Hola a todos, queridos lectores,
No tengo excusa, amigos. Debo admitir que perdí la inspiración debido a un curso intensivo. Verán, en mi trabajo abrirán una campaña trilingüe y, como sabrán algunos, por necesidades y ambición de un mejor sueldo tuve que aprender un segundo idioma: el inglés. Aunque no lo domino del todo, me ha ayudado a salir del terrible salario mínimo latinoamericano y me ha permitido llevar una vida más o menos estable. Pero soy una persona muy ambiciosa; quiero tener mucho dinero y ser un cerdo capitalista para poder usar mi fortuna en tonterías. De hecho, mi sueño es tener a mi disposición una empresa japonesa para que animen las temporadas de los animes inconclusos que quiero ver Jaja.
Nos desviamos del tema.
Hay que empezar poco a poco para lograr esa meta tan anhelada. Se me presentó la oportunidad de aprender francés. En mi país, un nuevo idioma significa más dinero y, como no estoy casado, pensé, ¿por qué no? La empresa para la que trabajo abrió vacantes en Canadá, pero para eso es necesario hablar francés. Así que me inscribí en un curso intensivo para dominar también ese idioma y ampliar mi sueldo. Sin embargo, este curso es extremadamente agotador. Literalmente, llego a mi casa, me duermo y no quiero saber nada más.
Por tener una junta directiva, pausamos el curso durante tres días. Aproveché ese tiempo para ponerme al día con ustedes y no descuidar la historia. Sé que tardaré un poco en actualizar, pero quiero que sepan que la historia sigue en pie. Me emociona seguir escribiéndola y tener lectores leales como ustedes. No quiero fallarles; quiero darles algo sumamente entretenido y de calidad, además de hacerlo de manera constante.
De hecho, me encantaría convertir este fanfic en una novela ligera con más detalles y con ilustraciones hechas por mí, como en las novelas ligeras de cualquier anime que ustedes conozcan. Pero para eso necesitaría afinar más detalles y conseguir un número alto de seguidores para poder capitalizarlo. Sin embargo, primero necesito terminar esta historia, que aviso, tendrá muchos capítulos, estimo que serán unos 50 aproximadamente. Y en un futuro poder animarlo, quizás me meta en un curso de animación para hacerlo como el buen maplestar (una persona que hace triple X de animes famosos)
Sé que algunas personas no conocerán a los personajes del todo, pero tengo una solución práctica. Existió un juego en línea de High School DxD de donde se extrajeron las famosas "mobage cards". Dejaré en mi perfil un enlace de Google Drive para quienes gusten descargar el set de cartas de los personajes y así familiarizarse más con ellos.
Agradezco su paciencia y espero que continúen disfrutando de la historia, no sin antes dejar un pequeño apunte.
Cuando vean que la frase está escrita "asi" es cuando un personaje esta hablando para si mismo o está pensando, a partir de ahí decidí adoptar otro enfoque llamada, "batalla de pensamientos" que empezara con estos símbolos =0= * =0= aquí es donde ambos pensamientos de dos o mas personajes piensan del uno del otro positiva o negativamente, ya lo apreciaran a lo largo de la lectura
Muy bien ahora respuesta a reviews.
Maximun Rhapsody: Las tres facciones principales están en stand by, así que no habrá intentos, en cuanto a lo otro, no, las facciones restantes aun no se enteran de la existencia de Trunks, pero no pongas en duda de que lo sabrán mas adelante.
Flashultimate: Entiendo gracias por la aclaratoria, espero sigas disfrutando de la historia
Erendir: Gracias por tu comentario amigo, lo sabrás en su debido momento.
Chapter 11: Juego de Poder
Había sido un día muy estimulante… Issei silbaba de manera alegre mientras se dirigía al campus de la escuela. Comparándolo con los días en los que era solo un pobre diablo y no tenía suerte con las chicas a estar en su situación actual, era como si hubiera encontrado las puertas del mismísimo Edén. Su sonrisa de estúpido calcada en su rostro reflejaba la gran satisfacción que sentía por lo lejos que había llegado.
Recordaba con claridad la imagen de los cuerpos semidesnudos de las chicas que tanto anhelaba. ¡Y qué decir de la suavidad y belleza de su piel! Pero lo más importante eran los pechos, esas maravillas creadas por el señor rebotando cuando las chicas jugueteaban en la piscina, fue un espectáculo inolvidable. La memoria del bamboleo de aquellos pechos expuestos se almacenó profundamente en su mente.
Pero la imagen que se quedaría grabada en la mente de Issei por siglos, o quizá milenios, era aquella escena malditamente erótica de Rías y Akeno lanzándose ataques mágicos la una contra la otra. Cada conjuro hacía que los pechos de ambas bailaran de un lado a otro, una danza hipnótica que no podía apartar de su mente. La visión provocó que su cuerpo se erizara involuntariamente, un hilo de sangre resbalara de sus fosas nasales y, repentinamente a su pantalón, comenzara a crecerle una nariz.
Mientras se acercaba más al edificio escolar, un brillo plateado llamó la atención de Issei, proveniente de la puerta de la escuela. Se detuvo por un momento para observarlo más detenidamente, preguntándose qué podría ser.
De repente, un intenso dolor punzante recorrió el brazo de Issei, como si mil agujas invisibles se clavaran en su piel. Apretó los dientes con fuerza y se aferró al dolorido miembro con su otra mano, sintiendo cómo cada músculo se tensaba en un intento desesperado por mitigar la punzada ardiente que le atravesaba.
—¡¿Pero qué demonios?!
Una vez que el dolor en su brazo se calmó, Issei observó cómo aquel resplandor gris tomaba forma humana, materializándose gradualmente en un joven. La luz del sol jugaba con las sombras, haciendo que Issei dudara por un momento si lo que veía era real o si tal vez se estaba volviendo loco.
Aunque no le importaba del todo.
Al acercarse más pudo ver a un joven con cabello plateado, era más denso y oscuro que el de Grayfia, con una apariencia que sugería un origen extranjero, al igual que su habitual cliente quien había resultado ser el líder de los ángeles caídos. No podía calcular su edad con solo mirarlo. ¿Sería de su misma edad, o tal vez más joven? tampoco estaba seguro si era un estudiante de intercambio o se trataba de otro ser sobrenatural camuflándose entre la multitud. La incertidumbre lo invadía.
Parecía que solo Issei podía verlo, como si fuera una ilusión. El joven, poseedor de ojos dorados que parecían transparentes como el cristal (1), lo miraba directamente. Esto hizo que Issei, sintiéndose incómodo, desviara la mirada rápidamente. La expresión de Issei pareció divertirle bastante al joven peligris y esbozando una expresión que podría rivalizar con la de un integrante de los yakuza, se acercó a él.
—Parece ser una buena escuela —dijo el joven, mirando a Issei fijamente, sin quitar esa inquietante sonrisa en todo momento.
—Supongo que sí —respondió Issei, esbozando una expresión un tanto forzada, pues la sonrisa del tipo le incomodaba bastante.
Aparentemente, el joven parecía interesado en la escuela, pero Issei sabía que no debía bajar la guardia. Meditaba sobre cómo responder a las preguntas que ese chico pudiera hacerle, pero antes de que pudiera imaginar más escenarios posibles, el chico habló nuevamente.
—Nunca pensé que nuestro segundo encuentro fuera en un lugar como este.
Issei arqueó una ceja, sorprendido por la declaración. No recordaba haber visto antes a este joven con ojos dorados, pero parecía estar seguro de lo que decía. Intrigado y algo desconcertado, Issei respondió con cautela.
—¿Segundo encuentro? ¿De qué estás hablando?
El joven afiló su mirada y su sonrisa se ensanchó aún más.
—Tal como lo oyes Welsh dragón, Sekiryuutei. Hyōdō Issei. —El joven afilo su mirada y su sonrisa se ensancho más —. Este es nuestro segundo encuentro
Issei se sintió repentinamente alerta. ¿Cómo sabía este joven su nombre completo y su sobrenombre en el mundo sobrenatural dado a que había nacido la boosted gear? Una sensación de incomodidad se apoderó de él mientras intentaba entender quién era este enigmático personaje y que demonios era lo que quería con él.
