Capítulo 10

Ira Desatada (Parte 2)

Nadie se había movido ni dicho palabra alguna desde aquel incidente cometido por Gaara. Todos seguían con la sorpresa en sus caras y él cargaba con una ira inexplicable en su mirada. La jarra todavía permanecía en sus manos. Nunca antes se le había visto tan fuera de sus casillas. Era como estar en una pesadilla. Yoshino se levantó de la silla y encaró al pelirrojo.

-¡¿Qué te pasa niñato?! ¡¿Acaso no sabes quién soy?!

-¡Claro que lo sé, solo que me importa un comino! ¡Quién sea que intente meterse con mi familia, lo paga muy caro! ¡Usted puede ser una de las personas con más dinero en el mundo; pero ese título lo perdió cuando ofendió a mi hermana! ¡Créame que nunca se lo voy a perdonar!

-¡¿Y crees que me importa si ofendo a tu querida hermana?! ¡Por favor, no es más que una escoria y la mujer que está lavándole el cerebro a mi hijo!

-¡Aquí la única escoria es usted al insultar a alguien solo por mostrarle la realidad a su hijo!-La mujer se relajó para no soltar una palabrota.

-Realmente no sabes con quién te estás metiendo. Si quiero, soy capaz de arruinarte a ti y a tu querida familia.

-¡Ya veremos cómo lo solucionaremos cuando llegue el momento! ¡Lárguese de aquí y llévese su mugroso dinero! ¡No nos hace falta!-Ella tomó sus cosas y se dispuso a partir, conservando su indestructible orgullo. Gaara la seguía con la mirada fija y el ceño bien fruncido.

-Muy bien, si eso es lo que quieren. Cuando menos se lo esperen, se darán cuenta de lo mucho que les hará falta esta gran cantidad y se arrepentirán de no haberla aceptado, ténganlo por seguro.

-¡Fuera de mi casa! ¡Ahora!-La castaña salió por la puerta y se perdió de vista de los Sabaku No. El chico dejó la jarra sobre la mesa y respiró hondo para recuperar la calma que esa mujer le había arrebatado. Se tocó la cabeza y cayó sobre una de las sillas. Temari tomó una almohada y comenzó a echarle viento a su hermano.

-¿Estás bien hermano?-Le preguntó con preocupación. Gaara tomó su muñeca para que detuviera sus movimientos.

-Sí, estoy bien Temari.-Suspiró.-Necesito despejar mi mente. Tuve un momento de mucha tensión.

-Tranquilo, todos estábamos igual. Yo la verdad no sabía cómo echarla de aquí sin tratarla tan mal. Lástima que me quitaste la oportunidad de ello.

-¿De verdad que estabas planeando eso papá? Pero te veías tan sereno mientras hablabas con la vieja esa.

-Por supuesto Kankuro, lo único fue que estaba conteniendo mi ira lo mejor posible para que ella no lo notara, porque el que se mete con alguno de nosotros, no la tendrá fácil.

-Eso es verdad. Somos los Sabaku No, y nadie podrá derribarnos si es lo que quiere. Que esa mujer ataque con lo mejor que tenga e intente arruinarnos. El tiro le saldrá por la culata.

-Me disculpo con ustedes, no fue mi intención mostrarme tan fuera de mí. Solo que esa mujer me puso los pelos de punta.

-No es necesario que te disculpes con nosotros hermano.-Gaara se sorprendió ante el comentario.

-Kankuro…

-La verdad es que todos queríamos sacarla de aquí desde que trató a Temari con tal irrespeto. Ninguno lo iba a tolerar. Admito que en un momento pensé en darle un puño en esa cara de señora rica para que dejara de fastidiar; pero recordé que a las mujeres no les podemos hacer esa clase de daño, así que tuve que retener mis instintos asesinos.

-Debo agradecerte por lo que hiciste por mí Gaara. Fue un lindo gesto por parte tuya. Al principio, me sorprendió mucho que te dejaras llevar por la ira; pero me sentí feliz al saber que puedo contar contigo.-Le sonrió a su hermana con ternura.

-Eres mi hermanita Temari, siempre voy a estar al pendiente de ti, y no dejaré que nadie te trate mal, porque sé la gran persona que eres. Que tienes tus defectos como cualquier ser humano; pero eso no cambia que transmitas alegría a todo lugar al que vas.-La rubia abrazó a su hermano.

