Capítulo 9


Finalmente la fiesta de Navidad estaba sucediendo. Harry pensaba que Severus se había esforzado mucho en hacer realidad esto. La casa que era bastante elegante normalmente ahora parecía haber sido invadida por el espíritu navideño de todo a todo.

Harry sabía que todas estas decoraciones recargadas eran por él, ya que le había comentado a Severus que uno de sus sueños para su casa era poder decorar para las fiestas pero con muchas cosas en vez de esas decoraciones "elegantes y estéticas". Para Harry, el chiste de las fiestas es que todo fuera a lo grande.

Severus le confeso que él nunca había decorado nada pero si era un invitado consuetudinario a la casa de su mejor amigo y esposo, y que su familia prefería precisamente ese estilo. Severus le dijo a Harry que en su casa siempre dejaría que él decorara a su entero gusto. Que Severus le dejara esa tarea era, en su opinión, un indicador alto de confianza aunque algunos pudieran interpretarlo como desidia.

Harry lo sabía mejor. Severus fue pobre al menos la mitad de su vida, ahora tenía dinero, estatus y respeto por derecho propio pero esa parte de él que seguía siendo un niño pobre y abusado siempre viviría con él. una casa llena de adornos, aunque muchos lo considerarían vulgar y de mal gusto, para Severus eran indicativos de una familia que gustaba de ver cosas agradables, porque ese es el ejemplo que recibió de la única familia funcional que conoció y eran los Black-Greyback.

Esta decoración no era solo para Harry sino para la primera ocasión en que los amigos más cercanos de Severus, conocerían a su prometido. Además, Severus y Harry habían hablado de dar a conocer su compromiso durante esta fiesta, de forma que si los Potter se ponían "en malos términos", habría suficiente gente para evitar que hicieran algo muy estúpido.

Esto último fue idea de Harry, ya que Severus quería ir a casa de los Potter a formalmente pedir la mano de Harry. Afortunadamente Harry lo disuadió de hacer algo tan suicida como eso.

Estos días en casa, solo refrendaron la decisión de Harry de mudarse a Estados Unidos con Severus. Sus padres fingían muy bien que todo estaba bien pero él los conocía demasiado bien y sabía que su padre estaba haciendo algo estúpido, su mamá no lo aprobaba y estaba tratando de contener las terribles decisiones de su marido.

Sus padres siempre le habían parecido el epitome de la pareja perfecta pero conforme más avanzaba su relación con Severus y más aprendía sobre el sesgo contra los Omegas, más veía las grietas en esa perfecta fachada de "felices para siempre".

Aun así, con todo ese estrés en casa, Harry estaba feliz de estar en la casa de su prometido, con un hermoso árbol, adornado con tantos adornos que apenas se veía el verde de las hojas y una casa llena de decoraciones navideñas que recordaban a una decoración de centro comercial.

Ya habían llegado los Weasley (excepto Ron), Colín el novio de Ginny (uno de los Omegas a los que Harry consultó en sus primeros días luego de su revelación), Remus y los gemelos quienes veían con pasión en los ojos a otro par de gemelos que saludaban alegremente a todo mundo. También estaban por ahí los Malfoy y el novio de Draco, quién para sorpresa de Harry era Cedric Diggory, nunca se le hubiera ocurrido esa combinación en la escuela pero parecían funcionar. Por ahí estaban también los profesores Albus, Minerva, Sinistra y Poppy, Hermione y Viktor quienes trajeron un regalo conjunto para la pareja.

Incluso Petunia estaba ahí, algo incomoda pero cordial con estas personas que sentían una curiosidad natural por ella y le hicieron preguntas pero todas con amabilidad, de forma que ella no se sintió ofendida o como una especie de animal de feria. A cambio, ella hizo preguntas sobre la magia y estas personas estaban encantadas de contestarle, incluso tomando algunas teorías de Petunia como potencial de investigación. Iris estaba particularmente curiosa sobre Petunia, quizás por lo que había dicho Harry sobre ella.

Solo faltaban sus padres, su padrino y los amigos de Severus. Una alarma anunció una nueva llegada por traslador y en la sala Apareció una familia de 6 personas y un elfo domestico vestido para la ocasión.

