¡TRADUCCIÓN!
- NOTAS DE LA AUTORA -
*Advertencias*
Ninguna.
*Derechos de autor*
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
¡Apartamento Vacío!
Capítulo 3. Salvando el GPA y Salidas rápidas
...
Ferb entró en la sala de estudio y se sintió aliviado al ver que no conocía a nadie. Rápidamente se sentó en el fondo de la habitación, evitando todo contacto visual. El profesor que llevaba unas gafas, lo miró pero no se molestó en decirle nada. Simplemente asintió con la cabeza a Ferb y borró su nombre de la lista de asistencia.
Ferb se recostó en su asiento y cerró los ojos. Su fin de semana había sido agotador, y este día no había sido mejor. Había hablado con demasiada gente, especialmente por el hecho de que no se había acostado con nadie.
Rodó los hombros. Podría fumar un cigarro y quizás tomar una cerveza. Había pasado todo el fin de semana sin ninguna por el propio bienestar mental de su padre. No es como si su padre no supiera que él bebía, se sentaban a tomar una cerveza y veían un partido de fútbol con bastante regularidad; solo que intentaba no hacer lo mismo delante de él a menos que se lo ofreciera.
No era el hijo perfecto, eso lo sabía. Estaba muy lejos de serlo, pero todavía se preocupaba por su padre. Nunca hizo nada delante de él. Su habitación olía a cigarrillo, y su progenitor lo sabía pero nunca había fumado delante de él. Fue lo mismo con sus aventuras sexuales. Su padre lo sabía, pero nunca trajo a nadie a casa mientras él estuviera allí.
Los malos hábitos de Ferb, se mantenían a puerta cerrada y jamás eran mencionados. Sabía que era muy difícil para su padre tener que fingir que no pasaba nada y tragarse muchas palabras ante los hechos, pero hacía las cosas más sencillas. Independientemente de lo que Lawrence dijera o hiciera, Ferb continuaría con dichas actividades. La única diferencia es que ambos estarían molestos. Sin duda, fingir era la mejor opción.
Abrió los ojos y suspiró. Podría terminar la tarea de francés mientras tuviera tiempo libre. Sacó el libro francés, un cuaderno y comenzó a escribir. La tarea solo era completar unas oraciones y no le tomó mucho tiempo terminarla. Una vez acabada, miro el reloj en la pared.
No tenía ningún otro trabajo que necesitará hacer, así que sacó su copia de "Catcher of the Rye". Prácticamente había memorizado el libro así que no le presto tanta atención al contenido, estaba centrado más en sus propios pensamientos. Los sucesos del viernes por la noche, habían sido extraños. Todavía no entendía porque no se había acostado con Phineas o porque no lo echó del departamento.
Un enigma.
Por más que lo que lo pensara, no tenía lógica. Nunca había mostrado mucha simpatía por las personas con las que se acostaba; en realidad, había pasado mucho tiempo desde que lo había sido, era culpa de ellos por querer estar con un tipo como él. Phineas sabía que Ferb solo quería sexo casual. Entonces, ¿por qué el joven británico le había dado más que eso?
¿Una película y un te? ¿En serio?
Esa noche bebió más de la cuenta. Sí, debió ser eso.
Sacudió la cabeza y miró el reloj. Se sorprendió al ver cuánto tiempo había pasado. Había estado pensando durante más tiempo de lo que parecía, pero ya era algo normal. Era el tipo de persona que se la pasaba todo el tiempo pensando.
Un segundo después sonó el timbre y Ferb se levantó para irse. Iba a ser un largo día. Salió de la habitación y se dirigió a su clase de economía doméstica. La clase no era tan importante, pero Ferb era un bueno cocinando y esperaba algo que lo ocupara. Había materias difíciles, pero cuando eras tan inteligente como Ferb, solo pensaba en lo que requería un poco más de esfuerzo. No necesitaba prestar atención a la clase de francés porque ya conocía la información, pero incluso si sabía cómo hacer un pavo todavía tenía que prepararlo. Solo tenía que mantener las manos ocupadas. Ferb era un hombre práctico.
Al ingresar al aula, se vio de inmediato rodeado por áreas de cocina. Las paredes eran rojas y todos los electrodomésticos parecían recién renovados con un aspecto de desuso y de acero inoxidable. Tenía que admitirlo, el aula tenía calidad.
