— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
*Advertencias*
Ninguna.
*Derechos de autor*
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
Apartamento vacío
Capítulo 19. Rasgando la piel
…
Miércoles, 26 de febrero.
El día transcurrió con bastante normalidad para Ferb hasta que llegó a su clase de matemáticas. Había pasado ese día y el anterior actuando de forma habitual. Encontró un equilibrio sobre como tratar con los amigos de Phineas y aun tratar de entender al mismo.
En su mayor parte, estaba tratando de mantenerse callado y atento. Interactuar con todos ellos lo dejó con un dolor de cabeza insoportable.
Estaba sentado en silencio en su asiento, escuchando a Baljeet y a Phineas discutir sobre el examen de matemáticas que iban a recibir ese día.
—Estoy muy emocionado de recibir mi examen. Lo he estado esperando desde que salimos de nuestra clase el lunes —dijo efusivamente el moreno.
Vive de las matemáticas.
Una pasión tonta para Ferb.
—Estoy seguro de que será otra A para agregar a la colección —dijo Phineas, siendo amable. Ferb no entendía porque le importaba.
—¡Por supuesto que será una A! Si no lo es, iré a casa y colgare las cortinas de la vergüenza, porque mi vida habría terminado —dijo de manera irritada. El pelirrojo sonrió de forma divertida.
¿Qué demonios son las cortinas de la vergüenza?
Se preguntó internamente Ferb.
El Sr. Richardson entró un segundo después con un puñado de pruebas de matemáticas calificadas.
—Hola todos —dijo el hombre con una sonrisa mientras dejaba los papeles en el escritorio—. Hubo algunos exámenes muy buenos, pero también hubo algunos puntajes bajos. Lo que quiero hacer es ofrecer una oportunidad para volver a tomar el examen este viernes. Aquellos que estén contentos con sus calificaciones pueden pasar el tiempo estudiando en la biblioteca.
Ferb estaba feliz de escucharlo. Porque esa clase realmente era una mierda.
—Muy bien, ahora entregaré sus pruebas, y luego podemos repasarlas juntos —dijo mientras recogía la pila de papeles y comenzaba a caminar por el aula para repartirlos.
Baljeet fue el primero en recibir su prueba, y se apresuró a emitir un sonido feliz, alertando al resto de la clase de que lo había hecho bien. Se volteó y le mostró a Phineas el cien por ciento de su prueba.
—Buen trabajo, Baljeet —dijo con una sonrisa el pelirrojo.
—Estoy seguro de que lo harás igual de bien —respondió con sinceridad.
Phineas obtuvo su prueba justo después de que Baljeet terminara su comentario. También tenía un cien por ciento escrito en la esquina superior.
—Te lo dije —dijo con una sonrisa.
—Eh, no es gran cosa —insistió Phineas, encogiéndose de hombros.
—Si tu lo dices —mencionó como si no estuviera de acuerdo.
Un minuto más tarde, el Sr. Richardson se acercó a Ferb y le entregó su prueba.
—Sr. Fletcher, dado que esta es su primera prueba aquí, no le quite puntos, pero necesito que muestre más de su trabajo, ¿de acuerdo? —dijo el profesor con una brillante sonrisa.
—Sin promesas —dijo sin pensar. Había estado en piloto automático la mayor parte del día.
El Sr. Richardson pareció momentáneamente sorprendido, pero un segundo después se rio como si Ferb hubiera dicho algún chiste.
La realidad suele ser bastante decepcionante.
El maestro continuó por el salón para repartir las demás pruebas.
—¿Cómo te fue, Ferb? —preguntó Baljeet.
Ferb no había olvidado la conversación del lunes. Sabía que Baljeet sentía curiosidad por saber lo bien que le iba sin estudiar. En lugar de dar una respuesta, extendió su prueba para que el moreno la tomará.
La tomo y su boca se abrió—. ¿Tienes un cien por ciento? —preguntó con sorpresa evidente en el tono de voz.
—Si —respondió con facilidad. No se molestó en sentirse ofendido. Era más inteligente que Baljeet y lo sabía. No le importaba lo que pensara el chico.
—¡Pero solo te tomo cinco minutos terminarlo! —gritó mientras miraba la prueba.
—Ahorra tiempo cuando puedes hacerlo en tu cabeza —dijo encogiéndose de hombros mientras tomaba las hojas.
Phineas miro la prueba de Ferb y sonrió.
—¿No te sorprende, Phineas? —pregunta.
El pelirrojo negó con la cabeza—. No, sabía que era bueno en matemáticas.
