Parte II. Primera Relación.
Capítulo 10.
Nueva Normalidad.
Mientras Chase y Skye han logrado acostumbrarse a su nueva vida de pareja, los cachorros y las personas en general no lo han conseguido del todo.
Las fiestas de fin de año habían terminado en Adventure Bay, y en esta mañana tranquila, la Patrulla Canina se hallaba realizando el encargo de la Alcaldesa Goodway de retirar las decoraciones navideñas de la plaza principal, incluido el gran árbol de navidad. Algo que no habían hecho hasta ahora debido a las fuertes nevadas que habían caído en la ciudad en los últimos días, las cuales generaron emergencias que fueron prioridad para la patrulla. Como hoy era un día tranquilo y despejado, Ryder decidió tomar el día para limpiar la plaza.
Todos los cachorros colaboraron, cada uno encargándose de una tarea en especifico. Rubble usó su excavadora como quitanieves para limpiar la nieve acumulada en los alrededores de la plaza. Rocky y Zuma se encargaron de retirar las decoraciones de las farolas y los árboles adyacentes. Skye utilizó sus alas para alcanzar y quitar las decoraciones del ayuntamiento. Y finalmente, Chase y Marshall se estaban encargando de limpiar la nieve del árbol de navidad para poder quitar los adornos. Marshall usó su escalera para quitar la nieve de la parte superior mientras Chase se encargaba de la inferior.
Una vez que el gran árbol de navidad se vio libre del exceso de nieve que lo cubría, los cachorros por fin pudieron retirar todos los listones, esferas y adornos que decoraban aquel gran pino. Marshall, quien estaba sobre la escalera de su vehículo, se estaba encargando de retirar las largas líneas de luces. Skye, quien ya había terminado con el ayuntamiento, decidió ayudar a Chase con los adornos del árbol, quitando ella las decoraciones a mayor altura mientras Chase se encargaba de los más cercanos al suelo.
En algún momento, ambos cachorros simplemente comenzaron a trabajar muy coordinadamente por mero instinto, Skye se concentró en retirar todas las decoraciones, ya que le era más fácil con sus alas, y una vez las tenía, se las arrojaba al pastor quien siempre estaba atento a los movimientos de la cockapoo para poder atrapar todos los adornos que le arrojaba. Cuando los atrapaba, Chase los guardaba rápidamente en unas cajas grandes de plástico para almacenaje y corría de regreso a atrapar otro. No era muy necesario que tuvieran cuidado con ellos ya que las decoraciones eran metálicas y de plástico, por lo que nada se rompería fácilmente. Trabajar así agilizó mucho las cosas para la joven pareja de cachorros, quienes trabajaban bastante bien coordinados sin la necesidad de usar palabras para comunicarse, como si ellos dos supieran exactamente lo que el otro estaba pensando en ese momento.
Mientras tanto, cierto cachorro mestizo observaba la escena desde lejos, un poco asombrado del nivel de coordinación de sus amigos.
—Wow... estás viendo eso Zuma, parece divertido, ¿no te gustaría inten...? !!!ZAS!!! —dijo Rocky hasta que, sin previo aviso, una pequeña campana metálica lo golpeó en la cara.
Zuma, quien estaba sobre una escalera apoyada en una farola, posiblemente tuvo la misma idea.
—Lo siento amigo... —dijo Zuma apenado, pero también aguantando la risa al mismo tiempo.
—¡Ten cuidado Zuma!, eso dolió... —dijo Rocky sobándose el hocico—. Chase y Skye lo hacen parecer tan fácil.
—Y que lo digas amigo —dijo Zuma mientras bajaba de la escalera—, han estado así toda la semana, siempre encuentran una forma de hacer juntos lo que sea que estén haciendo.
—Sí, y han estado muy empalagosos todos estos días —dijo Rocky en tono de burla—, si no están haciendo algo juntos se están besando o están flirteando. Es algo incomodo verlos, pero no es que me queje, porque bueno, nunca había visto a Chase tan feliz, hasta se siente raro verlo así siempre.
