Capítulo 18

Te Amo, Hermano

La tensión no había bajado entre los Sabaku No desde que vieron a Gaara entrar por la puerta del hospital a punto de morir.

Parecía que todo se había acumulado. Jamás imaginaron que las cosas llegarían tan lejos como hasta ahora.

Kankuro estaba caminando de un lado al otro mordiéndose las uñas. No podía perder la oportunidad de recuperar a su hermano, pero por orgullo e inmadurez parecía que ya no existía solución.

Temari se irritó.

-¡Basta Kankuro! ¡Me estás poniendo más nerviosa de lo que ya estoy!-Kankuro detuvo sus pasos en seco aún con la cara llena de pánico.

-Lo siento, no puedo evitarlo. ¿Cómo esperas que no actúe así sabiendo que nuestro hermano está metido allá y no tenemos noticias de él?-Temari suspiró y se frotó las sienes.

-Eso debiste pensarlo antes de destruir el vínculo entre ustedes, ¿no crees?-Kankuro apretó los puños y contuvo sus lágrimas.

-Ya lo sé Temari, no necesito que me lo recuerdes. Acepto que me equivoqué con Gaara al no querer perdonarlo, pero te puedo asegurar que no quiero perderlo. A pesar de los malentendidos y conflictos, sigue siendo mi hermano.

Los ojos de Temari se aguaron ante la confesión de Kankuro. Le llenó de alegría saber que él seguía queriendo a Gaara como siempre.

-Y yo que creí que realmente jamás cederías a perdonar a Gaara, aunque todo lo que hizo él fue para protegernos a los dos de un dolor más grande.

-Lo vine a entender hasta hace poco, porque fui un egoísta y un idiota. No merezco a un hermano como Gaara, de verdad que no. Algún día le compensaré todo lo que ha hecho por mí.-Temari abrazó a su hermano y se dejó llevar por sus emociones, llorando a mares.

Kankuro le dio un suave beso en la cabeza y la abrazó de vuelta. Poco a poco su familia se iba reconstruyendo, sólo faltaba que el hermano del medio no muriera.

-No necesitas compensarle nada a Gaara. Él con saber que lo perdonaste le basta y le sobra. Te ama tanto que no espera que hagas hasta lo imposible por él.

-De todos modos, intentaré demostrarle que lo amo como él ha hecho conmigo.-Rasa se acercó a sus hijos y los estrechó en un gran abrazo familiar.

-Gaara se va a recuperar, no perdamos la esperanza todavía.

-Familiares de Sabaku No Gaara.-Los tres se separaron y corrieron hasta donde estaba la enfermera.

-Dígame que mi hijo se encuentra bien, por favor.-La mujer se sintió acorralada y presionada, o eso fue lo que reflejó su mirada.

-Es muy difícil tener que darles esta noticia, pero la situación del señor Gaara empeora a cada segundo. Ya ubicamos dónde quedó incrustada la bala que le dio, pero está estancada en un órgano muy delicado.

Padre e hijos se miraron asustados. ¿En serio no podían hacer nada para salvar la vida de Gaara? Tenía que haber un error, y si no lo era, debía existir una solución.

-¿Cuál es ese órgano?-La mujer tomó aire antes de continuar hablando.

-El pulmón izquierdo.-Ninguno de los Sabaku No podía creer lo que la enfermera había dicho. Todo se estaba convirtiendo en la peor pesadilla.

-¿No existe la posibilidad de que puedan extraerle la bala?-Preguntó Temari en un ataque de pánico.

-Desafortunadamente no es posible. Hay pedazos de la bala distribuidos por todo su pulmón. En pocas palabras, ya quedó totalmente inservible.-Temari quedó congelada tras la noticia.

-¿No hay algo que podamos hacer nosotros como familia?-La mujer se mordió el labio inferior nerviosa.

-La otra posibilidad es que dos de ustedes decidan donarle un lóbulo de su pulmón izquierdo, pero para poder hacer el procedimiento quirúrgico hay que comprobar el tamaño de los órganos y saber que el cuerpo del paciente lo asimilará.

