Capítulo 12
Sentimientos que no se Pueden Esconder
Ninguno de los dos dejaba de mirarse con sorpresa. Intentaban asimilar el hecho de haberse cruzado. Lo único en lo que pensaban eran cómo se iban a librar de esta situación sin ser evidentes respecto a sus verdaderos sentimientos. Temari desvió la mirada y recordó que el esfero y la libreta yacían en el piso. Se agachó para recogerlos.
-¿Ahora resulta que trabajas aquí?-Preguntó su ex con voz fría. Se levantó del suelo y sacudió su uniforme. Sus orbes volvieron a juntarse con los de él. Mantuvo sus deseos de abrazarlo.
-Sí. Ya era necesario que aprendiera a trabajar para ayudar a mis hermanos con los gastos.
-Ya veo.-El Nara agachó la cabeza.
-¿Y qué hay de ti? ¿Por qué decidiste buscar este lugar para comer?-Esa pregunta lo agarró desprevenido. Carraspeó.
-Pues tenía hambre, y como este fue el primer sitio que vi de comida, entré. No pensé que estarías aquí la verdad. De hecho, sigo sorprendido.
-Entiendo.
-¿Y de todos los lugares en los que podías conseguir trabajo por qué aquí?-La rubia dudó por unos segundos cómo responder.
-Aquí fue el único establecimiento en donde me aceptaron de todos los que fui.
-¡Temari! ¡¿Podrías limpiar la mesa tres por favor?!-Gritó el jefe para que ella lo escuchara.
-¡Enseguida!-Suspiró.-Bueno, tengo que irme. Dentro de unos minutos le entregarán su pedido señor Nara.-Decidió que lo mejor era enfocarse en su trabajo. Hizo una leve reverencia e intento irse, más el vago no la dejó, tomando su brazo por instinto.
-Temari, yo…
-No tengo tiempo, ¿sí? Debo limpiar una mesa.
-Por favor, quédate un poco más.-Le era imposible detener sus palabras. La amaba demasiado como para permitir no tenerla cerca de nuevo. La rubia permaneció inmóvil, pensando una forma de escapar y evitar que sus emociones le ganaran. Ahogó un sollozo y retuvo las lágrimas.
-Hagamos como si nunca nos hubiésemos conocido. De todos modos, somos de mundos completamente diferentes. No existe una razón para que nuestros caminos chocaran.-Mostró firmeza para no bajar la guardia.
-Jamás fingiré que no nos encontramos, porque realmente pasó, y en ese instante, entre los dos creció algo especial, que me será muy difícil de olvidar.
-Si yo logré dejar atrás todos esos recuerdos, tú también puedes. Lo único que debes hacer es seguir luchando.
-Yo sé que aún no me has olvidado. Lo puedo sentir dentro de mí.
-Solo te estás haciendo ilusiones de que algún día todo volverá a ser como antes; pero es inútil. Si la vida nos separó, fue por algo.
-Es cierto que nos alejamos; sin embargo, no será para siempre. Eso lo sé.
-No hables como si lo supieras todo en la vida.-Se soltó de él.-Es mejor que continúes con tu vida y yo con la mía. Te deseo suerte en tu compromiso con Tayuya.-Salió disparada de ahí. Shikamaru quedó pasmado ante todo lo que había ocurrido. No supo controlar sus sentimientos y mostró de nuevo su lado más sensible, y frente a ella que ya no era nada suyo. Se rascó la nuca. El pedido llegó, solo que, de parte de otra empleada, y sin muchos ánimos, lo contempló.
-¡Shika! ¡Cariño!-Esa voz lo sacó de sus cavilaciones.
-No es posible.-Se frotó las sienes para mantener la calma. La pelirroja se sentó a su lado y se afirmó a su brazo.
-Te he extrañado mucho en estos días. Últimamente andas desapareciendo a toda hora. Se supone que como pareja debemos estar juntos todo el tiempo, ¿verdad?-El Nara rechistó y apartó a su prometida.
