En cada momento que miraba, las vidas alrededor de Takemichi estaban llenas de sufrimiento y muchas perdidas, el héroe llorón lleno de determinación viajaba al pasado cada vez, para poder salvar uno por uno de sus amigos, esperando que con sus esfuerzos pudiera lograr el final feliz, pero al final el único que no aparecía en ese final era él.

Se encontraban mucha gente llorando vestidos de negro en una casa, la gente lloraba con dolor mirando la foto en medio de la casa, era Takemichi sonriendo, muy en contraste al ambiente melancólico del lugar.

A un lado de la caja fúnebre estaba Hinata, el eterno amor de Takemichi, llorando con todo el dolor de su corazón mientras Chifuyu intentaba consolarla con ayuda de Yuzuha, sin mucho éxito.

Afuera de la casa se encontraba una cabeza rubia y una cabeza tatuada, los dos vestidos de negro simbolizando el dolor que cargaban.

"Mikey debes entrar"-Dijo con voz calmada Draken mirando la espalda de su amigo

Este no hizo ninguna seña de haberlo escuchado, Draken solo suspiro adivinando como se sentía su amigo.

"Mikey no puedes seguir sintiéndote culpable, Takemichi sabía lo que hacía, el no quería que te culparas"

"Tú no sabes eso"-Por fin hablo Mikey mirándolo, sus ojos rojos e hinchados miraban a Draken fijamente

"Fue mi culpa que el muriera, yo soy el que debió a ver muerto no el"-Dijo mirando al suelo cargando toda la culpa en sus hombros.

" ! No digas idioteces ¡, sabes que no es verdad"-Dijo Draken mirándolo, pero Mikey no se atrevía a dirigirle la mirada.

"Esa es la verdad Draken, todos lo saben, solo porque no pude controlarme Takemichi tuvo que volver al pasado y ahora está muerto"-Levanto la voz Mikey

Draken no digo nada, solo lo miraba serio. Mikey se tiro al suelo empezando a llorar, con las manos en puños.

"El no merecía este futuro, el no"-Lloraba desconsolado apretando sus puños con fuerza, sacándole sangre.

Draken solo podía mirarlo, sin atreverse a tocarlo: "Se cómo te sientes Mikey, pero no podemos hacer nada más que honrar su muerte y seguir viviendo"

"No sé si pueda hacerlo, yo soy el que menos merece seguir viviendo"-Los ojos del rubio estaban muertos, sin vida ni emoción en ellos.

Draken le dio un puñetazo en el rostro tirándolo al otro lado de la calle. Mikey miro sorprendido a su amigo, limpiándose la sangre de su boca, sin atreverse a regresarle el golpe a su amigo.

"No te atrevas a decir una palabra más, no soportare escucharte insultar el legado que nos dejó Takemichi"-Hablo serio Draken sin dejar de mirarlo.

"Se que estas sufriendo, que tu carga es más grande pero no eres el único culpable, todos debimos a ver echo algo más para poder ayudar a Takemichi, pero no lo hicimos y ahora él está muerto a costa de nuestra felicidad"-Draken suspira, colocando su palma en sus ojos, en un intento de calmar sus lágrimas.

"Pero no podemos hacer nada por cambiar el pasado, no somo el, solo podemos respetar sus últimos deseos e intentar ser felices"-Dice más tranquilo el hombre.

Mikey solo quedo callado hasta que se levantó del suelo, sacudiéndose el polvo en su ropa y más calmado se giró a su amigo.

"Kenchin creo que le debo una disculpa a Takemichi"-Afirmo más para el que a Draken. Este solo asintió con el cabeza tranquilo, dejándolo pasar a su lado.

"¿Estarás bien Mickey?"-Pregunto Draken en voz baja

"No...no lo sé"-Fue lo único que pudo responder Mickey, pero lo suficiente para los dos.

Entrando en la casa donde todo se sentía más fúnebre, le líder de Toman camino hacia la caja donde se encontraba la foto de su amigo.

"Takemichi"-Llamo suavemente- "Tu siempre me recordaste a mi hermano y en el fondo esperaba que al menos tu tuvieras un final feliz, intente protegerte igual que a todos pero al final aun con tu ayuda todos acabaron igual"

Lagrimas caían por sus ojos sin darse cuenta: "Yo solo deseo que todo cambie, que puedas volver al pasado y seguir vivo, pero resultaría igual porque el problema siempre he sido yo, desde la muerte de mi hermano e condenado a todos a sufrir y por eso lo lamento tanto"

Coloco su palma en la caja fúnebre mientras seguía llorando con más intensidad.

"Solo quiero que todo hubiera cambiado desde mucho tiempo atrás"

Y con eso el universo dio un nuevo salto, no sabemos si fue por el toque entre el saltador del tiempo con el deseo del chico o simplemente el sufrimiento era la diversión del mundo, sea como sea, el simple deseo fue suficiente para dar un cambio en la línea de tiempo, una simple pero suficiente para dar la vuelta a toda la historia conocida.

En esa línea de tiempo, la familia Hanagaki solo fue continuada por el primogénito e hijo único Takemichi, pero ahora había un ligero cambio.

Unos 10 años antes del nacimiento de Takemichi, el padre de este tuvo una aventura con una mujer misteriosa que dio el nacimiento de Yuko Hanagaki la primogénita de la familia y el cambio esperado.

