera esta noche. Señora Cullen, es un placer verla de nuevo. –sonrió y se acercó para revisar algo en los monitores, yo no recordaba habernos conocido. - ¿Está orientada? –cuestionó a Charlie y él asintió. – Maravilloso. ¿Dolor? –esta vez se dirigió a mí y negué con la cabeza. – Voy a llamar al médico, debe tardar una media hora en llegar ¿cree que pueda esperar despierta?

- Supongo. –contesté lo mismo que antes y Charlie se rió.

- Cualquier cosa no duden en llamarme.

La joven mujer se marchó y vi que papá había caminado hasta el otro lado de la habitación, Renée estaba en el sillón y se levantó de inmediato para ir a mi lado, estaba sonriendo pero se veía como si no hubiera descansado en siglos. De inmediato me tomó la mano.

- Bella ¿cómo te sientes?

- Algo aporreada, pero bien. ¿Qué horas son? –cuestioné en un intento por recabar todos los datos posibles.

- Tres treinta de la mañana. Despertaste ayer por la mañana un rato pero volviste a dormir antes de que llegara el médico. Quédate con nosotros esta vez, querida. –me acarició el rostro y asentí muy determinada a no cerrar los ojos por ninguna razón. Tenía que recuperarme para volver con Edward y nuestros hijos.

- ¿Cuánto tiempo tengo aquí?

- Tres semanas, amor. –vi como se estremecía al recordar cosas y Charlie le pasó una mano por los hombros. Sinceramente me asusté de pensar que llevaba inconsciente todo ese tiempo.

- Háblenme de los niños.

Ambos parecieron alegrarse de hacer eso. Me dijeron lo mucho que me extrañaban y todos sus nuevos gustos, además de que Emmett y Jasper en un intento por mantenerlos contentos los habían hecho adictos a las galletas de chocolate. Me reí un poco, pero intenté no hacerlo cuando todo el costado derecho me dolió.

El tiempo debió haberse pasado rápido o el médico llegó pronto porque me parecieron sólo cinco minutos cuando entró a la habitación. Era un hombre de mediana edad y rasgos finos, dijo ser neurólogo y me pidió que lo llamara Liam, él siempre se refirió a mí como Bella y de inmediato comenzó a hacerme preguntas comunes así como a revisar reflejos por todo mi cuerpo.

Me explicó que la pierna le dijeron iba muy bien y en unos días más podrían quitarme el yeso y comenzar rehabilitación, pero de eso se encargaría otro médico. También me dijo que tuviera cuidado con la herida en mi abdomen, aunque ya estaba casi por completo cicatrizada. Me estresé un poco cuando hizo alusión a todas las costras que tenía en el costado derecho del cuerpo, pero me juró que mientras tuviera los cuidados necesarios no me quedaría ni una sola marca. Para terminar con el informe de mi estado general me explicó para qué eran los monitores conectados y las sondas en las partes más incómodas de mi cuerpo, prometió que en cuanto pudiera comer y estuviera consciente de manera regular, las quitarían.

Al final pasó a su área e intentó suavizar el hecho de que me fracturé el cráneo múltiples veces, mi cerebro sangró y se hinchó y probablemente tuviera algún nivel de daño. Me aseguró que hasta el momento no había encontrado nada y que quizás yo era un milagro viviente.

- Lo que me preocupa más es ver el estado de tu memoria, Bella. –continuó después de un par de miles de años que tenía ahí examinándome y explicándome cosas. – Ya me contaste lo que recuerdas estando aquí y dices que no tienes idea de nada involucrado al accidente. Pero dime… ¿qué es lo último que recuerdas claramente?

Lo vi a los ojos mientras pensaba. Eso era difícil. Le di vueltas a imágenes borrosas en mi cabeza e intenté concentrarme en las fechas, pero muchas cosas estaban revueltas y bien habría podido soñarlas o estarlas imaginando.

- ¿Bella? –preguntó Renée tomándome la mano sana.

- El cumpleaños de Nessie. Es lo último que recuerdo. –afirmé sabiendo que algo estaba mal.

- ¡Oh, Bella! –exclamó ella y me asusté.

- ¿Cuándo fue eso? –cuestionó Liam.

