Día en la alberca

Si, era de esas oportunidades en las que Len tenía para convivr con su pequeña hija, y de hecho, a los dos les encantaba meterse en la alberca juntos, desde que ella tenía 6 años había aprendido muchas cosas acerca de cómo nadar y Len había sido un excelente mentor, volviendose una de sus actividades favoritas. Que hubiera una clase de padres e hijas era de hecho parte mentira, en realidad era nado en pareja, y aunque muchos iban con sus hermanos, otros iban con sus parejas sentimentales, Hanako había elejido ir con su padre... no sabía que resultaría tan contraproducente.

Eso le funcionaba mucho a Len, pues veces había nado sincronizado, a veces otro tipo de actividades de confianza... ahora no podía hacer nada debido a que estaba cerca de su hija, la cual llevaba nada más que un ajustado traje de baño que dejaba ver muy bien su trasero y sus pechos.

-Muy bien, todos, prepárense para la siguiente parte -decía el instructor, un sujeto moreno de unos cuarenta años de edad, un ex-nadador profesional-. Todos, el compañero más grande tiene que cargar al más pequeño en su espalda -dijo mientras que es mostraba un ejemplo, que se supone tendría que servir en situaciones de salvamento.

Hanako rápidamente saltó en la espalda de su padre, preparada para simular esa situación, pegándose bien a él mientras que los dos trataban de flotar. Para la pequeña, aquello era un momento de diversión y cercanía con su nuevo "novio". Para Len, era la sessación celestial de poder sentir los pequeños pechos de su hija en su espalda, junto con sus muslos alrededor de su cintura. No hace falta decir que Len llegó de último, en primer lugar porque no podía concentrarse correctamente sitiendo aquello, y segundo, porque llevaba una erección que tenía que ocultar y que le impedía ir correctamente nadando como cualquier otra persona.

-¡Papá, rápido, nos van a ganar hasta los ancianos! -decía ella mientras un señor de unos ochenta años los adelantaba y llegaba primero a la otra orilla de la alberca.

-Perdón, Hanako... no creo poder... -terminó sumergido en el agua con su hija tratando de saltar para alcanzar la linea de llegada.

Más o menos así fue toda la clase, entre los dos tratado de nada junto con los otros e intentando llegar al mismo tiempo que los demás. Definitivamente no fue un buen día para el par "padre-hija" de la clase. Todo empezó a llegar a su fin y los últimos minutos de la clase fueron de nado libre. Hanako se divertía yendo y viniendo de un lado al otro hasta alcanzar la cintura de su padre por detrás.

-¡Papá! -gritó ella dándole una mordida.

-¡Ah! ¿Quien dejó entrar a este tiburón aqui? -dijo él mientras la niña se reía de forma alegre.

-Oye, hoy te fue pésimo, solo quería que lo supieras -dijo Hanako mientras se mantenía solo con la cabeza por fuera.

-No es mi culpa... no pude concentrarme... -dijo Len con un fuerte sonrojo.

-¿De que hablas? -preguntó Hanako mientras se pegaba a él, sintiendo rápidamente su erección.

-Ah... por eso... -Len dejó de hablar al sentir la mano de su hija en su entrepierna.

-¡Papá, ¿En público?! -le regañó ella mientras sostenía su miembro por encima del traje de baño, sorprendiendo a Len.

-¡Hanako, eso mismo te pregunto! -dijo él molesto pero dejándo que la suave mano de su hija lo tocara.

-¿Fue por ver a otras chicas? -dijo ella sonrojada y celosa a más no poder.

Len jamás la había visto de forma tan adorable, pero le dolía ver a su pequeña de esa manera. Decidió sostenerla de la cintura y pegarla a si mismo, dejando que ella sintiera toda su erección en contra de sus gluteos.

-En realidad me puse así de duro por ti... -le conestó mientras que se presioaba más contra ella, abrazándole con más fuerza.

-¿V-vaya... en serio te pusiste así de duro por tu propia hija? -dijo Hanako nerviosa mientras movía sus gluteos contra el miembro de Len-. Me hace sentir muy halagada... -se pegó más contra su padre.

-Hanako... espera, no deberíamos... -dijo él mientras miraba alrededor, nadie observaba a un padre y su hija abrazados en el agua-. alguien nos puede ver... -dijo en especial al sentir como ella se movía más.

-Jeje, no pensé que estarías tan excitado en un lugar así, pero tiene sentido, el agua está calientita... tal vez yo hice que se pusiera caliente... -dijo mietras frotaba su intimidad contra la pierna de su padre-. llevo toda la clase así...

Len se dio cuenta de la cálida humedad que provenía de la intimidad de su hija y que era distinta a la del resto de la piscina. Los dos se frotaron de esta manera por un buen rato, Len sentía cada vez más calor, pero trató de sumergirse para jugar con los pechos de su hija un rato mientras que ella se encargaba de frotarse más, hasta que sintió la necesidad de algo más, bajando un poco el bañador de su padre.

-Espera... Hanako... ¿de verdad quieres que entre aqui? -dijo él sintiendo como la pequeña movía su propio bañador.

