1.2
Las vacaciones de navidad llegaron.
Ginny se había ofrecido a ir a buscar a los niños pero aceptó de buen grado cuando Harry le había dicho que iría él para que pudiese terminar el artículo.
Había anochecido cuando se dirigió a King Cross con la capa de auror todavía puesta. Era lo suficientemente discreta para pasar por una prenda extrovertida al uso en el Londres muggle.
La estación estaba mucho más tranquila que el primer día de colegio.
Inconsciente le buscó con la mirada mientras entraba al andén pero no le vió. Tampoco a Astoria.
¿Sería posible que no hubieran ido a buscar a su hijo?
Quizá se quedase en el castillo por alguna razón.
¿Qué hacía preguntándose por su vida?
"Me preocupo como padre."
Si. Eso era, se preocupaba por el chiquillo.
Llegó el tren y unos cuantos niños se bajaron. James salió primero acompañado de un chico al que ya había visto el año anterior. Se despidieron con un gesto de la mano y el amigo de ojos blancos de James se fue con los que supuso serían sus padres que le saludaron cuando Harry les miró.
- Hey! - saludó James.
- ¿Cómo que 'hey'? Un respeto a tu padre. ¿Dónde está tu hermano?
- Viene con su nuevo amigo, prepárate para que te fría la cabeza hablando de él.
Sabía que su segundo hijo había terminado en Slytherin y en el fondo temía que su carácter callado y solitario le hiciese quedarse solo pero parecía que no había sido así. Se alegraba genuinamente de que Albus hubiese encontrado un amigo. Ojalá le 'friese' la cabeza como decía James.
Se estaba preguntando quién sería pero no le dio tiempo a hacer conjeturas. La cabellera rubia que acompañaba a su hijo le paró el corazón.
No podía ser posible.
Aquello no estaba pasando.
¿En serio?
¿Él? Precisamente ÉL.
¿No había más niños en el colegio?
"¿Por qué me torturas, hijo?"
Resopló y maldijo.
Un momento, si ese niño estaba ahí…
Se giró tan bruscamente que se hizo daño en las cervicales. Draco pasaba por su lado en ese instante. Malditamente cerca. Tanto que pudo oler de nuevo el rastro de perfume que dejó a su paso.
Harry se recolocó la túnica nervioso.
"¿Oleré bien yo?
Espera.
¿Qué estupideces estoy pensando?"
Las dos cabezas rubias se abrazaron y su cabecita morena vino para reunirse con ellos.
- Hola, papá. ¿Nos vamos? - preguntó Albus cansado.
Pero Harry aún estaba asimilando la realidad.
- ¿Has visto un fantasma o qué, Harry? - preguntó su cabeza pelirroja.
- ¡James! No me llames por mi nombre de pila! ¡Soy tu padre!
- Jajaja vale vale, tranquilo - dijo el niño levantando las manos en son de paz.
Solo le faltaba eso, su hijo vacilándole.
- Vámonos, anda.
Se estaba dando la vuelta cuando percibió la mirada disimulada de Malfoy.
Furtiva.
Casi imperceptible.
Cualquier persona habría dado por hecho que simplemente buscaba algo o a alguien, sin embargo algunas cosas nunca cambian y él había aprendido a captar esas miradas al vuelo.
Todas calculadas. Todas medidas y cargadas de intenciones.
Como en otra realidad vio que Albus despedía con la mano al pequeño Malfoy y juraría que su padre le había levantado la ceja al pasar.
Debía dejar de hacerse ideas estúpidas, aquello ya había quedado zanjado en su momento.
Se hizo el loco, como si no hubiese visto nada.
Los tres Potter salieron del andén y volvieron a casa.
Harry tocó la puerta del cuarto de su hijo.
- ¿Albus?
- Pasa.
Entró y vio al niño delante de una mesa escribiendo algo. Quería hablar con él, pues Albus había vuelto más silencioso y callado de lo normal.
- ¿Estás escribiendo? - tanteó.
- Si.
- ¿Qué tal tus primeros meses?
- Bien.
Se lo iba a poner complicado al parecer.
- Hijo, ¿va todo bien? - preguntó Harry con cautela.
- Si, estoy escribiendo.
Pero pudo ver que el papel aún estaba en blanco.
- Te dejo solo entonces… - dijo Harry alejándose.
- Papá, ¿por qué odiabas al señor Malfoy?
Llegó la pregunta.
Directa y sin piedad, al estilo Albus.
- Ehm, bueno, a ver…- tartamudeó. - A veces en el colegio… Cuando yo era pequeño… él…
Harry empezó a sudar. No se había preparado para responder esa pregunta y menos aún para darle una versión apropiada. Tiró de galones y eludió la pregunta:
- ¿Por qué quieres saberlo?
