Disclamer: Digimon y Digimon 02 no me pertenecen, son propiedad del grupo de creativos llamado Akiyoshi Hongo (que son: Aki Maita, Akihiro Yokoi y Takeishi Hongo.) al igual que todos los personajes de esta obra son propiedad de ellos y Toei animation.

N/A: Y continuamos…

.

.

.

.

Cap. 4: Poder imbatible.

.

.

.

.

— Aún recuerdo ese día... fue la primera vez que sentí la felicidad absoluta – En las imágenes del recuerdo de Tai, podía verse a sí mismo con Mimi, ambos recién casados, ella en su hermoso vestido blanco, con el cabello recogido, y el por primera vez en su vida con su cabello corto.

— Ella se veía tan hermosa... – Prosigue – Y mientras tomaba tu mano y nuestros amigos, familiares y seres queridos nos veían... me prometí a mi mismo que estaría a tu lado por siempre...

El castaño continuaba recordando, mientras su mirada era fija en él un punto en específico del cielo

— Luego, cuando Kai nació, y experimente por primera vez lo que era amar más halla de una pareja sentimental o un familiar... amar a un hijo... y fue igual con Denji... me di cuenta que había mas de una manera de ser feliz – Tai escuchaba levemente a alguien llamándole por su nombre, mientras que en su mente continuaba viendo el día en que cargo por primera vez a sus hijos.

— Y cuando no creí ser más bendecido... Agumon y Palmon volvieron a nuestras vidas, y entonces todo fue Perfecto... mi hermosa familia – Tai vio a Mimi, sus dos hijos y sus Digimons... y entonces, un escalofrío lo recorrió.

— Me prometí a mi mismo... no ponerlos en peligro nunca, y protegerlos con mi vida... mis días de combatir Digimons se supone que habían terminado... pero... — La voz que pronunciaba su nombre era más y más fuerte.

— ¡Tai!... ¡Tai!...

— ¿Porque siento que necesito pelear? – Esa pregunta en solitario hizo que Tai sintiera rabia y culpa... entonces una explosión hizo volver a la realidad a Tai, provocando que se agachara enseguida y mirara el auto que acababa de ser destruido por Devidramon.

— ¡Tai, debemos pelear! – La voz que escuchaba era Agumon

El moreno observó como el Devidramon destruía autos, lanzaba ataques y rugía mientras las personas huían del lugar.

— ¡Tai, vamos a pelear! ¿Que sucede? – Decía desesperado el dinosaurio amarillo, mientras que Tai recobraba su lucidez, y entonces reaccionó.

— ¡No! – Dijo el mientras Agumon lo veía extrañado – ¡Tenemos que ir con Mimi y los niños! ¡Hay que ver que estén a salvo!

Tai comenzó a correr en dirección contraria mientras que Agumon no tuvo más que obedecer y comenzar a seguir a Tai brincando entre los autos, mientras Devidramon atacaba a las espaldas de ambos.

Mientras tanto, Mimi bajaba las escaleras de emergencia con sus hijos seguida de Palmon, mientras sentían el estruendoso sonido de los rayos de Parrotmon que atacaba a los edificios pro fuera.

— ¡Te lo digo Mimi! ¡Algo no cuadra, Parrotmon no debió aparecer de la nada! ¡Me siento muy alerta por alguna razón! – Comentaba Palmon mientras iba detrás de Mimi.

— ¡Después Palmon, tengo que poner a los niños a salvo! – Mimi llevaba en brazos a Denji mientras Kai la seguía, bajando las escaleras.

En Tokio, Izzi estaba en su computadora tecleando de manera apresurada mientras su hija estaba debajo del escritorio.

— Papi... tengo miedo... – Decía la niña con voz baja.

— Tranquila Catarina... no pasa nada – Izzy intento calmar a su hija, pero su cara era de angustia.

