Capítulo 20
Parte de la Familia
Tanto Shikamaru como Temari seguían sin poder creer que habían recibido una invitación a almorzar por parte de Yoshino. Era cierto que ella en realidad nunca había odiado la relación que formaron desde hace un tiempo, pero seguía siendo algo extraño la oferta tan repentina.
-Bueno, supongo que tendré que decirle a papá y a mis hermanos sobre esto.-Exclamó Temari sin saber realmente cómo su familia se tomaría la noticia
-¿Quieres que te acompañe?
-No, tú quédate aquí mientras tanto. De todos modos, les pediré que bajen para no tener que dar la noticia por separado.
Temari respiró hondo antes de subir por las escaleras.
Con cautela tocó la puerta de cada una de las respectivas habitaciones.
Kankuro, Gaara y Rasa bajaron medio cansados, en especial Kankuro quien andaba durmiendo igual de profundo que un bebé.
Los tres se sentaron en el sofá.
-Espero que lo que sea que tengas que decirnos valga la pena para haberme levantado.-Exclamó Kankuro bostezando.
Temari tragó saliva antes de hablar.
-No sé si realmente esto les vaya a gustar o no, pero… Yoshino-san nos invitó a almorzar en su casa esta tarde.
Los ojos de Gaara casi se salieron de sus cuencas ante la noticia.
-¿Qué? Es broma, ¿no?
-Me temo que no.-Intervino Shikamaru.-Mi madre nos llamó hace poco para avisarnos que nos esperaba.
-No encontramos el modo de decirle que no.-Agregó Temari.
-Bueno, por mí no hay problema mientras haya comida.-Dijo Kankuro.
-Antes de hacer cualquier cosa, necesito preguntar algo.-Dijo Rasa pensativo.
-Claro papá, adelante.-Dijo la rubia sintiéndose demasiado nerviosa.
-¿Con qué propósito Yoshino-san hace esto?
-Ella… quiere que entre familias nos conozcamos mejor.-Afirmó Shikamaru rascándose la nuca.
-Siendo ese el caso, supongo que no tendremos otra alternativa más que asistir y esperar que las cosas salgan bien.-Exclamó Rasa todavía conservando sus dudas de si un almuerzo familiar era buena idea.
-Bien, entonces tendremos que alistarnos.-Afirmó la Sabaku No.
-Espera, ¿y yo cómo se supone que haga eso si no tengo nada de ropa aquí?-Exclamó Shikamaru.
-Creo que la ropa de Kankuro te quedará bien.-Respondió Temari sonriéndole a su novio.
-Ni creas que le voy a prestar mi ropa.-Dijo Kankuro cruzándose de brazos.
-¿Por qué no?
-Perderá mi olor si la utiliza alguien más.
Temari suspiró y se frotó las sienes.
-No te angusties hermana. Si quieres yo le presto algún conjunto mío. Seguro le quedará bien.-Dijo Gaara calmadamente.
-¿Estás seguro Gaara? Dudo mucho que Shikamaru y tú sean de la misma talla.-Exclamó Temari.
-No te preocupes. De que entra en mi ropa entra.
La Sabaku No suspiró.
-Bueno, gracias Gaara.
El pelirrojo asintió con la cabeza y se levantó del sofá.
-Acompáñame Nara.
Shikamaru siguió al Sabaku No sin objetar hasta su habitación mientras que los demás también iban a arreglarse.
Gaara fue directo a abrir su armario viendo qué podía servirle al Nara para la ocasión.
-Bien, creo que esto funcionará.
El pelirrojo tomó una camisa azul rey a cuadros y se la lanzó al Nara, para luego tomar un pantalón un tono más oscuro y repetir la acción, sin embargo, con los zapatos no hizo lo mismo, ya que estos se los entregó directamente en las manos.
-¿Estás seguro de que esto va a quedarme? De pronto Temari tenga razón y no seamos de la misma talla.
Gaara frunció levemente el ceño, lo que hizo que el moreno tragara saliva del susto.
-No me malentiendas. En serio agradezco tu amabilidad, pero…
De repente, Gaara soltó una carcajada que dejó al Nara perplejo. No estaba seguro de seguirle la risa o salir corriendo de allí.
-Debiste haber visto tu cara. Me sorprende que siempre caigas en esa broma tan básica.
