Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
La puerta se cerró de golpe después de que James saliera del lugar, los dos hombres se quedaron en silencio, cuestionándose internamente si el castaño valía realmente lo que habían hecho ¿realmente harían lo que fuese necesario para poder estar con él? Bueno, al parecer la respuesta era sí, harían eso y mucho más con tal de que los eligiera.
—Bueno, sin rencores, sin importar a quien elija –estiró la mano Kaplan.
—Sin rencores –aceptó Scorpius.
—Y, no importa lo que pienses de mí, nunca le diría del trato que hicimos antes de entrar a este lugar.
—Gracias por eso.
—Pero... no creas que no hay manera de que él se entere, Sebastian Keller es capaz de cualquier cosa, con tal de tomar el lugar que tiene James en este sitio.
Kaplan no dijo nada más, pero le dejó en claro, que él no lo traicionaría, claro que no lo dejaba del todo tranquilo, no conocía al nuevo jefe de la policía que estaba "atormentando" a James, tampoco sabía que era lo que realmente querían con él, pero no tenía la suficiente confianza para preguntarle directamente, eso lo haría sospechar de su repentina curiosidad en sus asuntos con la ley, cuando en realidad, ni siquiera sabía por qué habían metido al chico a Azkaban.
Gruñó cuando sintió el semen escurrir de él, ambos habían terminado en él, cosa que sin duda le enfadaba un poco, pero no podía decirle algo al castaño, lo que menos quería era perder toda su oportunidad de que se decidiera por él.
—X—
Alex levantó la vista cuando escuchó pasos acercarse, no tardó en aparecer James, que se dejó caer en su cama, un poco enfadado, pero no necesitaba preguntar, se había llevado a Malfoy para castigarlo, que se podía traducir a que quería follarlo simplemente, pero no quería levantar sospechas y que el resto lo llamara rarito, suspiró, le arrojó un sobre, haciendo que su amigo frunciera el ceño, dispuesto a regresarlo, pero por la expresión del birmano, supo que no lo hacía para molestarlo.
—Lo dejó uno de los guardias mientras castigabas a Malfoy –le informó.
—Por tu cara, quiere decir que viste que había.
—¿No podía hacerlo? –Elevó una ceja, consternado.
—Pido que me des la información –gruñó.
Alex negó. —Es mejor que tú lo veas y lo leas, por ti mismo, me refiero –aclaró.
El castaño farfulló, abrió el sobre y vació el contenido sobre la cama, todo el contenido era información sobre Lily Luna, haciendo que James se tensara, había informes completos con fotografías de la joven en lugares públicos, pero su ira creció al ver las fotos de ella en el interior de su apartamento que compartía con Edward Lupin, según el informe escrito, se habían casado hacía un tiempo, con la desaprobación de los padres de los chicos.
—Maldito Sebastian Keller –gruñó arrojando las cosas a la pared.
—Las cosas van completamente en serio, James –informó Alex –tal parece que realmente este tipo va a joderte y no solo intentará hacerlo, ya ha ido demasiado lejos siguiendo a Lily, está al tanto, de que ella es lo único que te importa en serio.
—Sí, y realmente no sé cómo lo supo.
—Tenemos que organizarnos, planear algo, porque, no puedes entregarle el control de Azkaban, sabes lo que eso significaría, ¿no es así?
—Trae a Kaplan aquí –ordenó.
—¿En serio vas a involucrarlo a él? Has repetido hasta el cansancio que no quieres que nadie más sepa de qué Lily existe, sé que te quita las ganas, pero sigo sin confiar por completo en él, hay cosas que esconde y...
—Ya lo sé, pero tráelo aquí, no estoy hablando de un asunto de Azkaban, algo que yo pueda resolver con mis propias manos, Alex, estamos hablando de Lily, y su seguridad, si le hacen algo a Edward me importa un carajo, pero no a mi hermana.
—Bien.
El castaño aprovechó que le tomaría un par de minutos a su mano derecha ubicar al ex policía, así que fue hasta uno de los guardias, que sabía que estaban de su lado, y que sin importar cuánto dinero le ofreciera Keller, no lo vendería, al menos, no tan fácil.