— ¡Izzy! ¡SkullSatamon viene para acá! ¡Voy a Digievolucionar! – Dijo con angustia Tentomon.

— ¡Calma Tentomon! ¡Tomará un par de minutos!

El pelirrojo parecía desesperado pero no dejaba de trabajar en la computadora, como si tuviera un plan en mente.

Mientras tanto, en Odaiba, Ikakumon detenía a un Querberusmon que había digievolucionado y se había puesto agresivo.

— ¡Joe! ¡Es muy fuerte, más de lo que debería! – Decía el Digimon con cuerno.

— ¡Ikakumon no lo lastimes! ¡Solo hay que calmarlo! – Pedía Joe mientras miraba tras de sí como muchas personas del hospital estaban asustadas y algunos Digimons que estaban sujetos a sus camas actuaban extraño.

— ¡Cúbrete Joe! – Ikakumon detuvo a Querberusmon que se había lanzado a atacar, mordiendo una pata del Digimon amigo de Joe.

En Odaiba, DarkTyranomon lanzaba llamas por todas partes, quemando autos y edificios sin parara, mientras que los oficiales de policía trataban de evacuar a las personas.

Sora había metido a sus hijos dentro de la escuela con los demás alumnos y padres ya que DarkTyranomon había destruido todo y solo quedaba el edificio escolar como refugio.

— ¡Vamos quédense dentro! – Decía angustiada la mujer

— ¿Mamá que vamos a hacer? – preguntó uno de los pequeños, mientras que Sora los veía pensando en como mantenerlos a salvo, después vio adelante y se percató que no solo eran sus hijos, si no padres, maestros, niños, personas inocentes.

— ¡Sora!... – La voz Biyomon la hizo girar la vista y vio a su compañera Digimon de pie frente al Digimon, esperando a que su amiga la acompañara a la lucha, pero Sora no sabía que hacer, pues no quería arriesgar a sus hijos.

— Es ahora o nunca Sora... – Dijo el pájaro rosa con determinación.

La situación pintaba de igual forma crítica en la estación espacial donde se encontraba Matt junto a Gabumon, pues todo lo tecnológico en la estación estaba fallando.

— ¡Matt, todo está defectuoso! ¡No puedo encender el sistema de comunicación!

— ¡Maldita sea!... ¡No puedo reiniciar el sistema!... nos quedaremos sin oxígeno si el sistema de ventilación falla más

Matt trataba de utilizar cada comando para cada contingencia que pudiera haber, pero todo lo digital fallaba, poco a poco la maquinaria comenzó a techar chispas y la luz roja de emergencia comenzó a iluminar toda la estación.

— ¿Y ahora que? – Preguntó el Digimon mientras su compañero intentaba arreglar todo.

— Hay sobrecarga de energía, si no lo detengo la estación va a estallar

Para Matt era una situación al borde de la muerte, y no iba a lograrlo a menos que arreglara la sobrecarga, pero la energía digital que sobrecargaba todo provenía de la tierra y su atmósfera, como si esta maligna energía estuviera cubriendo la tierra.

— Cariño, por favor, no vayas... — Una mujer de cabello negro brillante seguía a su esposo mientras este se preparaba para irse mientras ella cargaba a una niña de unos 6 años de edad.

— Perdón Lori, pero tengo que ir... los chicos me necesitan – Respondía Cody mientras se colocaba una chaqueta.

— Entonces déjanos ir contigo, no quiero que te pase algo malo – Suplicaba la mujer.

— Para nada las pondría en riesgo a ustedes – Tomó a su esposa de los hombros para que esta lo viera – Voy apara ayudarlos, pero también para protegerlas a ustedes... Lo que sea que signifique esta amenaza, me obliga a ir porque mi prioridad es protegerlas a ustedes.

Las lágrimas de la mujer caían, ya que no solo le conmovía las dulces palabras del hombre que amaba, si no que también estaba asustada de que a este le ocurriera algo.