Harry pensó que Fenrir Greyback era el hombre más alto que había visto en su vida. Media al menos una cabeza más que Severus y su esposo, Regulus Black, era una cabeza más bajo que Severus, así que la disparidad de alturas era muy marcada en el matrimonio. Si recordaba bien lo que le dijo Severus, los otros 4 eran Selene, Elena, Elián y Lovel, en ese orden, ya que cada niño tenía alturas diferentes y edades muy diferentes. Selene tenía unos 15 años, Elena tenía 13, Elián estaba alrededor de los 10, mientras Lovel era el más joven con solo 9 años. El elfo se veía muy cómodo con esta familia y Harry sabía por qué. Regulus parecía ser una persona interesante de conocer.

En un extraño giro de los acontecimientos, Fenrir Greyback presentó un obsequio a Remus y sus gemelos. Remus lo tomó con cautela pero soltó un gemido cuando abrió la caja. Dentro de la caja había un par de colgantes gemelos y uno diferente de todos. Cuando Harry se acercó a su prometido, este le dijo que eran como medallas de honor en la cultura licántropa y que simbolizaban a un líder y sus lugartenientes, es decir, estaba "liberando" a Remus Lupin y sus hijos de su manada. Como Fenrir fue el lobo que lo mordió, solo él podía "liberarlo" de la manada.

Al darles estas "medallas", básicamente estaba cortando lazos con Remus de forma que él (y su sangre) ahora no tenía que obedecer ninguna orden de Fenrir. Era la forma de Fenrir de decir que ahora estaban en igualdad de condición. Harry pensó que era un buen gesto de reconciliación, ya que no podía devolverle su vida de mago 100% a Remus, pero no estar sujeto al lobo que lo convirtió, era una buena disculpa.

Severus le dijo a Harry que de hecho, Fenrir había enviado estas mismas medallas a todos aquellos magos y brujas que mordió, como una señal de que había cambiado y como un seguro para aquellos magos que sufrieron por su causa (eso y uno fue enviado al encargado de la manada para que se convirtiera en el líder). Harry entendió todo. Si Fenrir hubiera tenido tanto poder como Voldemort en la sociedad mágica, hubiera sido considerado el Rey Licántropo. Regulus era tanto su fuerza como su talón de Aquiles y el Ministerio no hubiera dudado en usarlo para encadenar a Fenrir y convertirlo a él y su manada en perros de ataque.

La huida de Regulus y Fenrir tenía todo el sentido cuando pensabas en que Walburga hubiera usado alguna oscura ley familiar para encadenar a Regulus a la familia y con ello, el Ministerio simplemente habría llegado a un acuerdo con la familia Black y Fenrir no hubiera podido negarse a obedecer al ministerio. Lo peor sería que cada hijo que tuvieran, sería sometido a este trato.

Ahora que eran ciudadanos estadounidenses y Fenrir estaba rompiendo lazos con los lobos de su manada, la gran manada que Fenrir había liderado hace años, se había fragmentado en varias pequeñas manadas, cada una con un líder, lo que complicaba cualquier plan que pudiera tener el ministerio para hacerse del control de los licántropos del Reino Unido.

Era tanto un gesto de reconciliación como una protección extra para su familia.

Harry estaba ahora sí, siendo presentado a Regulus y Fenrir quienes lo atrajeron en un abrazo. El abrazo de Regulus fue cálido mientras el de Fenrir era más parecido a ser abrazado por un oso polar. Aun así, nada lo preparo para ser tacleado por cuatro lobos, dos adolescentes, uno en la pubertad y otro aun un niño. Los 4 hijos del matrimonio (y ahijados de Severus), básicamente habían enterrado a Harry debajo de ellos.

Mientras Harry se recomponía del "ataque" de los pequeños lobos, una última alarma sonó y los últimos invitados llegaron. James Potter y Sirius Black se veían enfermos pero pusieron una cara estoica y saludaron a todos, quizás con algo de frialdad al anfitrión y a la familia Black-Greyback, pero nada más. Lily Potter estaba lívida al ver a su hermana. Esperaba que Severus hubiera invitado a Regulus pero nunca pensó que estaría en buenos términos con Petunia.

Lily se preguntaba si Harry ya había hablado con ella o si la presencia de Petunia era su forma de castigo dado por Severus, por aquella vez que se negó a perdonarlo. Como era una fiesta informal, Severus había repartido bandejas de bocadillos y bebidas por todo el lugar en vez de preparar una cena formal y había bastante comida para todo el mundo.