-Déjame en paz. No tengo tiempo como para desperdiciarlo contigo.
-¿Por qué siempre eres tan frío conmigo? Recuerda que dentro de poco seremos oficialmente marido y mujer.
-Sobre mi cadáver.-Tayuya hizo un puchero y vio pasar a Temari. Se levantó de la silla y se acercó a ella.
-Así que ya entendiste cuál es tu lugar tonta.
-Quisiera decir que es un gusto verte; pero de hecho tu presencia me causa mucha repugnancia.
-Me da igual lo que pienses de mí, al final quien se quedará con Shika soy yo.-La Sabaku No apretó los puños. Este no era el lugar ni el momento para formar un escándalo, y menos por un hombre.
-No me importa. Quédatelo todo lo que quieras. Después de todo es tu prometido.
-Si me lo estás ofreciendo es porque ya rompieron.
-Qué inteligente eres.-Dijo haciendo énfasis en cada palabra y hacer evidente su sarcasmo.
-Lo sé.
-Ahora, si me disculpas, tengo que seguir trabajando.-Las horas pasaron, y Tayuya y Shikamaru seguían en el restaurante. Por un lado, ella buscando el modo de sacarle una sonrisa, y él, desesperado sin saber cómo desaparecer porque no la aguantaba ni un segundo más. Temari los observaba a la distancia, imaginando lo lindo que sería si ella fuese la que estuviera a su lado. El jefe se le acercó y le puso una mano en el hombro.
-¿Te sientes bien? ¿Necesitas descansar?-Los siguió contemplando con los ojos vidriosos.
-Sí, estoy bien. No se preocupe. Ya continúo trabajando.-Bajó la mirada y se resignó a que ya había perdido a su verdadero amor para siempre, y que jamás lo recuperaría. Daba igual lo mucho que luchara, nada cambiaría. Finalmente, el local cerró.
-Lo hiciste muy bien para ser tu primer día.
-Arigato. Cada día que pase me esforzaré mucho más para hacer de este lugar el mejor para comer.-El hombre sonrió y acarició su cabeza.
-Eso espero. Sigue trabajando duro y llegarás lejos.
-Hai.-Se alistó y salió para su casa. Las calles estaban desoladas y apenas se veía una que otra persona en el camino. Iba distraída, sin poder dejar de pensar en Shikamaru. De repente, alguien la agarró por la espalda y la metió en un callejón.
-Jefe, mire lo que me encontré en el camino. ¿No es la chica que nos atacó aquella vez y dejó a Sasori postrado en una silla de ruedas y como un vegetal?-La mujer los vio. Eran los mismos que habían atacado a su ex y que ella volvió papilla.
-¿Ustedes otra vez? Qué pereza. De verdad que hoy no tengo tiempo para jugar, así que me voy.-Un rubio se puso en medio de su camino.
-¿Quién te dijo que nuestra reunión había terminado?-Agarró su mentón y su otra mano la ubicó en una de sus caderas. Temari retrocedió ante el contacto y el líder de la banda la tomó por detrás.
-En definitiva, mis ayudantes no se equivocaron cuando te describieron. Sí que eres toda una modelo.-Deslizó sus dedos alrededor de su rostro. La rubia buscó el modo de liberarse; pero el tipo le ganaba en masa y fuerza.-Vamos a divertirnos bastante esta noche.-Metió una de sus manos por debajo de su blusa, tocando sus pechos. Temari no podía zafarse, a pesar de que no paraba de moverse.
-Deberían dejar a la señorita en paz, ¿no creen?.-Una silueta masculina apareció.
-¿Y tú quién eres para ordenarnos qué hacer? Ni que tuvieras las habilidades de lord Pain.
-No se los estoy ordenando, solo advirtiendo que, si no la sueltan, se arrepentirán.
