Capítulo 1

El Primer Paso

Shikamaru y Chouji salieron juntos de la escuela como siempre hacían. Eran vecinos desde niños, por lo que devolverse juntos ya se había convertido en una tradición para ambos.

El Nara parecía estar perdido en sus pensamientos. No podía creer que la chica más hermosa de la escuela le hubiera dado su número. Era como estar en un sueño perfecto.

-¡Shikamaru, cuidado!-Gritó el Akimichi agarrando a su amigo de la camiseta y jalándolo hacia él.

Shikamaru despertó de su ensoñación de golpe.

-¿Qué pasó?-Preguntó el vago aún aturdido.

-¿En serio no te diste cuenta de que casi cruzas la calle con el semáforo en rojo para los peatones?

El Nara parpadeó varias veces para asimilar lo que acababa de pasar.

-Vaya… Gracias por salvarme.

Chouji suspiró y se frotó la sien.

-Entiendo que te haya hecho muy feliz tener el número de Temari literalmente en tu mano, pero al menos sé consciente de dónde estás.

-Perdona Chouji, es que saber que he sido el único hombre al que Temari no ha rechazado es sorprendente y al mismo tiempo hermoso.

-Ni siquiera te ha dicho que le gustas, aunque sí has dado un paso gigantesco a comparación de otros que andan detrás de ella.

Shikamaru sonrió.

-Te aseguro que no desaprovecharé esta oportunidad que la vida me está dando.

-Seguro que no.

Finalmente, ambos llegaron a sus casas y se despidieron.

Shikamaru abrió la puerta con su típica parsimonia y se encontró con su padre sentado en el sofá.

-Creí que hoy llegarías tarde como siempre.-Dijo el joven sorprendido de ver a Shikaku en casa.

-Hoy por suerte nos dejaron salir antes.-Contestó el hombre pausadamente mientras se acercaba a su hijo.

Ambos Nara se abrazaron.

-¿Y bien? ¿Cómo te fue en la escuela?

-Estuvo bien. Esta vez fue un milagro que Kakashi-sensei no me regañara.

Shikaku se rio.

-Bueno, eso es un avance importante.

-Sí, lo sé.-Respondió Shikamaru con una sonrisa ladina.-Por cierto, ¿dónde está mamá?

-En nuestra habitación jugando con tu hermana.

-Gracias papá.

Shikamaru subió las escaleras hasta llegar al cuarto de sus padres. Antes de entrar, tocó la puerta, aunque esta ya se encontraba abierta.

-Hola hijo.-Dijo su madre mientras se acercaba a Shikamaru para abrazarlo.-¿Qué tal tu día?

-Bastante bien la verdad.

-¡Onii-chan!-Gritó la más pequeña de los Nara con mucha emoción mientras corría hacia su hermano.

La niña había heredado el hermoso cabello castaño de su madre, pero su mirada era igual de relajada que la de su padre y su hermano.

Shikamaru se separó de Yoshino y tomó a la niña en sus brazos alzándola.

-Hola princesa. Te extrañé mucho, ¿sabías?

Ambos hermanos frotaron sus narices entre sí.

-Yo también te extrañé.-Respondió la pequeña de cuatro años con una gran sonrisa.

Le dio un beso en la mejilla a Shikamaru.

-Bueno Shikari, es hora de dormir.-Dijo Yoshino con voz firme.

-Pero no quiero.-Contestó Shikari haciendo un puchero.

Yoshino suspiró y acarició el cabello de su hija.

-Tú y yo habíamos quedado en que una vez vieras que tu hermano ya estaba en casa te irías a la cama.

La pequeña agachó la cabeza con tristeza.

Shikamaru besó la frente de su hermana.

-¿Qué te parece si te leo un cuento antes de dormir?

Los ojos de Shikari brillaron con intensidad ante la idea.

-¡Shi! ¡Cuento!

-¿Nos das permiso para leer un cuento mamá?

Yoshino sonrió.

-Mientras hagas que esta jovencita se duerma adelante.

Shikamaru llevó a su hermana a su habitación, la acostó en su cama y luego puso una pequeña silla frente a esta para sentarse.

