Capítulo uno: When you were young.

Disclaimer: Los personajes, por supuesto, no son míos, son de Stephanie Meyer, pero la historia sí lo es.

Antes de comenzar, me gustaría dedicarle este capítulo (y toda la historia) a alguien:

Querido R., quiero que sepas lo mucho que agradezco que hayas coincidido en mi vida, ya que gracias a esto, he podido escribir esta historia… Pero eso no me va a impedir el mandarte a chingar a tu madre, y agárrate, porque este solo es el primer "chinga tu madre" que te dedico.


Buenos días, tardes o noches para ti querido lector que ha decidido acompañarme el día de hoy ¿Cómo estás? ¿Qué tal te está tratando la vida? Espero que te esté yendo bien, y gracias por entrar a este fanfiction, pero, déjame prepararte para lo que viene, porque este no va a ser un fanfic normal, eso no va a pasar en mi guardia y no es algo que permitiré que suceda mientras sea yo la que lo está escribiendo. Por lo cual déjame empezar diciéndote que, no, no quiero que entres esperando que en este fanfic todo el romance de los protagonistas sea idílico, y mucho menos quiero que pienses que se romantizará lo que no esté bien romantizar. A parte de que algo que quiero dejar en claro antes de ir avanzando en la historia, es que en algunos capítulos se tocarán temas muy sensibles, no te preocupes, te iré avisando al inicio de cada capítulo para que sea tu decisión si gustas leerlo o no. Pero lo más importante que debes de tomar en cuentas, es que espero que entres con la intención de no tomarnos muy enserio nuestro propio fandom, no lo tomes a mal, me encantaría que te quedaras si tus intenciones son reírte conmigo un rato de todos los clichés que habitan por aquí, pero si no te gusta hacer eso, creo que debes de buscar algo más que leer. Ya por último y para empezar con lo que te trajo aquí en un principio, solo me gustaría reiterarte la invitación para que me acompañes en este viaje de diez capítulos, en donde según mi psicólogo, me ayudará a poner en perspectiva una de las épocas más difíciles de mi vida, además de agregarle ciertos toques de humor, y que está ayudándome a mantener mi mente ocupada mientras estoy desempleada en medio de una pandemia mundial.

Ahora sí, sin más dilación, te presentaré a nuestra querida protagonista, que a inicios de esta historia, tenía catorce años de edad, ya la conoces, es nuestra querida Bella, que a sus corta edad, ya tenía bien definido qué era lo que quería ser cuando fuera "grande", una escritora. Porque, como suele pasarle a muchos lectores, creyó que un día sería su turno, y prácticamente que sería su obligación el escribir alguna historia como las que solía leer, e incluso se atrevía a soñar, que un día sería el ejemplo a seguir para alguna niña que, al ver la historia de Bella, se inspirara en ella y que dicha niña decidiera seguir sus pasos. Por eso mismo fue que, con todos esos sueños bien arraigados en su cabeza, empezó a incursionar en la escritura desde esa edad, haciendo algunos escritos de dudosa calidad, pero que permitía hacernos una idea de lo apasionada y determinada que estaba nuestra Bella por cumplir sus objetivos.

Lector, antes de avanzar, debemos estar de acuerdo ambos en lo mismo, y es el hecho de que todos somos unos perfectos imbéciles soñadores cuando somos adolescentes, creyendo que las cosas van a ser exactamente como las planeamos, que nuestro trabajo soñado se nos será ofrecido, y prácticamente regalado, piénsalo, en esos momentos ni si quiera nos ponemos a pensar en que habrá otras personas que estarán mejor preparadas o que necesitaremos experiencia para lograr adquirir dicho trabajo. Eso solo no pasa por nuestra cabeza, pues toda esta clase de problemas son algo que, en muchos casos, ni si quiera somos conscientes de que existen, haciendo que vivamos esos años engañándonos a nosotros mismos, creyendo fervientemente que todo nos será sencillísimo, y que si llega la hora de enfrentarnos a ellos en algún punto de nuestra vida, estos se resolverán de alguna forma u otra; pero si no lo hacen, igual y siempre podremos recurrir a algún hada madrina que nos resuelva todos los aprietos en los que estemos metidos con tan solo mover su varita, y que aparte al moverla, nuestra ropa aparezca lavada, planchada y doblada en nuestro clóset. Ahora bien, entiendo que, si por alguna razón tú eres el que está en ese rango de edad y a este punto estás ofendido por lo que acabo de decir, te ruego que no te lo tomes a mal, ahorita mismo te invito a hacer una carta para tu "yo del futuro", diciendo que es lo que quieres hacer, tus planes, metas y sueños, y léela en diez años, verás cómo me das la razón entonces. También me gustaría que guardaras este párrafo y que vuelvas a leerlo unos años después, el momento de releerlo será justo cuando no sepas porqué demonios debes de pagar los impuestos, pero aun así estás pagándolos.

