NOTA DE LA AUTORA: Estimados, ¿Cómo están? Espero que se encuentren de lo mejor y hayan pasado un excelente día de muertos y Halloween. Bien, aquí estoy reportándome. Perdonen la demora, pero he estado algo ocupada entre mis actividades de mi vida común y corriente, además de que tengo muchas deudas en FF, debo actualizaciones de varias historias, añadiendo a otras nuevas que estoy ideando :). Basta de charla y al episodio.
Antes de empezar, como todo episodio, doy las gracias a mi beta y directora creativa, a mi querida GeishaPax, que como siempre digo, sin ella esta historia no sería posible. Muchas gracias, hermana. Te quiero.
Sin más, ¡a leer!
GeishaPax: Hermana creo que esta historia debe de avanzar un poco más rápido, pero ya sabes, soy lenta para actualizar. Guardemos los spoilers, se viene lo mejor 3:) Abrazos no balazos.
Xaori: ¡Hola! Gracias por el review, vaya, odias a las chicas, creo que cumplí mi cometido ya a Leon le tocará descubrir si podrá sostener una farsa o la farsa se adueñará de él, ¿no crees? Se vienen cosas más interesantes, espero te agrade la actualización.
PikachuFan18: ¡Hola! "Dios es el que ayuda y el Diablo es tu suegra" jajajaja que buen dicho, y no lo conocía, pero, definitivamente aplica para Claire. No daré spoilers, ustedes lo verán. Te mando un abrazo.
La Luz de Orion: ¡Hey! Creo que fuiste el único que notó la discreta pero importante partcipación del hermano Kennedy, no voy a spoilear, pero él será pieza importante en la trama. ¡Saludos!
BelleRedfield: ¡Hola! Muchas gracias por tus comentarios, en verdad son un halago para mí y una motivación para seguir con esta pasión que es la escritura. Espero disfrutes el capítulo de hoy.
manu: Mi estimado, no te preocupes, aquí estoy. Demoré un poco pero ya estoy reportándome de nuevo. Ahí te van las respuestas. Especial de Hallowen pues no voy a hacer pero por ahí estoy preparando un relato de día de muertos, no será romance, más bien será del género fantástico y aventura, no puedo adelantar más. Especial de Navidad igual es probable que prepare algo, no te impacientes. No soy muy buena haciendo lemmon, te soy sincera, la escritura erótica no se me da bien, y respecto a "Juego de Villanos" que es la historia que me relatas pues bueno, una amiga escritora muy querida para mí, mi querida hermana Zhines fue quien me ayudó a relatar ese fic, porque en verdad soy mala con ese tipo de escritos, y fue ella quien supervisó mi trabajo y me auxilió en gran parte con el lemmon, que fue un regalo para otra amiga que quiero mucho Addie Redfield. No te puedo prometer nada con respecto a ese tipo de textos. Respecto a tu propuesta de que tu dejas la idea en un review y yo la desarrolle, temo que debo rechazarla porque en verdad estoy cargada de trabajo y no soy afín a esa manera de elaborar fics. Insisto en que registres una cuenta en FF y escribas tus propios relatos a tu gusto, es cuestión de que te animes y principalmente de que practiques con tu escritura; leas mucho, revises tu dicción, sintaxis y sobre todo ortografía. Si empiezas por practicar escribiendo algo en un cuaderno o en un documento de word en la computadora, llegará el día en que te guste lo que escribes y te animes a publicarlo. Pero recuerda, un escritor antes que escribir para los demás, escribe para sí mismo. Si te convences a ti mismo que puedes lograrlo, créeme vas a lograrlo, sólo es cuestión de decisión y constancia. ¿Vale? Jill y Carlos es una pareja que me agrada, junto con el videojuego de RE3 creo que es uno de los mejores, quizás escriba algo al respecto de ellos en un futuro. Respecto al remake de RE2 pues pienso que es una buena oportunidad para que las nuevas generaciones sigan la saga, ojalá todo salga bien. Ada es un buen personaje y sí está a la par de HUNK en cuanto a habilidades y fuerza, en eso coincido, salvo que él es un mercenario y ella una espía. Ada, independiente de la presunta relación que tiene con Leon, es un buen personaje, misteriosa con mucha tela de donde cortar para escribir sobre ella, prácticamente es un lienzo en blanco, pienso que pueden sacar mucho provecho de ella. No me gusta el yaoi y siempre he creído que un escritor debe escribir algo que le gusta ya que de lo contrario la historia no sale bien y bueno Jake y Piers son dos personajes que me gustan bastante, sobre todo Jake, pero lo de involucrarlo con Piers, no me gusta la idea. Lo siento. Trataré de echarle un vistazo a la historia que me recomiendas anque como te digo, ya no tengo mucho tiempo libre. Y bueno si te gusta Devil May Cry, pon atención a Joey Kennedy, te llevarás una sorpresa. ;) Espero te guste el capítulo.
