Hola a todos. Espero estén bien el día de hoy. He comenzado la semana caída de la cama, pero basta de hablar de eso y solo les vengo a traer un capítulo nuevo.

Espero que lo disfruten.


Ya el marcador de la llegada de los androides se pronuncio en mi cabeza como una bomba en cuenta regresiva. Sin embargo... no creo que sea la única alarma en darme señales claras de que no ¡debo estar justo en esta nave con cierta persona! ¿Será qué me lanzó de la aeronave? Como estamos sobrevolando el mar dudo mucho que vea en qué dirección me marcho.

Pero ¡¿Qué carajos dices?! Tú mismo dijiste que resolverias esto. Dios, no sé porque me complicó tanto la vida. Si sigo así, solo me desquiciare.

-Eh... Bulma... - Llamó en un tono dudoso y ella giró levemente su cabeza para indicar que tenía su atención y luego devolvió la vista al paisaje.

-Si. ¿Dime? - Preguntó al ver que tardaba en pronunciar algo.

-Bueno es que... - Rasque mi cabeza inconscientemente. - Cómo decirlo... - Murmuró y observó la ventana a mi lado quizás para buscar algo con que entretener mi mente colapsada. - ¿Por qué me trajiste contigo? Sabes muy bien que tengo que prepararme para lo que está por venir.

-Lo sé. - ¡¡Entonces si lo sabe!! ¡¿Qué hago aquí?! - Pero me gustaría que te llevarás lejos de mi casa a ese saiyajin, ¡Ya estoy harta de que destroce mi jardín!- Refunfuñó la chica. ¡Y a mí qué me importa! Trate de calmarme y buscarle otra vuelta, no creo que solo me traiga para eso... - Además, Faila me pidió de favor que te diera asilo. No le gusta verte dormir de rama en rama o comer frutas de cada árbol que veas. - Con que Faila, ¿Eh...? Quiero llorar no se si esa mujer es considerada conmigo o me terminó condenando. - ¿Por qué? ¿Creíste qué seguiría la conversación de atrás? - Solo asiento un sí y un suspiró leve salió de mi boca, no se si estoy aliviado o me siento decepcionado de no hablar sobre el tema. - Recuerda que te dije que eso quedó en el pasado, actualmente debo estar centrada en cosas de la empresa y no tengo tiempo para ese tipo de cosas.

¡Augh! Más crudo no pudo ser.

No dije nada al respecto. Ella me miró de reojo y no siguió la conversación al parecer notó mi media mirada baja. El silencio reino en la aeronave y la realidad es que era algo incomodo. De hecho, puedo notar que ella también esta incómoda hasta trata de desviar la mirada cada vez que nota que la observó.

-¿Q-Quieres escuchar algo de música? - Investigó la chica, no había aceptado a lo que dijo, cuando ella ya estaba encendiendo la radio. - Veamos que hay en la emisora. - El primero en caer transmitió una canción algo suave, ella arrugó la nariz y terminó por cambiar la canción por una más movida. - ¿Te gusta esta?

-Eh... La verdad es que no está mal. - Forcé una sonrisa y ella me dio una sonrisa y seguido ambos desviamos la mirada.

¡DIOS QUÉ INCÓMODO ES ESTO!

Ahora que lo pienso, si ella quiere que saqué a Vegeta a entrenar a otro lado, ¿Cómo le hago? ¿Por qué lo pienso tanto? Es sencillo: fácilmente lo provocó y el principito solo saldrá a golpearme ahí lo podría alejar.

No lo sé, pero creo que Vegeta entrenó con la gravedad aumentada durante un tiempo en el transcurso de los tres años en que se esperó a los androides ¿Hará lo mismo? Imaginó que si... Quisiera seguir con mi entrenamiento de gravedad también...

- Bulma, si mal no recuerdo, Goku me comentó que entrenó en gravedad aumentada gracias a ti. - Mentí, porque Goku nunca me dijo algo al respecto. Bien puedo usar los brazaletes, pero la presión que estos ejercen en las muñecas es molesta y quiero mover mi cuerpo con más libertad. - Por casualidad ¿tendrás otra nave con la gravedad aumentada en tu casa? - Sería obvió que tendría alguna, pero tampoco seré tan directo con la petición...

-¡¿Ah?! - Fue su honesta reacción. - Bueno hay una en casa, pero no es tan buena como la que tenía la nave en que fue Goku. - Respondió de manera serena y luego cambió su gesto a uno semi feliz. - Que casualidad que preguntes eso, porque Gohan me había preguntado hace días si tenía algo similar a unas pesas de gravedad.

-Espera ¿Gohan te preguntó eso? - Investigué, no tenía la menor idea de que hizo eso, ya se me hacía extraño que me haya pedido prestadas las pesas hace varios días, ya veo en donde terminó uno de mis brazaletes... y yo tan tonto voy y se lo entregó como si nada.

-Sí. De hecho, me comentó que lo has estado entrenando con la gravedad y me pidió que aumentará unas pesas que trajo, me pareció curioso. - ¿Aumentó? Si eso ya tiene su propia nivelación numérica. ¡Ah! Lo más seguro es que no supo cómo cambiar las cifras, y se lo solicitó a Bulma. - Ahora que, me dices que Goku también lo hizo es raro ver su hijo ser entrenado por ti con ese método, sobre todo teniendo en cuenta que su madre ni loca lo dejaría. ¿Cómo hiciste para convencerla? - Reí nervioso ante la pregunta. - Por cómo reaccionaste debo imaginar que le mentiste o algo así. - ¿Para qué mentir si es cierto?