Lo segundo que notó fue que Buford y Baljeet estaban parados en una de las áreas más alejadas de la cocina discutiendo sobre algo. Caminó silenciosamente hacia el escritorio, estaba sentado un hombre de cabellera rubia, teniendo mucho cuidado de no alertar a los dos únicos adolescentes que conocía de la clase.
- Hola. — dijo alertando al maestro de su presencia.
- Hola. — el rubio saludó con voz entusiasta.
- Um, me llamo Ferb, soy un estudiante nuevo. — Ferb, explico.
- Oh, está bien, lo siento. — respondió el hombre riéndose y extendiendo la mano para estrecharla. — Soy el Sr. Anderson. Puedo ser un poco espacioso. — el hombre explicó con su voz profunda y sus ojos eran de un azul muy profundo.
- Ya veo. — Ferb dijo con una leve sonrisa.
- Entonces, ¿Sabes cocinar o eres uno de los chicos que están aquí para tratar de conseguir chicas? — el hombre preguntó con humor en su tono.
- Solo vengo a cocinar. — Ferb respondió con honestidad.
- Es bueno saberlo, los que no saben cocinar terminan haciendo el ridículo. — dijo el hombre con una sonrisa comprensiva mientras miraba alrededor de algunas de las estaciones de cocina. — Además, veo a un par de idiotas que podrían necesitar ayuda. — asumió que este hombre no filtraba nada de lo que decía.
- Bien. — Ferb dijo encogiéndose de hombros.
- Justo aquí. — el Sr. Anderson dijo al llevar a Ferb a una de las áreas de cocina. Se dio cuenta bastante rápido de que era en la que estaban Buford y Baljeet.
- No, Buford, ¡Tienes que medir el azúcar! — Baljeet le gritó al chico más musculoso.
- ¿Por qué no podemos simplemente echar un poco? Será más que suficiente. — Buford preguntó alzando sus manos en el aire.
- Porque quiero una "A"...
- ¿Cómo les va, muchachos? — el hombre de ojos azules preguntó, interrumpiendo la discusión de los chicos.
- Oh, uh, bien, Sr. Anderson. — Baljeet contesto chirriando los dientes.
- Claro, ¿Ya conocían a Ferb? — preguntó el profesor, recibiendo asentamientos de cada chico. — Bien, porque lo voy a poner en su grupo de cocina. Tal vez llegó justo a tiempo para salvar tu GPA de 4.0, Baljeet. — el hombre palmeo su hombro, antes de alejarse y dejar a Ferb con los dos chicos.
- ¡No necesito salvar nada! ¡Soy un excelente cocinero! — el chico hindu gritó mientras agitaba el puño al maestro. El Sr. Anderson solo rio.
- No te preocupes, Jeet, él solo está de mal humor. — dijo Buford rodando los ojos.
- Gracias a ti. — Baljeet murmuró mientras cruzaba los brazos.
Ferb ya podía decir que la clase iba a ser un dolor en el culo.
- Esto sería fácil si Buford me dejara encargarme de todo. — Baljeet dijo aún con los brazos cruzados.
- A veces hay que colorear fuera de las líneas, Jeet. — Buford dijo mientras rodaba los ojos.
- ¡Estamos cocinando, no coloreando! ¡Y no debes colorear fuera de las líneas cuando hay imágenes! ¡Las líneas están ahí para decirte dónde colorear! — Baljeet gritó.
Ferb ya estaba teniendo dolor de cabeza, y los demás compañeros de la clase empezaban a mirar con furia a la pareja que discutía.
- ¿Qué se supone que estamos haciendo? — preguntó Ferb, ignorando la creciente necesidad de salir de la clase para encontrar un lugar para fumar.
- Se supone que estamos haciendo una tarta de terciopelo rojo, pero Buford no me deja trabajar. — Baljeet gritó, sin siquiera mirar a Ferb con toda su ira.
- Oh, ¿así que ahora todo es culpa de Buford?
La discusión siguió sin parar. Ferb puso los ojos en blanco. No tenía intención de esperar a que sus compañeros resolvieran sus diferencias para poder comenzar.
Ferb había hecho muchos pasteles en su vida. Solía ser él que horneaba las cosas para los cumpleaños, principalmente porque los recordaba y su padre siempre estaba trabajando.
