Disclaimer: Los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CullensTwiMistress, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to CullensTwiMistress. I'm only translating with her permission.
Capítulo 8
Cuando Edward se va de mi casa el domingo por la noche, son pasadas las once p.m., y muy pasada mi hora de ir a la cama.
Brevemente me pregunto dónde ha estado toda mi vida pero entonces la realidad regresa inquietamente mientras me desvisto frente al espejo del bajo. Me he hecho vieja, eso es lo que ha pasado todo este tiempo.
Estoy cansada y sé que son las hormonas hablando. Es difícil lidiar con el síndrome premenstrual, pero no puedo evitar estudiar las pequeñas patas de gallo alrededor de mis ojos y la piel suelta en mi abdomen. Ser madre a veces significa sacrificios, para mi es la zona de mi barriga. Tengo estrías y piel flácida. Ninguna cantidad de crema o ejercicio va a arreglarlo.
Arrugo la cara y paso una mano por mis muslos. Solían ser más firmes pero ya no lo son porque ya no corro como antes. Tengo un poco de celulitis. No es gran cosa, sé que la mayoría de las mujeres la tienen, pero estaba tan acostumbrada a que Alec me viera en todo mi esplendor que jamás se me ocurrió que alguien más lo vería algún día.
Levanto la mirada de nuevo y le doy a mis tetas un firme apretón. Al menos, esas siguen siendo agradables y un poco firmes. Por lo que he oído, muchas mujeres de mi edad tienen pezones que apuntan al sur. Espero no tener eso nunca.
Suspiro y abro el agua de la ducha. No sirve que me obsesione con ello. No puedo cambiar mi cuerpo, y ciertamente no para satisfacer a alguien más. De hecho, estoy muy feliz con mi apariencias estos días.
Edward parece sexo con piernas, bueno, al menos para mí, pero pasó su noche conmigo porque quería hacerlo. Eso dice algo sobre él. Obviamente está comprometido con esto. Si fuera solo por el sexo, él no me hubiera detenido. La dureza que sentí contra mi muslo temprano mientras me besaba era prueba de que puedo provocar una reacción en él.
Ese pensamiento me pone ansiosa.
La belleza está en los ojos de quien la mira. Incluso si pienso que él es la criatura más hermosa que he visto jamás, no quiere decir que todos lo demás lo hagan. Las opiniones difieren. Los gustos y las aversiones hacen que no todos busquemos el mismo tipo de persona. Si a Edward le gustaran las rubias, no se hubiera acercado a mí.
Dejo que esos pensamientos se queden. Es una afirmación positiva, y necesito eso.
Dejo que el agua caliente corra por mi cuerpo y la sensación me envuelva en un pequeño capullo. Necesito ser reconfortada después de todos estos pensamientos negativos sobre mi propia imagen. Hay ciertas cosas que por mucho que Rose o mamá intenten meter en mi cabeza, no creo que las vaya a superar.
A veces, me pregunto si Alec me fue infiel debido a su falta de deseo por mí. Mi cuerpo. Mi personalidad. Si hubiera algo que pudiera haber hecho para prevenirlo. Pero entonces, tengo que concentrarme en otra cosa. Como el hecho de que no me gustaba mucho. Lo amaba, o quizás creía hacerlo. Jamás di el primer paso para meterme en sus pantalones. Guardaba silencio y nunca dejaba conocer mis opiniones sobre él. Quizás él necesitaba eso. Ser presionado. Ser desafiado. Simplemente nunca fui eso para él. O para mí misma.
Fui fácil.
Ahora, años después, eso ha cambiado.
Quiero cosas para mí misma. Tengo opiniones y las hago saber. Desafiaré a Edward si tengo que hacerlo. No seré una pusilánime.
Mientras el agua limpia mi cuerpo, mi mente también se aclara de los restos de baja autoestima.
Me siento renovada y refrescada mientras seco mi cabello con una toalla y me coloco el camisón. Es de algodón rosa con un dibujo de un gato y una pecera en la parte delantera. Creo que necesito hacer algunas compras de lencería. Esto parece que fuera de Ellie.
Estoy en la cama antes de la medianoche y me quedo dormida fácilmente, dejando que mis extremidades se relajen en el colchón y que mis pensamientos se dirijan a un lugar feliz.
~ALLO~
El lunes pasa rápidamente. El trabajo es lo de siempre. Aburrido y predecible. Todo es lo mismo y se funde entre sí. Actualizar este sitio, arreglar el mensaje aquí y allá. Asegurarse de que los precios están actualizados para mostrar los artículos con descuentos. Todo es tan aburrido, pero paga las cuentas y estoy tan acostumbrada a hacerlo que no me resulta muy complicado simplemente hacer las cosas por inercia.
Ellie está feliz cuando me recibe después del trabajo. Parece que la escuela estuvo divertida. Tuvieron que entregar un proyecto y dice que obtuvo una buena nota a pesar de que tuvo que trabajar con una chica llamada Lauren, quien, según ella, está enamorada de Mike. Escucho y sonrío mientras ella me cuenta sobre su día. Me gustan los chismes y me hace reír porque lo que estos chicos piensan que es tan importante realmente es tan trivial en el gran esquema de las cosas.
