— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
Apartamento vacío
Capítulo 24. No sería una fiesta sin ti
…
Los pasillos estaban llenos de bullicio ese día, adolescentes no paraban de hablar sobre el padre de Django Brown el cual estaría fuera de la ciudad. Ferb no entendía que era tan importante, pero desde que dejó su tercer periodo de clases era todo lo que escuchaba.
En ese momento se dirige a la clase de economía.
Todo iba normal hasta ahora. Tuvo un examen sorpresa de francés, pero fue lo único memorable del día. No había hablado con Django, solo empezó a escuchar sobre él una vez que iba al mitad del pasillo después de esa clase.
Al entrar a la habitación Buford y Baljeet ya estaban ahí. No fue una sorpresa; ellos normalmente llegaban antes que él. Al parecer su clase anterior que era psicología estaba a solo tres puertas de ahí.
—Si, escuche que estaba enfermo —Buford le dijo a Baljeet cuando Ferb se apoyaba en el fregadero.
—Bueno, eso es obvio, pero no significa que pueda ir —respondió con un tono de voz irritado.
—¿Acaso no puedes decirles a tus padres que te vas a quedar con Dinnerbell? Les agrada —preguntó el chico más grande con el mismo humor.
—Sabes que no me gusta arrastrar a Phineas a estas cosas. Uno de mis padres podría llamar fácilmente a su madre y entonces ambos estaríamos en problemas.
—¿Cuándo ha sucedido eso?
Parece muy molesto, pensó Ferb.
—No ha pasado, pero podría suceder en cualquier momento —mencionó tratando de hacer comprender al mayor.
—Entonces no vayas —dice entre enojado y triste.
—Buford… —trato de hablar, pero el otro negó con la cabeza.
—Buford no quiere hablar —mencionó con cierto tono que dio fin a la conversación.
Ferb no estaba seguro cual era todo el asunto, pero tampoco quería estar consciente de ello por completo. Era obvio que los padres de Baljeet no aprobaban a Buford, pero no los culpaba. Al mismo tiempo esta pelea parecía diferente a las demás, más profunda.
Podría hacer muchas especulaciones al respecto, pero no le importaba. No le importaba ni un carajo ninguno de ellos.
—¿Qué estamos haciendo hoy? —Buford le preguntó a Ferb, aun con un tono enojado.
Ferb puso los ojos en blanco en lugar de señalar que ambos ya debieron haberlo comprobado; así que miro la receta que estaba pegada a su lado. El Sr. Anderson en realidad nunca dijo nada al menos que le hicieran una pregunta, por lo general, solo se sentaba en su escritorio a hacer crucigramas.
Por supuesto, siempre había algunas chicas que venían hacerle preguntas. Después de todo, era un hombre atractivo, joven, rubio y de ojos azules. Aún no podía adivinar si el hombre era gay o no. Sabía que no estaba casado, pero realmente no significaba nada. Aunque no importaba, ya que jamás se acercaría a un profesor por sexo. Dejaría eso para las chicas desesperadas de la clase.
—Pastel —dijo mientras miraba la receta. Luego se lo entregó a Buford. La receta es para un pastel volteado de piña.
—Suerte que tenemos al genio de los pasteles de nuestro lado —dijo antes de dejar la receta en el mostrador en lugar de dársela a Baljeet.
El adolescente más bajo parecía enojado, pero no dijo nada mientras caminaba hacia el mostrador y tomaba la receta.
—Traeré la piña —mencionó antes de ir a la nevera.
Buford dejó escapar un suspiro mientras se alejaba—. Sacaré los tazones.
Ferb no respondió y fue a buscar los otros ingredientes que el trío necesitaría.
Resultó que era más fácil trabajar con Buford y Baljeet en la condiciones en las que se encontraban. Con ellos teniendo una pelea más pasiva que agresiva, las cosas fueron más rápidas. Al final del periodo, tenían un pastel de aspecto perfecto en el mostrador.
El Sr. Anderson llegó a su puesto justo cuando terminaban de limpiar.
—Parece que han tenido otro buen día en el mundo de la comida —mencionó mientras cortaba un trozo del pastel. Después de darle un mordisco, asintió con la cabeza—. Delicioso.
Luego el hombre se tomó un momento para inspeccionar al grupo. La tensión era clara entre ambos compañeros.
—¿Hay algo malo? —preguntó el Sr. Anderson.
—No —Buford y Baljeet respondieron al mismo tiempo.
—Bueno, estoy super convencido, ¿tú no? —preguntó con sarcasmo a Ferb. Luego se volvió hacia los otros dos chicos—. Coman pastel y limpien para que puedan encontrar algo nuevo sobre que discutir. Eres joven, necesitas variedad. Diles —terminó mientras palmeaba el hombro del peliverde.
Ferb se giró para mirar a sus compañeros—. Hay más de cien variedades diferentes de pasteles.
Ambos chicos lo miraron como si le hubiera crecido una segunda cabeza.
Sonó el timbre.
Hora de irse, Ferb declaró en su mente, feliz.
Permitió que Buford y Baljeet salieran de su puesto antes que él. Se quedó atrás el tiempo suficiente para quitar el anillo de piña de su pastel.
A Ferb le encanta la piña.
Luego salía detrás de ellos mientras se metía la piña a la boca.
Buford y Baljeet no hablaron de camino a la cafetería. Encontró el silencio confortable. Cuando llegaron todos, pasaron a la fila del almuerzo y obtuvieron su comida. Superando la conmoción de que Ferb no saliera a fumar esta vez.
Después de que todos consiguieron su comida, fueron a sentarse junto a Phineas e Isabella.
