VII. Son mis amigos los que me van a olvidar (Parte 1)

— ¿Muriendo por un amor no correspondido? — En todos sus años de vida, Cassandra Kiramman jamás había escuchado algo como eso — ¿Están seguro que no es otra enfermedad?

— No creo que haya confusión con los síntomas — El humor de Caitlyn se encontraba por los suelos, tenía la cabeza apoyada en el regazo de su madre mientras esta acariciaba sus lacios cabellos en un sutil intento de consuelo.

Las lágrimas seguían cayendo lentamente de los ojos de la sheriff de Piltóver, quien sentía una enorme presión en el pecho al tener esa conversación con su madre

— Madre… ¿Qué puedo hacer?

Las manos de Cassandra se detuvieron y al momento sintió que su corazón se rompió en mil pedazos, la voz de Caitlyn había sonado tan desesperada y tan cargada de dolor que no supo que decir.

El silencio se apodero de la sala, como si el tiempo se hubiese detenido.

— Caitlyn, dijiste que ella tiene una firme decisión, ¿verdad?

— Así es — La aludida se giró, los ojos de ambas se encontraron

— Entonces solo puedes apoyarla

— ¡¿Qué?! — La ira, la sorpresa y la incredulidad se pintaban en el lienzo del rostro de Caitlyn quien se puso en pie de golpe ante aquellas palabras sin apartar en ningún momento la mirada de su progenitora — ¡¿Quieres que solo apoye su suicidio?! ¡¿Por qué no solo le presto mi rifle y termino con el suplicio?! — Las lágrimas traicioneras se asomaban en abundancia de nueva cuenta — Yo NUNCA seré partidaria de este deseo mortal

Hija, lamento decirte que esa no es tu elección

— Entonces, ¿Solo debo ver como camina hacia el cementerio sin hacer nada?

— Eso no es lo que dije

— Oh, sí, perdona, ¡Tu quieres que la anime!

— Hija mía, ¿crees que yo fui partidaria de que eligieras esta profesión? — Aquello dejo sin palabras a Caitlyn puesto que ella sabía que su madre tenía otros planes para ella — Nadie dijo que amar a alguien fuera sencillo

— Pero no. Es. Justo. — La furia en su interior no podía ser apaciguada y las palabras de su madre solo le habían hecho sentir peor

— c'est la vie — Dijo su madre al tiempo que también se ponía en pie — Hasta donde es mi conocimiento, Vi es terca, puede que no cambie jamás esta elección, así que tienes dos opciones — Cassandra puso su mano sobre el hombro de su hija y la miro a los ojos, tratando de que ella pudiera entender aquello que tanto le deseaba transmitir — O aprovechas el tiempo que te queda con su compañía o te arrepientes de por vida

Caitlyn se sentía, por primera vez en años, ciertamente tonta.

¡Aquello era tan lógico! Que no podía creer que no lo hubiese visto por si misma. Como si aquel intenso cariño que sentía por Vi le hubiese cegado de su parte lógica y racional, ahora entendía porque los doctores no pueden operar a sus familiares.

— Consúltalo con la almohada, cariño — Dijo Cassandra ya con la mano en la puerta de salida, sabía que su hija necesitaría tiempo y ella estaba más que dispuesta a dárselo

— Gracias, madre — Respondió Caitlyn con una cariñosa sonrisa en los labios, no muy típica de ella.

En cuanto Caitlyn se quedo a solas en su casa no dudo ni un momento en mandarle un mensaje a Vi para preguntarle si había llegado con bien a casa.

El corazón de Caitlyn ardía con la determinación de aprovechar cada momento que tuviese disponible con Vi, y una pequeña esperanza, frágil como el cristal, de que esos momentos fueran razón más que suficiente para que ella decidiera seguir viviendo.

[…]

Vi suspiro de nueva cuenta, ella sabía que tenía que hacerlo y que mientras más lo pospusiera más difícil sería

Ese asunto debía terminar hoy.

Porque el mañana ya no era algo seguro

Una sola risa despectiva escapó de sus labios, ¿Cuándo carajos se había convertido en esta maldita tan confiada? ¿Un mañana seguro? Negó levemente y maldijo internamente, por Piltóver y su maldita influencia

Vi subió la capucha de su blusa para cubrir, aunque fuera un poco, su llamativo cabello rosa que a este punto ya era tan conocido como arriba y debajo de la ciudad del progreso.

