— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
Apartamento vacío
Capítulo 38. Siempre has sido tú
…
Baljeet observó como el auto de Isabella salía del camino de entrada antes de girarse y mirar la casa de Buford. El chico hindú se tomó un segundo para suplicar al cielo, esperando que la madre del matón no esté en casa antes de tocar la puerta.
No era que a la madre de Buford no le agradara, de hecho parecía gustarle mucho; era solo que ella y la madre de Baljeet se entendían. Las dos mujeres habían conversado y, aunque ofendió a la madre del bravucón —Biffiny—, entendió que los padres del moreno no los quería cerca, menos estando solos.
Eso significaba que no iba a mentir por los chicos si descubre que pasaban tiempo juntos. De modo que no habría permitido que Baljeet entrara a su casa a altas horas de la noche para hablar con Buford cuando estaba claro que ambos chicos estaban al menos un poco borrachos. Si hubiera estado en casa, Biffiny habría llevado a Baljeet a casa y se disculpará por hacerlo.
Pero por fortuna, la madre de Buford no estaba en casa, por lo que Baljeet no tenía que preocuparse por eso.
Baljeet llamó a la puerta y luego esperó unos segundos. Al no obtener respuesta volvió a llamar, esta vez más fuerte.
En lugar de ser recibido con silencio, Baljeet escuchó que la música comenzaba a sonar desde el interior de la casa. Él frunció el ceño. Baljeet sabía que venía de la habitación de Buford.
Baljeet camino hacia el costado de la casa hasta la ventana del primer piso con cortinas negras. Podía escuchar la música heavy metal resonando desde el interior.
Baljeet golpeó el cristal.
—¡Buford! No soy estúpido, ¡se que estas ahí! —grito.
La única respuesta que recibió fue que la música subió aún más.
—¡No subas el volumen! ¡Se que todavía puedes oírme! ¡Buford! —gritó mientras golpeaba de nuevo el cristal.
Al no obtener respuesta, siguió golpeando el cristal, solo que gritando más fuerte.
—¡Buford, no puedes solo ignorarme! ¡Si no me enfrentas hoy, tendrás que enfrentarme en la escuela el lunes! Se que estas molesto, ¡pero esta no es la forma de arreglar nada! Y para ser franco, ¡Estas exagerando! —exclamó, sólo para escuchar que la música se apagaba un segundo después.
Espero, sorprendido. De hecho, esperaba que el silencio de Buford durará más. Cuando se corrieron las cortinas, se reveló a un chico muy enfurecido y cuando este abrió la ventana, Baljeet quiso retractarse.
—¿Estoy exagerando? Tu puta futura esposa vendrá aquí y no me dijiste. Aun así ¿crees que exagero? ¡Lamento que me importe una mierda que tengas que casarte con ella! ¿Sabes que? Olvídalo ¡Cásate con ella ahora! ¡A ver si a Buford le importa un carajo! —grito, su ira era muy evidente.
—Buford, sabes que no es eso lo que quise decir, ¡tu sabes que no quiero casarme con ella! ¡Cada vez que viene Mishti, actúas así! ¡Es tan ridículo! ¡¿Cuántas veces tendremos que repetir esta conversación?! —grito, furioso.
Baljeet estaba harto de tener la misma pelea con Buford, una y otra vez.
—¡No tendrías que decirle nada a Buford si actuaste como si fuera cierto! ¡Pero cada vez que viene, terminas pasando todo tu tiempo con ella y actuando como un novio perfecto! —grito, irritado.
—¡No paso todo mi tiempo con ella y no actuó como su novio! ¡Ella es mi amiga y la trato como tal! ¡Solo que eres incapaz de ver eso! —intento explicar a través de su ira.
—Si no quieres casarte con ella, ¿por que no se lo has dicho a tus padres? —pregunto. Fue lo primero que se dijeron entre ellos que no habían gritado en toda la noche.
Por un segundo, Baljeet se quedó sin palabras. El ambiente de la pelea cambió con rapidez. No esperaba que Buford dijera algo así.
—E-es difícil de explicar, Buford —tartamudeo en un susurro.
Si te lo explico, no lo vas entender… pensó Baljeet, con tristeza.