Sé que ahora tienes la pregunta de ¿Acaso Bella era una de éstas imbéciles soñadoras? Pues sí, sí lo era, aún lo es un poco de hecho, pero en ese entonces era incontrolable, puesto que pensaba que con solo leer mucho, escribir aún más y sacar buenas notas en el colegio, tendría la vida asegurada y lograría todo lo que se proponía. Estaba aferrada a esa meta, sin molestarse en si quiera formar un plan "B", pues suponía que con solo estar enfocada el ello, iba a lograrlo. Así que, como ya se ve venir, el estar tan concentrada en dichas metas ocasionó que Bella fuera una nerd y todo un ratón de biblioteca. Siempre con su cabeza metida en algún libro, con las calificaciones más altas de su clase, todas las tareas entregadas a tiempo, participando en cada oportunidad que tenía, y, como casi nunca suele pasar en esta clase de fics, era a decir verdad, una adolescente bastante guapa.

¿Qué original, no? Ah, pero claro que ella era la única que no se había dado cuenta de este hecho, bueno, Ella y sus compañeros de clase, ya que por desgracia, para todos los muchachos de su edad, Bella carecía de la característica más atractiva en una chica a esa edad, pechos. Además de que también usaba unos lentes morados francamente feos, y siempre tenía ojeras por quedarse hasta muy entrada la noche viendo su serie favorita de ese momento, Sherlock de la BBC. Aún con todo esto, te puedo seguir garantizando que era bastante guapa, porque ¿Cómo no podría serlo? Bella era delgada, con una piel muy pálida, cabello largo y castaño, ojos grandes incluso sin maquillaje, su pequeña cara en forma de corazón y labios delineados que siempre estaban listos para esbozar una sonrisa genuina. Típica descripción de Bella, lo sé, pero sí pongo la descripción "real" de nuestros protagonistas no quedaría con los personajes de Crepúsculo para nada, así que déjame usar la que seguramente ya has leído en otras partes.

Lo malo era que, pese a todas estas cualidades, no hacía que sus compañeros de clase dejaran de molestarla por su apariencia física, llamándola por apodos y solo logrando que Bella se sintiera acomplejada. Por lo cual, me permitiré dejar esta pequeña nota para pedirte que no seas una basura de persona, y no hagas burla a otra persona por algún hecho que la persona no pueda cambiar. No hagas la adolescencia o la vida en general más difícil para alguien, porque de por sí, ya es bastante difícil sin tu ayuda. Gracias por tu atención, volvamos.

Es hora de hacer un pequeño cambio en lo típico que esperas, mi Bella tenía una cualidad bastante peculiar, ya que sí, ya vimos que era una nerd hecha y derecha, pero lo que no te he comentado es que tenía una vena revolucionaria en ella, lo que la hacía no ser tan tímida como podrías haber supuesto en un inicio, pues sabía que tenía una voz dispuesta a utilizarla cuando lo considerara necesario.

En otras palabras, era una bocazas, alguien que nunca se podía callar sus opiniones, sin molestarse en que no fuera el mejor momento para traerlas a colación o que no fueran tan buenas como Ella pensaba que lo eran; jamás dudaba en defender sus ideas, debatirlas o simplemente exponerlas, y mucho menos dudó en declararle la guerra a todos los estereotipos que habían en su entorno por aquel entonces, empezando por cortarse el cabello lo suficientemente corto para que ni los maestros, prefectos, subdirector o incluso la misma directora le hicieran atárselo. Incluso hubo ocasiones, en las que tuvo que defenderse de ciertas injusticias de los maestros, y lo hizo, respondiéndoles sin un atisbo de inseguridad en su voz.