-Bueno, solo le di la excusa que Gohan y yo estudiariamos. - Me rasque la nuca y me dio un ligero escalofrío al pensar en cierta pelinegra molesta.

-Mal hecho. Es un mérito que sigas vivo. - Reí levemente, No entiendo esto de tenerle miedo a ese carácter de las mujeres de este mundo. - Menos mal que le mentí con que no podía ayudarlo. La verdad es que se me hacía raro que ChiChi lo dejará entrenar contigo, y yo solo quería evitarme problemas con la madre de Gohan. - Tal vez debí tomar esas palabras antes de entrenarlo, pero aún así no me arrepiento. - Bueno eso no importa... Por cierto, espero no te importe, pero hice pruebas con uno de los brazaletes.

-¡¿Eh?! - Sabía que tenía uno, pero no me esperaba que lo desarmara sin consultarme. - ¿Acaso lo abriste o lo desarmaste uo algo así? - Investigué lo obvió.

-Eh, pues sí. - Dijo con un bufido acompañado. - Solo quería ver su funcionamiento, la curiosidad de una científica siempre saldrá a flote. - Ríe por aquello, se disculpó por hacerlo, terminé por decirle que no me importaba y que se lo podía quedar. Al escuchar eso, ella prosiguió con su diálogo: - Bueno la cuestión es que cuando vi su interior me sorprendió mucho los circuitos y la tecnología de este, nunca antes la había visto.

¿Tecnología desconocida para Bulma? Nunca se me pasó por la cabeza el pensar que carajos hace funcionar esas pesas... Tampoco es que le preguntaba a mi guardiana de donde su poder de creación saca los objetos o en que se basó.

-¿Acaso te molesta que lo tenga? - Investigó la peliazul al ver como arrugó el entrecejo por mis pensamientos.

-No, no, no. Te dije que te lo podías quedar. - Dije con una sonrisa forzada. La realidad es que no los usaré y tampoco se lo quitaré.

-¡Gracias! Porque ya me estaba preocupando de no poder seguir con mi investigación. - Dijo con una ligera sonrisa. - Pero me gustaría saber de ¿dónde lo sacaste? - Le comenté que no los saqué de ningún lugar. - Entonces ¿quién te los dio?

-Bueno... fueron un regalo... - No le diré que Faila me ha dado los brazaletes, desconozco el como ella se basa en la regeneración de objetos, así que, estoy igual que ella, no se nada de esa tecnología que comenta con tanto detalle.

-La persona que te las dio debe apreciarte mucho, quizás estamos ante un objeto extraviado o algo así. Esto no se compara a la tecnología que tenían las naves de ustedes o la de Kami-Sama.

¿En serio...?

La conversación giró en torno a términos científicos, del cual entendía poco. Sólo procesaba algunas cosas. Lo siento, nunca me interesó este tipo de cosas. Pero quizás comparto su asombró por la tecnología del brazalete.

Ya pasadas unas horas en vuelo finalmente llegamos a la casa de la peliazul. Llevó casi un año sin venir hasta acá. Bulma estacionó la aeronave y fui el primero en bajar me indicó que mi habitación seguía siendo la misma y que ya estaba nuevamente equipada. Debo reconocer que las habitaciones de esta casa parecen habitaciones de hoteles de lujo hasta tienen su propio baño y armario grande. ¿Bueno qué se puede esperar? Si literalmente son la empresa más grande, quizás de la tierra.

-¡Oh, pero si es el joven, Zac! - Exclamó la madre de la peliazul, ella dejó de lado sus plantas y se aproximó para enrollar su brazo en mi hombro. - Veo que eres más apuesto que antes, has crecido un poco más. ¿Por qué no seguiste viniendo? Ya extrañaba que no vinieras, y yo que creía que Bulma y tú eran muy cercanos.

-¡MAMA! - Exclamó la peliazul por lo que comentaba su madre.

-No seas así, Bulma. - Regaño la madre y seguido la mujer jaló de mi brazo para adentrarse a la casa conmigo. - ¿Quieres algo de beber? Tengo varías merengadas y deliciosas frutas tropicales que te encantarán. - Invitó.

-Ggrr, ¡Mamá! Ya deja de molestar. - Reclamó la peliazul jalando de mi brazo libre hacía ella. - Zac solo vino a alejar a Vegeta de la casa para que no siga destrozandola.

-¡Oh! Vegeta. Imaginó que él también quiere alguna bebida tropical, iré a preparar unas cuantas. ¡No tardó chicos! - La mujer se apartó de mi brazo y salió casi que a correr a la cocina de la casa. Bulma solo suspiró por eso.

No comprendo qué tiene esa mujer al recibir a cada hombre de esa manera, es agradable, pero algo raro, ya que, se supone que ella está casada...