-Qué lindas palabras. Te quiero mucho.-Lo estrechó tanto que casi lo ahoga. Gaara mandaba señales de que se la quitaran de encima antes de que se quedara sin aire. Entre los otros dos de la familia, lo ayudaron.

-¿No crees que deberías medir un poco más tu fuerza?

-Gomen, no era mi intención. Es que me emocioné mucho.

-Sí nos pudimos dar cuenta de ello.

Shikamaru iba caminando hacia la residencia Sabaku No para ver a su novia. En el trayecto, sin esperarlo, vio a su madre con un curioso paquete y empapada. La mujer giró el rostro y se cruzó con los ojos de su hijo. El silencio permaneció por unos minutos, ambos se contemplaban, diciéndose más de lo que podían con la mirada.

-¿Me vas a explicar lo que haces aquí o tendré que sacártelo a la fuerza?-El pelinegro frunció el ceño.

-Me robaste la pregunta de la boca.-Otro silencio se formó entre los dos, buscando encontrar quién caería primero. Cargaban con un orgullo muy elevado como para desistir en su objetivo; descubrir la razón de la presencia del otro. Una vez más, Yoshino rompió el hielo.

-Yo pregunté primero, así que responde.

-Voy a ver a Temari.

-¿A la rubia desteñida esa? ¿Cómo se te ocurre? ¿No te das cuenta que esa mujer solo te está haciendo daño?

-Ella no me hace ningún daño, la única que lo genera aquí eres tú con tus absurdas ideas del compromiso con Tayuya. ¿Qué te cuesta entender que ella no es la chica indicada para mí y que no la amo?

-Con el tiempo aprenderás a hacerlo. Tayuya no es una mala persona.

-Puede que no; pero sí es muy posesiva, y no es algo que me guste mucho en una mujer. Además, ni aunque pasen miles de años la podré ver como algo más.

-Sí que me tienes decepcionada Shikamaru. ¿En qué momento cambiaste tanto?

-Primero, no me importa si te sientes decepcionada con mi actitud, este es el camino que he elegido, y no me detendré hasta que aceptes que Temari es la única capaz de poner mi mundo de cabeza.

-Es increíble lo tonto que eres al creer que realmente la amas. De todas las mujeres que podías elegir tenía que ser ella.

-No me interesa si te agrada o no, eso no permitirá que me aleje de ella. Ahora contesta, ¿qué haces aquí y mojada?-Sus rostros no se habían relajado en ningún sentido. No iban a bajar la guardia, no importaba lo que pudiera pasar.

-Simplemente vine a visitar a unas personas para realizar unos trámites y parece que no les gustó mucho mi oferta, nada por lo que deberías preocuparte.-Shikamaru comenzó a olfatear como un perro, y esa esencia que se coló en sus fosas nasales no le cambió el semblante. Observó el pequeño maletín con mayor detenimiento.

-Eso es mucho dinero, ¿no? No me digas que estabas planeando que Temari se separara de mí sobornándola, porque parece la única razón por la cual te asomarías por esta zona.-Su risa de villano de película resurgió.

-Sí que heredaste el cerebro de tu padre. Claro que para eso estoy aquí.-Su heredero apretó los puños con fuerza, a tal punto que se enterró las uñas y una pequeña cantidad de sangre rodó por sus manos.

-¿Cómo puedes decirlo con tanta frescura? Es como si dentro de tu corazón no existiera ni una sola pizca de empatía. Es increíble lo lejos que puedes llegar por quitarme mi felicidad.

-Pronto entenderás que hago esto por tu bien y el de nuestra familia. Haré hasta lo imposible por que no vuelvas a estar con ella.

-Inténtalo si quieres; no funcionará. Como sea, mejor me voy antes de que se me salte la piedra.-Yoshino agarró al vago de la camisa para que no diera un paso más.

-Si vas tras ella, me aseguraré de desterrarte de los Nara.-Se liberó con hastío.

-Ya te lo dije, haz lo que quieras, no es de mi incumbencia. En primer lugar, jamás quise ser alguien con todo el dinero del mundo y arruinar la vida de los demás cuando quisiera. Si así quisiste educarme, créeme que no te sirvió de nada.-Siguió hasta llegar a su destino. Llamó a la puerta, la cual le fue abierta por Kankuro, quien lo miró con extrañeza.