-¿Qué quieres que te lea esta noche?

-¡Hanzel y Gretel!-Gritó Shikari emocionada.

-Está bien.

Shikamaru se levantó hacia la estantería donde estaban todos los libros infantiles de su hermana acomodados en orden alfabético.

Una vez encontró lo que buscaba, se volvió a acomodar en la silla y empezó a leer.

Shikari se mostraba muy atenta al cuento, hasta que no aguantó más y se quedó dormida.

-… Finalmente, Gretel logró engañar a la malvada bruja y la atrapó en el caldero ardiente, donde murió quemada. Hanzel y Gretel escaparon de aquella casa y volvieron con su padre, viviendo así felices para siempre.

El Nara volteó a ver a su hermana y sonrió para luego depositar un suave beso en la frente de la pequeña.

-Descansa princesa.-Dijo Shikamaru en un susurro y salió de la habitación.

Su madre se encontraba esperándolo en el pasillo.

-¿Lograste que se quedara dormida?-Preguntó la mujer expectante.

-Como todas las noches.

-Gracias Shikamaru, de verdad no sé qué haría sin ti.

Yoshino se acercó a su hijo y lo abrazó, a lo que este no dudó en corresponderle.

-Deberías ir a descansar, ya es tarde.-Exclamó la mujer con cariño.

-Claro, buenas noches.

-Buenas noches.

Shikamaru entró a su habitación y se recostó en su cama. Se revisó la mano con la esperanza de que el número de Temari no se hubiera borrado, y sonrió al darse cuenta de que la tinta del bolígrafo seguía intacta.

-Vaya, esta chica sí que tiene un buen esfero para escribir.

Guardó el número entre sus contactos y se armó de valor para escribirle.

-Hola Temari, soy Shikamaru. Espero hayas llegado bien a tu casa.

Duró un largo rato pensando en si enviarle el mensaje o no, pero recordó que este era un paso que tenía que dar sí o sí.

Se sentía muy nervioso de conocer la respuesta por parte de la rubia, o si por lo menos esta se tomaría la molestia de leer el mensaje.

-Ya cálmate, Shikamaru.-Se dijo el Nara para sus adentros.-Si te dio su número de teléfono fue por algo. Ella no es el tipo de persona que le daría ese tipo de información a cualquiera.

Shikamaru se quedó contemplando el techo esperando una señal de vida por parte de Temari, teniendo fe de que tarde o temprano ella le contestaría.

Temari finalmente había logrado llegar a su casa. Sacó las llaves de su maleta, abrió la puerta y entró, para luego quedarse sorprendida al encontrar a su hermano mayor Kankuro cenando en el comedor.

El castaño volteó a ver a su hermana y sonrió.

-¿Qué haces aquí? Creí que volverías de tu viaje hasta la próxima semana.-Dijo Temari sin poder creer lo que estaba pasando.

Kankuro se levantó de la silla, se acercó a su hermana y ambos se estrecharon en un fuerte y sentido abrazo.

Duraron así por quién sabe cuánto tiempo, pero parecía que nunca sería suficiente para recobrar el tiempo perdido desde que dejaron de verse.

Temari se separó levemente de su hermano y lo tomó por los hombros.

-Me encanta que estés de vuelta. Te extrañé tanto…

Kankuro acarició la cabeza de la rubia con cariño.

-Yo también te extrañé.

-Lo que no entiendo es por qué volviste antes.-Agregó la rubia todavía confundida.

Kankuro soltó una pequeña risa.

-El trabajo que tenía con mis demás colegas lo acabamos antes de lo estipulado, así que aproveché la oportunidad de hacerle una visita a mamá y papá, y de paso ver a mis dos hermanos favoritos.

Temari se rio ante el comentario de Kankuro.

-Sólo tienes dos hermanos.

-Y a los dos los amo con toda mi alma.

Temari depositó un beso en la mejilla de Kankuro.

-Siendo así, supongo que no te importará que cenemos juntos.

Kankuro sonrió.

-Para nada, pero preferiría que primero vayas a saludar a los demás.

