¡TRADUCCIÓN!
- NOTAS DE LA AUTORA -
*Advertencias*
Un poco de fricción sexual y poco lenguaje "sucio".
*Derechos de autor*
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
¡Apartamento Vacío!
Capítulo 5. Una noche accidental
...
Al salir, puede inhalar el aire frío de febrero. Estar al fin fuera de la escuela le ponia feliz por el motivo de que a Ferb le molestaba estar cerca de tantas personas. Si tuviera la oportunidad de no salir un día entero, sería muy feliz.
Bajó los escalones de la escuela y comenzó a caminar por la acera. No iba a mentir, Danville era más bonito que Winsplain.
No había caminado muy lejos cuando de repente escuchó el sonido de pasos detrás de él. No se dio la vuelta. No es como si fuera el único que podría vivir en esta misma dirección. Unos pasos más y el pelirrojo ya estaba a su lado. Ambos permanecieron en silencio.
Uno bastante incómodo, no hasta que Phineas aspira hondo y comenzará hablar.
– Lo siento. — dijo en voz baja.
– ¿Por? — Ferb se preguntó si se estaba disculpando por la otra noche o por presentarle a su grupo de amigos.
Phineas se rascó el hombro antes de suspirar. — Por presentarte a Isabella y por la otra noche, pero sobre todo por presentartela. Sé que es tonto. Entré en pánico.
El mayor levantó una ceja.
¿Pánico por presentar al tipo que lo follo, a su novia?
Tiene mucho sentido.
– No soy bueno bajo presión. — el pelirrojo habla como si estuviera leyendo la mente del de cabellera verde.
– Es obvio que no. La próxima vez que entres en pánico te recomiendo imaginar los primeros cinco acordes de guitarra de una canción antes de hacer algo. — el británico lo dijo sin pensar. No estaba acostumbrado a mantener una conversación.
– ¿Tocas la guitarra? — pregunta Phineas, animándose un poco.
– Entre otras cosas. — Ferb dijo encogiéndose de hombros.
– Apuesto a que se tocar más instrumentos. — sonaba a un desafío, y Ferb en respuesta puso los ojos en blanco.
– Lo dudo. — pronunció mientras caminaban por la acera, pasando algunas casas en el camino.
– Guitarra, bajo, trompeta, batería, gaita, violín, piano; la lista continúa. — el tono del pelirrojo era altivo.
– Si es lo único que puedes nombrar, entonces te superó con creces. — Ferb respondió con facilidad.
– Apuesto. — Phineas dijo rodando levemente los ojos.
– Entonces, toquemos juntos. — Los ojos de Ferb se abrieron tan pronto como lo dijo. No debería haberlo dicho y, sin embargo, las palabras habían salido de su boca. No era su culpa. Durante su vida había practicado como mantener una conversación con alguien; pero jamás pudo manejarlo, era su punto débil. Cuando era niño se equivocaba con regularidad al hablar; dado que con frecuencia lo dejaban solo haciendo que no pudiera entablar una conversación normal con las demás personas. A menos de que tuviera la intención de ser grosero y distante, es ahí cuando todo fluía con facilidad. Para su mala suerte bajó la guardia al salir del colegio. Como si su conciencia estuviera en piloto automático y no dejara pensar correctamente.
– Uh, eso sería increíble. — dijo Phineas frotándose el cuello.
Ferb ya no podía echarse para atrás sin parecer un idiota, le daría directo en el orgullo. Se tomó un segundo para pensarlo. Solo serían ellos tocando la guitarra por un rato, y podría estar seguro de que el pelirrojo no se quedaría tanto tiempo. Además de que el más bajo parecía compartir la idea de no ser más que compañeros de clase.
Segundos más tarde, el peliverde se detuvo y el chico más bajo le imito.
– Llegamos. — pronunció el peliverde y el pelirrojo asintió en respuesta.
Ferb caminó hacia la puerta principal con Phineas siguiéndole el paso. Levanta la cabeza para observar la casa que estaba pintada de azul claro y el techo era de un negro intenso. El garaje y el camino a la entrada eran grandes, lo cual compensaba el hecho de que el patio no lo era.
Los dos muchachos entraron en la casa. Al llegar a la sala de estar, el padre de Ferb estaba sentado en un sofá amarillo.
– Hola… Ferb. — Lawrence saludo algo confundido. Sus ojos fueron directo a Phineas.
El pelirrojo aparta la vista, avergonzado. Tuvo la idea fugaz de que el padre del chico británico sabía sobre sus aventuras sexuales y no tardaría en insinuarlo.