Miró la receta del pastel por un momento mientras sus compañeros peleaban antes de agarrar un tazón limpio par preparar un nuevo pastel, ignorando el que Buford y Baljeet habían comenzado.
Fue rápido por los ingredientes y en un segundo ya tenía todo en una sartén listo para cocinar. Lo metió en el horno y puso el temporizador. Luego se puso a trabajar en la formación de hielo, sorprendido de que sus compañeros todavía siguieran peleando. No podía creer que fueran amigos.
Una vez que se mezcló la formación de hielo, lo puso en uno de los tres frigoríficos que tenía el aula, antes de regresar a la cocina. Se sentó en el mostrador y esperó a que se apagara el temporizador de la tarta.
El temporizador de la tarta tardó en activarse, probablemente 20 minutos desde que la clase había empezado, tal vez más. El ding hizo que ambos muchachos dejaran de pelear y se dieran vuelta a tiempo para ver a Ferb sacando la tarta del horno.
Lo puso en el mostrador y, mientras los dos chicos lo miraban, caminó hacia la nevera para obtener la crema batida color guinda. La agarró y caminó hacia sus compañeros.
- Esto se ve increíble, Ferb. — el chico hindu felicitó.
Ferb no dijo nada y en cambio le entregó a Baljeet la crema. — Decóralo. — luego volteo hacia Buford y le entregó una fibra. — Lava los platos.
Buford no parecía contento de que le dijeran qué hacer, pero de todos modos comenzó a lavar los tazones y cucharas que Baljeet no estaba usando, ya que este mismo no se quejaba del pastel.
Mientras recarga ambos brazos sobre el mostrador, se alivio del silencio que se había formado. Por el rabillo del ojo captó la mirada del profesor. El Sr. Anderson miró a Buford, antes darle un pulgar hacia arriba. Ferb solo suspiró aliviado de que al hombre no le importara que él hubiera hecho todo el pastel.
Con toda honestidad a Ferb no le importó hacer todo el trabajo. Quería mantenerse ocupado y lo del pastel le sirvió. Además, él no quería trabajar con nadie de todos modos. Era solitario y probablemente el mejor cocinando de la clase.
Una vez que Baljeet terminó de decorar el pastel y Buford terminó de lavar los platos, ambos se pusieron de pie junto al adolescente británico.
- Debo admitir que dividir los trabajos funcionó bien. — Baljeet dijo frotándose el cuello.
- Bien hecho, polo de frijol. — Buford dijo como si el cumplido lo matara. Ferb pensó brevemente que Buford y su profesora de inglés, la Sra. Clearwater, podrían llevarse bien.
- Me disculpo por haber estado tanto tiempo peleando. Estoy acostumbrado a hacer todo el trabajo por mí mismo. Normalmente no confío en los demás con mis calificaciones. — Baljeet admitió, tímido.
- Sí, no es broma. — Buford estuvo de acuerdo. Baljeet puso los ojos en blanco. Ferb permaneció inexpresivo. Realmente no quería pasar otro segundo más con estos dos chicos.
Por suerte, el Sr. Anderson vino un segundo después.
- Hola chicos, ¿cómo les fue? — preguntó el hombre rubio.
- Bastante bien a pesar de todo. — Buford respondió por todo su equipo.
- Bueno, eso suena súper prometedor. — el señor Anderson dijo, sarcástico. — Déjenme probar esto. Al menos parece comestible esta vez.
Buford y Baljeet se sonrojaron ante el comentario, gesto notado inmediato por Ferb.
- ¡Oh wow! — el hombre de ojos azules gritó con la boca medio llena de pastel. — Miren esto. — dijo señalando el pastel. — Es un buen pastel. Chicos, tienen una "A". — el hombre dijo antes de agarrar un pedazo más de pastel.
-¡Sí! — Baljeet aplaudió mientras alzaba su puño.
Buford se acercó y probó el pastel. — ¡Hombre! ¡El Sr. Anderson no estaba bromeando! Este pastel es bastante bueno. — dijo antes de tomar otro bocado. — Oye, ¡Come algo de esto Jeet! — él demandó.