— ¡Cody, Yolei y Hawkmon están por abrir el portal! ¡Vámonos! – El compañero armadillo estaba más que listo.

— Estaré de regreso, lo prometo...

— Papá... voy contigo – Dijo la pequeña en brazos de su madre.

— No no no... papá volverá, todo estará bien – El hombre le dio un beso a su hija en la frente y otro a su esposa, mientras el portal se comenzaba a abrir.

— Más te vale volver... ¿me oíste Cody?... vuelve...

Entonces, con una sonrisa y seguido de su compañero Digimon, el abogado entró en el portal y este se cerró enseguida, dejando a la mujer y a la niña angustiadas por la partida de el.

Al entrar por el portal, lo primero que Cody vio fue como el cielo en París estaba nublado, pero no era una típica tarde lluviosa, no, las nubes eran negras, con una atmósfera negativa y veía como los relámpagos del cielo eran rojos.

— ¿Que está... pasando? – Preguntó mientras miraba con atención todo a su alrededor.

— Cody... hay que apresurarnos... no me siento bien – Armadillomon temblaba muy notoriamente y esto lo notó Cody enseguida.

— ¡Cody! ¡Armadillomon! – Yolei llamó su atención desde dentro del edificio.

Los dos corrieron hacia la casa donde se encontraban, y al entrar Kari junto a Gatomon y Yolei y Hawkmon estaban dentro, además de T.K y Catherine, mientras que los niños estaban resguardados bajo la mesa.

— ¿Que pasó Yolei? ¿Porque aparecimos en la calle? – Preguntó Cody.

— Lo lamento, pero las redes digitales comenzaron a funcionar de manera extraña, saltaban demasiado, tarde en abrir el portal porque si no te hubiera hecho aparecer el Groenlandia... fue difícil hace aparecer el portal aquí, pero no pudo ser dentro de la casa

— Logramos abrirla en el país al menos – Complemento Hawkmon a la explicación de su compañera.

— Yolei, comienza a buscar el otro punto del portal, necesitamos sacar de aquí a los niños... – Pidió T.K mientras miraba por la ventana.

— ¡Mamá, queremos quedarnos! – El chico que era la vivía imagen de Daivis Niño le pedí a su madre quedarse.

— No queremos dejarlos... – Le secundaba su hermano menor.

— No, irán a Odaiba con la abuela... necesito que estén a salvo – Decía Kari mientras se sentía impotente de no ir con ellos.

— Prometemos volver, nos haremos cargo de esto – Gatomon de igual modo estaba alterado, pero quería esconderlo.

— Mamá, no nos dejen... – Hana, la hija de Yolei y Ken suplicaba con los ojos llorosos mientras abrazaba a su hermanito Daiki

— Mi amor, vamos a ir con ustedes tan pronto sea posible, cuida a tu hermanito – Aunque la mujer de cabello Lila sentía que iba a llorar por las súplicas de su hija, sabía que debía priorizar su seguridad.

— Papá... no hagan esto... no queremos – El pequeño Shin, sujetaba la mano de su madre mientras hablaba a T.K

— Mamá se va encargar de cuidarte, Patamon y yo nos debemos quedar.

— Tenemos que ayudar a los demás – El pequeño Digimon apoyaba las palabras su rubio amigo.

— Irán directo a la casa de la mamá de Kari, estarán a salvo ahí hasta que volvamos... — comentó T.K mirando a los ojos a Catherine.

— No se atrevan a arriesgarse tanto... – Le dijo ella con los ojos cristalinos.

— Los vamos a cuidar – Floramon de igual modo quería que confiaran pero que volvieran – No voy a dejar de protegerlos también.

— ¡El portal está listo! – Gritó Hawkmon mientras este se abría.

— Andando niños, es ahora...