El padre pudo mantener en secreto a su hija bastarda por 15 años, pero cuando su amante murió por una pulmonía no tuvo más opción que enfrentar la verdad, cabe aclarar que su esposa no le gustó nada y menos criando a un niño de 5 años.

El día que llego a la casa y vio a su marido con una jovencita en el sofá, lo recibió con una cachetada pensando que era un depravado sexual, pero cuando le explico que era su hija de otra mujer, el hombre salió con un ojo morado y con la promesa de divorcio.

Las cosas no mejoraron a partir de ahí, el padre obligo a Yuko a vivir en un lugar nuevo con gente que nunca había visto, más las constantes peleas que tenían esos dos sobre su separación, fue difícil para la pobre chica que su mundo había cambiado de la noche a la mañana.

Su único consuelo fue su nuevo hermanito, desde el primer día que llego a esa casa fue recibida con los brazos abiertos por el pequeño chico de ojos azules.

Yuko estaba en el cuarto de invitados acostada en la cama sin poder dormir, hace momento había escuchado los gritos entre su padre y su esposa, había estado llorando en silencio por un tiempo, solo queriendo volver a su antigua vida.

"Oye ¿Estas bien?"-La interrumpió una voz susurrante. Yuko miro la silueta en la puerta de un niño de 5 años con unos ojos azules enormes.

"Si, estoy bien"-Respondió secándose los ojos con la manga de su suéter, se quedaron un momento en silencio hasta que ella lo rompió.

"Creo que deberías ir a tu cuarto, es algo tarde y no creo que a tu mamá le guste ver que andas cerca de mi"-Dijo tranquila con la barbilla recargada en sus rodillas, sin atreverse a mirarlo

"No tengo sueño y no entiendo porque no le gustaría a mi mama, solo eres una niña"-Dijo con inocencia, mirándola con curiosidad

Yuko se acurruca más en ella misma, insegura de cómo explicarle al niño la situación.

"Papa nunca pasa tiempo en la casa y cuando llega nunca me pone atención, me sentí celoso que te trajera"-Dijo Takemichi recordando hace unas horas atrás, como abrió la puerta donde estaba su padre y una chica.

"Ella ahora será tu hermana mayor Takemichi, llévense bien"-Fue lo único que dijo el hombre

"Pero estoy feliz de tener una hermana, se vuelve muy solitario en la casa y ahora que estas aquí podemos hacernos compañía juntos"-Lo último lo dijo con una sonrisa brillante

"No creo que te guste tenerme como familiar, solo traigo problemas a donde voy"-Dijo Yuko mientras intentaba secar sus lágrimas frescas

"No lo creo, papa dijo que ahora somos hermanos y eso significa que nunca más volveremos a estar solos"-Intentaba alentarla, pero ella seguía llorando en silencio.

El niño apretó el puño con decisión: "No estes triste, seré el mejor hermanito que hayas conocido, te prometo que siempre hare que te sientas feliz de tenerme como familia, hasta te prestare mi bicicleta"

La chica enternecida por el gesto tan inocente de hacerla sentir mejor, sus palabras calentaron su corazón haciéndola sonreír por primera vez en semanas, contenta de conocer su luz en esa casa llena de odio.

"Eso me gustaría"-Sonrió la chica, se levanta de la cama y quedan frente a frente, estirando su mano al chico.

"Entonces de ahora en adelante seremos hermanos Takemichi, puedes decirme Yuko o hermana, prometo cuidar de ti y nuca más estar solos"-Juro Yuko

Takemichi salta y la abraza por la cintura, riendo contento. Yuko se congelo un momento para reponerse rápidamente y abrazarlo igualmente.

"!Si¡ Yuko-oneechan"

Y desde ese momento se creó un vínculo entre dos hermanos sin importar su situación de nacimiento. Para Yuko fue algo difícil soportar los comentarios y las miradas de odio por parte de la mujer y la indiferencia de su padre, pero gracias a su hermanito fue soportable, quien siempre le contaba historias para hacerla reír, jugando con ella cuando se sentía más sola, pasando más tiempo de calidad juntos, aprendió que a Takemichi le gustaban los rompecabezas y le gustaba usar una vieja tela como capa para fingir ser un superhéroe.

A veces jugaban a que era secuestrada por un monstruo, que era un peluche feo que tenían y se escondía atrás del sofá donde el iría a rescatarla como un valiente héroe, fue divertido y la ayudo a soportar tantos cambios en su vida, nueva casa, nueva familia y nueva escuela, aunque no había tantos problemas como en su casa, hacer amigos en un lugar nuevo la ponían nerviosa, pero todo estaba bien.

Hasta que las cosas volvieron a cambiar drásticamente. Sus padres habían concluido el divorcio que tantas peleas causo, su padre se largó a saber dónde para nunca volver y su nueva madre había vivido unos meses en la casa hasta que por fin llego a su límite e imitando la acción del hombre, dejándola cuidar de su niño sola.

"Ahora es tu responsabilidad Yuko"-Fueron las últimas palabras que escucho antes de quedar sola en esa gran casa.

El dinero no fue problema pues aún tenían algo de "sentido común" sus padres y le enviaban dinero para sus gastos y los de Takemichi, hablado de él, fue difícil explicarle que ahora eran solo ellos dos, pero solo ocupo llorar un momento y tomarla fuerte de las manos y mirarla con determinación.

"No estaremos solos si nos tenemos uno al otro, hermana, nunca te dejare sola"

Y eso fue suficiente para poder soportar la carga que se le impuso. Aprender a cocinar fue un gran reto, todo le salió asqueroso y tuvieron que comer por un mes puras comida preparada, no muy sano para jóvenes en pleno crecimiento, pero por el aprendió rápido.