"ACCIDENTALLY IN LAW"
Por Light of Moon 12
CAPÍTULO 6: UNA JAULA DE ORO
La pelirroja contemplaba su nueva alcoba que consistía en un espacio grande con recámara, baño completo, una sala de estar y una terraza con balcón que daba vista al precioso jardín trasero, donde estaba la enorme piscina.
—Pedí que tu habitación fuera ésta, por la luz y la vista al balcón. —Mencionó el rubio que ingresaba a la habitación de su prometida.
—¿Esto es para ti una habitación? ¡Tiene el tamaño de cualquier departamento en los suburbios de Manhattan!
Leon se encogió de hombros.
—Nunca me gustó este estilo de vida. —Respondió para después dejarse caer en la cama king size.
Claire se acercó sentándose en la orilla de la cama mientras él permanecía con los ojos cerrados.
—Creo que va a ser difícil que tu familia me acepte. —Dijo mientras daba un suspiro hondo.
—Se acostumbrarán. Esa fue la razón por la que me fui de aquí, quieren ordenar y decidir por la vida de los demás.
La pelirroja se quedó callada. A pesar de estar dispuesta a realizar y participar en todo este teatro por el cariño que sentía por su mejor amigo, esto le estaba resultando difícil.
El ex Policía al notar su expresión seria se sentó al lado de ella y la abrazó por los hombros.
—Gracias por todo lo que estás haciendo, Claire. Nadie había hecho algo así por mí.
La menor Redfield se recargó en su pecho y se dejó abrazar por él.
—Sé que tú harías lo mismo por mí.
Y era verdad, los sentimientos entre ambos sobrevivientes de Raccoon City eran profundos, el lazo que los unía desde aquella noche de 1998 era inquebrantable.
—Leon, ¿qué lugar tenía en tu vida Stacy Watson?
Vaya que Claire Redfield era intuitiva. Había querido evitarse ese tema de ser posible, pero la chica siempre estaba un paso adelante.
—¿Por qué lo preguntas?
—Además de que no dejaba de mirarme con arrogancia y desdén, pude sentir que al parecer esa mujer estaba celosa de mí. —Soltó sin reparos la de ojos azules.
El agente dio un suspiro.
— ¿Segura que quieres saberlo?
—Si no fuera así, no preguntaría.
Se tomó unos segundos para responder y finalmente habló:
—Stacy Watson como ya sabes, es hija de unos accionistas de la empresa. Los socios mayoritarios y fundadores de la empresa son Johnson y Kennedy, pero además hay otros dos accionistas más en porcentajes minoritarios, ya sabes, por mera cuestión legal más que nada, y esos son los Merkel y los Watson que son los padres de Stacy. ¿Por qué te digo todo esto? Porque Stacy era mi novia antes de marcharme a Estados Unidos a hacer mi carrera de Policía.
La motociclista enarcó una ceja, ya imaginaba algo así pero no dejaba de sorprenderla.
—Lo suponía. Y me imagino que tu familia la aprobaba.
—Mi madre estaba conforme porque es muy amiga de Emily Watson, la madre de Stacy, y Julia también estaba de acuerdo porque convenía a los intereses de la empresa.
—Se nota que tu hermana es una apasionada de los negocios de tu familia. —Observó la mujer que notaba el comportamiento obstinado de la menor de los Kennedy.
