Sinopsis: Pan y Bra están hartas de escuchar a sus amigas hablar de sexo. Y es entonces cuando se proponen un reto: antes de su próximo cumpleaños para llegar a la mayoría de edad, tendrán que perder la virginidad. Las reglas del juego han empezado y ya no hay marcha atrás. ¿Cuál de las dos lo conseguirá primero? ¿Quiénes serán sus víctimas?

Aclaraciones: Ni Dragon ball ni sus personajes me pertenecen, esta historia ha sido creada sin fines de lucro, sino de entretenimiento.

- Advertencias: Esto es un universo alterno, aunque habrá "guiños" respecto al mundo de Dragon ball. Habrá Ooc de personajes.


El reto

Capítulo uno

Prólogo. Noviembre: Felices diecisiete

—¡Despierta dormilona, hoy cumples diecisiete! — nota como la zarandea para que se levante de una buena vez— Oh mi pequeña Pan…y parece que fue ayer cuando te estaba cambiando los pañales. — suelta un profundo suspiro.

—Déjame Videl dormir un rato más por favor —susurra adormilada—, solo tres minutos más…

—¿Qué es eso de Videl? Yo siempre soy mamá— retira la sábana de una sacudida—; ahora prepárate para la ducha y vístete que vas a llegar tarde al instituto.

—¿Dónde está nuestra cumpleañera? —un sonriente Gohan acaba de entrar al cuarto de su hija— No me podía esperar más y quería darte mi regalo de cumpleaños. —se sienta en la cama dejando el paquete envuelto sobre el regazo de Pan.

—¿En serio? Qué es, qué es…—se endereza como una bala y empieza a abrir el regalo casi desesperada, un poco más y parece que lo vaya a arrancar con los dientes— Oh… ¿El retrato de Dorian Gray? ¿Un libro? —su semblante pasa a ser decepcionante.

—Claro que sí—sonríe—; no te viene mal un poco de cultura, es un libro clásico muy bueno. ¡Y además viene en versión bilingüe, con su idioma original y todo! ¿No es un regalo genial? —dice con un brillo especial en los ojos.

—Claro, genial papá— pone el libro en su escritorio, para después coger su ropa y dirigirse hacia la ducha —. Nos veremos en el desayuno— solo atina a decir.

Ya está. Un año más que se sumaba a la lista. Su amiga Bra los había cumplido también hace poco, pero ellas habían decidido celebrarlo juntas este fin de semana. La celebración tendría lugar en un local llamado "Monte Frypan", ya que teniendo en cuenta los miles de amigos que tenía Bra, había sido capaz de invitar a media ciudad entera y ese sitio de campo era enorme y perfecto para ello. Debía darse prisa si quería llegar pronto al instituto. Tenía muchas ganas de hablar sobre la fiesta con sus amigas de clase, aunque por una extraña razón presentía que cada vez se alejaba más de ellas.

Despejando sus pensamientos, cierra el grifo de la ducha y se viste rápido, para ir corriendo a la mesa del comedor donde un suculento desayuno la esperaba. Antes de decir nada, atrapa una tostada y unta mantequilla en el aire para metérsela en la boca, la mochila también y salir corriendo hacia el instituto. Ni tiempo le da a despedirse de sus padres, que ya acostumbrados observan la escena divertidos. Mirando el reloj de forma muy asidua y presintiendo que no iba a llegar a la hora, decide salir con los patines para llegar más rápido.

Bulma Briefs, la madre de Bra, era la científica más rentable y rica del planeta. Había conseguido fabricar cosas que solo en la imaginación humana existía. La señora Bulma y su abuelo habían sido amigos de toda la vida, aunque después sus caminos se separaran durante la universidad y al casarse con un hombre de alto estatus económico. Desde muy pequeña, conocía la que actualmente era su mejor amiga: Bra. Ella vivía prácticamente como una princesa, ya que disponía de una gran mansión, pero eso no quitaba que se conocieran y se hiciesen grandes amigas. En su cumpleaños número 13, fue cuando consiguió esos patines que tanto le gustaban. Eran bastante caros, y más para ella que procedía de una familia de lo más humilde, pero la señora Bulma era amiga de su familia y se los obsequió gratuitamente. Además, eran muy cómodos para viajar, ya no tenía que coger el bus y estar esperando varias horas para llegar a la casa de Bra.

