Universo K9.
El proyecto Universo K9 es una serie de historias basadas en la popular serie PAW Patrol. Con motivo del 10 aniversario de la franquicia, decidí realizar estas historias que buscarán explorar, expandir y consolidar el universo previamente definido en la serie de televisión, los capítulos especiales y las películas. Se buscará respetar toda la información ya establecida, y responder muchas incógnitas que han surgido a través de los años, agregando ideas nuevas, o incluso, complementando la historia con teorías populares. Todo con la intención de establecer una narrativa lógica, una línea de tiempo bien definida, y un ambiente más serio y profundo en el cual desarrollar a los personajes.
El Universo K9 será protagonizado principalmente por los personajes de Chase y Skye, quienes tienen un mayor desarrollo de personaje ya definido, esto con la intención de mantener cohesionada la narrativa general. También se buscará desarrollar en mayor o menor medida al resto de personajes.
PAW Patrol es propiedad intelectual de Spin Master Entertainment.
Parte I. Días Festivos.
Capítulo 1.
Recuerdos de Noche Buena, Parte 1.
En la víspera de navidad, los cachorros organizan una fiesta de intercambio de obsequios, la cual no saldrá como esperaban.
Noche del 24 de diciembre de 2022. Noche Buena.
Era la noche antes de navidad, las calles de la ciudad de Adventure Bay lucían decoradas con elaborados adornos navideños, las farolas de las aceras resplandecían iluminando la noche, las casas de los habitantes lucían festivas y con un inconfundible calor de hogar, y en el centro de la plaza de la ciudad se levantaba un gran árbol navideño finamente decorado con adornos dorados y listones color rojo carmesí, e iluminado con innumerables líneas de luces blancas. Árbol que fue colocado y adornado hace tan solo unos pocos días por un inconfundible equipo de cachorros de rescate, quienes también se estaban preparando en el mirador al que llaman hogar para tener una linda y sencilla celebración navideña.
—¿Ya podemos intercambiar los obsequios? —preguntó Rubble, un pequeño bulldog emocionado y ansioso por la noche—, ¡por favor!, me porté bien este año.
—Aún no Rubble, todavía no estamos todos —le respondió Rocky, un perro mestizo de pelaje gris quien sonaba algo nervioso.
—Everest me llamó y dijo que llegará un poco tarde, pero que ya está en camino —comentó Marshall, el dálmata del grupo quien sonaba un poco preocupado—, ella dijo que tenía que despejar la nieve de algunos caminos.
—Entonces… aún faltan Ryder, Chase, Skye y los gemelos… ¿dónde están? —se preguntó Zuma, un labrador color chocolate quien lucía bastante relajado.
—No Zuma, recuerda —comentó el mestizo—, Ryder dijo que pasaría la víspera de navidad con la familia de Katie. Regresará muy tarde, por lo que tendremos el mirador para nosotros solos casi toda la noche. Los gemelos también avisaron que se quedarán con Katie.
—¿No vendrán los gemelos? —se preguntó Zuma extrañado.
—Bueno…, Katie es su ama después de todo —explicó Rocky—. Al final decidieron pasar la navidad con su familia, y creo que ellos dos habían acordado intercambiar obsequios entre sí, por lo que no deberíamos tener problemas con el orden en el intercambio.
—Entonces… ¿solo faltan Chase y Skye?, ¿por qué tardan tanto? —se preguntó Rubble sonando desesperado—, ¡están tardando mucho!
—Vi a Chase afuera —comentó Marshall—, aún estaba envolviendo su obsequio, parecía tener problemas con eso pero no quiso que le ayudara, y creo que Skye aún no llega del centro.
—Ellos dos ya no deben tardar..., espero que todo salga bien —pensó Rocky para sí mismo.
—Supongo que ya esperamos suficiente —dijo Rocky llamando la atención de todos los cachorros presentes—, creo que está bien que empecemos con el intercambio ahora, por qué no inicias tú Rubble, ¿quién te tocó?
—¡Siiii!..., ¡Noooo!..., me tocó Everest y ella aún no llega —dijo Rubble sonando decepcionado.
—Entonces iniciaré yo —dijo Marshall mientras sacaba una pequeña bolsa de regalo color verde—, ¡feliz navidad Rocky!, aquí tienes.
