Parte I. Días Festivos.
Capítulo 7.
Revelando lo Nuestro.
Después de su campamento, Chase y Skye quieren contarle a sus amigos todo lo que vivieron esa noche, pero temen que las cosas puedan complicarse cuando todos sepan la verdad.
El sol se levantó entre las montañas anunciando la mañana. Eran las 8 de la mañana del 1 de enero cuando Chase se despertó de su sueño dentro de la tienda de campaña envuelto en su manta. Se levantó y comenzó a estirar sus extremidades para después ahogarse en un profundo bostezo. No era de extrañar que Chase se hubiera quedado profundamente dormido, estuvo despierto hasta muy entrada la noche con Skye observando la lluvia de estrellas...
—Espera..., ¿dónde está Skye? —pensó Chase para sí mismo sintiéndose confundido—, creí que habíamos compartido la tienda de campaña. Ella no se iría solo así, ¿verdad?, yo creí... creí que... No... ¡NO!, ¡FUE UN SUEÑO!, ¡fue solo un sueño!, ¡Skye nunca me besaría en la vida real!, ¡solo tuve ese sueño otra vez!, ¡¿POR QUÉ?!, ¡¿por qué no puedo hacerlo en la vida real?!, ¡¿por qué soy tan cobarde?!
Chase se lamentó de sí mismo no pudiendo evitar deprimirse. Siempre se sentía igual cuando tenía esa clase de sueños, los sueños que le recordaban lo que más anhelaba y no podía tener.
El pastor estuvo a punto de comenzar a llorar cuando algo lo distrajo. Su desarrollado olfato captó un olor... delicioso..., olor que lo hizo sentirse… hambriento. Chase no dudó en salir de la tienda de campaña para seguir ese delicioso olor.
Al salir de la tienda de campaña, Chase pudo ver a Skye cocinando huevos, salchichas y tocino en una fogata. Había mucha comida a la vista y no hizo más que hacerle agua a la boca, todo se veía delicioso.
—¡Buenos días Chase!, el desayuno está listo. Ven, sírvete todo lo que quieras —dijo Skye hablando muy dulcemente y poniendo una tierna sonrisa, mientras le indicaba a Chase con su pata que se sentara a su lado.
—No puede ser..., sí estoy soñando... —pensó Chase derramando unas cuantas lagrimas.
Chase corrió despavorido al primer árbol que vio y comenzó a golpear su cabeza contra el tronco lo más fuerte que pudo con la intención de "despertarse".
—¡DESPIERTA!..., ¡DESPIERTA MALDICIÓN!..., ¡DESPIERTA!... —gritó Chase ahogándose en lagrimas.
—¡CHASE!, ¡qué rayos te sucede! —gritó Skye corriendo hacia el pastor y apartándolo del árbol.
—¡QUIERO DESPERTAR! —le gritó Chase a Skye mientras comenzaba a llorar y se llevaba las patas a la cabeza—, ¡tú no eres real!, ¡nada de esto es real!, ¡nada que sea demasiado bueno para ser real es real!
—¡Chase mírame! —dijo Skye con una voz fuerte y firme, sujetando la cabeza de Chase para que él la viera a los ojos—, ¡estás despierto!, esto no es un sueño, ¡entiendes!
—¡No!, ¡no!, yo te confesé mis sentimientos... y tú me besaste... y yo me sentí muy feliz... y después preparaste el desayuno más delicioso que vi en mi vida..., ¡es obvio que estoy soñando!, siempre sueño cosas así y nunca son reales... —dijo Chase mientras lloraba a raudales, sintiendo un fuerte dolor de cabeza.
—Oh Chase..., eso es tan dulce y triste a la vez... —pensó Skye para sí misma.
—¡Chase... tócame! —gritó Skye muy seriamente, tomando una de las patas de Chase y acercándola a su rostro para que él la tocara—, soy real ¿no?, no estás soñando, y esto también es real.
Skye se acercó al rostro de Chase para plantarle un lindo y profundo beso en el hocico.
