Todo ha terminado...
La lluvia caía como un manto, cubriendo todo a su paso. Sentía como las gotas recorrían su cuerpo. En otro momento hubiera disfrutado de esa sensación, corriendo, sonriendo, bailando. Porsupuesto antes de eso.
-Lo siento Hina, pero yo no puedo seguir con esto. De verdad lo intenté, pero no pude, quisiera no provocarte este daño, pero estoy seguro que podrás superarlo.
Porsupuesto, lo superaría. Pero ¿Qué tanto tiempo tomaría?.
Con un suspiro solo asintió y se dió la vuelta, con pasos lentos pero seguros se alejó de ahí.
-Adios Naruto- volteó para mirar por última vez a ese chico que había amado con toda su alma. Al que le había entregado el poco amor que tenía para ofrecer. Incluso dejando a su persona sin este.
Su corazón se sentía presionado, dolía, dolía como los mil demonios. Sus lágrimas no caían. Así que eso era sentir dolor por amor. ¿o desamor?, quien sabe.
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Hacía aproximadamente dos años desde que su jefe la había ascendido a gerente de la tienda de ropa. Tal vez todo el esfuerzo que había dedicado a esa tienda era lo mejor que pudo hacer en su vida.
-Hina- volteó a ver a una chica demasiado hermosa, rubia, con unos hermosos ojos azules, piel blanca y el mismo uniforme que ella tenía -hoy te ves más linda, ¿será que tuviste algo que ver con el jefe por fin?
-¿eh?- Porsupuesto, su jefe, hace un año que se había fijado en él como hombre y poco a poco se fue metiendo en su corazón. Estaba enamorada de ese hombre. -p-porsupuesto que no Ino- su rostro se volvió rojo.
-¿Entonces porqué sonríes?- Ino quería ayudarla a conquistar a su jefe. Sabía que él también sentía lo mismo que su amiga.
-Hoy es un día especial.
Ino no supo que decir, su amiga era demasiado rara, almenos así lo veía ella.
Hinata siguió con sus actividades. Porsupuesto, hace exactamente tres años había llegado a esa tienda. En aquel entonces apenas estaba abriendo. Conoció a su jefe, Sasuke, él la había visto bajo la lluvia, empapada y con esa expresión de soledad y tristeza. La acogió y la dejó trabajar con él.
Estaba metida en aquel almacén haciendo inventario, como cada fin de mes, estaba demasiado concentrada que no escucho a la persona que ahora la veía a sus espaldas estaba su jefe.
-Hinata- La llamó, ella volteó asustada.
-Sasuke-san- se sonrojó por haber reaccionado así.
-¿qué haces?, deberías ir a casa. ya es tarde.
Hinata asintió, se puso de pie y avanzo hacía la salida. Se detuvo cuando pasó a su lado.
-oh, Sasuke-san- llamó su atención. Él la observó esperando a que continuará. Hinata sacó algo de su mandil que ocupaba cuando trabajaba. se la extendió a Sasuke y este interrogante la aceptó. Era una pequeña caja de color negro. -E-es en agradecimiento por haberme salvado ese día.
Sasuke se sorprendió, vió como Hinata se daba la vuelta avergonzada y se alejó.
Tenía la pequeña caja en su mano, lentamente la abrió y vió una corbata negra. Se veía demasiado elegante, parecía haber sido fabricada con la seda más fina que existía. Sonrió.
Llegó a su departamento, se sentó en su cama y sacó nuevamente la cajita. A su mente llegó el recuerdo de una chica delgada, bajita, que chocaba en su pecho, completamente empapada por la tormenta que había, él estaba a punto de cerrar la tienda, pero al verla en ese estado, decidió primero ayudarla, ambos entraron sin decir ninguna palabra. Sabía que no le iba a ayudar hablar. Cuánto más la miraba más curiosidad le daba, quería saber porque estaba ahí, con esa expresión.
Le dió ropa seca, de la que estaba vendiendo ese día.
-¿Ya te sientes mejor?- le preguntó, recibiendo una mirada de ella. Se veía vacía. -Vamos, te llevaré a casa- Estaba a punto de avanzar a la salida. Pero ella lo detuvo. lo sostuvo de la manga de su saco.
-G-gracias- su voz le pareció lo más bonito que había escuchado. Le sonrió levemente.