-De acuerdo.

Temari subió las escaleras hasta llegar al segundo piso y entró en la habitación de sus padres.

-Ya llegué.

-Bienvenida mi pequeña.-Dijo Karura al tiempo que se acercaba a su hija para abrazarla.

-¿Qué tal la escuela?-Preguntó Rasa yendo detrás de su esposa.

-Agotadora como siempre.-Contestó Temari con poco entusiasmo.

-De todos modos eso no ha hecho que bajes el promedio en tus calificaciones,-Continuó Rasa.-recuerda que…

-Que debo mantener un buen promedio para entrar a una buena universidad. Sí papá, eso lo tengo claro, y te aseguro que no te decepcionaré.

Rasa sonrió y besó la frente de su hija.

-Nunca podrías decepcionarme. Además, no hagas esto por mí, sino por ti y tu futuro.

Temari le devolvió la sonrisa a su padre.

-Bueno, iré a saludar a Gaara.

La rubia se dirigió a la habitación de su otro hermano mayor. La puerta estaba cerrada como de costumbre. Gaara solía conservarla así mientras estudiaba para un examen o hacía un trabajo de la universidad. Hace poco había iniciado su carrera en ingeniería industrial, pero estaba resultando ser más pesado de lo que se había imaginado.

Temari tocó la puerta con cautela.

-Adelante.-Se escuchó desde adentro.

Temari abrió la puerta y asomó la cabeza, viendo a su hermano sentado frente a su escritorio y los cuadernos llenos de apuntes esparcidos por toda la mesa.

-Hola Gaara, ¿te interrumpo?

Gaara volteó a ver a su hermana y sonrió divertido.

-Nunca interrumpes. Pasa.

La Sabaku No entró en la habitación y cerró la puerta detrás de sí.

-¿Cuánto tiempo llevas sentado estudiando?

-Desde que me levanté.-Contestó el pelirrojo más dormido que despierto.-Aproveché que hoy no tenía que ir a la universidad y me puse a adelantar todo lo que tenía pendiente.

-¿No deberías descansar ya?

-Dentro de un par de minutos lo haré, no te preocupes.-Dijo Gaara acariciando el brazo de Temari.-¿Ya cenaste?

-No, todavía no.

-Es mejor que vayas. Creo que mamá te dejó tu parte en el refrigerador.

-Iré sólo si me prometes que te tomarás un descanso.

Gaara suspiró.

-Lo prometo.

Temari le sonrió a su hermano y volvió a bajar las escaleras para encontrarse con Kankuro, quien ya se había terminado de comer su cena.

-Dijiste que me esperarías.-Exclamó Temari molesta.

-Perdona, pero es que era inevitable ver la comida de mamá ahí diciendo "cómeme".

Temari no pudo evitar reírse.

-¿Algún día dejarás de ser tan glotón?

-No lo creo. Igualmente pensaba acompañarte para que no cenes sola.

La rubia sonrió y fue hasta la cocina para sacar del refrigerador su cena que estaba sobre un plato desechable y envuelta en aluminio.

Se sentó en el comedor y Kankuro se hizo a su lado.

Temari le dio un bocado a la comida y se relamió los labios.

-Qué delicia.

-¿Ahora entiendes por qué no podía dejar la comida ahí esperando mientras volvías?

Temari se rio y continuó comiendo.

Knakuro observó a su hermana con ternura. No importaba cuánto crecieran, para él Temari seguiría siendo la más pequeña y hermosa de la familia.

La rubia se dio cuenta de lo que estaba haciendo su hermano, por lo que levantó una ceja.

-¿Qué tanto me miras?

Kankuro sonrió.

-Es sólo que todavía no puedo creer que estés tan cerca de entrar a la universidad. Parece como si hubiera sido ayer que eras una niña.

-Ya estás empezando a hablar como papá.-Dijo Temari riéndose.

-Lo sé, pero realmente cuando te vuelves adulto, el tiempo empieza a avanzar más rápido de lo normal y recuerdas cosas que viviste hace años sin poder creer que haya pasado tanto tiempo.

Temari suspiró.