Entre los tres miembros de la familia se miraron, preguntándose quienes podrían ser los que realizaran la donación.

-Háganos el examen a los tres, señorita.-La mujer asintió levemente con la cabeza.

-Síganme por aquí.-Los llevó hasta una habitación, donde les hicieron varios exámenes, desde una espirometría hasta una prueba de volumen pulmonar.

Una vez terminaron el proceso con cada uno, volvieron a la sala de espera.

-¿Cuándo estarán los resultados?-La enfermera desvió la mirada por unos cuantos segundos.

-Haremos todo lo posible porque salgan rápido, pero es seguro que esta noche no se obtendrán.-Kankuro apretó con fuerza los brazos de la enfermera.

-¡Mi hermano ya no tiene más tiempo! ¡Hay que hacer algo pronto!-La mujer intentó mantenerse serena.

-Lo siento señor, no podemos hacer más.-Kankuro se tensionó aún más y duplicó su fuerza sobre los brazos de la señorita.

-¡No soportaré que mi hermano se muera! ¡Jamás me lo perdonaría! ¡Fui un idiota al no haberlo protegido! ¡No quiero seguir cometiendo el mismo error!-La mujer no sabía qué decirle para calmarlo.

Entre Rasa y Temari lo separaron de ella para que no siguiera lastimándola.

En los ojos de Kankuro se podía ver un gran acumulado de lágrimas por el gran dolor que sentía. Si perdía a Gaara, se culparía toda la vida de no haberle dado una segunda oportunidad.

-Si los médicos dicen que debemos esperar, hay que hacerles caso Kankuro. Ellos son los profesionales aquí.

-Señorita, le suplico que mantengan a Gaara a salvo.-La enfermera tomó aire y sonrió con tristeza.

-No se preocupe, no le quitaremos el oxígeno por ningún motivo. Salvaremos la vida del señor Gaara a como dé lugar.-Temari se sintió aliviada al escuchar esas palabras.

Parecía que la esperanza no estaba del todo perdida.

-Les agradecemos su tiempo al cuidar de Gaara.

-No nos agradezca señor. Nuestra labor como empleados de este hospital es garantizar la supervivencia de todos nuestros pacientes.

Los tres Sabaku No se acomodaron en la sala de espera.

-Temari, Kankuro.-Los llamó su padre.

Ambos voltearon a verlo.

-Ustedes dos deberías volver a casa. Yo me quedaré a dormir aquí, esperando que los resultados de los exámenes lleguen y sepamos quienes de los tres salvaremos a Gaara.-Kankuro apretó su puño con fuerza.

-Ni creas que te dejaremos aquí solo papá. Gaara también es nuestra familia y no nos iremos tranquilos sin saber que podremos salvarlo de alguna manera.-Rasa suspiró y posó una mano sobre el hombro de su hijo.

-Es mejor que ambos vayan a tomar un descanso. Es obvio que lo necesitan.-Temari se hizo junto a su hermano.

-Kankuro tiene razón. No vamos a irnos a ninguna parte. Los tres esperaremos aquí.-Rasa soltó una pequeña risa y sonrió.

-Se nota que sacaron mi terquedad y la nobleza de su madre.-Revolvió los cabellos de ambos.-Muy bien, los tres seguiremos juntos.

Se acomodaron cómo pudieron en las sillas de la sala de espera, lo que no resultó en una tarea fácil, ya que, debido a los acontecimientos recientes, el hospital estaba lleno de personas.

Finalmente, lograron acomodarse, quedando Rasa durmiendo sobre sus brazos, seguido de Kankuro apoyado en los muslos de su padre, y Temari en las piernas de su hermano.

Ninguno pudo conciliar el sueño del todo debido a la preocupación que sentían. Si los resultados daban que ninguno era compatible para ofrecer uno de sus lóbulos a Gaara, tendrían que encontrar un donante, y no había tiempo para eso.