Chase todavía se sentía incrédulo, pero ahora estaba seguro, esto no era un sueño, y el pastor no podía estar más feliz por ello. Chase levantó su pata lentamente y acarició con ternura el rostro de Skye, para después abrazarla muy fuertemente mientras lloraba, no pudiendo estar más agradecido de que esto fuera real.
—¡TE AMO!, ¡TE AMO!, ¡TE AMO!, ¡TE AMO MUCHO!... —gritó Chase emocionado con lagrimas en los ojos, sin querer soltar su abrazo con Skye mientras le besaba la frente a la cockapoo quien solo aceptó las muestras de afecto.
Después de un buen rato de abrazos y besos por parte Chase, el pastor por fin soltó a Skye, sintiéndose bastante avergonzado por lo que hizo.
—Skye... Skye yo... con respecto a esa escena que hice..., bueno..., lo siento... yo... —dijo Chase mientras divagaba un poco, limpiándose las lágrimas y sintiéndose muy apenado.
—Olvídalo, fue algo... extraño, pero supongo que no importa. Ven, vamos, hice el desayuno, cociné el tocino que tanto te gusta —dijo Skye escoltando a Chase de regreso a la fogata.
—Wow… todo se ve delicioso... pero, ¿de dónde lo sacaste?, no recuerdo haberlo empacado —dijo Chase algo extrañado.
—Yo lo compré esta mañana —explicó Skye—, me desperté temprano y fui a la ciudad con mis alas para conseguir todo. Tuve que despertar al Sr. Porter, pero a él no pareció importarle. Incluso me prestó un sartén y varios platos, después de todo, solemos ayudarlo por lo menos una vez a la semana.
—Oh vaya…, gracias por el desayuno Skye, enserio... —dijo Chase sirviéndose varias rodajas de tocino y huevos en un plato, para después devorarlas como si no hubiera un mañana—. Dulce, suave y jugoso, este es el mejor tocino. Gracias por todo Skye, es el mejor desayuno que haya comido.
—Ni lo menciones, es lo menos que podía hacer por ti después de lo de anoche —comenzó diciendo Skye—. Tú siempre has estado ahí para mí, apoyándome, protegiéndome, has sido un gran amigo Chase, y mi vida no sería la misma sin ti, me alegra saber lo mucho que te importo y te hago feliz, y quiero seguir haciéndolo... porque yo... también te amo mucho. Amo lo atento y desinteresado que eres, amo lo mucho que te esfuerzas por hacer bien las cosas, por protegernos, amo lo recto y sencillo que sueles ser. Eres la persona más honesta que conozco, y es por eso que sé que todo lo que me dijiste es verdad, y eso me hace muy feliz.
Chase no podía estar más conmovido por las palabras de Skye, él siempre soñó con confesarle sus sentimientos, y el que sus sentimientos fueran correspondidos no pudo hacerlo más feliz.
Los cachorros continuaron comiendo su desayuno tranquilamente, solo siguiendo una platica casual. Cuando terminaron su desayuno, ambos decidieron solo reposar un rato recargándose uno con el otro, disfrutando de su compañía mutua.
—Skye..., ¿puedo preguntarte algo? —preguntó Chase algo nervioso.
—Claro, dime —dijo Skye.
—Yo..., bueno, tú..., lo que quiero decir es..., bueno..., ¿qué somos ahora?, ¿qué clase de relación tenemos? —preguntó Chase sintiéndose muy inseguro.
—Mmmm... buena pregunta —respondió Skye tranquilamente—, supongo que aún seguimos siendo solo amigos.
—¡Qué...!, ¡enserio...! —dijo Chase sintiéndose muy decepcionado bajando la cabeza.
—No te pongas triste Chase, lo que quiero decir es que hubo una declaración pero no una propuesta, ¿no crees? Ahora dime... ¿qué harás ahora? —dijo Skye mostrando una mirada atenta al pastor.
—Oh... entiendo... —dijo Chase antes de toser para aclarar su garganta en señal de que estaba apunto de decir algo.
—Skye..., cuando te conocí… mi vida se llenó de alegría... —dijo Chase mientras se situaba frente a Skye para hablar directamente con ella—. Tú has sido un bello ángel de luz para mí, una luz de esperanza y mucha paz. Estar contigo a tu lado sería la mayor bendición de mi vida. Por eso hoy, 1 de enero, me gustaría proponerte algo importante..., Skye... ¿te gustaría ser mi novia?