Sasuke se alejó un poco de ella, le dió un breve "Ahora vuelvo" y se perdió entre los mostradores. Regresó con algo entre sus manos, colocó algo en su cuello.
-puedes quedártela- le dijo. Hinata volteó la mirada a lo que le había colocado, era una hermosa bufanda color lila, se sentía suave a su tacto, comenzó a entrar en calor.
Sin más, gruesas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
Sasuke no dijo nada, solo la vió, estuvo a su lado.
Después le contó que su novio la había terminado, justo después de que su padre y su hermana fallecieran en un accidente. ¿Qué tan insensible podía ser una persona como para causarle ese daño?
Sonrió, desde el momento en que la vio le había gustado, nunca había sentido ese golpeteo en su corazón. Al siguiente día ella fue a su tienda, le pidió trabajo para poder pagarle la ropa que le había dado. Sasuke porsupuesto no estaba de acuerdo, pero quería saber más sobre ella, quería tenerla con él. Por eso aceptó y actualmente ella era su mano derecha. Con el tiempo se fue enamorando más de ella. No sé le había confesado, quería que ella también se enamorara de él. Para que así no fuera tan difícil, pero lo que más quería era que ella le tuviera confianza, que le contara el porqué esa vez estaba así.
Al siguiente día cuando llegó a la tienda, que ahora era mucho más grande y reconocida gracias a Hinata, la buscó con la mirada, solo estaban sus demás empleados.
-oh, Sasuke-san, hoy se ve demasiado apuesto, más que de costumbre.
-hmp, gracias, ¿Dónde está Hinata?- intentó no sonar tan desesperado.
-ella está en el almacén, me parece que ayer no terminó el inventario y llegó temprano.
Sasuke solo asintió y se dirigió hacía allá.
La observó desde la entrada, estaba de pie, su perfil era lo único que se dejaba ver, estaba tan entretenida que no se había percatado de su presencia. Su cabello largo atado en una coleta parecía demasiado suave, quería tocarlo, sus mechones enmarcaban perfectamente su rostro. Tan pequeño y fino, sus hermosos ojos le parecían demasiado llamativos, le encantaba cuando lo veían a él, solo a él, su nariz pequeña y respingada, sus labios rosados, su barbilla, su cuello, su piel, su figura era exquisitamente perfecta.
Se acercó lentamente hacía ella, hasta llegar a su lado. Sintió el suave olor que desprendía siempre.
-Deberías descansar un poco- Hinata dió un brinquito, por el susto que le dió.
-Buen día Sasuke-san, veo que le ha gustado la corbata- Le sonrió al notar aquel detalle.
-Claro, ahora es especial para mi- Hinata se sonrojó, ¿había escuchado bien? -Hinata- Su voz salió serena, pero con un poco de desesperación -Estoy enamorado de ti- Hinata se sorprendió aún más, cuando terminó de procesar las palabras su sonrojo apareció nuevamente pero ahora con más intensidad. -Por favor, sal conmigo.
Ambos no apartaban los ojos de los contrarios, Hinata estaba demasiado sonrojada y sorprendida, Su corazón latía demasiado rápido y golpeaba con mucha fuerza su pecho.
-Si...
Sasuke con una sonrisa se acercó más a ella. La tomó de la cintura y la acercó hacía él.
Hinata con sus manos temblorosas lo abrazó por el cuello. Ambos se sentían nerviosos, pero felices, sus corazones palpitaban con fuerza. Unieron sus labios, ninguno de los dos sabía que lo necesitaban hasta que sintieron el contacto.
Tan suave...
Pensaban. Se quedaron un momento así, solo disfrutando del contacto de sus labios. Se separaron lentamente. Sin abrir los ojos mantuvieron su frente pegada una con la otra.
-Permite que te dé toda la felicidad que te mereces, te prometo que no te dejaré llorar de tristeza, no volverás a sufrir...
-Sasuke...- llamó su atención -todos esos recuerdos viejos los he dejado atrás, desde el momento en que te conocí pude crear nuevos y hermosos. A partir de ahora seguiré creando nuevos contigo.
Sasuke sonrió, estaba demasiado felíz, tomó sus labios nuevamente pero ahora con más ansias, saboreando por completo su boca.