—¿Lo suficientemente bueno para terminar una prueba en cinco minutos? ¡Eso es más rápido que yo! —señaló mientras se rascaba la cabeza, confundido—. ¿Cómo supiste que era bueno en matemáticas?
Phineas se rasco el cuello antes de responder—. El corrigió algunas fórmulas cuando vino a hacer nuestro proyecto de inglés.
Ferb solo había corregido algunos pequeños errores cuando miro los bocetos de las invenciones en la casa de Phineas. Todos ellos parecían haber sido hechos apresuradamente, por lo que no era sorprendente que se hubieran cometido algunos errores.
—¿Eres un genio? —preguntó Baljeet mientras su confusión se desvanecía.
—Yo diría que sí —respondió encogiéndose de hombros.
—¿Te han hecho la prueba? —volvió a preguntar, cada vez más curioso que confundido y molesto.
—No —dijo con facilidad. Nadie quería llamarte genio cuando eres un alborotador. Y Ferb siempre ha causado problemas.
—¿Por que no? Podrías estar tomando clases universitarias, o…
—¿A quién le importa? —preguntó Ferb—. Nadie va a contratar a un niño para que trabaje para ellos. También puedes sentarte y esperar.
Sin mencionar que Ferb no tenía deseos de hacer nada. Le gustaba construir, pero no tenía una meta real a la cual seguir. Tal como están las cosas, está contento de seguir haciendo lo mismo una y otra vez.
Baljeet parecía estupefacto. Era inexplicable que Ferb no se sintiera de la misma manera que él. Pero luego su rostro cambió de nuevo e hizo otra pregunta—. Espera, ¿entonces eres británico, un genio y puedes hornear? ¿Cómo es eso justo?
—Bueno, para ser justos, ser británico no es una habilidad —respondió.
Baljeet parecía que Ferb le había roto el cerebro. Phineas estaba encorvado riendo en sus brazos.
No pasó mucho tiempo después de eso que el Sr. Richardson llamó la atención de todos para que pudieran repasar sus pruebas. Ferb no les prestó mucha atención al hombre. Noto con perfección que no necesitaba hacerlo, sin mencionar que no le importaba en absoluto.
Cuando llegaron a la pregunta tres, Ferb había sacado un libro para leer. El profesor no se dio cuenta hasta alrededor de la pregunta cinco.
—Sr. Fletcher, ¿podría guardar ese libro hasta que terminemos de repasar las pruebas? —preguntó el profesor de manera amable.
Ferb miró al hombre por un segundo antes de que volviera la vista a su libro sin responder. Al principio, el hombre pareció aturdido, como si nunca hubiera recibido ese tipo de falta de respeto tan flagrante. Luego, el Sr. Richardson, todavía con una sonrisa forzada en su rostro, lo intentó de nuevo.
—No quiero que el resto de la clase se distraiga con…
—Si la lectura de un libro los distrae, solo puedo pensar sobre el daño que ha causado el reloj en la pared.
El Sr. Richardson volvió a parecer aturdido. Igual que el resto de los alumnos.
Nadie en la clase realmente le dio al Sr. Richardson el respeto que se merecía como maestro, pero nadie se molestó tanto como Ferb. El hombre hacía chistes malos, pero era una persona amable. Sin mencionar que era difícil hacerlo enojar.
—Sr. Fletcher…
—En realidad, ahora que lo pienso, la ventana probablemente sea el problema. Creo que había una ardilla fuera el día de la prueba; esa es probablemente la razón por la que hubo tantos puntajes bajos. Me imagino que si esta aula tuviera cortinas, las calificaciones de las pruebas subirán al menos un veinte por ciento, porque de esa manera nadie se distraerá con las ardillas —despotrico.
No trataba de meterse en problemas, pero la audacia del razonamiento del hombre realmente lo había cabreado. Además, Ferb no tenía ninguna razón especial para ser educado.
—Tiene que ir a la oficina —la frase sonaba incomoda salir de su boca, casi como si esas palabras nunca hubieran salido de sus labios.
—¿Eh? —pregunto—. Lo siento, no preste atención, me distraje —su rostro estoico.
—Ahora, Sr. Fletcher —la voz del profesor sonaba tensa.
—¿Qué? —pregunto de nuevo.
—¡Ahora! —grito, finalmente perdiendo la calma—. ¡No aceptaré que un estudiante me hable de esa manera!
La expresión facial de Ferb no cambió cuando se levantó de su asiento y recogió sus cosas. No sería la primera vez que lo enviaban a la oficina ese mes.
