Parte II. Primera Relación.

Capítulo 9.

La Primera Cita, Parte 2.

Chase y Skye tienen su primera cita en el restaurante del Sr. Porter. En este día especial, la nueva pareja deberá afrontar varias situaciones un tanto... incomodas.


Chase se hallaba a lado de una ventana, sentado frente a una mesa localizada en una esquina dentro del restaurante del Sr. Porter. El joven pastor se mostraba nervioso, llevaba un buen rato ahí desde que llegó, sentado solo, esforzándose por ser paciente, sumido en sus pensamientos y dirigiendo su mirada a la ventana cada minuto, esperando a que su dulce novia se reuniera con él.

—Se le debió hacer tarde... —pensó Chase en voz baja—, ¿dónde estará?, ¿estará bien?, no se habrá aburrido de mí ¿verdad?, aún no cumplimos una semana, ¿tan aburrido soy?... ¡no!, tranquilo Chase, no seas tan inseguro, ella está bien y solo se le hizo tarde..., talvez deba llamarla... por si acaso.

Chase estaba a punto de llamar a Skye con su placa cuando notó a la cockapoo entrar corriendo por la puerta principal pareciendo agotada.

Skye se quedó buscando con la mirada a Chase desde la entrada, hasta que vio al pastor mostrándole una sonrisa y llamándola levantando su pata para que lo viera. Skye solo caminó más tranquila hacia la mesa para sentarse a lado de Chase.

—Lo siento Chase..., se me hizo un poco tarde —dijo Skye después de sentarse, y jadeando un poco por haber corrido todo el camino hasta el restaurante.

—Descuida Skye, solo fueron como 15 minutos —dijo Chase de forma despreocupada.

—¡15 minutos!, ¡rayos!, fue más de lo que pensé —dijo Skye sorprendida.

—¿Ocurrió algo? —preguntó Chase un poco preocupado.

—Nada de lo que quiera hablar Chase, ¿podemos olvidarlo? —dijo Skye algo afligida.

—Claro, hablemos de otra cosa, este... y... ¿cómo estás? —preguntó Chase un poco nervioso.

—Ah... bien... creo... —dijo Skye algo incomoda—, bueno... no tanto..., he estado mejor, pero... eso no significa que esté mal ahora, pero... bueno, no lo sé. ¡Ay!, lo siento Chase, conversar en una cita es más difícil de lo creí, no tengo idea de qué decir.

—¡Ah gracias!..., ¡yo también me siento nervioso por esto!, jamás había tenido una cita —dijo Chase después de dar un suspiro y sintiéndose más relajado.

—Bueno, ya somos dos jiji —dijo Skye mientras se reía un poco de la situación.

En ese momento, el Sr. Porter llegó con dos menús que le entregó a Chase y Skye para poder obtener su orden.

—Buenas tardes cachorros, es bueno verlos, ¿qué les gustaría? —preguntó el Sr. Porter mientras se preparaba para anotar las ordenes.

—Hola Sr. Porter, veamos —dijo Chase dándole un vistazo al menú—, yo quiero... no, mejor... no, ¡oh! este se ve... no, espere... no.

—Shhh, Chase, pidamos espagueti, como en la película —le susurró Skye a Chase al oído.

—Oh... sí, hagamos eso, será divertido —le respondió Chase a Skye en voz baja.

—Bien Sr. Porter, queremos dos platos de espagueti por favor —dijo Chase con seguridad.

—Oh, como en aquella película eh, buena elección —dijo el Sr. Porter anotando la orden—, díganme cachorros, ¿no estarán en una cita... o sí?

—Sí, de hecho es nuestra primera cita —dijo Skye con una gran sonrisa y tomando a Chase de una de sus patas—. Chase y yo nos volvimos pareja hace unos días.

—Oh enserio… ¡Felicidades cachorros! —dijo el Sr. Porter con emoción—, en ese caso, la casa invita por ser una ocasión especial.

—No es necesario Sr. Porter, tenemos dinero —dijo Chase apenado.