- … por nada, es igual.
Albus se volvió hacia su hoja en blanco dándole la espalda. Harry se sintió fracasar. Había conseguido abrir un resquicio para iniciar una conversación con su hijo y él lo había esquivado.
Deseaba decirle que solo le había odiado un tiempo, hablarle del pasado… Deseaba poder decirle tantas cosas que no sabía cómo ni por dónde empezar.
Claro, ahora su hijo y el niño de Malfoy eran amigos, quizá por eso estaba preocupado, quizá tuviese miedo de que él estuviera en contra de su amigo. Albus no le había hablado de él, de hecho no había mencionado nada del colegio.
Con sensación de derrota se levantó de la cama del niño y le dio un beso.
- Te quiero, Albus.
Se dirigió hacia la puerta sin saber qué más decir ni escuchar una respuesta. La frustración se agarró a su garganta cuando cerró la puerta. De pronto sentía que su hijo se alejaba de él.
- Hey - dijo James pasando por su lado en el pasillo.
Harry no le dijo nada, no tenía ganas de reprenderle.
Antes de que se diese cuenta las vacaciones terminaron.
En esta ocasión tuvo que ser Ginny la que llevara a los niños a la estación, a él le había salido una reunión de última hora. Sería lo mejor, quería sacarse ya las tonterías que le pasaban cada vez que se cruzaba con Malfoy allí. Además, Albus había dejado de hablarle prácticamente desde aquel amago de conversación frustrada.
Así sería mejor para todos.
Sin duda.
¿Por qué se sentía así entonces? Era como… ¿decepción?
Se centró en la reunión e ignoró los problemas personales durante el resto de la mañana.
Mas tarde cuando volvió a casa le preguntó a su mujer sobre su hijo.
- Gin, ¿Albus te ha contado algo sobre Hogwarts? - preguntó .
- Muy poco, lo justo sobre las asignaturas y poco más. Está muy callado desde que empezó.
- Lo he notado. Espero que no tenga que ver con su amigo.
- ¿El niño de los Malfoy? Hoy se le llevó de la mano al tren. Parecía preocupado por él. ¿Crees que es buena idea que Albus y él sean amigos?
Ginny acababa de verbalizar el miedo que le había rondado la cabeza últimamente.
- Bueno, en realidad… un momento, ¿dices que se le ha llevado de la mano?
El corazón se le detuvo un instante.
- Si, es extraño. Albus es un niño muy cariñoso pero a su manera. No le gusta ir de la mano casi ni conmigo...
Harry sabía que Ginny seguía hablando pero ya no podía escucharla. Se alegró de no haber llevado a sus hijos a la estación, de haber visto aquello se le habrían llevado en camilla al hospital.
"Estás exagerando, Shakespeare" dijo su conciencia.
"Aunque casi te desmayas solo de volver a ver a Malfoy, no hubiera sido extraño."
- ¿Estás bien? Se te ha ido el color de la cara de repente - dijo su mujer preocupada.
- No lo sé, creo que voy a ir a ver al médico, últimamente no me estoy encontrando muy bien.
Se levantó de la mesa y se fue a descansar un rato a la cama.
"No puede ser que se vaya a repetir la historia" pensaba con una mano en la frente.
Estaba claro que el pasado había vuelto a ellos. No podía ser casualidad que sus hijos se volvieran tan amigos en su primer año, ¡que se le llevara de la mano!
¡Un Malfoy siendo cercano!
¿Y luego qué? ¿Tendría que invitarle a venir a casa en verano? ¿Harían reuniones familiares y beberían té helado junto a la piscina? ¿O le diría al niño que viniera solo?
Qué absurdo.
¿Y por qué no quería ver a Malfoy?
Ya había quedado claro en su momento que él no deseaba una vida a su lado, por lo tanto todas esas fantasías estaban solo en su cabeza, no es como si él quisiera provocar algo con esto.
Estaba claro que llegado el momento tendría que hacer su mejor esfuerzo para evitar que todo lo que su mente se negaba a olvidar tuviese repercusión en su relación como padres.
Se sentía derrotado y seguía sin entender la razón exacta.
- Dígame, ¿Qué le ocurre, Sr. Potter?
- Verá, llevo una temporada como con ansiedad injustificada, de pronto me dan mareos y siento que se me va la sangre del cuerpo, acompañado de sudores fríos y agotamiento general - adornó Harry.
- ¿Cuándo empezó a ocurrirle aproximadamente? ¿Una semana? ¿Dos?