-¿Nara? ¿A qué viniste? No me digas que tú también vas a tratar de sobornarnos al igual que lo intentó tu madre.

-No, claro que no. Entiendo que no confíes en mí del todo; pero tampoco exageres. A Temari jamás podría hacerle una cosa de esas, te lo juro.

-¿Entonces qué haces aquí?

-Quería hablar con tu padre, es urgente.-Sus ojos cafés mostraban tanta seriedad que el castaño no tuvo más opción que dejarlo pasar. Se hizo a un lado y el Nara entró en la casa. Su novia lo recibió con un gran abrazo que le fue correspondido de inmediato.

-¿Cómo estás?

-Estoy bien, tranquila. Tú debes estar fatal.-Se separaron.-Me enteré de que mi madre vino hasta aquí para alejarnos.

-¿Cómo lo sabes?

-Me encontré con ella cuando venía de camino, y le hice confesar. No me imagino lo que debiste haber sentido.

-Sí, fue horrible. Por respeto no dije nada y mantuve mi compostura lo más que pude. Gaara fue el que la echó de aquí.

-¿En serio?-El vago enfocó su vista en el sujeto pelirrojo. No le entraba en la cabeza como alguien tan reservado hubiese puesto a la furibunda mujer que lo trajo al mundo en su lugar.

-¿Qué? Obvio fui yo. ¿Qué pensabas Nara? ¿Qué iba a dejar que esa mujer siguiera insultando a mi hermana? Tengo paciencia; pero no cuando se trata de mi familia.

-Está bien, te creo.-Sus ojos cambiaron de objetivo y observaron a Rasa con detenimiento.-Vine aquí para hablar con usted.

-¿Conmigo? Dime, ¿qué ocurre?

-Quisiera saber si usted le daría permiso a Temari de irse a vivir conmigo.-Aquella petición dejó al dueño de casa estupefacto. ¿A qué venía eso tan de repente? No estaba seguro si dejar a su hija en manos de alguien más que no fueran sus hermanos. Se lo quedó pensando por varios minutos.

-¿No te parece que es un poco pronto?

-Escuche, amo a su hija como nunca antes había querido a alguien en mi vida, y quiero pasar el resto de mis días con ella. Entiendo que es una propuesta un tanto descabellada; pero…

-Sé lo mucho que la quieres y que siempre haces lo posible para hacerla feliz, y de eso estoy muy agradecido; pero no voy a dejar a mi niña así sin más, al menos no hasta que se casen, lo que también sigue siendo muy pronto.

-Papá por favor, danos esta oportunidad de vivir juntos como una pareja.

-Lo siento Temari, no puedo. Shikamaru, si lo que te preocupa es tu madre y que intente seguir atormentándonos, en especial a mi hija, descuida. Entre los cuatro saldremos adelante de esta situación, porque somos una familia, y siempre nos apoyamos en las buenas y en las malas.-El Nara se resignó a seguir insistiendo, ya que se dio cuenta que le sería imposible obtener el permiso del hombre.

-Está bien, si así son las cosas, no dudaré de su palabra Rasa. Bueno, ¿por lo menos podría invitarla a comer?-Rasa suspiró.

-De acuerdo; pero ni se les ocurra llegar tarde.

-Le prometo que volveremos pronto.-Agarró a su novia y salieron de ahí. Caminaron por unos largos minutos hasta que finalmente, llegaron al primer restaurante en el que habían comido juntos.

-Este lugar me trae tantos recuerdos. Siempre que vengo aquí es difícil no sentir nostalgia.

-Para mí también todo esto está lleno de recuerdos, y he de admitir que los mejores han sido estando contigo. Incluso, en estos momentos en los que la situación no está tan a nuestro favor, el estar a tu lado para mí es más que suficiente.-Su confesión sorprendió a la Sabaku No, y una sonrisa se posó en sus labios. Se apegó a él.

-Siempre tienes que decir cursilerías en el momento más inoportuno, ¿verdad? Supongo que eso jamás cambiará en ti.

-Ni aunque pasen miles de años dejaré de decirte que te amo de todas las formas existentes posibles.-Entraron y tomaron asiento. La camarera se les acercó.