Así es como era su vida en esa etapa, usando los lentes morados, sus libros extra en su mochila de la escuela, una libreta llena de historias inconclusas, el espíritu que ella misma consideraba inquebrantable en aquél momento, y sus rodillas permanentemente llenas de heridas nuevas y cicatrices, las cuáles llevaba con honor, pues solía pensar que era el precio que debía de pagar por mantener su frente en alto.

Claro que su vida escolar no fue tan solitaria, todo gracias a su mejor amiga Alice, que era más bajita que ella, de cabello largo, una mente bastante sucia, y siempre con las cartas en la mano, lista para leerlas a quién se lo pidiese, pero solo si ella tenía ganas de hacerlo. Juntas formaban un dúo bastante interesante, porque, al dar la apariencia de ser dos chicas ñoñas y enfocadas en la escuela, los maestros solían apremiar e incentivar dicha amistad, pues ellos pensaban que esta resultaría muy provechosa para las dos, apoyándose con las tareas y con el estudio en general. ¡Ja! Lo cierto era que se la pasaban leyendo y recomendándose fanfics explícitos de LOTR, eso sin mencionar que se la pasaban haciendo comentarios entre ellas que te hacía ponerte a pensar sobre la sexualidad de ambas.

Para serte franca, estos años muy buenos para las dos, en buena parte gracias a la amistad que hasta el día de hoy tienen, pese a que actualmente ya no asisten a la misma escuela y cada una tiene una vida muy distinta a la de la otra. Igual cada que se ven se siguen riendo a carcajadas al recordar lo que solían hacer, la única diferencia es que ahora hay mucho alcohol de por medio, también que ambas ya han salido del clóset, para sorpresa de nadie, pero no nos quedemos aquí.

¿No te estás preguntando a este punto el por qué puse en la descripción de la historia puse que habría romance? ¿Por qué no muestro al interés romántico de nuestra protagonista? ¿Será acaso esta historia un romance entre Alice y Bella y como fue creciendo el amor entre ellas con el paso de los años?

Pues no, pero cada que pienso en ello, me convenzo de que tal vez pudiera funcionar entre ellas, pero en ese momento de la historia, Bella estaba 60% segura de que era heterosexual. Aparte, como ya mencioné, nuestra protagonista leía mucho a Jane Austen, y sus libros están llenos de amor, amor heterosexual. Quiero que te imagines la cantidad de horas que se la pasaba soñando despierta con Mr. Darcy, pensando que algún día, Ella también tendría a un caballero inglés que se le acercara caminando por un campo, acercándosele para confesarle cómo le había hechizado en cuerpo y alma; y qué no importaba si Ella era pequeña, pobre y oscura, porque para su caballero le sería tan insoportable dejarla como lo sería para Bella.

Claro que ella no esperaba a un soso Mr. Bingley, no, ese tipo de caballeros no era lo que andaba buscando. Bella quería fuego, oscuridad, un caballero atormentado, taciturno, misterioso, un lobo con la piel de oveja, pero que de alguna forma, siempre fuera tierno con ella. Rochester y Heathcliff eran los candidatos perfectos, porque sus únicas fallas eran que uno era tremendamente rencoroso y dispuesto a pasar sobre todos para obtener la venganza que anhelaba y el otro solo mantenía a su primera esposa mentalmente inestable en el ático, pero de ahí en fuera… Todo mal, sí, claramente Bella no sabía lo que pedía. Pero aquellos que se la pasan buscando están condenados, porque al final, terminarán encontrando.

Antes de que tenga que presentar a tan esperado personaje, y por favor discúlpame por dar tantas vueltas, pero considero que es importante traer a colación cuál era el motivo por el que Bella tuviera una autoestima tan baja, dejando por un momento a un lado los problemas de la escuela. Verás, hay veces en que lo peor que te puede pasar, es tener la familia que tienes, y no precisamente porque sea mala, sino porque es justo lo opuesto. Sobre todo porque a veces te toca vivir con el continuo pensamiento de que tus padres ya tenían al hijo perfecto, uno que era estudioso, tranquilo, no le gustaba salir de fiesta, no tomaba, era trabajador y estudiaba ingeniería en una universidad donde no se puede salir sin trabajo de lo prestigiosa que era; mientras que a ti te había tocado nacer para ser segunda en absolutamente en todo. Sin embargo, esa era su vida, y el hijo perfecto de sus padres era su hermano Emmett, siete años mayor y más alto que Ella por al menos veinte centímetros.