Skye estaba muy conmovida por esa bella propuesta que recitó Chase. Estaba muy atenta viendo a Chase a esos bellos ojos marrones suplicantes, ¿cómo negarse?
—Sí Chase..., sí quiero..., me encantaría mucho ser tu novia. Te amo mucho Chase —dijo Skye inclinando levemente la cabeza mostrándose muy feliz.
Chase no lo pensó dos veces y acercó su hocico con el de Skye para besarla dulcemente.
—Creo que estoy mejorando en esto de besar ¿no? —dijo Chase después de soltar su beso con Skye.
—Yo también soy nueva en esto, así que no tengo idea —dijo Skye en un tono divertido a lo que ambos cachorros rieron.
Chase se sentía feliz, hasta que un pensamiento pasó por su mente, poniéndolo nervioso y borrando su sonrisa.
—Skye..., ¿crees que estar juntos pueda molestar a los otros cachorros?, ¿Ryder lo aprobará? —dijo Chase en un tono muy nervioso.
—No lo sé, no creo que tengamos problemas con los otros cachorros, o por lo menos espero que no —dijo Skye pensativa—, pero Ryder me preocupa. Lo primero que debemos hacer cuando volvamos es hablar con él.
—Tienes razón, eso haremos —dijo Chase un poco más tranquilo.
Cerca de una hora después de terminar de desayunar, ambos cachorros decidieron que ya era hora de volver a casa. Chase se encargó de guardar la tienda de campaña y las mantas, mientras tanto, Skye empacó su telescopio y toda la comida que sobró, además de asegurarse de apagar la fogata correctamente. En menos de 20 minutos, el lugar donde acamparon estaba limpio y en orden, y todas sus pertenencias estaban guardadas en el vehículo del pastor. Chase intentó ser un caballero y ayudó a Skye a subir a su vehículo, extendiendo su pata como si estuviera ayudando a una princesa a subir a su carruaje. Skye no podía estar más encantada con ese gesto. Después, Chase se puso al volante y ambos emprendieron el camino de regreso a la ciudad.
Después de casi una hora de camino por el bosque, los cachorros llegaron a la ciudad. Faltaban 10 minutos para las 11 de la mañana cuando Chase y Skye regresaron al mirador. Chase estacionó su vehículo en su lugar habitual y comenzó a desempacar, Skye bajó del vehículo y notó que el mirador y el jardín lucían bastante despejados.
—¿Dónde están todos? —se preguntó Skye.
—Sus vehículos están aquí, talvez solo sigan dormidos. Debieron quedarse despiertos en la fiesta hasta muy tarde —respondió Chase.
—Sí..., talvez... —dijo Skye extrañada—, aunque tú y yo nos quedamos despiertos hasta las 2 de la mañana y ya estamos aquí, así que talvez los demás hayan ido a algún otro lugar.
—Puede ser, pero debemos buscar a Ryder primero antes de que pase algo más. Tenemos que hablar con él —dijo Chase seriamente.
—Claro, vamos a buscarlo —dijo Skye comenzando a caminar hacia la entrada.
Ambos cachorros entraron en el mirador y se sorprendieron cuando lo primero que vieron fue a Marshall tirado en el suelo cerca de la puerta principal, dormido boca arriba con una bolsa de papel de palomitas de maíz cubriéndole la cabeza. La pareja no tardó en ver al resto de cachorros esparcidos por todo el vestíbulo, el cual estaba muy sucio y desordenado, todos dormidos en posiciones extrañas.
—Olvida lo que dije, tenías razón, todos están dormidos aquí —dijo Skye algo disgustada.
—Debió ser una buena fiesta —dijo Chase sorprendido.
—Sinceramente, no me molesta habérmela perdido —comentó Skye—. Si tuviera que volver a elegir entre una fiesta y acampar contigo, elegiría lo segundo de nuevo.
—Yo también... —respondió Chase antes de acercarse a Marshall para despertarlo.