—Muy cierto, antes solo estaba feliz normal —explicó Zuma—, y si no estaba así, estaba nervioso o estresado por cualquier cosa, ahora sí parece feliz enserio. Al pobre le faltaba una novia para relajarse.
—Bueno..., no cualquier novia —dijo Rocky en un tono atrevido—, dudo mucho que cualquier otra chica que no fuera Skye pudiera hacerlo sentir así de feliz, incluso ya hasta usan sobrenombres cursis.
—Oh amigo..., "mi amor", "mi princesa", "mi conejita", "mi ángel guardián", "mi linda estrella del cielo" —dijo Zuma en tono burlón intentando imitar la voz de Chase—. Nunca imaginé que alguien tan serio como Chase pudiera ser así de cursi, es muy raro. Dime amigo, ¿cuál Chase prefieres, el nervioso o el meloso?
—Jajaja, el meloso es más gracioso, eso es seguro —dijo Rocky riéndose de aquel comentario—, y Skye no se queda atrás..., "mi Chasey", "mi perro guardián", "mi lindo pastorcito", "mi dulce galán", "mi príncipe azul", "mi ahhh..."
—Viejo, les falta más creatividad a esos dos —dijo Zuma de forma despreocupada—. Deberían buscar mejores apodos de pareja, y de paso que no sean tan cursis y tontos. Apenas llevan poco más de una semana de novios y ya es bastante incomodo presenciar sus cosas.
—Zuma... —dijo Rocky con una mirada aterrada intentando llamar la atención del labrador.
—Falta poco para que Skye lo llame "mi osito cariñosito", "mi terroncito de azúcar", o "mi dulce bizcochito", oh, oh, ya sé, tengo otro mejor, "mi..." —dijo Zuma con una voz chillona intentando imitar la voz de Skye, hasta que sintió una pata en su hombro que llamó por completo su atención. En ese momento... Zuma temió lo peor.
Lentamente, Zuma volteó su cabeza hacia atrás para ver quién estaba detrás suyo, y solo pudo confirmar lo que temía. Zuma vio a Chase con el seño fruncido y la mirada más enojada que le haya visto nunca, y a su lado estaba Skye no menos enfadada.
—¡Enserio Zuma! —dijo Chase con una voz muy fuerte y seria.
—Chase..., amigo... solo bromeábamos... —dijo Zuma muy avergonzado.
—¡Se estaban burlando de nosotros!, ¡sé distinguir entre una burla y una broma! —dijo Chase con mucha seriedad—. Dime Zuma, ¿alguna vez me he burlado de ti?, ¿alguna vez te he faltado el respeto?, ¿a cualquiera de ustedes?, ¡contéstame!
—No... —dijo Zuma muy asustado con los ojos muy abiertos.
—¡Puedo tolerar que se rían de mí!, ¡no podría importarme menos!..., ¡pero de Skye nadie se burla!, ¡entendieron! —dijo Chase dirigiéndose a Zuma y Rocky con una voz que evocaba autoridad.
—¡Entendido! —dijeron Zuma y Rocky al unísono.
—¡Bien!, que no vuelva a pasar —exclamó Chase con seriedad, para después dar un profundo suspiro y volver a dirigirse a Zuma y Rocky con una voz más tranquila—. Cachorros, lo que quiero que entiendan es que no está bien burlarse de otras personas, y menos de sus propios amigos, eso socava la confianza. Si no puedes confiar en un amigo, entonces… ¿en quién puedes confiar?, por favor, piénsenlo, recuerden que todos somos familia.
—Lo sentimos Chase... —dijo Zuma bajando la mirada.
—Sí... lo sentimos... —dijo Rocky.