—Yo soy Vali, Vanishing dragón, el Hakuryuukō.
Así que se trataba del dragón blanco, su rival destinado tal y como Ddraig le había explicado la noche anterior.
¿Entonces a eso venía? Era demasiado pronto para ajustar cuentas, sin mencionar que Rías y sus amigos intervendrían si las cosas llegaran a ponerse feas, y probablemente ellos podrían salir lastimados. Issei sentía cómo su corazón latía con fuerza en su pecho, cada latido resonaba con fuerza producto del miedo y adrenalina apoderándose de él.
El aura de este tipo era muy poderosa; se atrevería a afirmar que era más poderosa que la de Kokabiel. Un escalofrío recorrió su columna vertebral al darse cuenta de la magnitud del poder que emanaba de su oponente. Su sola presencia parecía que todo se sintiera diferente, pareciera que el joven estaría reprimiendo su poder, poder que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.
Issei sabía que todavía no tenía el nivel suficiente para enfrentarse a él. La diferencia en poderes entre ellos dos era abismal, y la confianza que el joven mostraba lo hacía aún más intimidante. Hyōdō comenzó a sudar poco a poco, la ansiedad estaba apoderándose de él, sentía el sudor frío en la frente y las manos temblorosas mientras intentaba mantener la compostura. Su mente se llenó de pensamientos frenéticos, buscando desesperadamente una salida a la situación, pero no se le ocurría nada.
Seguía pensando mil y un formas de salir del predicamento en el que estaba metido hasta que.
—Pareces un indefenso cachorrito —Issei abrió los ojos como platos al sentir el puño de ese chico cerca de su rostro —, si intentara usar magia sobre ti en este momento…
No terminó de completar la frase. De repente, dos espadas se dirigieron al cuello del Hakuryuukō. Kiba y Xenovia aparecieron en el momento más indicado. El caballero de Rias empuñaba su Espada de la Traición, y Xenovia blandía a Durandall con firmeza.
—¿No crees que tu broma llegó demasiado lejos? —dijo Kiba, con la voz tensa
—No puedo permitir que inicies aquí la lucha destinada con el Dragón Rojo, Dragón Blanco.
Sin embargo, el joven comenzó a reírse, como si la amenaza de las espadas a punto de cortar su cuello fuera un juego de niños para él.
—¿Se atreven a decir eso mientras están temblando como putas gelatinas?
Issei dirigió su mirada hacia Kiba y Xenovia. Las manos de ambos estaban temblando, aunque intentaban disimularlo.
—Que unos insectos como ustedes se atrevan a alardear de esa manera es descojonante —dijo el joven de cabello plateado entre risas—. Entre nosotros dos hay una decisiva diferencia de poder, si no pudieron hacer nada en contra de Kokabiel ¿creen que podrían hacer algo contra mí?
El ambiente se volvió aún más tenso. Issei podía sentir la aplastante tensión en el entorno. Kiba y Xenovia, a pesar de su valentía, estaban claramente superados por la presencia del Hakuryuukō. La risa del joven resonaba, burlándose de su patético intento de intimidación y destacando la inmensa brecha en sus habilidades.
—Issei-san
—¡Asia retrocede! —dijo este apartando a la monja detrás de él.
Todo esto era observado por el Hakuryuukō quien miraba la patética escena con gracia.
—Saben de sobra que ni peleando juntos no tendrán oportunidad alguna de derrotarme, pero pueden hacer la prueba —dijo este retador, dirigiendo su mirada a los dos caballeros de rías respectivamente —, después de todo si a ustedes no les importa armar un alboroto, ¿por qué debería importarme a mí?
Kiba y Xenovia intercambiaron miradas de inconformidad, chasqueando los labios de molestia simultáneamente hicieron desaparecer sus espadas, dejando una estela de motas de luz que se esfumaron en el aire, con calma ambos comenzaron a alejarse del Hakuryuukō hasta posicionarse del lado de Issei.
—Hyōdō Issei, ¿en qué puesto de fuerza crees que estás en este mundo? —preguntó repentinamente.
¿Fuerza? ¿Hablaba de su fuerza? Ciertamente, Issei no se lo había preguntado antes. Le habían dicho que el poder del Dragón Rojo era anormal, que había sido temido en años donde aconteció la antigua gran guerra, pero desconocía cuál era su fuerza actual. Además, cabía destacar que aún era muy inexperimentado en batalla.
—Contando desde el primero, en tus condiciones con el Balance Breaker incompleto, podría catalogarte en un número de cuatro dígitos… entre el 1000 y el 1500 —Vali hizo una pausa, notando que los presentes no parecían comprender completamente su referencia—. Llámalo un nivel de poder, como en esos animes que a los humanos les encanta ver. Aunque en tu caso, me atrevería a calcular tu fuerza con un número de tres dígitos.
Issei frunció el ceño, tratando de procesar la información. El término "Balance Breaker" sonaba familiar, su mente trajo recuerdos de la batalla contra Raiser Phenix, ¿acaso por balance breaker se refería en aquella ostentosa armadura que su sacred gear manifestó aquella vez cuando decidió entregarle su brazo a Ddraig? Miró a Kiba y Xenovia en busca de alguna señal de entendimiento, pero sus expresiones reflejaban la misma confusión que la suya.
—¿De qué se trata esto? ¿Estás diciendo que eres el primero? —Issei frunció el ceño, irritado por la actitud despreocupada de Vali.
El joven se encogió de hombros con indiferencia, provocando aún más la molestia de Issei.
—Lo sabrás en su debido momento. Lo único que diré es que, aunque tienes un nivel de poder decente en este momento, no me interesas. Tengo un objetivo más grande en mente —dijo Vali con una sonrisa perturbadora, fijo su mirada en algún punto detrás de Issei.
Issei se sintió incómodo con la mirada de Vali y con sus palabras. La sensación de estar siendo evaluado como una presa por un depredador más grande no era reconfortante. Miró a Kiba y Xenovia, quienes también parecían inquietos por la situación.
—Y está justo detrás de ti —Issei dijo confundido, volteando rápidamente junto con Kiba y Xenovia.
—¿Trunks-san? —preguntó Kiba, sorprendido por la mención de ese nombre.
Issei y los demás se voltearon rápidamente al escuchar el nombre, encontrándose con Trunks de pie detrás de ellos, acompañado de Rias, Akeno y Koneko, quien tenía los brazos cruzados y una mirada seria en su rostro.
Vali miró a Trunks con una sonrisa lobuna, como si quisiera desmembrarlo. Trunks, sin inmutarse por la intensidad de la mirada de Vali, mantuvo su postura firme y su expresión seria.
Trunks observó a Vali sin decir nada mientras se abría paso entre los chicos para quedar frente al peli plateado.
—Tenía la impresión de que tarde o temprano aparecerías de nuevo —comentó Vali, observándolo con esa sonrisa maniática—. Te esperaba con ansias.
—Siendo sincero no me causa la más mínima impresión —dijo Trunk observando a Vali fijamente —. ¿Puedo saber qué pretendes?
La tensión entre ambos era muy palpable, ambos se enfrentaban con miradas penetrantes, cada uno evaluando al otro en un silencio. Issei y los demás, aunque no dijeron nada, observaban la escena con creciente preocupación, conscientes de la peligrosa energía que comenzaba a manifestarse entre los dos. Era como si el ambiente mismo se volviera más denso, el aire más pesado, y más atmosfera más asfixiante, indicando que en cualquier momento podría desatarse el pandemonio.
Para prevenir que algo así ocurriera Rias se atrevió a intervenir para que el asunto no pasara a mayores, posicionándose en medio de ambos jóvenes.
—¿Qué es lo que pretendes Hakuryuukō? —dijo Rías difiriéndose hacia la peli gris y mirando discretamente al guerrero del futuro, señal que logro comprender a la perfección y sutilmente dejo un poco de espacio—. ¿Estas involucrado con los ángeles caídos?
Vali río suavemente, como disfrutaba de la situación.