Ante las suplicas nuevamente y las lágrimas tanto de los pequeños como las de Yolei, Kari y Catherine al final el portal que no duraría mucho los llevo hasta las Odiaba a unas cuantas calles de la casa de la señora Yagami.

Las lágrimas de ambas mujeres fueron inevitables mientras tenían que ver a sus hijos partir, para así poder quedarse a luchar contra la amenaza, pero determinadas a volver con ellos, se secaron las lágrimas y decidieron ir a la lucha.

— Todos vamos a regresar con ellos... – Mencionó T.K al ver a Kari y Yolei girarse hacia ellos.

— Si... – respondió firme Kari.

— Oigan, ¿Donde están Daivis y Ken? – Cuestionó Cody, pues faltaban los dos miembros del equipo.

— Ellos ya están arriba... luchando – Respondió la mujer con gafas mientras se acercaban a las ventanas.

El cielo de París estaba oscuro con esas nubes que simplemente volvían lúgubre todo bajo el cielo, y los relámpagos rojos que emanaban estaban ahora comparados de estruendos de una batalla, pero lejos de tratarse de un combate, parecía más los golpes desesperados por sobrevivir.

— ¡De nuevo Paildramon! – Davis y Ken iban sobre los hombros de la fusión entre sus Digimons X-V-mon y Stingmon, mientras que atacaban con todo al Digimon que estaba sobre el cielo de paris.

Paildramon atacó con las ametralladoras de sus caderas de manera continua, pero dichos ataques no parecían provocar el menor daño en el Digimon frente a él.

El Digimon ni siquiera se molestó en verlo, solo levantó una mano y lanzando una esfera oscura de poder detuvo el ataque del Digimon rival.

— ¡Esquivala! – Ken dio la indicación y Paildramon evitó el ataque.

— ¡Perfecto! – Daivis creyó que había logrado esquivar ese poder, pero entonces Digimon y humanos sintieron como una fuerza mayor los empujaba.

La esfera había fallado el ataque directo, pero toda la energía negativa que lo rodeaba creó una especie de atmósfera que alcanzo a Paildramon.

Esta simple ráfaga provocó un daño inmenso en Paildramon, tan fuerte como si el mismo ataque hubiese dado en el blanco.

El Digimon se desplomó debilitado junto con sus compañeros humanos, pero a tiempo de que estos colisionaran en el suelo, y el Paildramon alcanzó a detenerse a duras penas.

— ¿Que demonios fue eso?...

— No se Daivis... estaba seguro que lo esquivamos – Los dos hombres estaban confundidos.

— Daivis, Ken, el poder que tiene es demasiado grande...

Los tres miraron al cielo y vieron como el Digimon extendía sus alas y sonreía de forma macabra con sus dientes afilados y enormes.

— Moscas... desaparezcan – Fue lo que dijo para acto seguido rugir con tal fuerza, que ese mero acto provocó un daño inconmensurable en la ciudad.

Varias edificación se destrozaron, convirtiéndose en datos digitales que se desvanecieron, autos también, y ante la mirada de horror de todos, algunos Digimons que se ataban en la ciudad desaparecieron también, muchos de ellos con compañeros humanos.

El poder de ese rugido devastó la ciudad, y enseguida ante la escena, el resto del grupo sabía que ya no podían esperar.

— Maldición... ¡Cody, andando!

— ¡Si! – T.K y Cody sacaron sus D-3 mientras que Patamon y Armadillomon se posicionaban frente a ellos.

— ¡Yolei, hay que pelear!

— ¡Hagamos esto Kari!

Gatomon y Hawkmon de igual modo siguieron a sus compañeras, y el resplandor no se hizo esperar, dando paso a la evolución más poderosa que tienen juntos.

El Digimon maligno dirigió su mirada a ese resplandor, y enseguida de ese mismo resplandor, Silphymon y Shakkoumon salieron volando en la dirección de él.

— ¡Paildramon! ¡Una vez más! – Davis y Ken también querían seguir en la lucha.