Sus pasos se detuvieron en el "mirador" que parecía el fin del mundo civilizado, aquel donde se encontraba la llamada batisfera, el trasbordador que conectaba Piltover con Zaun.

Tomó aire y sin pensarlo mucho se lanzó por la baranda, dejando que su cuerpo maniobrara entre los techos, barandales, anuncios y tuberías, por un momento volviendo a ser aquella Vi de 16 años que recorría y dominaba las calles de Zaun con absoluta libertad.

Vi se detuvo en un gran ventanal roto que había cerca de la casa de la Esperanza, el orfanato donde ella había crecido y que ahora se encontraba en la ruina y se quedó por unos momentos mirando su reflejo en dicho ventanal.

— ¿Desde cuándo nos visita la realeza?

Vi se crispó y puso a la defensiva colándose en posición de pelea al momento, pero se relajó en cuanto reconoció los ojos cafés y el cabello blanco de aquel que era su único amigo

— ¿Cómo me encontraste tan pronto? — Sonrió de medio lado

— Tus disfraces apestan, te reconocería a kilómetros, Vi — Respondió extendiendo sus brazos.

Vi sin pensarlo se fundió en un cálido abrazo con Ekko, su mejor amigo de la infancia y la única persona que lo conocía desde que era una niña y que solo la había juzgado una vez en su vida.

Después de hoy, quizá esa cuenta subiría a dos

— ¿Jericho?

— Oh, Dios, ¡Sí!

Ambos se pusieron en marcha hacía el lugar favorito de ambos de comida ambulante en Zaun, aquel donde habían crecido y compartido por años a toda velocidad, como si fuera una competencia entre ellos, como si fueran niños de nueva cuenta.

— Anota otra victoria a mi nombre — Exclamó Vi, quien tocia por el esfuerzo que había hecho por ganar la carrera a Ekko

— ¿Estás bien? — Esa era la primera vez que Ekko veía a Vi toser de esa manera — ¿Tan tranquila es tu vida ahora que una pequeña carrera te deja en ese estado?

— Es algo un poco más dramático que eso — Vi estaba tratando de mantener la compostura, pero fue en vano, pétalos azules escaparon una vez más por su boca.

— ¡¿Qué carajos?!

— Creo que tengo mucho que contarte

Ekko jamás se había sentido tan confundido en su vida como en aquella ocasión. Los pétalos, la seriedad en los ojos de vi y el horrible mal presentimiento que había tenido desde la mañana

[…]

— Jayce, llevas demasiado en esto — Kathy estaba auténticamente preocupada por su ex compañero de la academia, a pesar de que había sido atacado hacia unos días no había tomado un descanso y aunque el sol se había ocultado horas atrás él seguía trabajando

— Tiene que ser perfecto — Respondió sin más y sin dejar de ajustar su experimento

— Siempre te va bien el día del progreso, ¿por qué tanta presión?

— Quiero impresionar a alguien — En sus labios se formó una sonrisa nerviosa que Kathy no fue capaz de ver

Kathy negó levemente "Caitlyn no va impresionarse por eso" Que los engranes giren a tu favor, ingeniero

— Gracias, realmente necesito que cada engrane en la ciudad aullante el gris de mi puerta…

— Por supuesto, apuntas muy alto

— Vale la pena el esfuerzo — Se giro hacia ella y le dedico una sonrisa, inmediatamente regreso a su proyecto.

Kathy decidió que lo mejor era dejar trabajar a Jayce por lo que se retiro de su taller, aunque ahora estaba intrigada, ¿Cómo planeaba impresionar a Caitlyn con tecnología hextech?

[…]

— Si esta es tu forma de bromear…

— No es una broma, Ekko. Me estoy muriendo

— ¡No! — El horror surcaba el rostro de Ekko — ¡No puedes!

Vi bajó el rostro, repentinamente su apetito había desaparecido de golpe — No hay mucho que pueda hacer al respecto

— ¡Claro que sí! Esta esa cirugía…

— Ni pensarlo

— Entonces vamos a Jonia, ¡Busquemos una cura!