—Respuestas... respuestas… respuestas… eso es algo que todos buscamos, ¿no es así? —respondió Vali con tono burlón pero contemplativo—. Evidentemente podemos tenerlas, pero las respuestas vienen con un precio y no todas las veces dichas respuestas pueden complacernos.
Trunks frunció el ceño ligeramente, Vali estaba dando demasiadas evasivas y ambiguas, no entendía que era lo que pretendía hacer o demostrar.
—Limítate a responder la pregunta —Exigió Trunks.
La sonrisa burlona del portador del dragón blanco se desvaneció, como le exasperaba la actitud de esa imbécil peli azul.
—Welsh dragón y Vanishing dragón… también conocidos como los dragones celestiales. Aquellos que estén vinculados a ellos están destinados a llevar una vida llena de tragedia — Respondía Vali sin seguir queriendo dar más detalles —¿Y tú? —Pregunto, observando a Issei con un tono serio — ¿Cómo crees que terminarás Hyōdō Issei?
Issei notó con claridad la preocupación reflejada en el rostro de su ama al escuchar esa pregunta, con si supiera una verdad que el no, ya le preguntaría al respecto. Dejando a un lado esa impresión, se dio cuenta de la importancia de la pregunta de su rival destinado, ignoraba muchas cosas y al parecer aun no estaba consciente de lo que implicaba ser el portador de uno de los dos dragones celestiales.
—No vine a pelear hoy, tampoco estoy interesado en ti, Hyōdō Issei, al menos no del todo, solamente quería ver la escuela que visité la última vez. —Vali desvió su mirada de Issei y se volvió hacia Trunks de repente con una expresión que dejaba claro sus intenciones—. En cuanto a ti —dijo este mirando a Trunks de manera desafiante —. Te devolveré la humillación con creces, más vale que cuides tus espaldas.
Trunks se mantuvo impasible frente a la amenaza de Vali. Las miradas azul y ámbar de ambos hicieron contacto nuevamente cargadas de una intensa hostilidad mutua. La atmósfera se volvió aún más tensa mientras los dos poderosos guerreros se enfrentaban con sus miradas, cada uno evaluando al otro en silencio.
—Ya veremos quien es el que realmente debe cuidarse las espaldas —respondió Trunks con firmeza, sin mostrar ni el más mínimo rastro de temor.
—Lo esperare con ansias, imbécil.
Con una última mirada desafiante a Trunks, Vali se dio la vuelta y comenzó a alejarse. Su intensa energía comenzó a disminuir gradualmente y el ambiente volvió a la normalidad.
Trunks miraba el horizonte donde aquel peliplateado se había retirado, sin darse cuenta de que los demás chicos lo observaban, algunos con temor y otros con aprehensión. La tensión que había llenado el aire se disipaba lentamente, pero las huellas de lo sucedido seguían presentes en la inquietud de los chicos.
Trunks observaba el horizonte donde Vali se había retirado, su mente llena de pensamientos sobre el enigmático dragón blanco y sus palabras desafiantes. Los demás chicos lo observaban en silencio, expectantes por la situación tensa que acababan de presenciar.
—No esperaba verte de nuevo, Trunks —Issei rompió el silencio, llamando la atención del joven saiyajin.
Trunks giró lentamente hacia Issei, con una mirada seria pero tranquila en sus ojos azules.
—Yo tampoco esperaba estar aquí nuevamente, pero parece que el destino tiene sus formas extrañas de hacer las cosas —respondió Trunks con sinceridad.
Issei esbozo una sonrisa forzada, ya que todavía se sentía algo cohibido por la presencia del guerrero del futuro, rápidamente inclinó la cabeza hacia Rias para hablarle en voz baja. Al parecer no se dio cuenta que Trunks lo observaba en todo momento, su penoso intento de ser "discreto" resultaba bastante evidente.
—Buchō, ¿qué significa esto? ¿Qué está pasando? —preguntó Issei con urgencia, buscando respuestas en la líder de su grupo.
Rias, consciente de que tenía muchas explicaciones que dar, mantuvo su compostura mientras trataba de calmar a Issei y aclarar las cosas no solo con el si no con el resto de sus sirvientes.
Rias suspiró con resignación mientras Trunks volteaba avergonzado hacia otro lado.
—Vamos al club de ocultismo. Ahí podremos aclarar las cosas —dijo Rias, y por alguna extraña razón su rostro adquirió un color carmín, como si hubiera pasado por una situación embarazosa momentos atrás.
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Una vez que habían llegado al club de ocultismo Rias, con un tono de pesadez en su voz, compartió la noticia de que su hermano, Sirzechs, había aparecido de repente con Grayfia y Trunks y anunciado que era el día de la reunión de padres en la escuela y que sorprendentemente esto también contaba como trabajo.
— Onii-sama tuvo asuntos urgentes que atender y dejó a Trunks bajo mi cuidado para que conociera el mundo humano —explicó Rias, visiblemente avergonzada por la situación—. No me dio más detalles, simplemente dijo: "Te dejaré a Trunks-dono bajo tu cuidado mientras vuelvo de atender unos asuntos, cuento contigo", —añadió, imitando la voz de su hermano menor.
Trunks, recordando perfectamente el momento, se limitaba a guardar silencio, también sintiéndose algo avergonzado.
Issei, sorprendido por la revelación sobre la reunión de padres y la responsabilidad inesperada de Trunks, pensó rápidamente en cómo podrían manejar la situación.
—Esto es el colmo, primero me prohíbe dormir contigo una noche, mou… sabe muy bien que no concilio bien el sueño si no duermo a tu lado —se quejó Rias haciendo un mohín—, y luego me deja esta responsabilidad.
Rias se ruborizó nuevamente, consciente de que sus palabras podrían ser malinterpretadas. Giró lentamente la cabeza para mirar a Trunks, quien le observaba con una ceja levantada en respuesta a su comentario. Rápidamente procedió a disculparse:
—Por favor, no lo tomes a mal, no me molesta que estés aquí, es solo que esto fue algo demasiado repentino.
Trunks observaba con calma a Rias, quien se esforzaba por encontrar las palabras adecuadas para disculparse y evitar malos entendidos. La mirada tranquila y apacible del guerrero del futuro le brindo un poco más de tranquilidad, pero la situación seguía siendo incómoda para ambos.
—No te preocupes, Rias-san. A veces las circunstancias pueden ser imprevistas e impredecibles —respondió Trunks con amabilidad.
Rias suspiró con tranquilidad agradecido de que su inesperado invitado fuese alguien muy razonable.
—Te lo agradezco Trunks —Antes de continuar ella carraspeó suavemente —. Akeno te mostrará los alrededores del club antes de que empiecen las clases para que te vayas familiarizando un poco —dijo Rias, dirigiéndose a Trunks con una sonrisa amable—. Nosotros estaremos un poco ocupados —añadió mientras volvía a suspirar—. Lamento pedirte esto, pero ¿podrías quedarte aquí hasta que suene la campana del receso?
—Por supuesto, Rias-san. No habrá ningún problema —asintió Trunks con cortesía.
—Gracias, Trunks. Solo será por un corto período de tiempo —dijo Rias, complacida por la respuesta del guerrero del futuro—. Ahora, Akeno, ¿podrías encargarte?
Antes de que Akeno pudiera responder, Xenovia sorprendentemente intervino.
—Disculpe, Rias-Buchō, ¿podría ser yo quien le muestre las instalaciones? —Pregunto Xenovia de manera repentina.
Rias parpadeó, sorprendida por la propuesta inesperada de Xenovia. Observó a su nuevo caballero con curiosidad, tratando de discernir qué podría estar pasando por su mente. Sabía que Xenovia era una chica particularmente extraña y a veces impredecible, quizás debido a su estricta educación eclesiástica, lo que la hacía no saber cómo actuar de manera normal.
En otro momento, Rias habría indagado más profundamente sobre las intenciones de Xenovia, intentando comprender mejor sus motivaciones. Sin embargo, en ese momento, la sola idea de desentrañar los pensamientos de la joven le causaba una fuerte jaqueca. Decidió, por tanto, no darle demasiada importancia, al menos por ahora.