Coordinar su tiempo fue muy difícil pues debía preparar el desayuno para su somnoliento hermano, llevarlo a la escuela, irse a su escuela, salir, recogerlo para preparar la cena mientras ayudaba a su hermano con sus tareas, acostarlo y hacer su propia tarea para poder dormir y empezar otra vez su apresurada rutina.

Frente a su hermano intentaba no mostrar lo cansada que se sentía, pero en la escuela no podía evitar quedarse dormida de la nada, fue regañada muchas veces por sus maestros, pero no podía hacer nada. Un día que no podía más, saliendo de la escuela giro directo al rio en vez de ir por su camino habitual, se sentó en el pasto y escondió su cabeza en sus rodillas, evitando llorar desconsolada.

"¿Porque una chica tan bonita como tu está llorando?"

Yuko levanto su cara hacia la voz y vio a un chico de su edad, ojos oscuros como la noche le devolvían la mirada llenos de preocupación. Usaba un peinado ridículo que realmente no le quedaba, pero se veía confiable, aun con su pinta de delincuente.

Se quedaron los dos en silencia, Yuko no sabía cómo reaccionar. El chico tomo el silencio como algo normal y le sonrió confiado

"No me digas que te enamoraste de mi a primera vista, aunque no te culpo"-Bromeo el chico apuntándose con el pulgar con coquetería. Yuko no decía nada, solo lo miraba confundida.

"Jejeje te deje sin palabras ¿eh?"-Se sentó a su lado en silencio. Yuko aun no reaccionaba, pero por más raro que parezca no se sintió asustada del extraño.

Después de un momento de silencio compartido, el chico rompió el silencio: "¿Estas bien?"-Pregunto con un tono comprensivo en su voz.

Yuko parpadeo, reaccionado al porque estaba ahí, miro al pasto con vergüenza: "No"-Dijo en voz muy baja que no fuera porque estaba cerca de ella no la hubiera escuchado.

"Puedes contarme, no soy de los que juzgan"-Intento alentarla el joven, pero sin mirarla a la cara prefiriendo ver al horizonte.

"Pero no te conozco"-Respondió Yuko a la defensiva por abrirse con un completo extraño, quien no se siente incomoda, pero asustada de ser juzgada.

Pero al joven no pareció tomárselo personal: "¿Y? Eso no importa, ahora parece que necesitas un hombro para desahogarte y te ofrezco el mío, adelante"

Pudo ser que estaba muy sensible en ese momento y realmente necesitaba desahogarse o simplemente el chico a su lado transmitía un aura gentil que la hacía sentir protegida, sea lo que fuera, empezó a hablar de todo lo que le había pasado, lo nuevo que tenía que pasar sola y la vergüenza de ser juzgada por sentirse como se sentía, donde en ningún momento el chico la interrumpió solo asentía a sus palabras, dejándola hablar.

"Y sé que no debería sentirme así, pero estoy tan presionada que ya no puedo y solo deseo huir de todo, sé que soy una hermana horrible pero ya no sé qué hacer"-Se cubrió la cara con las manos sofocando sus sollozos.

Después de unos momentos, Yuko más calmada hablo: "Ahora debería estar ayudando a mi hermano con su tarea, pero en cambio estoy llorando y quejándome de lo más maravilloso que me ha pasado, realmente soy horrible"-Dijo a través de sus manos, sin atreverse a mirarlo.

El chico se recostó en el pasto, con los brazos atrás de su cabeza: "Nah, solo eres una adolescente que tuvo que convertirse en un adulto de un día para otro, tu reacción es bastante normal"

A falta de respuesta el chico siguió: "No está mal tener un descanso de vez en cuando, haz un hecho un trabajo genial cuidando a tu hermanito, pero también mereces descasar y disfrutar tu vida ¿sabes?"-Decía tranquilo mirando al cielo.

Yuko recargo su barbilla en sus palmas: "No lo suficiente al parecer"-Dijo desanimada. El chico vio que sus palabras aun no llegaban a Yuko.

"Te admiro, eres una mujer bastante fuerte, no solamente cuidas a tu hermano siempre le das una sonrisa guardándote todo por protegerlo, tienes un corazón muy bonito"-Soltó de la nada el chico, sorprendiendo a Yuko.

"¿Realmente lo crees?"-Sintió un ligero rubor en sus mejillas, era el primer halago que recibía en mucho tiempo.

"Si, yo no miento además haces todo esto por tu hermanito, te entiendo, a veces pueden succionarte toda la energía, pero al final siempre valdrá la pena"-Al decir eso se veía una alegría en sus ojos profundos, como recordando algo feliz

"¿Tú también tienes un hermano?"-Pregunto curiosa Yuko

"2, Emma y Manjiro o Mikey como le gusta que le digan ahora"-Soltó una risita - "Son unos cabrones y a veces me sacan de quicio, pero siempre recuerdo sus sonrisas y ellos llamándome hermano mayor y siento que todos mis problemas desaparecen"

A su mente llego el recuerdo de todos los momentos en que Takemichi le ha dicho que la quiere, sus sonrisas llenas de alegría al verla aun que acabara de despertar.

"Buenos días Yuko-oneesan"-Decía Takemichi con su enorme sonrisa y de pronto sentía su corazón se calentaba como si fuera del mismo sol.