- Septiembre. –contesté viéndolo a los ojos.

- Estamos en junio, Bella.

- ¿Qué?

Intenté moverme y todo me dolió. Sentía las lágrimas derramarse y sólo quería salir de ahí… no podía recordar casi un año de la vida de mis niños ¿cómo era eso posible? ¿Qué tanto daño había en mi cerebro?

- Bella, respira tranquila. No quiero sedarte, necesito que te calmes. –escuché la voz firme de Liam. – Respira, relájate. Está bien Bella. Es normal. Calma.

Me concentré en inhalar y exhalar de manera regular porque no quería más medicamentos. Me tomó un par de minutos pero logré estar más tranquila, aunque de repente estaba exhausta y sólo quería descansar.

- ¿Puedo dormir ahora? –pregunté cerrando los ojos y Renée me apretó la mano.

- Descansa, Bella. Está bien. Mañana podemos seguir hablando. –me aseguró el médico y sonreí.

- Liam… las muñecas… -iba a intentar pedirle que me soltaran pero no pude, ya iba a la deriva.

Fin Bella POV

…..

Edward POV

Cuando vi la casa de mis padres al final de la calle me puse tenso, más que de costumbre. Iba con los niños en el auto después de recogerlos de la escuela y sabía que me esperaban noticias de Bella… deseaba que fueran buenas.

Dos noches antes despertó estando con Alice y según dijo mi hermana, estaba confundida pero coherente. Después de eso Charlie y Renée insistieron en quedarse ellos de manera permanente y llamaron para decir que a media mañana, ayer, volvió a despertar… y a ser simplemente Bella. Al parecer tenía lagunas sobre los hechos pero estaba lúcida y preguntando por los niños.

Todo eso me daba esperanza de que por lo menos mis hijos no hubieran perdido a su madre pero también me aterraba la posibilidad de que estando despierta llamara a su nuevo novio para que se quedara a su lado.

En cuanto me estacioné ayudé a bajar a los niños y los vi correr al interior de la casa como todos los días ansiosos de ver a su abuela y encontrar mimos. A pesar de su corta edad todos entendíamos que ellos se daban cuenta de que algo andaba mal y recibían atención extra para compensarlo. Ojalá que estuviera funcionando y resintieran menos la ausencia de su madre.

Caminé con calma, casi miedo, después de Nessie y Anthony y vi a mamá sentada en la sala… sabía que estaba esperándome. Tragué en seco y fui hacia ella. Esa mañana mi padre tenía horas libres pero salió temprano para obligar a Renée y Charlie a que se tomaran un descanso mientras él vigilaba a Bella, por eso sabía que me tendrían algunas novedades.

- Rose llevó a los niños a su habitación para jugar un rato. –me aclaró mamá mientras me sentaba junto a ella.

- ¿Qué noticias hay? –ella me tomó las manos y me miró a los ojos, el miedo se hizo pavor dentro de mí.

- Bella volvió a despertar en la madrugada y el neurólogo la examinó.

- ¿Encontraron… daño? –tragué en seco y ella frunció el seño como si no estuviera muy segura de qué decirme.

- Algo así. El médico regresó hoy por la mañana y tu padre habló con él, además, Bella volvió a despertar y lo último que supe está… bien. Sostiene conversaciones normales… -dudó en cómo seguir y eso hizo que alcanzara el límite de mi paciencia.

- ¡Mamá! ¿Entonces qué daño tiene? –alcé la voz y de inmediato me arrepentí.

- Ella no recuerda los últimos meses, desde el cumpleaños de Nessie.

Sentí que toda la sangre me abandonaba el rostro. Eso era lo último que me hubiera imaginado ¿no pasaba sólo en las películas? Meses, Bella no tenía idea de cómo fue nuestra vida desde casi un año atrás. ¿No tenía idea de que ya no me amaba? ¿Recordaría al tipo con el que tenía su aventura?

Y ahora… ¿qué se suponía que tenía que hacer? Si ella no era consciente de nuestra situación actual, si en el cumpleaños de Nessie nuestras vidas aún eran perfectas… ¿podría ser que yo también olvidara todo?

- ¿Edward? –sentí las manos de mi madre apretar las mías y la vi a los ojos, los suyos estaban llenos de pesar y sabía que los míos reflejaban nada más que pánico.

