Capítulo dos: Shot at the night.
Disclaimer: Los personajes, por supuesto, no son míos, son Stephanie Meyer, pero la historia, sí lo es.
Luna, tu que lo ves cada noche trabajar incansablemente, tu que lo acompañas todas las noches mientras él escribe su tesis y estás ahí para velar de su sueño en mi ausencia ¿Me harías el favor de decirle lo mucho que quiero que vaya a chingar a su madre?
Querido lector, para por fin poder empezar con lo que sé que te trajo aquí, deberemos avanzar por lo menos un año y medio, meses más, meses menos. Pero debería empezar con algo que a muchos adolescentes les aqueja desde el primer momento que entran a la Preparatoria, así es, estoy hablando de la temible universidad; bueno, a algunos les preocupa, pues hay otros a los que les empieza a preocupar cuando están a punto de salir de ella.
Para Bella, toda esta preocupación comenzó con Charlie, hablando de qué carreras serían las mejores para Ella, porque como cualquier padre, él estaba entusiasmado por las buenas notas que su hija tenía en las materias como matemáticas y ciencias exactas en general, además de que igual estaba encantado con el taller de informática que estaba tomando, y en el cuál, era de las que más destacaba de la clase en general. Así que lo que Charlie intentaba hacer siempre que podía, era decirle que lo mejor sería que Bella decidiera terminar estudiando lo mismo que su hermano o algo muy similar, para que Emmett en un futuro cercano, pudiera ayudar a su hermana a ingresar o recomendar a algún trabajo. Por lo cual, la familia de Bella comenzó a trazar un plan con el que todos estuvieran contentos, de acuerdo y satisfechos. La única falla en este plan es que nunca se les ocurrió contemplar a Bella.
Así que un buen día, harta de esta situación, Ella decidió enfrentar a su familia, y decirles que no, no iba a estudiar una ingeniería, no le gustaba, y tampoco se iba a enfocar en nada que tuviera que ver con alguna ciencia exacta, Bella iba a estudiar literatura.
Si su familia se conmocionó por esto, tuvieron la decencia de no demostrarlo… Tan abiertamente, pues las caras de inconformidad no se hicieron esperar, acompañados de comentarios sutiles que dejaban entrever la inconformidad de todos. Pero al final, el primero en ceder, fue Charlie, que viendo la determinación y seguridad con que su hija le decía que es lo que quería, se vio acorralado y no tuvo otra opción más que apoyarla, así que, lo primero que investigó fueron las distintas ramas que esta carrera tenía. Él siempre se sintió más inclinado a que ella estudiara a la literatura clásica, pero al final, Bella decidió estudiar literatura francesa. Claro que para poder hacer eso, el idioma era algo indispensable, y solo tenía dos años para poder hablarlo con cierta decencia. Por lo cual, la primera forma en la que Charlie verdaderamente le demostró su apoyo a su hija, fue buscando escuelas que fueran medianamente buenas impartiendo el idioma, también que fueran asequibles y que no estuvieran demasiado lejos de Forks.
Como si encontrar una escuela con estas características no fuera lo suficientemente difícil, tenemos que sumarle que, pese a que estaban buscando la opción más barata, en cuestiones de dinero para la familia de Bella, pagar esto era demasiado complicado, pues por más baratas que encontraran, para el salario de un Jefe de Policía que aparte estaba pagando la universidad privada de su hijo mayor y una hipoteca; las escuelas seguían siendo caras y por desgracia, el nivel que le daban en la preparatoria no era nada cercano a los requisitos que requerían la universidad a la que Bella aspiraba. Sin embargo, no se rindieron, y en esos momentos, toda la familia tuvo que recortar gastos en absolutamente todo, su hermano estaba viviendo con ellos, en lugar de tenerle que rentar un departamento cerca de la universidad, también estaba estudiando en línea, para así no tener que gastar en gasolina ni tiempo para sus padres, ya que por lo mismos problemas, no podían costearle un carro propio, a parte tenía que trabajar en sus tiempos libres para poder comprarse los libros que la universidad le pedía, y gracias a todo esto, Em se había ido atrasando en la carrera cosa que le causó que se atrasara aproximadamente dos años poder graduarse.
