FRAGMENTOS

¡Hola! Nuevo capítulo :)

- Annie Perez: ¡Hola! Me alegra mucho saber que el capítulo te impactó. Kikyo y su "supuesta buena voluntad" siempre añaden un toque de drama, ¿verdad? La situación con Koga también fue intensa y eso que recién se viene desarrollando el personaje jeje. En cuanto a Inuyasha, sigue teniendo sus dudas, pero está cada vez más cerca de descubrir la verdad sobre Kagome, si es que no lo ha hecho ya ;) Gracias por seguir leyendo y por tus reviews. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! Un abrazo.

- Rosa. Taisho: ¡Hola bella! Tienes razón Naraku es un ¡Maldito! siempre metiendo en problemas a Kag! La situación con Koga fue realmente intensa. Totalmente de acuerdo, y aún no sabemos si las intenciones de Kikyo son buenas o no, con el tiempo lo sabremos. Por otro lado, Miroku en ese hotel... ¡las preguntas sobran, jajaja! ¡Casi, casi! Inuyasha estuvo a punto de descubrir la verdad a base de besos y caricias, pero Koga tenía que aparecer en el peor momento, jajaja. Es parte de la tensión y atracción que se tienen nuestros personajes ¡Esta historia está llena de giros! Gracias a ti por leer y por tu apoyo constante. También te extrañé mucho. Me alegra que te haya encantado el capítulo. ¡Nos vemos en el próximo! Besos.

- Cbt1996: ¡Hola! ¡Me alegra mucho saber que el capítulo te dejó con tantas preguntas! Jeje Ese limbo de "¿es o no es?" puede ser desesperante, lo sé, pero es parte de la emoción, pronto lo sabrá Inuyasha y puede que cuando lo sepa todo cambie... o no :D Me encanta que te haya hecho pensar en tantas cosas, y lamento dejarte con ese final... ¡pero así mantengo la intriga! Jaja Gracias por tus lindas palabras y por estar siempre al pendiente. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! Besos.

- joiscar: ¡Hola! ¡Jajaja, lo sé, lo sé! Lo siento por dejarte en esa tensión. Desmayar a Koga sería una solución rápida, no lo niego jaja. Pero el drama y la espera entre Kagome e Inuyasha son lo que mantienen la historia emocionante, queremos más tensión y atracción entre ambos, al menos yo sí lo quiero ;) ¡Prometo que todo valdrá la pena! Gracias por tu paciencia y por seguir disfrutando de la historia. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! Saludos.

- Karii Taisho: ¡Hola, hola! ¡Sí, lo confirmo nuevamente extrañe mucho leer tus reviews! Me alegra saber que te gustó la portada, ¡gracias por tus lindas palabras! No será con IA, pero me esforcé mucho para hacer algo especial y diferente (Trato de acostumbrarme, pero me está costando un poco) Ahora, sobre el capítulo: Naraku y su cinismo son realmente insoportables, concuerdo contigo sé que Kagome está en manos de personas despreciables, y entiendo tu desesperación por ella. Por otro lado, Inuyasha puede ser muy frustrante en cuanto a Kikyo, es increíble cómo ella lo manipula tan fácilmente y el cae sin más. Yo también espero que se dé cuenta de lo que está pasando antes de que sea demasiado tarde. La interacción entre Inu y Kag fue intencionalmente intensa, jejeje. No pueden negar el amor y el deseo que sienten, aunque las circunstancias sean complicadas. ¡Lo sé, lo sé, soy mala por dejarlo en esa parte! Pero solo estoy acumulando algo de tensión entre ellos, tal vez para un futuro no muy lejano jaja. También soy Team InuKag hasta el final, así que entiendo perfectamente tu punto. Veremos qué pasa en este nuevo capítulo. Gracias por tus reviews, siempre los espero con ansias, y gracias por seguir leyendo. Nos vemos en el próximo capítulo. ¡Saludos, y cuídate mucho!