—Deidad, ¿Qué puedo hacer por ti?
—Necesito un favor, que no podré pagarte, al menos por el momento –informó en un tono enfadado.
—Ha dado tanto por tan poco, deidad, que no hay más que pedir –sonrió –tus palabras son órdenes.
—Genial, necesito que hagas venir a dos personas aquí, sin que... Keller se entere.
—Bueno, eso será complicado, ha estado vigilando todo con minuciosidad, ha planteado la posibilidad de colocarnos cámaras en los uniformes y micrófonos, para saber qué guardias y qué guardias no, están bajo su protección.
—En cuanto pueda recuperar mi poder, sabes que te lo recompensaré, sin importar que no haya nada más que necesites –palmeó su hombro.
—Bien, ¿Quiénes tienen que ser traídos ante usted?
—Mi padre, y Edward Lupin, que ninguno de ellos sepa que el otro también estará aquí, pero necesito que vengan el mismo día.
—Sin problemas, aunque... quizás no le guste el método que usaré, deidad.
—No importa la forma, así tengas que amputar una extremidad, hazlo posible –ordenó.
—Como ordene –aceptó.
Cuando Alex y Kaplan entraron a la celda, James ya estaba ahí, un poco más tranquilo por la charla con el guardia, la mirada azul de Alper era un poco extraña, lo esperaba, después de hacerlo follar con Malfoy, pero suponía que había notado la razón por la que hizo eso, y no era realmente para que compitieran por quien sería su amante, después de todo, una vez que él recuperara su completa autoridad, no necesitaría a ninguno de esos dos.
—Me querías ver –comentó.
James lo sujetó del cuello, y acercó su rostro hasta él, que de inmediato se tensó y tragó saliva, no por miedo, sino por excitación, a veces, se le olvidaba que provocaba eso en Kaplan y Malfoy, así que estrelló su cara contra la barda, que no funcionó tampoco de mucho, ya que soltó un ligero gemido.
—James –pidió Alex.
—Vas a decirme, ¿Qué clase de información es la que están consiguiendo o ya tienen de Lily Luna? –gruñó –y no planees mentirme.
—No sé –aceptó –Keller comenzó a dar órdenes sobre a quienes sí tenían que seguir y a quien dejar por la paz, pero jamás me lo dijo a mí, sabía que yo no confiaba en ti.
—Claro, no confías en él, y él no confía en ti, sin embargo, te ingresa a Azkaban, y casualmente acudes a mí, pidiendo unirte a mi equipo ¿Qué le has estado diciendo a Keller?
—Yo... no, nada –gruñó de dolor –James, ¿por qué demonios te mentiría?
—No lo sé, ¿por qué razón me serías leal para comenzar?
—Sabes el por qué.
—No seas ridículo, no estás enamorado de mí, te follé solo por liberación, no porque me gustes o alguna estupidez así –le recordó.
—¡Lo sé! ¡Pero tú no puedes controlar lo que los demás van a sentir por ti, imbécil! –espetó enfadado –y sí, quizás fue por lo bien que me follas, que me enamoré de ti, o por lo malditamente atractivo que eres, no lo sé, pregúntale a Malfoy por qué le comenzaste a gustar a él –se removió para quitarse de encima al castaño.
—No lo metas en esto –ordenó –no estamos aquí para hablar de estupideces, como lo son los sentimientos, estás aquí, siendo cuestionado, porque eras un maldito policía, así que ¿Cómo puedo saber que no eres el maldito infiltrado?
Kaplan se giró sorprendido de lo que había dicho, había sido a él, a quien se le había ocurrido usar a Malfoy como infiltrado, pero no se lo había comentado a nadie, había sido iniciativa propia, y más que nada, quería saber por qué era que James se había comenzado a movilizar y la violencia había aumentado, y los interrogatorios, de la nada, la población había comenzado a bajar a causa de que el castaño se deshacía de hombres, al parecer para ellos, —la policía—, tipos completamente al azar.
—Sabes algo –comentó soltándolo.
—Bueno, cuando estaba a cargo, mi intención fue poner un infiltrado...