—Insisto cachorros, ustedes me ayudan mucho, y es justo que yo les dé algo para celebrar. Por favor pidan todo lo que quieran —insistió el Sr. Porter.

—Bueno, si insiste... —dijo Skye mirando el menú—, podría darnos también dos malteadas de fresa y dos rebanadas de pastel del día por favor.

—Por supuesto, les traeré su orden enseguida, no tardo cachorros —dijo el Sr. Porter alejándose de la mesa.

—Gracias Sr. Porter —dijeron Chase y Skye al unísono.

El Sr. Porter caminó hacia la cocina al otro lado del restaurante y, discretamente, se acercó a una mesa justo a lado de la puerta de la cocina, donde lo esperaba una mujer que estaba "escondida" detrás de una hoja de menú.

—Muy bien Alcaldesa Goodway, ya lo confirme, sí están en una cita —dijo el Sr. Porter dándole una mirada segura a la alcaldesa.

—¡¿QUÉ?!, ¿está seguro?, no me estará mintiendo... o sí Sr. Porter —dijo sorprendida la Alcaldesa Goodway.

—Le doy mi palabra, hasta me dijeron que ya son pareja. Si no me cree, vaya a preguntarles —dijo el Sr. Porter con seguridad.

—No..., no será necesario. En algún momento tenía que pasar, y bueno, una apuesta es un apuesta supongo... —dijo la Alcaldesa Goodway mientras buscaba en su bolso para sacar algo—. Muy bien Sr. Porter, aquí tiene, $500 dólares como acordamos.

—¡Gracias! —dijo el Sr. Porter tomando el dinero y guardándolo en su bolsillo sin siquiera dudarlo.

—Y por favor, tráigame una taza de chocolate caliente, necesito procesar esta increíble noticia —dijo la Alcaldesa Goodway frotándose las sienes con sus dedos.

—Como ordene alcaldesa —dijo el Sr. Porter antes de entrar a la cocina.

—Valió la pena levantarme temprano ese día —pensó el Sr. Porter para sí mismo—, fueron los $500 dólares más sencillos que haya ganado. Después de todo, Skye no me hubiera despertado por comida para hacerle el desayuno a Chase solo porque sí.


Después de que el Sr. Porter tomara su orden, los cachorros se quedaron un rato en silencio sentados en su mesa, solo mirándose incómodamente entre ellos sin saber qué hacer ahora. Ambos querían hablar con el otro pero, por alguna razón, se sentían inseguros.

—Entonces... ¿te gusta volar? —preguntó Chase en un tono muy inocente, intentando romper el hielo.

Esa pregunta hizo reír a Skye, era tan tonta que parecía una broma.

—Jajaja, ¡no hablas enserio! —dijo Skye sin poder aguantar la risa—. Chase, solo vamos a relajarnos. Nos conocemos de toda la vida, no nos pongamos nerviosos por favor, solo... divirtámonos un rato y charlemos tranquilos.

—Sí, tienes razón —respondió Chase sintiéndose más relajado e intentando bromear—, entonces... ¿te gusta volar o no?, ¿cómo te llamabas?, Rose..., oh, lo siento, siempre olvido los nombres en la primera cita.

—Claro..., me gusta volar —dijo Skye con una mirada atrevida siguiendo la broma—, soy una aviadora certificada después de todo..., y tú... ¿a qué dices que te dedicas...? ¿Jack?... o como te llames, no importa, habré olvidado tu nombre en una semana después de todo.

—Soy Policía, el mejor de mi escuadrón —dijo Chase fingiendo arrogancia y guiñando un ojo—, y gracias a mí, las calles son seguras nena, deberías agradecerme por ello. Normalmente mi trabajo no me da mucho tiempo para tener citas a ciegas, deberías agradecer cada segundo que pases con alguien como yo. Soy todo un partido linda.

—Oh ternurita —dijo Skye fingiendo un acento engreído—, rechacé a un cirujano reconocido hace una semana porque no me gusto su nariz. Créeme, quien debería agradecer la oportunidad de esta cita eres tú guapo.