Xenovia tenía expresión estoica, pero con un brillo de expectativa en sus ojos, como si esperaba con ansias la aprobación a su solicitud. Rias observó detenidamente a la joven caballero antes de dar su veredicto.
—De acuerdo —dijo ella mientras comenzaba a organizar sus pertenencias para los preparativos de la clase especial—, no llegues tarde a clases o harías quedar mal al club de ocultismo.
Xenovia simplemente asintió, observando pacientemente mientras todos recogían sus cosas y abandonaban la sala del club de ocultismo. Trunks la miraba con extrañeza mientras ella vigilaba meticulosamente cómo, uno a uno, los jóvenes se retiraban. No estaba seguro de qué exactamente sentía, pero una sensación de incomodidad se apoderaba de él al ver cómo Xenovia se aseguraba de que la sala estuviera vacía, sin perder detalle y asegurándose de que todos se hubieran ido realmente.
El sonido de las puertas cerrándose resonó en la habitación, y un leve brillo apareció en los ojos de Xenovia. Trunks no pudo evitar pensar que, efectivamente, ella quería estar a solas con él. Sin embargo, la pregunta que lo intrigaba era: ¿por qué?
Una vez asegurada de que estaban solos, Xenovia se acercó a Trunks con una expresión seria, haciendo que el guerrero del futuro tragara saliva involuntariamente.
—Como cuento con poco tiempo, primero le mostrare las instalaciones del club de la investigación de lo oculto—dijo con voz monótona y una expresión que el saiyajin no sabría descifrar —. Por favor sea tan amable de seguirme.
—Eeem, claro —respondió mientras seguía a Xenovia por los pasillos hasta que ella giró hacia un rincón y entraron en lo que parecía ser una habitación.
A Trunks le pareció algo sospechoso, pero decidió seguir sin rechistar, ya que no conocía la zona y al parecer Rias tendría un día pesado, lo menos que quería era causarle problemas. Una vez dentro, Trunks no pudo evitar sentirse admirado por la opulencia del lugar, decorado al estilo de la época victoriana. Se sorprendió al ver una cama matrimonial en un club escolar, pero decidió no cuestionarlo por ahora.
—Emm oye —Pregunto con tono dudoso —¿estas por aquí?
Xenovia espero a que el guerrero del futuro entrara para después, aproximarse a la puerta de la habitación cerrándola con cuidado, asegurándose de que el pestillo encajara perfectamente en su lugar. El sonido suave de metal deslizándose, para fortuna de ella paso desapercibido para Trunks y una vez que se aseguró de tener todo listo para lo que sea que tuviera planeado, Xenovia volvía su atención hacia Trunks, quien continuaba admirando la ornamenta del lugar.
Pero entonces se detuvo un segundo, cuando se dio la vuelta para salir noto que la puerta estaba cerrada, antes de si quiera preguntar qué estaba pasando, se encontró entonces con la ex sacerdotisa de cabello azul justo frente a él. Sin previo aviso, ella lo empujó bruscamente hacia la cama. Trunks quedó sorprendido mientras ella, con una sin quitar esa expresión de poker face, se despojaba de sus zapatos y comenzaba a desabotonar los botones de su blusa escolar.
(Date A live OST - Kurumi's theme)
—Mucho gusto, Trunks-dono. Mi nombre es Xenovia —dijo la joven de cabello azul con una expresión seria.
Trunks la miraba atónito preguntándose mentalmente si había perdido el juicio. No solo porque el claramente ya conocía su nombre, sino también por el brusco empujón que lo había dejado sobre la cama. ¿Qué pretendía al hacer tal cosa?
—Lamento este trato tan brusco de mi parte —explicó ella con un tono neutro, casi perturbador—, pero todo tiene una explicación razonable.
¿Una explicación lógica para cerrar la puerta con seguro, empujarlo sobre una cama y comenzar a desabotonarse la blusa? Trunks no podía encontrarle sentido a lo que estaba sucediendo. Su mente intentaba desesperadamente entender que estaba sucediendo mientras observaba cómo ella continuaba con lo que parecía un plan bien pensado y elaborado.
Trunks observó cómo Xenovia se quitaba la blusa escolar, dejándola solo en topless. Visiblemente avergonzado, el guerrero del futuro volteó la mirada rápidamente para evitar ver a la joven.
—Hay algo importante de lo que necesito hablar —comenzó Xenovia mientras desabotonaba lentamente su falda —. Desde pequeños, la iglesia nos entrenaba para dedicar nuestra vida a un solo propósito: servir a nuestro señor Jesucristo. Nací con habilidades destacables, así que los altos mandos de la iglesia se encargaron de mi educación.
—¿Q-qué estás haciendo? —dijo Trunks, más rojo que un tomate, intentando mirar hacia otro lado.
Ignorando la extrañeza de la situación, Xenovia continuó su relato mientras se despojaba de la falda, quedando solo en ropa interior. Tomando una actitud más agresiva, incluso para alguien tan burdo como en lo que relaciones personales se refiere, se sentó en las piernas de Trunks y con una inusual audacia, que desconocía tener colocó sus dedos en el rostro del guerrero del futuro y lo giró para obligarlo a mirarla de nuevo.
—Nuestro dogma era poner a Dios sobre todas las cosas. Desde la infancia, la iglesia nos inculcó que no habría mayor felicidad que servir a nuestro Señor, y que, al hacerlo, no necesitaríamos nada más en la vida —explicaba ella con un tono sereno que contrastaba con la intimidad de la situación—. Pero todo cambió cuando me enteré de que Dios había muerto. Fue como si el cimiento mismo de mi existencia se hubiera desmoronado de repente.
Trunks tragó saliva con nerviosismo, incapaz de sostenerle la mirada a la mocosa caliente provenida proveniente del Vaticano, quien lo observaba como si se lo fuese a comer con la mirada.
Y aunque su instinto le gritaba que la apartara bruscamente y la mandara al carajo, su habitual carácter pacífico y sereno parecía impedirle hacer tal cosa.
—Afortunadamente, estoy encontrando la manera de superarlo poco a poco. Estoy empezando a vislumbrar nuevas perspectivas sobre la vida y me he propuesto una nueva meta.
Mientras ella hablaba, una ligera picazón en la nariz lo distrajo momentáneamente, una señal física que decidió ignorar. Trunks recordaba vívidamente las lecciones sobre anatomía humana que su madre le había enseñado con tanto esmero. Sabía que, durante el período de celo, las hembras de distintas especies a menudo liberan feromonas para influir en el comportamiento de los machos, y estos la sigan a todas partes con el único propósito de meter (El miembro) a como dé lugar.
Descartó de inmediato esa idea porque Bulma también le había explicado que el efecto de las feromonas en el comportamiento humano no estaba completamente verificado, a diferencia de otros mamíferos. Según ella, aunque existen estudios que la hembra influencia al macho en algunas especies, aún no estaba probado a ciencia cierta si la hembra del ser humano pudiera hacer lo mismo. A pesar de estas incertidumbres, Trunks notaba una intensidad inusual en los ojos de la portadora de Durandall mientras hablaba, como si sus palabras y gestos confirmaran con creces aquella teoría pudiera ser una verdad absoluta.
Lo que Trunks no sabía era que los demonios, como criaturas con una afinidad natural hacia las pasiones prohibidas, consideraban la lujuria casi como un dogma y algo importante de su naturaleza. Al querer fornicar con alguien, liberaban una esencia sutil pero poderosa que podía afectar profundamente a cualquier macho de otra especie, (2) esta esencia actuaba de manera similar a la atracción de los súcubos, induciendo deseos intensos e irracionales en quienes estuvieran expuestos a ella, sin importar su origen o resistencia inicial.
—Entiendo, entiendo —respondió, intentando mantener la compostura—. Pero, ¿qué tiene que ver eso con que te quites la ropa frente a mí?
—A eso quiero llegar —dijo Xenovia, acercándose más a él—. Siguiendo el consejo de mi ama, decidí tener una meta propia. Trunks-dono, ¿podría tener el privilegio de dar a luz a uno de sus hijos?
Silencio incomodo de nuevo…
—¿¡QUE FUE LO QUE DIJO?! —pensó él, completamente atónito, escandalizado, incapaz de creer que semejantes palabras salieran y sobra decir, que con el rostro completamente enrojecido por la atrevida proposición de la ex sacerdotisa.