Shikamaru se rascó la nuca, avergonzado.
-Bueno, en esta familia es difícil descifrar si están jugando o realmente se sienten molestos.
-Sí, lo sé. Tenemos esa curiosa habilidad.
Gaara puso una mano en el hombro de Shikamaru.
-Te aseguro que esa ropa es de tu talla. La pedí por catálogo hace casi un año, pero me quedó más grande de lo esperado.
-¿Por qué no se la diste a Kankuro? A él también le serviría.
-No estoy tan mal de la cabeza como para dejar que Kankuro use algo que es mío.
Shikamaru enarcó una ceja.
-¿Qué quieres decir con eso?
Gaara suspiró.
-Ya sabes cómo huele el cuarto de Kankuro, ¿no?
El Nara asintió con la cabeza.
-Ahora imagínate cómo estará su ropa.-Agregó el Sabaku No.
Shikamaru no pudo sentir más que asco de sólo pensar en ello.
-Bueno, tienes un punto a favor, pero también pudiste donar la ropa o vendérsela a alguien más que tal vez le sirva.
-Sí, ya había considerado esas opciones y tenía en la cabeza quién quería que se quedara con el conjunto. Finalmente, se lo he podido entregar a esa persona.
Shikamaru se sorprendió ante las palabras de Gaara.
-¿Esto es para mí?
Gaara sonrió de forma ladina.
-Así es.
-Vaya, yo… no sé qué decir.
-No necesito agradecimientos ni muestras de cariño, sólo consérvalo.
Shikamaru seguía sin poder creer que el Sabaku No le hubiese dado tal detalle.
-De acuerdo.
-Eso sí, los zapatos sí son míos y dudo que te queden, pero de todos modos pruébatelos y cualquier cosa me avisas y miramos dónde te conseguimos unos que no sean de Kankuro, ¿te parece?
-Bien. Gracias Gaara.
Shikamaru bajó las escaleras para cambiarse en el baño de huéspedes.
Cuando estuvo listo, salió de este y con los zapatos de Gaara en las manos. En definitiva, su pie era mucho más grande que el del Sabaku No.
Kankuro volvió a la sala unos segundos después y al ver al Nara se sorprendió.
-No te ves mal. ¿Quién diría que la ropa de mi hermano te quedaría?
-Sí, eso creo. Lo único es que nuestra talla de zapatos no es la misma.-Dijo Shikamaru mostrándole el par a Kankuro.
-En ese caso, supongo que tendré que prestarte unos míos.
-Eso no será necesario Kankuro.-Exclamó Rasa mientras bajaba las escaleras.-Yo puedo prestarte unos si gustas Shikamaru.
-Muchas gracias Rasa-san.
-Ahora vuelvo.
El dueño de casa subió nuevamente hasta su habitación en busca de sus zapatos y segundos después regresó.
-De seguro te servirán.-Dijo el hombre entregándole los zapatos a Shikamaru.
El vago se los probó y encajaron a la perfección.
-Están perfectos.
Gaara bajó junto con Temari hasta el primer piso, siendo esta última la sorprendida de lo guapo que se veía su novio, aunque para ella hasta recién levantado era atractivo.
Este no quedó menos impactado que ella. Su chica llevaba un vestido verde azulado corto y ligeramente ajustado que combinaba a la perfección con sus ojos.
-Vaya…-Balbuceó el Nara.
Temari se sonrojó y desvió la mirada avergonzada.
Gaara se dio cuenta de esto y carraspeó.
-Qué suerte que la ropa te sirvió Nara.
Shikamaru salió de sus pensamientos y se rascó la nuca.
-Sí, así es.
Los cuatro salieron de la casa y se dirigieron a la mansión de los Nara, donde el portero ya los estaba esperando.
-Familia Sabaku No, Shikamaru-san. Es un gusto tenerlos aquí.-Exclamó el hombre haciendo una leve reverencia.
Abrió el gran portón y les dio paso a los invitados.
Yoshino ya se encontraba esperándolos en la entrada principal.
-¡Temari!-Gritó la mujer emocionada y corrió a abrazar a la rubia.-Qué gusto que hayan podido venir.
-De nuevo le agradezco esta bella invitación Yoshino-san.-Contestó Temari sonriendo amablemente.
