La Alegre y feliz familia Kagamine.

Esa pequeña desesperación que surge cuando no puedes tener algo... si, esa intensa ansiedad que empieza como una simple molestia por no poder ver algo, por no poder sentir algo, por no poder experientar algo que cualquier otra persona ha podido sentir. Ese fue el dilema que lo inició todo con Rin, no por un deseo pasional, no por una confesión que arrancó su corazón, sino por su curiosidad, alimentada por envidia.

Todo empezó en esa tarde de abril en la cual Rin había encontrado muchas de esas temáticas en un trent de Tiktok, nacido cierto juego: the coffin of andy and leyley. Todos los streamers que Rin seguía habían hablad de él, y sin que se diera cuenta, se había obsesionado un poco con la relación de los personajes, más que de ninguna otra cosa. Le atraía tanto la idea de dos hermanos amándose en su locura y en su rareza, algo que no podía hacer más que expresarlo en sus fanart y en su extraña obsesión por crear canciones que hablaran de lo que más le gusta.

Pero aquello que más le hizo daño fue ver todos los comentarios que apoyaban la relación por la profunda empatía que le tenían a los personajes, de entre ellos, personas que compartían los deseos incestuosos, y muchas otras más que tenían sus propias relaciones incestuosas. Estas personas explicaban a lujo de detalle lo bie que se sentia poder fornicar con sus propios hermanos y hermanas; la forma en la que lo decían todo, dejaban muy claro que era el tipo de relación más íntima, másprofunda y más personal que podía existir.

Rin no era una extraña ante esas ideas.

Ella tenía a su hermano gemelo, Len. Ella sabía muy bien e incluso podría identificar a plenitud la actitud y el comportamiento de su gemelo a tal grado que veces se sentía como una misma persona. De eso, al nacimiento de un sentimiento romántico... no faltaba demasiado. Pero ni siquiera sabía si Len podría corresponder a ese tipo de sentimientos.

Si, su hermano era un caliente, lo sabía, él siempre se la pasaba compartiendose videos porno y hentai con sus amigos, hasta el punto en el que a veces podía escucharlo haciendo sus "manualidades" en el baño. No era algo que le atrajera y de hecho le causaba un poco de repulsión, pero si de eso podía agarrarse... podría ser la mejor forma de alcanzar su corazón.

Solo ocupaba investigación de campo...

-Oye, Len... -dijo Rin en una de las tantas ocaciones en las cuales se habían quedado solos en la habitación que los dos compartían.

-Dime, Rin -cotestó su hermano con su tono sarcástico, estaba en uno de los grandes cojines que llevan de manera tal que sus piernas estaban muy separadas.

-¿Qué clase de porno te gusta? -preguntó ella, lanzándose con todo a su hermano.

-Eh... espera... ¿Qué case de pregunta es esa? -dijo Len con un evidente sonrojo en sus mejillas.

-Te la pasas viendo ese tipo de cosas, tienes muchos libros eróticos guardados en tu cajón de la ropa lleno de escenas de lolicon, MILFs, demonios y hasta furries -siguó describiendo Rin mientras veía a Len con su boca abierta, incapaz de procesar que su secreto se supiera de esa manera.

-¡Callate! -Pidió Len colocandose de rodillas-. Que la colecció de porno de un hombre sea conocida por su hermana... de lo peor que le puede pasar... -se siguió lamentado el Kagamine mientras miraba al suelo.

-Bueno... solo decía, te gustan muchas cosas de esas... solo pensaba que podrías... ya sabes... intentarlas conmigo -Rin apenas se puso nerviosa al decir eso, pero no miró a su hermano a los ojos, en su mente solo ocurría sensuales escenas de dos chicos de cabllos negros entregándose al sexo intenso.

Len miró a Rin durante unos momentos, pensó que podría haber alguna trampa en sus palabras, de seguro alguna de esas bromas crueles desde las cuales se le iba a decir que era un cerdo incestuoso o algo así.

-No creo que podría intentar eso -dijo Len poniendose de pie, su cuerpo entero temblaba ante las ideas de lo que podría hacer, su virginal mente todavía dudaba de si esas palabras eran reales, así que decidió retroceder-. Además, no eres precisamente una gran modelo... digo, eres cantante pero creo que otra chica podría cumplir mejor mis fantasías... tal vez Luka o incuso Miku -dijo sabiendo lo mucho que podría lastimar el orgullo de Rin, pero prefería mantenerse del otro lado del incesto, al menos por ahora.