Eso le hizo sentir incómodo.
– Hola padre. — saludo con otro gesto.
– En media hora me voy a trabajar, ¿Puedes…? — preguntó el padre de Ferb, que ya no podía seguir mirando a Phineas. En el ambiente se notaba la incomodidad de ambos individuos.
– Si, no te preocupes; cambiaré el aceite del auto antes de que te vayas. — Ferb reconoció la expresión de la cara de su padre. Debió asumir que había traído a Phineas a casa para poder coger. No podía culparlo. Tenía toda la intención de traer a una persona o cuatro a la casa durante el fin de semana.
– Oh, está bien. — Lawrence dijo con voz nerviosa. Luego entró a la cocina con la confusión evidente en el rostro.
Ferb arrojó la mochila cerca de la puerta y arrojó su abrigo sobre el perchero antes de quitarse las botas de color negro. Phineas siguió su ejemplo, recostó su mochila y su abrigo en los lugares correctos, antes de quitarse las zapatillas de tenis Nike de color naranja.
El británico comenzó a caminar por la casa con Phineas siguiéndolo a una distancia respetable.
– Tengo que cambiar el aceite del auto de papá antes que nada. — anunció.
– De acuerdo. — respondió el pelirrojo.
Llegaron a la puerta que conectaba la casa con el garaje y entraron. La camioneta roja de Lawrence se encontraba en el lado derecho de este. Tenía grandes bloques de cemento enfrente, se podía sentir el calor desde el lugar donde se cambiaba el aceite.
Se quita la camisa y toma asiento en el banco de trabajo antes de agarrar una llave. Vuelve a mirar a Phineas.
– ¿Sabes cómo cambiar el aceite? — preguntó.
– En teoría. Nunca tuve que cambiarlo. Mi mamá lleva nuestro automóvil al taller para eso.
– ¿Quieres un tutorial?
– Por supuesto. — respondió, un poco entusiasta.
– Ven. — le dijo.
El pelirrojo se quita la camisa y camina hasta donde esta Ferb. El peliverde se tumba de espaldas y se desliza debajo del coche. Phineas le imita de inmediato.
– Primero debes encontrar el tapón de drenaje de aceite. — comenzó a explicar al más bajo.
– Entiendo, y esa es la tuerca, ¿Cierto? — pregunto el pelirrojo señalando la tuerca más cercana al tapón.
– Correcto. —dijo asintiendo. — Ahora debes aflojar. — dijo el británico usando la llave de tubo para aflojarlo.
Una vez que Ferb desajusto la tuerca, usó los dedos para terminar de girarla.
– Necesitaremos una bandeja de drenaje. — dijo antes de salir de debajo del auto y agarrar la bandeja del banco de trabajo, junto con el aceite y una llave para filtros de aceite. Luego volvió a deslizarse debajo del auto.
– Ahora voy a sacar el filtro de aceite, ten cuidado con los ojos, suele rociar. — advirtió Ferb. Phineas asintió en comprensión.
Al momento de extraer la tapa, un poco de aceite rocío al peliverde y luego empezó a drenar hasta que cayera en la bandeja.
Dejó el recipiente y se secó la cara con el brazo. Agarró la llave de tubo, la sacó y la reemplazó con la llave del filtro de aceite. Luego deslizó la llave sobre el filtro de aceite y le giro. Se soltó sin problema. Lo giró un poco más antes de abandonar la llave y usar la mano para terminar de aflojar.
– Asegúrate de nunca ponerte esto cerca del rostro. Está caliente. — mencionó al pelirrojo que solo le observaba atento.
El mayor retiró el filtro de aceite y vertió el contenido en la bandeja de drenaje. Junto con la bandeja, salió debajo del auto y le indicó a Phineas que hiciera lo mismo.
Ferb abre el capó del automóvil y retira el tapón de llenado de aceite, dejándolo en la parte superior del auto.
Se inclinó y metió el dedo en la bandeja de drenaje. Con el mismo dedo cubrió la goma en la parte inferior del filtro antes de dejarlo a un lado. Luego agarró un trapo del banco de trabajo y limpió el lugar donde estaría el nuevo filtro de aceite. Ferb enroscó con facilidad el filtro. Lo apretó con la mano, haciendo un poco de esfuerzo para hacerlo.
Volvió a colocar el tapón de drenaje en el orificio y lo apretó hasta quedar justo. Agarró un embudo del banco de trabajo y lo colocó en el orificio de llenado de aceite y le indicó a Phineas que le entregara este mismo. Phineas siguió cada indicación sin problema, incluso le abrió la jarra.