-Ya te dije que no necesitas agradecerme.
Casi de inmediato, la castaña se acercó a su hijo para abrazarlo también.
Luego de aquella cálida muestra de cariño, Yoshino le dio un calbazo a Shikamaru.
-No vuelvas a darnos un susto de estos, hijo. Que tu padre y yo no andemos mucho en casa no quiere decir que no estemos al pendiente de ti.
-Mendokusai…-Balbuceó el vago desviando la mirada.
-Por favor pasen. Están en su casa.
Yoshino abrió la enorme puerta y todos entraron al tiempo, ya que la puerta era lo suficientemente grande.
Gaara y Kankuro quedaron con la boca abierta al ver el lugar tan enorme y lujoso en el que su cuñado vivía. Todo parecía estar hecho de oro y la madera más fina.
-¿Por qué nunca nos invitaste a venir aquí Nara?-Preguntó Kankuro fingiendo molestia.
Shikamaru se sintió avergonzado.
-No creí que les hubiese gustado mucho la idea.
Gaara suspiró.
-Ya da igual. Lo que importa es que estamos aquí.
-Sigan por aquí.-Indicó Yoshino adentrándose en el gran comedor, el cual tenía una mesa increíblemente larga.
Shikaku se encontraba allí sentado con el periódico entre sus manos.
Al ver a sus invitados, se levantó de inmediato a saludar.
-Qué gusto tenerlos aquí, de verdad.
-Muchas gracias Shikaku-san, el gusto es nuestro.-Respondió Rasa sentándose en una de las sillas seguido por sus tres hijos y el vago que tomó asiento junto a sus padres.
-Me ha contado Temari que han estado estos últimos días delicados de salud.-Exclamó la dueña de casa con un semblante preocupado.-¿Cómo han llevado la recuperación?
-Ya estamos mucho mejor Yoshino-san, gracias por preguntar.-Contestó Rasa.-No ha sido una recuperación fácil, pero seguimos adelante sobrellevándolo.
Yoshino suspiró aliviada.
-Eso me alegra mucho Rasa-san.-Dijo la castaña volteando a ver a Gaara.-¿Cómo fue eso de que te dispararon en medio de la calle?
-Así como lo oye Yoshino-san.-Habló el pelirrojo.-Estaba volviendo a casa esa noche cuando fui asaltado por un sujeto que al parecer estaba mal de la cabeza.
-¿Nunca capturaron a ese hombre?-Intervino Shikaku.
-Según las noticias hace poco lo encarcelaron, pero eso no cambia el hecho de que le arrebatase la vida a muchas personas.
-Pobres sus familiares.
A los pocos minutos, sirvieron la comida.
Kankuro casi se abalanza sobre el gran pollo en el centro de la mesa.
Temari tuvo que pellizcarle la pierna para que ni siquiera se le ocurriese intentarlo.
-¡Ay!-Se quejó el Sabaku No volviéndose a acomodar en su silla y mirando a Temari con el ceño fruncido.-¿Eso era necesario?
-Aquí no puedes comer como te dé la gana.-Dijo la rubia molesta.-Si quieres coger algo usa los cubiertos.
Kankuro rechistó y tomó el tenedor y el cuchillo para cortar un pedazo grande de pollo y comerlo.
-¡Delicioso!-Exclamó el castaño.
-Qué bueno que te guste Kankuro.-Dijo Yoshino con una gran sonrisa.-Puedes comer todo lo que quieras.
Aquella propuesta hizo que el Sabaku abriera sus ojos con emoción.
-¿De verdad?
Kankuro agarró todo lo que pudo. Cuatro pedazos de pollo, dos cucharadas grandes de ensalada, una cucharada de arroz y un gran pedazo de pastel de chocolate.
Temari suspiró.
Gaara también aprovechó la oportunidad y tomó toda la comida que pudo para disfrutarla hasta quedar repleto.
Temari prefirió no armar un escándalo, por lo que también se dispuso a comer.
-En serio está delicioso.-Exclamó la rubia sorprendida.
Luego de terminar de almorzar, los sirvientes recogieron los platos y a los pocos segundos volvieron con una jarra de té y unas cuantas tazas para servirlo junto con galletas.
-Espero les apetezca un poco de té de la tarde. Cada vez que estamos en casa, lo tomamos después de comer.