-¿Y exactamente qué harás?-Exclamó el de cabello blanco.
-Acabar con ustedes así como ella lo hizo en el pasado, y salvarla al igual que fui salvado.-Se acercó a la luz y su rostro fue visible. Los ojos aguamarina de Temari se abrieron de par en par.
-¿Shikamaru?
-Deidara, Hidan, Kakuzu, Tobi, encárguense de ese imbécil.
-Será un placer. Aún recuerdo lo feliz que me sentí ese día que casi te mato.-Los tres se le abalanzaron encima, mandando golpes en distintas direcciones, y a pesar de que logró esquivar un par, terminó zampado contra el suelo.
-¡Huye! ¡No hagas esto por favor!-Gritaba la Sabaku No a la distancia con lágrimas bajando en abundancia por sus mejillas; sin embargo, Pain le tapó la boca.
-Tus gritos no servirán de nada, eso no lo salvará, y a ti tampoco. Ahora, es necesario aprovechar el momento y divertirme.-Comenzó a manosearla de nuevo, y ella seguía moviéndose para que él parara.
-¡Suéltame maldita sea!-Le mordió la mano.
-Sí que eres problemática.-Ató sus pies y manos a una silla que ya tenía preparada por si ella se ponía en constancia a la defensiva, al igual que cubrió su boca con una venda.-Así te ves mucho mejor.-Acarició sus muslos llegando poco a poco a esa zona tan sensible para una mujer. El Nara, al verla tan vulnerable, apretó los dientes.
-Temari…-Pensó el pelinegro para sí-prometo que te protegeré.-Se levantó con dificultad del suelo.
-Así que todavía conservabas algo de fuerza, ¿no? Interesante.
-Tal parece que esto no terminará tan pronto, y por ende, será divertido.-Dijo Hidan, apoyando su gran oz de tres cuchillas en el hombro. Corrió hacia el vago y movió su arma con tal de rasgarle alguna parte del cuerpo. Este esquivó el ataque sin darse cuenta de que otro de ellos lo pateó en el abdomen, haciendo que chocara con una pared. La rubia quedó en shock, sin saber qué hacer y llorando a mares. Estaba a punto de ser violada y el hombre que amaba yacía al borde de la muerte por intentar protegerla.
-Tengo que salvarte.-Volvió a decirse el Nara para sus adentros.-Eres la mujer que amo y que siempre amaré, y no voy a permitir que ningún hombre vuelva a sobrepasarse contigo, jamás.-Se puso de pie una vez más con la mitad de la cara ensangrentada debido a los golpes, la ropa vuelta harapos y más de una herida profunda.-No soporto verte llorar ni sufrir. Se me parte el corazón. Fuiste la luz que me salvó de mi oscuridad, por eso te debo tanto. Lucharé por ti hasta el último segundo.
-Pero qué terco eres. ¿Qué tanto te impulsa a seguir parado?
-La mujer que debo cuidar.-Observó a Temari con firmeza y sonrió. Sus palabras la impactaron. A pesar de lo mal que lo había tratado para que se alejara de ella, él seguía amándola sin medida. Se abalanzó sobre ellos, propinándole un puño a Deidara en la cara. Tobi se acercó por la espalda; sin embargo, Shikamaru alcanzó a verlo y le dio un codazo en todo el estómago, sacándole el aire y dejándolo inconsciente. Kakuzu prefirió atacarlo de frente, dando golpes simultáneos casi a la velocidad del sonido, llegando el punto de lograr aplastarle órganos vitales, cayendo al suelo una vez más.
-Peleaste bien. Te felicito; pero si no tienes habilidad ni mucho menos fuerza para atacar, perderás al final. Necesitas poder para vencer, y desafortunadamente, no lo tienes.-Lo pateó en el rostro, noqueándolo. Temari solo podía mirar cómo todo acababa con este triste final mientras era abusada. Volteó el rostro y cerró los ojos con fuerza para no seguir contemplando aquella traumática y dolorosa escena, simplemente no lo soportaba. Sin pensarlo, lo oyó respirar casi como si se estuviera ahogando. No podía ser posible. ¿Seguía vivo después de la paliza que recibió?