—Entonces, ¿Han escuchado las buenas noticias? —preguntó Isabella mientras se sentaban.
—Si, y… —comenzó Buford, pero Baljeet lo interrumpió.
—Phineas, ¿Sería posible que les dijeras a mis padres que me quedaré contigo? Si nos descubrieran, por supuesto, esperaría que negarás que lo sabías, al igual que yo —pregunto. Buford pareció animarse.
—Um, si. Seguro, Jeet.
—Gracias amigo —menciono con una sonrisa.
—No sería una fiesta sin ti.
—¡Genial! Me alegro de que vayan a ir —Isabella dirigió su comentario a Baljeet y Buford—. ¿Qué hay de ti, Ferb?
—Para ser honesto, no tengo la menor idea de lo que están hablando —dijo antes de tomar un bocado de comida. Ni siquiera iba a preguntar. Había sido más social en la última semana de lo que había sido en años.
—¡Oh, el padre de Django se va de la ciudad! —dijo Baljeet como si eso aclarara todo.
—Cada vez que el padre de Django está fuera de la ciudad, organiza grandes fiestas. Siempre son asombrosas —agregó Isabella.
Tarareo Ferb en respuesta.
Una fiesta de secundaria no era cosa del otro mundo, después de todo, él no necesita acudir a una para beber y joder.
—¿Larguirucho ya conoció a Django? —pregunto Buford. Su estado de animo pareció mejorar mucho.
—... Algo así —respondió Phineas por Ferb. Al último no pareció importarle lo más mínimo.
—¿Qué quieres decir con algo así? —preguntó Baljeet.
—Se sienta a su lado en nuestra clase de inglés —responde otra vez el pelirrojo.
—¿Pero no han hablado?
—Hablamos, solo quería que se fuera —mencionó Ferb mientras seguía comiendo. No fue importante, no le importo en absoluto.
—¿Irse? —preguntó Buford confundido.
—Forma educada de decir vete a la mierda —respondió de nuevo. No se molestó en mirar para ver si había ofendido a alguien.
—¿Por qué? —preguntó Isabella sin poder creerlo.
—No quería hablar —respondió encogiéndose de hombros. Parecía que Isabella quería replicar, pero su novio se adelantó.
—No está enojado ni nada. Sabes que Django no es de los que guardan rencor.
Todavía parecía que quería decir algo, pero terminó dejando escapar un suspiro antes de darle un mordisco a su compota de manzana.
—Entonces, ¿vas a ir? —preguntó la morena un segundo después, su tono volvió a ser agradable.
—Lo dudo.
—¿Por qué no? —preguntó Baljeet, incrédulo.
—Tengo otras cosas que hacer.
—Ni siquiera sabes cuando es —señaló Isabella de forma juguetona—. En dos semanas, por cierto.
—A puesto que no puede beber —susurro Buford a Baljeet.
Ferb resoplo.
—¿Supongo que puedes beber entonces? —preguntó Isabella.
Ferb se encogió de hombros, pero la sonrisa burlona en su rostro decía que podía.
—Podrías venir, habrá bebidas gratis. Además, Django ya le pidió a The Fireside Girls que proporcionen el entretenimiento —explicó.
—Así que fumar está mal, ¿pero no frunces el ceño con el alcohol? —preguntó Ferb, recordando el día en el que todos descubrieron que fumaba.
—En lo personal no bebo, pero no me molesta que la gente lo haga siempre y cuando sea responsable. Está bien con moderación, como casi cualquier otra cosa. Considero que fumar es más difícil de moderar —explicó—. Por supuesto, lo que elijas hacer no es asunto mío. Aunque me he dado cuenta que fumas menos.
—Fumo cuando quiero —se encogió de hombros.
—Tal vez incluso podrías echar un polvo. A las chicas les gusta la actitud de chico malo. Al menos es lo que dice Milly en el aula —sugirió Buford.
—Buford —lo reprendió Isabella.
—Eso es justo lo que escuche —puso las manos en alto.
El peliverde una vez más, resoplo.
Estaba seguro que las chicas lo disfrutaban. Es una lastima que no le importara. Podía acostarse con cualquiera de la escuela, pero preferiría solo hacerlo en los alrededores de Turnpike y no preocuparse por si alguna chica o chico se encariña de él.
—Es bueno saberlo —dijo, su voz lo delataba que todo le parecía gracioso. Phineas parecía muy incómodo.
—¿No hay nadie en la escuela que te interese? —preguntó Baljeet.
—¿O es que hay una chica en Winsplain? —preguntó ahora Isabella.
Ferb se rio levemente—. Hay muchas chicas en Winsplain.
—¿Pero hay una chica? —pregunto. Desde el día de San Valentín, la morena había tenido ganas de preguntarle si tenía novia.
—Vamos Izzie, no lo interrogues —habló Phineas mientras ponía su brazo alrededor de su novia.
Aun así todos se concentraron en Ferb, expectantes.
—Ha pasado mucho tiempo desde que estuve atado —respondió antes de comer el último bocado de comida de su bandeja.
Si es que alguna vez estuve atado; aquel pensamiento resonó distante en la cabeza de Ferb.
—Bueno, nunca es demasiado tarde para atarse —dijo la morena con una sonrisa amable.
—Si te gusta ese tipo de cosas —agregó Buford.
—¡Buford! —exclamaron Baljeet e Isabella al unísono.
—¿Qué? —preguntó como si no acabara de hacer una broma sexual.
Mientras que los dos regañaban a su amigo por ser inapropiado, Ferb miró a Phineas. El pelirrojo parecía desconectado de la conversación. Cuando noto que Ferb lo miraba, no dijo ni una sola palabra.
Tal y como le gusta a Ferb.