-Lo siento Yoshino-san, pero estoy llenísimo. No creo que pueda probar otra cosa.-Dijo Kankuro casi recostado en la silla.
-Yo tampoco.-Afirmó Gaara.
Yoshino de todos modos les sirvió una taza de té a cada uno.
-Deberían probarlo. Tal vez les ayude a sentirse más ligeros.
Los hermanos terminaron tomándose sus tés.
-Manzana, qué rico.-Dijo Kankuro.
-¿Ustedes también quieren un poco Rasa-san, Temari?-Preguntó la castaña.
-Claro que sí Yoshino-san, muchas gracias.-Respondió la rubia.
Yoshino sirvió más té.
-Qué delicia.-Exclamó Rasa.
Temari se veía igual de sorprendida y fascinada de lo que acababa de probar.
Shikamaru le dio un sorbo a su té sin muchas ganas.
-No puedo esperar el día en que mi hijo y tú se casen.
Shikamaru se atragantó con el líquido mientras que Temari se había sonrojado a más no poder.
-Yoshino-san, creo que somos muy jóvenes para eso.
-Sí, no es el momento.-Agregó Shikamaru tratando de recuperar el aire.
-Bueno, no creo que les cueste ir pensando en esos detalles importantes, ¿o es que no piensan casarse?
Shikamaru suspiró.
-Mamá, cuando sea el momento indicado, pediré la mano de Temari. Siento que debo madurar mucho más para convertirme en el hombre y marido que ella merece a su lado.
Temari sonrió ante las palabras de Shikamaru. A pesar de seguir siendo jóvenes, se notaba que el Nara ya sabía lo que quería para su futuro, y por fortuna, coincidía con el de ella.
-Vaya, es la primera vez que te escucho decir algo tan maduro.-Dijo Shikaku sorprendido.
-Dicen que las personas te cambian para bien o para mal. Temari me ha ayudado a convertirme en la mejor versión de mí mismo.
La Sabaku No se sonrojó apenada.
Kankuro no pudo evitar reírse.
-Calma Nara, harás que a nuestra hermana le dé un infarto de alegría con tantas cursilerías.-El castaño volvió a analizar sus palabras.-Vaya, me salió verso
Gaara y Rasa fulminaron al castaño con la mirada.
-¿Qué? No he dicho nada malo.-Dijo el Sabaku No sin entender el motivo de la reacción de sus familiares.
-Disculpe a Kankuro, Yoshino-san. A veces puede ser algo… imprudente.-Dijo Rasa.
Yoshino le sonrió cortésmente.
-No se preocupe Rasa-san. En los jóvenes es normal ser así. Si supiera la cantidad de veces que Shikamaru nos ha dejado en vergüenza se sorprendería.
-¡Mamá!-Exclamó el vago incómodo.-No es necesario hablar de eso.
-¿Por qué no? Tu novia tiene todo el derecho de saber con qué clase de chico se está metiendo.
Temari soltó una pequeña risa.
-No se preocupe por eso Yoshino-san. Conozco demasiado bien a su hijo para saber el tipo de cosas que es capaz de hacer.
Tras terminar el té, los Sabaku No decidieron que ya era hora de partir de vuelta a su hogar.
-Gracias por la invitación Yoshino-san. En serio la pasamos muy bien.-Exclamó Rasa con una sonrisa de por medio.
-No fue nada Rasa-san. Gracias a ustedes por haber venido.-Contestó Yoshino del mismo modo.-Espero podamos repetir este encuentro pronto.
Los Sabaku No hicieron una leve reverencia y tomaron su camino a casa.
Una vez llegaron, Kankuro se tiró de un salto al sofá y suspiró.
-Tengo que admitir que me divertí más de lo que esperaba.
Gaara le siguió los pasos a su hermano y se sentó en uno de los sillones.
-Se sintió un poco raro convivir de forma amena con los Nara después de todas las situaciones tan complicadas que pasamos.
-Para darnos cuenta al final de que todo resultó ser un plan ideado por Yoshino-san al sentir que debía probarnos.-Concluyó Temari.
-En fin, lo importante es que al final tu relación con Shikamaru no tendrá más obstáculos que los del día a día.-Dijo Rasa sentándose en otro de los sillones.