-Jeje, perdón pero ya no puedo resistirme -ella se sentó en el miembro, quedando penetrada en tan solo nos segundo, sintiendo el pene de su padre abrirse paso en su interior, ella se retorció un poco, arqueando la espalda, era justamente lo que ocupaba para alcanzar ese preciado orgasmo en mitad de la alberca, quizá alguna persona que la vio desde lejos pensaría que estaban haciendo ejercicios de estiramiento.

-Ah... Hanako, espera... vas a hacer que... -Len tuvo que introducirse más en su hija, eyaculando con fuerza mientras que estaba hasta el fondo dentro de ella.

-Ah... eso... fue... rápido... -dijo Hanako con voz entrecortada, sintiendo el miembro de su padre salir.

-Fue por los nervios de ser descubierto -dijo Len mientras guardaba su miembro rápidamente-. Hay que salir rápido, o vamos a ensuciar el agua.

Los dos salieron, de todos modos ya casi estaba terminada la clase, y se metieron en los vestidores, los demás tardarían un rato en llegar. Hanako sonrió, todavía tenía el semen dearramándose de su interior.

-Jeje, eso fue increible, jamás había tenido tanta emoción en mi vida -dijo la pequeña con los ojos abiertos, pensando en lo que podrian hacer ahora que habían decubierto ese nuevo gusto por hacer ese tipo de cosas.

-Hanako... escucha, recuerda que pese a que tu madre ahora lo sepa, este tipo de cosas podrían meterme en problemas... en especial porque eres todavía... menor de edad... -se sintió muy mal al pensar en ello, pero su hija le dio un abrazo tranquilo, pensando que eso bastaría para calmarlo.

-Papá... tranquilo, todo este tiempo me has hecho tan feliz... en serio, que este es un sueño hecho realidad -sostuvo las manos de su padre-. Si te hace sentir mejor, al principio soñaba que no ser tu hija... pero viendo solo las cosas pasan, creo que al final no hubo tanto problema.

Len la sostuvo de las manos, y luego la abrazó, sus cuerpos casi desnudos reaccionaron al instante, Len pasó a acariciar el trasero de su hija, disfrutando lo bien formado y redondo que se veía con el traje de baño.

-Perdón, Hanako... de verdad me gusta mucho tu traje de baño -dijo él admitiendo que aun sentía excitación, tocándola más y más.

Pronto los dedos de Len empezaron a jugar entre los gluteos de su hija, pasando diectamente a sentir su intimidad y a presionarla, jugar un poco con ella.

-Hanako... no tienes idea de cuantas cosas deseo hacerte... -empezó a besar su cuello, lamer su oído, tratando de tocarla más y más, introduciendo sus dedos dentro de ella sin importarle que aun tuviera un poco de su líquido fluyendo de su interior.

-Papá... si sigues con eso -dijo Hanako mirando a su padre-. Si sigues con eso... tendrás que volver a meterlo... -dijo como si fuera un tipo de advertencia.

Len miró a su hija a los ojos, sintiendose más tentado, tan solo para después decirle.

-Está bien, hagámoslo -propuso como si fuera un gran desafío.

-¿De verdad? -se sorprendió Hanako porque su padre tuviera esa iniciativa-. Pensé que te molestaría hacero aqui.

Pero Len la llevó en sus brazos a un cubículo y ambos empezaron a besarse de nuevo. Hanako se frotaba contra su padre constantemente y pronto el traje de baño de él quedó en el suelo, dejándo que la chica pudiera poners de rodillas y darle mucho amor con sus labios y su lengua. Las demás personas entraban ya al baño, Len se tapó la boca, podía escuchar las conversaciones, todos metiendose en sus asuntos propios sin molestarlos, mientras su pene palpitaba y comenzaba a perder el que detener a su pequeña hija, la cual le miraba con los ojos más preciosos del mundo mientras contenía su pene dentro de su pequeña boca.

-Papá, parece que te vas a desmayar... -dijo ella mientras sonreía y pasaba su dedo sobre el sensible glande de su padre.

-Espera...Hanako... hay mucha gente -incluso en esos casos se tenía que contener ante las tentaciones.

-Jeje, no debería ser tan malo -dijo ella poniendose de piel apoyando sus manos contra las llaves de la regadera y levantando su trasero un poco para que su padre lo viera bien-. Solo somos una pareja de novios dándose mucho amor... -añadió, moviendo su traje de baño a un lado y luego abriendo los labios vaginales para que su padre pudiera ver claramente su rosadito interior.

Fue demasiado para Len. Se acercó a su hija, como si apuntara con su pene, presionando levemente, sorprendiendose de lo facil que era entrar para él. Tuvo que levantarla un poco para poder deslizar correctamente su miembro dentro del interior de la pequeña niña, alcanzando el fondo rápidamente.

-¡Papá...! -trató de gritar Hanako pero Len la silenció con su mano.