A la mañana siguiente, el sol impactó en los ojos de Rasa, despertándolo de golpe.

Miró en todas direcciones y vio que sus dos hijos seguían dormidos como bebés. Supo de inmediato que habían tardado un buen rato en conciliar el sueño.

Con cuidado, se movió para no despertar a ninguno.

A los pocos segundos, vio a la enfermera acercarse con mucha impaciencia.

-Me alegra que ya se haya despertado señor Rasa. Tengo noticias muy buenas para usted.-Los ojos de Rasa brillaron con intensidad ante esas palabras.

-Dígame que tiene que ver con los resultados.-La mujer sonrió esperanzada.

-Así es. Usted y su hijo Kankuro podrán donar uno de sus lóbulos al señor Gaara.-Rasa sonrió ante la noticia.

-Menos mal. Por un momento llegué a pensar que tendríamos que buscar donantes alrededor del mundo.-Era tanta la emoción, que Rasa sacudió a sus hijos para despertarlos.

Estos abrieron los ojos de par en par gracias al susto que les provocó el movimiento.

-¿Todo está bien papá? Estaba en la mejor parte del sueño y la arruinaste.

-Luego te quejas Kankuro. Lo importante ahora es que tú y yo seremos los donantes de Gaara.-Kankuro sonrió y abrazó a su padre lleno de alegría.

-No me lo puedo creer. Júrame que esto no es una broma.-Rasa le correspondió al gesto y lo abrazó.

-Claro que no hijo. Existe la esperanza de devolverle la vida a tu hermano.-Los ojos de Temari se aguaron ante la gran noticia.

-Esto es fantástico. No perderemos a Gaara.-Temari se unió al abrazo familiar.

-Tenemos que empezar con la cirugía de inmediato. Si perdemos más tiempo, menos probabilidades habrá de salvar al señor Gaara.

Kankuro y Rasa se miraron con determinación. Esta era la última oportunidad de recuperar a Gaara.

-Muy bien. Que los médicos hagan lo que tengan que hacer.

-Síganme por aquí.-Temari se atravesó entre el camino de sus familiares.

-Antes de que se vayan, prométanme que los tres van a volver con vida sea como sea.-Rasa le dio un suave beso en la frente a su hija.

-Lo prometemos mi niña.-Los tres se abrazaron una vez más.

Kankuro y Rasa tomaron camino hacia la habitación donde el trasplante se llevaría a cabo, y ahí, vieron a Gaara recibiendo oxígeno de forma manual.

Tanto había sido el daño a su pulmón, que debían trasmitirle mucho aire para que permaneciera estable.

Al ver a su hermano en tales condiciones, Kankuro palideció. No podía creer que estaba viéndolo postrado en esa camilla.

Rasa le sujetó el hombro para calmarlo, aunque él estaba igual de impactado.

-Despertará, no te preocupes.

-Por aquí por favor.-Cada uno se quitó la ropa para ponerse la bata de paciente.

Se recostaron en las camas para luego ser sedados.

Esta era la única esperanza que les quedaba, no podía fallar.

Temari seguía impaciente, caminando de un lado al otro y mirando hacia todas las direcciones llena de terror.

Ya habían pasado casi cuatro horas desde que su padre y su hermano entraron al proceso quirúrgico para salvar a Gaara.

De repente, recibió una llamada, lo que le pegó un gran susto.

Sacó su teléfono del bolsillo y miró de quién se trataba; nada más y menos que su novio.

-¿Sí?-La voz de Temari se sintió tan temblorosa que Shikamaru se preocupó.

-¿Estás bien amor? ¿Pasó algo?-Temari no aguantó más y cedió ante el llanto.

-¿Puedes venir hasta el hospital central? Te necesito.-A Shikamaru se le volcó el corazón al saber que su novia parecía destrozada.

-Tranquila, ya voy para allá. Espérame.-Shikamaru tomó las llaves de su casa y salió corriendo hasta el hospital central.

En menos de media hora estuvo allá.

Con la mirada empezó a buscar a Temari, hasta que la vio sentada en la sala de espera temblando y mordiéndose las uñas.