—No me digas que saliste con el Dr. Frank —dijo Chase con burla—, lo arresté por falsificar su titulo de médico, y sí, su nariz era horrible, hacía ver su hocico más grande de lo normal.

—Bueno, en ese caso, me alegra no haber llegado lejos con él. Yo merezco mucho más —dijo Skye con un acento vanidoso.

—¿Enserio?, ¡no me digas!, bueno, si tú mereces más, en ese caso... ¡me voy señorita!, ¡quiero la cuenta dividida! —gritó Chase en voz baja para que no lo tomaran enserio.

—Ni siquiera hemos comido jajaja —dijo Skye dejando de aguantarse la risa.

—Oh... tienes razón Rose —dijo Chase siguiendo con la broma—, entonces me quedaré aquí. Dicen que la comida de este lugar es buena, pero no esperes que pague tu parte cariño, los platos te esperan.

—¡Deja de llamarme Rose!, sabes que no me gusta —dijo Skye cruzando las patas y fingiendo molestia.

—¿Por qué?, ese es tu nombre Rose, igual que la chica del Titanic —dijo Chase con una sonrisa.

—Sí... puede ser, es una linda coincidencia, ¡pero igual no me gusta!, prefiero mil veces mi primer nombre —remarcó Skye cerrando los ojos y volteando la cabeza en señal de desacuerdo.

—Bueno, ya enserio Skye, tengo curiosidad, ¿hay alguna razón por la que no te guste "Rose"?, es un lindo nombre, y técnicamente sigue siendo tu segundo nombre —preguntó Chase con más seriedad pero sin tomárselo muy enserio.

Skye pensó por unos momentos si debía responder a esa pregunta o no. La respuesta no era muy agradable, y ella no quería arruinar el ambiente de la cita.

—Bueno... está bien, te lo diré —dijo Skye algo nerviosa—, la verdad es... bueno, hay varias razones..., verás... "Rose"... fue el nombre que me dio mi madre.

—Ohhh... lo siento, no debí preguntar —dijo Chase muy apenado.

—Descuida, se supone que podemos contarnos todo ¿no?, y... me gustaría quitarme ese peso de encima —dijo Skye con una voz calmada pero en un tono muy melancólico—. La verdad es... que ese nombre me recuerda a mi madre, fue lo único que me dio en el poco tiempo que pasamos juntas, antes de que ella simplemente… se fuera..., y no sé qué pensar al respecto sobre eso..., apenas y la recuerdo. También... recuerdo que una vez mis hermanos me jugaron una... "broma". Fingieron que yo no existía por una... o dos…, talvez tres semanas..., puede que incluso un mes... o más..., no estoy muy segura. De un día para otro solo decidieron que yo ya no estaba ahí. Me ignoraron todo ese tiempo, ninguno me hablaba o me veía, ni siquiera dejaban comida para mí porque yo... "no existía". Recuerdo como tenía que pelear por la comida y como les rogaba que alguno dijera mi nombre, pero ninguno hablaba conmigo..., yo me sentía tan perdida... y tan sola. Después de eso, mis hermanos fueron adoptados y nunca volví a verlos, y yo... ni siquiera estaba segura de ser real, o que ese fuera mi verdadero nombre. En ese momento creí que esa era la razón por la que nadie me adoptaba..., porque nadie me veía o me escuchaba…, porque yo no era yo, o algo así…, no sé en qué estaba pensando, solo decidí tomar la iniciativa. Deseaba tanto que alguien me reconociera… y eso casi me mata. Era solo una bebé..., la más débil y pequeña de la camada. Vaya familia... ¿no?

—Enserio lo siento Skye, debió ser horrible..., no sé qué decirte... —dijo Chase con una mirada triste.

—Está bien, ya no importa —dijo Skye con tranquilidad—. Agradezco que Ryder dejara ese nombre en mi certificado. Aunque no me guste mucho, es parte de mí, y debo aceptarlo.

—Eres muy fuerte Skye, lo digo enserio —dijo Chase intentando animar a la cockapoo.