- Kayla Lynnet: ¡Holaaaaa! Jeje ¡Qué alegría verte por aquí! Entiendo perfectamente lo del trabajo, a veces puede volverse una locura. ¡Me alegra que hayas amado el momento de Inuyasha y Kag al comprar el patito para Moroha! Sobre el capítulo anterior: ¡yo también me emocioné con las palabras de Inuyasha! Tienes razón, primero debemos pensar en nosotros mismos. Y lo de Kikyo... ¡uff! No puedo creer que Inuyasha haya caído otra vez, pero es parte de. ¡Me exaspera tanto como a ti! Jaja Moroha es un amor, ¡me encanta que también la adores! Por suerte, no vio a Kagome; eso habría sido muy doloroso para ambas. Y sí, Inuyasha tomando la decisión de quedarse con Moroha después de la llamada de Miroku fue sorprendente, pero luego, ¡sorpresa! Fue al hotel, ¡menos mal! Inuyasha llorando por Kagome, él definitivamente sabe que Escargot es Kagome; la conoce y lo sabe, pero la duda siempre está. ¡La tensión! Me alegra muchísimo que te haya encantado el capítulo. ¡Yo también extrañaba compartir esta historia! Y por cierto (Abriendo un paréntesis: Ya me leí un poco de tu nueva historia y déjame decirte que me cautivó desde el principio, te pasaré a dejar mi Review respectivo dentro de poco :3 ¡Qué emoción! Me encanta la trama, seguiré esperando la actualización) Un abrazo grande y nos vemos en el próximo capítulo.

- Valentinehigurashi: ¡Hola, hola! ¡Qué alegría leerte de nuevo! :) Me encanta que disfrutaras tanto del capítulo y la conexión entre Inuyasha y Kagome, sobre todo del fuego que ambos tienen dentro. ¡Son realmente magnéticos juntos! Y sí, Kikyo sabe cómo jugar sus cartas, ¡aunque a veces nos haga enojar! Es muy buena haciendo lo que hace, PUNTO A FAVOR DE ELLA jaja. Me emociona mucho saber que te gustó el capítulo y que disfrutaste la historia de Sesshomaru en "El Rey de los Demonios" Fue mi primer Fanfic de introducción en este nuevo proyecto y quién lo diría, ya llevo escribiendo tres historias de nuestro InuKag. ¡Gracias por ser parte de esta aventura! Sobre tu nueva vida, me hace muy feliz saber que todo está marchando bien para ti. A veces esas decisiones difíciles nos llevan a lugares inesperadamente buenos. ¡Y sí, arriesgarnos y empezar de nuevo es parte del proceso de crecimiento! Es un honor para mí ser parte de tu camino y poder inspirarte de alguna manera. Siempre estoy aquí para apoyarte, como tú lo haces con cada review. ¡Te mando un abrazo enorme a la distancia! Recuerda que al final todos somos piezas de rompecabezas tratando de encajar en algún lugar y cuando lo hacemos, todo parece ir mejor, y en verdad deseo eso para ti. ¡Gracias por estar aquí y por tu apoyo constante! ¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Un abrazo grande! :3

- Rubi Diaz: ¡Hola! ¡Gracias por tu lindo review! Me motiva demasiado cuando leo que les gusta lo que escribo. Muchas gracias. Me alegra mucho saber que disfrutaste tanto del capítulo y que valió la pena la espera (nuevamente pido perdón por tanto tiempo de espera). La tensión y el drama son parte esencial de la historia, ¡y es genial saber que te gustan! Entiendo totalmente tu deseo de que Kikyo se fuera para siempre jajaja, también lo deseo, sin embargo, a veces esos personajes son lo que nos pueden sorprender aún más. Y sobre Koga e Inuyasha, ¡la rivalidad siempre añade un buen toque de emoción! Y como es visto, ellos dos son eternos rivales por el amor de Kagome, veremos cómo se desarrolla todo. Solo puedo decir que se vienen cositas. Gracias por tu apoyo constante, ¡y seguiré trabajando duro en la historia para traer una nueva actualización lo antes posible! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo! ¡Un abrazo!

- MegoKa: ¡Hola! ¡Gracias por tu mensaje tan entusiasta! Jaja Me alegra mucho que hayas disfrutado del capítulo y que la tensión te mantuviera tan enganchada. Inuyasha y Kagome ciertamente tienen una conexión especial, y mucha tensión de la buena (sabes de lo que hablo jaja). Y Moroha jugando su papel de manera tan sutil, ¡eso fue genial! :) La historia sigue su curso y prometo que habrá más emociones por venir, claro que sí. ¡Gracias por estar aquí y ser parte de esta aventura! ¡Un abrazo muy fuerte para ti también!