—No, no lo es. Tus padres no pueden obligarte a casarte con ella. Si no quieres hacerlo, todo lo que tienes que hacer es decirles —argumento, sonando un poco desesperado.
—No es tan simple —comenzó Baljeet—. Se que esto será difícil de entender, pero inténtalo.
El rostro de Buford parece pétreo, pero no dijo nada. Baljeet tomó eso como una señal para continuar.
—Soy de una cultura diferente a la tuya. Sé que he vivido aquí la mayor parte de mi vida, pero la cultura de India sigue siendo importante para mi y también lo es para mi familia. Es parte de lo que soy. Parte de mi cultura es la forma en la que mostramos respeto a nuestros padres y a otros mayores. Buford, si les dijera a mis padres que no deseo casarme con Mishti; sería una gran falta de respeto y solo empeoraría si los Patel se enteraran; ¡Avergonzaría a mi familia! No sé… como decirles —intentó explicarse.
—Eso suena como una gran excusa para Buford. He hecho cosas que se consideran una falta de respeto para mi mamá un millón de veces, pero ella todavía me ama. No creo que no puedas decirlo, mas bien no quieres hacerlo —confesó y Baljeet lo sintió como una puñalada en el corazón.
Lo suponía, que no entenderías. Pensó Baljeet, con una profunda desolación. Él sabía que Buford no pensaría que faltarle el respeto a sus padres fuera gran cosa, pero… aun así dolió. Le dolía saber que Buford pensaba que solo estaba poniendo excusas.
¿Acaso no era obvio que Baljeet no quería estar con Mishti? ¿No era evidente que con quien quería estar era Buford?
—¿Recuerdas la noche que te dije que mis padres querían que me casara con Mishti? —preguntó de repente.
Pasaron unos segundos, pero Buford finalmente asintió.
—Si, lo recuerdo —respondió.
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«Ya era tarde cuando Baljeet llegó a la casa de Buford. Había estado esperando a que sus padres se durmieran antes de salir de casa. El chico hindú no estaba seguro si la madre del bravucón estaba despierta o no, pero supuso que estaba en casa.
Debido a eso, Baljeet se dirigió con rapidez a la ventana de Buford al costado de la casa. golpeó como frenético el cristal. Las cortinas estaban bajadas, por lo que no pudo ver al bravucón; pero a los pocos segundos escuchó el sonido de pies caminando hacia la ventana.
Poco después de que se escuchó el sonido de la tela deslizándose, Buford apareció en la ventana frunciendo el ceño cuando vio a Baljeet.
Buford abrió la ventana con fuerza antes de empezar a hablar.
—¿Qué quieres? —pregunto enojado. Baljeet se dio cuenta que había despertado al matón, pero en realidad no le importaba.
—Necesito hablar contigo. Es importante —le dijo, tratando de no parecer tan molesto como estaba.
—Tal vez deberías ir con tu novia —dijo Buford, luciendo como si estuviera listo para cerrar la ventana.
—Buford, por favor, para. Solo… te necesito ahora mismo. A si que, por favor, para —suplico.
De repente, el rostro enojado de Buford se transformó en uno de confusión.
—¿Qué pasó? —preguntó, con la voz llena de preocupación.
—Solo déjame entrar, Buford. Por favor.
Buford se alejó con rapidez de la ventana, permitiendo que Baljeet subiera a su habitación. Una vez adentro, el chico hindú se acercó a la cama del otro y se sentó en ella, segundos después el matón se le unió.
—¿Qué está pasando, Jeet? —preguntó Buford— ¿Pasó algo con Ginger o algo así?
—¡No! Ni siquiera me importa Ginger. Solo comencé a salir con ella porque estaba enojado contigo —explicó, su tono se volvía triste mientras hablaba—. Y ya no estoy enojado contigo. No quiero pelear más.
—Buford tampoco quiere pelear más —el bravucón estuvo de acuerdo, su rostro todavía mostraba confusión.
—Bien, porque no creo que pueda soportar pelear contigo por más tiempo —susurro mientras miraba al contrario.
Baljeet se sintió asustado. La idea de casarse con Mishti lo aterrorizaba. Nunca pasó por su mente con quien se casaría; nunca pensó tan lejos en ese aspecto de su vida. Desde que descubrió sus sentimientos por Buford, no había pensado mucho en su futuro romántico.