- Es solo pastel. — el chico más pequeño fue interrumpido por Buford empujando pastel en su boca. — Bufor… ¡Oh! Esto esta tan bueno. — Baljeet terminó, y toda la ira hacia Buford se fue.
- Te lo dije. — el chico más grande dijo con una sonrisa.
- ¿Dónde aprendiste a cocinar así? — preguntó Baljeet, volteando hacia Ferb.
- En ningún lugar en particular. — Ferb respondió.
- Sí, está bien, no compartas el secreto. — Buford declaró con amargura.
- Deja de ser grosero Buford. — ordenó Baljeet con calma, y, para sorpresa de Ferb, lo hizo. — De todos modos, vamos a ir almorzar, puedes seguirnos. Serás bienvenido a nuestra mesa. — Baljeet dijo con una sonrisa amistosa.
Ferb quiso declinar y preguntar dónde podría ir a fumar, pero la campana sonó antes de que pudiera hacerlo.
- Vamos polo de frijol. — Buford dijo mientras hacía un gesto de que lo siguiera y, como Ferb no tenía muchas opciones hacia donde ir, lo siguió.
Una vez que llegaron a la cafetería, Ferb se tomó un tiempo para mirar alrededor. Un caimán gigante fue pintado en la pared, el tema era verde y negro que decoraba todo el lugar. Sentía que estaba en Hogwarts y que acababa de ser seleccionado en Slytherin. Se preguntó si la escuela estaría dispuesta a cambiar su mascota a una serpiente.
Siguió a Buford y Baljeet a la fila del almuerzo, porque a pesar de su deseo de fumar, estaba hambriento. Ferb a menudo se preguntaba cuanto comería si no fumaba. Imaginó que solo comería él y su padre fuera de casa y, en casa.
En la fila, Ferb tomó una lata de coca cola y el recipiente de albóndigas más grande que pudo encontrar. Planeaba comer rápido y, si era necesario, fumar en un baño.
Pagó su almuerzo después de Buford y lo siguió hasta su mesa solo porque Baljeet estaba detrás de él.
Se sentó en la mesa solo para ver los rostros de Isabella y Phineas. Phineas se quedó en blanco mientras que Isabella parecía feliz de verlo de nuevo.
- ¡Hola chicos! ¿Cómo ha estado su día hasta ahora? — La niña preguntó, amable.
- Hizo que tuviéramos una "A" en clase de cocina y hace un pastel increíble. — dijo Buford antes de darle un mordisco a su hamburguesa.
- ¿De verdad? — preguntó Isabella sorprendida. Ferb no se consideraba que era un "gran panadero".
Phineas, por otro lado, casi sale leche por la nariz gracias a una carcajada.
- ¿Estás bien, Phineas? — preguntó Isabella. Phineas trató de pasar su risa como una tos.
- Sí, estoy bien. Tenía cosquillas en la garganta. — Phineas dijo evitando mirar a Ferb.
- De todos modos, Ferb realmente hizo un buen pastel. El Sr. Anderson ni siquiera dijo nada malo al respecto. — Baljeet dijo mientras continuaba con la discusión sobre la cocción de Ferb.
- Oh, es que no pareces como si cocinaras. — Isabella admitió honesta a Ferb.
- Soy un hombre de muchos oficios. — Ferb dijo mientras comía su porción de alimentos. La comida le hacía pensar un poco menos en el paquete de cigarrillos en su bolsillo, pero no se había olvidado por completo de ellos.
- Bueno, eso está bien. Tal vez tu puedas salvar el GPA de Baljeet. — Isabella se lo dijo más a Baljeet que a Ferb. Ella se estaba burlando del hindu.
- Habría obtenido una "A" por mi cuenta. — dijo cruzándose de brazos.
- Está bien aceptar ayuda a veces, Baljeet. — dijo Phineas con una sonrisa. Estaba siendo genuino.
- No todos necesitan ayuda, Phineas. Lo sabes mejor que nadie. — Baljeet replicó, haciendo que Phineas se riera y se frotara el hombro.
- A veces necesito ayuda Jeet. — el pelirrojo dijo con un rubor. El joven británico pensó que estar presente no ayudaba a esta conversación.
- Nombra una vez en la que hayas necesitado ayuda, Dinner Bell. — dijo Buford de una manera escandalosa.
- Solo porque no tenga muchos problemas, no signifique que no necesite ayuda. — Phineas discutió.