-Perdonala, Zac. Aunque no lo creas, a mis padres les gusta recibir muchas visitas. - Le dije que no había problema alguno después de todo tenía tiempo sin venir a su casa. Así que, era común que su madre se comportará tan amable conmigo. - Qué considerado eres. - Ríe levemente la mujer. Le sugerí ver el brazalete ya que me llenó de tan a fondo sobre sus teorías locas de donde puede que provenga ese brazalete que me entró la curiosidad de verlo. - Que raro, un saiyajin interesado en la ciencia aparte de la lucha. - Lo dice porque solo respondía de manera neutral a lo que decía en la nave y quizás vio que no tenía mucho interés.

La realidad es que no entendía mucho de lo que decía.

Ella me pidió que la siguiera y ahora estamos caminando por el pasillo de la casa y ella está delante... No pude evitar verla detenidamente, sus movimientos son suaves y la forma en que me sonríe cada vez que habla de su trabajo como científica; era agradable, me transmitía seguridad. Puedo ver que este trabajo no solo la llena de riquezas, a ella le gusta hacerlo, lo disfruta.

-No veo nada de malo tener algo de interés en vez en cuando. - Defendí, ella me dio una leve mirada seguida de un bufido de burla fingida, no lo sé, pero me pareció gracioso que actuará de esa manera.

Al llegar al laboratorio ella es la primera en darse pasó hasta el escritorio de aquel gran laboratorio, tomó el brazalete del cual estaba dividido en dos. - Aquí está. - Di un gritó a mis adentros al ver que literalmente le había sacado las piezas al pobre brazalete, un tic surgió en mi ceja derecha, se que se lo di, pero... ¡esto es un homicidio!

- Bulma. C-Cuando dijiste qué lo desarmaste no creí que lo decías tan literalmente. - Tartamudee.

-¿Ah? ¿Pues que creías que haría? - Pues, que se yo solo abrirlo y no tocar mucho de él. ¡No sé, algo como para no dañarlo! Literalmente se ve que ya no funciona...

-¿Lo puedes reparar? - Cuestionó.

-Pues, en realidad no está dañado. Mira esto. - Ella accionó el brazalete y entré pánico seguido se lo quité de las manos, no quería que terminará sometida al suelo por la gravedad aumentada. Irá a saber uno hasta donde estuvo aumentada la última vez antes de desarmarlo.

De pronto el brazalete soltó un leve brillo, levito un poco y las piezas que estaban sobre la mesa emprendieron vuelo hacía el brazalete. En cuestión de segundos el brazalete se selló y mostró signos de que estaba en total funcionamiento.

-¡WUAO! - Ahora yo era el impresionado por lo que hacía esa cosa. Bulma solo ríe orgullosamente por mi asombró ante su descubrimiento.

-Ja, ja, ves que es genial. Es fantástico que a pesar que este desarmado por completo el dispositivo sepa que esas son sus piezas. ¿Quién pudo haberlo creado? - Meditó la mujer y seguido me quitó el brazalete. Le aclaré mi preocupación por la manipulación del objeto y ella solo dijo lo siguiente: - Claro que se los riesgos por eso cuando suelo hacerle pruebas lo hago en la sala de experimentación. Deja de preocuparte tanto por mí, Zac. - Dejó el brazalete de lado y posó su mano sobre mi hombro.

Le di una sonrisa y ella también hizo lo mismo. Ese instante se había congelado delante de nosotros ninguno dijo nada, solo teníamos nuestras miradas fijas uno al otro. ¿Qué puedo decir en un momento así? ¿Algún término científico? Pero ¿qué puedo decir qué no suene tonto o forzado? O solo digo lo que pienso en este momento... Tomé la última opción.

-Bulma... yo...

-Será mejor que busquemos a Vegeta antes de que de problemas nuevamente a mi padre. - Expuso la mujer desviando su mirada y saliendo de la habitación.

Suspiró por aquello, sólo céntrate en entrenar Zac, no prestes atención a ese sentir en ti... Fue lo único que me consoló.


Mientras que Zac cuestionaba si era buena idea estar en la casa de la peliazul o no. En la montaña Paoz, Milk seguía caminando como una fiera en la cocina tal vez estaba indagando en lo que había pasado en la tierra y que su pequeño hijo quizás se estaba involucrando en otra pelea más con aquellos sujetos que ella hacía llamar: "rebeldes".

-Cálmate, ChiChi. Vas abrir un hoyo en la sala si sigues caminando así. - Expuso Faila quien estaba sentada en el sofá de aquella sala y no paraba de seguir con la mirada a la madre desesperada.

-¡¿Cómo quieres que me calme, Faila?! - Bramo la mujer. - Sabes como me pongo con estas cosas. Gohan se fue así sin más y más agregar que... ¡¡AHH!! - Dio un azote a la mesa de la sala terminandola por romper, hasta la pobre guardiana se asustó por la fuerza que tuvo la mujer para romper la mesa ratona. Seguido Milk mordió un pañuelo mientras refunfuñaba, el pobre pañuelo gritaba auxilio porque estaba apunto de ser partido a la mitad por aquella joven esposa.

-Sería mejor que te sientes y te calmes. - Dijo la peliblanco y la guió al sofá, le aclaró que traería un poco de té.

A los minutos Milk ya había calmado sus humos de furia, después de sorber el delicioso té de manzanilla, ella colocó la taza sobre la mesa que había roto, de la cual fue restaurada por ambas mujeres.