Surcando el asfalto y esquivando a las personas de los lados como si fueran pivotes, al fin puede divisar el edificio: Orange Star High School. Ahí es donde sus padres se conocieron y se enamoraron, se lo habían contado tantas veces que podría recitar de memoria todo el proceso de "enamoramiento". De solo pensarlo daba hasta nauseas, eran ya demasiados años contando todos los detalles de su noviazgo. Sacudiendo la cabeza decide emprender la bajada hacia la entrada del recinto.

Por otro lado, una chica de ojos y cabellos azules alza la vista y puede observar una cabellera negra inconfundible. Corre todo lo que puede hacia ella. A pocos metros de la chica, la susodicha se da la vuelta y la reconoce.

—¡Hey Pan! ¿Cómo es que has venido tan temprano? Yo te veía durmiendo la mona todavía— dice Bra con sorna.

—Qué graciosa te levantaste hoy —responde sarcásticamente—. ¿No se te olvida decirme algo?

—Siempre soy graciosa además de guapa y estilosa— con una mano se echa el pelo hacia atrás, con una actitud narcisista, mientras que Annie rueda los ojos— ¿Olvidarme de algo? Eh…—se queda pensativa— Cielos es cierto, ¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz!

—¡Pero no cantes gritando a pleno pulmón y menos aquí, delante de todos!— todo el mundo se les quedan mirando con cara de incertidumbre— Qué vergüenza tener una mejor amiga así…

—Que les den a todos esos estirados y aburridos —responde alegremente—; pues bien que me quieres como soy eh.

Soltando un largo y profundo suspiro, Pan se dirige junto con Bra a la primera clase del día. Maldita sea, tocaba matemáticas y ella no se había mirado las derivadas que le mandaron hace unos días. De nuevo se iba a echar una pequeña siesta, casi siempre pasaba.


Trunks está ordenando su escritorio nuevamente. La cantidad de papeles, archivos y carpetas están por toda la mesa y le costará un buen rato ponerlo todo en su sitio. Tras una hora intentando poner el despacho 'decente', decide sentarse un momento en su gran sillón de cuero negro para descansar un momento. Respirando de una forma lenta y pausada, decide cerrar los ojos un momento para saborear la tranquilidad de la mañana. Pero en su interior sabe que no se encuentra bien, necesita de algo que no sabe que puede ser.

En realidad, sí sabe qué es. A sus veintiséis años no sabe todavía cómo manejar su vida. Desde que se convirtió en el presidente de la empresa más grande del mundo, su vida ha girado en torno a los negocios, las mujeres y por supuesto a su familia. Los primeros años fueron como la seda, se divertía todo lo que podía, cada día tenía una mujer diferente en su cama y todos lo adoraban y lo respetaban por ser quien era. Pero ahora eso ha dejado de entretenerle, siente un vacío enorme incapaz de llenar de nuevo. Había intentado tener varias parejas estables, pero todas al final eran iguales, solo lo buscaban como un juguete sexual o por su dinero y su fama.

Y ya estaba empezando a cansarse de todo aquello. Se había vuelto huraño y aburrido este último tiempo, apenas salía porque estaba todo el rato en su oficina, enfrascado en su trabajo. Y su amigo Goten le daba la tabarra todos los días para que se convirtiera en el Trunks de antes: el fiestero, alegre y mujeriego. Pero no había vuelta atrás, siente que esa etapa acabó para él desde el momento en el que traspaso la barrera del veinteañero.

Cuando pensaba que iba a tener una mañana de lo más relajada y tranquila, escucha como la puerta de su oficina se abre de sopetón y una persona se sienta en unas de las sillas de enfrente del escritorio. Es Goten de nuevo.

—¿Qué pasa hermano?— le roza el brazo— Apenas te veo el pelo últimamente…ah ya sé bribón, debes de tener a otra mujer despampanante que no te deja dormir —se acerca a él para sacudirle la cabeza —¿Cómo es? ¿Es una rubia con pechos prominentes o una morena dulce…o te van los retos y es una pelirroja explosiva?