-Papá, creo que sabes que todavía hay algo más a lo que debemos hacerle frente.-Exclamó Temari suspirando.-¿Recuerdas lo que hablamos la otra vez?
Kankuro se reacomodó en el sofá y frunció el ceño.
-¿A qué se refieren?
Rasa se mordió el labio inferior nervioso.
-El otro día… le dije a Temari que me gustaría llevar a Shikamaru a cenar con nosotros en Ichiraku, y de esa forma, sobrellevar mejor la muerte de Karura.
Gaara se tuvo que agarrar de los brazos del sillón para no caerse de espaldas ante lo que acababa de proponer su padre.
-¿Qué? ¿Estás seguro papá?
Kankuro no estaba menos sorprendido que su hermano.
-¿Te sientes listo para revivir tantos recuerdos de las veces que estuvimos allí con mamá?
Rasa no pudo evitar echarse a llorar. El recordar a su esposa siempre lo ponía triste. Hasta el día de hoy seguía sin poder creer que la vida se hubiese encargado de separarlos de una forma tan dolorosa.
Temari abrazó a su padre con la esperanza de calmarlo.
-Nunca he… estado listo para dar este paso tan difícil… pero Shikamaru ya hace parte de esta familia y… siento que está en todo su derecho de conocer una de las partes más oscuras de nuestra historia.
La rubia tomó el rostro de su padre entre sus manos.
-Papi, si de verdad no te sientes en condiciones de volver a ese lugar, no hace falta que lo hagamos. Podemos organizar una cena aquí en casa con Shikamaru.
-Temari tiene razón.-Continuó Gaara.-No tienes que hacer esto si no estás seguro.
Kankuro se levantó del sofá y se acercó a Temari y a su padre.
-Mira, yo tampoco me siento listo para volver allí.-Dijo el Sabaku No llorando.-Nunca he… creído ser capaz de enfrentar ese pasado tan oscuro, pero… si lo hacemos juntos, tal vez… podamos sobrellevarlo mejor.
Rasa miró a su hijo y lo abrazó.
-Gracias, hijo. No sabes lo feliz que en serio me hace escucharte decir eso.
Gaara y Temari se unieron al abrazo.
Las emociones no dejaban de desbordarse por ninguno de los integrantes de la familia. El pasado podía doler muchas veces, pero el seguir juntos era más que suficiente para superar lo que sea.
Luego de estar abrazados por un largo rato, se separaron.
-Ya sabiendo que mañana iremos a Ichiraku, puedes avisarle a Nara con tiempo para que ni se le ocurra hacer planes.-Dijo Gaara.
Temari le sonrió a su hermano.
-No te preocupes, mañana estará con nosotros.
Cada uno se fue a su habitación para descansar, y Temari aprovechó para llamar a Shikamaru.
-¿Hola?-Dijeron desde el otro lado del teléfono.
-Hola amor, ¿cómo estás?
-Mejor por recibir una llamada tuya.
Temari se sintió confundida ante aquel comentario.
-¿Por qué? ¿Pasó algo con tus padres?
-No es nada grave, sólo que luego del almuerzo de hoy mamá ha estado como loca planeando nuestra boda.
La rubia no pudo evitar reírse.
-Vaya, parece que el imaginarme como su nuera para toda la vida la pone de buen humor.
Shikamaru suspiró.
-Para mí es demasiado problemático todo este asunto.
-¿Te parece problemático que seamos marido y mujer?-Preguntó Temari molesta.
Shikamaru se dio cuenta de que había usado las palabras inadecuadas para expresar su incomodidad.
-No lo digo por eso princesa, al contrario, amaría ser tu esposo. Lo digo por mi madre que quiere hacer una fiesta gigante e invitar a no sé cuántas personas para presenciar lo que según ella será la boda del año.
-Bien, entiendo. Entonces no quieres que sea algo grande ni estrambótico.
-Exacto. Primero, no quiero que ella se meta en la planeación, y segundo, quiero que ese momento sea uno de los más especiales y mágicos para los dos.
Temari se quedó en silencio sin saber qué decir. Estaba conmocionada.
Shikamaru decidió seguir hablando.
-El día en que vayamos a casarnos quiero que realmente seas feliz, que sientas que nunca te vas a arrepentir de esa decisión y que amarás pasar toda la vida conmigo.