-No se que hubiera hecho si no estuvieras en casa. Desde que estas aquí he podido apaciguar estos estres. - Expuso ChiChi y esta volvió a tomar su té. - Siento molestarte con mis problemas, Faila. - La peliblanco solo le aclaró que para eso eran amigas para poder hablar de sus problemas. Milk sonrió ligeramente por aquello. - Si tienes algo de qué hablar puedes contar conmigo o si alguien te molesta bien yo le puedo dar su merecido. - La joven esposa le mostró su puño y la guardiana no pudo evitar reírse por aquello. Luego su conversación giró en torno a la fuerza de la pelinegra, solo contó que antes de cansarse ella entrenaba duramente las artes marciales.

De pronto su conversación sobre cómo Milk gozo su casamiento fue interrumpido por el toqué breve de la puerta de la casa. ChiChi se levantó a revisar quien tocaba a la puerta de su humilde morada. En cuanto la abrió se sorprendió de ver a su esposo y a su hijo, pero de pronto pegó el gritó a sus adentros al notar otros dos sujetos detrás de ellos. La mujer solo arrugó el entrecejo.

-Hola, ChiChi... eh... - Fue lo primero en decir el saiyajin, sudo frío en cuanto notó que su querida esposa cruzó sus brazos sobre el pecho y arrugó más la mirada. Gohan al ver que su padre tardaba en hacer la acción le da un leve codazo.

Asimismo, recordando las flores que venía cuidando en pleno vuelo. Rápidamente las sacó de su espalda y se lo mostró a su esposa, Milk se sorprendió por la acción de su amado esposo y al subir la mirada se encontró con la sonrisa ligera de su esposo. ChiChi sonrió levemente y sus facciones arrugadas se suavizan y no pudo evitar que sus mejillas se tornaran rojas, a pesar de que algunas flores estaba algo marchitas por el vuelo, ella aceptó el ramo y se adentró a la casa mientras las olía.

Son Goku parpadeó varías veces al ver el cambió espontáneo de la mujer y miró a su hijo con asombró, este solo se encogió de hombros. La realidad es que Kakarotto dudaba en que si funcionaría o no el ramo de flores. Pero fue un éxito. Así que, les dijo a los demás que esperaran que en breve regresa y se adentra a la casa junto a su hijo con toda la confianza del mundo para seguirle el paso a su esposa de la cual ya estaba en la sala.

Al entrar la primera en ver fue a Faila la saludo y ella hizo lo mismo. De hecho, la guardiana alzó una ceja al ver el actuar de la pelinegra, sobre todo abrió sus ojos al ver el ramo de flores.

-Ohh, Goku no tenías porque molestarte en traer flores para mí~. - Dijo en un tono suave.

-Ah, bueno es que Gohan me di... - Su boca fue sellada por Gohan y Faila de inmediato.

-¿Ibas a decir algo? - Cuestionó la mujer mientras arreglaba el ramo en un jarrón. La mujer estaba más que feliz.

El Son miró a su hijo y luego a la guardiana y estos solo hicieron una señal de silencio y este sólo asiente.

-Bueno, las vi por caminó y quise traerte algunas de ellas. - Gohan y Faila chocaron sus manos ante la respuesta correcta del hombre. -Eh... ChiChi. - Llamó en un tono suave el saiyajin. Quería ir al grano en el asunto. Milk solo dijo un "Dime" suave, pero eso le indicó a la guardiana que nada bueno saldría de ahí. Así que, solo dijo que se iría y que era mejor dejar que hablarán.

-¡Nos vemos, ChiChi! - Exclamó Faila en la puerta y seguido la cerró. Dio un suspiró y luego notó la mirada de Piccolo y Raditz, ella solo saludó brevemente y se despidió antes de que estallará la pelinegra. Tenía un mal presentimiento de que Son Goku trajera un ramo de flores después de lo de Freezer algo le olía mal.

Y cuánto iba a emprender vuelo el gran grito de la pelinegra aturde a los de afuera.

-Que gritona es esa mujer. - Expuso Raditz quien estaba recostado en un árbol cercano a la casa.

-Ja, ja... - Faila río nerviosa y se marchó del lugar lo antes posible.

Mientras que en la casa de los Son la mujer cuestionaba al padre. - ¡¿Cómo que te llevarás a entrenar a mi hijo?!

-Entiéndelo, ChiChi. La tierra está en juego, si no entrenamos podríamos acabar en un caos. - Excuso aquel hombre. - Gohan es muy capaz de seguir subiendo sus poderes y quiero entrenarlo.

-GRRR, ¡NI HABLAR! Ya veo porque trajiste esas flores y yo que pensaba que lo hiciste por voluntad propia. - La mujer se sintió más herida por el hecho de que el hombre solo trajera las flores para poder hablar con ella. El saiyajin siguió insistiendo. - La tierra esto, la tierra aquello... ¡¿NO TE HAS PUESTO A PENSAR LO QUE QUIERE TU HIJO?! - Aulló en el rostro de aquel hombre. - ¡Gohan es solo un niño que debería estar estudiando y jugando! - La mujer se sentó en el sofá de la sala y se llevó su mano a la cabeza para tratar de que una migraña no le diera. El hijo de Gine ya no sabía que más cartas poner sobre la mesa si seguía, solo provocaría la furia de aquella mujer. Mientras que el pequeño Gohan solo estaba callado, el ambiente estaba tenso y él solo jugaba con sus manos. - Escucha Goku...