Mientras tanto, Bella había podido sacar una beca con la que empezó a pagarse todos sus gastos para no ser una carga extra a sus padres, y buscaba formas de sacar dinero con pequeños trabajos en vacaciones o con todos los apoyos económicos que su escuela le pudiera brindar. Querido lector, me gustaría hacer un énfasis en que, aquellos que dicen que el dinero no te da tranquilidad ni felicidad, es porque sus padres nunca se vieron atrapados entre deudas que no podían pagar.
Pero pese a todo esto, Charlie le prometió que él buscaría la forma para que Ella se fuera a estudiar a Toronto, sin importar que las rentas fueran costosísimas; él le dijo que ya encontrarían la forma, que no se debía de preocupar por nada, más que de estudiar, él se encargaría de lo demás, pues de alguna forma mística, todo se solucionaría y las cosas se pondrían a su favor, y por unos meses fugaces, parecía que iba a hacer justo así.
Pues en estos meses que te comento, la beca de su hermano y de ella fueron aceptadas, consiguiendo así que las cosas en su casa se relajaran un poco en cuestiones económicas y por ende, la tensión entre sus padres y el ambiente de la casa en general, igual se estabilizó. Así que para alguien a quién lo durmieron con cuentos de hadas (qué en realidad siempre fueron las novelas en turno que Charlie estuviera leyendo) no fue difícil de creer que a las princesas siempre se le hacen todos su sueños realidad y que en su destino no había espacio más que para los triunfos.
Bella pensaba que sus sueños académicos se harían realidad, pero a ver, cuando hablo de que todo iba mejor en su vida, no lo digo solo refiriéndome a estos últimos, ya que en esos momentos, Bella tenía una de las fueran sus relaciones más bonitas en su corta vida, y curiosamente, era una que no tenía nada que ver con Edward. Sobre todo porque para ese entonces, él ignoraba los sentimientos que Ella albergaba por él, y para ser honestos, para él en aquel entonces, Ella no tenía un papel más importante en su vida que el que tenía el Árbol no.3 en la escena de cualquier obra de teatro.
Además lector, no hubiera podido pasar nada muy interesante entre los dos, pues eso hubiera sido ilegal, ya que me veo forzada a recalcar que él tenía veintiún años para ese momento, y Bella tenía dieciséis. También hay que decir que nuestra protagonista no albergaba ninguna esperanza con alguien para quién era invisible, así que decidida a no darse falsas ilusiones, decidió ser la novia de alguien que estaba a su alcance, alguien como… Jacob.
¡Qué plot twist! ¿No crees?
¿Esperas que esto se vuelva un fic Bella x Jacob? Desengáñate, eso no va a pesar, porque la verdad es que nunca fui Team Jacob, aunque mi Jacob a diferencia del que creó Meyer, era lindo, tierno, cariñoso y extremadamente dulce, en lugar de ese personaje posesivo, tóxico, y aficionado de hacerle "Mansplaining" a Bella siempre que podía.
La relación que tuvo mi protagonista con Jake tampoco terminó en una mano rota, lo cual, me gustaría mencionar como un acto despreciable, sobre todo porque veo que el abuso dentro de los fanfic está muy bien tolerado, e incluso es puesto en algunas ocasiones se ha considerado como "romántico", pero no en el mío, lector, grábate muy bien esto, tu no le debes un "sí" a nadie, pero todos tus "no" merecen ser respetados, así mismo, estás obligado a respetar las decisiones de las otras personas. No puedes por ahí dándole besos a alguien que te ha dejado claro que no quiere darte un beso, así como tampoco puedes forzarla o decirle que tú sabes mejor que la otra persona que es lo que quiere.
Volviendo a nuestro tema, la relación con Jacob fue idílica, tranquila -o al menos tan tranquila como puede ser una relación de dos adolescentes hormonales- y llena de nuevas emociones, pero como lo mencioné ya, eran adolescentes, así que definitivamente hubo celos estúpidos, posesividad, besos franceses, besos dados en lugares que no voy a mencionar, besos con sabor a palomitas, querer declarar su amor a todo el mundo, querer estar solos y en cuartos oscuros el mayor tiempo posible, etcétera, etcétera.
Pero como ya he dicho, solo que simplemente no me canso de recalcarlo, Jacob fue (es) un chico dulce, que conquistó poquito a poquito, de forma sencilla y sana el corazón de Bella, pero al final, fue un chico con el cuál ella no se quedó, aunque no quiero que pienses ni si quiera por un segundo que fue por falta de amor, porque tengo la seguridad de que fue por hacerlo demasiado. Verás, estar con él, y perdón por tan clásico cliché en estos fanfics, pero es que aplica de forma perfecta; estar con Jacob siempre ha sido tan sencillo como respirar, y ojalá eso hubiera sido suficiente… Pero no lo fue, ni lo será.