-No me…subestimes…no soy…tan débil…como crees.-Apretó su abdomen que era por donde la sangre brotaba en mayores cantidades y se paró de nuevo. Su respiración seguía agitada; pero su fuerza de voluntad permanecía intacta. Sus contrincantes lo miraron de pies a cabeza sin poder creer lo que estaba pasando.
-¿Cómo rayos…?
-Lo dije antes…y lo puedo…repetir…tengo algo…que cuidar…y proteger.
-¡Qué bien que todavía me puedo entretener destrozando tu cuerpo para hacerte llegar a una muerte lenta y dolorosa!-El de cabellos blancos fue tras el vago, buscando dónde herirlo con la oz para que gimiera de dolor; sin embargo, Shikamaru bloqueó el ataque del arma con ambas manos, enterrándosele las cuchillas en estas. Con la poca fuerza que conservaba tomó la oz y empujó al sujeto. Ubicó la empuñadura entre sus manos para no seguirse lastimando.
-Vamos a ver quién le destroza el cuerpo a quien.-Corrió hacia el tipo y le enterró las cuchillas desde su torso hasta la zona superior de su pelvis, destrozándole más de un órgano.
-Kuso.-Se abalanzó contra el de la extraña máscara para acabar con él al igual que hizo con el otro; sin embargo, al ser descubierto su plan, este lo esquivó y lo pateó por la espalda, haciéndole soltar el arma y que esta se perdiera de vista.
-Me sigue sorprendiendo el hecho de que saques tantas agallas por una mujer. Como si fuera tan difícil encontrar más iguales de sensuales a ella.
-Para mí no hay ninguna igual a ella.-Se puso en posición de pelea, pegó un salto y le profanó una buena patada a Kakuzu en toda la cara, arrinconándolo en la pared y su cabeza se toteó debido a la fuerza aplicada.
-Carajo.-Exclamó el de cabellos naranja al ver cómo sus camaradas habían sido masacrados.
-¡Quítale tus sucias manos de encima infeliz!-Se tiró encima del tipo, separándolo de la Sabaku No y quedó sobre él. Le dio un montón de golpes en la cara hasta desfigurársela. A pesar de que el otro se intentó defender, fue inútil. La mirada de odio que le transmitía quien parecía que iba a convertirse en su futuro asesino, no tenía descripción alguna, lo que le generó terror y su cuerpo se inmovilizó del pánico.
-¿Tanto te importo para que hubieses hecho todo esto por mí?-Se preguntó Temari a sí misma.-No debiste sacrificarte así por alguien como yo, no lo merezco después de todo lo que ha pasado entre los dos.-Una vez que quedó casi muerto, el pelinegro se acercó a su ex y la liberó de sus ataduras. Después, tomó su celular y le mandó la ubicación de los dos a los hermanos de la rubia, ya que estaba seguro de que en cualquier momento ambos caerían desplomados debido al mismo agotamiento.
-Ya está. ¿Te duele algo? Sé honesta conmigo.-Levantó la mirada y sus ojos se encontraron al igual que cuando se cruzaron en el restaurante.
-¿Por qué no escapaste? Te habrías hecho un favor en lugar de terminar vuelto nada.
-¿Y dejarte aquí sola con esos tipos? Ni que estuviera loco. Es cierto que ya no somos novios; pero no por eso iba a dejar que abusaran de ti. Hubiera sido cualquier otra mujer habría hecho lo mismo.
-¿Incluso por Tayuya?-Se atragantó con su propia saliva.
-Sí, por ella también; aunque me costaría un poco.
-¿Por qué te costaría?