-¿Les puedo tomar la orden?

-Dos sopas de ramen, por favor.

-Enseguida.-La mujer se fue y de nuevo quedaron los dos solos. El semblante de Temari se tornó un poco más serio.

-¿De verdad crees que podremos ser felices con tu madre en medio?-Shikamaru suspiró y tomó la mano de su chica con firmeza. Su rostro detonaba determinación.

-No te preocupes por eso de momento. Yo me haré cargo de que ella no se meta más en nuestra relación y nos deje en paz. Confía en mí.

-Confío en ti, en quien no confío es en ella y en lo que pueda llegar a hacer, y ahora que Tayuya también está involucrada, es capaz de todo. Así que, no sé qué pueda salir de todo esto.

-En serio, no tienes que preocuparte por ellas dos. Yo las pondré al margen, sea lo que sea que tenga que hacer. No importa lo dura que sea esta batalla, saldremos adelante, juntos, ¿vale?-Temari suspiró con pesadez intentando asimilar todo lo que estaba pasando. Era duro, en especial para su novio, quien más encima se ponía toda la carga sobre sus hombros.

-Es obvio, no dejaré que me trates como una princesa en apuros que espera por el rescate de su príncipe azul de brillante armadura y cabello sedoso.-Aquel comentario les sacó una risa a ambos.

-En absoluto. Sé que no eres ese tipo de chica, por eso es que te elegí. No necesitas depender de nadie, ni siquiera de mí.

-Lo único que necesito de ti es tu amor y que jamás me olvides, así el camino nos haga tomar riendas opuestas.

-Nunca podrías salir de mi mente aunque lo intentara una y otra vez. Solo tú has logrado conocerme desde lo más profundo, y con quien he bajado la guardia sin notarlo. Contigo me siento libre y capaz de lo que sea, hasta lo imposible.-Ella sonrió y sus orbes tomaron un brillo especial que solo podía tener cuando estaba con él.

-Me alegra saber que lo que sentimos y pensamos es igual. Aunque una y mil veces me dije que era inútil perseguirte, o por lo menos quererte, fue imposible para mí no hacerlo. Te dejé entrar en mi vida, y ahora que estás aquí, no quiero perderte por ningún motivo.

-Aquí tienen sus sopas.-Llegó la camarera irrumpiendo el momento tan romántico; sin embargo, eso no les molestó.-Espero que las disfruten.

-Arigato.-Contestaron al unísono con una sonrisa de por medio. La mujer dio media vuelta; pero antes de avanzar, exclamó.

-Quería decirles que hacen una pareja muy bonita, no es usual ver a dos personas tan felices la una con la otra. Ojalá y duren así por muchos años más.

-Agradecemos sus buenos deseos.-La señorita se retiró de ahí, y los tortolitos disfrutaron la comida que se les había servido.

-Delicioso como siempre.

-Lo sé.-Una vez que terminaron de comer, Shikamaru fue a la caja a pagar.

-¿Efectivo o tarjeta señor?

-Tarjeta.-La pasaron por el registro, y no funcionó.

-Parece que su tarjeta no tiene sueldo.-Aquello impactó un poco al vago. Así que, sacó las otras que tenía.

-Pruebe con una de estas, alguna tendrá que servir.-Registraron todas y cada una de las tarjetas, y todas dieron con el mismo resultado.

-Le juro que ninguna sirve señor.

-¿Cómo es posible?-Temari, al descifrar preocupación y enojo por parte de su novio, se acercó para saber lo que estaba pasando.

-¿Todo está en orden?

-No. Ninguna de mis tarjetas funciona. Es como si alguien las hubiera bloqueado.-Sus palabras le hicieron reflexionar por unos segundos.-Esa vieja…está cruzando los límites de mi paciencia. ¿Cómo es posible que no me diera cuenta antes?

-¿Te refieres a tu madre?

-Sí, tal parece que bloqueó mis tarjetas.

-¿Cómo sabes que fue ella?

-Mis padres son los únicos que tienen acceso a ellas, y dudo que mi padre lo hubiera hecho sin consultarme antes.

-Ya veo. Descuida, yo pago.-La rubia sacó efectivo de su bolsillo y pagó la comida. Los dos salieron del restaurante. El Nara cargaba con una ira incontenible en su mirada.