-Está bien... era solo una pequeña propuesta... -dijo Rin sin poder pronunciar más cosas, solo cubriendo su rostro con la almohada, como si de pronto se empezar a dar cuenta de lo que hizo.

Len se puso de pie nuevamente, sin saber las repercuciones de sus palabras, solo sentía que su corazón iba a mil por hora y decidía caminar al baño, para darse una ducha y bajarse la excitación repentina.


No comprendía lo que le había pasado con Rin. Es decir, muchas veces había visto ese tipo de propuestas en medios de comunicación que pintan el incesto como algo hermoso, pero en este caso, él no sentía que fuera capaz de mandar todas las normas sociales, la moralidad y demás cosas a la mierda solo por eso... bueno, siendo más sinceros y entrado a un análisis menos personal, simplemente no podría sentir atracción sexual por Rin. Los dos había nacido juntos, se habían criado juntos...

Todos los que presumían de tener un fetiche de incesto de seguro nunca habían tenido una hermana.

De proto se escuchó el ruido de la puerta abrirse, Len se cubrió de forma instintiva, como si fuera a ver a un bully o a alguien que quisiera hacerle una broma, pero solo se encontró con Rin, usando su traje de baño de lunares amarillos sobre un fondo blanco.

-¡Rin, ¿Qué haces aqui?! -preguntó Len mientras cubría sus partes nobles.

-Una vez dijiste que este bikini era muy sensual para que yo lo usuara... bueno, se nota que es porque te provocó algo, ¿Todavía lo hace? -Rin no era para nada inocente, estaba luciendo su traje de baño bien ajustado frente a su hermano.

-Sigo pensando que es un poco inapropiado -Admitió Len sonrojado por el sensual movimiento de caderas que poco a poco lo hipnotizaban-. Digo, hace falta muy poca imaginación para poder ver todo lo que hay debajo... -admitió Len mientras miraba la comisura de los labios de Rin formarse entre la tela blanca... no sus labios de la boca.

-Está bien, si es parte de tus gustos... creo que puedo sentarme aquí -dijo Rin mientras se sentaba sobre las piernas de su hermano.

La sensación de sus nalgas frias contra su muslo sacó a Len de su cordura rápidamente, teniendo que levantarse del lugar. Su corazón latía con mayor velocidad, y tenía que admitir que su amiguito se estaba empezando a emcionarse de sobremanera.

-Rin... espera... si continuas haciedo eso... no podré controlarme -Len se puso de pie, no le era posible contenerse si continuaba teniendo contact con su hermana.

-¿Y que tiene eso de malo, Len? -preguntó Rin levantando su cadera-. Si de verdad lo deseas, anda, hazlo -desde esa posición Len podía ver correctamente toda la intimidad de su hermana cubierta por nada más que una suave capa de tela

Len se aproximó a Rin, sosteniendo con sus dos manos el trasero de su hermana. Era la primera vez que lo tocaba de una manera tan plena. Rin sabía que lo estaba gozando por la manera en la que sus manos la masajeaban una y otra vez, y juraría que podría escucharlo jadear.

-Len... puedes hacer o que desees con él... -musitó Rin para el agrado de su hermano.

Len empujó un poco a Rin, apenas para que ella se pudiera inclinar más y enseñar mejor sus partes nobles, dejando ver la hendiduras que su intimidad provocaba en el relieve de la ropa. Era todo lo que Len había soñado. Se acercó y empezó a besar aquella pequeña parte, provocando una inmediata reacción por parte de Rin.

-¡Espera, Len! hazlo con cuidado... -dijo ella mientras cerraba los ojos, lentamente sintiendo la lengua de su hermano entrando en ella. Era una sesasión demasiado intensa, mucho más de lo que podría haver imaginado, ni siquiera la masturbación se comparaba a eso. La lengua de Len era inigualable, y pronto el cuerpo entero de Rin empezó a rendirse.

Len la sostuvo de las posaderas y se fue deslizando letamente hacia abajo. Rin, con un poco de dificultad, hizo lo mismo y poco a poco fueron quedando en el suelo, con Rin sentada sobre la cara de Len. Fue entonces, estando directamente en esa posición, que Rin pudo contemplar el miembro de su gemelo. Empezó a tocarlo de la puntita con delicadeza, escuchando los bramidos de excitación de su hermano.