—Basta ya Goten, estaba muy relajado aquí sin ningún ruido y vienes tú y empiezas a gritarme sandeces —acomoda su pelo—. Y no, no tengo a ninguna rubia, morena o pelirroja esperándome —responde cansado.

—Mmm… ¡Bueno pues mucho mejor! Este fin de semana salimos de parrandeo y no quiero un no por respuesta— parece pensar en algo de pronto— ¡Maldición! El fin de semana tienes el cumpleaños de Pan y tu hermana, y será en las afueras—pone una cara triste—, pero después si podemos salir de madrugada, no me digas que no es un buen plan.

—¿Pan cumple años esta semana? ¿Cuántos tiene ya?— pregunta curioso, hacía un tiempo largo que no la veía.

—Su cumpleaños es hoy, pero decidió celebrarlo el viernes junto con Bra en el sitio ese de campo, que no recuerdo el nombre. Pues la edad de tu hermana o acaso no lo sabes.

—Ya ni sé qué edad tiene esa enana, siempre que puede me fastidia con sus niñerías de niña revoltosa. Y lo peor de todo es que mi padre la consiente todavía más.

—Pues las dos cumplen diecisiete, aunque es cierto que Pan parece mucha más grande y madura que tu hermana.— suelta una risita de complicidad.

—Hasta las niñas de cinco años parecen más maduras que mi hermana—los dos se ríen—. Pues de verdad que no puedo hacer esos 'maravillosos planes' que tenías pensado, ese día tengo que ir a recoger a una amiga al aeropuerto y después ir a esa dichosa fiesta, acabaré agotado— dice con una sonrisa triunfal.

—No puedes hacerme esto— pone carita de cachorrito abandonado—, era un plan genial toma vitaminas o como si te drogas para estar despierto, pero tienes que… ¿Has dicho una amiga? Pero si tú no tienes amigas— exclama frunciendo el ceño.

—Aunque parezca mentira e inverosímil, tengo una amiga— saca del cajón una foto vieja para entregársela a Goten—. Se llama Marron, y es la hija de uno de mis directivos, Krilin. La conozco desde hace muchos años, pero sus padres la mandaron al extranjero para estudiar y hemos estado en contacto por medio de cartas.

—Hombre, aquí no podría decirte si es una monada o no —mira la foto con incertidumbre—, ¿has visto alguna foto de ella actual? ¿Está buena?

—De verdad, hay veces que pienso que eres un enfermo del sexo, no te la pienso presentar para que la corrompas, que te conozco— le propina un puñetazo en el brazo.

—No seas así… yo te presenté a Mai, lo que pasa es que eres un egoísta y la quieres para ti solo.

—Si vamos, y mira como acabó la cosa —de repente su rostro se vuelve azul—; vaya amiguita tenías…

—Oh vamos, teníamos dieciocho años aún éramos muy inocentes para saber nada sobre tríos —replica pícaramente—; esa tía quería estar con los dos y lo consiguió, no me digas que no te lo pasaste bien.

—Tú perdiste la inocencia con diez años, cuando empezaste a levantarle la falda a las niñas—le mira ceñudo—. Olvídate de Marron, no te la pienso presentar.

—Eso ya lo veremos— responde alegremente, mirándole con cara de desafío.


—¡Esa semana en la cabaña fue genial! —grita Patty— Recuerdo que estaba esperándome en la entrada, guiado por un sendero de rosas rojas, velas aromáticas y una cama enorme de matrimonio de fondo, ains…fue el mejor polvo de mi vida.

—Vaya, no me digas que fue tu primera vez… yo aún la tengo demasiado reciente en mi cabeza, dios qué dolor— replica Catherine.

—Vale que no fuera mi primera vez, pero como si lo hubiese sido, ¡creo que he encontrado al amor de mi vida!

—Siempre dices eso, según mi lista has encontrado doce veces a ese amor de tu vida —todas sueltan una carcajada—. Venga ya… ¿Os acordéis de cómo fue vuestra primera vez chicas?