- ¿Y ahora qué? ¿Tengo que ir y decirle que se divorció de mí? ¿Se supone que busque a su amante y los presente de nuevo? –escupí las apalabras llenas de veneno.

- No, amor, no. Nada de eso. Yo… no sé qué debemos hacer pero todo va a estar bien. –me reconfortó abrazándome pero yo no deseaba eso y me alejé con tanta cortesía como pude.

- Necesito pensar. –murmuré y di media vuelta para marcharme, no podía tolerar más palabras y gestos de aliento.

Subí al auto y arranqué sin rumbo determinado, quería acelerar y que el camino me llevara a donde fuera… lejos, muy lejos. Anduve así por varios minutos sin fijarme mucho en nada hasta que alguien frenó en seco delante de mí y tuve que amarrarme para evitar un accidente. Nada pasó pero de inmediato me puse el cinturón de seguridad, mis niños no podían perder a su padre.

Seguí merodeando por las calles largo rato hasta que no pude contener más todo lo que llevaba dentro y me detuve en una cafetería, ordené cualquier cosa y le envié un mensaje de texto a la única persona que me entendería en esos momentos.

Muy ocupada?

Fue sencillo y poco amable, quizás con ella me convenía ser algo más suave pero no estaba de humor para eso, además sabía muy bien que seguramente me iba a rechazar pues su trabajo en esta época del año era muy demandante.

A punto de tomarme un descanso. Quieres divertirte un rato? ;)

Estoy en una cafetería en la 5ta y la 8va. Te espero.

Sonreí aliviado de saber que luego de algunas semanas de no comunicarnos, al fin podría verla. Ella no sabía nada de lo ocurrido con Bella y explicárselo sería complicado pero en esos momentos la cabeza fría y práctica de Tanya era un lugar mucho mejor que la mía.

Esperé varios minutos dándole sorbos a un café hasta que la vi llegar. Iba en su convertible negro, llevaba un vestido ligero que según ella me explicó era fácil de quitar y poner al cambiarse para sus clases de ballet. Sí, era una mujer muy hermosa e igual de peculiar pero de alguna manera sus aires de princesa nunca me molestaron, al contrario… me parecía adorable.

- ¿Y a ti qué demonios te pasó? –fue su "amable" saludo, se sentó directo a mi lado y me tomó la mano. Sus ojos verdes mostraban desconcierto, algo no muy común en ella.

- Mi vida es un maldito infierno. –contesté con certeza y la vi cómo curvaba un poco la comisura de los labios y tomaba mi café para dar un sorbo.

- No es que me alegre, pero es algo gracioso. Hace un mes yo era tu sucio secreto en una vida perfecta.

- No tienes idea. –suspiré y cerré los ojos echando la cabeza hacia atrás, exhausto.

- Muero de hambre, pero en cuanto ordene algo para ambos, soy toda oídos.

Esta vez fui yo el que sonrió, tan fría pero tan dulce al mismo tiempo. Creo que esas fueron las razones por las que congeniamos tan bien desde un principio y formamos una relación simple y directa.

Fin Edward POV

….

Alice POV

Estaba a punto de entrar a la habitación de Bella y tenía miedo, aunque por razones muy diferentes a la última vez. Ahora no temía que estuviera incoherente, sino exactamente lo opuesto. Ya todos sabíamos que por algún milagro era la misma Bella que siempre fue pero su falta de memoria nos ponía en una situación muy difícil, nadie quería ser quien le informara que estaba divorciada.

Llamé dos veces y muy pronto papá salió, yo iba a quedarme hasta el anochecer cuando Charlie o Renée volvieran pero por muy poco que fuera el tiempo se me haría demasiado.

- ¿Cómo está? –pregunté luego de besarle la mejilla.

- Alerta, como si nada hubiera sucedido. –respondió incrédulo. – Ya le quitaron el monitor y las sondas, comió casi sin náuseas y… es Bella.

- ¿Preguntó por él?

- No, pero creo que siendo su amiga es mucho más probable que te diga algo. Me dijo tu madre que él no reaccionó bien cuando le dijeron.