Sin embargo, hay pequeñas cosas que se quedaron con Bella y con Jake, como sucede en cada una de las relaciones que tenemos en la vida, pues las caminatas después del colegio con las manos entrelazadas, los abrazos, las pláticas que terminaban en la madrugada, las risas, aquellas miradas cómplices, los pequeños gestos románticos que tuvieron el uno para con el otro, el llanto y todos los sentimientos que albergaron, todo, se quedó para siempre con ellos.
Fueron momentos preciosos, recuerdos que Bella conservará toda la vida, y que van a estar con ella siempre, pues si de algo estoy convencida lector, es que toda nuestra vida se define por nuestros recuerdos, y cada día somos tanto hacedores como coleccionistas de ellos.
Debes de agradecer que la protagonista no se haya quedado con Jake, porque, si hubiera sido así, ahora no estaría escribiendo esta historia ¿o es qué acaso alguna vez has leído una buena novela romántica en donde todo sea perfecto? ¿Te imaginas lo aburrido que sería relatarte por otros ocho capítulos lo lindo que es Jake, lo cariñoso, detallista, amable y buen partido que es? ¿Crees que Romeo y Julieta hubieran pasado a la historia si no hubiera habido como once muertos en su trama? Es justo por eso que he llegado a la conclusión de que, lo único malo de tener una relación estable, sana y bonita, es que nunca dejan material para escribir.
Sé que a nuestro querido Jacob solo le estoy dedicando estos pocos párrafos, no creas que será simplemente olvidado de aquí en adelante, pero, como mencioné en el capítulo uno, esto no es un triángulo amoroso, solo quería dedicarle su merecida parte en esta historia, y ahora es momento de concluir con mi narración sobre su relación romántica entre ambos, pues más adelante se verá como el amor romántico entre ambos se llegó a convertir en un amor de amigos.
Después de que hubiera pasado eso, la vida simplemente siguió sin más cosas dignas de ser mencionadas, todo era apacible y sin turbulencias. Pero la vida es como un mar, y la calma que inunda tu vida no es sino un augurio de un huracán. Y el éste sucedió en Diciembre para Bella.
Que, antes de empezar a relatar lo sucedido me gustaría comentar algo sin otro propósito que hacer más largo este capítulo. ¿No te parece que ese mes es el más triste del año? Si bien es el mes en el que se celebra navidad y la unión familiar se anuncia, vende y promociona en todos lados, también es el mes en el que más suicidios se registran, pues, el estar continuamente atosigados por esto, te recuerda de golpe todo lo que tienes y lo que no. Hace que tus carencias sean más marcadas, qué te plantees el qué te prometiste qué harías a lo largo del año, y que es lo que realmente terminaste haciendo; también considero que, a lo mejor el frío hace que veas las cosas de una forma más cruda y te llegue de golpe el estado real de tu situación ¿quién sabe? Igual y es por esto que los escritores rusos son tan depresivos y no encuentran otra cosa de la que escribir más que de la muerte misma. Pero esas son solo mis conjeturas, y no es por lo que hoy estás aquí.
Por lo que realmente estás aquí, es porque en una de esas noches decembrinas fue cuando Edward y Bella por primera vez entablaron una plática más profunda que los "¡Buenos días!" o "¡Bonita semana!" que ya se solían mandar con cierta regularidad. Todo gracias a estas cartas modernas de nuestros tiempos, las cuales llegan a su destinatario de forma instantánea, logrando así que Bella por fin tuviera una oportunidad de hablar más explayadamente con Él. (Sí, sí me estoy refiriendo a Facebook por si tenías la duda, pero me parece que decir que solo se comunicaban por mensajes de chat suena muy poco romántico así que seguiré usando el término "cartas instantáneas modernas").
Fue por medio de estas cartas que nuestra protagonista pudo tener una conversación real con Edward, pues por aquel entonces, simplemente no era capaz de decirle algo más que un tímido "Hola", para luego escabullirse del sitio donde estuviera lo más disimuladamente que pudiera. Claro que yo no la juzgo, porque debiste de verla lector, en cuanto Él estaba frente a Ella, hacía que toda su capacidad de hablar junto con el valor que tanto proclamaba tener se esfumara. Hay que admitir que era bastante divertido de ver, pues Bella podía estar hablar por horas sin sentir la necesidad de parar para respirar, hasta que lo escuchaba. Ahí su voz se iba a un sito desconocido, y no tenía más opción que estar en silencio y solo asentir o negar con la cabeza y en caso de ser absolutamente necesario, decir frases de no más de seis palabras. Sí, en definitiva era gracioso ver esta escena, o bueno, lo es ahora para mí, pero para Bella esto no le hacía ni ápice de gracia.
