Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei XD

Muchas gracias por sus comentarios, me emociona saber que hay personas que se interesan por leer mis desvaríos, se que no siempre serán del agrado de todos, pero así es la vida, no se puede complacer a todo mundo. =D

Nisha Imuett: Thanks for your good wishes. You stay healthy as well. Here's the next chapter, please enjoy.


Naruto se despertó una hora antes del alba y sigilosamente salió de la habitación en la que había pasado la noche, agradeció mentalmente a Mito-oneesan por todas sus atenciones y se dispuso a salir rumbo a su departamento, después de todo en unas cuantas horas debería estar en la academia para tomar sus lecciones del día, la mansión estaba en penumbra, aun así no le fue difícil encontrar la puerta principal, al disponerse a salir, la dulce voz de Mito le sorprendió.

–Que el austro te lleve a buen puerto pequeño Naruto–

Al oír esto el pequeño Naruto se giró, para encontrarse con una sonriente Mito de pie a escasos pasos de distancia.

–Di-disculpa Mito-oneesan, no quería despertarte, gra-gracias por permitirme pasar la noche en tu casa, ttebayo–

Dijo Naruto algo cohibido.

–No me despertaste pequeño, recuerda lo que te dije anoche, esta es tu casa y me gustaría que regresaras esta tarde, deseo charlar de algunos asuntos contigo–

Respondió con una amable sonrisa Mito, al tiempo que se ponía a la par de Naruto para abrir la puerta principal de la mansión y guiar al pelirrubio a la entrada del complejo, una vez en la entrada la pelirroja le explicó al ojiazul que para poder ingresar nuevamente, debería tocar con su mano en el portón usando una pequeña cantidad de chakra, aclarado esto, Naruto se despidió de Mito y corrió en dirección de su departamento, después de todo necesitaba asearse y prepararse para iniciar su jornada.

El día de clases de Naruto transcurrió de forma anodina, los profesores no le prestaban atención por más dudas que tuviera o por mas respuestas correctas o incorrectas que diera a las preguntas que hacían, los que notaban su presencia solo lo hacían para reñirle o castigarle por razones tan estúpidas como respirar demasiado fuerte y fue así como faltando solo unos minutos para que sonara la campana indicando el final de la jornada, una ANBU con máscara de oso apareció en el salón de clase indicando que la presencia del rubio era requerida por el Hokage.

–Genial, ahora jiji-Sarutobi me va a regañar por algo, ttebayo–

Fue lo que susurro sin ánimo Naruto al tiempo que se acercaba a la kunoichi que lo llevaría con el Hokage, una vez de pie junto a la ANBU, esta puso su mano sobre el hombro del ojiazul y ambos desaparecieron en un shunshin de hojas, para reaparecer un instante más tarde en la oficina del Hokage.

Una vez en presencia del Hokage, éste despidió a la ANBU y ofreció un asiento a Naruto, algunos minutos pasaron en los que la tercera sombra del fuego examinaba detenidamente al rubio y este se removió incómodo en su silla, por fin después de lo que al ojiazul le pareció una eternidad el anciano llenó su pipa con tabaco y encendiendola rompió el silencio.

–Me he enterado que la noche de ayer fue algo agitada para ti Naruto, ¿Hay algo de lo que me quieras hablar?–

Afirmó y cuestionó el anciano Hokage, a lo que el mencionado Naruto hizo un mohín y molesto cruzó sus brazos frente al pecho.

–No fué mi culpa anciano, yo caminaba por la calle ocupándome de mis propios asuntos sin molestar a nadie cuando aquella bruja gritó lo de siempre, que si el demonio andaba suelto, que si hay que darle su merecido, tu sabes lo de diario, así que tuve que correr por toda la aldea, no es mi culpa si se rompieron algunas cuantas cosas o algún mocoso mimado termino algo raspado en el suelo mientras intentaba que no me molieran a palos, dattebayo–

Terminó el niño su retahíla quebrandosele la voz al final y con los ojos aguados, aunque por puro orgullo y fuerza de voluntad ni una sola lagrima escapo, recibiendo una mirada de simpatía del viejo Hokage.

–Supe también que te perdieron la pista en el distrito de clanes, ¿podrías contarme cómo hiciste para perder a quienes te seguian?–

Preguntó esto último el Hokage con una sonrisa cómplice, invitando al rubio a relatar lo que realmente intrigaba al anciano, al oír esto la mirada del ojiazul se iluminó y comenzó a relatar lo sucedido ganando emoción por momentos.

–¡Cierto, cierto! ¿Sabías que existe un clan Uzumaki anciano, y que yo soy parte de él, ttebayo?–

Exclamó un por demás emocionado Naruto, preocupando al anciano, sin embargo, éste no lo demostró y siguió su conversación con el pequeño de forma natural.