Avanzó rápidamente hacia ella y la abrazó.

Temari ante el momento quedó en shock. Había estado tan absorta en su temor que no supo en qué momento llegó Shikamaru para darle apoyo.

El Nara tomó el rostro de su novia entre sus manos y pudo notar lo mucho que ella había llorado.

-Dime qué pasó por favor.-Temari contó la situación de forma muy pausada y respiró hondo cuando sentía que su voz se le quebraba.

Shikamaru se mantuvo atento a todos y cada uno de los detalles.

Una vez Temari terminó de hablar, soltó un profundo suspiro.

-¿Quién diría que esto pasaría? Pero gracias por contarme.-Acarició las mejillas de la rubia con sus pulgares.

-No sé qué hacer, en serio estoy muriendo de miedo. ¿Qué pasará si ninguno de los tres no sobrevive y me quedo sola? No quiero perder a ninguno. Son mi familia.-Shikamaru besó la frente de Temari con dulzura.

-Primero, no estás sola, yo estoy aquí contigo y siempre lo estaré. Segundo, confía en que todo saldrá bien durante la operación. Los tres sobrevivirán y tu familia no va a desaparecer.-Los ojos aguamarina de Temari brillaron con intensidad gracias a la esperanza que su novio le había brindado.

-¿En serio lo crees?-Shikamaru sonrió y unió sus labios con los de su chica por unos segundos.

-No lo creo, lo sé. Conozco muy bien a tus hermanos y a tu padre. Al ser Sabaku No son muy fuertes y tercos, así que esto no los hará caer.-Una pequeña sonrisa se posó en los labios de Temari, quien sin pensárselo dos veces, abrazó a Shikamaru.

-Gracias por haber venido. No sabes cuánto significa para mí tenerte como mi soporte en este momento.-Shikamaru acarició la cabellera rubia de Temari y la besó.

-Siempre estaré a tu lado, sea cual sea la situación. Me prometí no volverte a dejar ir y eso es lo que haré.

-Lo sé.-Shikamaru sonrió y abrazó de vuelta a su novia.

-Además, tú me salvaste de muchas ataduras de mi pasado y del dolor de mi corazón. Nunca dejaré de estar agradecido por eso. Te debo mucho en esta vida Temari.-La rubia se separó un poco de Shikamaru y lo miró a los ojos.

-No me debes nada amor, en serio. Todo lo que hice por ti fue porque te amo y quiero hacerte feliz a como dé lugar. Con ver tu sonrisa me es suficiente.-Una vez más, ambos se unieron en un tierno y casi eterno beso.

Sus sentimientos se acoplaban a la perfección en cada gesto que tenían con el otro, y tras todas las situaciones que habían vivido y les esperaban en el resto del camino, su amor crecía más y más.

Permanecieron abrazados por otra hora más. Aunque Temari no había parado de llorar, se sentía más tranquila estando entre los brazos de su novio.

En ese momento, llegó la enfermera hasta la sala de espera.

-Familiares de Sabaku No Rasa, Kankuro y Gaara.-Temari se levantó de golpe de su asiento y corrió hacia la enfermera.

Shikamaru fue detrás.

-¿Cómo está mi familia?-La mujer sonrió mostrando alivio.

-El trasplante salió todo un éxito. El cuerpo del señor Gaara respondió bien al nuevo pulmón formado. En cuanto a los señores Rasa y Kankuro, no sufrieron complicaciones tras la operación, sin embargo, van a necesitar de mucho reposo mientras su cuerpo se adapta a no tener uno de sus lóbulos.-Temari suspiró con calma ante la noticia que le habían dado.

-¿Puedo pasar a verlos?

-Tendrá que esperar mientras los tres despiertan.

-De acuerdo. De verdad le estoy muy agradecida por lo que hicieron por mi familia.-La señorita sonrió.

-No es nada, sin embargo, permítame decirle que, de no ser por la voluntad de los tres, nada habría salido bien.