La fiesta estaba siendo un éxito a pesar de las caras algo amargas de los últimos invitados y contra todo pronóstico (al menos de Sirius), Remus y Fenrir estaban platicando cordialmente. Leo y Aquarius estaban intercambiando historias con sus primos e incluso Petunia estaba platicando cómodamente con Iris, decidiendo que le gustaba su sobrina. Los Weasley encontraron bastante refrescante conocer otra familia numerosa aunque no tuvieran sus mismos números y Hermione junto con Krum estaban yendo y viniendo entre los grupos.

Los Potter padres y Sirius estaban en un rincón, pensando que no les agradaba esta fiesta y las decoraciones eran horribles y baratas, pero luego veían a Harry disfrutando del lugar, elogiando las decoraciones y diciendo que en casa jamás podía decorar así y luego comentando, como si nada, que cuando él y Severus se casaran, seguro iba a decorar igual su casa.

Ante lo dicho por Harry, Severus solo rió y aceptó que Harry sería quién decidiría las decoraciones, ya que él era tan malo con eso, que solo pondría una corona en la puerta o pondría aún más adornos que Harry. Harry respondió eso con un beso en la mejilla y fue cuando Ginny notó el anillo de compromiso y lanzó un chillido de felicidad.

Decidiendo que este era un momento tan bueno como cualquier otro, Severus hizo sonar su copa con una cuchara y las voces callaron mientras la música ambiental era silenciada.

—Su atención, por favor—Severus espero a que todo estuviera en silencio—Gracias. Esta fiesta no es solo para celebrar las fiestas, sino también una ocasión en que tanto Harry como yo, queríamos estuvieran nuestros más cercanos amigos. Como todos ustedes saben, Harry y yo estamos juntos, el destino nos reunió—Todos rieron, incluso Petunia que fue puesta al día por una Iris muy comunicativa—Entonces, es con placer que anunciamos…—Severus le cedió la palabra a Harry.

—Decidimos anunciar nuestro compromiso—Harry entonces dejó que vieran el anillo de compromiso—¡Nos vamos a casar! —.

Hermione gritó, Ginny gritó, Iris y Petunia gritaron e incluso Molly gritó. Selene y Elena gritaron y saltaron encima de Severus diciéndole que estaban feliz por él. Los hombres aplaudieron y los únicos que estaban en shock eran los Potters padres y Sirius.

Ya no podían esperar a Navidad en el caso de James y Sirius, y Lily necesitaba hablar con Severus, ya que en el fondo, Lily necesitaba una respuesta a una duda que le estaba carcomiendo el cerebro.


James dijo que no se sentía bien y Sirius insistió en acompañar a su "hermano" a casa. Lily dijo que quería hablar algo a solas con Petunia y observó a su esposo y mejor amigo, irse por flu. Severus ofreció el flu para cualquiera que quisiera y en la casa solo estaban Harry, Iris, Petunia y Severus. Los Weasley acababan de despedirse minutos antes y los Black-Greyback le dijeron a Severus que lo verían en Navidad.

Severus estaba limpiando la cocina mientras Harry e Iris platicaban con Petunia. Lily no entendía por qué sus hijos sonreían ante las bromas de Petunia. Ella siempre encontró a su hermana desagradable. Cierto que la amó mucho pero luego de Hogwarts, encontró a su hermana deficiente en muchos aspectos. Lily siempre quiso que su hermana la amara como cuando eran muy niñas, pero en cuanto Lily manifestó magia, Petunia cambio mucho con ella.

Su temor de que Petunia le dijera a sus hijos sobre que no fue al funeral de sus padres, era opacado por su necesidad de respuestas de Severus, así que entró en la cocina, y vio a Severus. el hombre ciertamente había cambiado para mejor. El adusto adolescente dio paso a un hombre con un magnífico cuerpo, su piel ya no era cetrina y sus rasgos que cuando tenía 17 eran desagradables, ahora eran los de un hombre fuerte y viril.

Lily suspiro, pensando nuevamente que lamentaba mucho ese maldito vinculo, porque Severus podría seguir siendo suyo si solo Harry no hubiera manifestado ser su Omega Destinado. O al menos, quería creer eso. Sus dudas radicaban en si Severus se conformó con Harry y seguía amándola o cuando sucedió el vínculo, ella ya estaba fuera de su corazón.