—Gracias, ah..., y una última cosa..., si estamos haciendo algo que los molesta o incomoda, ¡díganoslo a la cara!, en lugar de quejarse de nosotros a nuestras espaldas por favor. Ahora volvamos todos al trabajo, ven Skye, términos nuestra asignación —dijo Chase con tranquilidad pero igual de serio, antes de solo darse la vuelta para volver al árbol de navidad con Skye siguiéndolo en silencio.
—Amigo..., Chase ahora es más..., bueno... —comenzó diciendo Zuma una vez que vio a Chase y Skye alejarse.
—¿Seguro de sí mismo? —se preguntó Rocky.
—Iba a decir "intimidante", pero creo que tienes razón —respondió Zuma.
Chase y Skye solo caminaron en silencio de regreso al árbol de navidad para terminar su trabajo, ambos sintiéndose desanimados. Escuchar eso de sus propios amigos los hizo sentir avergonzados, sintieron que el buen ambiente del día se había arruinado.
—Skye... ¿crees que fui muy duro con ellos? —preguntó Chase sintiéndose decaído.
—No lo sé... —dijo Skye con la mirada caída—, y francamente no me importa, pero... lo que dijeron de nosotros..., no sabía que nuestras muestras de afecto les molestaran tanto, ¿enserio nos ven como un chiste?
—Supongo que llamarte conejita fue demasiado —dijo Chase de forma reflexiva.
—Me pareció lindo —dijo Skye con una pequeña sonrisa—, aunque, viéndolo en retrospectiva, talvez sí exageramos un poco. Ninguno había tenido una relación romántica antes, no tenemos ninguna experiencia en esto, talvez solo estábamos emocionados, ¿no?
—Sí, puede ser... —dijo Chase pensativo—, y supongo que besarnos muy seguido frente a los cachorros tampoco ayudó mucho.
—Sí..., talvez podamos buscar algún lugar más privado para besarnos —sugirió Skye—, no quiero incomodar a nadie.
—Buena idea... y... ¿crees que deberíamos dejar esos apodos también? —preguntó Chase inseguro.
—Mmmm... talvez podríamos moderarlos —dijo Skye pensándolo un poco—. Qué tal si solo me llamas "princesa" y "ángel", esos son mis favoritos.
—De acuerdo, y tú puedes contar con tu "caballero de brillante armadura" y tu "príncipe azul" —dijo Chase con más ánimos y fingiendo un acento elegante mientras hacía una reverencia.
—Oh, me encantan esos jiji —dijo Skye recobrando la sonrisa—, y... ¿puedo llamarte Chasey?, por favor.
—Mmmm... está bien..., ¡pero solo cuando estemos solos! —dijo Chase un poco avergonzado.
—Trato —respondió Skye con una sonrisa.
Habiendo recobrado el animo, ambos cachorros volvieron al trabajo. Aún faltaban cosas por hacer esta mañana.
Pasaron los minutos y poco a poco los cachorros fueron terminando con sus asignaciones…, oh bueno, no todos. Marshall era el único que aún no terminaba. Tal parece que se había enredado "un poco" con las líneas de luces.
—Ah, oh..., amigos..., me ayudan... —dijo Marshall desde arriba de su escalera, luchando por desenredar las luces de su cuerpo.
Chase y Skye solo observaban al dálmata desde el suelo pensando en qué hacer.
—¿Deberíamos ayudarlo? —preguntó Skye mirando al dálmata con duda.
—Aún no está tan enredado... —dijo Chase mirando a Marshall atentamente—, pero supongo que deberíamos ayudarlo antes de que empeore su situación, ¿subes tú o yo?
—Mmmm, la escalera es muy chica como para que dos trabajen en ella al mismo tiempo en eso, talvez deba usar mis alas —pensó Skye en voz alta.
—Intentaré subir y ayudarlo, si no puedo te lo dejare a ti, ¿estás de acuerdo? —preguntó Chase.
—Claro, ve ayúdalo —dijo Skye sin apartar la mirada de Marshall.
—Amigos, ayuda... —dijo Marshall intentando quitarse unas luces.
