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The New Girl

Entonces, fue en ese momento donde Sasuke entendió la conmoción

Hinata Hyūga era muy atractiva.

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Capítulo 22:

La cabaña era mucho mas impresionante en persona que en la presentación de Ino, y eso que ella había hecho un buen trabajo, era viernes y a las chicas viajaron juntas en el auto de Tenten que tenía un SUV bastante cómoda. Sasuke y ella estaban en un punto raro de su... bueno la interacción. La noche anterior parecía que el Uchiha quería comentarle algo. Se habían reunido en un parque de niños, para fastidio del chico pero que le gustaba mucho usar el columpio mientras podía.

—¿Irás mañana?— preguntó ella contenta.

El asintió sentado en el columpio de al lado.

—Ino está muy emocionada.— dijo ella. —Tenemos outfits coordinados y todo para su gran día,— río al recordar las ideas de la rubia mientras ponía sus manos en jarras para enfatizar su punto.

—Tú...— lo vio dudar mirando hacia un punto inexistente. —¿Irás con alguien?

—Sí, Tenten nos llevará a nosotras.— dijo ella.— Y, ¿a ti?

—Kiba nos vendrá a recoger,— le dijo, su postura se puso rígida. —Te acompaño a casa.

Luego de eso no dijo mucho, ni siquiera le dio un beso como solía hacerlo.

Una vez en el presente, miró hacia el Uchiha, la verdad era que no había sabido de él desde aquella noche. Cualquier relación que tuviese ahora mismo estaba precaria.

—Hinata ¿que haces?— susurro Tenten. —Tenemos que tomar la mejor habitación.

Ella asintió y despues de Ino y Sai se entretuvieran con unos detalles en el ventanal. Según tenía entendido Shikamaru vendría mas tarde ya que iría a buscar a su novia, tenía entendido que vendría acompañada por sus hermanos, lo bueno de eso es que habían habitaciones de mas, pero segun Tenten podían tener la tercera mejor habitación.

—Wow esta habitación es divina,— comentó cuando vio una habitación con ventanales hacia la maleza de color crema con dos camas que se veían mullidas, la decoración sencilla pero con gusto. No sabía como eran las habitaciones principales, pero la vista hacia las montañas les parecía mágicas.

Pusieron sus cosas, y las acompadaron a su gusto. —Sakura-san ¿vendrá?

—No, al saber que habrán habitaciones libres se quiso ir a quedar sola.

—Ah ya veo.— Era un alivio escuchar eso, no había compartido palabras con ella desde el suceso en la biblioteca hace casi tres semanas. En clases que compartían procuraban no trabajar cerca, mucho menos en las prácticas de porrismo. Sin duda estuvo en alerta cuando quedaba sola en la casa de Ino mientras planeaba esta escapada, pero de la misma manera que ella no tenía interés en compartir mas tiempo del necesario al parecer Sakura estaba en la misma línea de pensamiento.

—Acá entre nos,— Tenten llamó la atención mientras guardaba un traje de baño. La cabaña traía un sauna, cosa que encontraban bastante relajante. —Me alegra que Sakura no se quedara con nosotros.

—Y ¿eso por qué?— preguntó la Hyūga guardando sus unos tres pares de zapatos en el armario de la habitación, decidió usar el lado izquierdo.

—No me malinterpretes, no quiero hechar chisme, pero la verdad es que Sakura es un poco intensa...— dijo ella.

—Sí, lo he notado,— admitió ella.

—Antes era mucho peor,— compartió.—Eres la chica nueva, pero antes era una acosadora de lo peor, seguía a Naruto y a Sasuke por todos lados, y amenazaba a cualquier chica qque hablara con ellos, bueno mas con Sasuke. Sinceramente me sorprende que él no le haya puesto una orden de alejamiento,— río.

—Yo me guardo lo que pienso de ella.— puso su cepillo en un espacio de la coqueta. —He decidido tratarla de lejos, — contempló contarle lo que pasó, pero de tal manera que lo ha guardado de su primo, de sus mejores amigos, y luego de su... bueno de Sasuke.

Trató de no pensar en él, al darle un vistazo a su celular, no había recibido un mensaje de aquella persona que estaba ocupando sus pensamientos.

—Es lo mejor.— se estiró,—Me pregunto si no sería muy imprudente usar el sauna ahora, estoy cansada.

—Creo que a Ino no le molestará, estuviste conduciendo por casi seis horas.— decidió Hinata.— ¿Por que no vas? Probablemente lo tendrás para ti sola, todavía estaremos desempacando.

—Buena idea,— sonrió Tenten quien buscaba de nuevo su bikini anaranjado y se metía al baño de la habitación para cambiarse.

Hinata decidió salir para ir hacia la sala de estar, podía escuchar la voz de las demás personas, suponía que estaban acomodando sus cosas. Se encontró con Kiba y Shino quienes al parecer estaban mirando la casa.