Vertió el aceite en el automóvil. Una vez que todo el aceite entro, verificó que el nivel con la varilla medidora. Cuando todo estaba acabado, limpio el aceite restante. A menudo Ferb suele dejar colgado a los demás cuando trabaja en el auto.
– Y eso es todo. — anunció a Phineas que el trabajo había terminado.
– Gracias por enseñarme. — respondió antes de levantar la bandeja de drenaje y mirar a Ferb preguntándose qué hacer con ella.
– Viértelo en la jarra contra la pared. — le dijo, señalando la jarra antes de pasarle el embudo a Phineas. Luego encendió el auto y caminó alrededor buscando fugas. Terminó de vaciar lo que estaba en la bandeja, recogió el trapo desechado por Ferb y comenzó a limpiar las herramientas.
Cuando Phineas terminó de limpiar y dejar todo en orden, el peliverde ya estaba más que seguro que no había fugas.
El joven británico apagó el auto y caminó hacia el frente para cerrar el capó. El pelirrojo se acercó justo cuando lo estaba cerrando.
– Deberías... limpiar ese aceite. — aconsejo, señalando la cara y el pecho contrario que estaba embarrado de aceite.
El británico le quitó el trapo y comenzó a limpiarse la cara. Al llegar al pecho fue cuando notó que Phineas le observaba.
Las iris estaban ya casi oscuras mientras veía a Ferb moverse. Los músculos del pecho estaban muy definidos y sus abdominales parecían llamar al pelirrojo. Estaban más cerca de lo que deberían haber estado.
Ferb había visto a Phineas sin la camisa puesta, como había visto a muchos otros. Era rápido y ágil. Parecía que se mantenía en forma. Si dejaba a la imaginación, estaba seguro que practicaba el fútbol.
Ferb ama el fútbol.
Antes de que el británico pudiera hacer algo, Phineas había jalado a Ferb contra su propio cuerpo, y como reacción fue empujado contra el capó del automóvil.
Los dientes de ambos se juntaron bruscamente cuando sus bocas chocaron. Sus lenguas no esperaban el permiso para entrar en la boca del otro . El beso era entre áspero y abrasador. Phineas tenía las manos clavadas en el cuello y el cuero cabelludo del peliverde, mientras que el contrario sostenía el hombro derecho de Phineas con una y con la otra apretaba firme el trasero del chico más bajo.
Ambas pelvis se frotaron con fuerza, como si trataran de acercarse. Ferb empujó a Phineas más arriba en el auto, deseando nada más que quitarle el pantalón y follárselo en ese preciso instante.
Los gemidos de Phineas se oían suaves, pero cuando Ferb mordió su hombro, fue ahí donde rogó tirando de la cabeza del de pelo verde más hacia adelante. — Joder, más fuerte.
Por instinto, Ferb movió las manos hacia los jeans que Phineas estaba usando para poder quitarselo, necesitaba follarlo. Fue un día demasiado largo, y lo único que le apetecía era un buen polvo.
En el momento de querer desabrochar los jeans rojos, al segundo, el padre del peliverde abre la puerta del garaje.
Ferb se apartó al mismo tiempo que Phineas lo empujó hacia atrás.
– Tengo que ir a trabajar. — dijo Lawrence con torpeza.
– Sí. Moveré los bloques. — dijo el más alto mientras evitaba mirar a su padre a los ojos.
Lawrence miró a Phineas, pero él solo tenía la mirada fija en el suelo con la mano izquierda clavada en el hombro.
El peliverde movió los bloques a un ritmo alarmantemente rápido haciendo que en poco tiempo ya estuviera de pie junto a su padre.
– Aquí tienes. — dijo Ferb entregándole las llaves.
– Gracias hijo. — el hombre dijo por último antes de subir al auto y golpear el abre-puertas del garaje para después salir con rapidez.
Phineas solo estaba esperando el momento en el que el otro le corriera de su casa. Sabía que a Ferb le gustaba practicar mucho el sexo y los hábitos que conllevaba sobre este mismo, por los ya no rumores que corrían a través de las personas de Turnpike. Solo podías tener sexo con él una vez, dos si eres espectacular, pero jamás podrías tener una tercera. Ferb Fletcher nunca tenía relaciones sexuales con la misma persona tres veces, sin embargo, esta era la segunda vez que Phineas casi había tenido sexo por tercera vez con él.