—Tranquilo Marshall, ya voy —dijo Chase estando a punto de subir por la escalera del camión de bomberos hasta que...
—Mami, mami, mira, son Chase y Skye, ¿no son lindos?, ¿puedo tomarme una foto con la parejita?, por favor... —le preguntó una niña pequeña a su mamá poniendo unos ojos suplicantes.
Una mujer y su hija iban caminando por la plaza hasta que la pequeña se percató de la presencia de los cachorros. Tal parece que la idea de tomarse una foto con Chase y Skye ahora que todos saben que son pareja le emocionaba mucho a la niña.
—Bueno, qué tal si les preguntas Sara —le respondió la mamá a su hija.
—¿Puedo tomarme una foto con ustedes?, por favor... —suplicó la pequeña Sara mirando a la pareja de cachorros con ojos suplicantes.
Chase y Skye se quedaron mirándose entre sí un momento pensando en qué responderle a la niña.
—Bueno... —dijo Chase sin estar seguro.
—Por supuesto ternura —respondió Skye dándole una sonrisa a la niña—, solo danos un momento, estamos ocupados con algo, o podrías tomarte una foto solo conmigo si quieres.
—¡No!, ¡quiero una foto con los dos! —dijo la niña haciendo un puchero—, ¡por favor!, ¡por favor!, ¡por favor!, ¡por favor!, ¡por favor!, ¡por favor!, ¡por favor!...
—¡De acuerdo! —dijo Chase llamando la atención de la pequeña y bajando del camión de Marshall—. ¡Dame un momento Marshall!, ¡no tardo!
—¡No me iré a ninguna parte! —dijo Marshall aún enredado y solo pudiendo observar la escena desde arriba de la escalera.
—Muy bien pequeña, qué tal si te pones entre Skye y yo para tomarnos la foto, ¿qué dices? —dijo Chase buscando ser amable con la pequeña, mientras volvía a lado de Skye.
—¡No!, ¡quiero que ustedes dos se abracen!, por favor... —dijo la pequeña Sara, suplicando con una tierna expresión.
—Alguien aprendió demasiado bien la palabra mágica —pensó Chase quien solo suspiró profundamente y aceptó.
—Muy bien, ven Skye... —dijo Chase mientras estiraba una pata hacia su novia, indicándole que se acercara más a él para poder abrazarla.
Chase y Skye solo se abrazaron y acurrucaron juntos como normalmente lo hacen. La pequeña Sara estaba encantada con el gesto de los cachorros y solo se puso detrás de ellos y posó para la foto con una linda sonrisa, rodeando a Chase y Skye con sus brazos para abrazarlos mientras su madre tomaba varias fotos de la linda escena con su celular.
Una vez que la mujer tomó las fotos, la niña corrió de regreso con su mamá para poder verlas.
—¡Son tan lindos! —gritó la pequeña Sara emocionada y abrasando el teléfono como si de un peluche se tratase.
—¿Cómo se dice cariño? —preguntó la mamá a su pequeña hija.
—¡Gracias! —dijo la niña emocionada antes de volver con Chase y Skye para darles otro gran abrazo.
—Cuando quieras dulzura —dijo Skye mientras la niña los abrazaba.
Después de eso, la mamá y su hija solo se alejaron caminando, despidiéndose profusamente de los cachorros. Chase y Skye se despidieron igual.
—Bueno, eso fue lindo —dijo Chase mostrando una sonrisa.
—Y que lo digas —respondió Skye recargando su cabeza en Chase de nuevo.
—¿Disculpen...?, ¿podrían...? —dijo una voz detrás de los cachorros, quienes voltearon su mirada hacia atrás para ver quién los llamaba y terminar encontrándose a un adolescente acompañado de una chica, ambos mostrando sus celulares en la mano.
Chase y Skye solo volvieron a mirarse entre sí de manera sutil con extrañeza.