-¿Si? - El hombre prestó atención. Aunque ella no quisiera que su hijo entrará, aquel hombre tenía quizás planes para entrenar a su hijo a escondidas.

-Assh, Gohan. - Llamó a su hijo y le pidió que se sentará en el sofá a su lado. Él hizo caso a la petición y se sentó algo cauteloso al lado de su madre. - ¿Qué es lo quieres hacer, cariño? - Cuestionó, tanto Gohan como Goku estaban impresionados con eso. Ya que, era la primera vez que la mujer era considerada con este tipo de cosas. Quizás algo tuvo que ver que la dama hablará del tema con cierta mujer. Gohan miró a su padre, este solo se encoge de hombros y luego a su madre por unos segundos.

-Bueno... yo... - Kakarotto iba a interrumpir la conversación al ver las dudas de su hijo, pero Milk solo levantó la mano y le arrugó la mirada indicandole un "deja que él decida esta vez". Goku solo se quedó callado y se sentó en el suelo de la sala en una pose de mariposa a esperar lo que diría el pequeño. La mujer le pidió que siguiera y el infante abrió sus labios para hablar: - Me gusta estudiar, mami. Sin embargo... - Miró a su padre. - Si no hay tierra no habrá nada que pueda investigar o estudiar. Se que a ti no te gusta que me involucre en las luchas, pero yo quiero ser fuerte como Papá. Quiero ser capaz de proteger la tierra y las personas que están en ella...

Milk le dio una mirada serena y seguido miró a su esposo. - Ahí está tu respuesta. - El hombre le dio una sonrisa a la mujer y Gohan también sonrió, esa era la clara confirmación de que ella no se opondría al entrenamiento. - Pero... - Las sonrisas se les borró de la cara. - Aunque haya aceptado tu petición, Gohan. Sabes muy bien que debes estar al tanto de tus lecciones. No puedes darte el lujo de bajar tus calificaciones. - Gohan con gran entusiasmo le dio un gran sí. - ¡Bien! Entonces haré algo de comer. De seguro debes estar muy hambriento, Goku. - Dijo mientras se levantaba del sofá y doblaba su camiseta manga larga. El Son se levantó de un brincó y volvió a interrogar si era cierto con dejar a Gohan a entrenar. Estaba incrédulo que ella aceptará tan fácilmente. - ¿Acaso eres sordo? Te dije claramente que... - Sus palabras quedaron al aire porque su esposo la alzó desde su cintura hacía arriba y le dio un leve giró y luego la posó al suelo. La mujer había quedado atónita por eso.

Pero aún así sonrió ligeramente, ya que, aquel hombre había sido cuidadoso con no lastimarla. No obstante, su voz firme volvió con la orden de mandarlos a darse un baño. Y estos hicieron caso a la petición.


Año 783 en el futuro alternativo... Actualidad...

Solo han transcurrido algunos días desde que Son Gohan y Trunks visitaron el pasado. Actualmente el último de los Son, solo se dedicaba a entrenar a los hijos de la peliazul.

De hecho, ambos hermanos estaban teniendo una breve lucha entre sí. Sabe que la diferencia de poder es enorme, y eso lo demostró Trunks haciendo que su pequeño hermano rodará por la arena, aún así el segundo hijo de la peliazul se levanta, limpia su mejilla cubierta de lodo y se vuelve a lanzar hacía su hermano mayor. La pelea se volvió a establecer y el pelilila solo bloqueaba los ataques consecutivos del peliazul.

Gohan quien estaba sentado sobre una gran roca dio una sonrisa de lado al ver cómo el niño no se rendía y seguía tratando de derrotar a su hermano mayor.

-¿Esto te recuerda a algo? - Dijo una voz familiar y Gohan solo giró la mirada para encontrarse con aquella mujer de cabello blanco, sonrió ligeramente y siguió con la mirada a la dama hasta que esta se sentó a su lado quedado relativamente cerca, la mujer posó su mirada en los hermanos Brief's y sonrió levemente mientras entrecerró los ojos.

-Si... - Respondió en un hilo y volvió la vista a sus alumnos.

-Yawd no lo hace mal... - Destacó la chica.

-Aún le falta. - Dijo de manera ruda el hombre y se cruzó de brazos.

-Pero tú le enseñaras más cosas. Lo sé porque eres muy fuerte y capaz, Gohan. - Recalcó la mujer arrimando sus piernas a su pecho.

Gohan no dijo nada al respecto y solo se quedó callado por unos segundos hasta que habló: - ¿Crees que podremos vencer a los androides? - Indagó el hombre, siempre se cuestionaba aquello.

Desde que vio morir a sus cercanos y que no existiera nadie más aparte de él quien enfrentará a esos demonios. En su interior sentía miedo y coraje de fallar. ¿Si no los derrota? ¿Qué pasará con ellos? Sus esperanzas se desvanecen como humo cada vez que recordaba cómo sus amigos fueron derrotados por esos androides.

-Tal vez... debí ser yo quien muriera en ese entonces...