—¡Buenos días Marshall!, despierta amigo, ya es de día —le dijo Chase al oído con una voz calmada pero firme después de quitarle la bolsa de la cabeza.
—Ahhhh... a... ¿qué?..., ¿quién es?, ¿dónde estoy? —dijo Marshall confundido y aún con sueño, sentándose en el suelo y dando un fuerte bostezo.
—Soy Santa Claus y estás en el Polo Norte, ve a buscar tus regalos —dijo Chase en un tono sarcástico.
—¿Santa...?, tienes un hocico muy grande, ¿y tus renos? —dijo Marshall aún confundido.
—Se los presté al conejo de pascua, necesito que me digas dónde está Ryder —dijo Chase algo cansado de la broma.
—Creo que está arriba Santa, fui un buen chico este año ¿verdad? —dijo Marshall un poco más despierto y siguiendo la broma.
—Un buen chico no hubiera ensuciado tanto este lugar —dijo Chase siguiendo el juego—, ve a despertar a los demás y comiencen a limpiar si quieren recibir regalos el próximo año. Skye y yo tenemos que hablar con Ryder, ustedes comiencen a ordenar aquí y nosotros los ayudaremos cuando volvamos, ¿entendido?
—Claro, lo que sea por Santa —dijo Marshall poniéndose de pie.
—Vamos Skye, tenemos que subir —dijo Chase en un tono serio.
—Claro... jiji —dijo Skye riéndose en voz baja de la conversación tan inusual que acababa de escuchar.
Ambos cachorros entraron al ascensor para después comenzar a subir a la sala de control y poder hablar con Ryder.
—Chase... ¿qué se supone que debemos decirle exactamente? —preguntó Skye.
—No tengo la menor idea..., supongo que la verdad debería bastar. Skye, apóyame si me pongo nervioso por favor —dijo Chase algo inseguro.
—Claro Santa, lo que tú digas jiji —dijo Skye riéndose de su pequeña broma.
—Jo, jo, jo —dijo Chase riéndose con sarcasmo.
Ryder estaba en la sala de control, sentado en un pequeño sofá bebiendo chocolate caliente y sumergido en la lectura de un buen libro. El muchacho se había levantado hace un par de horas, y después de ver lo profundamente dormidos que estaban sus cachorros debido al cansancio que les genero la fiesta de anoche, Ryder simplemente decidió dejarlos dormir un poco más, después de todo, era una mañana tranquila.
El muchacho levantó la vista de su libro cuando escuchó el ascensor subir y detenerse. Pudo ver a dos de sus cachorros salir del ascensor y caminar hacia él, los dos mismos cachorros que estuvieron ausentes de la fiesta por tener planes distintos para la noche. Al verlos, Ryder no pudo evitar sentir mucho interés por escuchar lo que tuvieran que decirle.
—Buenos días Ryder, Skye y yo regresamos de nuestro campamento —dijo Chase en un tono educado.
—Buenos días Chase, a ti también Skye, me alegra ver que los dos regresaron bien, ¿cómo estuvo su campamento? —preguntó Ryder con curiosidad.
—Eh... bien..., fue una linda experiencia, pudimos ver la lluvia de estrellas —dijo Chase mostrándose algo nervioso—, pero la cuestión es... que Skye y yo queremos pedirte algo importante por favor.
Esa declaración sorprendió un poco a Ryder. ¿Qué podrían pedirle dos de sus cachorros más responsables?, posiblemente lo único que pedirían juntos... talvez.
—¿Qué cosa cachorros?, díganme —preguntó Ryder.
—Bueno..., la cosa es..., bueno..., pasaron muchas cosas en el campamento y bueno..., nosotros dos queremos... digo, si estás de acuerdo —dijo Chase divagando sin encontrar las palabras correctas.
Skye notó lo nervioso que estaba Chase al hablar y puso su pata sobre una de las patas del pastor en señal de apoyo. Chase notó eso y miró a Skye quien lo veía con una tierna sonrisa, eso fue suficiente para que Chase recobrara la confianza en sí mismo y pudiera enfrentar a Ryder.