Pasaron varios minutos y, en ese tiempo, una fila con personas de todas las edades se había formado frente al árbol de navidad, todos buscando tomarse una foto con la que tal parece era "la pareja del momento". Chase y Skye no podían creer el número de personas que querían una foto con ellos como pareja, al principio se sintieron alagados, pero después de un rato estaban comenzando a fastidiarse de esto.
—¡Enserio todas esas personas quieren una foto con ellos! —dijo Zuma en un tono molesto, mirando la escena sentado en una banca a unos cuantos pasos de la fila. El labrador estaba un poco molesto ya que, a pesar de que hace un rato se acercó al grupo de personas, nadie pidió una foto con él.
—¿Estás celoso? —preguntó Rocky quien estaba sentado a su lado.
—¡¿Celoso?!, ¿yo?, ¡claro que no! —dijo Zuma cruzando las patas y mirando al suelo.
—¿Enserio estás molesto?, no es para tanto Zuma, la gente nos pide fotos de vez en cuando —dijo Rocky intentando reconfortar al labrador.
—¡No estoy molesto!, ¡y tampoco estoy celoso! —dijo Zuma en un tono obviamente molesto, a lo que recibió una mirada sutil de Rocky—. Bueno... puede que sí esté un poco celoso, ellos dos siempre han sido los más populares, y volverse pareja solo los volvió más populares..., no es justo.
—¿Te molesta que Chase y Skye sean populares? —preguntó Rocky con preocupación.
—Sí... bueno... no..., no es que me moleste..., no lo sé... —dijo Zuma reflexionando un poco.
—Zuma... ¿qué te molesta amigo?, solo quiero ayudar —dijo Rocky de forma calmada y poniendo una pata en el hombro de su amigo en señal de apoyo.
—Creo que ese es mi problema..., no lo sé... —dijo Zuma bajando la mirada—, no es como que tenga derecho a estar enfadado con Chase y Skye, ellos nunca me han hecho nada malo, son buenos amigos, todos somos buenos amigos. No he sido yo mismo últimamente, no tengo razones para molestarme, pero... ¿por qué me siento molesto?
—Zuma... yo... bueno... no, olvídalo, lo siento, no tengo idea de qué decirte amigo —dijo Rocky sin saber como ayudar al labrador.
—Está bien amigo, supongo que solo estoy un poco celoso, como dijiste, no es para... ¡OH POR FAVOR!..., ¡Katie!..., ¡enserio!... —gritó Zuma después de voltear a ver a la fila de nuevo y notar que ahora era el turno de Katie, quien se estaba tomando una selfie abrazando a Chase y Skye. La chica no pudo evitar escuchar la queja de Zuma.
—¡Lo sé!..., es solo que... no tenía una foto con ellos dos como pareja y... son tan lindos cuando se muestran cariño... —dijo Katie un poco apenada dirigiéndose a Zuma después de tomarse varias fotos con unos Chase y Skye visiblemente agotados.
—¡Como si se vieran diferente! —remarcó Zuma con molestia.
—Zuma... ¿quieres que me tome una foto contigo? —preguntó el mestizo con amabilidad.
—Gracias amigo, pero ya tenemos muchas fotos juntos —dijo Zuma más calmado.
—¿Una foto más no hace daño? —dijo Rocky en un tono persuasivo.
—Supongo que no me molestaría otra foto, podemos pedirle a Katie que nos tome... ¡OH VAMOS!... —gritó Zuma de nuevo cuando vio que ahora era Rubble quien estaba posando junto a Chase y Skye mientras Katie tomaba más fotos.
—¿Qué?, yo también quería una foto jejeje —dijo Rubble riéndose tiernamente.
—Es imposible estar molesto con Rubble... —dijo Zuma a lo que Rocky simplemente respondió con un ligero asentimiento de cabeza.
Mientras tanto, desde el pórtico del ayuntamiento, Ryder solo observaba atentamente la escena protagonizada por sus cachorros.
—Mmmm... sin sorpresas aún —dijo Ryder para sí mismo pensando en voz baja.