—¡Gracias Marshall! —dijo Rocky mostrándose emocionado y comenzando a abrir la bolsa de regalo solo para descubrir dos pares de calcetines verdes de lana.
—Oh... vaya... calcetines..., gracias Marshall… —dijo Rocky fingiendo una sonrisa y sonando algo decepcionado.
—Por nada Rocky, ahora es tú turno, ¿quién te tocó? —preguntó Marshall mostrando una sonrisa inocente.
—Muy bien…, ¡feliz navidad Zuma! —dijo Rocky empujando un objeto alargado envuelto en una lona anaranjada frente a Zuma.
Zuma no perdió el tiempo y desenvolvió el objeto, el cual parecía ser una especie de vela.
—Oh... wow amigo, ¿otra vela? —dijo Zuma algo extrañado.
—No es como las anteriores que te hice Zuma —dijo Rocky con seguridad—, te prometo que esta no se va a desarmar, la fabrique con los mejores materiales reciclados que encontré.
—Confiaré en ti amigo —dijo Zuma algo preocupado—, creo que le quedara perfecta a mi nueva tabla de surf.
—Ok Zuma, te toca —dijo Rocky—, imagino que te tocó Rubble, ¿oh me equivoco?
—Acertaste amigo, aquí tienes Rubble —dijo Zuma dándole al bulldog una pequeña caja delgada envuelta en papel amarillo—, ¡feliz navidad amigo!
—Wow, ¡gracias Zuma! —dijo Rubble con ilusión tomando el obsequio y desenvolviéndolo para encontrar dentro lo que parecía ser un cómic.
—¡Oh genial!, un cómic de... "Supersalchicha", ¿qué es esto? —dijo Rubble sonando decepcionado.
—Vamos Rubble, ¿no te gustó? —preguntó Zuma—, como te gustan los cómics y la comida creí que te gustaría este.
Rubble comenzó a hojear el cómic para ver de que trataba, solo para terminar tirándolo en el suelo alejándose asustado de este.
—¡Qué asco!, ¡qué rayos le pasa a esa salchicha! —gritó el pequeño bulldog mostrándose asqueado—, Zuma… ¿no leíste ese cómic primero, o sí?
—No…, ¿por qué? —dijo Zuma tomando el cómic y dándole un vistazo—. ¡Oh pero qué rayos!, amigo lo siento, creí que era apto para todas las edades. ¡Maldición!, no parece esa clase de cómic, esto es asqueroso. Le diré al tipo que me lo vendió que me devuelva mis $3 dólares.
—¡$3 dólares!, creí que Ryder nos había dado $50 a cada uno para comprar un obsequio —dijo Rubble sonando decepcionado—. ¿A ustedes no les dio dinero Ryder?
Los tres cachorros frente al bulldog se miraron entre sí con culpabilidad tras esa pregunta inocente.
—Yo..., bueno amigo… —comenzó Zuma—, ¿recuerdas que dije que tenía una tabla nueva?, pues… lo siento Rubble, pero no podía desaprovechar esta oportunidad, estaba en oferta y no sabía cuánto tiempo duraría.
Rubble se mostró molesto ante esa revelación inesperada.
—¡Estás bromeando! —gritó Rubble—, ¡te gastaste el dinero de mi obsequio en una tabla de surf!, Zuma, estamos en invierno, el mar está casi congelado, ¡quién compra una tabla de surfear en esta época del año!
—¡Por qué crees que estaba en oferta! —respondió Zuma—, escucha amigo, te lo compensaré ¿sí?, te compraré otra cosa después.
Rubble mantuvo su mirada enojada sobre el labrador marrón, no parecía muy convencido.
—¡Vamos Rubble!, no me mires así —dijo Zuma sonando molesto—, ¡por lo menos yo no te obsequié algo que encontré en la basura!
—¡¿Qué?!, ¡me esforcé mucho construyendo esa vela Zuma! —gritó el mestizo indignado.
—Sí, pero dime, ¿qué hiciste con los $50 dólares? —preguntó Zuma mirando a Rocky a los ojos, juzgándolo con la mirada.
—Yo... bueno… verás… —titubeó Rocky—, había un videojuego nuevo en oferta por navidad, y una cosa llevó a la otra, ¡y lo siento, sí!, pero intenté hacerte un buen obsequio, es mejor que unos calcetines.