Por esos momentos, tal era su complejo de querer ser la mejor hija, que Bella solía hacer todo exactamente igual a su hermano, porque pensaba que así sería tan reconocida por sus padres como lo era él, hecho por el cual terminó asistiendo a las mismas escuelas que él, intentando ir a los mismos concursos, e incluso tenía los mismos gustos musicales. Si te lo preguntas, sí, Bella fue completamente infeliz los años que intentó imitar a su hermano, porque todos sus intentos por hacer las cosas igual que él le salieron fatal, ya que, como podrás haber deducido, el gran problema con esto es que Bella no fue, es, ni será nunca igual que Emmett y si alguien le hubiera explicado eso en esos años, nos hubiéramos ahorrado por lo menos dos capítulos. Pero no fue así, así que la historia se mantiene igual.

La ironía de la vida es que gracias a Emmett y al estar siempre obsesionado con el ejercicio y las artes marciales, decidió un día crear un grupo amateur entre sus amigos para que pudieran entrenar entre ellos y poder practicar golpes, llaves y patadas entre ellos. Un club de la lucha para principiantes, básicamente, uno en donde, hasta donde yo sé, no criticaban duramente al capitalismo y tampoco tenían a Brad Pitt, así que no fue uno muy bueno tampoco, si me lo preguntas.

Pero ¿sabes qué personaje sí estaba en ese club de la lucha? Está complicado de adivinar, así que te lo voy a decir ahora mismo para que no te consumas en el suspenso, entre sus amigos estaba Él, Edward. Aquí lector, debes de estas con una mano sobre tu boca mientras que haces una mueca de sorpresa, como si no hubieras esperado a este personaje aparecer.

Cuando vio por primera vez a Edward, Bella pensó que era alguien tranquilo, afable y dulce, solo porque tuvo la consideración de intercambiar algunas palabras con ella, de notarla. Cuenta la leyenda, que cuando Bella escuchó su voz por primera vez, lo primero que atinó a pensar fue que su voz era suave y varonil, única a su propia manera, logrando que su veredicto final hacia él fuera un "Es agradable", porque en ese instante, no se atrevió a decir que había algo en aquel chico desgarbado que había cautivado su atención por completo.

Pese a que esto último, no lo admitió ni a su amiga Alice, tampoco impidió que Ella empezara a esperar ansiosa su llegada cada día que su hermano entrenaba con sus amigos; pues en algún momento se hizo con la excusa perfecta para hablarle cada que lo viera, la cual consistía en que, como Bella estaba aprendiendo por su cuenta a andar en bicicleta sin tener una propia, y como Edward, casualmente siempre llegaba en una, sería bastante normal de su parte preguntarle si se la podía prestar mientras él estuviera ahí. Claro que ejecutar este sencillo plan no fue tan sencillo para nuestra pequeña Bella, pues para llegar a pedírsela tuvo que llegar a practicar cuidadosamente las palabras que le iba a decir, para no tener ningún error ni trabarse a la hora de hacerlo. Ahora que lo medito, toda la situación se sintió más como si estuviera practicando para pedirle su riñón y no su bicicleta. La buena noticia fue que, como era de esperarse, Él sin pensárselo mucho, le respondió algo como "Ah, sí, claro".

Entonces, así fue como Edward llegó a su vida. Justo como suelen llegar las personas más importantes de nuestra vida, sin anunciarse por quienes serán, ni una sola advertencia para que se nos indique quiénes son, ni una nota de autor, y sobre todo, llegan sin darte si quiera la oportunidad de ponerte la armadura. Pero el conocerlo solo provocó que poco a poco Él se fuera colando entre los pensamientos de Bella, haciéndose espacio para sí en su cabeza soñadora, imaginando una historia en donde Edward la viera como algo más que solo la hermana pequeña de su amigo.