–Algo había oído de eso, y ¿Cómo es que te enteraste de la existencia del clan y que tu eres parte de él?–

el pequeño continuó su relato como si nada.

–Me lo contó Mito-oneesan cuando me metí al complejo para esconderme de los malos que me perseguían jiji–

Si la información que estaba obteniendo el anciano era preocupante, el escuchar el nombre de la esposa del primero dejó helado al viejo Sarutobi, tanto que la pipa que fumaba estuvo a punto de caer de su boca sin este darse cuenta, para su fortuna se recompuso de último momento y continuó cuestionando al rubio aparentando una tranquilidad que estaba lejos de sentir.

–Y dime Naruto, esta Mito de la que me hablas ¿Fué quien te dijo que eres parte del clan Uzumaki?, ¿Cómo es ella?–

El ojiazul comenzó a saltar emocionado en su silla al tiempo que seguía hablando, sin saber que con cada palabra preocupaba cada vez más al anciano.

–Si viejo ella me lo contó, es una dama con cabello rojo peinado en dos odangos con unos sellos colgados de cada uno, tiene unos ojos violeta muy bonitos y una marca en medio de la frente… Por cierto jiji, ella me dijo que podía vivir en el complejo, crees que sea buena idea mudarme?, digo los malos saben donde vivo y muy seguido descomponen mi puerta y se meten a mi casa a romper todo lo que encuentran, el otro dia quemaron mi futon ttebayo, además Mito-oneesan dice que solo yo puedo entrar al complejo–

Concluyó su relato de forma pensativa el rubio sin percatarse de que el anciano Hokage se puso pálido al escuchar la descripción de Mito, aprovechando la distracción del rubio para recomponerse y adoptar también él una pose similar, mientras su mente trabajaba a sobremarcha imaginando escenarios y posibilidades sobre lo que el pequeño acababa de relatar, después de unos minutos decidió lo que a su parecer era el mejor curso de acción, uno arriesgado pero esperaba que algo bueno saliera de todo esto.

–Creo que mudarte es una buena idea Naruto, pero te recomiendo que nadie se entere, recuerda que un shinobi es un maestro en el arte del engaño–

Con esto el viejo Hokage y Naruto se despidieron y este último corrió a su departamento para empacar sus pocas pertenencias e irse a vivir al complejo Uzumaki; una vez el rubio abandonó su oficina el anciano dijo al viento.

– Kuma, Hebi, Tora, Inu–

Acto seguido cuatro ANBU aparecieron silenciosamente postrados ante el líder de la aldea.

–Les asigno la vigilancia de Naruto 24/7, quiero saber que hace, a donde va, a quien conoce, con quién habla, quiero que sean su sombra, quiero saber su dia a dia, esta misión es rango S, no habrá registro y los reportes me los entregaran a mí y solo a mí personalmente, ¡Vayan!–

Una vez recibidas las instrucciones los ANBU desaparecieron de la misma forma silenciosa en la que llegaron a la oficina del Hokage.

En otra parte de la aldea, más específicamente en la azotea de una casa a un par de calles de un ruinoso edificio de departamentos ubicado en los barrios bajos de Konoha, se hacen presentes las ANBU Hebi y Kuma, comenzando su labor de vigilancia.

–Kuma, ¿Por qué nos detenemos aquí? Estamos muy lejos aún del objetivo–

Cuestiona una intrigada Hebi a su compañera.

–Esta es la distancia mínima segura para seguirlo, siempre y cuando no cambie la dirección del viento, deberías revisar el apartado FODA de su expediente–

Fué la sorprendente respuesta de Kuma, la cuál dejó totalmente descolocada a Hebi.

–No bromees Kuma, un chunin tendría serios problemas para detectarnos a esta distancia, recuerda que estamos ocultando nuestro olor y chakra, ya he visto su expediente y es un nulo en prácticamente todo, cómo podría ese despistado remedo de estudiante ubicarnos?–

Respondió Hebi a su contraparte, creyendo que esta le quería jugar alguna especie de broma.

–No estoy hablando del expediente de la academia sino del que se encuentra en los archivos del cuartel, buscalo, te vas a llevar una gran sorpresa y si vamos a completar esta mision será mejor que no le subestimemos–

Si la anterior afirmación de Kuma había sorprendido a Hebi, el escuchar que un simple estudiante de la Academia tenía un expediente en el cuartel la dejó totalmente sin habla, cómo era posible que una bala perdida de estudiante tuviera un expediente entre los elementos activos? Esta y más cuestiones pasaban por la cabeza de la kunoichi cuando Kuma la sacó de sus pensamientos.