"Recordaste la sonrisa de tu hermano, ¿no?"-Dijo con los ojos cerrados reconociendo el sentimiento.

"Si"-Sonrió más tranquila

"Es el super poder de los hermanos mayores, solo ocupamos una sonrisa de ellos y somos invencibles ante el mundo"-Sonrió mirando al cielo, Yuko asintiendo con fervor, como una verdad absoluta.

Se quedan en un cómodo silencio mientras Yuko se limpia los restos de lágrimas en sus ojos, siento paz como no lo sentía desde hace algún tiempo pensando en como necesito que un extraño le dijera que está bien sentir lo que sentía y eso no la hacia una mala persona.

Con eso se sintió apenada por como lloro y despotrico sobre un pobre chico que no debía estar perdiendo su tiempo en tranquilizarla. Con un sonrojo en sus mejillas se giro para ver mas de cerca al chico que seguía acostado tranquilo en el pasto a pocos metros de ella.

"Gracias por ayudarme, realmente lo necesitaba, pero no debiste a verte molestado"-Le agradeció muy penada por abrumarlo con sus problemas.

En repuesta el chico agito su mano de lado a lado quitándole importancia al asunto.

"Descuida no tenía nada más que hacer y ayudar a una bella chica siempre es el deber de un hombre"-Se sentó mientras de apuntaba con el pulgar la cara.

Yuko se sonrojo y soltó una risita nerviosa intentando disimular su pena, este chico era bastante descarado al decirle que era guapa.

"!Oh¡ ya está empezando a atardecer, deja te acompaño a tu casa"-Dijo el chico parándose mirando el cielo anaranjado.

"No quiero molestarte más, no queda tan lejos mi casa"-Yuko negaba con las manos apenada

"Ni hablar, te daré un aventón, tienes que llegar a tiempo para poder cenar con tu hermano"-Decía mientras se sacudía la tierra de sus pantalones. Extendiéndole la mano para ayudarla a pararse.

Yuko la acepto, sintió como sus manos algo ásperas para alguien tan joven, pero se sentían cómodas. Pensando en sus manos, ignoro como no se soltaron de las manos y que la arrastraba a una motocicleta. El la soltó por un momento buscando un casco, ofreciéndoselo.

"Tranquila, iremos a buena velocidad"-Dijo sonriendo. Yuko miraba impresionada la motocicleta y lo genial que se veía, como de revista.

"¿Esa es tu motocicleta?"-Yuko la miraba con los ojos abiertos de sorpresa.

El chico saco el pecho confiado: "Si, yo la construí desde cero, es mi orgullo"-Dijo acariciando la moto con cariño

"¿En serio lo hiciste tu solo? Eso es bastante impresionante"-Dijo Yuko con los ojos muy abiertos sin poder creerlo.

"Jajaja te desmayarías si te cuento lo que tuve que hacer para traerlo a Japon, siempre pasa eso cuando les cuento como conseguí esta belleza"-Le da el casco- "Ten usa el mío ah...Perdona no se tu nombre"- Se veía apenado por no haber preguntado lo más lógico.

"Oh es verdad, me llamo Hanagaki Yuko pero solo dime Yuko"-Respondió dando una ligera reverencia mientras se ponía el casco contenta.

"No necesitas ser tan formal, yo soy Sano Shinichiro, pero igual me puedes decir Shinichiro"-Dijo con una sonrisa en forma de D.

Yuko sonrió ligeramente mientras intentaba subir la moto, le daba algo de vergüenza parecer un ciervo recién nacido pero no era su culpa nunca haberse subido a una moto. Su sonrojo creció al escuchar las risitas que soltaba Shinichiro.

"Aquí, déjame ayudarte"-Yuko fue sujetada de la cintura por unas manos masculina, levantándola con facilidad y acomodándola en la moto.

Shinichiro ignorando la cara roja de Yuko, se subió a la moto prendiéndola, asustándola y solo atino a sujetarse con fuerza por la cintura de Shinichiro.

"No te asustes, no manejare rápido, pero sujétate fuerte"-Grito sobre el ruido del motor.

"Está bien"-Dijo Yuko apretándose más contra él.

El viaje fue tranquilo, pero para ser la primera vez de Yuko en una moto se sintió como horas, sintió alivio cuando vio la entrada de su casa.

"Aquí es"-Respondió la chica. Detuvo la moto afuera del pequeño portón de la casa, Shinichiro la ayudo a bajar dejando en Yuko el fantasma de sus largas manos en ella.

Antes que pudiera agradecerle al chico, la puerta de la casa fue abierta abruptamente, en el marco de la puerta se encontraba un niño de cabello esponjoso negro y unos llorosos ojos azules.

"! Hermana ¡"-Grito llorando Takemichi corriendo a sus brazos.

"Me preocupe cuando no llegaste a la escuela, la maestra me acompaño a la casa, pero estaba tan asustado que te fueras como mama"-Lloraba desconsolado el chico con las manos apretando con fuerza sus caderas, como si, solo por un momento aflojara el agarre, ella escaparía de su vista.

Yuko podía sentir sus ojos lagrimear: "Oh, lo siento tanto por preocuparte Takemichi, yo me sentía tan culpable por sentirme tan cansada por cuidar la casa y a nosotros, que no pensé en lo que hacía y solo queriendo esconderme de todo por un rato que nunca se me ocurrió que sentías tú, perdóname por ser tan desconsiderada"

Yuko se sentía la persona más horrible del mundo al ver como hizo sufrir a su querido hermano, pero a él no le importaba su tonto error.