Todas se miran entre ellas. Algunas ponen ojos soñadores, mientras que otras giran sus miradas a la nada para evitar que se les note el fuerte sonrojo en sus mejillas, y en el caso de Bra y Pan ruedan los ojos y se mantienen al margen de la conversación, deciden que solo se limitarán a escuchar.

—Empieza tú Ángela, que me parece que fuiste la primeriza— la señala con el dedo Catherine.

—La primera experiencia sexual de Ángela fue bastante curiosa: —comienza a relatar en primera persona— Fue hace unos tres años —todas la miran con los ojos desorbitados—; vale sí, lo hice con catorce años… ¿Y qué más da? No me miréis así.

—¿Pero cómo se te ocurre perderla con catorce años? ¡Si eras una mocosa y aún te meabas encima!— exclama Patty alarmada.

—Ains, no me interrumpas. En fin, Ángela había quedado con Jewel, el chico de intercambio inglés. Después de varias citas y darnos el lote en el parque, decidimos pasar a mayores. Para evitar que nos vieran ancianos o los típicos niños molestos del parque, fuimos a parar a la parte de atrás, dónde están los matorrales y las plantitas hasta que se hiciera de noche y…—todas están atentas escuchando el relato— Bueno ya sabéis, entre una cosa y otra acabé haciéndolo allí.

—Madre mía, y parecía tonta cuando la conocimos— replica Patty—. Yo fui más tradicional, la mía ocurrió el año pasado en las afueras de la ciudad, en el coche de mi novio.

—Sí, es de lo más tradicional —responde Catherine irónica—. ¿Quién será la próxima, tal vez en un barranco o en una tienda de chuches? Ya nada me sorprendería que lo hicierais con público incluido.

—No me digas que el coche no es un clásico…

—No seas tan mojigata Catherine, explícanos como fue la tuya, aunque ya me la imagino: —Ángela sonríe pícara— Seguro que tuvieron sexo loco y desenfrenado, si solo hay que mirarla…

—¡No fue así! —se sonroja furiosamente— Mi ex Mikel y yo tardamos seis meses en dar el paso, reservó una habitación en un hostal cercano y lo preparó todo a conciencia. —tiene estrellitas en los ojos de pura emoción— Era la primera vez para ambos, y estábamos muy nerviosos y torpes al principio, pero después las cosas fueron yendo a mejor.

—¿Podríamos cambiar de tema?— Pan no quiere seguir escuchando más sobre sexo a sus amigas.

—No seas aburrida si esto es lo mejor; por cierto no nos has contado tu experiencia— la mira levantando las cejas con curiosidad —. ¡Ya puedes estar soltándolo!

—Pero qué…yo no… ¡no pienso decir nada sobre ese tema!— exclama alterada y completamente ruborizada.

—No me lo puedo creer— dice tapándose la boca-, ¿aún eres virgen? Oh dios esto es muy pero que muy fuerte.

—¿Y qué pasa si lo es? Yo tampoco lo he hecho aún con nadie— replica Bra, que se había mantenido callada hasta ahora—. No le veo nada de malo.

—No, no, si no es malo… —Ángela parece emocionada— ¡Pero no sabéis lo que os perdéis chicas!

—Pero Pan, ¿qué pasó con Uub? —la voz de Patty suena rara —Yo pensaba que la habías perdido con él, como durasteis tanto tiempo…

—No me habléis de ese inútil. Él lo intentó, pero por alguna razón yo no estaba muy convencida de ello y le pedí tiempo para que estuviera preparada. Y el muy cerdo me engañó con la primera chica que se le ofreció…— responde apretando los puños.

—Oh, lo siento…

—No os preocupéis por eso, es agua pasada para mí —intenta una sonrisa forzada—. Sé que mi chico ideal está en algún lugar, no tengo prisa en encontrarlo.