A la guardiana se le abrieron los ojos al escuchar aquello. Era como si Gohan hubiera clamado la peor palabra del mundo. Ella apretó sus dientes y seguido habló:

-¡¿Qué dices?! - Bramo la chica no era la primera vez que aquel hombre sugiria su muerte y eso en serio la molestaba. Gohan solo bajo la mirada y junto sus manos para apretarlas. Faila al notar eso, ella se levanta se coloca detrás de este y rodea sus brazos sobre el cuello del chico y pegó su pecho a la espalda de este, acto seguido toma su rostro y hace que él dirija levemente su mirada a ella. - Te dije que no te culparas por eso. Él tomó su decisión.- La mujer entrecerró sus ojos. - Odio que digas eso, no quiero perderte... eres lo único que me queda... - Murmuró, Gohan solo desvió la mirada quizás no quería ver nuevamente la expresión melancólica de aquella mujer.

Faila dejó de abrazarlo y se posicionó delante del nieto de Bardock, posó sus manos sobre las mejillas de Gohan y provocó que la mirará directamente a sus ojos.

- Sé que tú derrotarás a los androides estoy segura de eso. Yo creo en ti, Gohan...

Al hombre le temblaron sus pupilas al ver la mirada tan dulce que le daba aquella mujer, inconscientemente posó una de sus manos sobre la de ella y le dio una sonrisa. - Gracias por estar siempre conmigo, Faila. - Expuso el hombre.

La guardiana solo sonrió ligeramente y se acercó al rostro de aquel hombre para depositarle un suave beso en su mejilla. Gohan solo se sonrojo ligeramente por el dulce beso de la dama.

-Será mejor que des por terminado el entrenamiento. - Faila señaló al campo de batalla en el cual ahora los hermanos peleaban de una manera diferente a la de antes, ya parecía una pelea de niños de ver quien se jalaba las mejillas más que el otro. Gohan suspiró por aquello, no era la primera vez que un combate entre los hermanos terminaba con esas estupideces. Faila ríe levemente por como Gohan suspiró. - Te esperó en la cena. - Dijo la mujer y ella solo acarició la mejilla del chico.

El hijo de Son Goku solo observó como la mujer se marchaba volando de la zona y nuevamente dirigió la mirada a sus alumnos. Tenía que poner un orden ahora mismo.


De regreso al pasado.

Solo han transcurrido tres meses desde la visita de los viajeros del tiempo. Hasta ahora Zac solo ha estado entrenando con Vegeta.

Su primordial tarea era sacar al guerrero orgulloso de la casa de la peliazul, pero fue más su impresión de que el mismísimo príncipe del orgullo le haya dado una invitación al chico a entrenar.

Claro, más que ser una invitación fue una provocación por parte del hijo de Vegeta tercero como él mejor lo sabía hacer.

Y eso han estado haciendo; entrenar, entrenar, y entrenar. Hasta el cansancio, la realidad es que Zac ni sabía si le hizo un favor o lo empeoró, ya que, casi siempre la científica de Corporación Cápsula tenía que reparar las incontables naves dañadas por esos saiyajins.

El muchacho dio gracias al esfuerzo de la mujer para hacer que ellos se fortalecieran, aunque la realidad fue otra... para Bulma esto le conviene, debido a que, así podrá mejorar con las máquinas de gravedad sobre todo da más campo para poder aplicar la tecnología del brazalete y esos saiyajins eran los mejores candidatos para usar su maquinaría sin morir en el proceso.

Zac ni supo como tomarse eso.

Empezaba a creer que Bulma era muy malvada cuando se lo propone. Literalmente los estaba usando como conejillos de India.

Actualmente, los saiyajins estaban teniendo una batalla dentro de la nave nueva de la Corporación. Claro lejos de la casa de la peliazul para evitar los gritos furiosos de la mujer. Un gran choqué de golpes hace que la nave tiemble; las siluetas se separan y lo único en anunciarse en el lugar son sus jadeos. El saiyajin orgulloso, limpia su labio del cual había un hilo de sangre y le dirige una sonrisa al muchacho frente a él. Zac también le da una sonrisa. Quizás haya sentido molestias en ocasiones por el saiyajin, pero esta vez solo sentía emoción, entusiasmo de estar peleando contra aquel sujeto a un nivel razonable. No era un secreto de que el príncipe de la raza guerrera se estaba fortaleciendo.

-Me impresionas... uff que puedas seguirme... el ritmo. - Dijo Vegeta, la realidad es que el príncipe de la raza guerrera estaba sintiéndose orgulloso por el gran avance que ha tenido el muchacho estos últimos días, por esa razón lo escogió para entrenar era el mejor candidato para poder estar al margen de un saiyajin élite como él. Sin embargo, eso era algo que Vegeta se guardaría a sus adentros.

-¿Cuánto... más... fingiras soportar... uuff... la gravedad aumentada? - Comunicó el chico.

La realidad es que ambos estaban entre los 310 g. Vegeta al enterarse de que Goku estuvo entrenando en una gravedad aumentada, él quiso hacer el mismo entrenamiento. Sin embargo, el saiyajin iría más allá de lo que Son Goku entrenó, aumentando así hasta los número que se ven en pantalla. Quizás le beneficia el hecho de que Vegeta haya estado de planeta en planeta con gravedades diferentes, pero era un hecho que ese aumentó espontáneo hacía que forzará más su cuerpo. Se notaba a leguas que el orgulloso guerrero trataba de no sucubir en el peso que le ejerce la máquina.