Severus sintió la presencia de su ahora suegra. Lily Potter, a pesar de la edad, seguía siendo una bruja muy hermosa, pero para Severus era como ver una hermosa rosa cubierta de espinas largas. Era una bruja que debía ser admirada pero no tocada. Hace tiempo que Severus había comprendido que Lily siempre sería esa pequeña luz de esperanza que le permitió sobrevivir la adolescencia en su mayor parte, pero que tampoco había sido una persona confiable.

—Señora Potter, pensé que se habría marchado con mi suegro—A Lily no le sentó bien que Severus le dijera esas palabras. De alguna forma, esperaba que siguiera siendo su Severus, el chico que la seguía a todas partes con estrellas en los ojos y haría cualquier cosa por ella. Lily sabía que era mezquino y despreciable esperar que una persona sufriera mal de amores así, pero no podía evitar querer retroceder en el tiempo y darle más esperanzas, perdonarlo y atarlo a ella, mientras seguía conservando a James como esposo.

—No, yo, quería hablar contigo de algo… —Severus se imaginaba que esto iba a suceder, incluso una vez habló de esto con su psicólogo cuando hablaron sobre un escenario donde Lily se arrepentía de no haberle perdonado. Severus pensó sobre eso y luego llegó a una sola conclusión.

—¿Y eso sería…? —.

—¿Me extrañas? —Los ojos de Lily, de un verde brillante, lo miraron con afecto como hace tantos años, pero Severus ya no era ese niño necesitado de afecto. Conoció una verdadera familia y amigos en Regulus, Fenrir y sus ahijados, conoció el verdadero amor en la forma de Harry y hace tiempo que había hecho las paces con sus demonios. No, solo había una respuesta que darle a su suegra.

—No, la verdad es que no—.

Para Lily, esto fue como un golpe directo a la yugular. Todas sus esperanzas de que aún hubiera una chispa de ese amor, se fueron por el drenaje—¿Importe tan poco para ti? —.

Severus dejó el trapo con que estaba limpiando la encimera y se acercó a Lily. Lily pudo apreciar con más detalle lo bien formado que estaba el cuerpo del hombre que rechazo hace tanto tiempo y se arrepintió aún más de su decisión.

—Eras mi mundo…—Lily miró con esperanza—Pero tú misma hiciste ese mundo añicos—La mirada de Lily perdió todo su brillo—Te amé mucho y por mucho tiempo ese amor me daba tanto dolor como felicidad pero cuando te negaste a perdonarme por lo que fue solo un exabrupto adolescente, me di cuenta de que tú nunca corresponderías mi amor con la misma intensidad. Luego de la guerra me fui y tuve tiempo de pensar, de trabajar en mí mismo y el amor que sentía por ti se desvaneció en el fondo, como una postal de otros tiempos, que me daba una sonrisa, pero nada más—.

—Éramos los mejores amigos…—Ahora Lily Potter tenía lagrimas contenidas en sus ojos.

Severus se pasó la mano por el cabello y Lily notó que eso lo hacía verse aún más sensual—Lily, no sé qué respuesta esperas. Fuiste la persona que más ame durante años y sé que lo sabías. Si, era tu mejor amigo y deseaba tu felicidad. Incluso, a pesar de que James y yo nos odiábamos, podía ver que eras feliz a su lado y eso me bastaba. Pero me pregunto, ¿Tu hubieras estado igual de feliz de verme con alguien más? —.

Lily levantó la cabeza, porque esa idea jamás atravesó su mente. Cuando estaban en Hogwarts, ciertamente no sabía que Severus tuviera algún novio o novia y cuando volvió a Inglaterra, jamás le cruzó por la cabeza que él incluso podría estar casado.

—No lo sé. Creo… que jamás pensé en ti con alguien más—.

Severus suspiro porque al parecer, su psicólogo tenía razón. Lily Potter era bastante narcisista y solo pensaba en ella y sus necesidades. Afortunadamente, crio a sus hijos en otra dirección.

—¿Acaso pensaste que jamás me enamoraría de otra persona? Lily, eso es tan mezquino de pensar—Lily sintió como si le hubieran abofeteado—Antes de que Harry y yo nos vinculáramos, ya había tenido otras parejas. Si bien no fueron relaciones de vivir juntos, si tuve algunas que eran relaciones de compromiso mutuo. Harry lo sabe, incluso yo sé sobre sus parejas anteriores…—.