– Las guitarras se encuentran arriba. — el peliverde susurro después de un minuto de silencio.
Phineas estaba sorprendido, pero trato de no demostrarlo. Levantó la vista y asintió. — Guíame.
Ferb agarró su camisa y arrojó la que le correspondía a Phineas, y luego lo condujo escaleras arriba como si hace unos minutos no hubieran estado a punto de tener sexo.
Cuando llegaron a la habitación del británico, la abrió sin dudar. El pelirrojo pensó que el otro llevaría personas en poco tiempo, sino es que ya lo había echo.
El chico entró y Phineas se tomó un rápido segundo para mirar alrededor de la habitación de Ferb. Las paredes estaban pintadas de un púrpura intenso, y había varios carteles de bandas en la pared, muchos de los cuales habían estado colgados en la vieja habitación del británico. La mayoría de las cosas en la habitación de Ferb seguían siendo las mismas, pero el cambio más grande fue que dos guitarras colgaban de la pared y un pequeño teclado estaba colocado en la esquina del cuarto. El espacio se había agrandado, eso era claro.
El peliverde descolgó las dos guitarras acústicas de sus monturas en la pared y las sostuvo frente a Phineas, dándole la opción de elegir la que quería tocar. Era una Fender y la otro una Gibson.
Phineas sonrió, con un nuevo descubrimiento. — Tengo la misma Gibson en casa. — contó con entusiasmo antes de que Ferb se la entregara, junto con una uña para guitarra.
– Al parecer no tienes mal gusto. — dijo antes de sentarse en la esquina derecha de su cama, contra la pared con una pierna estirada y la otra doblada para sostener la guitarra.
El pelirrojo se sentó en el otro extremo de la cama, deslizándose lo suficiente lejos para estar contra la pared. Toca la guitarra y comprueba que está perfectamente afinada.
– ¿Qué te gustaría tocar? — preguntó el pelirrojo.
– ¿Qué es lo que puedes hacer? — pregunta de vuelta.
– Cualquier cosa que haya escuchado antes. — le contesta.
El peliverde se encogió de hombros y comenzó a tocar los acordes de Free Bird. Phineas lo reconoció de inmediato y se unió.
Se miraron por un momento antes de que Phineas dijera lo que ambos estaban pensando.
– ¿Quieres ir directo al solo? — pregunta sonriendo de lado. Parecía que quería desafiar al peliverde.
Ferb le devolvió la mirada antes de que sus dedos comenzaran a moverse rápidamente contra las cuerdas de su guitarra. Phineas no perdió el ritmo cuando se unió, tocando el solo sin esfuerzo. Ambos muchachos tocaron sin problemas, prestando mucha atención hacia el otro para ver si alguno se equivocaba pero, eso jamás ocurrió.
– Eres impresionante. — el pelirrojo felicito al terminar el solo. El otro nada más se encogió de hombros.
– ¿Titiritero? — preguntó el más chico.
– Suena mejor en acústica. — dijo poniendo los ojos en blanco antes de que Phineas y él comenzaran a tocar.
Sin darle importancia a la canción, los dos adolescentes parecían no perder el ritmo. Cada uno se daba el tiempo de turnarse para tocar canciones y ver si el otro podía adivinar para después seguir su ejemplo.
El más alto comenzó a tocar una canción que tenía una línea de guitarra que no era tan distintiva al principio. Y mientras más tocaba, pensó que finalmente había dejado perplejo al pelirrojo, al menos, después de quince intentos fallidos. Pero justo cuando estaba a punto de detenerse, Phineas comenzó a tocar y cantar cada palabra con una melodiosa voz.
Debía admitir que se había quedado estático al solo escucharlo.
I want you stuffed into my mouth
(Te quiero metido en mi boca),
Hold you down and tear you open
(Sostenerte y abrirte)
Live inside you
(Vivir dentro de ti)
Oh, love I'd never hurt you
(Oh, amor, nunca te lastimaría).
La voz de Phineas era tan hermosa, Ferb no podía creer que él supiera la canción.
– No puedo creer que sepas esa canción. — sacudió ligeramente la cabeza.
– Es un poco lúgubre, pero me gusta Ludo, así que por eso lo he escuchado antes. — explicó.
El contrario asintió, todavía sorprendido.
– Bien, ¿qué tal está? — preguntó el pelirrojo, cuando comenzó a tocar una canción de una banda que no creía que Ferb supiera.
Escuchó atento para después cantar la primera línea.
He knows you like to
(Él sabe que te gusta)
Sleep on your left side.