¡HOLAAA!

Sé que ha pasado un buen tiempo, aquí un pequeño resumen de lo que fueron estos días, el pasado quince de junio fue mi cumpleaños ¡ehh! ¡y lo pasé realmente bien! Como cada año, no estuve sola, ya que mi cumpleaños lo comparto con alguien más y esa es mi hermana, sí, tengo una gemela y cumplimos 23 :O Todavía me cuesta creerlo.

Por otro lado, terminé de leer un libro en físico "TE ESPERO EN ALGÚN LUGAR" fue un libro distinto a los que suelo leer con frecuencia y debo admitir que su final agridulce resonó en mí. Pero en cierto punto, se asemeja a la realidad, ya que a veces la vida no suele ser demasiado justa para algunos y eso es exactamente lo que la autora refleja en el libro.

En fin, he estado bastante ocupada últimamente con trabajos de la universidad y, claro, pocas horas de sueño. Sin embargo, quise tomarme un tiempo para retomar esta historia. Les adelanto que se pondrá más intensa a medida que avancen los capítulos.

Para quienes me siguen en Facebook, quiero agradecerles sinceramente. Sé que no soy muy activa, pero siempre estoy presente. Me encantaría poder seguir compartiendo las portadas que solía crear con IA. Aunque las que publico ahora no están relacionadas con la historia, al menos intento llenar la página con imágenes del InuKag.

Ahora sí sin más, quiero leer todos sus reviews sobre este capítulo, quiero saber qué opinan y que suponen que pasará ahora que... Bueno, mejor no sigo jaja Disfruten del nuevo capítulo.

Atte. XideVill


Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.


CAPÍTULO 10.

KAGOME

–Kagome… –repitió Koga.

–No te muevas…

–Pero…

Inuyasha me hizo callar con un gesto.

–No nos puede ver… –advirtió en un susurro.

–Kagome…

Escuché a Koga arrastrando los pies hasta que chocó con algo, y luego oí su cuerpo caer.

–No vayas… –Inuyasha me suplicó.

Intenté moverme, pero me sujetó de la cintura.

–Por favor…

–Tengo que… –susurré, aunque no quería hacerlo.

De mala gana me soltó y rápidamente me incorporé para ir en ayuda de Koga. Por suerte, solo había tropezado con el bote de basura y ahora estaba dormido en el suelo.

–Já, patético –soltó Inuyasha a mis espaldas– ¿Qué tal si mejor lo dejamos ahí y seguimos con lo nuestro?

–No –Aparté mi hombro de sus manos traviesas– Mejor ayúdame a llevarlo de vuelta a la cama.

–No tengo la obligación de hacerlo.

–No, pero ya estás aquí, a menos que prefieras que sea yo quien lo haga. Después de todo, es mi prometido y no será ningún problema tocar su cuerpo más de lo necesario.

Me sujetó del brazo antes de que pudiera dar un paso.

–Pequeña tramposa.

–Mal perdedor.

Me apartó para poder levantar a Koga del suelo. ¡¿Pero cuánto había bebido?! Estaba completamente inconsciente, como una roca.

–Esto es patético –soltó Inuyasha al entrar a la habitación– Tiene frente a él a la mujer perfecta y se queda dormido después de un par de tragos.

Soltó una risotada.

–¿No crees que es patético? –cuestionó.

–¿Eh…?

Inuyasha sonrió al verme después de dejar a Koga en la cama.

–¿Por qué te sonrojas?

–Por nada –respondí de inmediato.

–¿Es por lo que dije?

Predije sus movimientos y salí de la habitación antes de que pudiera alcanzarme.

–Escargot…

–Ya es muy tarde, será mejor que te vayas.

–No quieres eso –soltó al aparecer en el recibidor.

–Tal vez no, pero es lo mejor.

–No creí que el arrepentimiento te llegara tan pronto.

–No me arrepiento. Bueno, al menos no por ahora, pero...

–Bien, tú ganas –soltó interrumpiendo mis pensamientos– Me iré si eso es lo que quieres, pero antes…

–Sabía que no sería tan fácil –solté y él sonrió encantador.

–Dame un beso.

–¿Qué?

–Dame un beso –insistió.

–No hablas enserio.

–Lo digo muy enserio, hermosa.

–No, basta –solté–, no digas que soy hermosa o perfecta. No soy ni una de esas dos cosas.