—No hay necesidad de gritar, amigo —dijo mientras pasaba junto al hombre.
No se volteó para ver la expresión del profesor antes de salir por la puerta y cruzar el pasillo hacia la oficina del director.
…
—No puedo creer que haya hecho eso —le susurro Baljeet a Phineas en el segundo que Ferb cruzó por la puerta.
—Si —respondió.
Era una suerte que el moreno no pudiera leer su mente, porque en ese momento deseo con cada fibra de su ser ir tras Ferb. Quería besarlo.
—… Terminemos de repasar las pruebas —habló el Sr. Richardson, la habitación todavía vibraba con la tensión de lo que acababa de suceder.
Phineas miró hacia la puerta con nostalgia, pero luego fijó sus ojos en su prueba.
—Ahora, número seis...
Phineas se rasco el hombro mientras trataba de escuchar. No quería preocuparse cuando se rasgó la piel.
…
Ferb entró a la oficina del director con calma. Los eventos de lo que acaba de suceder no lo perturban en lo más mínimo.
La secretaria, por otro lado, parecía molesta por eso. Ella lo miró fijamente mientras se acercaba al escritorio.
—¿Te mandaron a la oficina de nuevo? —pregunto en un tono muy enojado.
—No, estoy aquí por las horas de visita —respondió con sarcasmo.
—Iré a hacerle saber que estás aquí —dijo la mujer mientras se dirigía hacia la oficina.
Ferb no tuvo que esperar mucho antes de que la mujer morena de mediana edad volviera a salir.
—Puedes pasar —dijo ella haciéndole señales para que entrara.
Ferb entró en la oficina en la que ya había estado dos veces antes. Estaba pintada de un verde más claro que la mayoría de las cosas de la escuela. Los puntos focales de la habitación eran una gran librería de caoba y una pecera que albergaba varios especímenes grandes.
En la parte de atrás de la oficina, frente a una ventana, estaba el Sr. Jones frente a un gran escritorio. Su silla era de cuero negro y parecía muy vieja. Tampoco parecía feliz de volver a ver a Ferb.
—¿Estás de regreso tan pronto Ferb? —preguntó el hombre. Estaba conteniendo su ira.
—Un maestro diferente me envió esta vez —respondió. El director no pareció impresionado.
—Te envío un maestro que no ha enviado a nadie a la oficina durante los últimos veinte años —dijo el Sr. Jones con vehemencia.
Ferb noto su expediente abierto sobre el escritorio. Al parecer había estado mirándolo para saber quien lo había enviado a la oficina durante el séptimo periodo.
No dijo ni una palabra mientras miraba al hombre. No tenía ninguna respuesta. Considero que ya era hora de que el Sr. Richarson se diera a respetar, se dejaba pisotear demasiado; no tenía nada en contra del Sr. Jones, así no se molestó en hablar.
—Tienes detención el viernes. Si te vuelvo a ver en mi oficina no será para darte un castigo indulgente. He leído tu expediente; se que este no es un comportamiento inusual de tu parte. Pero estoy intentando darte el beneficio de la duda. No quiero juzgarte antes de tiempo, quiero creer que no eres un caso perdido, pero una vez que lo demuestres… No voy a tener ninguna simpatía por ti cuando asigne tus castigos —dijo el Sr. Jones con un rostro severo.
Asintió—. Me parece justo —luego esperó la orden para ver si podría retirarse.
—¿Hay algo de lo que quieras hablar? —preguntó el director. Estaba claro que el hombre quería saber si había algo que estuviera causando el mal comportamiento de Ferb.
—No —respondió con facilidad.
No quería hablar. Quizás hubo un tiempo en el que lo habría hecho; tal vez cuando estaba menos contento con su vida.
El Sr. Jones lo miró fijamente por un momento antes de asentir con la cabeza y señalo la puerta—. Puedes irte entonces.
Ferb asintió antes de levantarse y salir de la oficina. No le importaba tener detención, o que el Sr. Jones comenzará a pensar que era un caso perdido.
En realidad, nada le importaba.
— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
Y… ¡Estamos de vuelta con una nueva actualización!
Vaya la indiferencia de Ferb es impresionante, ¿no lo creen?
Por como Ferb trato al profesor me hizo recordar cuando iba al jardín de niños y le lance una cajita de jugo a la cara de la profesora por ser tan grosera cuando le pedí amablemente que me intercambiara el sabor.
En fin, besos y abrazos, babys :3
Historia Original:
En mi perfil está el link.
¡LolitaMick14 fuera, paz!