Cuando imaginaba su futuro, Buford siempre estuvo allí, y eso era en lo que más necesitaba pensar. Baljeet planeó muchas cosas por delante como ingresar a Yale, pero nunca pensó en profundizar en su vida romántica. Él nunca sintió que él lo hubiera hecho. De alguna manera, el hecho que Buford estuviera con él siempre había parecido una realidad, incluso si no siempre lo reconociera en un sentido que no fuera solo platónico.
Era la única cosa en su vida que no sentía que necesitaba planificar. Buford estaba allí. Fin de la historia. No necesitaba a nadie más.
Sin embargo, le dijeron que había alguien más, y eso lo aterrorizo. No quería a nadie más. Solo quería a Buford, aunque no estuviera dispuesto a decirlo en voz alta.
—Jeet, me estás asustando —dijo Buford, su voz sonaba preocupada.
—Buford, mis padres me dijeron algo esta noche que yo no sabía.
—¿Qué?
—Mis padres quieren que me case con Mishti. Su familia también lo quiere —le dijo, con la voz casi quebrada al comienzo de la frase.
—¿Que? ¿Cómo una especie de matrimonio concertado? Pensé que esas cosas solo suceden en las películas —dijo Buford, parece escéptico.
—En la India, los matrimonios arreglados todavía son muy comunes. Al parecer, mis padres han estado discutiendo esto con los Patel durante años —explicó.
—Baljeet, no puedes, en verdad no puedes casarte con ella —se apresuró a decir y Baljeet pudo ver el miedo en sus ojos.
—No quiero… —le dijo Baljeet, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y parpadeó para contenerlas.
—¡Entonces no! ¡No pueden obligarte! ¡Esto… Esto está mal! Esto es… —Buford fue interrumpido cuando el otro colocó su mano sobre su pecho, indicando que se detuviera.
—No deseo hablar más de eso esta noche, Buford —dijo mientras se indicaba para abrazar al más grande, poniendo su rostro en la curva del cuello de Buford.
Para sorpresa de Baljeet, Buford asintió.
—Está bien, esta noche no —estuvo de acuerdo mientras regresaba el abrazo con fuerza.
Solo unos momentos después se permitieron acostarse juntos, todavía abrazados. Ya no se dijo más esa noche, pero a veces las palabras no hacen falta…»
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—¿Parecía que quería casarme con ella en ese entonces?
—No —respondió mientras miraba al suelo.
—Mis sentimientos no han cambiado, Buford. Ella no es con quien quiero estar. Lo sabes.
Buford lo miró y Baljeet se preguntó si el bravucón sabía que era por su culpa. A veces parecía que sus sentimientos mutuos eran muy claros y otras veces el chico hindú se preguntaba si se lo había inventado todo.
Buford se hizo a un lado e indico a Baljeet que entrara por la ventana. Se apresuró a subir al interior de la casa y el otro se movió para cerrar la ventana detrás de él. Una vez terminado, se volteó hacia su amigo.
—¿Con quien quieres estar?
Baljeet abrió los párpados a más no poder; no se lo esperaba. Aun así, se recuperó con rapidez la calma y respondió.
—Sabes quien, ¿es necesario preguntar? —pregunto, aunque sonó un poco nervioso.
Buford no respondió y en cambio avanzó para besar a Baljeet. Fue suave y nervioso, pero más que nada hizo que la cabeza de Baljeet diera vueltas. Fue breve y antes que el chico hindú se diera cuenta, el otro se estaba alejando. El más bajo no se opuso y en lugar de eso permitió que el contrario se alejara antes de acostarse en la cama.
El matón lo siguió y pronto yacía a su lado en la cama, rodeándolo con sus brazos.
Podrían haberse besado más esa noche, pero no lo hicieron. Ambos sabían que todavía tienen mucho que expresar entre ellos, y cualquier cosa más, habría sido demasiado. Era mejor dejar las cosas donde estaban para pasar la noche.
Era mejor esperar.
Había demasiados obstáculos entre ellos en ese momento para tener todo lo que querían, pero estaban juntos y eso era suficiente.