—Quiere ser la sucesora de papá a como dé lugar. —Explicó cruzándose de brazos. —Tiene una especie de "obsesión" con ser una de las empresarias más reconocidas y exitosas del mundo, ya sabes su sueño es aparecer en una portada de Forbes, Fortune, Harvard Business Review… Pero esa meta la lleva a competir directamente conmigo, que por "políticas" —comentó haciendo énfasis en esa última palabra, —soy el sucesor directo de papá. No es mala, simplemente es muy caprichosa y cuando una idea se le mete a la cabeza, no hay poder humano que la haga cambiar de opinión.
La hermana de Chris Redfield asintió.
—Entonces tu hermana veía con buenos ojos la relación con Stacy por mera cuestión económica.
—Prácticamente, sí.
No quería verse invasiva de la privacidad de Leon, pero si tenía que fingir ser su esposa por 365 días, quería saber al menos qué terrenos estaba pisando.
—¿Puedo preguntar por qué terminaste tu relación con ella? La verdad es que es muy guapa y más acorde a las exigencias de tu familia.
Él dio una media sonrisa.
"Si supieras." Pensó.
—Stacy es hermosa, y si, tal vez tenga cualidades que le agraden a mi madre y hermana pero… —Se detuvo por unos segundos y luego resolvió: —¡Está completamente loca!
La activista soltó una risita por la cara de fingido horror de su compañero y luego él se explicó.
—No suelo hablar mal de las mujeres, pero sabes que eres la única persona a quien le tengo la confianza de contarle todo y bueno, Stacy era insufrible. —Detalló mientras hacía muecas. —Quería tenerme todos los días con ella como su perro faldero, además de ser sumamente celosa y posesiva. Quería monopolizarme al cien por ciento y fue una situación que no soporté.
—Al parecer no pudo contra el Casanova Kennedy. —Concluyó divertida.
—No era tan mujeriego, aunque no me creas. Si tuve mis amoríos, pero Joey era el maestro de la conquista.
— ¿Tu hermano el que estuvo callado la mayor parte del tiempo? —Replicó sin poder creerlo. —Se ve bastante reservado.
— ¿Reservado? ¡Qué va! Joey era el más aclamado entre las mujeres. Era el típico chico encantador, extrovertido, caballeroso, lengua hábil que sabía cómo endulzarle el oído a una dama. Yo siempre fui más huraño y de humor más ácido.
—Oye, también eres lindo cuando te lo propones. —Dijo ella con una sonrisa.
—Al menos para ti lo soy. Ya sería el colmo no agradarle a mi esposa.
Ambos rieron por lo bobo de su comentario y siguieron platicando largo y tendido por el resto de la tarde.
Al día siguiente, después de un desayuno más tranquilo que la reunión del día anterior, Leon se marchó a una especie de "capacitación" de tiempo completo con su padre en la empresa y tanto Meryl, Stacy y Julia se marcharon al club de golf donde la matriarca participaría en un torneo conmemorativo. A pesar de ser invitada previamente por Richard Kennedy, Claire declinó educadamente la invitación ya que sabía de antemano que no era del agrado de las mujeres, además de que no entendía ni una sola regla de los juegos de golf. Así que la menor Redfield, se quedó completamente sola en la mansión junto con los empleados.
Para ser una casa tan grande y llena de actividades y comodidades, la menor Redfield se aburría como una ostra. Ya había dado cinco vueltas por el jardín y meterse a la piscina en una época fría del año no le apetecía. No había traído muchas cosas consigo, pero recordó que había empacado su iPad en una de sus maletas y que sería buen entretenimiento leer alguno de los libros en versión electrónica que tenía guardados.
Caminó hasta su lujosa habitación cuando miró a algunos empleados entrando y saliendo con varias bolsas de papel que llevaban los logos de marcas de exclusivas tiendas de moda. Entre los que alcanzó a distinguir miró los nombres de Christian Dior, Valentino, Giorgio Armani, Versace, y Carolina Herrera.
—¿Qué está pasando? —Preguntó contrariada a uno de los empleados.