–Mira, ya sale, me pregunto a dónde se dirige con esa mochila–

Naruto salió a las calles de la aldea con sus pocas pertenencias metidas en su mochila, acto seguido echó a andar por las calles de la aldea, Hebi observó con sorpresa como el gaki perdía sin problemas a varios grupos de civiles que intentaban seguirlo con intenciones desconocidas, ya fuera escondiéndose o pasando por lugares imposibles para cualquiera que no fuera un shinobi, hubo un par de ocasiones en las que incluso ella le perdió la pista por momentos, no así su compañera que aparentemente estaba acostumbrada a seguirle el rastro a la amenaza rubia, como le llamaban algunos aldeanos, después de una media hora de seguir al ojiazul, la dirección del viento cambió, y fue entonces que la misión se fue al carajo.

–¡Mierda, apresúrate Hebi que se nos escapa!–

Dijo Kuma saliendo disparada en dirección de un callejón entre edificios, en el que el rubio se metió al indicarle su instinto que alguien lo estaba siguiendo, al llegar al lugar unos cuantos segundos después, solo encontraron dos puertas abiertas y una tapa de desagüe mal cerrada en el piso, Kuma comenzó a olfatear el aire intentando recobrar el rastro, sin embargo todo el lugar olía a Naruto, maldiciendo por lo bajo las dos ANBU decidieron separarse para buscar al desgraciado gaki que había herido su orgullo al desaparecer frente a sus narices, Kuma entró en uno de los edificios mientras Hebi revisaba el desagüe, tan pronto las kunoichis se perdieron de vista una manta kakuremino se arrugó en una esquina del callejón y detrás de ella apareció un castaño que salió sigilosamente del lugar al tiempo que doblaba la manta y la metia en su mochila, camino unas cuantas calles sobre sus pasos girando después en dirección al distrito comercial y de pronto su cabello se volvió rubio mientras ingresaba a un local de ramen.

–¡Un ramen de miso grande, viejo Teuchi!–

Gritó el ojiazul tan pronto entró en el lugar, mientras tanto en el callejón Hebi estaba fúrica, no podía creer que perdió el rastro de un mocoso que ni siquiera se había graduado aún de la academia, Kuma no estaba de mejor ánimo, sin embargo se controlaba mucho mejor que su acompañante, mirando al cielo la kunoichi con máscara de oso tuvo un momento de lucidez.

–Oye Hebi, ¿No tienes hambre?, vamos, te invito algo de ramen–

Pregunto Kuma en un tono divertido haciendo enojar aún más a la kunoichi con máscara de serpiente, no se explicaba cómo era posible que pensara en comer cuando el triste mocoso al que les habían encargado vigilar se les había escapado, Hebi iba a comenzar a despotricar cuando fue cortada por Kuma.

–Ya, ya, no es la gran cosa, yo sé lo que te digo, vamos a comer, quitate la mascara y sígueme la corriente–

Dicho esto la kunoichi se quito su mascara y emprendio marcha en direccion del distrito comercial, Hebi se retiro su mascara y siguio a su companera mientras murmuraba cosas sobre compañeras indiciplinadas que pensaban en comer en medio de una misión que se había ido a la mierda, al entrar en el local de ramen Kuma no pudo evitar soltar una carcajada al ver el poema que era la cara de Hebi al reconocer al infeliz mocoso que habia pisoteado su orgullo, al oir la estruendosa carcajada, Naruto se giro para encontrarse con un par de kunoichis, una de ellas de grandes ojos negros y cabello castaño atado en una coleta baja, con dos mechones enmarcando su rostro y marcas rojas triangulares en sus mejillas, controlando a duras penas su risa y la otra de ojos castaño claro, cabello violeta recogido en una coleta alta, con la cara roja y una mueca de enfado muy evidente, Naruto al reconocer a la primera sonrio de forma zorruna.

–Hana-neechan, no me digas que el anciano quiere verme otra vez, si acabamos de estar con él hace nada–

Si esto sorprendió a Hana, no lo demostró, por su parte en Hebi nacía un creciente respeto por el pelirrubio, si bien algunas veces se había encargado de cuidarlo o llevarlo ante el líder de la aldea, nunca se imaginó que fuera realmente tan habilidoso, todo lo que sabía de él eran los rumores que circulaban entre los aldeanos y lo que había leído de su expediente en la academia.

–Nada de eso Naruto, solo estamos aquí para comer, ¿ya conoces a mi amiga Anko?–

Presentó Hana a su compañera de lo que se sentaba al lado derecho del ojiazul, mientras que la llamada Anko tomaba asiento a la izquierda del mismo.

