Crepúsculo pertenece a Stephanie Meyer.

El Harem de la Reina

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(Harem: Alice Cullen, Rosalie Hale, Sasha Denali, Tanya Denali, Kate Denali, Irina Denali y Leah Clearwater)

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La idea de este Fic, es gracias a AlphaMoon22 (Usuario/a de Wattpad)

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02: Rosalie, Emmett y Vanessa.

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(Rosalie)

—Es extraño, ¿Sabes, Emmett? —le dije a mi esposo, mientras veíamos a varios venados machos, delante nuestro. Era nuestro momento de salir de Cacería y por eso mismo, yo me estaba atando mi cabello rubio en una cola de caballo, mientras miraba fijamente a los venados.

— ¿Qué es extraño, Rosalie? —Supe que él había dejado de prestar atención a los venados. Sería incluso, capaz de dejar ir a un oso negro, solo por saber lo que me estaba pasando ahora mismo.

—Jamás he estado en Forks. —dije con una mirada ausente, pendiente de los venados —Y, sin embargo, siento que conozco este lugar. Siento como si… como si estuviera nuevamente, viendo a… —si yo fuera capaz de tragar saliva, lo estaría haciendo. ¿Voy yo a decir esto?, ¿Realmente estoy yo a punto de contarle esto a Emmett Cullen, después de todo lo que él ha hecho por mí? Bajé mi mirada, no me atrevía decir nada, no me atrevía a contarle aquellos pensamientos, que ahora mismo, estaban pasando por mi mente —a mi amiga Vera, a su esposo y al pequeño Henry. Siento, como si nuevamente estuviera allí, como si los viera casados, felices, como si nuevamente la máscara se quebrara. Como si… estuviera… —Se escuchó un grito de horror.

— ¡¿CÓMO MIERDA NO NOS HEMOS DADO CUENTA DE ESTO?! —Gritó un aterrado Emmett, mientras que ambos, corríamos hacía el lugar del grito y veíamos como el oso que Emmett había querido cazar; estaba detrás de una chica de… ¿cabello rosado?

Una chica de cabello rosado y escarlata. La chica cuenta con un aura que no es normal en nuestro mundo, ni en el mundo mortal… muchísimo menos, entre los Cambia formas, que están en La Push y a quienes nos aseguramos de no acercarnos, con tal de no causar una guerra.

Entre más corríamos para salvarla de los animales, más notábamos que no era una chica normal. Había un aura extraña rodeándola, pero no un aura que intentara lastimarnos.

Emmett aceleró, tacleó al oso, la chica corrió por algunos metros, se giró para ver qué había pasado, ante el estruendo detrás de ella y encontró a Emmett, bebiendo la sangre del oso. Yo la abracé y giré su cabeza, en otra dirección. La niña no merecía ver eso. No merecería ver a sus salvadores, en un momento tan inhumano. — ¡ROSALIE, CUIDADO AL FRENTE! —Miré hacía adelante, la chica también lo hizo, un oso se nos vino encima, la chica gritó, yo la agarré por los hombros, pero la garra del oso, ya estaba encima nuestro. Sentí las manos grandes y fuertes de Emmett, golpearnos a ambas en la espalda, con la esperanza de empujarnos, fuera del camino del oso, pero en cambio, nos empujó hacía el frente.

No lo culpo.

Fue solo un error de cálculo. Un error de cálculo desesperado, para intentar salvarnos y ambas fuimos rasguñadas de gravedad por el oso a quien Emmett golpeó de frente, le quebró el cuello y se giró, hacía nosotros. Yo ya me estaba recuperando.

La chica…

Ella no.

La chica recibió la peor parte de ese ataque, las garras del oso, se habían clavado casi totalmente en ella, rasgando el corazón, un pulmón, el hígado y el bazo. Perdía sangre muy rápidamente. Horrorizados, Emmett la cargó en brazos, sentí como se formaba una unión entre Emmett y la chica.

Emmett la mordió para salvarle la vida, era una inocente, después de todo. Sentí como una parte etérea de mí, que había estado unida a Emmett por muchísimas décadas, casi dos siglos completos, era expulsada del cuerpo del vampiro de cabellos castaño oscuro y como una parte etérea de Emmett, era expulsada de mi y se desvanecía en el aire.

Ella…

Ella era la pareja sentimental destinada de Emmett. Puedes llamarle Alma Gemela si quieres, pero eso era ella y yo, por mi parte, solo era su hermana, con quien Emmett se sintió tan cómodo, como para llegar y tener sexo conmigo, en muchísimas ocasiones a través de los siglos.

Llevamos a la chica a casa y explicamos todo.

Nuestra madrastra, Esme Platt-Cullen, se encargaría de cuidar de la chica, hasta que despertara.

Nuestro padre, Carlisle, nos felicitó por nuestro rápido actuar y que él (junto a Emmett) debían de encargarse de que la chica pudiera sentirse cómoda, como una Neofita y debían de enseñarle sus costumbres de la vida Vegetariana.

Todos asentimos. No era extraño para nosotros, tener nuevos vampiros y educarlos, quizás el mejor ejemplo, era nuestro hermano Jasper.

Escuchamos el ligero traqueteo de la silla de madera y miramos a Alice: Ella tenía una expresión seria, pero sin vida en su rostro, normalmente alegre, junto con las pupilas dilatadas. Esto, era algo común, cuando ella tenía una visión.

Pero los minutos fueron pasando y ella seguía sin reaccionar, así que comenzaros a realizar distintos tipos de pruebas sobre ella, para ver si reaccionaba, hasta que comenzó a parpadear. Primero que nada, nos miró a Emmett y a mí, encontrándose muy apenada. —Emmett, Rosalie, lamento mucho, no haber sabido sobre Vanessa, en el pasado. Quizás… podría haberles dicho y el dolor, no sería tanto.

Yo solo pude sonreír entristecida, pero aceptándolo. —Hey: Voy a estar bien, Alice. Lo prometo, ¿Sí? Yo estaré bien. Pero dejemos eso de lado: ¿Qué fue lo que viste?

—Yo… tampoco soy la Imprimación de Jasper. —agarró la mano de un melancólico Jasper, quien, si pudiera llorar, seguramente lo estaría haciendo —Tu Imprimación es una humana, una adolescente de Forks —volvió a mirarme a mi —y… nue… mi… Imprimación y la de Rosalie, nos estará esperando allí mismo. En la misma secundaria. Al igual que Vanessa no es humana, tampoco lo es nuestra chica, hermana —me guiñó un ojo, yo me sonrojé y desvié la mirada.

Cerré mis ojos e intenté mantener la calma.

No sonrojarme. Vamos, vamos contrólate. Puedes controlarte y lo sabes.

No eres lesbiana Rosalie Hale.

No eres lesbiana Rosalie Hale.

No eres lesbiana Rosalie Hale.

No eres lesbiana...

Sí. Seguramente si lo eres y más te vale aceptarlo.

Quizás no tengas milenios, ni siglos, ni décadas, ni tan siquiera un año, para acostumbrarte a la idea de estar besando a una chica y ser besada por ella.

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Estaba amaneciendo, cuando Esme volvió junto a la chica de cabello escarlata y tinturado de rosa bebé y ojos azul claro. Nuestra madre, nos presentó a todos a nuestra nueva hermana, quien tardaría en ganar sus ojos miel. Emmett besó la mano de su pareja. —Soy… Vanessa Hall. —se presentó ella, con una sonrisa apenada. La seguridad en sus palabras, dejaban entrever, que Esme le explicó todo, sobre su nueva vida. —Soy Vanessa McCarty Cullen. Es un placer, conocerlos a todos.