"Hermana, no importa si tengo que regresar a la casa solo, puedo ayudarte también con la casa, pero debes contarme que estas cansada ¿Acaso no prometimos ayudarnos?"-Sollozaba el niño, mirándola con los ojos brillantes

Yuko empezó a llorar, abrazando más fuerte: "Gracias Takemichi, no te volveré a ocultar nada"

Shinichiro miraba la escena, enternecido y sin querer molestarlos se intentó irse sin interrumpir nada, pero fue captado por el chico que miraba a su lado.

"! Oye, espera ¡"-Grito Takemichi sorprendiendo a los adolescentes. Los dos se sorprendieron cuando el niño se soltó de los brazos de la chica y le dio una reverencia profunda al chico.

"Gracias por traer a mi hermana a casa, señor"-Dijo muy formal Takemichi

"Jajajaja no me digas señor, no soy tan viejo"-Bromeo Shinichiro

Takemichi asintió algo distraído mirando la moto: "Guau ¿La trajiste en esa moto? Que genial"

"¿Te gusta? Si tu hermana te deja, un día te daré una vuelta en ella"-Bromeo

"¿Volveré a verte Onichan?"-Decía emocionado dando brincos en su lugar. Shinichiro soltó una carcajada por el descaro de chico, le recordaba mucho a Mikey.

Le revolvió el cabello: "Tal vez cuando seas un poco más grande chico"

Takemichi hizo un puchero y se cruzó de brazos indignado:" Ya soy grande"-Susurro entre dientes

Yuko coloco su mano en los cabellos despeinados del niño:" Deja de molestar a Shinichiro, cuando crezcas podrás subirte a una"-Takemichi parecía brillar al imaginarse en una motocicleta, ignorando a que edad tendría permiso de subir.

Yuko miro al chico acomodándose a la moto, listo para irse. Con las manos en puño en su pecho armo valor y lo sujeto por la camisa, deteniéndolo de sus acciones.

"Espera, realmente te lo agradezco mucho, déjame compensártelo"-Dijo Yuko agradecida

Shinichiro abrió los ojos algo sorprendido, pero le dio una sonrisa: "No te preocupes por eso, solo recibir la sonrisa de una chica bonita es suficiente agradecimiento"

Yuko se sonrojo un poco, intentando ignorar sus nervios siguió: "B..bueno pero aun quiero compensártelo, solo espera, ya sabre que hacer"

"Te estaré esperando"-Dijo Shinichiro prendiendo el motor

"Adiós Shinichiro"

"Adiós Yuko"-Y con eso, se fue. Yuko mirando su espalda alejarse hacia el horizonte.

Se quedaron en silencio, ella por mirar alejarse el chico y su hermano mirando a su hermana y al motociclista de lado a lado.

"¿Es tu novio? -Pregunto inocente el niño

"! Takemichi ¡"

Desde ese día, Yuko pudo manejar mejor su nuevo papel como tutora de Takemichi, habían acordado que él se regresaría solo a casa y si tenía mucha tarea se quedaría con su maestra para poder avanzar y ahorrarle la carga a Yuko.

Ella estaba agradecida con las maestras de la primaria por su compresión, cuando les explicó su situación la tutora del salón de Takemichi, esta se ofreció a cualquier cosa que pudiera ayudarle, pues ella entendía que se sentía criar a un hijo sola, Yuko negaría que había llorado un poco en esa reunión.

Su vida parecía más alegre y pacífica, pero aún quedaba un pendiente que debía cumplir y ese era poder darle un regalo a Shinichiro.

Había estado buscado ideas, pero ninguna le agradaba los suficiente, o eran muy extravagantes o muy raras, casi había perdido la esperanza hasta que en medio de la noche le llego una idea a la mente: ! Un bento especial ¡.

Tenía suerte que fuera a la misma escuela que Shinichiro, solo que, en otro salón, lo bueno es que concordaba los horarios de todos y podía salir cuando estaban descansando.

Tardo en poder elegir un diseño para el evento y más días en poder reunir valor para entregarlo, pero hoy era el día, nada la detendría en dárselo a Shinichiro.

"Yuko ¿A dónde vas?"-Pregunto su amiga Hanna, viendo como su amiga no la seguía a su lugar para comer.

Yuko se sonrojo un poco, sin mirar a su amiga, ya le había dado pena a ver estado preguntando por Shinichiro y donde normalmente se quedaba a comer, ahora si sabía su secreto no escucharía el final.

"Oh nada Hanna, solo iré a comprar un jugo a la tienda, adelántate"-Intentaba actuar con normalidad

Hanna levanto una ceja, miro las manos de Yuko y su inútil intento de esconder en su espalda dos cajas de obento, una con el listón que siempre usaba Yuko y otro con un pañuelo de estrellas muy bonito.

Eso y las preguntas raras del otro día fueron suficiente para darse una idea y con una sonrisa pícara acepto.

"Oh ya veo Yuko-chan, adelante no te preocupes por mí, tu ve a la "tienda" por un jugo"-En la palabra tienda, le dio un guiño cómplice a su amiga

"Hanna no pienses nada raro"-Intentaba defenderse Yuko

"Oh no deberías preocuparte por lo que yo pienso, ese sería el dueño de ese obento"-Y con eso se fue corriendo sin dejar de reír por la cara roja de su amiga

"!Hanna¡"-Le reclamo para ser ignorada por su amiga. Yuko suspiro y apretó entre su pecho la comida con decisión en sus ojos, se fue directo al patio trasero de la escuela donde según recordaba, se juntaban los amigos de Shinichiro a comer.