— ¡Paildramon! ¡Ultra Digivioles, Aaaaaa!... ¡Imperialdramon!

El dragón antiguo voló junto a las otras evoluciones Jogres, pero aunque el poder era aún mayor, el Digimon adversario parecía no darles importancia.

— Asquerosos seres... ¡No se atrevan a retar a un señor demonio! – Ante este grito, una enorme cantidad de energía oscuro emanó del Digimon.

La suficiente que aún asi, volvió a frenar a los Digimons que se dirigían a él, y la destrucción se acrecentó en parís.

Isla File.

— ¿Que vamos a hacer ahora Genai? Ahora que sabemos que lograron atravesar ya no podemos hacer nada nosotros

— Aún podemos hacer algo Elecmon... aún podemos advertirles a que se enfrentarán... – Genai estaba sudando, el temor de saber que habían llegado a la tierra solo alimentaba la posibilidad de la destrucción de ambos mundos.

— Podremos hacer algo mejor que eso Genai, Pi – Piximon apareció junto Genai — Podemos hacerles llegar esto...

Genai observó que el Digimon hada traía consigo 7 rocas, las cuales tenían formas circulares, y que a Genai se le hicieron muy familiares.

— Esa puerta en el Dar Área ataba ahí por aglo... las rocas son parte de esa puerta, Pi...

— Son parte de la puerta... – Genai entendió el mensaje de Piximon – Tienen que llegar a ellos...

Concluyó el hombre, mientras comenzaba a trabajar en su propia computadora, y sabía perfectamente a quien debía darle está información.

Tokyo, Japón.

En Tokio, SkullSatamon estaba atacando desde la parte superior de un edificio el edificio en el que Izzi se encontraba, mientras que en las calles de la ciudad muchos Digimons estaban comenzando a actuar violentos, mientras que las fuerzas de la DCD de Tokyo trataban de someterlos.

— ¡Izzy! ¡Es un caos ahí abajo! – Tentomon estaba alarmado mientras veía por la ventana.

— Estoy por terminar... creo que puedo hacer algo... estas anomalías tienen una energía en específico... la eh visto antes... pero esto es distinto.

Entonces SkullSatamon nuevamente se dirigió al edificio de Izzy, preparado para atacar.

— ¡Izzy! – Advirtió el Digimon Insecto.

— Papá... – Jun se escondió bajo la mesa cerrando los ojos.

— Un poco más... – Izzy sudaba de nervios, mientras tecleaba la n su computadora, mientras que él Digimon iba listo para acabar con el edifico, y entonces – Listo!

Izzy dio clic en el mouse, y entonces una carga de energía color purpura emanó de la computadora, comenzando a recorrer el edificio entero, llegando hasta los objetos electrónicos de la calle y así entonces ese destello comenzó a noquear a la mayoría de Digimons que estaban agresivos.

SkullSatamon recibió esa descarga pero solo quedó aturdido, y cuando trató de atacar nuevamente no pudo atravesar el edificio, un campo de energía lo rodeó de forma total.

— ¡Vamos Tentomon! – Izzy tomó su Digivice.

— ¡Tentomon Digivoles aaaaa... Kabuterimon!

Kabuterimon atravesó el cristal y salió directo hacia SkullSatamon, envistiéndolo con su cuerno, haciéndolo retroceder más, y una vez más el Digimon trató de atacar, pero no ataba debilitado ante la descarga del escudo.

— ¡Acaba con el Kabuterimon!

— ¡Electroshock! – El ataque de Kabuterimon dio de lleno en SkullSatamon logrando vencerlo y desapareciendo.

Mientras en el hospital general en Odaiba.

La pelea se desarrollaba en el estacionamiento, Ikakumon mantenía la posición entre él y Querberusmon mientras este lanzaba llamarada y golpes con sus garras.

— ¡No puede avanzar al hospital Ikakumon! – Griitaba Joe.