Uub había sido el novio de Pan durante un año y medio. Él y ella se habían criado prácticamente juntos, eran casi como hermanos hasta que empezaron a sentirse atraídos el uno por el otro al inicio de la adolescencia. Pan lo conoció en una excursión silvestre, ya que le encantaban los animales, y había un rancho de un hombre muy rico en las afueras de la ciudad. Al ser Pan la única hija del matrimonio, nunca se le negaban sus deseos. Terminó yendo todos los veranos, empezando a ir desde los cuatro años. Uub, con siete años de edad, era el hijo del dueño, por lo que siempre estaba por allí. Al principio solo iba cada verano, pero su amistad con ese chico se vio fortalecida y empezó a ir mucho más tiempo, sin esperar a que llegase el verano. Además, descubrieron que tenían muchas cosas en común y una pasión compartida: las artes marciales. Poco a poco ese afecto de amigos se convirtió en algo más y empezaron a salir juntos. Todo iba como la seda hasta que empezó el gran dilema: la sexualidad.

Uub, con veinte años de edad, tenía claro que era la hora de dar el paso con su novia. Para él no era la primera vez, eso Pan ya lo sabía de antemano, pero nunca quiso adelantar nada, aún se veía demasiado niña —tendría quince-dieciséis— para llevar a cabo algo tan importante como el sexo. Tras ciertos rechazos ocasionados por ella, Uub dejó de insistir y su relación se volvió fría con el tiempo. Todo parecía ir hacia el cataclismo hasta que ella se enteró de una dolorosa verdad: él se había ido con otra.

Después de tal batacazo sentimental, decidió no saber nada de los hombres una buena temporada, al menos hasta que sus heridas cicatrizaran totalmente.


El día llegó y los invitados y familiares están entrando a la fiesta. Al principio sería una bonita reunión familiar y sus amigos, para que después la dejaran montar la fiesta con sus amistades, ya entrada la madrugada. Iba a ser genial, Bra estaba segura de ello.

Al otro lado de la sala, se encuentran Pan y bra hablando de sus cosas. Bra tiene el regalo de su amiga en el regazo, ha esperado todo este tiempo para entregárselo pero decidió cambiar de regalo a última hora…

—Toma— Pan le tiende el regalo a su amiga—, espero que te guste.

—Y tú toma el mío, estoy segura de que te encantará— Bra tiene un extraño brillo en los ojos.

—Vamos a verlo entonces— empieza a rasgar el envoltorio—, mm tiene forma de… ¿libro? Por favor ya tengo suficiente con el que me regaló mi padre…

—Esto es algo muy diferente…—responde con una voz misteriosa.

—A ver si me sorprendes— cuando ya ha quitado todo el envoltorio, se queda varios minutos callada, mirando el título del cuaderno—. ¿Mi súper chachi diario del sexo? ¿Qué leches es esto?

—No te pongas paranoica, ¿acaso no es obvio? — su semblante se vuelve serio de repente— El otro día cuando estuvimos hablando con las chicas vi la luz. No te parece que ellas tienen razón y nos estamos perdiendo algo que según todos es sano y maravilloso.

—¿Pero eso que tiene que ver con esto? — señala el cuaderno desconcertada.

—¡Ese cuaderno marcará los meses que utilizaremos para perder la virginidad! Lo sé es una idea genial, todos los meses durante un año contaremos nuestros intentos para tener sexo, será nuestro reto.

Minuto de silencio.

—¿Esto es una broma? Hay una cámara oculta por algún lado y no me he enterado fijo— Pan tiene los ojos completamente desorbitados, sabía que su amiga estaba loca, pero no pensaba que tanto.

—No es una broma— no mueve ningún músculo de su cuerpo—. Yo te propongo una nueva forma de diversión: antes de cumplir la mayoría de edad tenemos que perder la virginidad, y ese cuaderno solo será la válvula. Tenemos que dejar de ser unas niñas y convertirnos en mujeres ya, ¡yo quiero sexo, sexo del bueno y saludable!

—¡Pero eso es una locura! De verdad que has perdido completamente el juicio. Además si yo aceptara semejante aberración, ¿quiénes serían nuestros objetivos?— pregunta dudosa.

—Si preguntas es que te lo estás pensando— suelta una risita—. Pues… tiene que ser una persona madura, alguien con experiencia que nos sepa trata con cuidado y delicadeza, por tanto los chicos de nuestra edad y los de la clase están totalmente descartados— sigue pensando—. ¡Y si es guapo y triunfador pues mucho mejor!

—Ahh, ¿pero eso existe? Yo ya te veía pidiéndoselo a Picoro.