-Porque entre ella y yo no existe una conexión tan fuerte como sí la hay entre los dos.-Las mejillas de Temari se ruborizaron y desvió la vista. Se sacudió el polvo de la ropa.
-Bueno, te agradezco la ayuda, creo que me habría costado haberlo hecho todo a mí sola, pues ese tipo tenía el doble de fuerza que yo. Será mejor que me vaya antes de que se haga más tarde.
-¿No es preferible que te acompañe? Pues solo digo, por si acaso.-Se paró despacio y la detuvo, poniéndose en medio de su camino y apenas respirando.
-No, está bien. Ya hiciste bastante por hoy, en serio. No quiero que te fuerces.
-Para mí no es ningún esfuerzo. Solo quiero que llegues a salvo.
-Creo que deberías volver a tu casa. De seguro tus padres están preocupados.
-Ellos son lo de menos ahora.
-En serio, deberías volver. Yo estaré bien. Me las arreglaré.-De repente, Shikamaru cayó desmayado gracias a la enorme cantidad de heridas con las que cargaba su cuerpo. Jamás se había llegado a tales extremos, y menos por una persona.
-¡Shikamaru! Sabía que esto pasaría.-Temari lo intentó cargar en su espalda y se dispuso a llevarlo a su casa. La lluvia no se hizo esperar, dejándolos empapados. Minutos después, Kankuro y Gaara aparecieron cubiertos por impermeables y con una sombrilla cada uno.
-Ya decía yo que algo no andaba bien.
-Coincido contigo. Para que Nara nos hubiese mandado su ubicación no podía ser otra cosa sino algo grave.-La rubia volteó a ver sus hermanos con sorpresa.
-Ambos se ven destrozados.
-Sí.
-Kankuro, carga a Nara. Yo llevaré a Temari.
-¿Y por qué no la puedo cargar yo y sí a este?
-Porque eres más fuerte que yo y él pesa más. Por favor, no es tanto pedir.-El castaño rechistó.
-Como sea.-Se puso al vago sobre su espalda y su hermano a su hermana.
-Arigato. No sé qué sería de mí si no los tuviera a ustedes.
-No nos agradezcas. Por ahora, descansa.-Ella accedió y se quedó dormida. Caminaron hasta su casa, abrieron la puerta y Kankuro dejó a Shikamaru en el sofá y Gaara a Temari en su respectiva cama. Una hora después de todo el suceso, la rubia despertó.
-¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?-Preguntó su hermano quien estaba sentado frente a ella.
-Estoy bien. De no ser porque Shikamaru fue a salvarme, no sé si estaría aquí.
-¿Exactamente qué fue lo que pasó?-La Sabaku No contó todo lo acontecido, y entre más avanzaba, su hermano se sorprendía cada vez más.-Debería agradecerle por su acto heroico.
-¿Cómo está?
-No te preocupes por él. A pesar de que gran parte de sus heridas son delicadas, no es un caso de vida o muerte. Kankuro lo está cuidando y vendando en estos momentos.
-Ya veo.
-¿Quieres verlo?-Esa pregunta la descolocó.
-¿Por qué querría ir a verlo? Ya no somos novios como para que ande pendiente de él.
-Lo sé; pero también sé que todavía te importa, y por ello, sigo insistiendo en que deberían reparar este daño que se están haciendo.
-¿Para qué? ¿Para que a papá le vuelva a dar un preinfarto? No quiero verlo así de nuevo, y menos por mi causa.-Gaara tomó la mano de su hermana entre las suyas.
-Tú no tienes la culpa de cómo está papá en estos momentos. La única y verdadera causa es la desgraciada de esa mujer que intentó sobornarnos.
-¿Te refieres a la señora Nara?
-¿Quién más podría ser? Es un fiasco de ser humano. Lo único que tiene en la cabeza es el dinero y cree que puede comprarlo todo con eso. De verdad que me frustra.