—¡Oye!, son perfectos para el frio de invierno —se defendió el dálmata—, además, yo no gasté el dinero en algo para mí mismo.
—¿Entonces en que lo gastaste? —preguntó Rocky con curiosidad.
—Le compré un obsequio a Everest —dijo Marshall algo sonrojado bajo su pelaje.
—¡¿QUÉ?! —gritó Zuma—, si planeabas hacer eso, ¡¿no podías cambiar el nombre de Rocky por el de ella?!, ¡pudiste haberle dado tu obsequio directamente!
—¡¿Se podía cambiar de nombre?! —preguntó Marshall sorprendido.
—Supongo que sí —contó Zuma—, originalmente me había tocado Skye, pero Chase me suplicó que se lo cambiara, ya imaginaran el porqué.
—¡Chase me habría dado un mejor obsequio! —dijo Rubble enojado.
—¡Ya dije que lo siento amigo! —gritó Zuma molesto.
Los cuatro cachorros presentes comenzaron a discutir entre sí, peleando por los obsequios que recibieron. Se centraron tanto en su fuerte discusión sin sentido que no notaron a cierto pastor alemán entrando por la puerta principal del mirador, quien empujaba una enorme caja no muy bien envuelta en papel rosado. Chase, al toparse con tal escena, no pudo evitar intentar poner orden en la habitación.
—¡Cachorros!, ¡cachorros!, ¡basta! —gritó Chase con autoridad llamando la atención de todos los cachorros presentes—. ¿Qué sucede aquí?, ¿enserio están peleando en noche buena?, ¡eso no se hace!
Los cuatro cachorros que peleaban se quedaron mirando a Chase por un momento, solo para abalanzarse sobre él para quejarse de los obsequios que recibieron de parte del otro.
—Haber…, déjenme ver si entendí... —dijo Chase sonando decepcionado y poniendo una pata en su rostro—, se gastaron el dinero que Ryder les dio para sus obsequios en ustedes… y están peleando por no haber recibido un buen obsequio.
Al escuchar ese pequeño resumen, los cuatro cachorros no pudieron evitar solo asentir de forma avergonzada. En retrospectiva, el problema era muy tonto.
—Cachorros… —comenzó Chase con una voz calmada—, la navidad trata de dar, no de recibir, esa es literalmente la lección que enseñan todas las películas navideñas que pasan por la televisión en esta época del año, puede que sea la lección más cliché del mundo, pero tiene su verdad. Si realmente aprendieron su lección solo discúlpense y pasemos una bonita navidad, ¿pueden?, por favor.
—Supongo que es cierto… lo siento Zuma… —dijo Rocky con pesar—, pero te juro que enserio me esforcé por fabricarte un buen obsequio.
—Lo sé Rocky, y lo agradezco, en realidad sí es un buen obsequio —dijo Zuma de forma comprensiva—, y lo siento por comprarte ese cómic sucio Rubble.
—Está bien… —dijo Rubble aún sonando triste—, ¿crees que podamos cambiarlo en la tienda por otro?
—Podemos intentarlo, aún tengo el recibo —respondió Zuma.
—¿Cómic sucio? —se preguntó Chase.
—Créeme Chase, no quieres saber —dijo Marshall negando con la cabeza—, y lamento haberte comprado un obsequio tan pequeño Rocky.
—No importa Marshall —respondió Rocky—, a nevado mucho últimamente, las noches son muy frías, puede que sí use esos calcetines para dormir, no están tan mal, y espero que le hayas comprado un buen obsequio a Everest.
—¡Alguien mencionó un obsequio para mí! —dijo Everest entrando en ese momento por la puerta principal acompañada por Skye quien cargaba una bolsa de regalo azul en su hocico.
—¡Everest!, ¡feliz navidad! —gritó Marshall efusivamente, intentando correr hacia donde estaba la husky y tropezándose en el proceso—. ¡Estoy bien!, lo siento por eso, iré por tu obsequio, no tardo —dijo Marshall levantándose del suelo y saliendo a toda prisa de la sala.
—¡Oye!, ¡se suponía que a mí me tocaba obsequiarle a Everest! —gritó Rubble molesto.
—No tengo ningún problema con recibir más de un obsequio, gracias chicos —dijo Everest mostrando una linda sonrisa.