Rápidamente abrió la regadera para hacer ruido, empezando a dar fuertes estocadas que la empujaban contra la pared. Ella intentaba contener su voz, pero sentir las fuertes caderas de su padre empujando contra su pequeño trasero y entrando hasta el fondo de ella era una sensación inolvidable. Lo era también para Len, que veía rebotar los gluteos de su hija cada vez que la penetraba, tantas veces que había visto ese trasero, a veces de forma graciosa, a veces de forma tierna y ahora con tanta lujuria que sentía que podría eyacular dentro de ella en cualquier momento.

-¿De verdad te excita tanto esto...? -preguntaba Len mietras seguía penetrándola, empujando su pene hasta el fondo, provocando que la niña temblara-. Hacer el amor con tu papá en mitad de un sitio público, rodeado de gente... siento que eso es lo que más disfrutas, ¿verdad? -Len se colocó más sobre ella, entrando más al fondo y siguiendo con cada una de sus fuertes estocadas dentro de su niña.

No era para menos, su voz profunda hizo que Hanako reaccionara más, la chica comenzaba a babear mietras su padre seguía entrando en ella, sacudiendola con fuerza; sus piernas ya casi no tenían fuerza, un orgasmo tras otro ponían su mente en blanco mientras el carnoso y caliente pene de su papá la seguía castigado.

-Y a ti... te excita la idea... de embarazar a tu propia hija... ¿Verdad? -dijo Hanako mienras que se giraba para ver a su padre, aun babeando y deseando por más-. ¿Es por eso que lo haces tanto? ¿Deseas impregnar a tu propia hija con tu semila y que en mi vientre crezca nuestro bebé? -la chica sonrió mientrasque su padre seguía penetrándola.

-Ah... si... -dijo Len, responiendo con toda sinceridad girándo a Hanako para verla directamente a los ojos-. Es la verdad... me encantaría poder hacer un bebé contigo, es una idea que me conmueve, mi pequeña Hanako con un bebé mio... -La cargó en sus brazos y ella colocó sus piernas alrededor de su cintura, el agua caliente seguía cayendo sobre los dos mientras se besaban.

-Si papá... dame tu semilla y haré un bebé ahora mismo... -dijo Hanako besando los labios de su papá, sintiendo como este la movía más y más rápido.

-Recibe mi semilla -dijo él en lo que cerraba sus ojos, sin pensar más en la lógica o en la claridad, sin siquiera imaginar lo dificil que sería que su hija tuviera un bebé a esa edad, o cómo podría ocultar esas apariencias si eso llegara a pasar, solo podía pensar en descargar dentro de ella todo su esperma.

Hanako cerró los ojos, sintió una descarga demasiado intensa en su interior, el calor la llenó por completo y dejó una morida en el hombro de su padre a causa del fuerte orgasmo que invadió todo su cuerpo. Padre e hija se mantuvieron unidos en el coito por unos minutos, mirándose a los ojos; en la memoria de Hanako, sus recuerdos se habían comenzado a formar a partir de esa mirada de ojos azules de Len, para ella eran su mundo y su sueño; para Len, los ojos de su hija lo habían enamorado desde que la vio abrirlos por primera vez, un instinto "paternal" le había transformado, y había decidido, en ese instante, que su hija sería su nuevo motivo de vida... quizá por eso no le costó tanto trabajo hacer lo que hizo.

-Papá... -dijo Hanako, dejando que el agua los mojara-. El agua se está poniendo fria -y dicho esto, Len la bajó de sus brazos, cerrado la regadera.

Los dos se salieron rápidamente sin que nadie lo notara y fueron por sus ropas para cambiarse. Hablaron poco de lo que había pasado, más allá de la excitación, los dos siguieron juntos durante todo el trayecto de vuelta a casa. En el camino, luego de detenerse para comprar algo, Hanako iba sentada con sus pies descalzos sobre el asiento del copiloto.

-Oye, papá... -dijo ella mientras que se sonrojaba un poco-. De verdad... a mi me gustaría tener a tu bebé... -dijo ella, Len se mantuvo en silencio, ya habían hablado del asunto.

-Hanako... tu tuviste mucha suerte-. empezó a decir Len.

-Lo sé, tuve suerte de nacer saludable siendo que tu y mamá son hermanos... -dijo ella, sabiendo a lo que se refería-. Pero si ustedes dos pudieron hacerlo, dos veces, no veo por que yo no...

-Hanako, el tipo de justicia que deseas no es tan sencillo... sí, tal vez tu merezcas ciertas cosas pero eso no quiere decir que la vida funcione en base a esos deseos...

-Pero... podemos intentarlo ¿verdad? -dijo ella con esperanzas-. Cuando sea más grande...

-Hanako... si de verdad piensas que puedes seguir amando a este obre viejo... pidemos intentarlo... pero mucho después.. -dijo Len un poco sintiendo que luego se arrepentiría.

-¡¿En serio?! -se lanzó y besó la mejilla de su padre-. Gracias papito... en serio, deseo llegar a ser la mejor mamá del mundo con tu bebé

Len recibió el beso, se sintió feliz. Llegaron a la casa en donde volverían como una pareja de novios sin nada romántico, pero poco a poco sabían que las cosas iban a ir cambiado

Fin del capítulo 17

Notas: Mmmmm no sé, de verdad me está empezando a gustar esta pareja.