—Es enorme, creo que me tomaría mínimo seis salarios mensuales quedarme los tres días aquí,— exclamó Kiba quien se maravillaba cada vez mas gracias a los rincones de la cabaña de lujo en la que se hospedarían por ese fin de semana.

—Kiba no seas tan común,— regañó el Aburame, aunque no podía culparlo. Él tampoco se imaginaba que tuviera la oportunidad de quedarse en un lugar así.

—Hola, chicos,— saludó Hinata que se tiraba en el sillón con ellos.— Me encantan esos ventanales, siento que es mucho mejor que ver la televisión.

—Sí, lo malo es que es en Iwa, aquí llueve por todo,— se quejó Kiba,—Quería ir al lago,—

—Creo que tendremos oportunidad de ir mañana,— compartió Hinata, despues de todo casi en contra de su voluntad sabia la agenda en la que serían regidos por los siguientes días.

—Espero que haya buen clima, — deseó el Inuzuka,—Eres mi equipo para hacer las guerrillas eh Hina.—

La Hyūga compartió una risa, —Por supuesto,— dijo.— Shino ¿cómo va tu investigación?

—Todavía ando haciendo pruebas, pero es posible que encontremos una nueva especia mutativa, mi padre está haciendo un escrito para publicarlo el año que viene,

—Wao, eso suena asombroso, estás haciendo historia.— Del grupo ellos Shino era él mas callado, pero cuando prestabas atención y realmente estabas interesado, Shino tenía muchas historias interesantes que contar.

—Me alegran que estén aquí,— dijo ella pasando sus brazos por los hombros de sus mejores amigos.

—La vamos a pasar de pelos,— exclamó Kiba.

—Siempre con las referencias de perro,— mururó el Aburame para fastidio de Kiba.

Hinata soltó una risotada.


Sasuke miraba a Hinata desde la parte de arriba, donde había un balcón interior que daba vista a la sala de estar y parte de la cocina. Se preguntaba cuando podría él hacer que ella se riera de ese modo. Sabía que había sido algo infantil que se fuera en silencio desde ayer en la noche, pero mas que estar frustrado con ella, estaba frustrado consigo mismo. ¿Por qué no era mas valiente para con ella? Quería mostrar mas iniciativa, tomarla de la mano, pasearla como suya enfrente de sus amigos... pero por algún motivo se cerraba.

Ni siquiera podía llamarla su novia, por que no se lo había preguntado formalmente. Y justo ayer quería venir a Iwa con ella, pero al saberse con planes, volvió a cerrarse como una almeja.

En la privacidad de su mente, admitía que le gustaba tanto. Había aprendido de ella que le gustaba caminar en las noches, tal como a él. Cocinaba cuando estaba estresada, su hermana menor era su persona favorita en el mundo, sabía tres idiomas, y lloraba con las películas de niños.

Le gustaba tanto, y se sentía torpe por que la verdad era que no se sentía a la altura de una chica como ella. Nunca en su vida se había sentido inseguro; estaba en una encrucijada, sin duda.

—Oye, teme...— una mano se puso en su hombro sacandolo de su línea de pensamientos. —¿Quieres ir a jugar en el billar en la sala?

—¿Quieres apostar?— preguntó con una sonrisa ladina.

—Qué— la sonrisa zorruna del chico rubio se frizó. —No tengo dinero.

—Si no comieras tanto ramen, tendrías algo.— le recordó.

—Eh pero eso es una buena inversión...— dijo.—Eh... ¿que estas mirando?— se fijó en el trío en la parte de abajo. —¡Oe! Kiba, Shino... Hinata— movió la mano llamando la atención de los chicos.

Estos miraron hacia arriba, y saludaron a su manera.

Hinata conectó mirada con el pelinegro, sin embargo Sasuke recordando lo que estaba pensando rompió contacto. Sus manos apretaron el barandal en frustración. —Vamos a jugar dobe,— dijo y desapareció hacia la sala de juegos.

La chica sintió su estomago caer ante esa interacción. ¿Qué le estaría pasando? ¿Debería buscarlo y hablar con él? Quizás estaba pasando por algo... muchas incognitas le pasaban por su cabeza.

—Hina...—llamó Kiba. —¿Estás bien?

Miró hacia su izquiera y Shino le estaba preguntando lo mismo con su expresión. Se peinó el flequillo para ayudarle a aparentar normalidad antes de contestar.

—Claro, lo siento,— dijo,—Creo que el viaje me cansó mas de lo esperado.

—Ah, pues por que no te recuestas,— sugirió el Inuzuka.

—Opino lo mismo, ¿por qué? No solo Neji se preocuparía por ti si algo te pasara...