-Así somos los Sabaku No.-La mujer hizo una leve reverencia y se retiró del lugar.

Temari sintió que su corazón latía con mayor tranquilidad. Parecía que el destino no iba a permitir que sus hermanos siguieran peleados, sí o sí tenían que reconciliarse.

Shikamaru se quedó con ella esperando a que esos tres despertaran.

Pasada una hora, les dieron la noticia de que podían pasar a verlos.

Avanzaron por el pasillo y entraron en aquella habitación.

Rasa y Kankuro se veían estables, aunque algo aturdidos. En cambio, a Gaara se le notaba la confusión en la mirada.

Temari corrió a abrazar a su padre y a Kankuro mientras lloraba a mares.

-Me alegra que ambos estén bien.-Rasa le acarició el cabello a su hija.

-Jamás podríamos haberte dejado sola. Sigue siendo nuestra responsabilidad cuidarte y estar a tu lado por muchos años. Además, no somos débiles como para morir durante una operación quirúrgica.-Temari se rio y le dio a cada uno un beso en la mejilla.

-Sé que son los hombres más fuertes del universo y nada ni nadie podrá hacerlos caer.-Gaara seguía sin entender nada.

-¿Cómo rayos terminé aquí? Lo único que recuerdo es que había comprado el postre favorito de Kankuro cuando escuché disparos y… y después de eso no sé qué pasó.-Temari se acercó a él y con el dorso de la mano rozó su rostro.

-Lo importante es que estás bien hermanito, pero si quieres conocer más a fondo la historia te contaremos lo sucedido.-Rasa se reacomodó en la camilla muy despacio para quedar sentado.

-Para hacer esto lo más resumido posible, cuando saliste del trabajo, una bala perdida mandada por parte de un loco asesino en serie impactó en tu pecho y quedaste medio muerto. Alguien al parecer te vio tirado y llamó a una ambulancia para que te trajeran hasta aquí.

-Nos enteramos de esto por las noticias.-Prosiguió Temari.-Vinimos al hospital tan rápido como pudimos para saber si por lo menos seguías vivo. Afortunadamente, no falleciste en ese momento, pero tu pulmón izquierdo ya no recibía oxígeno gracias a que pedazos de la bala se dispersaron por este.

Kankuro decidió concluir la historia.

-Nos dijeron que de pronto acabarías muerto y nada podría cambiar ese hecho, hasta que decidimos jugarnos la última carta; realizar un trasplante de pulmón. Papá y yo te dimos uno de nuestros lóbulos para salvarte.

-Kankuro…-Una lágrima brotó de los ojos de Gaara.-¿Tú quisiste salvarme? Pensé que me odiabas.-Kankuro soltó una risita.

-¿Odiarte? Jamás podría sentir eso por alguien que me ha acompañado en mis victorias y derrotas por tantos años, que a pesar de mis tonteras me sigue queriendo, que todos los días me apoya y me demuestra su amor incondicional, pero más importante, que no desiste conmigo.-Temari se sintió tan feliz al ver cómo las cosas se iban reconstruyendo que empezó a llorar.

Shikamaru la abrazó por la espalda trayéndole paz.

Estaba muy feliz de saber que su novia ya podría estar contenta porque todo a lo que le temía había salido de maravilla.

-Tenía tanto miedo de no poder recuperarte hermano, que hasta pensé que, si algún día moría, no te iba a importar, incluso imaginé que ni te tomarías la molestia de asistir a mi funeral.

-¿Cómo se te ocurre que sería feliz con tu muerte? Significas mucho para mí, nunca podría dejarte ir por muy molesto que esté contigo.-Ambos hermanos se levantaron muy despacio de sus respectivas camillas para darse un abrazo.

Entre Shikamaru y Temari les ayudaron a que no perdieran el equilibrio y tuvieron su reconciliación.

Gaara había esperado tanto por este momento, y aunque no fue en las circunstancias más alegres, finalmente había recuperado al hermano que siempre ha amado.