— No hay cura, ni siquiera en esa tierra de locos

— Hagamos que te operen solo quitando los pétalos — La mente de Ekko había comenzado a trabajar en un millón de planes, desde la A a la Z

Eso no quita el problema de las raíces…

— ¡Tiene que haber algo que se pueda hacer!

Ekko

— ¡No! No digas mi nombre con ese tono, ¡Te estás resignando!

— No es resignación

— ¡Claro que sí! Estás aquí, con flores en el pecho, diciéndome que te queda poco tiempo y aceptándolo como si no fuera una maldita locura y todo por, ¡Por alguien que no te ama!

Vi sintió un dolor en el pecho ante esas palabras, no sabía a ciencia cierta si era por su enfermedad o por sus propios sentimientos — La amo y no necesito que ella me ame

Un ataque de tos la atacó con la guardia baja, sabía que era peligroso exponer sus sentimientos, pero solo con Ekko podía ser así de honesta, solo con su amigo podía hablar de aquello que tan presente tenía en su mente y que no podía hablar con nadie más

— Me estás abandonando, otra vezLa voz de Ekko sonó pesada, como se sentía su corazón, con la amargura de aquella noticia — Y por la misma persona…

— Lo siento

Vi seguía tosiendo, sus ojos estaban llenos de lagrimas y enrojecidos por la dificultad que presentaba en expulsar los pétalos de su boca; Ekko daba palmadas en su espalda mientras una especie de Deja vú lo invadía.

Esa era la tercera vez en su vida que Vi se disculpaba con él y la segunda que lo hacía por abandonarlo por la sheriff de Piltóver

[…]

*-*-*-*-* Flashback *-*-*-*-*

— Es un suicidio, jefa — Dijo uno de los integrantes de la pandilla de una joven e imprudente Vi

— Esos idiotas creen que pueden venir y hacer lo que se les de la gana — Respondió ajustando sus recién armados guanteletes Atlas

Vander, el dueño de un bar al borde de las vías, quien se había convertido en el mentor de Vi y brújula moral le enseño, entre muchas otras cosas, que a veces era imposible hacerse de la vista gorda ante acontecimientos de gran importancia.

"— Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral — Le dijo alguna vez" [*]

Aquellas palabras las llevaba tatuadas en el alma y ahora que el caos, los asesinatos y el miedo se respiraba en Zaun, la pandilla de las "Cicatrices del Viejo Cascarrabias" había cruzado un límite, uno que Vi no planeaba dejar pasar por alto.

— Si de verdad hará esto, ¡Iremos con usted! — Exclamó uno de sus sub-jefes de la pandilla

— No lo harán, esto es en extremo peligroso y no quisiera que ustedes se vieran implicados. Esperen a mi regreso

— Pero, ¿estará bien?

— ¿Te atreves a dudarlo? — Vi le miró seriamente, con la amenaza inscrita en los ojos.

No hubo más quejas.

Dejando a su pandilla a salvo, la chica de cabello rosa no perdió más el tiempo y comenzó a buscarles la pista a las cabecillas de la pandilla causante del pandemonio que vivía la ciudad y, al parecer, su racha de asesinatos y crimines se habían expandido hasta Piltóver.

El fresco rastro de la sangre la llevó a uno de los "puertos" que conectaban Zaun con Piltover, donde se presumía que harían su siguiente golpe: El robo de materiales químicos.

Vi observaba la escena desde una distancia prudente, esperando el momento justo para intervenir.

— Quédate justo donde estás y no te atrevas a hacer un movimiento

¿Qué…? — Vi se tensó al momento, ella no había escuchado a nadie aproximarse

— Dije quieta — La femenina voz se escuchó autoritaria y seguido a eso pudo escuchar como el arma se preparaba para dispararle

— Okay, tranquila

— Quítate los guanteletes

— Pero… ¿Cómo haré eso si quieres que esté quieta? — Una honesta carcajada salió de los labios de Vi, una novata pensó al instante

— ¡No estoy jugando!

Vi sintió como aquella mujer ponía el cañon de su arma en su nunca, una sonrisa confiada de instaló en su rostro.