—Nah, demasiado mayor y verde para esto— responde Bra despreocupadamente.

De pronto una tos ruidosa sorprende a las dos chicas. Es Picoro, uno de los amigos de la familia que, aunque esté a varios metros de donde se encuentran ellas, se le puede apreciar una gran gota de sudor en la cabeza, y mirándolas con reproche y pánico. Maldito oído desarrollado que tenía, seguramente se había enterado de todo lo que estaban diciendo.

—¿Te encuentras bien Picoro? Te noto muy acalorado— Gohan le da unas palmaditas en la espalda, preocupado.

—No te preocupes, solo me atraganté con este ponche— dice señalando el vaso que tiene en sus manos.

—En fin—Dejando de lado la escena de los otros dos—, será mejor que nos vayamos más lejos de ellos, ya pensaremos en posibles candidatos sobre la marcha.

—No sé por qué me meto en estos líos, te he dicho que yo no quiero saber nada de todo esto— su tono de voz es cansado.

—Oh vamos no puedes dejarme sola, te he regalado el diario exclusivamente para ti, y que sepas que yo tengo otro igual de diferente color— suspira contenta.

Cuando iba a decir algo, nota la presencia de dos figuras aterrizando sobre el césped del jardín. Son Trunks y Goten, que acaban de llegar de trabajar. Pan se fija prioritariamente en Trunks. Está tan atractivo con su pelo largo y su traje de trabajo, que la deja boquiabierta. Hacía un tiempo, alrededor de dos años, que ni le veía el pelo. Estaba tan concentrado y ocupado con su trabajo que apenas estaba por la casa de su amiga, y menos cuando había adquirido hace poco un piso solamente para él.

Bra mira el ensimismamiento de Pan y una bombillita imaginaria se enciende en su cabeza. Vale que fuera el inútil de su hermano, pero se acordaba que fue el amor platónico de niña de Pan, y era un candidato perfecto para el reto. Y si todo al final salía bien, incluso podrían convertirse en cuñadas. Quedando su vista en la nada soñando a saber qué cosas, un codazo de Pan la vuelve al mundo real.

—Te he saludado enana, ya sé que no es agradable para ninguno de los dos, pero no tengo más remedio que hacerlo— resopla Trunks con sorna.

—Oh cállate de una vez.

—¡Feliz cumpleaños para las dos!— Goten les da un abrazo a ambas— No puedo creer como habéis crecido, sobre todo tú, Bra.

—Oh Goten tú siempre tan amable y alegre, no como otros— le lanza una mirada asesina a su hermano—; espero que disfrutes de mi pequeña y humilde fiesta— le regala una sonrisa.

—Te hemos traído un regalo Pan— Trunks saca una pequeña cajita de uno de sus bolsillos—. Espero que te guste mucho, cuando lo vi pensé inmediatamente en ti.

—¡Es perfecto para mí!— es un colgante con forma circular de un dragón rojo— Muchas gracias por el obsequio.— se retira el pelo y se da la vuelta para que Trunks se lo amarre al cuello.

—¿Y para mí no hay nada?— resopla Bra con un puchero.

—¿Acaso querrías un regalo mío hermanita?

—La verdad es que no— gira su vista hacia el otro con ojos enojados—. Pero de ti no me lo esperaba Goten, que sepas que has perdido puntos conmigo.

—Al contrario de tu hermano, yo sí me he acordado de ti— se saca de la chaqueta una pequeña pulsera—; puede que no sea la más cara o lujosa, pero...

—¡Es maravillosa! — grita emocionada— Tú si tienes un buen sentido del gusto.

Bra se acerca a Goten para darle un beso rápido en la mejilla, a lo que él responde con una sonrisa tierna. Después de ver que los dos han entrado en la sala para saludar a todos los demás, Bra se aproxima a Pan para susurrarle algo al oído: Creo que ya hemos encontrado a los candidatos perfectos.


Notas de autor: La historia la escribí hace años con una cuenta diferente. Pero he decidido volver a subirla y continuarla, ya que en su momento no lo hice. Modifiqué algunas cosas del material original para poder adecuarla correctamente.

Saludos.