—Gracias Chase —dijo Skye volviendo a sonreír—. Supongo que para eso son las citas, para conocernos mejor.

—Sí, es verdad, aunque tú ya sabes todo sobre mí —dijo Chase con seguridad.

—Sí, talvez…, aunque no estoy muy segura… —dijo Skye de forma dudosa—, bueno, aprovechando el momento, ¿puedo hacerte una pregunta seria?

—Siempre Skye, dime, ¿qué quieres saber de mí? —preguntó Chase con curiosidad.

—Bueno... tengo esta duda... —dijo Skye sintiéndose nerviosa por preguntar—, me gustaría saber... ¿qué tipo de relación quieres tener conmigo?

—Ahhh... ¿qué quieres decir? —preguntó Chase sin entender bien.

—Me refiero a..., bueno... —dijo Skye pensándolo un poco—, ¿quieres tener una relación informal?, en donde prioricemos divertirnos y estemos abiertos a la posibilidad de salir con alguien más en el futuro, o en cambio, ¿quieres una relación seria?, en donde nos esforcemos para que funcione y asegurar un futuro juntos.

—Quiero que seas la madre de mis cachorros... —dijo Chase con una mirada anhelante, sin estar muy consciente de lo que decía.

Skye, al escuchar esa declaración, por unos momentos se sintió asustada. Realmente no esperaba que Chase dijera eso tan directamente... ¡y en la primera cita! Skye sabía que Chase la quería mucho, ¡pero wow!, a veces la sorprende. Después de pensar la idea por un minuto, se formó una gran sonrisa en su rostro.

—¿Lo dije o... lo pensé?... —preguntó Chase comenzando a entrar en pánico.

—Lo dijiste... —dijo Skye mientras sonreía, aún procesando aquella declaración—. Imagino que quieres una relación seria.

—Ahhh... ahhh... lo siento Skye, no quise decir eso —dijo Chase sintiéndose muy nervioso y sin saber cómo arreglarlo—, bueno, sí quise decirlo, pero no es lo que quise decir. No es que te vea solo como una hembra para procrear..., digo..., bueno..., debes ser muy fértil..., ¡NO!, ¡olvida que dije eso!..., es solo que... me gustaría tener hijos en el futuro..., pero no estoy diciendo que debas sentirte obligada a tenerlos…, lo decidiremos juntos, digo…, bueno… si tú quieres…, porque bueno, creo que tú serías una buena madre... ¿no?, ¡espera!... no estoy diciendo que debas criar a los cachorros tú sola, yo también quiero hacerlo..., no te dejaría todo el trabajo, no soy machista, o bueno, espero que no..., lo que quiero decir es..., bueno... ¡Ay por favor Skye!, ¡acaba conmigo ya!, ¡lo siento!

Chase se cubrió el rostro con sus patas como si quisiera protegerse de Skye. Se sentía muy avergonzado de todo lo que dijo, tenía mucho miedo de ver a la cockapoo a los ojos en ese momento.

Skye, al ver como se puso Chase, solo se levantó de su asiento, lo empujó un poco para ponerlo más cerca del pastor, volvió a sentarse en este, se acercó a Chase para quitar sus patas de su rostro y, sin pensarlo mucho, acercó su hocico al de Chase y le plantó un lindo y amoroso beso. A Skye no le molestaba la idea de Chase.

—Me encantaría ser la mamá de tus cachorros Chase —dijo Skye con mucho cariño después de soltar el beso.

—¿Enserio...? —dijo Chase sin poder creerlo mostrando una sonrisa tonta.

—Pero tengo una condición —dijo Skye con más seriedad.

—¡La que quieras amor de mi vida!... —dijo Chase aún embriagado por aquel beso.

—Seré la madre de tus hijos solo si tú eres el padre de los míos —dijo Skye en un tono muy serio.

—Ammm..., bueno, así funciona ¿no? —dijo Chase algo extrañado.