–Lo eres para mí.

Se acercó.

–Basta, Inuyasha…

–Bésame y me iré.

Recorrió mi espalda con sus manos hasta envolverme por completo en sus brazos. Su mirada dorada, su aliento sobre el mío, todo, todo era como lo recordaba, mi querido Inuyasha.

Lo atraje hacia mí pasando mis manos por su nuca y enredando mis dedos entre su pelo, me encantaba hacer eso. Me tomé el tiempo admirando la curvatura de sus labios, hasta que finalmente lo besé y me dejé llevar por la maravillosa sensación de tenerlo tan cerca de mí.

Tan mío…


INUYASHA

–Buen día familia –solté al entrar al comedor– Madre. Mi princesa –Besé su mejilla y la de Moroha que estaba en sus brazos.

–¡Papi!

La tomé en brazos antes de girar con ella y deleitarme con el sonido de su risa.

–¿Y a qué se debe tanta alegría? –cuestionó Sesshomaru mirándome con intriga.

–No tiene que haber un motivo para estar feliz ¿O sí? –respondí mirándolo a los ojos.

–Buen día –saludó Kikyo al entrar con una sonrisa en el rostro. Sin embargo, ni ella ni nadie podría apagar mi alegría.

Besó mi mejilla y luego tomó a Moroha en brazos. Para mi asombro, aquello sí me quitó la sonrisa de la cara.

–Muñeca, quiero que me perdones.

Moroha buscó mi mirada, y yo traté de calmarla sujetando su mano para que no se escapara de los brazos de Kikyo.

–Papi… –musitó asustada. Lo sabía porque la conocía.

–Aquí estoy.

–¿Quieres ir con tu papi? –cuestionó Kikyo y Moroha asintió con la cabeza– De acuerdo, pero si te vas ahora, no podré darte el regalo que te compré.

–¿Un regalo?

–Sí, un regalo –soltó tomando su pequeña nariz– ¿Quieres verlo?

–¡Sí!

–Bien, vamos…

–Kikyo –La detuve cuando dio un paso.

–Tranquilo, puedes venir si quieres.

–¿A dónde?

Me sonrió.

–Sígueme y lo verás.

Claro que la iba a seguir; no iba a permitir que se llevara a mi hija así nada más. Cuando llegamos al jardín trasero de la mansión Kikyo bajó lentamente a Moroha y extendió una mano para que la acompañara.

–¿Estás lista? –cuestionó con una sonrisa.

–¡Sí! –Moroha se oía muy entusiasmada.

–¿Listo? –Me preguntó con una sonrisa y yo asentí.

Entonces Kikyo ordenó a que revelaran lo que se escondía tras una tela. Era un gran estanque para patos y todo estaba muy bien instalado en medio del jardín.

–¡Papi, mira!

–Lo veo, princesa.

–¿Es para mí? –le preguntó a Kikyo.

Ella se agachó para estar a su altura y le sonrió.

–Así es, es para ti y para el pequeño pato que te regaló tu papi.

–Ayer dijiste que no te gustaba –respondió algo tímida.

Kikyo soltó un suspiro antes de mirarme.

–Ayer dije muchas cosas malas –volvió a mirar a Moroha– Perdóname, muñeca, te prometo que no volverá a pasar.

–Entonces ¿Kuma puede quedarse conmigo?

–¿Kuma?

–Mi pato –aclaró.

–Por supuesto –asintió Kikyo– Puede quedarse.

–¡Sí! ¿Escuchaste papi? Kuma se puede quedar –soltó dando pequeños saltos– Iré a traerlo.

–Moroha, no corras…

–Déjala, cariño –dijo Kikyo cuando Moroha desapareció de nuestra vista– Es una niña y es normal que quiera correr por toda la casa.

–Recuerdo que antes te molestaba que estuviera por toda la casa.

–Eso era antes –advirtió acercándose– Te dije que cambiaría y lo estoy haciendo ¿O no?

–¿Cuándo hiciste todo esto? –Preferí cambiar de tema.

–En la tienda me dijeron que la instalación era rápida y mira, no se equivocaron.

–¿Cuándo los llamaste?

–Anoche, después de terminar nuestra conversación.

–Kikyo…

–Inuyasha, por favor. Solo estoy tratando de ser una buena esposa para ti y una buena madre para Moroha.