—D-disculpa, p-pero creo que escuché mal —dijo Trunks, sin saber cómo escapar de esa situación—. ¿Podrías repetir eso último?
Xenovia no apartaba su mirada de él en ningún momento, sus ojos ámbares estaban fijos en los de Trunks, intensificando la tensión en el ambiente. Cada segundo que pasaba hacía que la situación se volviese aún más problemática para el guerrero del futuro, quien no entendía cómo es que esa chica le pedía semejante cosa. La incomodidad y la sorpresa se reflejaban en su rostro mientras buscaba cómo escapar de aquella situación inesperada y abrumadora sin ofenderla.
—Dije que deseo tener un hijo con usted —repitió Xenovia con calma, como si su propuesta no fuera nada irracional o extraña —. ¿Me hice entender mejor?
Boqueo como un pez, quería decir algo, pero las palabras no salían.
—He estado estudiando el tema con más detalle. Me tomé la libertad de observar con atención las interacciones de Rias-Buchō y Akeno-san con Issei-kun lo cual me ha proporcionado una experiencia invaluable para este momento —decía Xenovia con confianza—. Además, dediqué tiempo a seleccionar este conjunto de ropa interior basado en las preferencias de los hombres gracias a encuestas que he leído en internet, así que estoy segura de que será de su agrado.
Era verdad, el conjunto que mostraba Xenovia era extraordinariamente provocativo, revelando más piel de lo habitual. El sujetador de encaje negro estaba adornado con delicados detalles de encaje floral, diseñado para realzar su busto de manera sutil pero llamativa. Los tirantes finos añadían un toque de sensualidad, proporcionando al mismo tiempo un soporte adecuado. La tanga a juego, también de encaje negro, abrazaba sus caderas de forma seductora, acentuando su voluptuosa figura. Pequeños lazos decorativos en ambos lados añadían un toque juguetón al conjunto, completando una apariencia diseñada para cautivar y seducir.
O eso fue lo que ella leyó en aquel sitio web, justo antes de comprarla.
Trunks sencillamente era incapaz de encontrar las palabras adecuadas para responder a la propuesta de Xenovia. La situación era completamente surrealista, y el joven Saiyajin no sabía cómo salir de ella sin ofender a Xenovia y causar un malentendido con Rias.
—Xenovia, yo... esto es... muy... inesperado... —logró articular finalmente, sintiendo cómo su rostro ardía de vergüenza—. Creo que estas tomándote esto muy a la ligera Vamos piénsalo, ¿No crees que eres demasiado joven para convertirte en mama?
Xenovia se inclinó hacia él, sus ojos ámbares estaban fijos en los de Trunks. La intensidad de su mirada hizo que él se sintiera aún más atrapado.
—Rias-Buchō me explico todo lo relacionado sobre el nacimiento de demonios. —Explicaba la ex sacerdotisa con perturbadora calma —. Si ambos padres son de sangre pura, es muy difícil tener un bebe (3) pero afortunadamente, yo soy un demonio reencarnado y tú eres un humano —Explicaba ella, que para el horror de Trunks Xenovia abría la chaqueta de él y rasgaba su camiseta sin mangas para mostrar sus abdominales —. Y a juzgar por tu apariencia física, es de asumir que tu libido sexual es fuerte.
—No puedo creer lo que estoy escuchando —pensaba para sus adentros el guerrero del futuro. —¡Esta L-loc-ca!
—Si practicamos diariamente podría ser capaz de concebir un bebe en un corto periodo de tiempo. —dijo ella con una voz suave, pero firme—. Como sabrás, no tengo experiencia complaciendo hombres y puede que las primeras veces no sean tan placenteras para usted, pero tratare de dar lo mejor de mi para que usted pueda disfrutar al máximo.
—¡No me refería a eso! —exclamó Trunks, mostrándose escandalizado porque Xenovia no parecía entender la situación, mientras intentaba aclarar sus pensamientos en medio de la confusión y la incomodidad. —P-pont-te algo de ropa, lo que estamos haciendo no es correcto. ¡Esto no está bien! ¡ADEMAS ERES MUY JOVEN!
Xenovia mantuvo su mirada fija en él, como si estuviera evaluando cada reacción y palabra con detenimiento. Sus labios se curvaron en una ligera sonrisa, como si encontrara entretenido el desconcierto de Trunks.
—No veo la edad como un impedimento. Estoy mentalmente preparada para dar este paso —dijo en respuesta con una seriedad inquietante.
De repente sacó unos empaques cuadrados y pequeños de su bolso, con los símbolos característicos de hombre y mujer entrelazados y un corazón en medio, haciendo que el rostro de enrojecido de Trunks cambie para ponerse azul.
—Podemos usar estos para la práctica, pero si prefieres prescindir de ellos, no hay problema. He leído que es más placentero hacerlo sin hacer uso de tal objeto, ya lo sabre al comprobarlo —. El guerrero del futuro retrocedía mientras que al mismo tiempo Xenovia cortaba la distancia entre ellos dos.
—¿Acaso no me escucho? — Volvía replicar mentalmente el saiyajin incapaz de creer que la chica fuera tan densa —¡¿Realmente está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias?!
—. No hay nada de qué preocuparse, Trunks-dono, en teoría la única quien va a sentir dolor, seré yo y usted sentirá el mayor de los placeres, o al menos eso es lo que leí.
—¡NO PORFAVOR ESPERA, DETENTE! —Suplicaba el guerrero del futuro mientras intentaba quitarse de encima las manos de la chica, pero no podía hacerlo. Era uno de esos momentos en el anime donde la lógica valía mierda donde las escalas de poder y narrativa pasaban a segundo plano —PORQUE NO LO DISCUTIMOS PRIMERO… ¡¿NO SERIA LO MEJOR?!
— Ya hemos perdido mucho tiempo. Realmente me gustaría iniciar. —dijo ella con calma, ignorando olímpicamente las suplicas del saiyajin —. Por favor, despójese de su ropa para que podamos practicar.
La situación se volvía cada vez más difícil de manejar, notó cómo su corazón comenzaba a latir con fuerza, el ritmo acelerado resonaba en sus oídos y la desesperación empezaba a apoderarse de él, las palabras y suplicas asaban a oídos sordos.
¡Necesitaba una salida, y la necesitaba ya!
Así que lo mas sensato que se le ocurrió para escapar de la situación era canalizar un poco de su ki y extender sus brazos hacia ambos lados de su cabeza.
—¡Taiyoken!
Una explosión de luz blanca envolvió el espacio circundante, logrando cegar a algunos estudiantes que se encontraban en las inmediaciones del club de ocultismo.
Xenovia, sorprendida por el repentino destello, levantó las manos instintivamente para protegerse los ojos, momentáneamente desorientada por la brillante luz. Trunks aprovechó ese pequeño instante de confusión y salió disparado del club de ocultismo, corriendo tan rápido como le permitían sus piernas. La vergüenza lo abrumaba, incapaz de creer realmente lo que acababa de experimentar.
Xenovia parpadeó repetidamente, intentando recobrar la vista después del deslumbrante destello de luz provocado por el Taioken. Se frotaba los ojos, tratando de aliviar la sensación de quemazón que los invadía. Cuando finalmente recupero por completo la visión, se sorprendió al darse cuenta de que Trunks había desaparecido.
—Parece ser que, pese a que planee todo con cautela y de manera meticulosa—murmuró en voz baja, más para sí misma que para nadie más—, Trunks-dono ha encontrado la manera de eludirme.
Una sensación de frustración se entrelazó con su habitual expresión estoica. Xenovia no era dada a mostrar sus emociones, pero incluso ella no era ajena al sentimiento y no pudo evitar lanzar algunas maldiciones al aire. Sus ojos se posaron entonces en el reloj colgado en la pared, cuyas manecillas marcaban el inexorable paso del tiempo y al parecer su primera clase estaba a punto de comenzar.
—Rayos —Suspiro, con una mezcla de sorpresa y ligera contrariedad—. Se me va a hacer tarde.