Volviendo al tema de las cartas instantáneas y el cómo se fueron haciendo más íntimas, te lo puedo resumir en que estuvo… ¿Bien?
Me parece que esa no es la palabra adecuada, no estuvo bien, no, más bien, fue todo orgánico, pues se sintió como si se hiciera una conexión entre dos personas que de por sí tenían cierta afinidad por la otra. Pues la plática en ningún momento se sintió forzada, al contrario, se sintió como con cada pregunta y respuesta dada, crecía una pequeña burbuja de intimidad entre ambos, así que, conforme la noche avanzaba, el alcohol nublaba el (inexistente) buen juicio de Edward y el valor en Bella aumentaba poco a poco, animándose así a ir ligeramente evolucionando la plática hasta llegar al punto de las confesiones, acompañadas de preguntas ligeramente subidas de tono.
Fue así que salieron a relucir ciertos datos de importancia, datos como que él ya no seguía con su novia, el como quería ser un científico reconocido algún día, pero que por ahora solo aspiraba con entrar a una maestría; en fin, él le compartió algunos sueños, algunas fantasías y cosas más privadas que se quedarán sin ser mencionadas, pues fueron dichas con la finalidad de nunca ser repetidas. La noche fría que les estaba acompañando durante la plática fue avanzando hasta volverse en una madrugada completamente helada, como acostumbran a ser en Diciembre, pero, dentro de la conversación, no hubo cabida para que la frialdad del ambiente entrara, pues ésta charla se sintió tan cálida y cómoda para Bella que logró hacer que, en un momento de estúpida bravura, se animara a decirle los sentimientos que albergaba por él, añadiendo que le parecía una persona sumamente interesante y atractiva.
En ese instante, y sí alguna de estas confesiones le sorprendieron a Edward, tuvo la delicadeza de no demostrarlo, y su respuesta fue que igual a él se le hacía linda, haciendo que, y aún a la distancia, Bella se sonrojara y esbozara una sonrisa incrédula.
Ah lector… ¿No hay veces en las que has sentido que tal parece que el clima, la luna, nubes, estrellas, y el universo en general se han puesto de acuerdo para ayudarte a crear un ambiente mágico cuando hablas con aquella persona que es provocadora y dueña de cada uno de tus suspiros enamorados? Bueno, siento ser yo la que te lo diga, pero, querido lector, ese solamente eres tú haciéndote cuentos en tu cabeza. El universo no conspira a tu favor, el universo no sabe que existes, así que cuando le pides algo, es como si a ti te pidiera un insignificante grano de arena no ser arrastrado por la corriente ahora mismo.
Siento romper tus ilusiones, pero alguien debía de hacerlo, porque esas frases solo son charlatanería barata, y aunque Bella jamás creyó que el universo estaba a su favor, tampoco nadie se tomó la molestia de decirle que Orgullo y Prejuicio era ficción. Así que ella se creyó su propio cuento por completo, pensando que, por primera vez que Edward no era el ser inalcanzable que ella pensaba que era. Aquella noche fue fatídica, pues le permitió albergar esperanzas.
Fue entonces que decidió embarcarse en una aventura, hacia solo Dios sabe dónde, pues a la hora de zarpar, nunca se le ocurrió que llevar provisiones, brújula, un mapa o al menos tener la mínima idea en navegación le hubiera podido resultar útil. No. Ella decidió conocer y llegar hasta donde fuera posible con un hombre mayor que solía decir que no era buena persona, cosa que, en lugar de tomarlo como la red flag que era, a Ella le resultó aún más atractivo, pues siempre había sentido una debilidad hacia los villanos.