—Toma Everest, ¡feliz navidad!, yo sí gasté los $50 dólares en tu obsequio —dijo Rubble empujando al frente una caja con envoltura roja y moño azul celeste.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Everest extrañada.
—Larga historia chicas, se las contaré después —dijo Chase sin mucho animo.
Everest se apresuró emocionada a abrir el obsequio que Rubble le dio para revelar una caja llena de salchichas de hígado.
—¡Salchichas!, ¡genial!, voy a cenar muy bien esta noche, ¡estas salchichas se ven deliciosas!, ¡gracias Rubble! —dijo Everest con saliva escurriendo de su hocico.
—¿No vas a acabártelas tú sola o sí Everest?, es una caja llena —dijo Skye sonando preocupada.
—Oh... bueno, sí lo pensé por un momento, pero creo que tienes razón Skye —dijo Everest un tanto decepcionada—, supongo que puedo compartirlas con todos.
—¡Genial!, las cocinaré más tarde para cenar —dijo Rubble con emoción.
—¡Esperen!, aún falta mi obsequio —dijo Marshall volviendo a la sala principal con su obsequio cuidadosamente envuelto en papel color cian con un moño blanco.
—¡Feliz navidad Everest!, espero que te guste —dijo Marshall mostrando una gran sonrisa y entregándole el obsequio a Everest.
Everest no pudo evitar admirar la envoltura de su obsequio, estaba tan cuidadosamente bien arreglado que a la husky simplemente le daba lastima tener que romper la envoltura. Con cuidado, comenzó a abrirlo sin romper mucho la caja, para revelar lo que parecía ser una colección de libros.
—¡No puede ser!..., los siete libros de la saga de Harry Potter, ¿cómo sabías que los quería? —preguntó Everest admirando los libros.
—Bueno..., tú me lo dijiste hace un tiempo mientras conversábamos un día —respondió Marshall meneando la cola.
—No sabía que te gustaba Harry Potter Everest —dijo Skye con sorpresa.
—Sí, vi todas las películas y leí el primer libro, es el único que tengo, aunque es un ejemplar viejo, no me importaría volver a leerlo. Ojalá existiera una escuela de magia en la vida real, es decir, se supone que sí existe la magia, ¿por qué no existe una escuela de magia? —se preguntó Everest.
—De hecho… —comenzó explicando Skye—, la magia que vemos en televisión sigue siendo muy fantástica. Lo que conocemos como "magia" en el mundo, como la magia de las sirenas, parece más una especie de energía que aún no logramos comprender, ni siquiera aquellos que la usan. No es de extrañar que no se pueda enseñar, apenas y la entendemos a partir de leyendas antiguas. Incluso leí una vez que existe una teoría hecha por científicos que dice que la "magia" del mundo proviene de la energía de cientos de fragmentos de meteoritos que se han estrellado contra la Tierra desde hace siglos, meteoritos que posiblemente provengan del cinturón de Kuiper, meteoritos como el que nos dio poderes aquella vez. Aún existen muchas entidades en el espacio cuya naturaleza es un misterio para nuestro mundo.
Todos los cachorros se quedaron absortos por la explicación de Skye. Todos se le quedaron viendo. Parecían muy atentos a lo que estaba diciendo la pequeña cockapoo, quien se mostró algo nerviosa por la repentina atención que recibió.
—Oh bueno…, eso fue lo que leí, tampoco es que esté segura de todo eso —dijo Skye un poco apenada.
Después de eso, Everest se acercó de nuevo a Marshall para agradecerle el presente.
—Gracias Marshall, fue un muy lindo detalle de tu parte —dijo Everest con felicidad y dándole un cariñoso abrazo al dálmata.
—No hay de qué, solo quería hacerte feliz —dijo Marshall con una gran sonrisa.
Everest sacó de su mochila una pequeña caja envuelta con papel rojo brillante para entregársela a Marshall.
—¡Feliz navidad Marshall!, toma, ábrelo —dijo Everest con emoción.
Marshall no perdió el tiempo y quitó la tapa de la caja revelando varios cómics.
—¡No puede ser!..., los últimos cinco cómics de la serie de Apolo. Gracias Everest, ¡eres la mejor! —dijo Marshall muy feliz dándole otro abrazo a la husky.
—Marshall sí tiene suerte... —pensó Rubble con tristeza.