Decidida a no perder más tiempo, Xenovia comenzó a vestirse de nuevo y salió de la habitación del club de ocultismo, para llegar a tiempo al salón de clases.
Quizás fracaso en esta ocasión, pero por Satán ella iba a hacer que Trunks la preñase a como diera lugar.
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Trunks corrió a través de los jardines, con el corazón latiéndole a mil por hora. Divisó una fuente de agua en lo que parecía ser el jardín de la escuela. Se detuvo, asegurándose de que la ex sacerdotisa no lo siguiera, luego se dejó caer, aún abrumado por la experiencia. El suave sonido del agua brotando de la fuente parecía traerle un poco de paz y calma.
Mientras miraba al cielo no podía evitar preguntarse como carajos había llegado a esta situación tan absurda Y peor aún ¿Cómo era posible que una joven de su edad hiciera semejante proposición? El saiyajin miró al cielo, como si buscara respuestas que no parecían estar allí.
Trunks cerró los ojos, permitiendo que el relajante sonido de la fuente lo envolviera. El tiempo pareció desvanecerse mientras se perdía en sus pensamientos. No pudo precisar cuánto tiempo había transcurrido cuando, de repente, las voces de una multitud de adolescentes emocionados llegaron a sus oídos. La algarabía resonaba por todos lados, como si el mundo entero se hubiera congregado en ese lugar para presenciar algo sin precedentes.
—¡¿Hablas en serio?!
—Como lo oyes, ¡Una chica mágica está aquí y esta permitiendo que muchos le tomen fotos!
—Pues a que estamos esperando, ¡Andando!
¿Acababan de mencionar "chica mágica"? Trunks se puso de pie, intrigado por lo que acababa de escuchar, y se dirigió hacia el gimnasio de la escuela, donde los chicos habían mencionado que esa chica mágica estaba realizando la sesión de fotos.
Tenía la remota idea de a quién se referían aquellos chicos, pues solo una persona que conocía bastante bien suele vestir así, sin embargo, se preguntaba si podría estar equivocado y si se trataba simplemente de una influencer tratando de promocionar su TikTok (4) así que ¿porque no echar un ligero vistazo para salir de dudas?
—Gira para acá…
—Inclínate un poco más…
—¡Ahora haz una pose Kawaii mientras dices yamete kudasai!
En el escenario del gimnasio, una amplia tarima estaba rodeada por casi un centenar de chicos, todos equipados con cámaras que disparaban rápidamente en todas direcciones. Los destellos de las cámaras se dirigían hacia una adolescente de cabello negro con dos coletas gráciles a los costados, vestida con un traje rosa pastel típico de las chicas mágicas y sosteniendo un báculo descaradamente plagiado del anime "Sakura Card Captors". Su rostro mostraba una expresión de pura felicidad al ser el centro de atención, realizando poses teatrales y surrealistas para permitir a los chicos capturar los mejores ángulos de ella.
—Vaya, parece ser que se trata de una persona famosa… —Murmuraba el saiyajin un tanto impresionado, sintiendo mas curiosidad de saber quién se trataba.
Cuando se acercó al tumulto de gente que seguía tomando fotos a la extraña y carismática chica, Trunks pudo divisar a Rias y a algunos miembros de su nobleza contemplando el espectáculo con una inusual mezcla de extrañeza y diversión.
—¿Rias -san?... —preguntaba Trunks llamando la atención de sus compañeros
—Trunks-san, hola… —decía ella sudando a cantaros al confirmar que quien le hablaba era aquel enigmático joven —… C-creí que te había pedido que te quedaras en el club… hasta que regresáramos.
Estaba a punto de explicarle que tenía en mente seguir sus instrucciones al pie de la letra, pero una situación embarazosa con cierto miembro de su nobleza lo había obligado a emprender la huida, con mucha calma y tacto, intentaría explicar los detalles para que Rias no lo malinterpretase, hasta que escuchó a Saji ahuyentar a la manada de chicos calenturientos para mantener el orden. Fue en ese momento cuando sus sospechas se confirmaron.
Una vez que dicha manada abandonó el gimnasio, Saji, visiblemente estresado, intentó descubrir quién era la chica que había ocasionado tal alboroto y si era familiar de alguien. La chica, estaba a punto de realizar su típica pose de idol como respuesta, hasta que vio al desgraciado joven causante de todos sus problemas y penurias.
El carácter jovial de la chica se esfumó, apartando a Saji con poco menos que brusquedad najo de la tarima para ir hasta su encuentro, Rias y los demás, al ver la expresión molesta en su rostro, se hicieron a un lado instintivamente, conscientes de que interponerse en su camino no les traería nada bueno.
La atmósfera de diversión murió para dar paso a una hostilidad palpable mientras la chica avanzaba decidida hacia su objetivo.
Una vez que la chica mágica se colocó frente a Trunks, ambos se quedaron observándose fijamente, como si se examinaran de manera minuciosa. Los demás chicos, expectantes, no perdían detalle de la escena.
—Vaya, vaya, vaya, ¿pero a quién tenemos aquí? —Dijo Serafall con evidente sarcasmo. Aunque su tono podría parecer una broma para quienes la conocían, sus ojos mostraban seriedad absoluta. —¿Disfrutas andar por tus anchas? Parece que lo tuyo no es seguir reglas, ¿verdad?
Trunks la miró con calma, consciente de que la chica buscaba provocarlo para iniciar una confrontación. Sin embargo, decidió mantener la compostura y no caer en sus provocaciones.
—Sirzechs-sama me dio autorización para conocer el lugar mejor, debe ser una pena para usted que él no me esté vigilando como USTED desea —respondió Trunks con voz serena, enfrentando la provocación de la chica mágica con una calma deliberada —, creí que era su invitado, no su prisionero.
Serafall frunció el ceño, su mirada era una extraña mezcla de intriga y molestia ante la contundente respuesta del saiyajin. Su mandíbula apretada indicaba la molestia que sentía ante la insolencia de aquel impertinente y peligroso simio extraterrestre.
La tensión en el aire era palpable mientras Serafall procesaba las palabras de Trunks. Después de un momento de silencio, ella respondió con una falsa sorpresa, adoptando un tono hipócrita.
—Oh, no, no, no, claro que no. Después de todo, ayudaste a mi pequeña hermana —dijo Serafall con un tono chillón para intentar crispar a Trunks —¿Cómo puedes llegar a pensar de tal forma?
Trunks la observó con atención, sin ceder en su postura.
—Pues en estos momentos siento que me estar tratando como si fuera un criminal, Serafall-sama —respondió Trunks, manteniendo la serenidad en su voz, pero dejando en claro su percepción de la situación —. Y no entiendo porque, ¿Le gustaría explicármelo?
==0==
¿Te gusta hacerte el listo y oírte hablar verdad, miserable bastardo? Podrás engañar a los demás con esa actitud de niño bueno, pero yo me encargare de mostrarles a todos tu verdadero ser…
Aparentar un trato amable para no quedar mal ante los demás después de que tu intento burdo de humillarme fracasara, me parece increíblemente hipócrita de tu parte... típico de aquellos que detestan perder...
==0==
—¿Ha dicho Serafall? ¿S-seraf-fall-s-sama? —Dijo Saji a punto de sufrir un colapso nervioso, había tratado a un Maō de manera inapropiada.
Pero para alivio de él, Serafall estaba más interesada en aquel joven y no sufriría la ira de ella, sin embargo, ese leve alivio que sintió se, Sin embargo, ese leve alivio que sintió comenzó a desvanecerse gradualmente debido a la intensa interacción entre la chica mágica y el misterioso sujeto que los había salvado de Kokabiel.
Cuando la Maō estaba a punto de responderle a Trunks, en ese momento, la puerta del gimnasio fue abierta de un portazo, mostrando la imagen molesta de la presidenta del consejo estudiantil.
—¡Saji! ¿Qué es lo que está ocurriendo? —preguntaba ella, observando fijamente a su peón demandando respuestas.
—Kaicho... yo... —comenzó Saji, tratando de explicar la situación mientras miraba a la chica mágica con una mezcla de incredulidad y preocupación.