-Kuso…

-Tranquilo, ya pagamos, ya pasó lo feo.

-No es eso. Se supone que sería yo quien debía invitarte, no tú a mí, y porque quería sorprenderte, no traje efectivo.-La chica se detuvo en seco.

-No es necesario que hagas ese tipo de cosas Shikamaru. Para mí con poder verte me basta y me sobra. Todos los días siempre me sorprendes, así que no debes planear nada para hacerlo.

-Temari…-tomó las manos de su novio.

-Escucha, talvez fue feo lo que nos pasó hace poco; pero mírale el lado positivo, al menos estamos juntos, ¿no? ¿No crees que es suficiente?-Shikamaru suspiró.

-Tienes razón. Es que me choca que mi madre se comporte de este modo y no me permita hacer mi vida. Soy lo suficientemente grande y maduro como para tomar mis propias decisiones.

-Lo sé. Por eso, debemos seguir unidos, y hacerla entrar en razón. Ahora somos un equipo.

-Es verdad. Siempre sabes qué decir en este tipo de situaciones tan problemáticas.-Se besaron como si esa fuese su última vez, degustándose mutuamente.

-¡Shika, mi amor!-Aquella voz chillona los alarmó. Se quedaron viendo como la chica se iba acercando a punta de saltos de alegría. Se resignaron a hacerla a un lado. La otra se aferró al brazo de Shikamaru.

-¿Qué carajos haces aquí Tayuya?-La nombrada sonrió como si nada.

-Vine a verte, es obvio. Ahora que estamos comprometidos, debo estar al pendiente de ti el tiempo que me sea posible.

-Sí que eres un fastidio completo. ¡Ya suéltame!-Se liberó de las manos de Tayuya.

-No deberías tratar de ese modo a tu futura esposa Shikamaru.-Esa voz lo crispó todavía más.

-¿Ahora qué quieres?

-Considero que deberías permanecer junto a Tayuya más tiempo, en lugar estar con esta pordiosera.

-Ni en mis sueños más locos algo como eso podría pasar, y no insultes a Temari. No tienes el derecho de ello.

-Pero por supuesto que lo tengo.

-¿En serio? No me hagas reír. El tener casi todo el dinero del mundo no te hace la mujer más poderosa, solo te convierte en una avara corrupta que busca siempre hasta el modo más vil para mantenerse en la cima.-Yoshino soltó una carcajada.

-Sí que te encanta hacer bromas, ¿no hijo? ¿Qué importa si mi objetivo es seguir con dinero en mis manos a pesar de que otros sufran? Así soy yo, y soy feliz.

-¿Qué pasó con la mujer que vivía para los demás y que hacía todo por ver una sonrisa en sus rostros?

-Esa estúpida jamás existió, solo fingí que me importaba para seguir en el puesto en el que estoy, y no me puedo quejar. Todo ha salido de acuerdo a mi plan.

-Sabes que eso se puede terminar si papá decide romper su matrimonio contigo, así que no siempre estarás en la cúspide.

-Ahí te equivocas. Tu padre está locamente enamorado de mí, por eso no me va a abandonar. Además, es un blando y jamás podría hacerme daño. Fuera que no lo conociera como la palma de mi mano.

-Sí que eres un asco de persona. No puedo creer que te convirtieras en semejante monstruo. ¿Cuántas cosas más eres capaz de hacer?

-Ah, cierto. Lo había olvidado por completo. Vine hasta aquí para hablar con Sabaku No Temari.-Eso dejó sorprendidos a todos. ¿Para qué la quería a ella? La situación les generó un mal sabor de boca.

-¿Conmigo? ¿Qué necesita hablar conmigo? Creo que ya me ha dicho todo lo que quería.-La castaña sonrió con malicia.

-No del todo. Solo te iba a decir que sería mejor que estuvieras en tu casa, o podría ocurrir una masacre. No sé, yo solo te lo advierto.-Su declaración dejó perpleja a Temari. ¿Ahora qué había causado esa mujer tan despiadada?

-¿Qué quiere decir con eso señora Nara? ¿Algo le pasó a mi familia?