-No debes sentirte así por ella, no vale la pena.
-No dejaré que nos vuelva a humillar como lo hizo. Si tengo que volver a echarle agua encima, lo haría sin pensar.
-En serio hermano, no vale la pena que malgastes tu tiempo en ella. Tarde o temprano la vida se lo cobrará, tenlo por seguro.-La puerta de la habitación fue abierta de golpe.
-¿Kankuro? ¿Qué pasó?
-Nara acaba de despertar y está preocupado por ti hermana. Necesita verte.
-Muy bien. Vamos.-Los tres bajaron y se encontraron al vago sentado en el sofá. Este, al ver que ella estaba a salvo, suspiró con tranquilidad y luego gimió de dolor.
-No te esfuerces. Necesitas descansar.
-Tal parece que no fue una mala idea contactar a tus hermanos para que nos fueran a buscar. Menos mal que lo hice antes de perder el conocimiento, si no, quién sabe cuánto más seguiríamos allí afuera.
-Arigato.-Le sonrío y él le contestó del mismo modo.
-No me agradezcas. Solo hice lo que creí correcto.
-Si quieres, para recompensarte, puedes tomar una ducha.
-¿Estás segura de que no te molesta? Digo, ya que no existe ninguna razón para que me hagas tal oferta.-La rubia frunció el ceño y se cruzó de brazos.
-Solo te estoy devolviendo el favor, así que no lo malentiendas.
-Está bien, tranquila. Me tomaré una ducha.-Se dispuso a subir las escaleras con cuidado, y en eso, la puerta fue golpeada como si miles de aldeanos hubiesen decidido acechar con antorchas y hachas.
-¿Qué rayos…? ¿Quién está tan enojado como para querer tumbar la puerta?-Kankuro abrió y la mujer que estaba ahí se metió en el recinto sin pedir permiso.
-¿Mamá? ¿Qué haces aquí?-Preguntó incrédulo el Nara.
-¡Esa pregunta debería hacerla yo! ¡¿Por qué carajos estás en esta casa y cubierto de vendajes como si te hubiese arrollado un camión?!
-Eso no te incumbe.
-¡Claro que me incumbe! ¡Soy tu madre!
-Fue una casualidad, ¿sí?-Dijo Shikamaru lo más calmado que pudo para no perder el control sobre sus actos y sus palabras.-Yo no planeé venir aquí en primer lugar.
-¿¡Ah no!? ¡Entonces explícate!-Le contó a su progenitora todo lo sucedido de principio a fin y con lujo de detalles. La mujer apretó los puños y encaró a Temari.
-¡A ti sí que te encanta arruinarle la vida a los demás, ¿no?! ¡Por tu culpa es que mi hijo está en esas condiciones! ¡Si sus caminos nunca se hubieran cruzado, nada de esto estaría pasando!-La Sabaku No intentó mantener la compostura con tal de no dejarse llevar por la ira que le generaba Yoshino.
-Mire, yo jamás le pedí a su hijo que me salvara de esos maleantes. Y no es mi culpa que pasara lo que pasó, simplemente así fueron las cosas.
-¡Dijiste que te alejarías de la vida de mi hijo, y aún sigues detrás de él! ¡Eres una mentirosa!-Sus hermanos se alteraron y buscaron acercarse a la señora mientras que emanaban furia hasta por los poros; sin embargo, Temari puso una mano frente a ellos para que no dieran un paso más. Ella sabía que podía manejar la situación.
-Si no me quiere creer, es problema suyo. De todos modos, a usted no tengo que rendirle cuentas de nada.-La castaña se cruzó de brazos.