Unas cuantas lágrimas de felicidad brotaron de los ojos de Temari.
-Es lo más lindo que me han dicho. Gracias por llegar a mi vida amorcito.
-Gracias a ti por darle luz a la mía.
Temari sonrió.
-Eres un cursi, ¿sabías?
-Estando contigo es inevitable no serlo.
-Bueno, mi llamada de esta noche, aparte de querer volver a escuchar tu preciosa voz, es que mañana mi padre quiere invitarte a comer en Ichiraku. Entonces quería saber si podías ir.
Shikamaru se sintió confundido ante la petición.
-¿Estás segura de que tu padre estará bien con eso? Lo digo porque bueno, sabiendo que para tu familia sigue siendo difícil ir allá por el tema de tu madre, no quiero que esto genere problemas.
-No te preocupes amor. Con mis hermanos y papá lo hablamos y estuvimos de acuerdo en que este puede ser un gran paso para seguir adelante.
Shikamaru sonrió con mucha alegría.
-No sabes lo orgulloso que estoy de ti amor.
-¿Por qué?
-Porque eres muy fuerte.
-Trato de serlo todos los días.
-Lo sé. Mañana nos vemos.
-Genial.
-Descansa princesa.
-Descansa amorcito.
Temari colgó la llamada y se acostó en su cama. Se sentía muy feliz de saber que por más duro que fuese el camino, siempre tendría a su novio para apoyarla.
A la mañana siguiente, Temari se levantó con mucha energía. Salió de su habitación y bajó corriendo las escaleras hasta llegar a la cocina y desayunar.
Segundos después, llegó Gaara adormilado. Iba caminando de forma tan silenciosa que a Temari casi le da un infarto.
-¿En qué momento bajaste hermano?-Preguntó Temari todavía con el pulso acelerado.
Gaara bostezó y se rascó la cabeza.
-Acabo de bajar. ¿No te diste cuenta?
Temari parpadeó varias veces antes de responder.
-A veces caminas como si fueras un fantasma. En serio que da escalofríos.
Gaara suspiró.
-En fin, me haré un sándwich.
El pelirrojo abrió el refrigerador y sacó el queso y el jamón para luego abrir uno de los cajones de la alacena y tomar el paquete con las rodajas de pan.
-¿Estás seguro que sólo te comerás un sándwich?-Preguntó Temari.-Te puedo hacer huevos revueltos si quieres.
-Está bien.
Gaara se sentó en el comedor y se dispuso a comer su desayuno mientras Temari siguió en la cocina preparando el desayuno de tamaño familiar.
Una vez estuvo listo, sirvió los huevos revueltos con un pan y los puso sobre la mesa, donde Rasa ya se encontraba conversando con Gaara.
-Buenos días. ¿Cómo amaneciste?-Preguntó Temari con una sonrisa.
-Bastante tranquilo y con mucha hambre.
-Bueno, entonces espero que te guste lo que he cocinado.
-Tu comida siempre es excelente.
Rasa se metió casi todo el huevo de un solo bocado.
-Qué delicia.-Exclamó el castaño.
Kankuro llegó al rato y también se acomodó.
Con un largo y profundo bostezo se dispuso a probar el desayuno que tenía al frente y se lo comió en menos de cinco minutos.
-Vaya, eso sí que estaba delicioso. ¿No quedó más?
Temari se frotó las sienes.
-Ya sabes que lo que se cocina en esta casa es medido Kankuro. Si quieres comer algo más, háztelo tú mismo.
El castaño se cruzó de brazos molesto, pero de todos modos se levantó de su silla y fue hasta la cocina para ver qué encontraba de comer.
De repente, sonó el timbre.
-¿Alguno invitó a alguien?
Tanto Gaara como Rasa negaron con la cabeza ante el extraño suceso.
Temari se acercó a la puerta y abrió, sorprendiéndose de encontrar a su novio ahí.
-¿Amor? ¿Qué haces aquí tan temprano?
Shikamaru sonrió y besó la frente de su novia.
-Tenía muchísimas ganas de verte antes, y así es más fácil que salgamos todos juntos para Ichiraku por la tarde.
Temari se mordió el labio inferior ansiosa, hasta que fue consciente de que estaba en pijama todavía.