Escuchaba como lo excitaba, tuvo algunas dudas al inicio, no sentía como si ese miembro fuera a estar lo suficientemente duro, pero aun así lo metió a su boca, tratando de disfrutar lo más posible, pero aun así el tamaño era muy grande, y pese a estar en el baño, Len no era muy higienico.

Len, por su parte, trataba de disfrutar la intimidad de su gemela, nunca había probado las partes íntimas de una chica, pero podía distinguir muchos sabores ácidos y fuertes, trató de contener cualquier medida de asco y siguió lamiendo, como recomenza al sentimiento de tener su miembro en la boca de Rin.

Los dos se dieron placer durante un buen rato, hasta que Len no pudo soportarlo más, volviendo a pararse y mirando los ojos de su gemela.

-Rin... ah... yo... -no sabía como iniciar, sus palabras-. Si continuamos... no sé hasta donde podría parar... -añadió Len mientras se sentaba en el suelo del baño, sentía su erección palpitando, demasiado salvaje para no calmarla, aunque fuera con sus propias manos.

-Está bien, Len... -dijo Rin mientras se terminaba de quitar el traja de baño, retirando lo último de su ropa, dejando ver su intimidad humedecida-. Podemos hacerlo... pero una vez que empiece... no te detengas.

Ese era el instante que tanto había estado esperando... el momento en el que Len podría finalmente perder su virginidad de una manera tan sórdida y apasionada que se comparaba con los más pervertidos doujinshis con los que se había complacido. Se colocó sobre su hermana, posicionandose correctamente entre sus piernas, y comenzó a entrar. Sintió dolor, pero no debió ser nada comparado con lo que Rin sintió, provocando un grito agudo al momento de introducirse en ella.

Una intensa sensasión de calidez y cercanía los envolvió a los dos. Dejaron de lado los conflictos anteriores que habían tenido en su relación como hermanos, Len se movía para provocar la reacción de su gemela y eventualmente, aquello se acumuló en ese dulce calor perfecto que los hizo gemir.

-Rin... esto es demasiado... no voy a poder contenerme... -dijo Len, sabiendo que no había durado demasiado, pero cerrando los ojos y permitiendo que su cuerpo entero cediera al deseo y eventualmente se liberara su esperma dentro de ella.

Rin soltó un gemido, enterrando sus uñas en la espalda de su gemelo, arquenado la espalda, y sin dejar de gemir hasta que la última gota estuvo derramada dentro de ella. Los dos se quedaron quietos, pensando profundamente en lo que había ocurrido, con esa clarida posterior al orgasmo en donde uno siente la risa del diablo.

Len, mientras tanto, sintió como su miembro se ponía lentamente flácido. Trataba de no pensar en todo lo que ese sexo implicaa y en lo que cambiaría de ahora en adelante por culpa de su desición. Solo miró a su hermana, tratando de abrazar el setimiento que lo había llevado hasta eso, ese deseo de romper con lo establecido y abrazar lo oscuro y lo degenerado... por ese instante funcinó, se acercó a Rin y besó sus labios. Ella le correspondió el beso, sus lenguas se combinaron, y sus brazos volvieron a afianzarse alrededor del uno del otro.

-Supongo que... ahora eres mi hermano y mi novio, ¿No te parece? -dijo Rin mientras lo miraba a los ojos, sus hermsoso ojos azules.

-Me parece que si... -contestó Len, sintiendose tan hombre y tan imponente que nada podía detenerlo-. Supongo que eso significa que te gustó nuestro pequeño encuentro y que... deseas más...

-Como no tienes idea -comentó Rin mientras que acariciaba el cabello del muchacho-. jamás había sentido mi corazón latir tan fuerte... -dijo con una sonrisa complique que remarcaba el rubor en sus mejillas y hacía que el corazón de su hermano también se acelerara.

Él no pudo sino sostenerla, y declarar con su contacto la aceptación de su amor, sintiendo sus dos corazónes latir al unísono.

De ahora en adelante, las cosas iban a cambiar mucho.


Fin del capítulo 1.


Notas finales:

Creo que en este caso solo deseo experimentar un poco con la relación de Len y Rin, colocarlos en situaciones inusuales de incesto... si se sintió un poco forzado y apresurado es porque no me imaginaba el surgimiento orgánico de una relación incestuosa que no fuera en el calor de una sórdida noche de sexo intenso, o tal vez, aunque haberme esforzado más en eso me habría hecho crear algo más similar a la relación de Andrew y Leyley...