Ayudó de igual forma que por esos momentos que ella recién había leído "El retrato de Dorian Grey", él le comentó que era Lord Henry en carne y hueso, logrando que quedara fascinada con la idea… Mira, entre más conozcas a mi Edward, te darás cuenta de que, siendo absolutamente honestos, lo único que tienen parecido Lord Herny y él, es que no son personas que tienen "una forma particular de ver la vida", solo son cínicos que carecen por completo de empatía y que, pese a que sí pueden llegar a albergar sentimientos genuinos por ciertas personas, la mayor parte de las veces arruinan por no saber cómo expresar sus sentimientos correctamente ni el cómo tener relaciones sanas, esto debido a que, seguramente tienen traumas que no han podido superar… En conclusión, lo que tienen en común, aparte de otra cosa que me parece graciosa, pero que no puedo poner, es que Lord Henry y él, necesitan terapia.
La única esperanza que aún conservo en mi Edward para que no se vuelva un Lord Henry completamente, es que no creo que se vuelva un homosexual misógino escondido en el clóset permanentemente, como acostumbran a ser casi todos los personajes de mi amado Oscar Wilde (y al menos dos de mis tíos), pero, por favor lector, no me tomes de homófoba, mi problema no es con la orientación sexual, es con la misógina.
El caso es que con esta información, Bella quedó embelesada con Edward, pues estaba conociendo a alguien que era literatura pura ¿Cómo no enamorarse de alguien así?
Como te dije en el inicio, los adolescentes son imbéciles. Sin embargo, no me parece correcto cargar con toda la culpa a nuestra protagonista, pues su pecado fue ser una adolescente enamorada de un concepto, y estar cegada por la inocencia e inexperiencia propias de la edad, mientras que el pecado de Edward fue darle motivos para ilusionarse, manipulándola, y usándola como una mera distracción y un alimento a su propio ego. Pues su responsabilidad era alejarla de él, no permitirle entrar, porque Él era el adulto.
En fin, no nos detengamos mucho en el juego de quién es el responsable de qué, y sigamos con la metáfora antes utilizada, pues fue así que, con todas las tramas de los libros de Jane Austen en su cabeza para ser usadas como Rosa de los Vientos, Bella decidió hacerse a la mar, e inició su travesía de una forma discreta, sutil, de forma que no permitiera que Edward notara que estaba más interesada por él que por el tesoro del mismísimo Capitán Kidd. En la cabeza de Ella, la mejor forma de conseguir eso, fue haciéndole por lo menos diez preguntas diarias a Edward, discreto, sutil, imperceptible ¿no? La buena noticia es que Él resultó ser una persona lo suficientemente paciente para religiosamente responderlas todas a diario, eso o que era muy buen actor para fingir que en realidad le importaba el hacerlo.
Porque, y para serte franca, las preguntas eran aburridas, ya que las preguntas no eran interesantes como para que la plática se alargara lo bastante para que profundizaran en un mismo tema y tampoco había suficiente interés de parte de él para lograr construir más intimidad dentro de la charla, sin embargo, esto no logró disminuir la emoción de Bella al ver llegar correspondencia con el nombre de "Edward Cullen" escrito en el nombre del remitente.
Pero como suele ser habitual en este tipo de historias, hubo una pregunta que destacó del resto, y esa fue la tan esperada "¿Quieres salir conmigo un día?", y, para gran sorpresa de la protagonista, la respuesta a dicha pregunta fue igualmente contestada con una gran respuesta como "Sí, estaría bien hacerlo".
Así fue como se pusieron de acuerdo para su primera gran salida.
La cual fue en un caluroso día a mitad del verano siguiente. El día en sí mismo parecía que había sido sacado de una escena de "El amor en tiempos del cólera", para sorpresa de todos en Forks, pues rara la vez es que tenían dicho clima, por lo que la única opción que tenían era disfrutarlo. Pese a que el clima les había sonreído, lo cierto es que la salida no pudo haber sido descrita más que con la palabra "Normal". Pues, y muy a mi pesar, no es como que haya sido una cita sacada de un fanfic y no hay forma de que pueda estafarte lector, pues sí hay algo de lo que no tengo duda alguna, es de tu inteligencia.
Verás, la salida consistió en ir a un café, donde la plática surgió gracias a que Edward no la dejaba morir, pues Bella, como ya mencionamos, seguía sin poder controlar su nerviosismo muy bien; después del café, Él le pidió que le acompañara en una búsqueda para comprarse unos zapatos, porque por supuesto, el buscar zapatos es lo más romántico que se puede hacer en la primera cita. Sin embargo, Bella tomó la misión muy enserio, así que los zapatos fueron buscados, encontrados y comprados.