- No. Se fue de la casa y nadie sabe dónde está. –suspiré resignada y lo abracé un segundo. – Te veo por la noche, deséame suerte.

- Haz lo que puedas, Alice, quizás sea inevitable decirle. –me sonrió y se marchó. Respiré profundo y entré preparada para desviar la conversación por mil rumbos diferentes.

- Hola. –me saludó de inmediato y me quedé clavada en la entrada, la descripción de mi papá no fue suficiente.

Estaba sentada con el respaldo de la cama levantado, se había bañado y su cabello resplandecía como siempre, sus ojos cafés estaban tan llenos de vida y la sonrisa en sus labios era simplemente contagiosa. Aún eran muy evidentes las marcas en su rostro y todo su costado derecho pero Bella estaba tan feliz que era difícil fijarse en eso.

- ¿Tan mal me veo? –bromeó y se rio un poco antes de contener el aliento y hacer una mueca de dolor. – Eso fue una mala idea.

- ¿Necesito llamar a una enfermera? –pregunté por fin acercándome y dejando sobre la cama la bolsa que le llevaba con ropa y otras cosas.

- No, estoy bien. No quiero más medicinas.

- Eso suena a ti. –me reí y ella sonrió más. Pero nunca olvidé la tensión que llevaba cargando. – Te traje cosas para que te sientas mejor.

- ¿Baño de burbujas?

- Creo que no sería práctico con ese yeso, pero traje tu shampoo de fresas. –ofrecí sacándolo de la bolsa.

- Alice, eres un ángel. ¿Qué más tiene el botín? ¿Fragancias y labial rosa? –el tono de su pregunta fue sincero y me asombró, por un momento supuse que estaba bromeando pues ella siempre odió ese tipo de cosas tan femeninas. - ¡Es en serio! ¿Qué traes ahí?

- Has cambiado, Bella. –apunté en tono recriminatorio mientras ponía sobre la cama el resto de las cosas.

Nos quedamos un rato hablando sobre todo lo que le había llevado y lo que olvidé –como una caja de chocolates que aún le tenían prohibido comer- y después me pidió que llamara a una enfermera para que la ayudara a quitarse la horrenda bata del hospital y ponerse el camisón para dormir. Ella hubiera preferido una pijama común pero supuse que sería imposible con el yeso.

- Carlisle dijo que Renée o Charlie van a pasar aquí la noche. –señaló cuando mi turno estaba cerca de su fin, yo recuperé todo estrés que había perdido luego de una tarde tranquila hablando de todo y nada.

- Yo más bien pensaría que serán Renée y Charlie al mismo tiempo. Si no los hubiéramos obligado, no se hubieran ido. –le sonreí y tomé el control de la televisión para cambiar de canal.

- ¿Y Edward? ¿Por qué no viene él? –me preguntó lo que más temía e intenté no parecer nerviosa.

- Supongo que es por su necesidad de distraer y malcriar a Nessie y Anthony constantemente sumado al hecho de que tus padres desean acaparar tu atención. –me encogí de hombros y volví a mirar la televisión.

- Alice. Necesito tu teléfono, voy a llamarlo. –me extendió su mano sana y creo que el pánico en mi mirada fue demasiado evidente. - ¡Déjame llamarlo! Si está bien como todos dicen entonces puedo hablar con él. –su respiración se volvió agitada y me di cuenta de que tenía dolor. – Me están mintiendo, todos me están mintiendo, él no está bien… él… algo le pasó y…

- No, espera. –me puse de pie, tomé mi teléfono y busqué el número, de inmediato se lo di. – Llámalo. Nadie te mintió, Edward está sano y salvo.

Ella me vio a los ojos sin creer lo que le estaba diciendo y yo odié tener que forzar a mi hermano a esa conversación pero no vi otra salida. Ella hizo la llamada y se puso el aparato en la oreja, sólo segundos después frunció el seño y terminó la llamada.

- Directo a buzón, Alice. ¿Dónde está Edward? –el fuego en sus ojos me dijo que nunca me creería, así le dijera toda la verdad.