—No me estás entendiendo... —dijo Skye intentando explicar—, me encantaría ser mamá en el futuro. Sabes muy bien que de pequeña no tuve una verdadera familia a quien amar, y la idea de formar una familia contigo me gusta mucho. Pero no puedo dejar de pensar en la realidad, en algún momento leí que la tendencia en las parejas caninas es que 8 de cada 10 machos siempre abandonan a la hembra antes de que los cachorros nazcan, dejando a la hembra sola con los bebés. Ellas normalmente deciden entregar a sus cachorros a Refugios Caninos para que sean adoptados por humanos, o en el peor de los casos, tienen a sus cachorros en las calles donde, si logran sobrevivir, solo se volverán callejeros. No quiero eso para mis hijos.

—¡¿Crees que yo podría hacerte eso?! —dijo Chase exaltado y bajando la mirada sintiéndose triste por pensar que Skye no confiaba en él.

—Sé que tú no harías eso Chase —dijo Skye de forma comprensiva—, pero quisiera que entendieras mi posición. Si en algún momento tenemos hijos, a mí me va a tocar la parte más difícil, y eso me asusta mucho, realmente necesito estar segura de que puedo contar contigo. Tener cachorros contigo será toda una bendición... si tú estás a mi lado cuando suceda. Por eso…, si quieres que sea la madre de tus cachorros…, quiero que me des tu palabra Chase…, de que estarás ahí para ser su padre…, por favor.

—Entiendo..., te doy mi palabra Skye, si tenemos la suerte de tener cachorros en el futuro, yo estaré ahí para ti y para nuestros hijos…, para protegerlos, apoyarlos, y amarlos…, puedes confiar en mí, no te decepcionare —dijo Chase con una mirada cálida y mucha seguridad, mirando a Skye a los ojos.

—Eso era todo lo que necesitaba escuchar —dijo Skye antes de plantarle otro profundo beso en el hocico a Chase.


Chase y Skye continuaron besándose muy apasionadamente durante un buen rato más. Ellos habían olvidado que estaban a la vista de los demás comensales del restaurante, por lo que no se contuvieron mucho en sus muestras de afecto. Poco a poco las personas presentes voltearon su vista hacia la joven pareja de cachorros. Chase y Skye, al darse cuenta de que estaban llamando demasiado la atención, decidieron dejar su sesión de besos para otro momento. Se sintieron bastante incomodos al notar que su pequeña muestra de afecto estaba recibiendo demasiada atención, creyeron que estaban incomodando a las demás personas al besarse en público.

—Ehhh... lo sentimos —dijo Chase dirigiéndose a todos y sintiéndose bastante apenado—, no queríamos incomodar a nadie con nuestras... cosas.

—Sí, discúlpenos por favor, tendremos más cuidado en el futuro —dijo Skye en un tono educado.

Las personas comenzaron a hablar entre ellas como si se sintieran confundidas y curiosas.

—¡¿Entonces ya son pareja?! —gritó una mujer joven sentada al fondo.

Al escuchar esa pregunta, todas las personas del restaurante pusieron de nuevo su atención en Chase y Skye, esperando una respuesta.

—Aaaa... sí... —dijeron Chase y Skye al unísono sintiéndose muy incomodos.

Las personas del restaurante comenzaron a discutir entre ellos abiertamente sobre la relación de Chase y Skye, un tema que, tal parece, les interesaba bastante.

—¡Ya era hora! —gritó un hombre.

—Ellos dos hacen una linda pareja —dijo una niña en la mesa de a lado.

—¡Bien!, gané esa vieja apuesta —le gritó una mujer al hombre sentado a su lado.

—Skye hacía mejor pareja con Marshall, ¡no es justo! —gritó una joven adolescente cruzándose de brazos.

—¡No es verdad!, todos saben que Marshall quiere a Everest —dijo otra chica adolescente.

—¡Marshall y Chase debieron ser pareja!, necesitamos más diversidad —gritó una mujer al fondo.

—¡Ninguno de ellos dos es gay! —gritó la mujer sentada a su lado.