Serafall, quien estaba a punto de replicar al guerrero del futuro, al escuchar la voz de su querida hermana, pasó de una actitud hostil a una expresión de alegría exagerada. Sus labios se curvaron en una sonrisa genuina mientras sus ojos brillaban con sorpresa y emoción. Dejo de prestarle atención al guerrero del futuro para asegurarse de que en efecto se trataba de su adorada hermana menor.
—¡Sona-chan, te encontré! —exclamó Serafall con entusiasmo, como si estuviera saludando a una vieja amiga. Su tono infantilizado y su gesto despreocupado contrastaban fuertemente con la tensión previa.
Sona, visiblemente sorprendida por el repentino cambio de actitud de Serafall al verla, y ligeramente contrariada por la situación inesperada, tragó en seco ante la sorpresa.
El ambiente del lugar se enfrió de repente para Sona Sitri. Encontrarse con su hermana menor vestida con un traje de chica mágica color pastel fue algo que no esperaba en absoluto.
Trunks observó la escena con sorpresa mientras Serafall corría rápidamente a saludar a su hermana, quien al parecer no estaba nada contenta. No pudo evitar pensar que la regente del inframundo tenía serios problemas de bipolaridad, o quizás solo adoptaba esa actitud con él, aunque no entendía porque ella le tenia tanto resentimiento.
Dejando eso de lado, Trunks notó ciertas similitudes entre ellas: el mismo color de ojos y cabello, ciertos gestos familiares y lo similar que se sentía su ki.
Las preguntas comenzaron a formarse en la mente de Trunks. ¿Podría ser que Sona y Serafall fueran hermanas? La idea no parecía tan descabellada ahora que las veía juntas. Aunque Sona mantenía una compostura más seria, formal y al parecer quería que se la tragase la tierra, en contraste con la actitud extrovertida y juguetona de Serafall quien daba brinquitos de emoción.
—Sona-chan, ¿Qué pasa? Tu cara esta roja —Preguntaba la peli negra mirando a su hermana, quien, viéndose indefensa, se limitaba a esbozar su mejor rostro serio mientras la vergüenza se traducía en un furioso rubor —. Tu hermana vino personalmente a verte, ¡Creo que deberías estar mucho más feliz de verme!
La menor de las Sitris no decía nada buscaba evitar todo contacto visual
Sona, visiblemente perturbada por dentro, rogaba en su mente para que no mencionara el "love girl". Trunks miraba confuso la escena sin evitar sentir un poco de pena por Sona.
—No me molestaría abrazarnos y tener algo de acción chica-chica, en un lugar a solas donde haya música romántica y la cama este llena de pétalos de rosas donde tu sostienes mis manos y dices 'Onee-sama' y yo digo 'Sona-tan'... entonces nos abrazamos fuerte y nos pegamos para…
Trunks observaba la escena con una sensación cercana a la pena ajena. Sabía que la Maō tenía un comportamiento excéntrico, pero esto rayaba en lo ridículo. En todos sus años de vida, nunca había imaginado presenciar algo así. Ni siquiera el comportamiento del Maestro Rōshi cuando salió de compras con la versión más joven de su fallecido maestro y krilin era tan vulgar como lo que estaba viendo en estos momentos.
Sirzechs le había comentado anteriormente que Serafall era extremadamente sobreprotectora con su hermana. Definitivamente, si ella hubiera sido llamada para la batalla contra Kokabiel, las cosas no hubiesen terminado bien. Especialmente si a "Sou-tan" le hubiese pasado algo.
Justo cuando su hermana estaba a punto de decirle a Serafall que cortara con el rollo y se comportase de manera apropiada vio entonces a un rostro conocido por ella.
—¿T-trunks? —menciono ella de forma atropellada —¿Que estás haciendo aquí?
Al ser llamado por la heredera del clan salió de su estupor, se limito a responder con cierto estupor.
—Veras es una historia un poco larga —Se excusó rascándose la mejilla de forma nerviosa —. Sirzechs-sama muy amablemente me invitó a conocer el lugar de la escuela. Sin embargo, parece que tuvo asuntos urgentes que atender y me dejó a cargo con su hermana.
Antes de seguir explicando más detalles, Serafall interrumpió la conversación con un tono de sorpresa exagerada, casi teatral.
—¿Ararara? ¿Sou-tan? no sabía que te llevabas bien con este apuesto joven ¿Por qué no me lo dijiste antes? así podríamos haber ido los tres por un café y ponernos al día.
Trunks no pudo evitar fruncir el ceño
—¿Estas tomándome el pelo?
Sona, algo sorprendida por la inesperada intervención y el comportamiento extravagante de su hermana, miró a Trunks con una mezcla de disculpa y desconcierto en su expresión, entonces giro la cabeza para espabilarse y decir lo que tenia pensado decirle a su hermana momentos atrás.
—¡Onee-sama!... —La hija menor del doctor Abbader llamaba la atención de su hermana —…estoy a cargo del concejo estudiantil de esta escuela, aun si eres parte de mi familia ¡Tal comportamiento y vestimenta son completamente inaceptables!
—Buaa Sou-tan me regaño —Serafall se tallaba los ojos realizando un mohín infantil —. Yo solo quería ser amable… no me regañes… *Insert Pleading Face emoji*
Sona chasqueó los labios con un gesto de frustración apenas perceptible, sintiendo cómo su expresión impasible podría quebrarse en cualquier momento bajo la presión de la excentricidad de su hermana. Antes de que eso pudiera suceder, como si hubiera cambiado de canal repentinamente, Serafall volvió a dirigir su atención de manera brusca hacia Trunks volviendo a su típica actitud risueña e infantil.
—Bueno no importa me pareció escuchar que Sirz-chan esta ocupado en algunos asuntos ¿Verdad Rias-chan?
La heredera del clan Gremory, quien se había mantenido al margen de la situación, solo pudo asentir de manera casi robótica.
—En ese caso, ¡Yo me encargaré de cuidarlo por ti! —dijo la Maō con un gesto alegre, pero para todos los presentes, la atmósfera se volvió súbitamente tensa y hostil—. Ninguno de ustedes tiene inconveniente alguno, ¿verdad?
Todos, de manera automática, negaron con la cabeza, incluida Sona, quien también había sentido ese cambio abrupto en el ambiente. La sonrisa de Serafall parecía brillar con una intensidad inquietante, y sus ojos destellaban con una energía que no dejaba lugar a objeciones. Sona, aunque molesta y avergonzada por el comportamiento de su hermana, no podía hacer más que asentir en silencio.
Quizás era la imaginación de los demás, pero juraron escuchar un leve tono siniestro en la voz de la Yon Dai Maō. Bajo esa perspectiva, ¿Que les quedaba decir?
Serafall, por su parte, parecía disfrutar del control que tenía sobre el momento, deleitándose en la reacción de los demás.
—Perfecto está decidido… vamos Trunks-chi te mostrare muchos sitios interesantes —continuó Serafall, su tono de voz volvió a ser risueño y alegre para después de endulzarlo de manera sensual mientras repagaba sus abundantes pechos en el brazo del saiyajin —. piensa en mí como tu ángel de la guarda y tu dulce compañía.
Entonces ambos abandonaron el gimnasio como si se tratara de una acaramelada pareja de novios a punto de ir a una cita romántica.
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Oscuridad... solo oscuridad a su alrededor.
¿Dónde se encontraba ella? No podía saberlo si esta oscuridad se extendía hasta donde su vista le permitía ver. Era una negrura densa, opresiva, que se extendía infinitamente en todas direcciones. Intentó mover la cabeza, pero no pudo discernir ningún cambio en el paisaje que la rodeaba. No había puntos de referencia, ni luces, ni sombras; solo un vacío absoluto que parecía consumir todo.
El silencio era igual de abrumador, una ausencia total de sonido que hacía que su respiración y los latidos de su corazón parecieran ensordecedores. Cada intento de moverse se sentía inútil, como si estuviera atrapada en una espesa bruma que resistía todos sus esfuerzos. La oscuridad la envolvía por completo, y la desorientación se mezclaba con una creciente sensación de impotencia.
—No puedo... moverme... ¿estaré soñando?