Mientras comían sus platillos los tres individuos se sumergieron en una amena charla ligera, que si quienes habían sido las últimas víctimas del niño, que si habían tenido alguna misión emocionante las kunoichis, después de unos pocos minutos Anko se encontró riendo divertida con las geniales ideas de Naruto, se sorprendió con las formas creativas en las que planeaba y ejecutaba sus bromas y aunque en pequeño nunca soltó prenda en cuanto a cómo hacía para escapar de sus perseguidores, una cosa si quedo mas que clara, el gaki apuntaba a convertirse en un maestro infiltrador, siempre y cuando encontrara la guía adecuada.

–Veo que llevas tu mochila, a donde vas con ella Naruto? No me digas que estás planeando otra de tus bromas–

Comentó Hana sonriendo de forma casual en medio de la plática.

–Para nada Hana-neechan, es solo que si dejo mis cosas en casa puede que las encuentre rotas o que ya no las encuentre, tú sabes como es–

Respondió Naruto para después sorber el poco caldo que aun quedaba en su tazón y una vez hecho esto se dispuso a pagar su comida para retirarse del lugar, siendo detenido por Anko al tomarlo suavemente por la muñeca.

–Permíteme invitarte esta vez gaki, tú sabes por las divertidas historias que nos contaste, ¿En serio conociste a Hana después de pintar a los perros Inuzuka de colores?–

Por única respuesta Naruto sonrió de forma zorruna y salió del lugar despidiéndose de las kunoichis y los empleados del restaurante, una vez afuera y después de asegurarse de que nadie le seguía, emprendió camino con dirección a la zona de clanes, por su parte las kunoichis terminaron sus respectivos tazones y teniendo extremo cuidado de no ser detectadas por el ojiazul continuaron con su labor de vigilancia, para minutos después ser testigos de cómo el rubio ingresaba por el portón del complejo Uzumaki, notando Hebi que las estatuas que resguardaban el ingreso estaban nuevamente en su sitio.

En el interior del complejo Naruto se encontró nuevamente con Mito y mientras caminaban y platicaban por las calles con dirección a la pagoda, la oji violeta le explicaba la distribución de los terrenos al rubio, fue así que el ojiazul se enteró que el edificio más próximo a la izquierda de la entrada era la embajada, que la mansión al centro era la casa de la familia real de Uzu, que la pagoda era separada del resto del complejo por una pequeña arboleda y que se situaba a unos ocho kilómetros del borde posterior del complejo, que se contaba con unos pocos terrenos de cultivo, tres campos de entrenamiento, una pequeña forja y armería, un distrito comercial que abarcaba un par de manzanas, un pequeño lago a un par de cientos de metros detrás de la pagoda, además del que existía un pequeño bosque extendiéndose a lo largo del área trasera y occidental de los terrenos, así mismo la arboleda mencionada se extendía unos cuatrocientos metros alrededor de la pagoda y sus jardines separándola así del resto de los edificios del complejo.

Al llegar al lindero de la arboleda que rodeaba los terrenos de la pagoda se encontraron con un Sannō torii, frente a cada pilar estaba la estatua de un jaguar sentado con sus fauces abiertas, y sobre el dintel se posaba la estatua de un águila con sus alas abiertas.

Al atravesar esta puerta ingresaremos en tierra santa Uzumaki, querido pequeñopríncipe Naruto, únicamente a los miembros de la familia se les permite ingresar a esta zona, corta tu mano y con tu sangre toca los dos felinos sagrados de Uzu–

Naruto acató la orden sin hacer preguntas, una vez hecho lo anterior, la pareja continuó caminando en reverencial silencio hasta llegar a la entrada de la pagoda, al arribar a este punto Mito habló una vez más.

En este edificio se concentra todo el saber mundano, arcano y secreto de nuestro clan, es mi deseo transmitir todo este conocimiento a la siguiente generación, dime infante del remolino, es de tu interés entrenar y aprender bajo mi tutela? De antemano te advierto que no soy una maestra fácil de complacer–

Naruto no entendió la mayor parte de aquel discurso, lo único que le quedó claro fue que aquel edificio tan bonito era una especie de biblioteca y que Mito-oneesan le estaba ofreciendo entrenarle, por lo que emocionado respondió con un claro y contundente "Si, dattebayo".

Muy bien Naruto, a partir de este momento tienes acceso solo al primer nivel de esta edificación, aqui encontraras la historia y tradiciones de nuestro clan y de las naciones elementales así como pergaminos con jutsus sencillos de dominio común, además de la introducción al Shio no hashi (Filo de la marea) y al Uzu Ken (Puño de remolino), que son los estilos de kenjutsu y taijutsu propios de nuestros ancestros, a partir de mañana vendremos a este lugar por las tardes al terminar tus clases en la academia para comenzar con tus lecciones–