—Y, el Sr. Cullen estaba tan feliz —me informa mientras doy vuelta las hamburguesas en mi parrilla George Foreman.
Siento mis mejillas arder. Genial, me sonrojo ante la mera mención de su nombre.
—¿Ah, sí?
—Sí, mamá. Le gustas. Mantuvo todo el período ligero y divertido y no nos dio ninguna tarea. Y, la mejor parte es que realmente aprendimos algo. Logró que Joey aprendiera sobre los tiempos verbales. Aparentemente es una manía suya. Como sea, él fue tan adorable cuando finalmente ella lo entendió. Es un buen maestro.
Un buen hombre, me digo a mí misma.
—Mamá, ¿crees que puedo llamar a papá más tarde? —Asiento y continúa—. Bien. No estuvo el último sábado como dijo que estaría y quiero hablar con él sobre Jake.
—Estoy segura que su perro está bien, Ellie. —Su preocupación por el chucho de su padre es encantadora. Se encariñó la semana que pasó con él el verano pasado y ella siempre está preguntando por esto cuando hablan—. ¿No hablaste con tu padre el sábado? —Ahora acabo de darme cuenta que olvidé preguntar. Supongo que Edward provee una mejor distracción de lo que pensé. Me gusta.
—Está bien. Quizás lo olvidó. —La decepción en sus palabras es evidente. Será mejor que él tenga una buena razón por no estar allí.
—Quizás. Lo llamaré después de cenar para ver qué está pasando. —La abrazo y sirvo nuestra cena mientras tranquilizo mis nervios, sabiendo que tendré que lidiar con Alec más tarde.
~ALLO~
Ellie va a jugar afuera con la niña de al lado. Puedo oírlas reír mientras dibujan muñecos de palitos en mi entrada con tizas de diferentes colores. Aprovecho este momento a solas para llamar a Alec.
Él se disculpa profusamente, diciendo que surgió una urgencia. Entonces dice algo que jamás esperé escuchar: Kate está embarazada.
Esto es importante. Jamás creí que ella pudiera tener hijos y sus nadadores nunca fueron los mejores, por eso solo tuvimos a Ellie. Discutimos esto y las repercusiones de contárselo a Ellie. Él explica que Kate solo tiene quince semanas de embarazo y sangró un poco el sábado, razón por la cual no estuvieron en casa.
Lo entiendo, pero le digo que él debe darle las noticias a Ellie. Supongo que son buenas noticias. Es maravilloso que Ellie tenga un hermano, incluso teniendo en cuenta la diferencia de edad. La edad es un tema que surge, y cuando él dice que Kate guardará reposo durante el resto del embarazo, no me sorprende.
Él me hace saber que Ellie tendrá que quedarse conmigo durante las vacaciones de Navidad y primavera en marzo, las dos que normalmente cambiamos cada año, así ella puede verlo más de una vez al año. En verdad, no me molesta en absoluto. Preferiría que ella esté conmigo de todos modos. Llámenme egoísta, pero me gusta cuando mi hija está en Navidad. Y las vacaciones de primavera serán más divertidas para ella aquí ya que tiene un calendario social muy activo.
Antes de cortar, le hago prometer que esté allí en alrededor de una hora así él y Ellie pueden tener esa conversación sobre el bebé y las vacaciones. Me niego a ser quien le dé ese tipo de noticias. No lo cubriré. He aprendido a defenderme y estoy bastante segura que Alec ha notado muchos cambios desde que nos separamos.
Antes de ir a la cama, Ellie me cuenta lo feliz que está de tener un medio hermano. Sus palabras, no las mías. Es muy comprensiva con las vacaciones. Ella ha crecido mucho, y creo que quizás sea demasiado madura para su edad. A veces, me preocupa el hecho de que la hayamos hecho crecer demasiado rápido, pero ella siempre ha sido un alma vieja.
Me aseguro que si ella no estuviera de acuerdo con todo esto, me lo diría.
~ALLO~
A las nueve p.m., estoy absolutamente agotada y a punto de ir a la cama. No he sabido de Edward hoy, pero tampoco habíamos prometido llamarnos el uno al otro. Quiero escuchar su voz, pero las recientes noches largas me están pasando factura y la cama me llama.
Después de ducharme, estoy tumbada sobre la cama con los ojos bien abiertos mirando al techo. Pienso en Edward, o más específicamente sus manos y cómo se sentirían sobre mi cuerpo.
Por primera vez en meses, saco mi juguete favorito de la mesa de noche y cedo a la necesidad de mi cuerpo de relajar toda la tensión sexual.
Me quedo dormida saciada y aún con ganas. Una nueva y extraña sensación me invade y decido tomar el toro por los cuernos.
Definitivamente veré a Edward mañana, incluso si eso significa tener que llamarlo yo misma.