—¿Cómo pudiste preguntarle algo así? —Lily no sabía si eso era algo bueno o malo.

—¿De qué otra forma seríamos sinceros uno con el otro? No pregunte detalles sobre sus relaciones, solo queríamos saber, ambos, con que estábamos lidiando. No fuera a ser que nuestro vinculo hubiera destrozado una relación en alguno de los dos—.

—Pensé que Harry aun no tenía…—.

—Y no lo tuvo, hasta mí. El vínculo nos empujó a ambos, tal como describen los libros y los mitos, pero ahora estamos en una relación de mutuo acuerdo… con SEXO y ambos estamos seguros de que queremos estar juntos, independientemente de cómo fue que nos juntamos. Creo… no… sé que estoy enamorado de Harry y espero que él lo este de mí. Así que por ese lado, no tienes nada que temer Lily—.

—Y yo creo que también estoy enamorado de ti—Harry había llegado a "salvar" a su prometido de su suegra, pero alcanzó a escuchar su declaración de amor—Mamá ¿Qué haces aquí? Pensé que te habrías ido con papá—.

—Yo… ya me iba. Solo quería preguntarle algunas cosas a… tu prometido. Felicidades a ambos—Lily sonrío dulcemente pero la sonrisa no llegó a sus ojos. Harry notó esto pero no dijo nada. Más o menos imaginaba que había pasado, pero era evidente que las respuestas que obtuvo, no eran las que buscaba.

Lily Potter salió de la cocina y fue hasta el flu. Petunia estaba sentada en la sala y bebía con alegría un poco de Giggle Water. Lily la había probado una vez y le pareció muy similar a la champaña. Evidentemente, Petunia también le encontró gusto.

Lily estaba por ignorar a su hermana e irse por flu, pero Petunia le habló—¿Sabes que tus hijos saben que no fuiste al funeral de nuestros padres? La verdadera historia quiero decir—.

Lily resopló—¿Todavía odias la magia y a mí por añadidura, Petunia? —.

Petunia se rió—No, no. Nunca odie la magia… odiaba lo que Hogwarts te estaba haciendo—.

—¿Sigues con eso? Hogwarts no me cambió, no me hizo una snob sangrepura, ni tengo prejuicios contra los muggles—.

—Si, los tienes—Petunia dejó su vaso en la mesita de la sala—¿Sabes cómo lo sé? Por nuestros padres. Cuando murieron los padres de tu esposo, incluso con nuestra "disputa", Vernon y yo te ofrecimos asistir al funeral, ¿Y cuál fue tu respuesta? Que como no teníamos magia, no podríamos siquiera llegar al lugar—.

Lily recordaba eso, y pensó que en ese momento estaba protegiendo a su hermana, pero cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que nadie hubiera podido atacar a su hermana y su cuñado, ya que todos los asistentes al funeral eran amigos. Incluso Peter no hubiera intentado llegar a Petunia si desconociera como se llamaba con su nombre de casada.

—Era para protegerte…—.

Petunia resopló—Esas son tonterías y tú lo sabes. No sé qué te poseyó para creer que eras superior a nuestros padres y a mí. No le tenía miedo a tu magia, temía lo que ella podría hacerte. Afortunadamente no te lastimó, pero si te cambio. Eras una chica tan amable y linda, todos en nuestro barrio te amaban, todos en la escuela te amaban. ¿Y que eres ahora? Una perra snob que cree que el dinero, la magia o lo que sea que te haga "especial" es más importante que la sangre—.

—¿Por eso le hablaste a mis hijos sobre mi error? ¿Para ponerlos en mi contra? —.

—No, Harry ya lo sabía, Iris solo me pregunto los detalles que desconocía. Aparentemente, tus hijos tienen una relación mucho mejor que la que tuvimos nosotros. Ellos confían el uno en el otro, porque saben que sus padres no serán eternos. Ellos ya sospechan que la adultez es un camino espinoso y solo se tendrán el uno al otro la mayor parte del tiempo—.

—Eso es porque yo los críe—.