.

.

Yuko realmente no esperaba mucho al buscar a Shinichiro, tal vez estaría con algunos de sus amigos y listo, podía soportar las miradas d chicos cuando le entregara el obento pero no estaba preparada para ser recibida por la imagen de 2 chicos aterradores no fue lo planeo.

Se quedo congelada sin poder dar un paso más, intentando no llamar la atención de ninguno, pero debió ser el gritito que soltó cuando los vio que giraron a su dirección, Yuko maldecía su suerte en silencio.

"Oi ¿Quién es esa mujer?"-Gruño un chico gigante sin cejas, asustando a Yuko

A su lado había un chico de cabello corto rubio y una mirada de desinterés fijo su mirada en ella, juzgándola con la mirada de arriba a abajo.

"¿Te perdiste?"-Dijo el mismo chico con una paleta en la boca, mirándola fijamente.

Yuko no podía hablar, esos chicos con pinta de delincuentes la estaban mirando muy fuerte, el poco valor que había reunido se esfumaba en el aire, ganas no le faltaban para darse la vuelta e irse corriendo con Hanna.

Una mano en su hombro la despertó de sus pensamientos de huida, miro a la persona y vio a un chico de cabello largo negro, su agarre era suave pero firme, se veía igual de intimidante que los demás, pero su paso tranquilo no le asustaba tanto como los otros.

"¿Que está pasando aquí? ¿Por qué están molestando a esta chica?"-Pregunto serio el de pelo largo

"No la estamos molestando"-Respondió el gigante apoyado por el chico de la paleta

"Solo le preguntamos que hace aquí, todos saben que este es nuestro territorio"-Contesto el más bajo

El de pelo largo soltó un suspiro de fastidio: "Idiota, ella no sabría nada de eso, mírala ¿Parece de una pandilla?"

Todas la miraron fijamente, Yuko se encogía en si misma en un intento por desaparecer de su vista, pero tal vez su cara fue muy patética porque se disculparon con ella.

"Perdónalos, sus caras pueden dar miedo, pero no son malos chicos"-Intentaba calmar a la chica, el de pelo largo.

"¿En serio? Pero dijeron algo sobre pandillas"

"No te preocupes por eso, mejor hablemos de lo importante" -La soltó y se puso en frente de ella -" ¿Qué haces qui?"

"Estoy buscando a Shinichiro"

Todos se miraron entre ellos extrañados: "¿A Shinichiro?"- Yuko asintió

"¿Para qué lo buscas?"-Pregunto extrañando el chico

"Bueno yo..."-Pero fue interrumpida por una voz que quería escuchar

"Oye Takeomi ¿Por qué te fuiste tan rápido? Me dejaste cargando con todo"-Se quejaba Shinichiro cargando una bolsa con comida, levanto la mirada e hizo cara de sorpresa a verla.

"! Yuko ¡ Mucho tiempo sin verte"-Saludo contento a la chica. Sus amigos abrieron los ojos con sorpresa

"¿La conoces?"-Pregunto Wakasa sin quitarse la paleta de la boca

"¿Es otra de las chicas a quien te vas a confesar? ¿Ahora las mandas a buscarte? 15 rechazos no te quitan el ego, ¿No Shinichiro?"-Se burlo Keizo

"! Cállense idiotas ¡ no es eso"-Grito Shinichiro indignado

"Etto"-Intento llamar la atención del chico con timidez. Todos se callaron al recordar que ella seguía aquí.

Yuko con la cara roja pero llena de determinación, le extendió la caja de obento a Shinichiro.

"Se que dijiste que no era necesario nada, pero yo quería darte algo y pensé que te gustaría algo para comer, no soy la mejor cocinera, pero me esforcé mucho, espero que te guste"-Yuko miraba al piso sin valor para mirarlo a la cara.

Todos se quedaron callados ante la escena, nadie se movía y Yuko sentía que se moría, después de un momento Shinichiro tomo la caja y su corazón se calmó al pensar que no había quedado como una rara ante él.

"Gracias"-Susurro Shinichiro con un tite algo tímido en la voz.

"No tienes que, puedes devolverlo cuando termines, si no te gusta puedes dejarlo, no me enojare"-Intento excusarse, pero Shinichiro negó exageradamente con la cabeza

"No no, me lo comeré todo"-Prometió serio

Yuko sonrió con ternura: "Bueno espero que te guste y muchas gracias por lo de la otra vez"- Y se fue despidiéndose con la mano de todos.

Todos estaban quietos, impresionados por que le acababan de presenciar. Su amigo, el débil ante las mujeres, el que llevaba 15 confesiones rechazadas consecutivamente, acababa de recibir un obento de una chica linda.

"Que alguien me golpee porque creo que estamos muertos"-Dijo Keizo alzando las inexistentes cejas

"La pelea de anoche con la pandilla rival nos dejó muy mal, creo que vi al perdedor de Shin recibir algo de una chica bonita"-Takeomi burlón

"El mundo se va acabar hoy"-Decía Wakasa con su típica cara de aburrimiento

"! Oigan, esa no es forma de hablar de su líder ¡"-Grito enojado Shinichiro

Takeomi lo sujeta por el cuello en una llave: "Tú nos debes algunas explicaciones, querido líder"

"Si, por ejemplo ¿De dónde conoces a una chica?"-Pregunto Keizo

"O, mejor dicho ¿Desde cuándo las chicas te buscan? ¿Le debes dinero?"-Pregunto Wakasa

Shinichiro había tenido suficiente de sus burlas, además que el listón donde estaba su comida se estaba zafando pro tanto movimiento y con un movimiento de piernas, pateo a Takeomi liberándolo por fin.