–Moroha ya tiene una madre.

Sentí que quiso decir algo, pero en su lugar la vi apretar los labios.

–Kikyo yo…

–No, está bien. Tienes razón, Moroha ya tiene una madre y esa es Kagome.

–¿Qué?

–Tú mismo lo dijiste ¿O no? Yo no puedo reemplazarla, yo no puedo reemplazar el amor que sientes por ella y mucho menos puedo reemplazar el amor que siente Moroha por ella –Pasó una mano por su cabello antes de mirar hacia el estanque– Pero al menos déjame intentarlo, no te pido que me ames de la noche a la mañana, sé que eso es imposible, pero al menos dame la oportunidad de intentarlo mientras ella no aparece.

–Kikyo…

–Ya me voy –La vi secarse las mejillas discretamente– Quedé en almorzar con mi padre. Tal vez un día podamos almorzar los tres.

–¿Los tres? –cuestioné y ella me miró con una sonrisa.

–Sí, tú, yo y Moroha. Quiero que mi padre la conozca y vea lo hermosa y tierna que es.

Lo dudé por un instante, pero asentí.

–Sí, tal vez algún día.

Se estiró para besar mi mejilla y luego se fue sin decir más. Qué extraño había sido todo eso, estaba claro que nunca había conocido ese lado suyo y me sorprendía. ¡Claro que lo hacía! Era como conocer a una nueva mujer, a una nueva Kikyo.

Y no sabía con certeza si eso me gustaba, o no…


–¿Estás sonriendo?

Miré a Miroku entrar por la puerta sin llamar.

–¿Dónde quedó la educación? –cuestioné frutado al tiempo que recargaba la espalda en la silla.

–Lo hice –Se defendió ofendido– Pero parece que algo te tiene muy distraído, querido amigo, ya que no escuchaste cuando toqué la puerta.

–¿Lo hiciste?

–Como unas cinco o nueve veces, pero quien lleva la cuenta.

Sonreí acompañando su risa.

–¿Alguna novedad?

–Nada –respondió sentándose frente a mí– La mujer…

–Sango.

–Sí, ella –continuó– Sigue inconsciente. Larry dice que está estable y que necesita compañía.

–¿Compañía?

–Sí, ya sabes, un familiar, alguien que le hable y esas cosas.

–Ella no tiene a nadie.

–Se lo dije –aclaró– Pero ya sabes lo pesado que se pone a veces.

–¿A veces?

Sonreímos.

–Bueno, siempre.

–Quiero que te quedes con ella.

–De ninguna manera –dijo de inmediato.

–Vamos Miroku, solo hasta que despierte.

–¿Y quieres que le hable a una desconocida, Dios sabe hasta cuándo?

–Solo hasta que despierte.

–Por eso, solo Dios sabe cuándo despertará ¿y si no lo hace?

–Entonces tendrá suerte de no conocer a la persona que habló con ella mientras estaba inconsciente.

Lo vi sonreír.

–¿Y de qué se supone que hablaré con ella?

–No lo sé, tú eres el donjuán, sabrás de qué hablar cuando la veas.

–Me deberás una grande después de esto. Lo sabes, ¿verdad?

–Lo sé, y estoy dispuesto a pagarte.

–Sabes de lo que hablo.

–No iré contigo a uno de esos bares nudistas –advertí y el rio.

–Tenía que intentarlo.

Sonreí y entonces sentí su mirada pesada sobre mí.

–¿Puedes decirme ahora por qué sonreías cuando entré?

–¿Por qué eres mi amigo, Miroku? –pregunté.

–¿Porque soy el único que aprueba tus estupideces sin juzgarte?

–Exacto.

–¿Qué hiciste ahora? –soltó inclinándose.

–Bueno, hay un asunto con Escargot…

–¡TE LA COGISTE!

–Primero escúchame –demandé y él guardó silencio– Aquella noche cuando me llamaste, fui al hotel. Vi cómo el idiota de Koga la trataba y entonces tuve que intervenir.

–Te la cogiste…

–La ayudé a acostarlo para que no lidiara sola con ese idiota.

–Te la cogiste…

–Pasaron cosas, sí. Y entre ellas hubo algunos cuantos besos –sonreí– Muchos besos.

–Te la cogiste.

–No lo hice.

–¿Qué?

–Ella es Kagome.