- No sé dónde está ni por qué te manda directo al buzón. Déjame llamar a mamá y puedes hablar con Nessie, pregúntale a ella. –extendí la mano y sonrió un poco al dármelo. Bien hubiera podido decirle que ella misma llamara pero yo sabía que mi madre estaba evitando ese momento, por mucho que quisiera a Bella estaba muy herida por lo que hizo. – Hola. –dije cuando escuché que contestó.

- ¿Está todo bien? –cuestionó preocupada.

- Sí, es sólo que Bella no cree que Edward está bien y no podemos comunicarnos con él, le gustaría preguntarle directo a Nessie.

- Oh… espera un segundo.

Cuando escuché que llamó a mi sobrina le entregué el teléfono a Bella y fui al baño para darle algo de privacidad y recomponerme un momento. Sin importar qué tan malo fuera, mi hermano tenía que ir y hablar con ella, decirle lo que pasó y que Bella afrontara las consecuencias.

Fin Alice POV

….

Bella POV

Era media mañana y Charlie estaba dormido en el sillón, Renée se marchó luego de llevarle algo de desayunar y que el aroma de la comida me diera náuseas… eso nos preocupó a todos porque no era parte de los síntomas que esperaban que tuviera. Pero tampoco fue muy grave, lo que en verdad me tenía al borde de un ataque de ansiedad era Edward.

Yo tenía tres días consciente y él aún no había ni siquiera hablado conmigo. La tarde anterior supuse que algo muy malo le había ocurrido y me lo estaban ocultando pero después de hablar con Nessie y que me contara cómo él los llevaba a ella y a su hermano a la escuela cada mañana entendí que en verdad mi esposo estaba bien, sólo no quería verme.

Desde que esa certeza se arraigó en mi mente, me estaba volviendo loca. No le encontraba sentido alguno a eso, si la situación fuera al revés nada me hubiera hecho separarme de su lado.

Pero le gustara o no, pronto tendría que enfrentarme. Esa misma mañana Liam y el médico encargado de mi pierna dijeron que ya no tenían razones para mantenerme en el hospital y que en veinticuatro horas me darían de alta si todo seguía tan bien, hasta pidieron un par de muletas para que intentara dar pasos ese mismo día.

Charlie después de escuchar esas noticias me propuso que fuera a Forks con él mientras terminaba de sanar la pierna y me rehabilitaba, dijo que podía contratar a una enfermera para que estuviera en casa conmigo. Su propuesta fue extraña y me negué. Renée prometió que si me iba con ella a Florida se quedaría a cuidarme mientras su esposo viajaba y sería como "en los viejos tiempos". También le dije que no.

¿Por qué no habría de regresar a mi propia casa? Estaba segura de poder arreglármelas sola, nada más iba a necesitar algo de ayuda con los niños, pero sólo eso.

Además, otra ausencia que me tenía algo preocupada era la de Esme. Yo esperé que ella viniera como lo hizo Alice, pero no fue así. Ni siquiera había podido hablar con ella.

Charlie despertó cuando llevaron la comida y pidió algo del restaurant del hospital, por fortuna esta vez no tuve nada de náuseas. Comimos en silencio como lo hicimos siempre en el pasado y por lo menos eso se sintió familiar, no como parte de un universo paralelo. La tarde la pasamos casi de la misma forma, excepto por el rato en que con ayuda de un fisioterapeuta me levanté a caminar.

Resultó que eso era mucho más difícil de lo que había anticipado porque luego de tres semanas de estar en cama me sentía débil, pero el experto alabó mi progreso y dio su visto bueno para mandarme a casa.

Liam volvió a visitarme cuando Charlie se iba y Renée ya había llegado y prometió que dejaría todo firmado para que luego de desayunar –y no vomitar- me pudiera ir a ver a mis hijos. Cuando mencionó eso los ojos se me llenaron de lágrimas, además, en ese momento Jacob llamó y me dijo lo orgulloso que estaba de mí por estar bien y que al día siguiente iría a visitarme ya no al hospital.

Así entre todo el ejercicio y las emociones fuertes me quedé dormida temprano con la ilusión y preocupación de que al día siguiente pasara lo que pasara, por fin vería a Edward.

Fin Bella POV

Continuará...

Holi. Un gusto leernos de nuevo, espero les haya gustado. Si tienen un minuto amo leer sus comments. Nos leemos la próxima semana.