-Ya de por sí estando cerca de la adultez se tiene esa sensación, no me imagino cuando de verdad me vuelva una mujer.

Kankuro tomó la mano de Temari.

-Sólo te puedo decir que sin duda alguna serás de las mujeres más solicitada por los hombres para tener una relación sentimental.

Temari rodó los ojos con ironía.

-No sé si algún día vaya a tener pareja, y por el momento no es algo que me interese. Prefiero enfocarme en mi progreso personal.

-Es la mejor decisión. Tienes toda una vida para encontrar a ese alguien especial.

-Sí, supongo que sí.

La rubia terminó su cena y se dirigió a su habitación. Había pensado despedirse de Kankuro, pero este le dijo que esa noche se quedaría a dormir en su antiguo cuarto y que a la mañana siguiente se iría temprano, por lo que podrían decirse adiós antes de que este se fuera a trabajar.

Temari se tiró de un salto a la cama y revisó su teléfono por si acaso alguien le había escrito o al menos llamado.

Tenía pocos mensajes, siendo la mayoría de estos por parte de Ino, quien le había mandado unas cuantas fotos de lo último en accesorios y ropa. Por otra parte, se encontraba un mensaje de un número desconocido, el cual una vez abrió la hizo sonreír de forma genuina.

Decidida, contestó el mensaje.

-Hola Shikamaru, ¿cómo estás? Sí, llegué bien a mi casa. Espero que también hayas llegado bien a la tuya.

Temari dejó su teléfono a un lado para que a los pocos segundos le llegara un mensaje nuevo; otro de Shikamaru.

-Me alegro de que llegases bien. Te habría escrito recién llegué a mi casa, pero tenía que acostar a mi hermana menor antes de poder hacer cualquier otra cosa.

La Sabaku No se sorprendió ante esta respuesta y continuó escribiendo.

-¿Tienes una hermanita? Qué ternura.

-Jeje sí, lo sé. Es toda una dulzura de niña.

-¿Cuántos años tiene?

-Cuatro.

-Vaya, es todavía una bebé.

Shikamaru se limitó a sonreír al darse cuenta de que la conversación fluía con tanta naturalidad a pesar de que nunca habían hablado.

-Sí, por eso le gusta que le lea cuentos antes de dormir.

-¿Qué cuentos le lees?

-Infantiles de todo tipo, pero su favorito es Hanzel y Gretel.

-¿En serio? También es de mis cuentos infantiles favoritos.

-¿De verdad?

-¡Sí!

-No me lo puedo creer. Si algún día conoces a mi hermana podría leerles a ambas esa historia.

Temari se rio ante aquel comentario por parte del Nara. Era la primera vez que se divertía hablando con un chico que no fuera uno de sus hermanos.

-Jejeje, no hace falta. Para eso ya tengo a dos hermanos mayores.

-¿También tienes hermanos?

-Sí. Uno de ellos ya trabaja y el otro entró a la universidad hace poco.

-¡Genial! Supongo que debe ser divertido compartir con ellos.

-No te haces una idea; es de lo mejor, aunque tienden a ser algo sobre protectores conmigo.

-Bueno, teniendo a una hermana tan bonita como tú cualquiera lo sería.

Eso último Shikamaru lo escribió sin pensar, empezando a sentir vergüenza por no haber medido sus palabras.

-Perdón, no quise decir eso… bueno, tampoco te estoy diciendo que seas fea… de hecho eres bastante bonita y… ay, ya no sé ni qué estoy diciendo.

Temari no pudo contener la risa ante el nerviosismo del pelinegro.

-No te preocupes, no has hecho nada malo. No me molesta que me digan que soy bonita mientras no sea en un plano sólo físico.

-¿Segura? Es que, bueno… en la escuela corren muchos rumores de que has rechazado a demasiados hombres por decirte lo atractiva que eres.

-Eso es un hecho, pero es porque me lo han dicho en un sentido muy superficial, y eso es lo que me molesta realmente.

-Entiendo. La verdad a mí no me costaría decir que eres bonita por dentro y por fuera.

