A/N: Shingeki no Kyojin y sus personajes, al igual que su trama original son propiedad de Hajime Isayama.

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Una victoria, equivale a una gran cantidad de pérdidas. En la vida de un soldado, esto se resumía en un brazo roto, con dolores que permanecían durante el resto de los años posteriores, o si la mala suerte le perseguía, con la falta de una extremidad.

En aquella ocasión, las pérdidas humanas fueron brutales, un tanto anormal de las batallas anteriores. Lo mas trágico, fue el hecho que aquellos soldados que se habían ido en un respirar, provenían de los cadetes mas jóvenes, cuyos sueños de luchar por la humanidad se habían esfumado una vez los gigantes traspasaron la brecha de la muralla de Rose.

Mas eso no era todo. Nadie nunca hablaba sobre el aroma a sangre que se impregnaba en los uniformes y que costaba horas en ser enjuagado por completo, o en las migrañas que los acompañaban una vez la adrenalina perdía su efecto emocional. O en las figuras espeluznantes que se dibujaban en las sombras de los dormitorios.

El pasillo del cuartel provisional permanecía en silencio. Los compañeros que habían logrado salir de la batalla con heridas superficiales, optaban por dormirse. Para Petra, la somnolencia si bien le desafiaba en aquel momento, aun podía sentir energía suficiente para permanecer activa por unas horas más.

El capitán generalmente le reprochaba por sus malos hábitos y la mandaba a dormir, pues siempre había trabajo que hacer al día siguiente. Pero esa noche ella no deseaba conciliar el sueño, y con una taza de té en sus manos optó por meditar a las afueras del cuartel, en unas escalerillas de madera.

Un poco después, una figura se le presentó de frente, su vestimenta cubierta por la capa verde militar habitual.

—¿Acaso te gusta congelarte el trasero, Ral? —preguntó el hombre con sequedad.

Había sido un día muy largo.

—No podía dormir, capitán. —respondió Petra con gentileza, absorta en sus pensamientos.

¿Valía la pena todas aquellas lágrimas, el esfuerzo y la devoción que ellos daban, a cambio de perdidas humanas? A algunos parecía no importarles, y ella deseaba con todas sus fuerzas ser como ellos, el vivir sin sentimientos, más le era imposible.

El recuerdo de aquel soldado, a punto de morir, deseando ser recordado al menos por alguien.

—Ya veo que no eres de acatar órdenes.

La joven de cabellos dorados le miró por un momento, y el capitán pareció entenderla. Si. Ella era como un libro abierto, quizá una de sus virtudes, pero en un mundo cruel como el de ellos, una debilidad.

Se escuchó el sonido de un largo suspiro, y por un momento pensó en situarse a su lado, pero solo deseaba tomarse una ducha fría y cerrar los ojos en una silla.

—Es normal sentir pena por ellos. —dijo el capitán tiempo después, como si recordase un muy lejano recuerdo. Las palabras no eran lo suyo después de todo, aunque por alguna razón aquel moribundo soldado le escucho. O eso le había dicho ella, más Petra nunca mentía.

—Es solo que…nos ha tomado a todos por sorpresa.

El hombre de cabellos oscuros asintió, limitándose a responder. Con la nueva información confidencial que los altos mandos de la Legión de Reconocimiento habían recibido, lo único que pudo pensar era el hecho que no tenia una idea de lo que se avecinaba. Solo si confiaba en los planes de Smith, al menos algo bueno podrían obtener de todo aquel extraño embrollo.

Los agridulces y vívidos ojos de aquel adolescente se le vinieron a su memoria.

Un monstruo como él.

Esperaría al día siguiente para dictar la nueva orden a su nuevo escuadrón, que apenas se acostumbraban a acatar sus estrictas órdenes y a trabajar en equipo.

—¿Capitán? —la dulce voz de Petra le trajo de vuelta a la realidad, con un semblante más tranquilo. —¿Desea un poco de té?

—No.

Notó el sutil efecto de su tajante respuesta dibujarse en su rostro, más no era el momento correcto. Cada vez que el buscaba distanciarse, ella se acercaba con más firmeza. Y él sabía cuán difícil sería el momento en que el la aceptaría, pues no la dejaría ir.

No podía ella esperar nada a cambio, pues él no tenía nada que ofrecer.

—Es decir...no por el momento. —se retractó una vez que ella se levantó de su lugar y se alejó sin despedirse. Cuan corto era el tiempo que les quedaba, las cosas nunca volverían a ser igual. —Ve a dormir, Ral.

Petra se giró y lo contempló por un momento.

—Buenas noches capitán.

Y se fue.

Su mente le reprocharía, unas cuantas horas más tarde previo al amanecer pues por alguna razón se encontró frente a la puerta de madera, y movió la manija. Ella siempre la dejaba abierta para él, en caso de que él lo desease.

Petra siempre lo esperaría, a excepción de aquel momento del cual dormía con una sábana envuelta alrededor de su cuerpo. Si bien la cama de su dormitorio era muy pequeña, ambos eran similar en estatura y fisonomía para encajar perfectamente en aquel limitado espacio.

Con un sigilo más sutil que el de un fantasma inexistente, el hombre cerró sus ojos una vez se acomodó a un lado de ella, y respiró el fresco aroma a jabón de las sábanas limpias.

Una hora de descanso no le vendría mal después de todo, y entre su limitado sueño, pudo jurar que la joven se había acurrucado a su lado, muy cerca de su corazón.

La mañana siguiente, una vez la noticia del niño titan se divulgó por los pasillos, el escuadrón contemplaba aprehensivos ante su superior. No habría marcha atrás. Petra deseo seguir a su superior, cuestionarle su actitud y sus dudas sobre la nueva misión, más él se había enmascarado con esa imagen de invencibilidad tan apremiante y respetado de él.

—No tengo tiempo, vete a limpiar las letrinas del castillo.

Y con los dos puños enfurecidos ante su falta de tacto, se dirigió con Oruo para viajar en caballo rumbo al castillo.


A/N: ¿Creo la pregunta principal en esta historia es, acaso el Capitán Levi y Petra son pareja?

La idea es una especie de análisis de Levi y Petra, de acuerdo con los diferentes arcos de SNK y lo que hubiera sido tener a Petra hasta el final de la serie, y cuán difícil seria su dinámica.

Muchas veces, como shipper pensamos que sus interacciones siempre serían guiadas hacia una historia feliz, mas siendo honestos creo que lidiar con Levi, sus problemas y traumas debió ser muy difícil, y en la forma que la trama original se desarrolló, hay momentos en que incluso éste ve su esfuerzo por la humanidad titubear, gracias a las bromitas pesadas de Eren.

Espero plasmar algo congruente en este short-fic.