-Es increíble cómo tu padre te ha podido soportar por tantos años. No eres más que un dolor de cabeza para todo aquel que te rodea. No vale la pena ni conocerte.-Kankuro y Gaara apretaron sus puños.-Pobrecita de tu madre al haber perdido el tiempo dándote a luz; aunque también ella fue muy tonta con eso. Debió abortarte cuando tuvo la oportunidad.-Antes de que Temari o Kankuro pudieran reaccionar ante las ofensas, Gaara les ganó, tomando a la mujer del cabello y sorprendiéndolos a ambos. Esta gimió de dolor.
-No dejaré que siga insultando a mi hermana de esa manera. No tiene el derecho de hablar sobre lo que no sabe ni mucho menos a involucrar a nuestra madre en este asunto.-Sus ojos celestes estaban llenos de un odio profundo que era imposible de explicar con palabras. Yoshino tragó saliva y un escalofrío le pasó por toda la columna vertebral; sin embargo, supo disimular su terror.
-¡Suéltame infeliz! ¡No sabes con quién te metes sabandija! ¡Si quiero, puedo hacer sus vidas miserables!-Sus palabras lo sacaron todavía más de sus casillas.
-¡¿Más miserables de lo que ya son?! ¡Usted es la causa por la cual nuestro padre esté en el hospital!
-¿Hospital? ¿Cómo que Rasa está en el hospital?-Se preguntó el Nara mientras tenía la mirada perdida y cubierta por la confusión.
-¡No es mi problema que ese tipo esté allá metido! ¡Él mismo se lo buscó cuando no aceptó lo que realmente es su estúpida hija!
-¡A la mierda con eso! ¡Será mejor que se largue de aquí antes de que me vuelva loco!-La jaloneó hasta la puerta y la lanzó como un trapo, sacándola de la casa.-¡Y llévese a su hijo con usted! ¡Agradezca que lo cuidamos y nos aseguramos de que sus heridas no pasaran a mayores!
-Mejor me voy antes de que me mate a mi también.-Los otros dos Sabaku No lo miraron y asintieron. El Nara salió del recinto lo más rápido que pudo. El pelirrojo les cerró la puerta en toda la cara. Suspiró y apoyó su espalda en esta, dejándose caer. Se rascó la cabeza con rabia. Sus hermanos se miraron por un segundo sorprendidos y aterrorizados ante la actitud que había tomado.
-¿Ya te sientes más tranquilo?-Preguntó Temari con voz temblorosa, acercándose a paso lento a su hermano. Este levantó la mirada y se encontró con aquellos ojos aguamarina.
-Gomen, no quise armar un escándalo y mucho menos asustarte a ti y a Kankuro; pero de verdad que esa señora sabe sacarme de mis casillas.-Su hermana le puso una mano en el hombro y sonrió.
-No te preocupes. Ya lo que pasó, pasó, y es seguro que esa mujer nos odiará por el resto de nuestras vidas; pero da igual. Jamás logrará separarnos como familia.-Sus ojos se abrieron de par en par ante las palabras de la rubia.
-Temari tiene razón. Siempre hemos estado juntos ante todas las adversidades que nos ha puesto la vida, y de todas salimos victoriosos. Esta no es ni será la excepción.
-Hermanos…-Se echó a llorar como un niño. Temari lo abrazó y Kankuro se les unió en ese cálido momento familiar en el cual duraron un buen par de minutos.
-Pensándolo bien, creo que te pasaste un poco con ella. No debiste haberla tomado del cabello. Creo que con solo la empujada habría sido suficiente.-Exclamó el castaño.
-Lo sé. No supe controlar mis impulsos.-Los tres se rieron.
-Aunque no sé si yo hubiese hecho algo peor de haber reaccionado primero.
-No lo creo.-Kankuro se cruzó de brazos.
-Al menos por una vez dame un poco de apoyo Temari. No es tan difícil.
-¿Para qué quieres que te mienta? Tu aura asesina no se compara en nada a la de Gaara.
-Cuando menos te lo esperes, te haré cambiar de parecer.
-Inténtalo. No llegarás muy lejos.-El pelirrojo solo se limitó a reír ante la pequeña disputa.