Aquellas palabras llenas de sinceridad hicieron que Temari se pusiera nerviosa por alguna razón. Tal vez porque era la primera vez que un chico consideraba su personalidad como otra gran parte de su atractivo.

-Gracias, pero no me conoces lo suficiente para decir que tengo una personalidad bonita.

-Con el simple hecho de que llevaras mi carné a la dirección es suficiente para darme cuenta de que eres una gran persona.

Temari se sonrojó levemente.

-Gracias, qué lindo… Bueno, me gustaría quedarme más tiempo hablando, pero mañana hay que ir a la escuela.

-Sí, tienes razón. Entonces nos vemos mañana si quieres.

-Claro. Buenas noches, descansa.

-Descansa.

Temari dejó su teléfono sobre su mesita de noche y se puso la mano en el corazón. Hablar con el Nara al parecer podía ponerla de buen humor.

Por su parte, Shikamaru se encontraba todavía nervioso. Durante toda la conversación las manos le temblaban y su corazón andaba acelerado cada vez que contestaba un mensaje de Temari.

A pesar de esas sensaciones, había disfrutado de conocer un poco más de la chica que le gustaba y que ella tuviese la oportunidad de conocerlo.

El Nara suspiró y se reacomodó en la cama en posición fetal para conciliar el sueño.

-Ojalá algún día te enamores de mí, así como yo me enamoré de ti hace tanto.

Finalmente, el sueño lo derrotó y cayó en un profundo sueño.

Al día siguiente, unas pequeñas manos estaban sobre su cara, lo que hizo que Shikamaru no tuviera más opción que despertarse.

Lentamente abrió sus ojos para encontrarse con una mirada tierna y confundida por parte de su hermana menor.

-¿Hace cuánto estás ahí?-Preguntó Shikamaru al tiempo que bostezaba.

-No sé, sólo sé que mami dijo que viniera a despertarte.-Contestó Shikari ladeando la cabeza.

El vago tomó las manos de su hermana y se las quitó de la cara.

-Bueno, en ese caso será mejor no hacerla esperar.

Shikari sonrió.

-Shi.

Shikamaru alzó a su hermana y bajó las escaleras con parsimonia, dándose cuenta de que tanto su madre como su padre ya se encontraban allí sentados desayunando.

-Vaya, creí que Shikari se demoraría más en despertarte.

Shikamaru suspiró, sentó a Shikari en una silla y luego él se acomodó en otra para desayunar.

La mesa se mantuvo en silencio por un buen rato, hasta que Yoshino intervino.

-Hijo, ¿podría pedirte un favor?

-Claro mamá, lo que sea.-Contestó el Nara calmadamente.

-Es que tengo que hacer unos recados dentro de un rato y no me da tiempo para llevar a Shikari a la escuela. ¿Podrías hacerlo tú en mi lugar?

-Claro mamá, yo me encargo.-Contestó Shikamaru.-Además, me queda de camino a la escuela.

-Muchas gracias, hijo. Eres un cielo.

Shikamaru sonrió y acarició el cachete de su hermana.

-¿Y bien Shikari? ¿Te gusta la idea de que tu onii-chan te lleve a la escuela?

-¡Shi!-Exclamó Shikari con una gran sonrisa.-Por fin podré presumir que tengo un onii-chan genial.

Shikamaru soltó una risa tierna y revolvió los cabellos de Shikari.

Una vez terminaron de desayunar, Shikamaru y Shikari volvieron a sus cuartos para cepillarse los dientes, ponerse el uniforme y peinarse.

Shikari entró en la habitación de su hermano nerviosa.

Shikamaru volteó a verla confundido.

-¿Qué sucede Shikari? ¿Te duele algo?

Shikari jugó con sus dedos mientras sujetaba un listón azul.

-No, sólo… me preguntaba si… bueno…

Shikamaru pudo descifrar lo que Shikari quería.

-Necesitas que te ponga el listón como te gusta, ¿verdad?

Shikari asintió con la cabeza apenada.

-Es que mami está ocupada y no quiero molestarla.

Shikamaru sonrió con amor y besó la frente de su hermana.

-Claro que te ayudaré a arreglarte.