"Okay idiotas pueden guardarse sus celos porque ustedes no han recibido un obento de chica y yo sí"-Lo último lo dijo apuntándose al pecho orgulloso.

Sus amigos les salieron una vena en la nuca, porque sin aceptarlo estaban algo celosos, pues cualquier chico de su edad quisiera recibir una comida casera de una chica linda, pero nunca lo aceptarían frente a su amigo.

"Bueno tengo hambre y como tú ya tienes tu comida especial, me toca tu yakisoba"-Exclamo el gigante tomándolo de la bolsa

"!Oye¡ eso es mío"-Se quejo Shinichiro pero sin detenerlos

"Y a mí su pudding"-Dijo Takeomi ignorándolo

"Ustedes no me respetan"-Gruño Shinichiro pero sin enojo real. Ignorando como se quedaban con su comida, se sentó en su lugar y desato el lazo abriendo la caja, donde el olor a comida casera lo golpeo abriendo su apetito.

El obento tenía arroz blanco con Umebosi, aun lado había pedazos de pollo frito con verduras cortadas en forma de flores y estrellas, unos rollos de huevo muy esponjosos con dibujos de gatos con cátsup y una pequeña ensalada de frutas en la esquina.

Era una comida muy balanceada y las decoraciones daban una imagen de una comida que adoraría una chica, pero eso no le importaba al líder de los Black Dragons.

"Itadakimasu"-Dio un gran bocado al pollo y sintió que podía llorar. Estaba delicioso, crujiente en su punto. Las verduras frescas y el arroz esponjoso. Era la comida más deliciosa que había comida en mucho tiempo, pues en su casa Emma intentaba cocinarles a todos, pero aún estaba aprendiendo y cuando no podía con cosas más difíciles él tenía que encargarse de eso y según sus molestos hermanos, no tenía sazón.

"Que delicioso estaba, no deje nada"-Exclamo feliz acomodando la caja en el listón

"Si que se esmeró en hacerte ese bento"-Comento Keizo tomando agua

"Es verdad, aunque no me importaría si me lo hiciera sin decoraciones, solo con el sabor es suficiente para hacerme feliz"-Dijo soñando con mucha comida y no las sobras de la cena que come comúnmente.

"Debes agradecerle adecuadamente Shin"-Soltó Takeomi mirando serio a su amigo

"Claro que lo hare"-Con eso se paró hacia la puerta, pero fue interrumpido por Wakasa

"¿Sabes si quiera en que salón esta?"- Shinichiro se detiene por completo. Todos suspiran por la estupidez de su amigo.

"Tranquilo, puedes buscarla en la salida, solo quédate en la entrada y tarde o temprano saldrá"-Soltó Takeomi

"Esa es una buena idea, por eso eres el vice capitán"- Shinichiro le paso el brazo por el hombro emocionado.

"Si, si, ya suéltame"

"Aww estas celoso de mi creciente popularidad"-Decía picándole la mejilla a su serio amigo. Takeomi sintió una vena marcar su frente

"No y suéltame"-Lo empujo tirándolo, empezando una pelea entre los dos mientras sus dos amigos se reían de ellos.

A la hora de la salida, los jóvenes que no estaban en un club salían rápido para poder disfrutar su tarde, pero algunos salían más rápido por la salida que lo normal, pues en la entrada estaban los delincuentes más famosos de Japón buscando a alguien entre la multitud.

Mientras todos estaban asustados, Yuko estaba en una nube esponjosa de felicidad, al fin pudo entregarle el bento a Shinichiro, esperaba que le gustara, intento que el pollo frito saliera perfecto que ella y Takemichi tuvieron que comer por una semana sus intentos fallidos del pollo perfecto.

"Le preparare algo especial hoy a Takemichi, me siento mal por obligarlo a comer tanto pollo"-Aprieta los puños decidida -" Bien, hoy comeremos Hamburguesas"

"Oye Yuko ¿Ese no es Shinichiro y sus amigos?"-La voz de Hanna la despertó de sus pensamientos, fijándose que era cierto, en la entrada estaban los chicos ignorando las miradas de miedo de todo el cuerpo estudiantil les daba.

Cuando la mirada de Shinichiro choco con la de ella, este sonrió mostrando todos sus dientes, alegre por verla, moviendo sus brazos frenéticamente en un intento de llamar su atención.

"! Yuko !"-Grito Shinichiro acercándose hacia a ella

"Hola ¿Te gusto la comida?"-Le pregunto nerviosa e ignorando las miradas de los demás en ellos.

"Si, fue lo más delicioso que he probado"-Dijo con sinceridad dándole la caja

Yuko tomo el paquete sonriendo alagada: "¿Sí? Me alegra que te haya gustado, me esforcé mucho"

"Valió la pena, no me molestaría comer algo tan delicioso todos los días"

Yuko se quedó callada mirándolo con los ojos abiertos, pero Shinichiro ignoraba su conmoción y seguía hablando.