-¡Ay, no! ¡Qué vergüenza!
El Nara acarició la mejilla de su novia.
-No tienes que sentir vergüenza. Te ves preciosa siempre.
Los colores se le subieron a la cara a la Sabaku No, quien tuvo que ocultarla entre sus manos.
-Además, cuando nos casemos te veré todas las mañanas así y me volverás a enamorar como si fuese la primera vez.
Gaara carraspeó incómodo.
-Por lo menos podrías saludarnos a nosotros también, ¿no?
Shikamaru se sorprendió de ver a Gaara y a Rasa en el comedor, lo que lo hizo sonrojarse.
-Disculpen, no sabía que estaban ahí.
Kankuro salió de la cocina con medio sándwich en la boca.
-Con lo embelesado y cursi que andabas con Temari, dudo que en algún momento te hubieses fijado en nuestra presencia.
Shikamaru desvió la mirada.
-Tampoco tienes que ser tan cruel con él Kankuro.-Exclamó Rasa.-Está enamorado, es normal que se comporte así.
-Buenos días, Rasa-san, Gaara, Kankuro.-Dijo el Nara todavía nervioso.
-Buenos días, Shikamaru. Sigue, estás en tu casa.-Dijo Rasa con una sonrisa.
El pelinegro se adentró y se sentó en el sofá.
Una vez llegó la tarde y los Sabaku No junto con Kankuro se dirigieron a Ichiraku.
Rasa tuvo que tragar saliva antes de entrar en el restaurante. Habían pasado años desde la última vez que almorzó allí.
Temari tomó su mano para transmitirle calma.
-Si quieres podemos irnos a casa.
Rasa miró a su hija con amor y le acarició el cabello.
-No te preocupes, estoy listo para esto.
Los cinco entraron en el restaurante.
Todos pidieron un tazón de ramen.
A medida que comían, ninguno articulaba palabra. Al parecer a nadie le daban demasiadas ganas de hablar.
Cuando todos terminaron con sus platos, Kankuro suspiró.
-Se siente tan raro comer aquí sin mamá. Ella adoraba este restaurante.
Shikamaru se mordió el labio inferior.
-No sé si sea muy imprudente por mi parte, pero… ¿puedo preguntar cómo era su madre?
Rasa tuvo que respirar hondo para no llorar, sin embargo, sus emociones se desbordaron.
-Ella… era una mujer encantadora, realmente brillante…. Tenía una sonrisa angelical, unos ojos preciosos y la mirada más pura y sincera que alguna vez pude apreciar.
-Mamá era increíble.-Continuó Kankuro.-Siempre sabía qué decirte cuando las cosas no salían como querías, y no dudaba en regañarte cada vez que actuabas de manera incorrecta.
-Hacía parecer que cuidar de los tres era lo más sencillo del mundo.-Prosiguió Gaara.-A pesar de que muchas veces le causamos problemas por nuestro comportamiento, ella sólo sabía demostrarnos su amor incondicional teniéndonos paciencia y siendo la mujer más dulce sobre la faz de la tierra.
-Estaba siempre ahí cuando la necesitábamos.-Habló Temari.-Se encargaba de hacernos ver el lado positivo de las cosas para que nunca estuviéramos tristes, porque amaba vernos sonreír.
La rubia tuvo que secarse las lágrimas que no paraban de brotar por sus ojos, por lo que Shikamaru decidió tomar su mano para tranquilizarla un poco, sin embargo, no supo qué decir ante las palabras tan emotivas por parte de cada uno de los Sabaku No.
Kankuro no pudo evitar llorar.
-Cada vez que recordamos a mamá… nos duele saber que ya no está aquí con nosotros.
-Entre más pensamos en ella, más falta nos hace.-Agregó Gaara.
-Yo… de verdad lo lamento mucho…-Dijo el Nara mostrándose casi igual de triste que los Sabaku No.
Temari se aferró a su novio dejando que sus emociones se mostraran a flote.
El Nara le acarició la mejilla con la esperanza de calmarla un poco.
-¿Cómo fue que ella murió?
Rasa suspiró antes de responder.
-Falleció a causa de un tumor que lentamente se fue expandiendo por todo su cuerpo… ni siquiera los mejores médicos de la ciudad pudieron hacer algo para salvarla.