Después de atender a todas las personas que se acercaron por una fotografía, Chase y Skye estaban agotados. Nunca esperaron tal nivel de atención de las personas del pueblo.
—Bueno..., esos fueron los últimos —dijo Skye mientras estiraba las patas—. Eso tomó más tiempo de lo que pensé, y creo que debimos cobrar las fotos.
—Sí, nunca imaginé que las personas nos vieran de una forma tan..., bueno... —dijo Chase intentando pensar en alguna palabra.
—¿Superficial?, ¿fantasiosa?, ¿cómo si fuéramos peluches? —preguntó Skye intentando adivinar sonando molesta.
—"Extraña", solo iba a decir eso —dijo Chase reflexionándolo un poco—, realmente no sabría como describirlo. Al principio fue lindo, pero después… solo me sentí como una atracción turística.
—Y que lo digas —dijo Skye de forma cansada—, solo quiero volver a casa por hoy.
—Yo también, pero aún no terminamos aquí —dijo Chase—, todavía tenemos que preparar el árbol para que lo lleven a reciclar y..., espera..., ¿no estábamos haciendo otra cosa antes de las fotos?
—¡¡¡Aaaaaggg!!! —se escuchó un fuerte grito después de un estruendo.
Todos los cachorros voltearon su mirada al árbol solo para encontrarse a un Marshall completamente enredado en las líneas de luces y colgando boca abajo, solo sostenido entre las ramas por las mismas luces.
—¡¡¡Marshall!!! —gritó Skye con pánico.
—¡Rayos!, ¡nos olvidamos de Marshall! —dijo Chase en voz alta sonando asustado.
—¡Estoy bien!... creo... ¡¡¡SÁQUENME DE AQUÍ!!! —gritó Marshall desde su incomoda posición.
—No te preocupes Marshall, yo te bajo —dijo Ryder trotando para acercarse al camión de bomberos.
—No puedo creer que también me olvidara de Marshall —pensó Ryder con cierta culpa.
Justo antes de que Ryder subiera al camión de Marshall para trepar por la escalera, se escuchó el inconfundible sonido del comunicador de Ryder recibiendo una llamada.
—Oh, dame un momento Marshall —dijo Ryder mientras tomaba su comunicador para responder la llamada—, diga... habla Ryder.
Alcaldesa Goodway: ¡¡¡RYDER!!!, ¡TE NECESITO DE INMEDIATO!, ¡ES UNA EMERGENCIA!
—Cálmese Alcaldesa Goodway, dígame ¿qué sucede? —preguntó Ryder con una voz calmada.
Alcaldesa Goodway: ¡ES GALLILETA!, ¡ESTABA A MI LADO HACE UN SEGUNDO Y YA NO ESTÁ!
—Oh..., cálmese alcaldesa, y dígame, ¿dónde está? —preguntó Ryder con cierta frustración.
Alcaldesa Goodway: ¡¡¡NO LO SÉ!!!
—¡No!, me refiero a… ¿dónde está usted ahora? —preguntó Ryder con cierto fastidio.
Alcaldesa Goodway: Oh..., estoy en la casa de mi familia, ven rápido Ryder, ¡por favor!
—No se preocupe alcaldesa, ¡no hay una gallina lo suficientemente perdida para los PAW Patrol! —dijo Ryder con cierta efusividad antes de colgar la llamada—. ¡Cachorros...! vamos a buscar a Gallileta otra vez.
Todos los cachorros gimieron con molestia antes de trotar detrás de Ryder rumbo a sus vehículos, todos sin mucho animo, como si ninguno tuviera ganas de atender esta "emergencia".
—¿Amigos...?, ¡ayuda!, ¡sigo aquí! —suplicó Marshall aún enredado y colgando del árbol.
—Lo siento Marshall, ahora te bajo —dijo Ryder corriendo de regreso a donde estaba Marshall con el resto de los cachorros siguiéndolo de cerca.