Petunia rió a carcajadas. Tardo un poco en controlarse, pero lo logró—Como me lo imagine. Tus hijos salieron bien criados y tooodooo es por tu causa. No dudo que les dieras buenos valores, pero mucho de su personalidad es por ellos mismos, nada que puedas adjudicarte. Tú y tu esposo siguen siendo niños grandes, que harán berrinches cuando algo no sale como esperan. Harry ya me explicó cómo han actuado ustedes como padres y debo decir que no me sorprende, en lo absoluto—.

Lily estaba roja del coraje, pero evitó contestarle a Petunia. Solo tomó el polvo flu y se fue de ahí. Petunia estaba cansada de hablar con su hermana. Y a la vez, se sentía más ligera. Había más cosas que quería decirle a su hermana pero con lo que dijo bastó. Lily había sido su pequeña hermanita, la chica dulce que ella quería proteger más que nada.

La magia la asustó porque no sabía cómo podía afectar a su hermana, no porque odiara que fuera especial. Hogwarts la daño en muchas formas pero nadie se dio cuenta y esa niña dulce y amable desapareció en medio de magos que se creían superiores a cualquier espécimen de la raza humana.

Afortunadamente, sus sobrinos parecían tener una buena cabeza sobre sus hombros y cuestionaban las acciones de sus padres y el mundo en general. Tenían el valor de no cegarse por el "así es como son las cosas" y cuestionarse "¿Por qué deben serlo?". Eso no podía ser educación de Lily o de Potter. Eso provenía de ellos mismos.

Iris ciertamente prometió ir a visitarla y Harry ya la había invitado a pasar Navidad que él y Severus. El plan era cenar juntos y Petunia aceptó la invitación. Con un corazón complicado pero más ligero, Petunia activo el traslador de regresó a su casa.


Iris y Harry regresaron a casa alrededor de la medianoche. Iris entró en su habitación, pensando que su tía ciertamente era algo peculiar, pero nada para mantenerlos alejada de ellos. Empezaba a entender por qué su madre no la quería cerca de ellos y no era tanto por su error con sus padres, sino porque la presencia de su tía le recordaba fuertemente todos esos errores de juventud y su madre tenía esta idea sobre sí misma siendo una persona virtuosa.

En cuanto a Harry, este entró en su habitación y sintió dos presencias. Si no fuera por el escudo que lanzó a tiempo, un par de hechizos le hubieran golpeado. Sin perder tiempo, Harry lanzó hechizos aturdidores y de atadura a sus atacantes. Pero cuando prendió las luces, quería vomitar.

Iris y su madre entraron corriendo, varitas en mano, a la habitación de Harry y ambas contuvieron un gemido. Atados y aturdidos, en el piso, estaban James Potter y Sirius Black mientras un vial con algún tipo de poción, se había roto y olía a algo como cadáver.

Harry convoco un vial y tomo algo de aquella poción con mucho cuidado. Acto seguido, convoco todas sus cosas y caminó con un rostro pétreo hasta el flu—Escribiré una lechuza cuando este a salvo, Iris—.

—Hijo, no te vayas. Estoy segura de que tu padre y padrino pueden explicar que es esa… poción—.

Harry rió con sarcasmo—Se que pueden explicarlo, pero no les voy a creer. Han estado actuando raro, demasiado y ninguno intento ponerse en contacto conmigo desde lo de mi revelación de género—Harry sollozó un poco pero contuvo sus lágrimas—Siempre pensé que ustedes eran los padres perfectos, que no tenían prejuicios o estereotipos, pero parece que no es así. Por su historia, pensé que solo papá y Sirius estarían en contra de mi vinculo… pero es evidente que tú tampoco quieres esto—Harry recordó el rostro de su madre cuando Severus le dijo inequívocamente que Harry era a quien amaba—Yo… me voy. Necesito espacio—.

—¡Hijo! —Sin embargo, el gritó de Lily Potter cayó en el vacío, ya que Harry gritó la dirección flu y desapareció rápidamente. No escucho a su madre llamándole, ni los sollozos de la misma que se había dado cuenta del gran error que había cometido.

Iris intentaba consolar a su madre, aunque por dentro sabía que su hermano tenía toda la razón. Sus padres hasta hace unos meses eran los "padres perfectos", no se asustaron con la orientación sexual de Harry, no parecían interesados en los géneros secundarios y siempre les dijeron que siguieran sus sueños, que ellos los apoyarían contra viento y marea. Ahora todo eso se había derrumbado.