Gaara se secó unas cuantas lágrimas.
-Creo que… en el fondo los tres éramos conscientes de que la íbamos a perder… a pesar de que nuestros corazones quisieran creer lo contrario.
-Aunque ella también sabía que estaba en las últimas…-Continuó Temari.-Nos ayudó a mantener la calma en esa situación y… con una sonrisa se despidió.
Shikamaru suspiró.
-Bueno, yo siento que ella estaba lista para irse porque tal vez… ya había hecho todo lo que tenía que hacer.
-Acabas de decir algo muy cierto Nara.-Afirmó Kankuro.
Rasa tomó las manos de sus tres hijos.
-Eso sí, no importa cuánto tiempo pase, siempre vamos a extrañar a Karura. Ella fue una parte fundamental en nuestra familia, en nuestra historia. Nada podrá cambiar eso, pero ya va siendo tiempo de seguir creciendo.
Los tres hermanos le sonrieron a su padre y se abrazaron.
Shikamaru se quedó admirando aquel fraternal momento. Se sentía muy feliz de ver cómo las cosas iban mejorando poco a poco.
Rasa y sus hijos voltearon a ver al vago confundidos.
-¿Qué se supone que haces ahí quieto Nara?-Preguntó Kankuro.
Shikamaru no entendió la pregunta y levantó una ceja.
-¿Acaso debería hacer algo?
-Sí, ser parte del abrazo.-Afirmó Gaara como si fuese lo más obvio.
-Pero… es un momento familiar. No creo que deba involucrarme.
Rasa sonrió.
-A partir de ahora, eres uno más de los Sabaku No.
Las palabras de su suegro hicieron que el Nara abriera los ojos de par en par.
-¿Cómo?
-Al venir aquí, parte de lo que teníamos planeado era hacerte entender que ya haces parte de nuestra familia.-Dijo Temari mirando a su novio con amor.
-¿Lo… dicen en serio?
Kankuro rodó los ojos.
-¿Tenemos cara de estar haciéndote una broma?
Shikamaru sonrió y se unió al abrazo. Estaba más que feliz de que finalmente sus esfuerzos por estar con Temari dieran resultado, a pesar de que al principio siempre fue un verdadero idiota con ella.
Ahora sí no tenía dudas de que su amor iba a ser eterno y que la haría la mujer más feliz del mundo.
Palabras de la escritora
El amor puede tener muchas barreras y obstáculos de toda clase, pero este puede superar lo que sea, y si de verdad amamos a alguien y nos corresponde, hay que luchar hasta el final, y no huir de ese sentimiento.
oooooooOOOOOOOooooooooo
Hemos llegado a la conclusión de esta bellísima historia. Espero la hayan disfrutado tanto como yo amé escribirla. Casi que no logro darle un final decente a esto.
Quiero agradecer a todos los que comentaron:
Karinits-san: Gracias por comentar en cada capítulo. Me encanta que siempre estés pendiente de mis actualizaciones.
JorgeG64: Me alegra que te haya gustado esta historia. Significa mucho para mí.
Serenity usagi: Gracias por tus comentarios y estar al pendiente de las actualizaciones de esta historia.
Guest: Sí, yo sé que me demoro bastante trayendo capítulos nuevos, pero los estudios me consumen bastante tiempo, así que trato de sacar el mayor tiempo posible para escribir. Te agradezco por estar pendiente.
Jorge Gonzalez1: Gracias por tu apoyo y tus comentarios. Me alegra que hayas disfrutado de la trama de principio a fin.
Alone-Writer-15: Gracias por tus lindos comentarios y el apoyo que le diste a esta historia.
A los que siguieron: Alone-Writer-15, Alen-sly, Ana Sofia Ghiggia, ElidaUsher, JorgeG64, Jorge Gonzalez1, Karinits-san, KathyCosta, Mariamarie1998, Mr Simon N, Muchitz, PrincessYra y Serenity usagi.
A los que agregaron a favoritos: Alen-sly, Ana Sofia Ghiggia, AzusaCT, Biskath3, ElidaUsher, Jorge Gonzalez1, Karinits-san, PrincessYra, Serenity usagi y Valentina Moya.
-Todos: Hasta pronto. Nos vemos en el epílogo.