—¡Ay chicos! Que exagerados, estoy bien,— sonrió como sin con eso podría aclarar su punto. —Tengo que irme,— dijo poniendose de pie. —Le prometí a Ino que cocinaría con Chouji una cena de bienvenida.

—Que bien,— Kiba pasó sus brazos detrás de su cabeza en posición cómoda. —Oíste eso Shino, hoy cenaremos rico.


Dos horas luego, Chouji y ella le daban los últimos toques a la comida que unos minutos podría servir. El comedor era un poco grande, casi como para quince personas. Lo cuál era espacio suficiente para que todos se sentaran cómodos. Le encantaba cocinar, pero mas le gustaba compartirlo con una persona que fuera amante a las artes culinarias como Chouji.

—Chouji-san, creo que sería un buen chef.— halagó limpiando un plato.

—¿Eso crees?— preguntó el chico. — No lo sé, estoy mas interesado en comer.

Hinata rio ante el comentario.—Bueno, creo que un buen chef ama la comida, y tú sin duda tienes un buen aprecio.

—Hm...— pareció pensarlo.—Me tienes que enseñar como hacer esta focaccia, se ve deliciosa.

—Solo si me enseñas a hacer la salsa de tomate para la lasaña.

—Trato hecho.

El menú que decidieron fue de este modo. Optaron por hacer lasaña, foccacia, unos aranchinis como aperitivos, y un tiramisú que Hinata estaba terminando para ponerlo en el refrigerador. Ino le había dicho que le encantaba la comida italiana, por suerte era una de las más deliciosas y del agrado de la mayoría de los paladares. Tener la ayuda de Chouji había sido sin duda una buena camadería y habían compartido muy buenas conversaciones, y delantares manchados.

—¿Cómo estan mis chef preferidos?— Ino apareció con un vestido color ciruela brillante, un poco escotado y corto, mostrando lo linda que era la Yamanaka.

— Estamos casi terminado.— le dijo Chouji a su amiga de infancia.

—Que bueno tengo hambre, pero solo por que es mi cumpleaños comeré todos los carbohidratos que se me antoje.

—Cuidado que si pareceras una cerda.— Sakura apareció con el vestido parecido al de Ino solo que este era de color verde.

Suponía que ese día todas tenían que vestirse igual. Su vestido esperaba, aunque honestamente le hubiese gustado quedarse con su short y blusa, pero no podía hacerle el desaire a su amiga, habrían fotos envueltas para el social media de Ino, y bueno era su cumpleaños, era divertido y quería complacerla.

—Ya quisieras frente,— molestó la rubia.—Hinata haz hecho demasiado, yo le digo a los chicos que pongan la mesa.— sonrío de manera amable.

—Déjame preparar la ensalada y subo a prepararme.— pidió la Hyūga.

—Vale, pero no demores mucho que queremos hacer unas fotos,— le dijo.

—Hinata, yo me encargo,— le dijo amablemente Chouji.

—¿Seguro? No quiero darte mucha carga.— dijo apenada.

—Tranquila, hiciste la pasta, la focaccia y el tiramisú,— enumeró.— Creo que cortar lechuga no será mucho problema.

Asintió dando sus gracias a lo que se quitaba el delantal, y lo dejaba colgando donde lo había encontrado. Al subir la escalera se encontró de frente con Naruto.

—Ah, Hola Hinata...— saludó el Namikaze.

—Hola Naruto-kun,— dijo ella.

—¿Como haz estado? No hemos tenido tiempo de hablar.— comentó nervioso.

—Sí, lo siento, he estado un poco ocupada con todo,— dijo,—Además, estuviste suspendido.— eso último lo dijo quedito.

—Ah si, es cierto.— se avergonzó al recordar ese suceso, por un tiempo le daba pena hablar con Hinata. Se conocían desde niños no quería que pensara que era un salvaje, que todas sus confrontaciones terminaban en pelea. Hinata era de esas personas que no quería decepcionar nunca en la vida.

Sobretodo sabiendo que una vez ella le confensó sus sentimientos. Mentiría si dijera que desde que lo supo, y de que había la posibilidad de que ella se confesara de nuevo, se sentiría especial.

—Escucha Hinata. Cuando fue la pelea estaba muy molesto, pero no quiero que pienses que soy un bribón y que...—Miró a la chica, había escuchado de pasada que estaba con el Akimichi cocinando por las pasadas horas, la obervó a detalles. Al parecer tenía algo de harina en la mejilla, sin dudarlo, pasó un dedo con suavidad para eliminar aquel sucio.

Ambos se congelaron ante el gesto.

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Mensaje de la Autora:

¿QUE LES PARECIÓ?

La parte dos vendrá a mañana o pasado. No se si les gusta que actualice casi todos los días, pero aprendí que esto es lo mejor que hago, sino se me olvidan.

-LaCrazyWriter