—No, no –se burló –esto va de tiempo, no cuando entraste tú.
—Tu padre, antes de que le quitaras el caso, bueno, los informes eran de que la población en Azkaban estaba siendo reducida, presos al azar o al menos así era para nosotros, no sabíamos que era lo que estabas haciendo, o el porqué, así que sí, quise meter a alguien a tu circulo, pero nadie quiso hacer ese trabajo.
—Claro, y como si querías que las cosas salieran bien, tenías que hacerlas personalmente, ¿no?
—James, por favor, sabes cómo funciona todo esto, por Dios, tu padre es policía, tú lo eras –le recordó.
El castaño se alejó enfadado ante el recuerdo de sus días antes de prisión, no le gustaba recordar para nada que fue parte de la policía, pero no como su padre, no, él había logrado escalar de la simpleza del cuerpo de policías hasta el MI6, pero todo eso había quedado en el pasado, las cosas eran bastante diferentes en ese momento.
—Por eso mismo, ¿te recuerdo que mi oficina era más grande que la tuya? –Se burló.
—Me sorprende que una persona experta en espionaje, no pueda dar con el espía en una simple prisión, es simple.
—La verdad, es que Azkaban era bastante tranquila, y el que no puede dar con nada aquí, eres tú.
—Te sorprendería.
—Bueno, dime ¿por qué si lo sabes todo, no dijiste nada del noviecito de Malfoy?
—Michael, ¿Qué con él?
—Tu ex jefe, tiene una mente de niños, crear un plan de preescolar, para poner a Malfoy en el lugar de Alex, eso jamás va a pasar –sujetó la mejilla de Kaplan y la pellizcó –tenlo en claro, jamás, alguien, va a quitarle su lugar a Alexander Takhon –le sonrió –por mucho que me guste o no, follarle.
La mirada de Alper Kaplan, se encontró con la de Alex, que observaba con atención la escena, sinceramente, estaba comenzando a preguntarse ¿Qué había entre ellos que los unía de aquella manera tan incondicional?
—No, no hay esa clase de relación entre nosotros –se burló Alex, sin descruzar los brazos –dime ¿en serio crees que, si tuviésemos esa clase de relación, él tendría que buscar en tu trasero? –Se rió divertido –o en el de Malfoy –chasqueó la lengua.
—No digas cosas asquerosas –gruñó James.
—Oh, vamos, sin duda no tendrías necesidades –le guiñó un ojo, ocasionando una sonrisa en el castaño.
—Sí, como sea –giró su atención a Alper –así que vamos, dime todo lo que sepas, y no digo de las cosas dentro de Azkaban, sino en tu Departamento, quiero todos los datos que te constan.
—M—
James observó al guardia salir al patio en su búsqueda, así que no esperó a que lo ubicara, como normalmente lo hacía, se puso de pie de inmediato, seguido de Alex y Gregor, el castaño se detuvo un momento y observó a Kaplan, que confundido se puso de pie y los siguió también, dejando a Scorpius completamente frustrado, ¿esa era la decisión de James? ¿Hacer de Kaplan su amante y tercer hombre de confianza?
Tres de los hombres, se quedaron de pie en la puerta, el hombre encapuchado se movía con desesperación, así que James supo que se trataba de su padre, de cualquier otra forma, no iría, no por voluntad propia, claro estaba, odiaba y repudiaba a James, por volverse lo que era.
—Veo que es de policías mediocres no soportar algo que ellos hacen con los demás –se burló de su padre –sin ofender –observó a Kaplan sobre su hombro, que negó, restando importancia.
—Maldito seas, ¿por qué me trajiste aquí? –Se sacudió, pero las cuerdas estaban bien puestas, así que máximo caería de la silla, si es que podía con el acero del que estaba hecha.
—Sí, sí, puedes maldecirme todo lo que quieras –se acuclilló para verlo con atención –pero no estás aquí para que tomemos terapia.
—Jamás...
—Es sobre Lily Luna –comentó, haciendo que su padre dejara de forcejar para soltarse.
—Lily, ¿qué con mi hija? –Gruñó.
—Aún eres alguien medio importante en la policía ¿cierto? –se burló.