Chase se sentía inseguro después de presenciar esa linda muestra de afecto entre Marshall y Everest. Volvió a ver el obsequio que había preparado y pensó en lo descuidado que fue al envolverlo. Él realmente no era bueno en eso y sintió vergüenza por entregarlo así, pensó que eso demeritaba mucho su trabajo.
Cuando Chase se decidió por fin a entregar su obsequio, notó a un pequeño bulldog triste sentado solo, apartado del resto de los demás cachorros. Chase sintió la responsabilidad de atenderlo primero por lo que se acercó a él para intentar consolarlo.
—Rubble... ¿por qué te apartaste de los demás?, dime, ¿cómo te ayudo? —preguntó Chase de forma comprensiva.
—No es nada Chase… —dijo Rubble comenzando a lagrimear—, es solo que… esperaba tanto el intercambio de obsequios… y yo fui el único que no recibió nada.
—Pero… creí que Rocky y Zuma tampoco estaban conformes con sus obsequios —dijo Chase extrañado.
—Pero ellos se compraron algo para sí mismos… —dijo Rubble comenzando a llorar—, y yo sí gasté todo el dinero que tenía en el obsequio para Everest… y a ella le gustó más el obsequio de Marshall.
Chase comprendió como se sentía Rubble y se le ocurrió una idea.
—Espera un momento Rubble, no tardo —dijo Chase antes de salir corriendo a la salida para volver a su casa de cachorros.
No pasó ni un minuto cuando Chase volvió a entrar a la sala cargando algo en su hocico mientras se apresuraba a regresar con Rubble. El pequeño bulldog no pudo evitar ilusionarse al volver a ver a su amigo pastor caminar hacia él con una patineta nueva cargando en su hocico.
—Lo siento Rubble… —dijo Chase después de poner la patineta en el suelo—, creo que en parte soy responsable de que no recibieras un buen obsequio hoy. Originalmente tú me habías tocado en el intercambio, incluso te compré un obsequio, pero le pedí de último momento a Zuma cambiar. Te compré esta patineta, disculpa que no esté envuelta, iba a esperar a tu cumpleaños para dártela, pero supongo que puedo obsequiarte algo más para entonces, lo siento.
Rubble dejó de llorar y tomó la patineta con sus patas. En un fugaz momento su actitud cambió y volvió a ser el mismo cachorro alegre de siempre.
—¡Gracias Chase!, ¡muchas gracias!, tú sí eres mi amigo —dijo Rubble dándole un gran abrazo al pastor.
—Todos somos tus amigos Rubble —dijo Chase mostrando una cálida sonrisa—, por favor, no te enfades con Zuma y los otros por esto, solo vuelve a la fiesta y diviértete.
—¡Claro!, lo haré, ¡feliz navidad Chase!, ¡oigan chicos!, ¡miren mi patineta nueva! —gritó Rubble llamando la atención de los demás cachorros mientras patinaba hacia ellos.
Chase se quedó atrás observando la divertida escena. Estuvo distraído por un momento hasta que alguien a sus espaldas llamó su atención. Chase se dio la vuelta para encontrarse a cierta cockapoo quien mostraba una dulce sonrisa en su rostro. Su presencia lo puso muy nervioso.
—Oh…, hola Skye, ¿cómo estás? —dijo Chase sin pensar mucho en lo que estaba diciendo.
—Lo que hiciste por Rubble fue muy lindo —dijo Skye en un tono muy dulce.
—No fue nada especial, ya tenía su obsequio listo, cualquier persona hubiera hecho algo así —dijo Chase un poco avergonzado.
—Estoy segura de que fue algo muy especial para Rubble, y no creo que cualquier persona haría lo que tú hiciste —dijo Skye intentando animar a Chase.
—No lo sé, solo hice lo que creí correcto... oh…, ¡casi lo olvido!, espera aquí, no tardo —dijo Chase antes de salir corriendo a donde había dejado su obsequio para después empujarlo de regreso hacia Skye.
—¡Feliz navidad Skye!, disculpa la envoltura, no pude hacer eso bien, lo siento —dijo Chase sintiéndose apenado y bastante nervioso.
—Gracias Chase, y no te disculpes por eso, de todos modos la envoltura se quita —dijo Skye de forma comprensiva.