—¡¿Cómo puedes saberlo?! —dijo la anterior mujer indignada.

—¡Chase estaba besando a Skye!, ¡obviamente no es gay! —gritó una mujer al otro lado del restaurante.

—¡La única posible pareja gay de los cachorros es Rocky y Zuma!, ¡todos saben eso! —gritó un hombre cruzándose de brazos.

—¿Y qué hay de Skye y Everest?, ellas dos son muy amigas ¿no? —dijo otro hombre.

—¡Eso no las vuelve lesbianas tonto! —dijo la mujer sentada a su lado.

Chase y Skye estaban absortos por el extraño debate que habían comenzado en el restaurante. No entendían por qué a mucha gente les importaban tanto sus relaciones personales, era muy incomodo escuchar eso.

—Esto es... incomodo… —dijo Skye muy avergonzada.

—¡Incomodo se queda corto! —dijo Chase muy disgustado—, ¡¿por qué hay gente que cree que soy gay?!, ¡¡¡y con Marshall!!!

—Bueno..., ustedes son mejores amigos ¿no? —dijo Skye aguantando la risa.

—Sí, pero... bueno, si fuera gay, talvez sí me hubiera quedado con Marshall..., y remarco el "talvez" —dijo Chase pensándolo un poco.

—No puedo creer que piensen que Zuma sea gay, bueno... de Rocky puedo entenderlo, pero Zuma... —dijo Skye extrañada.

—Supongo que también lo piensan porque son mejores amigos —dijo Chase pensativo.

—Pobre Rubble..., nadie lo a mencionado jiji —dijo Skye riéndose un poco de eso.

—Sí..., suertudo jeje —dijo Chase riéndose un poco junto a Skye.

El Sr. Porter salió de la cocina para servir más ordenes y, al notar el escandalo que estaban haciendo las personas, no pudo evitar intervenir.

—¡Oigan todos!, ¡silencio por favor!, ¡no ven que están incomodando a mis dos comensales caninos! —gritó el Sr. Porter calmando la situación mientras caminaba hacia la mesa de los cachorros llevando una bandeja en las manos con su orden—. Disculpen a todos cachorros, creo que las personas se emocionaron mucho con la noticia.

—Sí, lo notamos, gracias por eso Sr. Porter —dijo Chase con comprensión.

—Bueno, aquí está su comida cachorros —dijo el Sr. Porter sirviendo la orden de espagueti y las malteadas en la mesa—, y disculpen la tardanza, nos falta personal en la cocina.

—¿Ah sí? —preguntó Skye curiosa.

—Bueno... sí, yo hago todo, Alex no es precisamente de mucha ayuda. Se supone que él debería estar tomando las ordenes, pero bueno, no está aquí —dijo el Sr. Porter con un ligero tono de decepción.

—No se preocupe Sr. Porter, gracias —dijo Chase con educación.

—Disfruten su cita cachorros, en un momento les traigo el postre —dijo el Sr. Porter antes de regresar a la cocina.

—¡Gracias Sr. Porter! —dijeron Chase y Skye al unísono.

Después de que las personas se calmaron y el Sr. Porter se alejó, los cachorros por fin pudieron disfrutar de su comida en paz.

—Entonces... ¿te gustaría recrear la escena de la película Skye? —preguntó Chase intentando sonar seductor.

—Tú sabes que sí —respondió Skye ladeando la cabeza de forma tierna.

Chase acercó su plato de espagueti a Skye y los dos comieron hasta que ambos tomaron el mismo espagueti. Ambos lo sorbieron lentamente mientras se iban acercando entre sí hasta que lograron conectar sus labios en el centro. Chase y Skye mantuvieron ese pequeño beso por un buen rato.

—Te amo Jack —dijo Skye mirando a Chase a los ojos tiernamente después de besarlo.

—Y yo a ti Rose —dijo Chase siguiendo el juego, a lo que recibió una mirada molesta de Skye—. Oh... lo siento, ya no te llamaré así.