-Me alegra que por fin mis dos hijos hayan hecho las paces.-Su padre extendió sus brazos para tomar la mano de Kankuro y Gaara.

-Bueno, por ahora lo mejor es que se vuelvan a recostar y descansen un poco. Ha sido un proceso muy largo.-Shikamaru sujetó a Gaara para acomodarlo nuevamente en la camilla y Temari hizo lo mismo con Kankuro.

-Hablaremos con la enfermera acerca de cuándo les darán de alta.-Los tres hombres asintieron con la cabeza y se acomodaron para dormir, pero tratando de no moverse tanto.

La pareja salió de la habitación y encontraron a la mujer que había atendido a los Sabaku No en medio del pasillo.

-Disculpe señorita, ¿nos podría decir qué día le darán de alta a Sabaku No Rasa, Kankuro y Gaara?-La mujer revisó entre sus papeles dicha información.

-Por hoy tendrán que descansar en el hospital, pero mañana durante la tarde podrán salir.

-Ay, qué bueno.

-Eso sí, nada de movimientos bruscos ni ejercicio ni exceso de trabajo durante un mes, sino las cicatrices luego de la cirugía no sanarán de la forma adecuada. Así que, por favor, procuren cuidarlos a los tres muy bien.

-No se preocupe, así será.-La enfermera hizo una reverencia y se retiró.

-Bien, en ese caso, creo que ya podemos salir de aquí. Te llevaré a casa, ¿te parece?-Temari asintió con la cabeza y tomó la mano de su novio entrelazando sus dedos.

-Me alegra tanto que todo se haya arreglado, desde nuestra relación hasta la de Kankuro y Gaara.-Shikamaru sonrió y besó la frente de su chica con dulzura.

-Así es como tenía que ser, aunque hay algo que todavía me sorprende de todo lo que hemos vivido.-Temari se intrigó al conocer el trasfondo de esa frase.

-¿Y qué es eso que te ha dejado en tal estado?-El Nara se rascó la nuca con su mano libre y sus mejillas se sonrojaron levemente.

-El haberte conquistado.-Los ojos de la rubia se abrieron de par en par y detuvo sus pasos, haciendo que Shikamaru hiciera lo mismo por inercia.

La volteó a mirar algo confundido, a lo que ella decidió clavar sus ojos aguamarina en los cafés de él.

-Pensé que eras muy seguro de ti mismo en ese sentido.-Shikamaru lentamente se acercó a su novia hasta quedar a escasos centímetros de distancia de su rostro.

-Con las chicas fáciles no resulta complicado, pero cuando tienes el reto de atraer a una de las más problemáticas que te enloquece con sólo sonreír a veces sientes que no serás suficiente para ella por mucho que te esfuerces.

Temari quedó estupefacta ante aquella declaración. Su corazón no podía latir de mayor felicidad en aquel instante.

-Amor, siempre serás suficiente para mí, porque no me enamoré de tus capacidades de conquista, sino por la persona que eres. Al empezar a conocer al auténtico Shikamaru, supe que no éramos tan diferentes como parecía y cada día que pasaba, quería conocerte más y más.

Shikamaru tomó entre sus manos la cara de Temari y la besó con ternura.

Estaba seguro de que jamás se cansaría de tener este tipo de momentos con ella y no podía imaginar pasar el resto de sus días al lado de alguien más.

-Cuando empecé a enamorarme de ti, creí que todo lo que hacías por mí era por mostrarte amigable y nada más. No entraba en mi cabeza que una chica como yo pudiera captar tu atención.

-¿Cómo no iba a enamorarme de esos hermosos ojos aguamarina, de esas mejillas tan suaves, de esa sonrisa perfecta y de esa personalidad que te hace tan especial para mí? Eres todo lo que uno vez soñé y nunca imaginé tener a mi lado.-Los ojos de la rubia se aguaron de la emoción y se aferró al Nara por medio de un fuerte y cálido abrazo, en el cual se sintió como si el reloj dejara de correr.