–¡¿Qué?! –exclamó, aún más contrariado– Espera un segundo, ¿en qué momento se desvió la conversación? Estábamos hablando de un inicio emocionante y ahora me sales con que es Kagome.

–Todo tiene una explicación.

–Espero que la tenga, de lo contrario tendré que llamar a Samy.

Sonreí antes de levantarme. Samy era la directora del departamento de Psiquiatría.

–Cuando nos besamos, lo supe de inmediato: es Kagome. Solo ella puede provocar tantas cosas en mí –Miré a mi amigo– Ok, sé que puede sonar loco, pero hay algo más.

Miroku soltó un suspiro.

–Te escucho.

–Tiene la cicatriz.

–¿La cicatriz?

–Sí, la que le hice cuando estábamos en el colegio.

–Ah, hablas de esa cicatriz –dijo Miroku, sonriendo con malicia mientras me miraba fijamente–. ¿Hasta dónde has llegado, Inuyasha? Si no me equivoco, esa cicatriz está en su pecho, ¿cierto?

–No pasó nada.

–No te creo –acusó de inmediato y yo sonreí.

–Bueno, entonces vivirás con la duda.

–¿Y Kikyo?

–¿Qué hay con ella?

–Es tu esposa ¿o no? Qué pensará si se entera que te acostaste con otra mujer

–En primer lugar, ya te dije que no pasó nada. Y, en segundo lugar, he estado pensando mucho en eso. Kikyo está actuando de manera diferente, tanto que me asusta.

–¿Qué tan diferente?

–Quiere a Moroha –aclaré.

–Es un problema –soltó.

–Lo es. Si Moroha se encariña demasiado, temo que pueda salir lastimada. Kikyo aún no me convence del todo, pero…

–Pero.

Solté un suspiro.

–Ya veremos.


Los días parecían pasar velozmente. Aunque Kikyo cumplía con todo lo que prometía, yo aún desconfiaba cuando se quedaba a solas con mi hija. Por eso, no me alejaba de ellas más de lo necesario; cuando no estaba con Moroha, mi madre me ayudaba gustosamente.

De Escargot no había sabido nada desde aquella última noche en que nos vimos. Después de eso, desapareció sin dejar rastro. Kikyo no hablaba de ella y cuando intentaba preguntar, buscaba evitar la conversación. No había noticias, nada sobre ella o el idiota de Koga. Era como si hubieran desaparecido, como fantasmas o simples ilusiones.

–Cariño, mira. Esta es mi favorita.

Kikyo extendió la revista sobre la mesa. En la foto de portada salíamos los tres, como una familia perfecta y es que eso se suponía que éramos para todos los medios, justo como se esperaba según el título de la portada: "The Illusion of Being the Perfect Family"

–Sí, salimos muy bien –respondí mirándola– ¿Sabes dónde está Moroha?

–Con tu padre.

–¿Se la llevó al parque?

–No, están en su estudio. Dijo que quería pasar más tiempo con su nieta.

Sonreí.

–A este paso la nombrará la heredera de toda la fortuna Taisho, sin reparar en mí o en mi hermano.

Kikyo sonrió tomando asiento frente a mí.

–Aprovechando que estamos solos, quería hablar contigo.

–¿Sucede algo? –cuestioné.

–No es nada grave –soltó– Solo que, dentro de poco será mi cumpleaños y quería saber si podríamos hacer algo.

–Claro que sí. ¿Qué tienes en mente?

–Una cena.

–Muy bien, haré que Kaede lo organice todo.

Ella asintió, pero por su expresión supuse que había algo más.

–¿Kikyo, te sientes bien?

–Inuyasha, ¿qué tal si retomamos lo que dejamos pendiente?

–¿A qué te refieres?

Estiró sus manos sobre la mesa para tomar las mías.

–Recuerdas que no nos llegamos a casar por religioso, ¿verdad? ¿Qué te parece si lo hacemos ahora? Sería el mejor regalo que podría recibir.

Busqué su mirada y durante unos largos segundos, el silencio llenó el espacio entre nosotros. La idea de casarnos no me convencía del todo. Aunque Kikyo había cambiado mucho en estas últimas semanas, yo seguía sintiendo una gran inseguridad. Además, mis sentimientos hacia Escargot eran confusos. Algo dentro de mí insistía en que ella podría ser Kagome, pero la razón me aconsejaba esperar, averiguar la verdad y entender qué la llevó a dejarme a mí y a nuestra hija.