—Jajaja, descuida, solo bromeo —dijo Skye riéndose de la situación—. No me molesta que tú me llames así, solo a ti te dejaría hacerlo. Puedes llamarme Rose cuando quieras… pero no abuses.

—Jeje, en ese caso, te amo mucho Rose —dijo Chase dándole un pequeño beso a Skye en los labios. Beso que poco a poco fue aumentando en intensidad.

La joven pareja continuó besándose hasta que ambos recordaron que estaban en público, y como no querían volver a llamar la atención, decidieron dejarlo para después y seguir bromeando y divirtiéndose con el otro.

—Es divertido salir con una rica aristócrata —dijo Chase en broma después de soltar el beso.

—Bueno, no tanto como salir con un vagabundo jiji —dijo Skye riéndose de la broma.

—Sí, y este vagabundo talvez te lleve de vacaciones en un crucero algún día también —dijo Chase intentando hacer una mirada seductora.

—Sí..., espera, ¿qué vagabundo? —se preguntó Skye confundida.

—Pues Jack, él no necesitó dinero para subir al Titanic, y yo no tengo dinero. Soy como un vagabundo en eso —dijo Chase explicando su broma—. Hablábamos de él ¿no?

—Como hablábamos de una aristócrata y un vagabundo, creí que hablábamos de la otra película —aclaró Skye.

—No, me refería a Jack —dijo Chase recordando aquella parte de la película—, él también era un vagabundo ¿recuerdas?, ganó los boletos en un juego de cartas, y creo que mencionó una vez que durmió bajo un puente.

—Espera un minuto... —dijo Skye mientras pensaba en cierta idea—. "Una aristócrata que no está satisfecha con su vida, se enamora del vagabundo despreocupado que le muestra el mundo más allá de su jaula de oro". ¿Enserio las dos películas tienen la misma premisa?

—Oh, ¡es cierto! —dijo Chase mostrándose asombrado.

La pareja de cachorros se quedó en silencio por un minuto mirándose el uno al otro, reflexionando sobre las películas que vieron juntos... hasta que ambos simplemente comenzaron a reírse de ello el uno con el otro.

Chase y Skye continuaron bromeando el resto de su cita, divirtiéndose y disfrutando de solo pasar el tiempo en pareja. Una experiencia que piensan volver a repetir muy pronto.


Mientras tanto en el mirador...

Katie estaba caminando de forma decidida y con paso firme subiendo la colina por el camino que conducía directamente al mirador.

—Muy bien Katie, tú puedes hacerlo —pensó Katie para sí misma—, solo sigue caminando, sin nervios, solo es Ryder, lo conoces. Eso es, camina firmemente, uno, dos, uno, dos... vas bien.

La chica llegó a la entrada del mirador y pudo ver la puerta del garaje de Ryder abierta. Entró con pasos pequeños y caminó hasta el fondo del lugar, ahí vio la puerta entreabierta del taller de trabajo de Ryder. Katie se acercó a la puerta, la abrió lentamente, y adentro encontró al joven trabajando en uno de sus muchos proyectos.

Era una habitación particular, no muy amplia, con un sinfín de herramientas colgando de las paredes, algunos estantes con modelos 3D de los inconfundibles vehículos de los cachorros y de otros más que eran desconocidos, y también varios aparatos electrónicos de alguna clase, además de muchas otras cosas que se encontraban en ese mismo espacio. A un costado del lugar, se encontraba la mesa de trabajo, y en la pared frente a esta, se hallaba un monitor de computadora de un tamaño considerable. Un lugar de trabajo en toda la regla.

Ryder estaba sentado frente a su mesa de trabajo. Parecía muy concentrado construyendo una especie de aparato, tanto que no se dio cuenta de la presencia de Katie hasta que ella llamó su atención.

—Cof... cof... cof... —tosió Katie buscando llamar la atención de Ryder.

Ryder volteó la mirada hacia atrás cuando escuchó eso y por fin se percató de Katie.

—Oh, hola Katie, ¿cómo estás?, ¿necesitas algo? —preguntó Ryder de forma calmada dejando de trabajar en su proyecto.