—Jefe Ryder..., como nuestro amo y tutor, humildemente solicito tu permiso para tener una relación de pareja con Skye —dijo Chase en un tono firme y seguro, mientras se paraba derecho inflando el pecho—. Se lo propuse a Skye en el campamento y ella está de acuerdo. Prometemos ser responsables y no descuidar nuestras obligaciones con la Patrulla Canina. También prometemos dejar de lado nuestros asuntos personales mientras estemos en servicio. Nos alegraría mucho saber que contamos con tu apoyo.
Ryder estaba bastante impresionado con esa petición tan formal, ellos dos realmente no necesitaban su permiso, para él, bastaba con que simplemente se lo hubiesen dicho. Pensó que, de todos sus cachorros, solo Chase y Skye pensarían en pedir permiso para salir juntos. Ryder pensó que el simple hecho de pedir permiso y prometer ser responsables en su servicio, decía mucho de la madurez de sus dos cachorros mayores. Ryder se sentía bastante orgulloso.
—Me impresionan cachorros —dijo Ryder con una sonrisa orgullosa dejando su libro a un lado—, claro que los apoyo. No necesitaban pedirme permiso para estar juntos, solo bastaba con que me lo dijeran, después de todo, ¿quién soy yo para decirles que no?, el decidir si están juntos o no, es decisión de ustedes y solo de ustedes. Me da gusto que sean responsables y que hayan pensado en no descuidar sus obligaciones, y me alegra saber que ustedes están juntos, será un lindo cambio.
Chase y Skye mostraron una gran sonrisa en sus rostros, estaban felices con las palabras de Ryder. Creyeron que podría haber más resistencia de parte de su amo, pero al escuchar a Ryder, sus peores temores desaparecieron.
—¡Oh... gracias Ryder!, de verdad, prometemos no decepcionarte —dijo Chase con emoción.
—¡Sí!, ¡gracias Ryder!, prometemos no descuidar nuestro trabajo —dijo Skye en un tono feliz, meneando la cola.
—Descuiden cachorros, solo una cosa más —dijo Ryder poniéndose de pie para después apoyarse en una de sus rodillas para acercarse más a sus cachorros—, les daré un consejo que me gustaría que siguieran ahora que están juntos.
—Un consejo..., ¿de qué se trata Ryder? —preguntó Skye con curiosidad.
Ryder se aclaró la garganta preparándose para hablar. Chase y Skye se sentaron frente a Ryder para escucharlo atentamente. Lo que fuera a decir, parecía importante.
—Por favor, hagan del otro su principal y mayor aliado —dijo Ryder con mucha seriedad—. Jamás se mientan entre ustedes, nunca se traicionen, hagan todo lo posible por fortalecer su confianza mutua. Si lo hacen, jamás estarán solos en los momentos más difíciles, y podrán afrontar juntos todo lo que se ponga en su camino. Por favor, piensen en ello.
Las palabras de Ryder calaron profundamente en los oídos de los cachorros. Era un muy buen consejo, y era algo que difícilmente ignorarían.
—No te preocupes Ryder, eso no será difícil, yo jamás le mentiría a Skye —dijo Chase con confianza.
—Sí, y yo confío plenamente en Chase —dijo Skye volteando a ver al pastor.
—Bien, sigan así cachorros, confío en ustedes. Y bueno, díganme... ¿los demás ya lo saben? —preguntó Ryder con más tranquilidad.
—Aún no, vinimos directamente contigo —respondió Skye.
—En ese caso, vayan a decirles a los demás la buena nueva —comentó Ryder—. Tómense el día con calma, después de todo, nadie se levanta temprano el 1 de enero.
—Claro Ryder, gracias —dijo Chase meneando la cola—. Vamos Skye, vamos a decirle a los demás.
—¡Sí, vamos! —dijo Skye para después hacer su clásica voltereta hacia atrás.
Chase y Skye volvieron al ascensor y bajaron para reunirse con sus compañeros, dejando a Ryder solo de nuevo en la sala de control.