- Hace un par de meses lo noté por primera vez pero no me pasa de manera regular...es decir... es solo... hmmm… - no sabía cómo explicarlo sin dar demasiada información.
La doctora le observaba mientras anotaba lo que iba diciendo:
- ¿Tiene una idea de lo que ha podido detonar estos síntomas?
- Ehm...no…
Le miraba de reojo, levantándose:
- Los pacientes siempre son iguales. Levántese, Potter, le haremos una revisión.
Señalaba la camilla cogiendo el fonendo. Harry la miró confuso.
¿Un utensilio muggle?
- ¿A qué se refiere? - preguntó mientras se sentaba en la camilla.
- Ocultan información por vergüenza, pero aquí no juzgamos, Sr. Potter - dijo ella señalándole con un dedo.
Oscultaba al moreno, mirándole al ponerle el termómetro, como buscando algo en su cara que le diese una pista.
- Hmm... Tiene las pulsaciones altas. Veamos, yo puedo proporcionarle un filtro de paz pero si no es sincero con usted mismo el problema no se va a resolver y tendrá que volver a verme - dijo mirándole por encima de las gafas.
Harry se miró las manos, no podía contarle la verdad.
La mujer recogió del armario de pociones el filtro recomendado y tomó asiento para rellenar el informe.
- Le recomiendo también unas vacaciones o reducir el nivel de misiones que atender.
- ¿Tan grave es? - preguntó Harry preocupado.
- De momento no pero si no se ponen medidas cautelares puede ir a peor.
La doctora se quitó las gafas y alargando la mano le entregó la poción y el informe.
- Si tiene alguna duda vuelva por aquí - dijo con una sonrisa amable. - Ha sido un placer, Sr. Potter. Deseo su pronta recuperación, contamos con usted.
- Gracias, doctora.
Salió de la consulta aún dándole vueltas a sus palabras.
"Podría empeorar si no se toman medidas cautelares."
¿Qué demonios le había visto?
¿Hablaba de apartarle de su puesto?
No iba a consentir eso, desde luego.
- ¡Han llegado cartas de los niños! - gritó Ginny desde la cocina cuando él entró por la puerta.
- ¿Y qué cuentan? - preguntó soltando sus cosas en la entrada.
- Te estaba esperando para abrirlas.
Harry se quitó la túnica del ministerio y entró a la cocina. Allí vió a la lechuza blanca de la familia dormitando.
- ¿Las ha traído ella?
La lechuza ululó orgullosa.
- Si. Les mandé unas chucherías para que me respondieran, porque parece que se olvidan de nosotros cuando están allí y pasan de responder siquiera.
Harry rió.
- Eso es que están ocupados, lo cual es bueno.
Leyeron las cartas escuetas de sus hijos.
James decía: "Todo bien, necesito una escoba nueva para el año que viene, esta se escora a la izquierda y así no hay quien atrape la quaffle."
A Harry no se le escapó el detalle de que la carta de Albus tenía varias referencias a un "nosotros" que, por supuesto, no se refería a James.
"Hemos encontrado una llave que llevaba años perdida, la hemos entregado a los profesores por supuesto. Parecía ser de unos siglos atrás, ya no quedan puertas con esas cerraduras ni siquiera en Hogwarts. Seguro que es falsa."
- Espero que sea cierto que la han entregado - dijo Ginny frunciendo el ceño.
- ¿En serio? Es nuestro hijo, claro que no la ha entregado, Gin. Solo espero que no se metan en un lío.
- Es nuestro hijo, Harry, pero es Albus. Además, está con Malfoy, seguro que le está metiendo ideas raras en la cabeza.
- Deberías dejar los prejuicios de lado, es el amigo que nuestro hijo ha elegido.
Ginny puso los ojos en blanco y fue a revisar la comida.
Han traído un paquete para ti. Creo que es aquello que pediste - dijo señalando con la cabeza.
Cogió el paquete y subió al dormitorio pensando en su hijo.
¿Una llave centenaria?
Aquello hubiera significado el principio de una gran aventura con Ron y Hermione para los meses restantes de escuela por lo menos.
¿Cómo se desenvolvería el pequeño Malfoy en esos terrenos?
Sin darse cuenta sonrió para sí.
A menudo extrañaba esa época.
Por muchas cosas, por muchas personas.
Buenas!
Aquí tenemos la segunda parte de este primer capítulo. No tiene mucho Drarry aún pero todo se andará.
Me apetecía también ver la relación de Harry con sus hijos y ver cómo irá evolucionando con el paso de los años.
Voy a intentar subir más juntos los capítulos que pertenezcan al mismo año para que no se pierda mucho el hilo.
Espero que os haya gustado
Un abrazo
Kanna