Skye comenzó a retirar la envoltura para revelar la caja y, cuando lo hizo, no podía creer lo que tenía.
—¡Oh por dios!, ¡Chase!, ¡no debiste!, un telescopio profesional de 1000 mm de longitud focal, eso es mucho aumento. Chase esto es demasiado —dijo Skye muy sorprendida viendo su nuevo telescopio con asombro.
—Lo siento Skye… —dijo Chase bajando la mirada, sintiéndose decepcionado de sí mismo—, no sé sobre especificaciones, sé lo mucho que te gusta el espacio y, como se estropeo tú viejo telescopio, yo quería darte otro mejor, había telescopios mejores, pero solo logré comprarte este, no sabía si era el indicado para ti, lo siento.
—¡Chase por dios!, ¡no te disculpes!, es un excelente telescopio, no estoy hablando de las especificaciones, me refiero a que no necesito tanto, no tenías que gastar tanto en mí —dijo Skye intentando hacer sentir mejor al pastor.
—¿No te gustó? —preguntó Chase con una mirada triste.
—¡Me encanta!, pero… ¿cómo lo conseguiste?, esto no costo $50 dólares —preguntó Skye extrañada.
—¡Sí Chase!…, ¿cómo lo compraste?, Ryder te dio más dinero ¿no es así?, ¡eso no es justo para los demás! —dijo Zuma algo molesto después de caminar hacia el pastor
—¡Ahora no Zuma! —dijo Rocky intentando calmarlo.
En ese momento todos los cachorros ya se habían reunido alrededor de Chase y Skye, viendo el obsequio que Chase le había dado a ella.
—¡Chase!, dinos la verdad, ¿por qué Ryder te dio más dinero? —insistió Zuma.
—Ryder no me dio más dinero Zuma, y no importa como lo compré. Como dije antes, lo que importa es dar —dijo Chase esforzándose por mantener la calma.
—¡Sí importa cuando sabemos que tú eres el favorito de Ryder! —gritó Zuma molesto.
—Eso no es verdad, no hay favoritos, él me dio lo mismo que a todos —dijo Chase algo molesto mientras intentaba conservar la compostura.
—¡Entonces cómo lo conseguiste!, ¡¿lo robaste o qué?! —gritó Zuma con enojo.
—¡NO!, ¡ya déjenme en paz! —gritó Chase, quebrándose antes de salir corriendo fuera del mirador ante la atenta mirada de todos.
—¡Zuma!, ¡¿qué rayos te pasa?!, ¡eso estuvo muy mal! —gritó Rubble bastante molesto y sintiéndose preocupado por el pastor.
—Es que… ¡no es justo!, Ryder siempre le da más a Chase —dijo Zuma sonando molesto.
—Creo que lo compró con el dinero de sus trabajos extras —dijo Marshall de repente.
—¡¿Trabajos extras?! —se preguntaron varios cachorros.
—Sí, Chase estuvo trabajando los últimos meses en varios lugares de la ciudad —explicó Marshall—. Estuvo haciendo entregas para el Sr. Porter, también trabajó en la granja pastoreando ovejas y cosechando vegetales en el campo, y creo que también tuvo otros trabajos pequeños. Él me dijo que no les dijera nada, en especial a Skye porque..., ¡oh!, ¡perdón!, ¡lo siento!, olviden lo que dije por favor, ¡se supone que es un secreto!
Skye, al escuchar eso, tomó su pequeña bolsa de regalo con su hocico y salió corriendo del mirador en busca de Chase.
—¡Bien hecho Zuma! —dijo Rocky con sarcasmo.
—Otra vez metí la pata hoy… ¿no es así? —dijo Zuma apenado—, ¿creen que deba disculparme con él?
—¡¡¡SÍ DEBES!!! —gritaron todos los cachorros presentes.
Zuma comenzó a caminar hacia la salida con la intención de buscar a Chase para disculparse hasta que una pata en su hombro lo detuvo.
—¡Espera Zuma!... —dijo Rocky deteniéndolo en el acto—, es mejor que esperes un rato, debemos dejarlos a los dos solos por ahora.
—¿Por qué? —preguntó Zuma extrañado.
—Porque originalmente me tocó Chase para el intercambio —explicó Rocky—, pero Skye me pidió cambiar, ella también debió planear algo especial, no debemos arruinar su momento.