Luego de un rato, continuaron con su rumbo hasta la residencia Sabaku No, donde Shikamaru dejó a Temari sana y salva.

-Hace mucho frío. Será mejor que entres y descanses.-Temari se quedó pensativa por unos cuantos minutos.

-¿Seguro no quieres pasar la noche aquí?-Tal propuesta hizo que el vago se sonrojara en demasía y no supiera qué decir al respecto.

Temari, al ser consciente de sus palabras se puso igual o más roja. Aquella propuesta había sonado mejor en su cabeza, pero al decirla resultó tener un trasfondo diferente.

-Perdona, no quise decir… bueno… yo…

-No es necesario que des explicaciones Temari, de verdad.-La rubia siguió sin saber cómo disimular el bochorno del momento.

¿Por qué tenía que actuar tan idiota cuando estaba con él? Incluso siendo novios le seguían pasando estas cosas.

-En caso de que me vaya a quedar a dormir aquí, tendré que hacerlo en el sofá.

-Si lo prefieres puedes usar la habitación de Kankuro o Gaara, al igual que puedes usar cualquiera de las pijamas que tengan limpias.-Shikamaru sonrió ladinamente.

-No hace falta. Puedo dormir con esta ropa y cambiarme mañana en mi casa.-Temari se mordió el labio inferior y jugó nerviosa con sus dedos.

-Sí creo que… es mejor así. No me… gustaría generar malos entendidos entre mi familia porque te quedes aquí.-El Nara entró en la casa y subió las escaleras para dirigirse al cuarto de Kankuro, sin embargo, se llevó una horripilante sorpresa.

-¿Pero este lugar a qué carajos huele? ¿A perro muerto?-La rubia intentó contener la risa, lo que al final resultó ser inútil.

No era la primera y sin duda no sería la última vez que alguien reaccionaba así al acercarse a la habitación de su hermano.

-El cuarto de Kankuro siempre ha apestado. No importa cuántas veces entre Gaara y yo hayamos hecho el aseo ahí, es como si el olor no quisiera desaparecer jamás.-Shikamaru volteó a ver a su novia estupefacto.

-Debe ser un chiste de mal gusto.-Temari quiso fingir que lo era.

-Ojalá, pero no. Últimamente apesta tanto que cuando ha sido día de limpieza, nos ha tocado utilizar máscaras antigás para no morir intoxicados.

-¿Cómo puede dormir tranquilo en un lugar tan asqueroso?

-La costumbre amor, la costumbre.

-Qué asco, en serio.

-Por eso es preferible que duermas en la habitación de Gaara. Es mil veces más ordenada y aseada que el chiquero de ahí adentro.-Shikamaru se dirigió al cuarto del mediano de los Sabaku No y abrió la puerta.

Su chica tenía razón, este lugar era mucho más decente que el otro.

Los estantes contenían libros ordenados del más grande al más pequeño, todos clasificados por sus áreas correspondientes. La cama estaba bien tendida y el escritorio que llevaba encima un computador para trabajar se encontraba sin una sola mancha.

El Nara respiró hondo sintiendo cómo sus fosas nasales finalmente volvían a respirar aire puro y no la porquería de hace unos momentos.

-Sin dudas aquí podré dormir tranquilo.-Se giró para quedar de frente a su chica y le dio un beso en la frente.-Buenas noches princesa.

-Buenas noches cielo.-Temari caminó hacia su habitación, se acomodó como pudo y de inmediato quedó dormida.

Después de no haber descansado como debía los últimos dos días necesitaba relajarse para volverse a recomponer. Tanto lío le había causado demasiado estrés.

A la mañana siguiente, se despertó con toda la energía del mundo y bajó las escaleras con emoción para prepararse un delicioso desayuno, aunque al parecer alguien ya le había ganado en esa idea.

Su novio ya se encontraba sirviendo en los platos huevos revueltos con tocino y un par de tostadas cubiertas de mermelada.

Al voltearse con los platos en las manos se sorprendió al verla allí parada.

-¿Hace cuánto te despertaste?