— ¿Segura?

— ¡Ya dije que…! — Pero no pudo terminar su frase, puesto que la mujer de cabello rosa logró desarmarla en un rápido movimiento arrojando su rifle lejos, en cuestión de segundos ella se encontraba en el suelo con Vi encima de ella inmovilizándola por completo — ¡Suéltame!

— Ya no estás en posición de dar ordenes — Respondió vi con una sonrisa coqueta — Vaya, vaya, miren nada más. ¡Una Piltoveriana! ¿No crees que se te perdió el castillo?

— ¡Quítate de encima de inmediato! O atente a las consecuencias — La mirada de Caitlyn reflejaba la molestia que sentía, si las miradas mataran…

— Escucha bonita, en caso de que estés perdida, esto es Zaun, no Piltover y aquí las florecitas no sobreviven, te voy a soltar y te vas a ir donde viniste, ¿vale? — Vi acercó un poco su rostro al de la mujer que se encontraba debajo de ella, ciertamente jamás en su vida había visto a una mujer tan hermosa como esa.

Esos bellos ojos azules la flecharon desde el primer momento y por ello estaba siendo tan amable.

Caitlyn no respondió, sintió como los guanteletes dejaban de hacer presión sobre sus brazos y como la salvaje mujer de cabello rosa se apartaba de ella.

— ¿Sabes con QUIÉN te estás metiendo? — Una vez libre, Caitlyn se puso en pie rápidamente

— No y no me importa el apellido que tengas — Se inclinó de hombros, ¿Por qué la gente en Piltóver era tan admiradora de esa frase? Como si tener un apellido de renombre los fueran a salvar de una buena paliza

Soy una oficial de Piltóver y tu te estás metiendo en una investigación seria Sentenció, quizá la chica de pelo rosa podría albergar un poco de sentido común y se retiraría con esas palabras

Un escalofrío recorrió la espalda de Caitlyn cuando el rostro de la mujer se puso serio de golpe y se acercó lentamente a ella

— ¿Estás siguiendo a "Cicatrices del Viejo Cascarrabias"?

— ¿Cómo sabes eso?

— Yo también los estoy persiguiendo, lindura — Una sonrisa de medio lado se asomó en su rostro de nueva cuenta — Así que, ¿Por qué no me dices que sabes de ellos?

— ¿Por qué le diría mi plan a una desconocida

— Porque por lo visto… Soy lo único que tienes — Dijo Vi confiada

— ¿Qué te hace pensar eso?

— ¡Por favor! Pude haberte matado, si tuvieras compañeros, ni habría podido acercarme a ti si quiera — Se inclino de hombros — Eso o ahora señuelos más atractivos

— Eso sigue sin ser motivo suficiente para revelarte la información

— ¿Qué tal un salto de fe, preciosa?

¿Podrías devolverme mi rifle? — Preguntó Caitlyn después de un largo suspiro

— ¿Para que me dispares?

— Salto de fe, ¿no?

— Aprendes rápido — Se volvió a reír y rápidamente le entregó de vuelta su rifle, de todas formas, sabía que esa delicada mujer no podría hacerle daño, por lo menos no de cerca — Me llamo Vi, ¿y tú? — Le extendió la mano

Caitlyn — Correspondió delicadamente, siendo cuidadosa de que sus manos no fueran lastimadas por los enormes guanteletes.

EvØ

Aclaraciones:
[*] Frase de Dante Alighieri

Este capítulo esta más basado en lore (o historia canónica) de Vi en el Universo de League of Legends, no tanto en la serie de Arcane, de ahí nacen las diferencias.

Notas finales:

Okay, si, esto debía estar aquí mucho antes. No pondré excusas, pero explicaré la demora, tenía que decidir si seguir el rumbo que tendría la historia antes del hiatus eterno o darle un nuevo rumbo, así que opte por un tercer camino: Usar el rumbo original de la historia, pero agregar detalles nuevos que se me han ido ocurriendo.

No saben cuánto les agradezco que estén aquí, ¡Significa muchísimo para mí! 3 No duden que les aprecio muchísimo

¡Hasta la otra!

¡Ciaossu!

*Un invocador de ha desconectado*