—Que buenos cachorros —dijo Ryder en voz baja—. Todo va bien, que ellos dos estén juntos será benéfico para el plan a largo plazo. Solo a ellos podría darles esa clase de consejo..., y bueno..., puede que también se lo dé a Marshall y Everest en su momento..., espero. Sé que Chase y Skye se tomarán su relación muy enserio hasta consumarla. Chase necesita de Skye para controlar sus traumas y sus nervios, y Skye gana más confianza en sí misma teniendo a Chase de su lado apoyándola. Chase y Skye compensan sus debilidades con el otro muy bien. Sé que ellos podrán forjar juntos una sana relación de interdependencia..., o por lo menos eso espero. Conociéndolos a los dos, si separados ya son bastante competentes, cuando estén juntos..., estos serán unos años muy interesantes.
Chase y Skye estaban parados juntos en el ascensor esperando que llegara a la planta baja. Ambos estaban emocionados por contarles a sus amigos las buenas noticias.
—¿Cómo crees que reaccionen los cachorros Skye? —preguntó Chase.
—Ni idea, lo más probable es que se sorprendan, no es como que pudieran verlo venir ¿verdad? —respondió Skye.
—Sí, será toda una sorpresa —dijo Chase emocionado.
—Oye Chase, ¿qué hubieras hecho si Ryder no nos hubiera permitido estar juntos? —preguntó Skye muy curiosa.
—Hubiera insistido mucho, y si nada funcionaba, talvez hubiera renunciado —dijo Chase con seguridad.
—¡¿Enserio?! —dijo Skye muy sorprendida.
—Claro, aunque hubiera sido mi última opción —dijo Chase con seriedad—, y lo hubiera discutido primero contigo para llegar a un acuerdo mutuo. Estoy seguro de que soy capaz de llegar a esos extremos por ti.
—Wow..., no sé que decir..., creo que me alegra que Ryder nos apoye para que no lleguemos a eso —dijo Skye algo incomoda. Skye no lo dijo, pero ella no le hubiera permitido a Chase llegar tan lejos.
Cuando el ascensor se detuvo en la planta baja y se abrieron las puertas, Chase y Skye se encontraron con todos los cachorros parados en fila frente al ascensor con una mirada expectante. Parecía como si hubieran estado esperando a que bajaran todo ese rato.
—Ah... hola amigos..., ¿qué sucede? —preguntó Chase algo nervioso por las miradas que recibía de todos.
—No lo sé amigo..., ¿qué sucede? —dijo Zuma regresándole la pregunta a Chase.
—¿Qué...?, no lo sé..., ¿nos estaban esperando o algo? —preguntó Chase muy confundido.
—Lo que Zuma quiso decir fue; ¿cómo estuvo el campamento?, queremos saber —preguntó Rocky con más calma pero igual de curioso.
—Oh... bueno... yo... este... —dijo Chase divagando muy nervioso, sintiendo como si lo interrogaran.
—Fue muy divertido, aunque hizo mucho frio —comentó Skye mientras se acercaba a Chase para repegar su cabeza en él—. Nos recostamos juntos en el suelo para ver las estrellas, comimos los sándwiches de Chase, hablamos mucho mientras esperábamos a que comenzara la lluvia de estrellas. Pudimos ver desde la montaña los fuegos artificiales de la playa, fueron muy lindos, y después nos quedamos como hasta las dos de la mañana viendo la lluvia de estrellas, fue algo muy hermoso. Nos fuimos a dormir y compartimos la tienda de campaña, y en la mañana yo preparé el desayuno, cociné muchos huevos, salchichas y tocino. Nos quedó mucha comida, por si alguno de ustedes quiere.
—¡Oh sí!, ¡gracias!, tengo mucha hambre —dijo Rubble emocionado.
—¡¡¡Luego Rubble!!!, por favor Skye, ¿no pasó nada más?, lo que sea —preguntó Everest con una mirada suplicante, intentando volver al punto inicial.
—Mmmm... mmm... no lo sé..., tú que dices Chase, ¿pasó algo más? —preguntó Skye volteando a ver al pastor.
—Ah... ah... ah... bueno... —dijo Chase sin poder hablar bien por lo nervioso que estaba en ese momento.
—¡¡¡Chase y yo somos novios ahora!!! —gritó Skye de golpe muy emocionada y volteando a ver a todos mientras le daba un gran abrazo a Chase.