— ¡Y no lo hará! – Querberusmon se lanzó nuevamente hacia Ikakumon pero el Digimon con colmillos aprovechó esa maniobra.

— ¡Arpón Volcán! – El misil dio de lleno en el vientre del Digimon y este cayó al suelo, por lo que Ikakumon lo sujeto con una de sus patas, y este quedó inconsciente.

Ikakumon lograba someter a Querberusmon, pero esto había desatado una batalla que dejó devastada la parte del estacionamiento del lugar.

— Algo malo pasa Joe... puedo sentir que lo que pasó acá, tiene que ver con los demás Digimons del hospital... lo sentí en mi cuerpo.

— Ahora, que... Ikakumon, debemos de irnos, la policía llegará y no puedo retrasarme, tengo que ir a ver si Kazumi y Ryo están bien... – Pero antes de que se fueran, el compañero que interno que acompañaba de Joe llegó corriendo.

— ¡Doctor Kido! Lo necesitamos... los Digimons están muy violentos... no sabes que hacer – Dijo con angustia.

— Cielos... — Joe se debatió entre irse, o quedarse, pues quería asegurarse de que su familia estuviera a salvo, pero como doctor no podía ignorar su deber. — Maldición... bien, vamos enseguida, si termino rápido me iré rápido.

Sora estaba intentando, poner a salvo a su hijos, pero DarkTyranomon lanzó una flama que hizo explotar todos los autos de la entrada, lo cual asustó a los civiles presentes.

— Dios... – La mujer sabía que si peleaba, no podría garantizar la seguridad de sus hijos, pero igual estaba acorralada con la situación – ¡Bien, vamos Biyomon!

— ¡Biyomon Digivoles, aaaa... Birdramon! – Birdramon atacó volando de hacia el dinosaurio y lo embistió en el pecho, y así derribó a Dark Tyranomon.

— ¡Birdramon, no permitas que se levante! – El ave de fuego obedeció y tomando impulso, subió hasta estar en la altura correcta.

— ¡Meteoros Fugaces! – El ataque de llamas impacto de lleno en el dinosaurio y este rugió para acto seguida desaparecer.

— Bien... — Sora estaba de pie, mientras estaba ahora satisfecha de haber protegido a su hijos — Niños...

Sora se regresó de un giro y fue hacia sus pequeños los cuales abrazó con fuerza, ella ya no quería luchar de nuevo, pero si se trataba de proteger a los dos amores de su vida, lo haría sin dudar.

En la atmósfera de la Tierra, la estación espacial de Matt comenzaba a tener más y más daños, y la situación pintaba muy crítica para Matt.

— ¡Maldición!... ¡Gabumon tendremos que usar un portal! – Gritó Matt desesperado.

— ¡Matt, sin la energía suficiente no sabremos dónde vamos a aparecer, ni siquiera sabemos si apareceremos en la tierra!

— Lo se... pero si no hacemos el intento moriremos aquí... y yo, no quiero eso, tengo que ver por mis hijos y Sora... ¡Vamos!

La estación comenzaba a colapsarse, todo sacaba chispas y el metal al rededor de ellos se comenzaba a deteriorar. Matt recordaba como abrir los portales después de que Izzy y Yolei le habían enseñado, y en combinación con su entrenamiento técnico en la NASA, el rubio podía abrir un portal.

— Trataré de llevarnos a casa... ¡Bien está listo! – El portal se abrió, pero la estación convenzo a estallar.

— ¡Matt cuidado! – El Digimon se lanzó y abrazó a su compañero y ambos intentaron entrar al portal que había aparecido frente al monitor.

La estación espacial explotó, y todo quedó hecho trizas flotando en la inconmensurable oscuridad del espacio, sin señales de que Matt y Gabumon hubieran logrado escapar.

Nueva York.