—Estamos ordenando su nuevo guardarropa.
— ¿Mi, qué...?
— ¿Prefiere que coloquemos todas las prendas en el armario o que acomodemos la mitad en el vestidor?
— ¿Hay un vestidor ahí adentro? —Preguntó sorprendida ya que no lo había notado.
—Naturalmente. —Respondió con amabilidad el empleado doméstico. — ¿Quiere supervisar personalmente dónde será acomodada toda su ropa?
—No, donde sea está bien. —Repuso enseguida para después preguntar. — ¿Puedo saber quién ordenó mi nuevo guardarropa?
—Fue una orden de la señora Meryl.
Ya lo entendía todo. Claire jamás estuvo acostumbrada a este tipo de vida y atenciones donde hubiera gente a su servicio que hicieran todo por ella y su suegra trajera todo un arsenal de ropa nueva exclusivamente para ella. Era evidente que a la matriarca de la familia no le había gustado para nada su manera de vestir, pero había decidido que vería el lado amable de las cosas y trataría de darle gusto a la madre de Leon.
—Bueno, sólo quería tomar mi iPad que estaba en una de mis maletas. —Explicó.
— ¿Quiere que la traigamos? —Preguntó el sirviente entre ademanes.
—No, no, puedo hacerlo yo. —Negó de inmediato para caminar hacia la maleta que estaba cerca de su cama para tomar el aparato electrónico y marcharse.
La mujer estaba abrumada. Siendo desde muy joven una persona independiente que resolvía sus problemas sola no le cabía en la cabeza la idea de que podía haber gente que no estuviera acostumbrada ni a abrocharse los zapatos por sí misma. Decidió alejarse del rango de visión de los trabajadores de aquella casa llevándose su iPad en las manos.
Mientras tanto, Joey Kennedy el brillante abogado y representante legal de Chambéry Inc. regresaba a casa de mala gana debido a un par de documentos que había dejado la noche anterior en su estudio y tuvo que volver a recogerlos para continuar con su jornada laboral.
—Esto no habría pasado si no me hubiera quedado de mirón en medio de la discusión de Leon y Julia. —Murmuró bajito mientras entraba a su estudio y buscaba los contratos de prestación de servicios de las modelos para el nuevo comercial de la compañía.
— ¡Bingo! Sabía que los había dejado aquí. —Dijo cuando encontró sus contratos en medio de una carpeta azul que descansaba en el escritorio.
Salió de la oficina tan rápido como entró para ir de regreso a la empresa, cuando en el pasillo vio a la lejos a la distraída Claire Redfield que cargaba algo entre sus manos. El litigante se debatía a sí mismo sobre si debía o no acercarse para entablar una pequeña conversación con su futura cuñada, pensando que esta era la ocasión perfecta para hablarle, ya que no había más de la familia en casa. Pero por un momento resonaron en su cabeza las amenazas de Julia que se había dado cuenta de su particular interés en la pelirroja. Analizando todas las posibilidades al final la tentación se volvió irresistible.
—Hola. —Saludó acercándose lo suficiente al sofá donde se había acomodado la motociclista retirada para leer.
La interpelada levantó su vista de la pantalla de su aparato para voltear a mirar al hermano de su prometido.
—Hola. —Le contestó con cortesía.
—¿Qué haces? —Preguntó con interés en ánimo de iniciar una conversación casual. —¿Revisando tus redes sociales?
La menor Redfield le contestó con una sonrisa.
—No. No soy muy fan de las redes sociales. Estoy leyendo.
—¿Qué lees?
—Los Miserables.
El castaño la miró sorprendido. Recordaba ese clásico de Víctor Hugo de sus tiempos en la Facultad de Derecho donde en la clase de "Filosofía del Derecho" su anciano profesor los había obligado a leer y a realizar un ensayo de veinte cuartillas sobre la obra. Al final le había resultado tedioso demasiado sufrimiento por parte de Jean Valjean, Fantina, Cossete y compañía y tantas páginas en letras pequeñas.
—Wow, te gustan los dramas antiguos. —Comentó él en afán de sonar agradable.