Decía en voz baja, casi apagada. No podía mover un solo músculo ni abrir los ojos, y aunque intentara gritar, su voz no respondía. Sin embargo, una sensación inusual la mantenía calmada. A pesar de la inquietante inmovilidad, había una extraña sensación de seguridad y tranquilidad que la embargaba, como si una presencia familiar y reconfortante la envolviera, protegiéndola de cualquier peligro.
Era una sensación cálida, casi palpable, que le recordaba momentos de su vida cuando alguien la cuidaba y la protegía. Esa presencia, aunque invisible, se sentía tan real que casi podía imaginar los brazos de Trunks rodeándola, brindándole consuelo y seguridad. Esta sensación la tranquilizaba lo suficiente como para relajarla, permitiéndole soltar el miedo que debería sentir en un lugar tan oscuro y desconocido.
Y en un momento, tuvo libertad de movimiento.
—¿Qué está sucediendo?
Parecía que había entrado a un lugar bastante extraño. Se sentía como si estuviera en medio de la nada, con entes abstractos que parecían escapar de su comprensión. La oscuridad opresiva se había disipado, reemplazada por un paisaje etéreo y surrealista. Colores y formas indistinguibles flotaban a su alrededor, cambiando y retorciéndose en patrones caóticos. Era como estar en el borde de un sueño, donde nada tenía forma concreta, y todo parecía estar en un constante estado de transformación.
Las figuras abstractas danzaban en la periferia de su visión, criaturas amorfas que no parecían tener un propósito o intención, pero que, de alguna manera, se sentían observadas. Mai miraba a su alrededor, tratando de encontrar algún sentido en el caos que la rodeaba. Sus pasos eran firmes, pero el terreno bajo sus pies parecía inestable, como si caminara sobre una superficie líquida que se solidificaba justo lo suficiente para sostenerla.
"Él es mío"
Una voz raspada y etérea, pero cargada de una fuerza que hacía eco en la vastedad de la oscuridad resonaba en los alrededores de aquel espacio surrealista. Mai entrecerró los ojos, tratando de enfocar su visión en la dirección de la voz, pero la negrura persistía, implacable e impenetrable. Las formas abstractas que antes se movían en la periferia de su visión parecían ahora desvanecerse, dejando solo un vacío profundo y perturbador.
—¿Quién eres? —preguntó Mai, su voz firme, aunque su corazón latía con fuerza.
"Aléjate de él, si sabes lo que te conviene"
Mai fijó su mirada en la figura espectral de la niña que emergía lentamente de la oscuridad. La niña parecía inofensiva a primera vista, con su pequeña estatura y su apariencia delicada, pero había algo en sus ojos, una profundidad oscura y peligrosa que hacía que la piel de Mai se erizara.
—¿Alejarme de el? ¿Acaso te refieres a Trunks? —Pregunto ella a la nada y al no obtener respuesta volvió a hablar —, si te refieres a él, de ser el caso ¿Quién eres para decirme qué debo hacer?
"Alguien con eones de existir. Una existencia insignificante como la tuya no merece estar al lado de un ser tan magnánimo como él"
Mai se sintió sobrecogida por la presencia de esta entidad, que parecía emanar un poder más allá de toda comprensión. Aunque intentaba mantener su compostura, la atmósfera se volvía cada vez más opresiva, como si el espacio mismo estuviera siendo moldeado por la voluntad de esta figura misteriosa.
Aun así, no iba acobardarse.
—¿Ah sí? —respondió ella con tono desafiante— ¿Y tú eres digna de él?
La figura misteriosa se mantuvo en silencio por un momento, sus ojos oscuros y profundos parecían evaluar a Mai con intensidad. Un susurro sutil resonó en el aire cargado de misterio antes de que la figura hablara con voz serena pero cargada de significado:
"Soy lo que él necesita, lo que él merece"
Mai frunció el ceño, tratando de descifrar el enigma detrás de esas palabras. La presencia de esta entidad era abrumadora, como si emanara un aura que desafiaba las leyes del espacio y el tiempo.
—¿Y qué sabes realmente de él? —Preguntó Mai al ver que no respondía ella sonrió con autosuficiencia —.Lo supuse ¡No sabes nada! ¡Nada en lo absoluto! ¿Y te crees con el derecho de reclamarlo como tuyo? ¡¿QUIEN DEMONIOS TE CREES QUE ERES?!
¡EL SER QUE ESTA DESTINADO A ESTAR A SU LADO POR EL RESTO DE LA ETERNIDAD!
La figura que se manifestó en aquel sitio irreal se trataba de una pequeña niña vestida de lolita gótica, de cabello largo y oscuro que ondeaba como sombras vivientes y unos ojos que irradiaban una serenidad profunda pero perturbadora.
—Eso no te da derecho a decidir por él —replicó Mai, enfrentando la intensidad del ser frente a ella—. Él tiene su propia voluntad, sus propios deseos. No puedes simplemente reclamarlo como si fuera un objeto.
—Él y yo... somos… iguales… —Hablo la niña pequeña, su voz resonó en el vacío de la oscuridad —. Ambos… somos… dioses… y… tenemos… un destino… entrelazado.
Mai se quedó sin habla ante la revelación. La idea de que Trunks fuera equiparado a un ser tan antiguo y poderoso como Ophis la dejó sin aliento.
—¿Un dios? ¡¿Acaso es una puta broma?!
La oscuridad que rodeaba a Mai se hizo más densa, como si estuviera atrapada en un laberinto de incertidumbre y misterio. Su mente corría a mil por hora, tratando de entender las palabras de Ophis y lo que significaban para Trunks.
—Has sido advertida… si no te alejas… sufrirás… un destino… peor que la muerte —Sentencio Ophis, antes de desvanecerse lentamente en la oscuridad, dejando a Mai sola con sus pensamientos turbulentos y la sensación ominosa de que algo grande y desconocido se estaba gestando.
Para después despertar de manera abrupta en el hospital.
Fin del capitulo
Aclaraciones
1.- En la novela ligera Vali tiene los ojos dorados, el estudio que se encargó de animar las tres temporadas se paso por el arco del triunfo varios aspectos importantes y modifico el aspecto de varios personajes, en este caso Vali en el anime tenía los ojos grises y el estudio que animo la cuarta temporada se encargo de corregir ese desacierto del estudio de animación anterior.
2.- En la novela ligera se hacen breves alusiones a esto, pero el autor no da más detalles ni respuestas con mayor profundidad. En esta historia, he interpretado que un demonio femenino tiene la capacidad de seducir a cualquier hombre, siempre que tenga un cuerpo voluptuoso y atributos físicos prominentes. Sin embargo, algunos personajes de Dragon Ball Z son inmunes a estas feromonas, como se vio en el torneo de poder ejem Ribrianne ejem como se puede observar cuando Trunks escapa del club, dejando sola a Xenovia y su intento de que este la deje embarazada.
3.- En el volumen 4 de la novela ligera se hace alusión de que los demonios no pueden tener hijos como conejos debido a la singularidad de su especie y por su absurda longevidad, por eso se vieron obligados a tener un sistema que pueda reencarnar humanos a demonios y así aumentar sus filas gradualmente. Para mas detalles lean el volumen 4 el capítulo se llama EL VAMPIRO DEL SALÓN DE CLASES SELLADO y la pagina es la numero 52.
4.- Sirzechs le comentó como funcionaba el mundo humano, lo cual también incluía el uso de redes sociales como Instagram, Tik tok, Facebook, YouTube, aunque Trunks no veía sentido ver a personas bailando de manera ridícula en un video de 30 segundos XD, si gustan que haga una breve mención en el capítulo que viene.
Antes de despedirme, me gustaría hacerles una pregunta: ¿Cuántas preguntas creen ustedes que el gran Suno les permitiría hacer a las chicas de High School DxD después de que hayan ofrecido su tributo? Las chicas son Rias, Akeno, Kuroka, Serafall, Sona, Tsubaki, Asia y Rossweisse. ¡Los leo en los comentarios, jeje!
Aprecio sus el apoyo a la historia y me disculpo por la demora, espero tener el siguiente capitulo a tiempo. Cambio y fuera.