Ella solo sabía que había más en todo esto. Que su hermano fuera un Omega lanzó alertas en su mundo y ella no entendía por qué. No fue sino hasta que ella y Harry hablaron sobre la posibilidad de que los dos grandes magos oscuros de su historia reciente hubiera sido Omegas, que podía vislumbrar el por qué había tantas cosas extrañas pasando alrededor de su hermano.

Tan solo antes de la revelación de su hermano, era considerado una estrella en ascenso, uno de los solteros mágicos más codiciados y la esperanza de la selección nacional de quidditch que estaban interesados en ficharlo. Una vez revelado como Omega, la oferta de jugar se retiró sin dar explicación, los artículos sobre Harry fueron primero viciosos y luego francamente humillantes, llamándole "triste omega" como si sus logros escolares fueran cualquier cosa y "casualmente" la explicación sobre que fue el collar de sus abuelos lo que reboto la maldición asesina, finalmente fue aceptada y no negada como sucedió al principio.

Si, todo parecía alineado a desestimar la valía de Harry, como si quisieran encajarlo en un molde de sumisión donde él debía entrar… por alguna extraña razón. La teoría de conspiración que descubrió su hermano, cobraba más fuerza y era mucho más creíble a cada paso, aquello de que había leyes para restringir a los de su género secundario.

Iris solo esperaba que su padre y Sirius tuvieran una excelente explicación de aquella poción desconocida, porque si era lo que ella sospechaba, Harry sencillamente cortaría lazos con ellos.


Harry estaba ahora en brazos de su prometido. Ambos estaban debajo de las sábanas, con unas cómodas pijamas y Harry había estado llorando mucho. Severus no sabía cómo mejorar a Harry, pero conocía el poder terapéutico de llorar, así que le permitió a su prometido derrumbarse en sus brazos. Harry aceptó el consuelo y lloró mucho.

Al día siguiente, luego de desayunar y hacerle a Harry unos chequeos sobre el bebé (todos salieron muy bien), Severus empezó sus pruebas sobre aquella poción. Una vez que tuvo algunos resultados preliminares, se alegró más que nunca que su prometido hubiera tenido cuidado en embazarla y nunca la hubiera tocado.

Luego de su explicación, Harry tenía ganas de ir y destruir alguna montaña o como mínimo, explotar algunos maniquíes de entrenamiento. Según las pruebas de Severus, era una especie de poción de cambio de género. Técnicamente podía convertir a Harry en otro género, ya fuera hombre, mujer… o Alpha.

Las ramificaciones de esta poción eran inconcebibles y particularmente volátiles. Podía solo cambiar el género primario o secundario, como podía eliminar el vínculo de Destinados, podría solo cambiar el género primario/secundario y mantener el vínculo, pero también podía hacer que Harry abortara al bebé, lo que era una lata de gusanos completamente diferente.

Lo que fuera que habían planeado ese par de tontos era riesgoso y muy estúpido. Si la poción funcionaba, no podían predecir como iba a afectar a Harry. Las fuentes no eran muy precisas en que sucedería si se eliminaba un vínculo de Destinados, pero se hablaba de locura y destrucción. Pero todas las fuentes coincidían en que los miembros de una pareja Destinada que eran desvinculados, jamás podrían volverse a vincular con nadie. Ni siquiera podrían concebir con un beta.

Por eso pensaba que estos dos individuos eran idiotas. Cierto que no era una literatura al alcance de todos, pero Severus pensaba que al menos hubieran consultado con Albus, quién tenía este conocimiento, o Remus, quién investigó mucho sobre estas parejas Destinadas, para comprender mejor su propio vinculo.

Eso quería decir que los dos idiotas no le dijeron nada a Lily o Remus. Incluso Lily, aunque supiera sobre la poción, habría evitado que se la dieran a Harry sin su consentimiento. Quizás estaría de acuerdo con ellos en cambiarle el género, pero no estaría de acuerdo en hacerlo contra la voluntad de su hijo.

Al final, ambos acordaron que era más seguro que Harry viviera con él por el resto de las vacaciones y pasara las vacaciones de Pascua con él también. Además, debían planear su boda y Harry estaba tentado a fijar la fecha para las vacaciones de Pascua.