Por un momento los cachorros se quedaron en silencio después de escuchar esa revelación, como si estuvieran tardando en procesar la información que acababan de recibir.
—¡Sí!, ¡se los dije! —gritó Everest con emoción.
—¡Ja!, ¡en tu cara Zuma!, ¡yo gané! —le gritó Rocky a Zuma con fuerza.
—Sí, ganaste en lo primero, pero falta lo segundo —dijo Zuma con confianza—. Dime Chase, ¿quién le confesó a quién sus sentimientos primero?, ¿tú o Skye?
—Ah... ah... yo... —dijo Chase sin saber que estaba pasando.
—¡Sí!, ¡genial!, ¡me recuperé! —gritó Marshall muy emocionado.
—¡Maldita sea!, ¡acabo de perder 20 dólares que no tengo! —gritó Zuma derrotado.
—Y todavía me debes mi regalo de navidad Zuma —dijo Rubble con molestia.
—¡Oigan!, ¡¿qué rayos está pasando?! —gritó Skye algo molesta.
—Bueno..., no se vayan a enojar pero... apostamos un poquito sobre lo que podría pasar entre ustedes dos en su campamento —confesó Everest apenada.
—¡¡¡QUE HICIERON QUÉ!!! —gritaron Chase y Skye al unísono muy enfadados.
—Sí, Zuma y yo apostamos que ni Chase ni Skye confesarían sus sentimientos esta noche —comentó Marshall—, mientras Everest y Rocky apostaron que sí lo harían.
—Y en caso que sí lo hicieran y se volvieran pareja —explicó Zuma—, Everest y yo apostamos que sería Skye quien se confesaría primero, mientras Marshall y Rocky apostaron por Chase.
—¡Y yo gané todo!, ¡Sí! —gritó Rocky con alegría.
—¡Felicidades Chase!, siempre supe que lo harías —dijo Marshall con orgullo, acercándose al pastor y poniendo una de sus patas en el hombro derecho de Chase en señal de apoyo.
—¡Tú apostaste en mi contra Marshall! —gritó Chase con enojo.
—Bueno, sí, solo al principio, porque no creí que lo harías esta noche, pero sabía que lo harías eventualmente —dijo Marshall poniendo una sonrisa en su rostro.
—Yo les dije que no lo hicieran —dijo Rubble con inocencia.
—Gracias Rubble, por esa razón solo tú tendrás tocino —dijo Skye más calmada.
—¡SÍ! —gritó Rubble con alegría.
—¡Oigan!, nosotros también tenemos hambre —remarcó Zuma.
—¡¡¡SUFICIENTE!!! —gritó Chase con autoridad—. ¡Si quieren que les compartamos de nuestra comida!, ¡y quieren que no le diga nada a Ryder de su "apuesta"!, ¡todos ustedes van a limpiar y ordenar este lugar justo ahora!, ¡quedó claro!, ¡y sí!, ¡solo Rubble tendrá tocino!
Todos los cachorros se sintieron intimidados por la amenaza de Chase. Ryder no era precisamente alguien que estuviera de acuerdo con las apuestas, y menos si se trataban sobre compañeros de equipo, por lo que todos salieron corriendo a limpiar el vestíbulo en ese momento. A Chase no le gustaba regañar a sus amigos, pero no dudaría en hacerlo si lo consideraba necesario.
—No puedo creer que apostaran sobre nosotros —dijo Skye mirando a Chase con incredulidad.
—No puedo creer que supieran lo de nosotros —dijo Chase bajando la cabeza—, digo, no era muy obvio, ¿o sí?
—Mmmm... esa pregunta es debatible Chase —dijo Skye tomando a su pastor de una de sus patas—. Solo olvidémoslo y sigamos adelante, ahora estamos juntos y las cosas podrían ser algo distintas. Debemos adaptarnos y continuar.
—Tienes razón, vayamos a ayudarles Skye, ellos necesitan mucha ayuda —dijo Chase poniéndose de pie con la intención de comenzar a limpiar.
La nueva pareja se unió a sus compañeros para limpiar el lugar. Este solo era el comienzo de nuevas experiencias que afrontarían juntos a partir de ahora.
Fin de la Parte I.