Fue después de hacer eso, para ella ya era la hora de volver a casa, y fue por eso que emprendieron el camino de regreso... Siento que incluso se esforzaron esa vez en no darme ningún tipo de material en la salida, y no les importó que yo corriera el con el riesgo de ser abucheada por ti, sobretodo porque soy de esas lectoras que se frustran cuando no veo ningún tipo de avance en la pareja principal, y temo que tú seas igual lector. Pero no te desesperes, pues mis personajes necesitan aún necesitan un poco más de desarrollo en su relación, y sobre todo, Bella necesita alcanzar una edad en donde Edward no corra el riesgo de ser detenido por las autoridades, pues aspirar a ser un profesor con un antecedente penal que indique que te aprovechaste de una menor, no sería precisamente algo que Él pudiera poner en su CV para encontrar un trabajo. Sin embargo, te prometo que habrá lemon en la historia. (Capítulo siete, y este paréntesis por favor léelo mientras imaginas que te guiño un ojo)
El único material que me dejaron es que, justo al final de la salida, en la puerta de la casa de Ella, Edward le pidió un abrazo, cosa a lo que Bella no dudó ni un segundo en darle… Dime ¿hay algo aquí que pueda poner que no sea un cliché? No, no se puede, porque sus cuerpos encajaban perfectamente, como si hubieran sido hechos para estar así, uno junto al otro, haciendo que ese abrazo fuera uno cálido, sin temores, y lleno de una profunda tranquilidad, como si dos almas viejas por fin se encontraran y encontraran paz la una estando enroscada con la otra.
Hay instantes en los que uno simplemente desearía quedarse a vivir ¿tú tienes alguno lector? Un momento en donde el futuro se veía de un color brillante, en donde la felicidad era el único sentimiento que habitaba en ti, y en donde solo entendías a medias el concepto de "el dolor", puesto que, pese a que lo habías experimentado, jamás te había dejado completamente deshecho, un instante en tu vida en donde aún no te había roto. Esos momentos de absoluta dicha, en donde tu único deseo fue que El Tiempo al vernos ahí, nos dejara permanecer, y que decidiera saltarnos de su inmisericorde y eterno andar; que decidiera hacer una excepción, solo una, solo por nosotros. Pero bien sabemos que El jamás nos va a conceder esto, y Bella no fue la excepción tampoco, así que al final, la salida, el abrazo y el verano terminó, dando paso al otoño, que llegó con sus días más cortos, vientos helados, y con todo eso, el décimo séptimo cumpleaños de Bella.
Estos llegaron con muchos sueños por cumplir, pues hay que recordar que el reloj cada vez estaba más cercano a marcar la hora para ingresar a la universidad en la carrera de sus sueños, mudarse de ciudad, tener la oportunidad de conocer montones de personas nuevas y empezar a disfrutar de su independencia. Cada día seguía en sus clases de francés, enamorándose del idioma un poco más con cada palabra aprendida; y ahora vivía con la certeza de que Edward se había percatado por fin de su existencia, notándola, e interesándose por ella. Logrando así que Bella pensara que todos sus planes, sueños y metas estaban más a su alcance de lo que alguna vez se atrevió a soñar, sintiéndose por primera vez como la protagonista de su propia historia, suponiendo que todo iría justo como en los libros que solía leer, pero que en esta historia, no solamente era la protagonista, no, Ella también sería la escritora, por lo cual, solo le quedaba la opción conseguir todo lo que se proponía hacer.
La única desventaja lector, es que nadie le pasó el memo a la vida con la agenda que Bella hizo con tanto esmero Bella sobre sus planes y sueños; entonces ella tuvo a bien pensar que dicho desplante merecía ser pagado con hacerle creer fugazmente que estaba incluso ayudándole a que se pudieran lograr todos sus sueños, y eso fue sobre todo cuando… No, no, pensándolo bien, es mejor que este capítulo termine aquí, con dos finalidades, la primera es, por su puesto, para dejarte lo suficiente intrigado para tenerte aquí en el tercer capítulo que va a estar lleno de drama, y lo segundo es que, bueno, estoy cansada de estar frente al computador y debo de ir a pretender que estoy trabajando y no solo estoy escribiendo mi historia.
¡Hola querido lector!
Una disculpa por la demora, escribir esta historia es desgastante emocionalmente para mi, y ¡ya tengo trabajo! Así que no me deja mucho tiempo libre, pero la historia será terminada, te lo prometo.
Si te gustó el capítulo, por favor, siéntete libre de dejármelo saber en un review.