Pero ¿no te estás preguntando por qué él? ¿Qué tiene de especial este Edward, aparte de tener la decencia de ser un ser humano amable y haberle prestado una bicicleta? ¿Era acaso por sus ondulados cabellos color bronce, que en aquellos momentos le llegaban un poco más debajo de sus hombros? ¿Crees que tal vez afectó el hecho de que Él estaba estudiando la licenciatura en físico matemático, haciéndolo ver a sus ojos como alguien tremendamente inteligente? ¿A lo mejor fue su sentido del humor? ¿Y si fue toda la cultura que se notaba que tenía? ¿Acaso era su sonrisa torcida y pequeño dientito en una posición graciosa? ¿Será porque este Edward es cinco años mayor que nuestra protagonista y los hombres mayores tienden a ser más sexys? ¿O tal vez solo fue que a Bella ya le hacía falta más graduación en sus lentes para verlo más claramente, pero que al final dio lo mismo cuando por fin la tuvo porque para ese entonces ya se había encariñado con él? Yo me inclino más por la última, pero dejaré que te quedes con la que más te apetezca.

Como haya sido, para Ella se fue convirtiendo lentamente en un amor platónico, suspirando cada vez que lo veía, sonrojándose cuando él le saludaba con un beso en la mejilla, dejándola con una sonrisa boba cuando alguna vez por hacerle un favor, él la llamó "ángel" y añorando los días que entrenaban su hermano y sus amigos, para poder verlo aunque sea por un rato. Con todos estos pensamientos, Bella se tuvo que admitir entonces tres cosas, una, Edward era más maduro y estaba por encima que ella por mucho. Dos, Ella jamás llegaría a estar a su altura, por más que lo intentara; y tres, estaba empezando a enamorarse irrevocablemente de él. Bueno, bueno, lo último solo lo puse en calidad de referencia, porque quedaba bien, pero en realidad, la tercera debió de haber sido que Edward tenía novia. La cuarta es que él se veía profundamente enamorado de su novia, y la sexta, es que sin duda alguna, no sé contar.

El caso es que nada de esto le impidió pensar que, tal vez si algún día más belleza le era concedida, o si se llegaba a convertir en alguien un poco más interesante, Él la empezaría a notar. Por lo que en su cabeza se permitió soñar con esto, sin embargo, los sueños, sueños son, y Bella no tardó mucho en enterarse de cuán cierta es esta magnífica frase.

Ese día fue en el primer gran concierto al que asistió, el cuál fue una simple casualidad o una broma cruel del destino que ella terminara yendo, pues el plan original era que su hermano Emmett fuera por su cuenta, pero luego de que sus padres intervinieran, chantajeándolo con no prestarle el carro si no la llevaba, a Em no le quedó otra alternativa que aceptar y tener que cargar con él a su hermana. Logrando así que una Bella con pantalones morados, playera rosa y una enorme sonrisa, terminara asistiendo a un concierto de heavy metal. El mejor maldito conjunto para la ocasión, ya lo sé.

El concierto en cuestión fue en Seattle, y sí, sí iba a ir Edward… Con su novia. Cosa que en el momento no fue de gran importancia para Bella, pues su corazón latía agitado con solo por poder ver a su banda favorita del momento, y poder estar cerca de su amor platónico al menos por unas cuantas horas. Tan ilusionada estaba con eso que poco le importaba si la banda no tocaba su canción favorita ni que Él no la volteara a ver ni una sola vez durante toda la noche.

Pero al final terminó importando, y no porque el concierto hubiera sido malo en sí, en realidad, fue bastante genial. Al final de este salió afónica y sin poder mover la cabeza de tanto haberla agitado, cosa que después le provocó una gripe severa aparte de que el dolor de su cuello le duró toda una semana. Pero quitando esos detalles, la noche para todos fue clasificada como una gran noche. Sin embargo para Ella fue algo más. Esa noche, por primera vez en sus catorce años, tuvo que enfrentarse con algo que a mi parecer es de lo más duro con lo que te tienes que enfrentar en la vida, la realidad.

Ya que durante todo el concierto, como estaba planeado, Bella estuvo dándole miradas furtivas a Edward, procurando ser lo suficientemente cuidadosa para que nadie más se diera cuenta, exceptuando él, claro, que cuando la atrapaba viéndolo, solo le daba una sonrisa y se volvía a voltear, haciendo que Ella se sonrojara y viera para otro lado, aunque después de un rato repitiera su misma acción. Hasta que aquella canción sonó.