-No puedo decírtelo con certeza. Ve con ellos y lo descubrirás. Después de que lo hagas, si quieres o no, te esperaré en mi oficina. Tú decides.-El pulso de la rubia se aceleró a mil. El imaginar que algo malo les había pasado a sus familiares la paralizó. No sabía si era grave o no; pero de algo estaba segura, sí o sí tenía que descubrirlo. Tenía que saber exactamente lo que era.

-Yo…tengo que irme Shikamaru.

-¿Segura que estarás bien? Si quieres te acompaño, no tengo ningún problema.

-No, está bien. Esto es algo que solo a mí me compete.

-De acuerdo. Ojalá que todo salga bien.-Ella asintió con una sonrisa de por medio y salió corriendo lo más rápido que pudo hasta su hogar. Una vez que llegó, abrió la puerta y se encontró con su padre y sus hermanos con miradas desesperadas y recostados en el sofá. Corrió hacia ellos.

-¿Qué pasó? ¿Se encuentran bien?

-Sí, lo estamos.-Afirmó Rasa, quien tomó a su hija de los hombros.-Escucha con atención lo que voy a decirte.-Su mirada era tan seria, que preocupó más a Temari.

-Papá, no me asustes. Dime, ¿qué ocurrió?-Su padre tomó aire antes de contestar, lo que no daba indicios de que fuera algo bueno.

-La empresa quebró. Tus hermanos y yo nos quedamos sin trabajo.-Los orbes verdes de la rubia se abrieron como platos.

-¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué?

-Esa vieja…-Prosiguió Kankuro.-Esa estúpida puso a nuestra empresa en bancarrota, haciendo que cualquier contrato con ella se fuera abajo. Nunca había conocido a alguien tan cruel. De verdad que me saca de quicio. Si la tuviera aquí al frente, le diría hasta de qué se va a morir.

-Tranquilízate hermano, todavía debe de haber una solución para salir de esta situación tan problemática.

-¿Y qué sugieres Gaara?

-La única opción que nos queda es que todos consigamos trabajos de medio tiempo para cubrir los gastos, lo que implica que Temari nos tendría que ayudar para lograrlo. De lo contrario, la cosa se pondrá peor.

-¡¿Cómo se les ocurre que su hermana va a trabajar?! ¡Yo soy el dueño de esta casa, y me esforzaré por sacarnos adelante! ¡No importa lo que me cueste! ¡Esa inmunda mujer me las va a pagar!-De repente, el hombre cayó desmayado.

-¡Papá! ¡Papá! ¡Papá!-Gritaron los tres al tiempo. Temari le dio unos golpecitos en la cara, y este siguió sin reaccionar. Puso un dedo debajo de sus fosas nasales.

-Su respiración se está debilitando. Tenemos que llamar una ambulancia de inmediato.-Kankuro se levantó del sillón.

-Al carajo con la ambulancia. Es más fácil que nosotros mismos lo llevemos hasta el hospital. Gaara, bájalo. Yo sacaré el auto.

-Entendido.-El castaño salió corriendo en busca del coche. Entre los otros dos hermanos cargaron a su padre-¡Rápido! ¡Apresúrense!-Lo metieron en la parte de atrás. Gaara se metió con él y Temari se hizo en la silla delantera-¡Intenta mantenerlo estable mientras llegamos!

-¡Ya lo sé! ¡No es necesario que me lo digas!-Kankuro arrancó y llegaron a su destino en menos de nada. Sacaron a Rasa del auto y entraron como unos locos al hospital.

-¡Ayúdennos! ¡Nuestro padre está a punto de morir! ¡Por favor! ¡Alguien!-Un grupo de médicos llegó inmediatamente.

-¿Qué le ocurrió?

-No sabemos, de un momento a otro se desmayó y su respiración se debilitó.

-¡Una camilla! ¡Ahora!-Otro grupo trajo lo solicitado y lo recostaron, llevándoselo.-Si quieren, esperen aquí mientras descubrimos lo que pasó, ¿de acuerdo?

-Entendido doctor.-La rubia agarró la bata del señor y lo miró fijamente, con unas ganas de llorar casi incontenibles.

-¿Qué sucede pequeña?

-Mi padre va a seguir con vida, ¿verdad?-Poco a poco, sus ojos comenzaron a aguarse.-Prométamelo.