-¡Tú no te rías! ¡No es divertido!
-Para mí sí.
-Ahora que lo pienso, tengo que admitir que esa fue la primera vez que te vi así de enojado, ni siquiera cuando ella intentó sobornarnos habías puesto esa cara.
-Es que cuando se metió con mamá, no lo pude soportar. Esa mujer no conoce todo lo duro que ella trabajó y todo lo que tuvo que soportar antes de morir. Dar a luz a tres hijos no es una tarea sencilla, y mantenerlos menos, a pesar de que papá siempre estuvo con ella.
-Sí, tienes razón.
-En fin, ya es hora de que nos vayamos a dormir. No quiero deprimirme hablando de mamá.-Cada quien se encerró en su habitación y quedaron muertos del cansancio.
…
Yoshino llevaba a su hijo por la oreja, caminando con furia. Shikamaru se soltó del agarre; sin embargo, eso no la hizo detenerse y siguieron su camino. Llegaron a su casa y el Nara en lo único que pensaba era encerrarse en su cuarto y no saber nada de nadie. Subió las escaleras, hasta que las palabras de su madre lo frenaron.
-¡¿Cómo es posible que ese niñato me hiciera una cosa así?! ¡Primero me moja con agua y ahora me saca de su casa como si fuera un costal de papás! ¡¿Acaso se le olvidó quién soy?!-El pelinegro trató de mantener su compostura apretando los puños casi a punto de sacarse sangre con las uñas.
-Gaara tiene un punto a favor con respecto a lo que hizo. Te metiste con su familia. ¿O es que después de todas las cosas que dijiste esperabas que te invitara una taza de té?
-¡Pues claro que no! ¡Jamás aceptaría comida proveniente de esos depravados! ¡Si así son los hijos, no me imagino a sus padres!
-Por una vez en tu vida, deja de insultar a la gente como si fueran bichos raros. No todo aquel que tiene dinero es digno de admirar, a veces el que no posee tales privilegios es más humilde y sincero.
-¡Eso da igual! ¿¡Qué pensaría la gente si esa niña fuese tu prometida!? ¡Nuestra imagen quedaría arruinada!
-¡Me importa una mierda la imagen!-Su voz se subió de tono más de lo que hubiera esperado.-¡Las apariencias no lo son todo en la vida! ¡¿Por qué no te puede entrar eso en tu maldita cabeza?!-La castaña fue hacia él echando humo hasta por los poros de la ira.
-¡¿Cómo te atreves a hablarme así jovencito?! ¡¿Acaso crees que estás con tus amigos o qué?! ¡Yo soy tu madre!-El vago se volteó con las manos en los bolsillos sin importarle nada y con su típica cara de pereza.
-A veces dudo si realmente lo eres.-Sus ojos cafés permanecieron neutrales. La mujer levantó la mano, dispuesta a darle una buena cachetada; sin embargo, el impacto no le dio a su hijo. Al ver la persona que tenía al frente, quedó sorprendida.
-¿Shikaku?
oooooooOOOOOOOooooooo
Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado.
Díganme en los comentarios cómo creen que está situación se va a llevar a cabo. Me encantaría leer sus ideas.
-Yoshi: ¿Por qué me hiciste pegarle a mi marido?
-Yo: De momento, eso es información clasificada. Si te lo digo, el siguiente capítulo perdería parte de su esencia.
-Yoshi: Sí que eres igual a la odiosa de esa tal Temari.
-Yo: La única odiosa aquí eres tú que no quieres aceptar lo que tu hijo siente por ella.
-Inner: Mejor no discutas con esta mujer, perderás el tiempo.
-Yoshi: Tú no te metas en lo que no te incumbe.
-Inner: Me meto en donde se me pega la gana. No fastidies.
-Yo: Mejor despidámonos antes de que esto se alargue.
-Inner: Estoy de acuerdo.
-Las tres: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.