Isabella se echó a reír. — En lo personal, estoy de acuerdo con ellos. Eres perfecto para mí, Phineas Flynn. — dijo la azabache antes de besarle la mejilla. Phineas se rasco el hombro.
- Gracias Izzie. — dijo con una sonrisa, pero parecía no disfrutar mucho del comentario. Ella pareció darse cuenta de eso y frunció el ceño.
- ¿Estás bien? — preguntó preocupada.
- ¡Sí! Solo me distraje un poco. — pronunció regresando a su estado feliz. Lo que espeluznante del asunto, es que era convincente.
Ferb supuso que Phineas podía cambiar de emociones además de tímidas y confiadas.
- En ese caso… vuelve conmigo, amor. — dijo Isabella asomando ligeramente la nariz.
Phineas se echó a reír. — Siempre.
- Agg, no empiecen con sus cursilerias. — Buford rogó.
- Oh, Buford, una vez que comiences a salir con alguien, entenderás lo bonito de decir cursilerías. — Isabella dijo, alejándose un poco de su novio.
- Lo único que me causa es vómito. — el chico robusto discutió poniendo los ojos en blanco.
- Como si alguna chica quisiera salir contigo de todos modos. — dijo el chico hindú, con un tono malhumorado.
- Al menos yo puedo elegir con quien estar. — Buford respondió en el mismo tono.
- ¿Cuántas veces debo decirte…?
- ¡Chicos! — Phineas grito, deteniendo la respuesta de Baljeet a la mitad. — No empiecen de nuevo. — Buford y Baljeet no dijeron nada, pero tampoco estaban de acuerdo de que los interrumpiera. Era fácil de decir que era una pelea que se había tenido más de una vez.
- Bueno. — Isabella interrumpió, pensando cambiar de tema. — ¿Qué clase tienes a continuación, Ferb?
- Física. — respondió, levantando la vista de su comida.
- Ahh, es una pena que ninguno de nosotros esté en esa materia. Baljeet y Phineas la tomaron el año pasado. — Isabella le dijo.
- Me las arreglaré. — dijo antes de tomar el último bocado de su comida. — ¿Hay algún lugar donde se pueda escabullir?
- ¿Por qué? — preguntó Isabella con una ceja levantada.
- Necesito un marica. — dijo Ferb de manera simple. Los chicos de la mesa miraron a Ferb, extrañados. El tono de la piel de Phineas se volvió blanca, pero después un gesto de compresión cruzó por su rostro.
- Él quiere fumar. — Phineas interpretó mientras el color de su cara volvía a la normalidad.
- Entonces, ¿Por qué dijo que necesitaba un marica? — Buford preguntó con un tono sarcástico.
- Así se llaman los cigarros en Inglaterra. — Phineas explicó.
- Entonces, ¿Hay algún sitio? — Ferb preguntó con impaciencia.
- ¿Tu fumas? — preguntó Baljeet.
Con simpleza, Ferb abrió su chaqueta donde se podía ver un paquete de cigarrillos en un bolsillo interior.
Nadie dijo nada de inmediato. Baljeet e Isabella parecían querer darle una conferencia sobre los efectos de fumar, mientras que Buford lo miraba con indiferencia, mirando solo su bandeja.
- Si vas al gimnasio, puedes salir por la puerta al lado del vestuario de los chicos. No habrá nadie allí, pero debes mantener la puerta trabada. — dijo Phineas ya que el silencio se estaba volviendo insoportable para el pelirrojo.
Ferb asintió antes de levantarse con su bandeja. Tiró su basura y fue a buscar el gimnasio. No podía esperar a sentir el humo fresco en sus pulmones.
- NOTAS DE LA AUTORA -
Después de una larga espera, aquí está la actualización del Capítulo 3.
¿Saben? Nunca creí que traducir un escrito sería tan difícil, cuesta trabajo encontrar las palabras adecuadas para que se entienda y además comprender algunas que no conozco en ingles. Sumado a que a penas empecé a trabajar y termino algo cansada.
Pero, en fin, espero que lo disfruten y lamento la demora. Se los traje con mucho esfuerzo y amor.
Besos y abrazos. Comentarios y sugerencias son bienvenidas.
Hasta la próxima.
¡LolitaMick14 fuera, paz!