-Haremos lo imposible por salvarlo. No te preocupes. Ahora, espera aquí hasta que obtengamos resultados de su estabilidad.

-Está bien.-El sujeto se fue y los tres hermanos permanecieron ahí. Kankuro tomó asiento en una de las sillas de la sala de espera.

-¡Kuso!-Golpeó la que tenía al lado que yacía libre-¡Esto no podría ser peor! Si mi padre se llega a morir por culpa de esa maldita, yo mismo iré a quitarle la vida a ella también.

-Esa vieja de verdad que me está sacando de mis cabales. Es increíble todo lo que es capaz de hacer con tal de que Temari y Shikamaru no sigan juntos.-De repente, la Sabaku No recordó las palabras que le había dicho Yoshino antes de irse. Apretó los puños con fuerza hasta enterrarse las uñas.

-Esto no lo voy a permitir. Esa mujer no sabe con quién acaba de meterse.

-Temari…

-Tengo que irme. Avísenme si tienen noticias de papá.

-Espera, ¿a dónde vas?

-A terminar con esto de una vez por todas.-Salió del hospital y se dirigió a la residencia de los Nara hecha una furia. Una vez que llegó, uno de los sirvientes le abrió.

-Disculpe, ¿necesita algo?

-Debo hablar con Nara Yoshino.

-Usted debe ser Sabaku No Temari.-La nombrada asintió.-Sí, la señora Nara la está esperando en su despacho. Siga dos puertas hacia el frente y luego gire a la derecha.

-Le agradezco su cooperación.-Temari se adentró en la gran casa y tomó la ruta que le habían dicho. Tocó la puerta.

-Adelante.-Se oyó desde adentro. La rubia abrió y entró, lo que provocó una sonrisa maléfica en el rostro de la castaña.-Vaya, pensé que no vendrías.-Se acercó a su escritorio y lo golpeó al tiempo que frunció el ceño. Ninguna de sus acciones intimidó a la mujer.

-¡¿Cómo se atreve a hacernos esto?! ¡¿Tiene idea de los daños que acaba de causar?!

-No, ni me importa. Por eso te advertí desde un comienzo que te alejaras de mi hijo, o de lo contario, las cosas se pondrían peores. Tú decidiste jugar con fuego y saliste quemada. Así de simple es.

-¡Por su culpa ahora mi padre está en el hospital!

-¿Y eso qué más da? Debería morirse. Este mundo no lo necesita.-Su comentario enfureció todavía más a Temari.

-¡¿Qué demonios es lo que quiere para que nos deje en paz?! ¡¿Qué termine con Shikamaru?! ¡Muy bien! ¡Que así sea! ¡Si lo hago, usted dejará de arruinar nuestra vida, ¿verdad?!-Yoshino sonrío en señal de victoria.

-Exactamente. Sabes que es lo mejor que puedes hacer ahorita, sino, tu familia se irá derrumbando poco a poco.-Temari, al tener que dejar al chico del que estaba enamorada le dolía mucho; pero sabía que de momento no tenía alternativa. Todo fuera por proteger a su familia.

-Usted sí que es una mujer despiadada. Con permiso.-Salió de ahí, ocultando las lágrimas de impotencia. La lluvia realizó su tétrica presencia, y se dispuso a caminar con lentitud con la mirada baja.

-¿Temari? ¿Qué haces aquí?-Aquella voz le hizo levantar la vista. Era él. Sus ojos volvieron a encontrarse.

-Shikamaru…-Permanecieron mirándose en silencio. Ella no se atrevía a dejarlo ir, y le costaba hallar las palabras para que no sonara tan doloroso. No se sentía capaz de decirle que su relación ya no daba para más. ¿De verdad lo iba a lograr? Ni ella misma estaba segura de ello.

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Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado.

¿Creen que Temari va a poder dejar ir a Shikamaru o él a ella? Díganme su opinión en los comentarios.

-Yoshi: Hasta que por fin esa tonta puso los pies en el suelo.

-Yo: Es increíble la forma en la que arruinas la vida de los demás.

-Yoshi: Que conste que eres tú la que escribe, yo solo me limito a seguir el rol, nada más. ¿O acaso crees que esto me hace feliz?

-Yo: No lo sé. Se supone que tú tienes tu propia personalidad, al igual que el resto de los personajes.

-Ambas: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.