La canción en sí, fue esa típica canción romántica que todos los conciertos deben tener, y durante ella, cuando Bella volteó para ver furtivamente a Edward, esperando obtener una pequeña sonrisa de su parte, lo que vio fue completamente distinto.

El momento en cuestión fue breve, pero hubo algo que llamó su atención. Bella en un inició pensó que era la forma en la que Él tenía a su novia entre sus brazos, haciendo parecer que no había nadie más a su alrededor, que simplemente los apartaba del resto. Como si en medio de esa multitud y durante esos cuatro minutos con diecinueve segundos solo existieran ellos y la banda que estaba armonizando su momento. Pero no, no solo era eso, tampoco fue por la intimidad que se volvió casi palpable entre ambos, ni creo que haya sido la sonrisa de completa felicidad con un deje de orgullo Él estaba esbozando, o lo bien que parecían encajar el uno con el otro. Aunque en definitiva todo lo anterior ayudó a que ese instante fuera y se sintiera completamente distinto; lo que marcó la diferencia dentro de este, fue su mirada, y al verla solo un instante supo por qué.

Esa era la mirada de un hombre enamorado.

Pues cuando Bella la vio, inmediatamente supo que esa mirada sería una a la que nunca podría aspirar a recibir. Pues no importa cuanto lo desees, anheles, busques, sueñes o quieras algo desesperadamente para ti, simplemente hay cosas en este mundo que no podemos obtener, y hay miradas sobre todo, que solo fueron hechas para una persona. No hay cabida para nadie más ahí. Pero nos encanta engañarnos ¿No crees lector? Nos fascina pensar que debe de haber el mínimo de esperanza, que no estamos condenados a ser simples espectadores, y que algún día seremos los protagonistas de nuestras propias historias, que no puede y no terminará todo ahí, en ese instante. Que habrá más y que al final del día tendremos un final feliz que este diseñado únicamente para nosotros.

Entre todo esto, a decir verdad, nuestra Bella soñadora tuvo razón, hubo más que solo ese instante.

Pero por el momento vayamos a un punto más importante ¿Cómo notó Bella todo eso con verlos de reojo pero no vio la silla que estaba frente a ella cuando cargaba dos bandejas repletas de comida, haciendo que se cayera, se lastimara y lo peor de todo, que nada de la comida se salvara? ¿Cómo es que en otra ocasión no viera el escalón que estaba en todos y cada uno de los salones de su escuela, pero aun así terminó por tropezar cuando llevaba una sopa instantánea recién preparada, pero sí que notó hasta el mínimo detalle de ese instante en el concierto? ¿Por qué en la mayoría de sus caídas es Bella siendo despistada y cargando alimentos? Son preguntas que no obtendrán respuesta.

Antes de seguir te debo de aclarar otra cosa. Esto no es un maldito fanfic con triángulos amorosos, lleno de tragedias sí, también con su toque de drama, espero que con algo de humor, pero ¿un triángulo amoroso? No, tampoco soy tan cliché como para hacer eso. Ten un poco de respeto hacia mi lector. Mucho menos te esperes a que profundice en la relación de Edward con su novia, simplemente la dejaré estar, sabiendo que existe, pero solo mencionándola cuando sea completamente necesario para mí historia. Considéralo como un agujero en la trama completamente intencional, y si te preguntas por qué hago esto, es por mi salud mental.

Aclarado ese punto, es hora de que volvamos a la trama, pues como habrás leído en el título del capítulo, esto apenas comienza, y como mencioné, para Bella hubo un instante en el que parecía que los sueños podrían convertirse en realidad, ya que un día, cuando menos se lo esperaba, empezó a entablar con Edward a algo que apuntaba a llegar a ser más que una simple amistad, pero eso, ya lo verás en el siguiente capítulo…


¡Hola! ¿Cómo estás querido lector?
Si te ha gustado, déjamelo saber en forma de review, y si de verdad te ha gustado mucho, déjame saber ¿con qué canción lloras tu porque tu crush no te hace caso?