—No te incumbe eso –bufó.
—Veo que no conoces a Alper Kaplan.
Los dos hombres se observaron, el moreno de ojos verdes frunció el ceño, claro que lo conocía, había estado por un momento corto, a cargo de la investigación de lo que planeaba James en Azkaban.
—No personalmente –comentó –pero no comprendo.
—Sebastian Keller ¿Qué sabes de ese hombre?
—No voy a darte información que haga que ataques al único hombre, que, al parecer, te está provocando un poco de miedo –sonrió triunfal.
—Si la pelea fuese entre él y yo, realmente no tendría de qué preocuparme, sé y me gusta pelear sucio también.
—No veo el problema en ese caso.
James chasqueó los dedos, Gregor se acercó a ellos, mostrándole el contenido del sobre a Harry Potter, que mostró como si fuese un libro abierto, toda su confusión y preocupación por su única hija mujer.
—¿Cómo obtuviste eso? –Observó a su hijo.
—Un obsequio de Sebastian Keller –informó –así que ahora sabes la razón por la que te hice venir hasta aquí, ¿no es así? –Harry asintió.
—Así que vas a decirme, ¿Qué sabes del maldito de Sebastian Keller? Por qué los dos sabemos, que voy a quemar Inglaterra completa, si se le ocurre ponerle un solo dedo encima a mi hermana.
—Él es un completo misterio –informó a regañadientes –alguien lo puso al mando, un peso pesado, eso es claro, pero no sabemos mucho de él, su expediente es secreto.
—No, no es del MI6 –le informó –yo lo sabría.
—Sus identidades son secretas y protegidas –le recordó.
—No para mí –le sonrió –fui parte de la élite del MI6, ¿recuerdas?
—Sí, era cuando aún estaba orgulloso de ti, antes de que te vendieras ¿Por qué? ¿Unos cuantos millones?
—Si la corona no quiere traidores en sus filas, debería pagarles bien a sus filas –se burló James –así que, dime lo que sabes, porque sé que sabes algo, por pequeño que sea.
—Es huérfano, de buena familia –comentó –Escoces, sin familia cercana ni lejana, completamente solo, de ahí, desconozco más información de él, y la verdad, dudo que algo de eso sea cierto.
—Lo es –informó –solo alguien que no tiene absolutamente nada que perder, es capaz de atacarme así y jugar sus cartas más poderosas desde el comienzo.
—Es lo único preciado que existe en el mundo para ti, no es jugar sus mejores cartas desde el inicio, es jugar sus únicas cartas que tiene, y sabe que te tiene donde quiere, sabe que, si sigue presionándote, vas a darle todo lo que eres, de ser necesario –sonrió.
—James –lo nombró Alex.
—Sí, ya lo sé –negó –llévatelo, no hay prisa porque en la familia lo encuentren rápido –sonrió el castaño –después de todo, ni siquiera le habla a Lily.
Una vez que sacaron a Harry Potter del lugar, una de las puertas se abrió, Edward Lupin fue empujado para que entrara, pero el hecho de que entrara por su propio pie, le agradó, al menos podía confiar en que él se interpondría entre una bala y su hermana, de ser necesario.
—Bienvenido a mi hogar, cuñado –sonrió James.
—Realmente, me sorprendió cuando ese hombre me dijo que querías verme, al inicio, no comprendí la razón y me negué, pero... tú solo me harías venir si se tratase de la seguridad de Lily.
—En efecto –le arrojó una foto –dime ¿conoces a ese tipo?
—Sí, se ha vuelto amigo de tu hermana, para ser honesto, me desagrada por completo.
—¿Por qué desconfiarías de él?
—Solo basta ver cómo observa a Lily, y no, no son celos, como ella dice, simplemente hay algo tenebroso con él.
—Tienes buenos instintos, y eso explica esto –le hizo una seña a Gregor, que le dio los papeles de manera más educada a Lupin.
—Maldito bastardo –tragó saliva, dudó un momento, y levantó la vista hasta su cuñado, un poco temeroso –no me importa mancharme las manos, incluso si implica trabajar para ti, ¿Cómo la protejo? –Cuestionó.