"Mi hermana se encarga de la comida, pero aún está aprendiendo y tengo que ayudarla, realmente mi comida no es la mejor según mi hermano"-Suelta un suspiro cansado- "Ojalá Emma pueda aprender a tener tu sazón porque no soportare cocinar tanto jajaja"

"Puedo hacerte uno todos los días, si quieres"-Susurro Yuko mirando al piso apenada

"¿Eh?"-Fue lo único que pudo decir Shinichiro confundido

"Dije que puedo prepararte el almuerzo si me dejas"-Dijo la chica mirándolo tímidamente, apretando las mangas de su mochila.

Shinichiro negó con las manos nerviosamente: "No, no, eso sería demasiado, no quiero molestarte"

"No es la gran cosa, de todas formas, hago extra para Takemichi, puedo hacerte uno también"-Aseguraba Yuko

Shinichiro se sentía algo mal por aprovecharse de la situación, pero prefería evitar sus patéticos intentos para cocinar su almuerzo y parecía que Yuko no le molestaba mucho, una situación ganar-ganar.

"Bueno si no es mucha molestia, me encantaría comer otra vez lo que prepares"-Acepto el pelinegro, pero antes que pudiera celebrar, la apunto con un dedo y con un aura de autoridad rodeándolo, le advirtió.

"Pero, si alguna vez sientes que es demasiado para ti, avísame y descansa ¿Okay?"-Dijo sonriendo tranquilizador. Yuko sonrió feliz y asintió con entusiasmo.

"Bueno entonces como pago por la comida, te llevare a tu casa"-Le apunto con el pulgar su moto estacionada

Yuko negaba con la cabeza: "No quiero que pienses que busco algo a cambio, realmente quiero cocinarte por gusto"

Shinichiro soltó una carcajada y con la mano, le revolvió el cabello, ganándose una queja de la chica.

"Nunca pensaría eso, no eres ese tipo persona"-Dijo sonriendo. Pero lo que vio Yuko fue el sonriendo con el reflejo del sol atrás suyo, iluminando más su sonrisa.

Sintió un vuelto en el pecho, sin pensarlo ahueco donde se encuentra su corazón, sin despegar la vista del chico, pero ignorando la sensación, le devolvió la sonrisa igual de alegre, sin saber que había causado la misma sensación en Shinichiro.

"¿Bueno? ¿Qué esperas? Ya quiero mi viaje gratis"-Bromeo Yuko. Los dos empezaron a reír en un intento de olvidar las mariposas en sus estómagos.

"¿Oh? Estas muy valiente el día de hoy, porque yo recuerdo lo fuerte me sujetaste aun que iba a mínima velocidad"-Dijo con una ceja alzada y una sonrisa burlona, siguiéndole el juego.

Yuko puso sus manos en las caderas fingiendo seriedad: "Oye no te burles, es normal que te asustes en tu primer viaje ¿no?"

"¿Al nivel de clavarme las uñas? Aún tengo las marcas ¿sabes?"

"¿En serio?"-Exclamo creyéndose lo que decía, mirándolo preocupado con la mano en la boca.

"Si, ¿Quieres ver"-Dijo y al instante se levanta la camisa

Yuko dio un grito y con la cara roja intentaba bajarle la camisa: "NO, no te la quites pervertido"

Shinichiro no deja de reír en la cara roja de Yuko, quien, en un vano intento, sujetaba sus costados para evitar que se levantara su uniforme. Pero como no podía con la fuerza del chico, solo podía frotar sus brazos contra él, parecido a un abrazo raro.

"Realmente no puedes quitarme las manos de encima, Yuko"-Dijo guiñando el ojo a la chica colorada.

Apenada y enojada, le dio un golpe ligero en el brazo, que, en vez de causarle dolor, le dio risa a Shinichiro.

"No te rías"-Se quejaba la chica sin importarle al chico que reía a sus costas.

Los amigos del chico solo miraban con los ojos abiertos la escena, sin poder creer lo que veían.

"¿Ustedes ven lo que yo veo?"-Pregunto Takeomi a sus amigos

"Que nuestro líder, el que ha sido rechazado 15 veces consecutivas, está coqueando con una chica, sin que esta le abofetee"-Respondió Wakana mientras su amigo asentía

"Entonces sí"-Contesto sin poder creer lo que veían sus ojos.

Takeomi soltó una carcajada, de esas que sacuden tus hombros, calmándose miro a su amigo reír a costas de Yuko.

"Esto se volvió muy interesante"-Dijo para sí mismo, sonriendo como Yuko le hacía pucheros enojada a Shinichiro, quien le picoteaba las mejillas molestándola más.

Terminando de sellar la nueva línea temporal que, sin darse cuenta, habían creado unos niños que tuvieron que actuar como adultos a muy temprana edad, sin libertad de elección.

Nadie sabe que le deparara en el futuro, mientras más joven menos te importa, es parte del regalo de la juventud, pero no importa preocuparse ahora, después de todo, todos subestiman el simple aleteo de mariposa.

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Hola 3

Me acabo de obsesionar con Tokyo Revengers y necesitaba una historia donde todos fueran más felices que ahora.

Me inspire en el libro de información de Shinichiro, donde canónicamente fue rechazado 20 veces consecutivas. ¿Quién rechazaría a un nene como él?

No solo espero abarcar solo un romance entre el eterno rechazado fumador, si no, en salvar a los chicos con algo tan simple como un adulto les de afecto y atención (Kazutora te estoy mirando) espero poder llenar mis expectativas y plasmarlas lo mejor que pueda

Gracias por leer 3