—Ryder... hola..., veo que estás ocupado, yo... puedo regresar más tarde si quieres... —dijo Katie perdiendo el valor y estando a punto de irse.

—¡Espera!, puedo terminar esto luego —dijo Ryder con comprensión—. ¿Quieres que busque otra silla?

—No... no... yo solo... —dijo Katie para después dar un profundo suspiro, resignada a decirle a Ryder lo que vino a decirle—. Escucha..., tenemos que hablar.

Al escuchar eso, Ryder no pudo evitar poner toda su atención en la joven adolescente frente a él. Esto parecía serio.

—¿Vas a terminar conmigo, verdad? —preguntó Ryder poniendo una mirada triste—, realmente no te culpo por hacerlo.

—Sí, bueno... no..., ¡espera!... ¡¿QUÉ?!, ¡¿por qué piensas eso?! —preguntó Katie muy sorprendida por el pensamiento de Ryder.

—Dijiste "tenemos que hablar". Según entiendo, así es como la parte inconforme inicia su alegato con la otra parte para exponer sus razones para terminar la relación —explicó Ryder con seriedad—. Lo entiendo, yo no te he dado mucha atención últimamente, y tú mereces a alguien que sí pueda hacerlo, si ese es el caso...

—¡No Ryder!, no puedo terminar contigo porque técnicamente no somos pareja —dijo Katie bastante extrañada.

—¿Ah no? —se preguntó Ryder muy confundido—, creí que lo éramos porque habíamos tenido varias citas. Si es así entonces esto es muy vergonzoso. Lo siento.

—Ryder... de hecho vine para hablar de eso contigo —dijo Katie más calmada pero igual de ansiosa—. Nunca te me declaraste, necesito saber qué es lo que tenemos. ¿Quieres estar conmigo o no?, porque hace un momento parecía que planeabas dejarme ir muy fácilmente. No te intereso lo suficiente... ¿verdad?

Ryder pensó por un momento en las preocupaciones de Katie para saber como responderle correctamente. Él se levantó de su asiento para ver a Katie directamente a los ojos y poder hablar con ella muy francamente.

—Katie... siempre fuiste mi mejor amiga, y te quiero y aprecio mucho. Eres la única mujer por la cual me he sentido atraído, y por la que he tenido sentimientos profundos —dijo Ryder muy seriamente—, pero temo no ser capaz de hacerte feliz. Mi vida no es la más sencilla, y no quiero decepcionarte ni lastimarte.

—Eso no me importa Ryder —dijo Katie algo triste—, te conozco a ti y a tu trabajo, sé que no sueles tener mucho tiempo libre y que tienes que atender a los cachorros y a todas las personas. Te quiero mucho y a los cachorros, y realmente me gustaría intentarlo. Pero quiero saber si tú también, ¡quiero que dejes las cosas claras conmigo!

—En ese caso... ¿Katie, te gustaría ser mi novia? —preguntó Ryder muy solemnemente.

Katie se sintió abrumada ante esa pregunta tan repentina, ella no lo esperaba en ese momento.

—A mí también me gustaría intentarlo —dijo Ryder con más seguridad—, creo que vale la pena esforzarse por esta relación, digo..., si tú estás de acuerdo y no te molesta que no pueda estar siempre contigo. Prometo que me esforzaré para que funcione.

—Sí... me gustaría..., y también prometo que me esforzaré —respondió Katie algo sonrojada—. Realmente quiero conocerte mejor Ryder, y no me molesta no verte siempre, solo quería estar segura de que querías esto.

—Sí..., ¿te gustaría salir y tener una cita hoy Katie? —preguntó Ryder con una sonrisa en su rostro y extendiendo su mano hacia la chica—. Hoy hace buen tiempo, ¿no quieres dar un paseo?, solo nosotros dos, ¿qué dices?

—De acuerdo..., veamos hasta dónde llegamos —dijo Katie con una linda sonrisa tomando la mano de Ryder.

—Espero que lejos... —respondió Ryder con confianza.