Colgarse del brazo de Lincoln era algo que hacía muy seguido, por no decir que lo hacía de manera constante, le parecía natural hacerlo y también la ponía feliz, por lo que al principio no presto mucha atención a ello. Incluso escuchó a Lincoln mencionar como es que ella no respetaba su espacio personal en varias ocasiones antes de caer en cuenta que ella de hecho lo hacía.
Pero no podía evitarlo, él le recordaba tanto a su hermana mayor, a más de una, por lo que así como hacía con ellas, simplemente acortaba la distancia y tenía contacto físico. Lily siempre fue así, y en parte era culpa de sus hermanas y padres, fueron ellos quienes le enseñaron a ser tan efusiva y tan íntima en el contacto con sus seres queridos. Pero ahí estaba el detalle, era algo que haría normalmente con cualquier miembro de su familia, pero que nunca antes había hecho con algún desconocido. Y aun si decidía no considerar a Lincoln como un desconocido, lo cierto es que él tenía razón, y ella realmente tenía pocos limites con él.
Su familia siempre fue muy unida, muy solida, por momentos Lily llegó a pensar que su familia incluso tenía algún tipo de ansiedad relacionada con la separación, pero tomando en cuenta que la mayoría de sus hermanas viven por su cuenta, así como de cierta forma ella también lo hacía ahora, realmente no podía justificar su duda ante aquella hipótesis.
Pero lo cierto es que ella estaba acostumbrada a interactuar a través de abrazos y tacto directo, cosa que si bien era cierto contradecía a su inherente desinterés por las interacciones con otras personas, no dejaba de ser parte de ella. No se mostraba interesada en iniciar una conversación, incluso con sus hermanas o padres, pero si era con ellos era fácil pasar el rato hablando de lo que ellos quisieran mientras los sujetaba en abrazos y caricias. Pero aquello era algo que Lily reservaba exclusivamente para su familia, y no lo había cuestionado ni tampoco le dio importancia hasta que después de varias repeticiones, las palabras de Lincoln resonaron en su cabeza al fin.
Él es un hombre adulto al que hace muy poco conoce, pero que casi de inmediato le causó la confianza y también la necesidad de expresarle sus sentimientos a través de aquel contacto físico. Así lo hacía con sus hermanas y sus padres, y por alguna razón, también le gustaba hacerlo con Lincoln. Aquel hombre tan amable y educado que siempre estaba preocupándose por ella y que también tenía esa curiosa forma de actuar, donde de forma directa y algo tosca le decía lo inapropiado que era de su parte ser tan física con un desconocido, pero al mismo tiempo le permitía en todo momento continuar con aquel comportamiento.
Es como si Lincoln le estuviera avisando que aquello era algo malo y no debía hacerlo con cualquiera, pero ella ya sabía eso, es algo que le enseñaron desde muy pequeña. ¿Es que acaso Lincoln la veía como a una niña pequeña? Esperaba que no, sería increíblemente malo que fuera así. Como mujer, le parecía que sería humillante que Lincoln la viera como una niña pequeña, obviando los encantos femeninos que había heredado de su madre. Aunque eso era algo que debía enfrentar todos los días.
Su estatura, sus rasgos faciales y expresiones, la forma en que le gusta vestir, sus ademanes e incluso su comportamiento, debía admitir que todo eso podía dar esa falsa sensación de que ella era mucho más joven de lo que en realidad era. Después de todo recordaba haberse enfrentado a cierta discriminación y a veces también a molestias por culpa de ello. ¿No debería estar ya acostumbrada a eso? No, no debería, pero eso daba igual, una pregunta más importante surgió en su mente: "¿Es reamente malo que él me vea como a una niña?".
Esa fue una pregunta retorica que se hizo a sí misma, y la cual ella misma entendía que no debía interpretarse de manera literal. Al mencionarse la palabra niña, no lo decía con referencia a su sexo, o a su edad, así como tampoco a su apariencia, era algo diferente, se refería a aquello como una relación y no como un estado. Cuando tenían solo cuatro días de conocerse, en medio de una conversación Lily hizo presente un tema que a Lincoln pareció no serle muy cómodo, su familia. Era alguien necia, y a veces también alguien inescrupulosa al momento de investigar, influenciada por el comportamiento que su hermana mayor solía tener, por eso con el tiempo llegó a tener algo más de información, solo la necesaria, Lincoln tuvo hermanos pequeños, varios de ellos, y por lo que él comentó, al menos una de ellas era una niña.
Cuando Lincoln llegaba a mencionar aquel escabroso tema, era esa la forma en que mencionaba a la pequeña, le decía una niña, nunca fue claro con ello, así que no tenía idea de si era mayor o menor, si seguía con vida o no, o cual era su edad aproximada, solo hablaba de ella como una niña, pero lo hacía con mucho cariño, incluso más que con remordimiento o tristeza. Aunque había temas por resolver al respecto, Lily sabía como mínimo que esa niña era alguien muy amada por Lincoln y que seguramente seguía extrañándola. Entonces, si Lincoln la veía como una niña, ¿podía asumir que la comparaba con esa niña?
Sabía que pensar en eso la hacía ver como alguien descarada, pero en verdad la idea la hacía sentirse feliz. ¿Lincoln la veía como alguien así de cercana y querida? ¿Lincoln la tenía en tan alta estima? Si ese fuera el caso, no podría tener ninguna queja al respecto, de hecho sentía que sería el escenario ideal, después de todo para Lily, tanto por la forma en cómo él le recordaba a sus hermanas mayores, como por la forma en que él la trataba, le hacían pensar en Lincoln como un hermano mayor. Era emocionante, pues ella jamás pensó en tener un hermano mayor, tenía ya muchas hermanas que cumplían con un rol perfecto y amoroso, no podía quejarse de ello.
Pero tampoco había nada malo si consideraba a Lincoln como un hermano mayor, ¿cierto? No pensaba obligarlo a cumplir ese papel, ella solo esperaba que él siguiera siendo igual de cuidadoso y atento con ella, quería recibir ese afecto, así como también sus regaños y reprimendas por las cosas que él consideraba malas en su actuar y en su decir. Así como sus hermanas siempre estaban recordándole la forma correcta de actuar o regañándole por no hacer las cosas de la forma correcta, Lincoln lo hacía, usando el mismo tipo de preocupación y cariño que ellas.
No había duda, Lily estaba segura de que eso era lo que sentía por Lincoln, un lazo fraternal con él, de la misma forma que él con ella. Puede ser que Lincoln solo proyecte en Lily sus sentimientos por aquella niña pequeña que Lincoln perdió hace tiempo, pero no importaba, aun si era cubriendo aquel hueco en el corazón de Lincoln, Lily estaba dispuesta a hacerlo. Quería permanecer junto a Lincoln y conservar todas aquellas agradables sensaciones que le producían estar junto a él, seguir pensando en aquellos bonitos sentimientos que él le provocaba al momento de sonreír o de reñirle por no hacer las cosas correctamente, tener aquel tren de pensamiento tan fantasioso que la atropellaba cada vez que lo recordaba, estando en soledad.
Lily en verdad quería que fuera así, trataba de convencerse de ello, buscaba justificaciones y excusas, trataba de ser racional ante todo eso que sentía, pues de no serlo el miedo la invadía con ultranza, pues la única otra razón para sentirse así por todo lo que Lincoln era y representaba para ella, era… que gustara de él.