–Está bien si no lo quieres.

–Déjame pensarlo –solté antes de siquiera poder evitarlo.

–¿Enserio?

Asentí y ella corrió a abrazarme.

–Gracias, cariño. No tienes idea de lo feliz que me haces.

Mis manos titubearon, indecisas sobre si correspondía aquel abrazo o no.

–¿Qué estamos celebrando?

Por primera vez agradecí la interrupción de Sesshomaru.

–Seré tío otra vez ¿o cuál es el asunto?

–Idiota –solté deseando que sus palabras no se cumplieran.

–No, al menos no por el momento, cuñado –Kikyo se sumó a la conversación– Pero sí estamos celebrando.

Sesshomaru se sentó en una silla y se llevó a la boca un gran trozo de pan con nata.

–¿Q-ue-cos-a? –Sus palabras apenas salían correctamente.

–Somos portada de una de las revistas más famosas de Tokio –dijo enseñándole la fotografía– ¿Qué opinas?

En ese momento se escuchó un bullicio proveniente de afuera del comedor.

–¿Qué ocurre? –dijo Kikyo.

–Espera aquí –advertí, pero antes de dar un paso, las puertas se abrieron de par en par.

–¡¿Dónde está?!

–¿Rin?

–Ri-in –Sesshomaru se atragantó al tiempo que se ponía de pie.

–¿Dónde está? –volvió a cuestionar sin reparar en nosotros.

–Oye, cálmate –pedí.

–¿Dónde está la niña, Inuyasha? –Dio un paso hacia mí– ¿Es cierto…? Dime, Kagome, ella está…

Sus ojos vidriosos no dejaban de mirarme. El ambiente se cargó de tensión hasta que finalmente la oí soltar un suspiro.

–Inuyasha…

–¡Papi!

Rin volteó a ver a la pequeña niña que venía hacia mí. Estiré los brazos y la levanté para cargarla, Moroha enredó sus brazos en mi cuello mientras reía al ver Kikyo tras de mí.

–Papi, el abuelo Toga dice que puedo cenar helado.

La habitación aún se mantenía en completo silencio, nadie se atrevía a decir nada, nadie era tan valiente como para hacerlo.

Carraspeé antes de mirar a la mujer que secaba las lágrimas.

–Rin –empecé–, ella es Moroha, mi hija.

Ella asintió antes de acercarse a nosotros con cautela. Moroha me miró y luego miro a Rin con desconfianza.

–Hola, Moroha… –ahogó un sollozo.

–Hola…

La bajé para que pudieran interactuar, pero al hacerlo, Moroha se aferró a mis piernas.

–Cariño…

–Está bien, Kikyo –le dije antes de que interviniera– Quiero que mi hija conozca a su tía.

Rin volvió a secar sus mejillas antes de arrodillarse para estar a la altura de Moroha.

–Sabes –comenzó– Yo conocía a tu mami.

Moroha me miró y yo acaricié su cabeza no sin antes darle una sonrisa.

–¿A mi mami?

–Así es –La vi sonreírle– Ella era mi hermanita, era la mayor, pero me gustaba llamarla de esa forma. Recuerdo que tenía un oso, uno muy bonito de nombre Kuma.

Moroha abrió los ojos.

–¿Conoces a Kuma?

Rin asintió estirando una mano.

–Sí, era muy especial para ella –Volvió a secar sus lágrimas– Moroha, ¿puedo pedirte un favor? –Ella asintió dudosa– Me das un abrazo…

Mi hija me miró, como si buscara mi aprobación, y sólo pude inclinarme para besar su frente y susurrarle un "Ve".

Cuando lo hizo, Rin se desmoronó en segundos. Aferrada al pequeño cuerpo de Moroha, supe lo que pensaba, comprendí de inmediato lo que pasaba por su cabeza y sí, era exactamente lo mismo que yo pensé el día en que la vi por primera vez. Moroha era idéntica a Kagome.

Y sobre todo, crecía la esperanza de que ella estaba viva y que no había muerto en aquel accidente. Rin me miró y sonrió mirando hacia todos lados, como si buscara algo en la habitación.

–¿Dónde está? –cuestionó– ¿Dónde está ella?

Continuará...