El pelinegro tomó a su hermana entre sus brazos y la sentó en su escritorio para poder ponerle el listón sin problema.

Lo extendió hasta el máximo tomándolo por ambas puntas, lo acomodó por detrás del cabello de Shikari y lo estiró hasta arriba para hacerle un pequeño moño.

-Listo, ya quedaste perfecta.

Shikari sonrió y abrazó a su hermano con mucha alegría.

-Gracias onii-chan.

Shikamaru sonrió y abrazó a su hermana de vuelta.

Finalmente se separaron y Shikamaru bajó a Shikari de su escritorio.

-Bien, será mejor que nos apresuremos o llegaremos tarde, y no queremos eso.

Shikari asintió con la cabeza y salió corriendo hasta su habitación para recoger su maleta y su lonchera.

Shikamaru también terminó de organizarse y ambos hermanos bajaron las escaleras para encontrarse con sus padres nuevamente.

Yoshino ya les tenía listo sus bentos para el almuerzo.

-Vayan con mucho cuidado, ¿sí?-Dijo Yoshino.

-Estaremos bien mamá.

-Cualquier cosa que suceda no dudes en llamar a tu padre o a mí.

-No te preocupes mujer, no les va a pasar nada.-Intervino Shikaku.

-Ya nos vamos. Nos vemos más tarde.-Contestó Shikamaru.

Shikamaru y Shikari salieron de su casa, no sin antes pasar a la casa de Chouji para irse con él.

El Nara tocó el timbre y a los pocos segundos el Akimichi que se veía demasiado cansado abrió la puerta.

-¿Te sientes bien Chouji?-Preguntó Shikamaru confundido al ver a su amigo en tal estado.

-Creo que fue mala idea quedarme hasta tarde jugando videojuegos.-Dijo Chouji bostezando.

-¿En serio no dormiste por eso?-Le recriminó el Nara.

-Valió la pena cada maldito segundo.

Shikari se quedó mirando a Chouji con curiosidad. La verdad es que ya lo conocía porque era el mejor amigo de su hermano y siempre que iba de visita jugaba un rato con ella.

-¿Po qué hiciste eso Chouji-nii?

Chouji se sorprendió de ver a Shikari ahí, ya que muy pocas veces Shikamaru había tenido que llevarla a la escuela.

-Hola Shikari, no te había visto.

Chouji alzó a la pequeña para abrazarla, a lo que ella no dudó en corresponderle.

-No soy invisible Chouji-nii.-Dijo Shikari haciendo un puchero.

El Akimichi soltó una carcajada y acarició la mejilla de la pequeña.

-Lo sé, sólo es que son raros los días en los que tu hermano es quien te lleva a la escuela y no tu mamá.

-Mami estaba ocupada hoy, así que le pidió a onii-chan que me llevara.

-Ya veo. ¿Y yo puedo acompañarte también?

Shikari sonrió muy feliz y besó la mejilla de Chouji.

-¡Shi!

Chouji se rio y junto con Shikamaru emprendieron el camino hasta la escuela de la pequeña.

Una vez llegaron, Chouji bajó a la niña de sus brazos.

Shikamaru se arrodilló para quedar a la altura de su hermana y volverle a acomodar el moño que tenía en el cuello de su uniforme.

-¿Trajiste todo para hoy? ¿No se te quedó nada?-Preguntó el vago.

-Shi, tengo todo.-Contestó Shikari.

-Fantástico. Entonces nos vemos de nuevo en casa, ¿sí?

Shikari asintió con la cabeza y se dio media vuelta para entrar por aquel portón de su escuela que siempre le había parecido enorme.

-¿Shikamaru?

Aquella voz desconocida hizo que la pequeña detuviera sus pasos en seco y volteara a ver quién había llamado a su hermano.

El aludido se giró para encontrarse con los ojos de Temari quien al parecer venía en compañía de Ino.

-Hola…-Balbuceó el Nara nervioso.

Chouji carraspeó ante el momento incómodo.

-¿Y bien? ¿No piensas presentarme?

Shikamaru volvió en sí y se rascó la nuca, apenado.