-Como cinco minutos.-Exclamó la rubia con una sonrisa.

-Genial, entonces podrás disfrutar tu desayuno recién hecho.-Temari soltó una risita llena de ternura, lo que provocó en Shikamaru una sensación de no querer dejar de admirarla.

-Eres muy gentil amor, pero no era necesario que hicieras todo esto.-Shikamaru sonrió con dulzura.

-Me gusta verte feliz, así que haré todo lo posible por lograrlo.-Temari se sonrojó ante esas palabras, sin embargo, no podía negar que le gustaba la idea.

-Bueno, siendo así tendrás que hacer el desayuno todos los días.-El vago sonrió con picardía.

-Es un trato.-Mientras desayunaban, la puerta de la casa fue abierta de repente.

Ambos se asustaron hasta que vieron a los otros miembros de la familia entrar en la residencia, sin embargo, cambiaron su semblante a uno que reflejaba confusión.

-Esperen, ¿no que ustedes tres iban a salir por la tarde del hospital?

-La verdad es que teníamos la leve sospecha de que estarían en una situación comprometedora y queríamos venir a averiguarlo, pero al parecer nos equivocamos.-Dijo Kankuro desviando la mirada con vergüenza.

-¿Teníamos? Sólo tú pensaste en eso.-Rasa se frotó las sienes ante lo incómodo del momento.

-Disculpen esta locura, pero ya saben cómo es Kankuro.-La pareja se rio.

-Está bien papi, no te preocupes.

-Bueno, la verdad es que nos sacaron antes de tiempo por las imprudencias de Kankuro.-Temari frunció levemente el ceño. En cierto modo no le sorprendían tales actitudes ya que conocía a su hermano a la perfección, pero sí le molestaba.

-¿Qué fue lo que hiciste hermano.

-Nada en especial, sólo le agarré la nalga a una enfermera.-Los ojos de la Sabaku No se abrieron de par en par y golpeó la mesa con toda la fuerza de su puño.

-¿¡Que hiciste qué!?-Kankuro se mordió el labio inferior con nerviosismo.

-Conste que fue culpa de ella por ponérmela en toda mi cara. Era obvio que quería seducirme.-Gaara suspiró y negó con la cabeza tratando de reflejar decepción.

-La señorita sólo estaba haciendo su trabajo Kankuro.-Shikamaru sonrió.

-Déjalo ser feliz y creer en cosas sin sentido Gaara.

-¿Quieres que te parta la cara Nara?

-No tengo ganas de escucharlos discutir ahora, ¿sí?-Exclamó Rasa sentándose en una de las sillas del comedor a la vez que se masajeaba el cuello.

Había sido un camino un poco largo y estaba exhausto.

-¿Quiere que le haga su desayuno Rasa-san?-El hombre se sorprendió ante la propuesta del Nara, sin embargo, le pareció muy amable.

-Está bien. Así también haces los de Kankuro y Gaara.-Los hermanos tomaron asiento en la mesa y se acomodaron.

-Más te vale preparar algo comestible Nara.

-No te preocupes Kankuro, te aseguro que te voy a sorprender.-Shikamaru se adentró en la cocina y empezó a preparar.

-Y tampoco te demores mucho que morimos de hambre.

-Si tu comida llega a saber como la del hospital, te juro que te vas a arrepentir.

En parte le asustaba no poder impresionar a los hermanos de su novia, pero estaba dispuesto a no fallar.

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Hasta aquí el capítulo de hoy. Espero que les haya gustado.

Sé que estuve muy ausente los últimos meses, pero les juro que la universidad me tenía consumida hasta el cuello.

Bueno, lo importante es que ya volví y que durante mis vacaciones me aseguraré de seguir adelantando todas mis historias y tal vez empezar pronto una nueva.

-Kanku: Ya pensaba yo que te habían comido los tiburones.

-Yo: Si quieres te puedo tirar a un océano y tranquilamente no sales nunca. (Kankuro traga saliva)

-Ambos: Gracias por leer y nos vemos en el próximo y último capítulo.