Mimi había logrado salir dele edificio y había buscado refugio en un mini Mercado, mientras trataba de llamar a Tai, pero este no respondía sus llamadas, pues todo lo electrónico estaba defectuoso.

— Parece que perdimos a Parrotmon por ahora – Entonces un rayo destrozó el auto estacionado frente a la tienda.

Los cristales volaron enseguida y Mimi abrazó a Denji. La explosión había causado una onda de choque tan fuerte que había dejado aturdida a la mujer mientras sujetaba a su hijo menor.

Al levantarse no pudo encontrar a Kai, y eso la alarmó, pero entonces unas lianas de color púrpura que ella conocía quitaron los escombros de encima y vio como Palmon había logrado proteger a Kai mientras se desenvolvían entre su "Hiedra Venenosa"

— ¡Palmon, Kai! – Gritó Mimi angustiada.

— ¡Mimi! – La Digimon gritó suplicando, mientras miraba a su compañera.

Mimi sabía que significaba, Palmon quería luchar, y entonces una presión se posó en su pecho, pues estaba consciente de qué involucrarse en la batalla podría poner en peligro a los niños, y no quería eso… pero, había una parte de ella que… quería, deseaba, necesitaba pelear… y eso la asustaba, porque no entendía esa sensación tan desesperada por volver a sentir la adrenalina que sentía de adolecente… Era una adulta, era esposa, era madre… no podía ceder a eso, pero…

— ¡Mamaaa! – El gritó de Kai la sacó de sus pensamientos mientras la garra de Parrotmon se acercaba a él, entonces…

— ¡Ahora Palmoooon!

El Digivice de Mimi brilló, y Palmon saltó en dirección al oponente.

— ¡Palmon Digivoles aaaaa… Togemon!

El puñetazo con guante del Digimon cactus dio de lleno en la cara del perico gigante, y así este retrocedió ante el golpe.

— Togemon… – Susurro Kai al ver al Digimon frente a ellos.

— ¡Kai!… – Mimi llegó hasta el abrazándolo junto a su otro hijo — ¿Estas bien?

— Si mamá… – respondió aún absorto en la pelea que se desarrollaba frente a él.

— ¡Ataque de espinas! – La lluvia de espinas dio de lleno en Parrotmon el cual solo gritó de dolor mientras lanzaba otro rallo.

— ¡Tai… Ese ataque que escuche es Togemon! – Gritó el Digimon amarillo estando a un par de calles – ¡Mimi y los demás deben estar cerca!

— ¡Vamos Agumon! – Tai corrió desesperado para llegar con su familia, pero no contaba con que Devidramon había seguido sus pasó.

— ¡Tai arriba! – Advirtió Agumon.

Una flama que venía directo del Digimon dragón iba directo a Tai, y este logró esquivarla reduciéndose detrás de un auto, pero la explosión lo lanzó a volar cayendo al suelo.

— ¡Tai! – Agumon corrió hasta su amigo, y mientras Tai trataba de enfocar su vista y oído, alcanzó a divisar a su esposa e hijos bajo ataque.

¿Cuantas veces no estuvo en una situación así?, sus seres queridos en peligro, un Digimon malvado atacando, su capacidad de poder Intervenir, pero ahora ya no se trataba de solo el, debía proteger a su familia… Volver a pelear, la idea lo emocionaba… y eso estaba mal, porque era irresponsable sólo pensar en su satisfacción, pero ahora, ahora se trataba de proteger también a esposa e hijos.

— ¡Agumon! ¡ahora! – El Digivice de Tai brilló.

— ¡Agumon Warp-Digivoles aaaaaa… WarGreymon!

Wargreymon como directo a Devidramon a toda velocidad y usando sus "Dramon-Killer" terminó acabando con Devidramon.

Mientras Togemon frenaba a Parrrotmon pero este lanzó un rayo en desesperación y destruyó parte del edificio donde estaban Mimi y los niños.