-Sí, claro… Temari, él es mi amigo Chouji. Chouji, ella es Temari y su amiga…-El Nara se quedó en silencio sin saber cómo terminar la frase, ya que no conocía a la chica que se encontraba al lado de la Sabaku No.

-Ino, un placer.-Contestó la Yamanaka tratando de disimular su incomodidad lo mejor posible.

-Es un gusto conocerlas.-Dijo Chouji con una gran sonrisa.

-Onii-chan…-Susurró Shikari mientras tomaba la camisa de su hermano y la jalaba suavemente.

Shikamaru se percató de este hecho y miró a su hermana.

-Shikari… Creí que ya te habías ido.

-¿Ella es tu hermanita?-Intervino Temari observando a la pequeña con ternura.

-Sí, ella es Shikari.

Temari le sonrió a la niña.

-Hola Shikari, ¿cómo estás? Yo soy Temari y ella es mi amiga Ino.-Dijo la Sabaku No mientras señalaba a su amiga.-Es un gusto conocerte.-Dijo la rubia sonriendo.

Shikari ladeó la cabeza.

-¿Eres la novia de onii-chan?

Shikamaru se atoró con su propia saliva ante la pregunta de su hermana.

La Sabaku No se sorprendió.

-No, sólo somos amigos. ¿Por qué preguntas eso?

Shikari comenzó a jugar con sus dedos con algo de vergüenza.

-Es que… onii-chan no dejaba de repetir tu nombre mientras dormía cuando fui a despertarlo para ir a la escuela.

El Nara se puso más rojo que un tomate por la pena que le generaba la situación en la que había resultado metido gracias a su hermana.

Temari reaccionó casi de la misma forma que el Nara, sólo que a ella no se le notaba tanto como a él.

Chouji e Ino trataron de contener la risa lo mejor posible ante el momento tan embarazoso que estaban viviendo los otros dos.

-¿Es verdad lo que acaba de decir tu hermana Shikamaru?-Preguntó Temari confundida y nerviosa.

-Bueno… son niños… es normal que… a veces digan ciertas locuras.-Balbuceó Shikamaru sintiendo como sus mejillas seguían ardiéndole de la vergüenza.

-Pero onii-chan, tú…

-Shikari, mi princesa, se te hará tarde. Es mejor que entres.-Dijo Shikamaru casi como un instinto. Lo último que buscaba era verse humillado frente a la chica que le gustaba. No esperó que su hermana hubiese sido la encargada de ello.

La pequeña miró a su hermano confundida ante la actitud tan repentina que este había tomado.

-Todavía me quedan unos minutos.

Shikamaru se agachó para susurrarle a su hermana al oído.

-Si entras ahora, te prometo que vendré por ti en lugar de mamá e iremos por un helado, ¿te parece?

-¡Shi! ¡Helado!-Gritó la pequeña muy emocionada.-Fue un gusto Temari-nee, Ino-nee.

Shikari corrió hacia la entrada de la escuela y su silueta se perdió entre los demás niños.

-Igualmente Shikari.-Dijo la Sabaku No casi como un grito esperando que la pequeña la hubiese escuchado.

-Creo que… será mejor irnos.

Los otros tres asintieron con la cabeza y de ahí partieron en completo silencio, tanto así que hasta el canto de los pájaros se escuchaban con perfecta claridad.

Por su parte, Temari no podía dejar de pensar en lo que Shikari había dicho respecto a Shikamaru. ¿Sería cierto o sólo era un juego de niños? La Sabaku No en gran parte se sentía halagada, pero al mismo tiempo confundida.

Shikamaru andaba bajo el mismo hilo de pensamiento. ¿Por qué su hermana tuvo que avergonzarlo de esa manera? Bueno, era entendible que apenas estaba creciendo y que en un niño es normal que no exista la prudencia, sin embargo, ya no sabía de qué forma encarar a Temari o cómo explicarle mejor la situación.

Una vez llegaron a la escuela, cada uno tomó camino hacia sus respectivas clases.

Shikamaru se sentó en su asiento y tiró la maleta sobre el escritorio para luego poner sus manos sobre su cabeza.