—Soy fan de los clásicos, y "Los Miserables" me gusta bastante, creo que es una manera muy poética de reflejar el dolor de una vida en lucha constante.
—No pareces una mujer que sufra.
—Ni tú un hombre extrovertido. —Soltó cruzando una pierna sobre la otra.
Vaya, la mujer era perspicaz y no parecía tener miedo de ser transparente con su opinión, rasgo muy característico de los de su clase.
—¿No? ¿Qué impresión te he dado entonces?
—A decir verdad pareces un hombre reservado, que habla poco y se guarda opiniones.
Joey sonrió malicioso y se sentó en el sillón de junto.
—Vaya, creo que te has hecho a la idea de que soy un tipo aburrido y mojigato.
—Yo no dije eso. —Repuso ella enseguida.
—Creo que te dí una impresión equivocada respecto a que ayer casi no solté palabra durante parte de la comida y la cena. Así que, ¿qué te parece si borramos ese día de nuestras vidas y empezamos de nuevo? —Propuso con una media sonrisa y extendiendo la mano. —Soy Joey Kennedy.
Claire le dio una mirada escrutadora, al parecer Leon no se había equivocado y su hermano era un tipo encantador cuando se lo proponía. Pero ella ya estaba en sobreaviso.
—Claire Redfield. —Respondió extendiendo la mano para saludar.
—Claire, encantado. Cuéntame de ti, ¿a qué te dedicas? ¿estudiaste una carrera? ¿cuáles son tus hobbies?
La pelirroja sintió que por las preguntas de su cuñado estaba en medio de una entrevista de trabajo, así que decidió cambiar la jugada.
— ¿Qué te parece si primero me hablas de ti?
—Yo pregunté primero, las damas primero. —Reiteró.
—Insisto.
El castaño se cruzó de brazos y suspiró, la mujer que tenía enfrente además de todo, era tozuda.
—Soy Joey Kennedy, soy abogado, estudié leyes en Fráncfort, Alemania, me especialicé en Derecho Corporativo e Internacional, actualmente soy el representante legal de la Compañía y me gusta el vino tinto, practico beisbol y futbol soccer, y soy fan del pastel casero de zanahoria.
—Tienes un buen currículum, abogado. —Felicitó la ojiazul.
—¿Ahora me hablarás de ti?
—Soy Claire Redfield, estudié en la Universidad de Michigan, que estaba afiliada a la Universidad de Raccoon, en la Facultad de Artes. Terminé la licenciatura en Bellas Artes especializándome en música, teatro y danza. Nunca pude ejercer debido a que me dediqué de lleno a mi papel de activista en Terra Save, después de lo sucedido en Raccoon City. —Detalló encogiéndose de hombros.
—Raccoon City, una verdadera tragedia. —Mencionó para sí mismo y añadió: — ¿En verdad has dedicado tu vida al activismo social?
—Sí, desde los veintiuno me dedico por completo a esto, específicamente a atender a las víctimas del bioterrorismo. Después de vivir de cerca esos horrores causados por la ambición del hombre, es difícil quedarse indiferente.
—Creo que eres muy noble, Claire. —Comentó sincero el hermano de Leon, ya que la mayoría de las mujeres con las que se rodeaba buscaban la fama y el reconocimiento para beneficio propio y le parecía poco común encontrar a alguien que fuera capaz de dedicar su vida a ayudar a otros por mero altruismo.
—Gracias, sólo hago lo que creo que es mi deber.
Después de platicar unos minutos más Joey Kennedy se retiró de regreso a la Compañía para volver al trabajo manejando su lujoso Ferrari deportivo. Durante todo el trayecto, pensó en la conversación que había tenido con la pelirroja.
Sin duda, era una chica distinta. Era lista, agradable, educada, un estuche de monerías, no le quedaba ninguna duda del por qué su hermano había puesto sus ojos en ella. Hizo una mueca ante este último pensamiento y siguió manejando, esperaba que con el tiempo pudiera entablar una bonita amistad con su futura "cuñada", aunque, al final quizás sería más complicado de lo que imaginó.