Los escombros caían en dirección a ellos, pero entonces WarGreymon con la potencia de su vuelo quitó las rocas evitando el accidente.

— ¡Mimi, niños! – Tai llegó corriendo hasta ellos.

— ¡Papá! – Dijeron los niños al unísono.

— Llegaste… – Dijo con una sonrisa la castaña mientras su esposo le devolvía la sonrisa.

— Bien, ¡Wargreymon!

— ¡Togemon!

— ¡Acaben con esto ahora! – Pidieron al mismo tiempo los dos.

Entonces Togemon le dio un puñetazo en el estómago a Parrotmon, tan fuerte que este se elevó en los cielos, para que Wargreymon lo rematara con sus cuchillas y así el Digimon desapareció.

— wow… eso fue espectacular… — Kai estaba sombrado, mientras veía a sus dos padres con sus Digimons.

— ¿Están bien? – Preguntó Tai enseguida mientras tomaba el rostro de su esposa – ¿No se lastimaron? – Ahora inspeccionaba a sus hijos

— Tranquilo Tai… estamos bien… ¿Tu? – Era turno de la mujer para angustiarse por el.

— Si… pero… siento que el peligro no ah pasado…

Al mencionar eso, Tai y Mimi se miraron entre si, y una ansiedad muy incómoda los invadió, mientras que sus Digimons no involucionaban aún, como estuvieran alerta.

Mientras tanto, en París, la pelea que habían comenzado Davis y los demás no iba tan bien, ya que todo París estaba siendo destruida y poco podían hacer para poder detener la destrucción del Digimon Maligno.

— ¡No los pierdas T.K! – Exigía Kari mientras el rubio conducía su camioneta, junto con Yolei y Cody en el mismo vehículo.

Seguían por tierra la batalla que se llevaba acabo en el cielo, pero las cosas no pintaban nada bien.

— ¡Esfera de Energía!

— ¡Sol Rojo!

— ¡Positron Laser!

El triple ataque le dio al Digimon, pero tras la explosión y después disiparse el humo, este estaba intacto, como si nada le hubiera ocurrido, incluso con el poderoso ataque de Imperialdramon.

— ¡Imposible! – Davis enfureció y Ken no daba crédito a lo que veía.

— Que insectos… tan irritantes… – La voz tenebrosa del Digimon se escuchó. – Desaparezcan…

Los ojos del Digimon brillaron y entonces una ráfaga de energía que emanó de su ser volvió a lanzar lejos a los tres Digimons.

Ken y Davis se sujetaron de Imperialdramon, pero al caer al suelo junto a Silphymon y Shakkoumon estos quedaron en el suelo adoloridos.

T.K llego hasta ellos y freno enseguida, para después bajar el y los demás e ir hacia los chicos rápidamente para ver que atuvieran bien.

— ¡Davis! – Kari llegó hasta su esposo para poder cerciorase que estuviera bien.

— ¡Ken! – Al igual que Yolei.

— Es demasiado fuerte… no le hacen nada nuestros ataques… — Mencionó Cody mientras junto con T.K se aseguraran que Shakkoumon estuviera bien.

— No podemos rendirnos… no debemos dejar… que cause más daños… – Davis se levantó lentamente pero su cuerpo se había lastimado en la caída.

— Hay que detenerlo… – Ken igual se estaba incorporando

El Digimon que estaba en el cielo gruñía mientras miraba desde arriba a los elegidos y sus Digimons, y apretando sus puños con garras este preparó otro ataque.

— No tiene nada que hacer ante mi… Demon, de los Siete señores Demonio… soy ¡La ira o carnada!

La situación era crítica, la devastación en la ciudad era demasiada, Davis y compañía estaban en una situación extremadamente crítica, y el señor demonio que combatían parecía imbatible, y no sabían de qué manera lo detendrían.

.

.

.

.

N/A: Nuevo capítulo, espero les guste y que lo disfruten.