-Tks, preocupate... mejor por ti... - Una vez dicho eso, Vegeta posó ambas manos hacía adelanté entrecerró sus dedos y seguido empezó a canalizar una esfera de energía. Le demostraré que no debe subestimarme. Pensó el hijo de Vegeta tercero.

Zac se impresionó al ver la técnica que estaba apunto de hacer, pero a su vez se asustó, ya que usar esa técnica a esa distancia era obvió que destruiría todo a su paso. No obstante, el chico llevado por la adrenalina del momento, canalizó dos esferas de energías en ambas manos, acto seguido las juntó. Vegeta sonrió de lado al ver que el muchacho cedería a seguir con la batalla.

Tengo que tener cuidado de no usar tanta energía en este ataque. Podríamos destruir la tierra. Aunque dudo que Vegeta se ponga a pensar en eso... Meditó el muchacho.

Estaban apunto de cometer la locura más grande. Era obvio que él que ganara posiblemente destruya la tierra por solo lanzar un tonto ataque, solo por que querían comprobar sus fuerzas...

Vaya que estos saiyajins no miden las consecuencias...

Cuando las cargas de sus ataques estuvieron listas ambos hombres gritaron al unísono para lanzar los ataques, de la cual ambas energías chocan entre sí en un frenesí por quién hará retroceder a quien. El príncipe de la raza guerrera aprieta su mandíbula como si esta le fuera a dar fuerza alguna para que su ataque avanzará, pero nada sucedía.

De hecho, ninguna energía ha retrocedido.

De pronto aquella nave empezó a agrietarse y a temblar aún más, el crujir de los materiales se escuchó en toda la sala. Debido a eso ambos desvanecen sus ataques y se extrañan por la luz roja que se posó sobre ellos. En cuestión de segundos el número que marcaba el aumentó de gravedad, se disparó al cielo, haciendo que pegaran sus bocas al suelo metálico.

Los saiyajins indagaron el porqué pasó aquello y uno de ellos llegó a la conclusión de que quizás no fue buena idea usar aquellos grandes ataques en esa nave. Lo más seguro es que algo se averió y provocó el descontrol de las cifras.

El contador seguía subiendo. Zac da un intento por acercarse al monitor de la nave, pero la gravedad lo seguía presionando contra el suelo hasta su cuerpo se estaba haciendo uno con el suelo metálico, en cualquier momento atravesaría este. Mientras que Vegeta trataba de hacer lo mismo, pero ya hartó de no poder moverse, de manera improvisada canalizó una esfera de energía y la lanzó a la máquina de gravedad.

El monitor estalla, y los envía contra la pared de la nave. Ambos chillan de dolor por sus músculos y órganos presionados. Lo bueno de eso es que podía respirar mejor que antes, estar en ese estado casi los dejó sin aire. Es un mérito que hayan resistido a tanto.

-Ussp... nunca pensé ... que esa cosa se descontrolara. - Dijo Zac mientras se sostenía el estómago sentía que en cualquier momento vomitaria el desayuno, pero se resistía a no hacerlo, su orgullo le decía: que estaba prohibido desplomarse delante de aquel hombre, sentía que se burlaría de él.

Y al parecer Vegeta pensaba lo mismo. - ¡¿Qué... esperas sigamos?! - Exigió. Zac sólo le dio una cara preocupada. No había que ser un genio para ver el estado deplorable en que quedó el saiyajin orgulloso. Quizás era mejor dejar el combate de lado, pero tampoco se lo diría. Asimismo, Vegeta se posicionó para continuar con la pelea de antes y Zac hizo lo mismo.

Se ve claramente que la gravedad le afectó más que a mí... Siento náuseas y mi vista está borrosa... Imaginó que él debe estar peor. Y no estaba alejado de la realidad, ya que el hijo de Vegeta tercero respiraba con algo de dificultad, su vista se nublaba y más agregar que sudaba frío. Su mente quería seguir la pelea, pero su cuerpo le exigía un desplome.

-¡Vamos que esperas! - Reclamó, el muchacho dudó en hacer algo, pero las provocaciones de aquel hombre se hicieron presentes. Zac quiso ignorarlo, pero al final de cuentas terminó cediendo.

Vegeta sonrió de lado, ya que últimamente el mocoso era más sensible con los insultos. Sin embargo, Zac detiene sus pasos al ver cómo las pupilas del saiyajin se desvanecen y cae directo hacía él.

El muchacho lo sujeto he hizo que este se acostara al suelo. Menos mal que se desmayó. No creo que hubiese aguantado si él seguía insistiendo en la pelea. Pensó el saiyajin reencarnado sentándose en el suelo metálico y con la energía que tenía se aplicó sanación.

Zac dio un suspiró de alivió al sentir como sus órganos oprimidos eran libres. Luego le dio una mirada a Vegeta, le aplicó el sanar, no estuvo tanto tiempo como lo hizo consigo mismo: primero, su energía no era mucha como para darse el lujo de sanarlo por completo. Segundo, estaba el hecho de que quizás Vegeta iba a querer continuar con la pelea. Así que, era mejor dejarlo como está. Quizás dejar que aquel sujeto muriera por su estupidez no era mala idea, eso pasó por la cabeza del chico, pero no era tan malo como para provocar la muerte de alguien...