(Dormir en el lado izquierdo),
He's heard you talk to
(Te ha escuchado hablar contigo)
Yourself when you dream.
(Mismo cuando sueñas).
Su voz era profunda y pura, enviaba escalofríos por la columna vertebral de Phineas. El pelirrojo estuvo cantando todo el tiempo desde comenzaron a tocar, pero esta era la primera vez que Ferb lo hacía, y casi lo paralizó. Phineas quería escucharlo para siempre, pero más que nada quería ver si ambos entonaban.
I guess by now
(Supongo que ahora)
He's called you lover,
(Te ha llamado amante),
Turned to that other,
(Convertido en ese otro),
Guy I used to be.
(El chico que solía ser).
Ambas voces armonizaban a la perfección. El canto para Phineas siempre había sido fascinante, pero nunca había sentido esa agradable sensación de la mezcla de su propia voz con la de Ferb. Y no era el único en percatarse de ello. Aún no le cabía en la cabeza lo bien que la voz de Phineas combinaba con la suya. Mientras cantaban el coro, el peliverde por instinto cerró los ojos al maravillarse por aquel sonido tan hermoso.
Una vez que el coro a cabo, ambos se detuvieron como lo habían hecho con todas las demás canciones.
La mirada de Phineas quedó fija en la otra figura. Quería decir algo, pero no podía encontrar las palabras. Por suerte, antes de decir algo, sonó su teléfono, contestando así de inmediato.
– Hola mamá. — saludó. — ¿Eh, qué? Oh, wow. Perdí la noción del tiempo, no me di cuenta de que ya era tan tarde. — Phineas dejó de hablar por un momento para escuchar a su madre antes de volver hacerlo. — Sí, voy en camino. Adiós mamá. — dijo para después colgar.
– Me tengo que ir. —le dijo Phineas a Ferb, quien ya se había levantado. — Aquí tienes. — dijo al entregar el instrumento. — Nos vemos en la escuela.
Ferb tomó la guitarra y la volvió a colocar en su lugar antes de ver como Phineas salia de la habitación. No se preocupo en seguirlo, sabía que el pelirrojo conocía la salida.
El dueño de aquel cuarto abrió el cajón de la cómoda y sacó un paquete de cigarrillos y un encendedor. Encendió uno antes de abrir la ventana que estaba al lado de la cama. Comenzó a fumar por la ventana, y en unos segundos pudo ver a Phineas caminando en la cera hacia su propia casa. Es como si regresaran al apartamento.
Esperaba que el asunto volviera hacer esa manera. Sin dudas, esta debía ser la ultima vez que veria a Phineas irse a través de su ventana. Debía ser claro, no quería tener nada que ver con él.
No consideraba mal tipo al pelirrojo, porque en verdad era agradable, pero no lo quería de amigo. Nunca había necesitado de uno. Había pasado más tiempo de lo debido con el chico de ojos azul turquesa y eso no estaba para nada bien.
No iban a ser amigos de mierda.
No volverían a tocar la guitarra juntos.
Solo son simples conocidos que iban a la misma escuela. No podía darle más que eso, y no le remordía la conciencia.
Ferb estaba arrepentido.
Lamentó no haber tenido las habilidades sociales para echar a Phineas.
No quería ser odiado; solo le gustaba la soledad.
Esperaba que el mensaje le quedara claro a la gente de la nueva escuela.
Aspiro un poco del cigarrillo y suspiró.
Los comienzos siempre habían sido difíciles para él por los malditos cambios a su vida cotidiana . Así que Ferb no dejaría que Phineas y los amigos de este, complicaran más el asunto.
Todos serían más felices de esa manera.
Dio otra calada y dejó que el humo lo envolviera. Esto es la verdadera felicidad.
- NOTAS DE LA AUTORA -
Primero que nada, les pido una disculpa por la tardanza. No tengo excusas, así que me dejo linchar por ustedes :)
Espero tener la traducción del Capítulo 6 pronto junto con una nueva portada (me di cuenta que el dibujo que hice era muy gay y colorido para un fic con un tipo de trama que no lo es). La portada se vera en mi Tumblr LolitaMick14
Sin más que decir, espero les haya agradado. Adjunto el nombre de las canciones utilizadas por la principal autora.
Comentarios y sugerencias son bienvenidas. Besos y abrazos.
¡LolitaMick14 fuera, paz!
Canciones:
1. Horror of Our Love by Ludo.
2. I Wish I Didn't Care by Lovesick Radio.