Chouji se hizo a su lado como siempre.

-Vamos Shikamaru. Ya relájate. Llevas todo el camino así.

El Nara suspiró tratando de canalizar sus emociones lo mejor posible o sentiría que en cualquier momento iba a explotar.

-Maldita sea. Justo cuando creí que las cosas iban a salir bien Shikari lo arruinó todo.

-Tampoco es para que lo digas así. Sólo es una niña, es normal que actúe por impulso.

-Sí, ya lo sé, pero igual sigue siendo frustrante que lo tenía que hacer justo frente a la chica que me gusta.

-En serio, necesitas relajarte Shikamaru.

El Nara se cubrió la cara con las manos mostrando lo mal que estaba.

-Mira, si quieres cuando salgamos al descanso puedes buscar a Temari para aclararle todo el asunto y ya está. Tampoco tienes que pensártelo mucho.

Shikamaru miró a Chouji con cara de pocos amigos.

-¿En serio piensas que ella me va a hablar luego de lo que pasó?

Chouji rodó los ojos.

-Mejor deja el drama y encara las cosas. Lo peor que ella te puede decir es que ya no te quiere cerca, eso es todo.

-Justamente ese es el escenario que no quiero vivir Chouji.-Exclamó Shikamaru observando a su amigo a los ojos.-Temari es la chica que me gusta. Nunca había sentido esto por nadie, y lo último que quiero es perderla después de que me esforcé tanto por hablarle.

Chouji suspiró y se rascó la cabeza.

-Quieras o no hablarás con ella y resolverás esto. No me importa si me toca arrastrarte como un costal hasta su lado para que lo hagas.

Shikamaru supo que no iba a poder seguir discutiendo con el Akimichi, porque en el fondo su amigo tenía razón.

Una vez terminaron las clases, el Nara estaba listo para hablar con Temari y evitar cualquier malentendido que hubiese surgido.

Al verla salir de su salón junto con Ino, supo que era la hora.

-Temari, ¿estás segura de que te sientes bien?-Dijo Ino mostrándose preocupada por su amiga.-Desde lo sucedido con Shikamaru esta mañana andas muy extraña.

La aludida desvió la mirada apenada.

-Sí, ya te dije que no me pasa nada. Lo de Shikamaru… sólo fue un malentendido.

-Pues para ser un malentendido parece que te afectó.

-Bueno… yo…

Mientras ambas chicas hablaban, Shikamaru se acercó a ellas sin darse cuenta de que a alguien se le había caído un vaso que contenía café, el cual ya se había dispersado por todo el piso. Iba tan determinado que no se fijó en sus alrededores ni nada de lo que estuviera pasando ajeno a él.

Al pisar el charco de café, resbaló y chocó con algo.

Chouji corrió para socorrer a su mejor amigo y asegurarse de que nadie estuviese herido después de lo sucedido.

-¿Se encuentran bien?-Preguntó Ino entre sorprendida y alterada.

Tras el choque, Shikamaru no había sido capaz de abrir los ojos. Tenía demasiado miedo de que lo que estaba pensando que había pasado fuese verdad.

Lentamente el Nara abrió los ojos y se dio cuenta de que efectivamente, aquella situación era lo que se esperaba. Justo se encontraba encima de Temari en una posición comprometedora y con los cachetes rojos.

Temari no estaba menos nerviosa que él. Su corazón latía a gran velocidad y con mucha fuerza que incluso llegó a creer que en cualquier momento se le saldría del pecho.

No sabía qué hacer ante una situación tan vergonzosa. Por una parte, quería golpearlo por parecer un completo atrevido, pero también estaba disfrutando de tenerlo tan cerca suyo y poder apreciar con mayor claridad los rasgos faciales del vago.

oooooooOOOOOOOOoooooooo

Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado. Por cierto, ¡feliz año nuevo a todos!

-Gaara: Y como siempre, tienes que hacer que esos dos padezcan momentos demasiado vergonzosos.

-Yo: Aunque es una historia romántica, lo cliché debe ser parte de la trama de vez en cuando.

-Ambos: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.