Sin embargo... Ahora el muchacho tenía que hacer una larga caminata con el saiyajin montado en su lomo, debido a su desgaste de ki. Suspiró por aquello, no tuvo más opciones que retirarse y guardar la nave o lo que quedó de esta en su cápsula. Lo más seguro es que la peliazul lo asesinaría por dañar su mejor versión de la máquina de gravedad. Aunque su "versión mejorada", casi culminaba con la vida de ambos.

Cuando finalmente Zac llegó a la casa de la peliazul no pudo evitar ser visto de manera extraña por los lugareños. ¡Claro que era extraño! Un hombre cargando a otro en su espalda sobre todo que ambos tenían sus vestimentas destrozadas que hacía ver sus pechos, más agregar a algunos moretones y raspones que seguían presentes en su cuerpo.

El chico decide tocar el timbre de la casa ya quería quitarse encima la vista de las personas ajenas y las preguntas que le daban: ¿Estás bien? ¿Llamó a un médico? ¿Por qué estás semidesnudo? ¿Qué le pasó? ¿Habrá bebido mucho? Ya tenía un tic nervioso en su ceja por lo metiche que podían llegar a ser las personas, pero no podía juzgarlos más bien agradecia de que se preocupen.

-Hola, ¿En qué lo podemos ayudar? - Preguntó por el intercomunicador una de las empleadas de la Corporación.

-Eh... ¿Podría abrir la puerta? Como verás... - No culminó su frase porque sintió una leve presión en su estomago y solo procedió a bajar al saiyajin de su lomo y llevarse la mano a su estómago.

-¿Señor? ¿Está usted bien? - Preguntó la mujer al otro lado.

-¡ESO NO IMPORTA, SOLO ABRE LA MALDITA PUERTA! - Aulló ya hartó de ser tan cortés con la dama detrás del intercomunicador. Lo más seguro es que era una nueva chica, porque los empleados estaban al tanto de la presencia de estos, y tal vez esa chica no lo sabía.

-Disculpe, señor, pero no puedo abrirle la puerta a personas desconocidas. - Zac apretó sus dientes mientras trataba de soportar su dolor, era como si sus órganos ardieran por dentro.

-Maldita sea... - Murmuró. Por eso es que prefiero ir por la parte trasera, pero me tomaría más tiempo hacerlo a pie... Pensó Zac.

De pronto la voz se dejó de oír y un leve regaño a la chica se hizo presente. - ¿Acaso no sabes que son invitados de la señorita Bulma? - Sonó como si hubiese apartado a la chica. - ¡Ya irán a recogerlos solo aguanten! - Exclamó la mujer.

El mareo volvió y el saiyajin reencarnado se desplomó por completo al suelo, lo último en tener en su visión era ver cómo algunos empleados salían a su ayuda y sus parpados solo se cerraron para caer en los brazos de Morfeo.


Murmurllos... leves palabras que anunciaban que estaría bien y sollozos leves... solo eso escuchaba. ¿Cuánto tiempo he estado durmiendo? Siento un suave toque sobre mis cabellos y él como mis vendas son cambiadas. Abrí levemente mis ojos y solo noté una mirada preocupada como también aquellos ojos azulados como el mar brotar algunas lágrimas mientras sanaba mis heridas. Volví a sumcubir por el sueño...

De pronto abro de golpe los ojos y doy un leve brincó en la cama, pero mala idea, eso provocó un dolor en mi pecho. - Ay, ay. - Chilló de dolor. Pero luego dirigí la vista a mis vendajes parecía una momia y tenía algunas que otras venditas en mi rostro. Me levanté de la cama y aún sentía mi cuerpo desplomarse, pero evitó que eso pase. - Tengo sed... - Mi garganta estaba tan seca que sería capaz de tragarme el agua de un lago enteró.

Caminé hasta la puerta de la habitación, la abrí levemente y me aseguré de que nadie viera que saliera, así que, cerré la puerta suavemente. Titubeó y sólo me sostuve de la pared. Soy tan terco que sí o sí quiero buscar mi vaso de agua por mi mismo.

Unos metros más y la cocina estará a mi alcance. Sin embargo, detengo mi caminata al notar una habitación levemente abierta, escucho murmullos y debido a la curiosidad me aproximó.

Heche un vistazo y era aquella mujer de cabellos azules de la cual estaba sentada sobre una silla al lado de la cama del saiyajin orgulloso y le daba la espalda a la puerta de la habitación.

Bulma acarició la mejilla de aquel hombre con extrema delicadeza, apreté tanto mis puños como dientes. Seguido la peliazul acercó su rostro al de este y yo solo desvié la mirada, no tenía que seguir viendo, ya sabía lo que estaba por venir...

Mis pupilas temblaron y sentí un gran dolor en mi pecho y no era por mi herida...

Así que, solo dejé aquellos dos atrás y me alejé de la habitación arrastrándome por la pared de la casa.

Solo concéntrate en seguir entrenando... sólo hazte fuerte...


Espero les haya gustado el capítulo de hoy. Nos vemos en otro capítulo más de esta historia.

(No hay preguntas por mi cabeza no me dio para formular).

Nos vemos en otro episodio...