Descargo de responsabilidad: NARUTO y sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen al mangaka Masashi Kishimoto. yo sólo utilicé a Naruto para hacer esas historias, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

000

"La vida es un misterio a ser vivido, no un problema a ser resuelto."_(Søren Kierkegaard)

La relación entre Karin y Sasuke había tomado un giro inesperado con la confrontación de Sakura, fortaleciéndose con fuerza, pero aún sin saber que etiqueta ponerle a su relación. Sin embargo, ambos sentían que el lazo que los unía se fortalecía más con cada obstáculo superado.

Esa noche, mientras regresaban a la aldea de aguas termales, Karin no podía dejar de pensar en lo ocurrido. La seguridad con la que Sasuke había defendido su relación le había dado una nueva esperanza, pero también sabía que Sakura no se rendiría fácilmente.

Al llegar a la posada, Sasuke sugirió que descansaran un poco antes de cenar. Entraron en la habitación de él y Karin se acercó a la ventana, observando el paisaje nocturno iluminado por la luz de la luna.

–¿Estás pensando en lo que pasó hoy?

Preguntó serio Sasuke, acercándose a ella. Karin asintió, volteando para mirarlo.

–Sí, no puedo evitar sentirme un poco preocupada por lo que pueda hacer Sakura. No quiero que nadie salga lastimado.

Sasuke tomó su mano, apretándola suavemente.

–No te preocupes por Sakura. Ella entenderá eventualmente. Lo importante es que nosotros sabemos lo que queremos y estamos juntos en esto.

Karin sonrió, sintiendo el consuelo en sus palabras. Se acercó más a él, apoyando su cabeza en su pecho. Sasuke la rodeó con sus brazos, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo.

–Gracias, Sasuke. No sé qué haría sin ti.

–Nunca tendrás que volver a averiguarlo.

Respondió tranquilizadoramente él, besando suavemente su cabello. Esto antes sería tan extraño para él, pero pasar esos días con ella lo hizo ver que la quería.

Aun no podía decir como la quería, o si lo que tenían era un noviazgo fijo. Pero estaban allí y eso era suficiente, con la compañía de Karin todo se sentía en paz y libre para dejar su pasado atrás.

Pero como siempre, todo lo que empezaba tenía que terminar. Y lastimosamente, Sasuke tenía que terminar sus vacaciones y regresar a la aldea para ayudar a Naruto en algunas cosas.

Así que debía dejar a Karin, no porque quisiera, sí no porque Sakura sé pondría pesada de nuevo y no quería que le pasara nada a Karin. Por lo que antes de que se diera cuenta de sus planes, soltó con seriedad a la pelirroja frente a él.

–Vamos, Karin, salgamos a cenar en el comedor principal del local. Te invito yo, dicen que hoy habrá Okonomiyaki en el menú.

–¿En serio? Que bien, vamos, es mi favorito.

Karin expresó alegre, corriendo afuera de la habitación con emoción. Sasuke la siguió desde atrás, una mueca que aparentaba ser una sonrisa tenue sé mostró en sus labios.

Sin duda le gustaba verla alegre, pero ahora también le gustaba verla bien. así que prefería irse de su lado para no lastimarla, pues desde que habían estado con Orochimaru ella ya había sufrido lo suficiente y no quería herirla más.

Y aunque sabía que ella podía cuidarse sola, no quería que se enfrentara a la irritante de Sakura. Menos Sabiendo que era muy especial para él, así como lo era para Naruto al ser ella su único familiar con vida.

Durante la cena, el ambiente estaba animado. La posada estaba llena de risas y conversaciones, y el olor del okonomiyaki recién hecho llenaba el aire.

Karin y Sasuke se sentaron en una mesa cerca de la ventana, disfrutando de la vista nocturna del pueblo iluminado por farolillos. Karin estaba entusiasmada, hablando sobre los planes que tenían y lo mucho que había disfrutado su tiempo juntos.

Sasuke, aunque más reservado, la escuchaba con atención, asintiendo de vez en cuando y sonriendo ligeramente.

Pero en el fondo, Sasuke no podía dejar de pensar en el momento en que tendría que despedirse. Sabía que su deber lo llamaba de vuelta a Konoha, y aunque deseaba quedarse con Karin, entendía que su responsabilidad como ninja y como amigo de Naruto era primordial.

Decidió que, por ahora, no diría nada sobre su partida. Quería que esta noche fuera especial para Karin, sin la sombra de la despedida.

Después de la cena, caminaron de regreso a su habitación bajo el cielo estrellado. Karin, sintiéndose más cerca de Sasuke que nunca, tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de él.

Sasuke la miró y, en ese momento, sintió una punzada de duda sobre su decisión de partir sin avisar. Pero rápidamente desechó ese pensamiento, convencido de que era lo mejor para ella.

Al llegar a la habitación, se sentaron juntos en el futón, disfrutando del silencio y la calma que los rodeaba. Sasuke, sin soltar la mano de Karin, decidió romper el silencio.

–Ya te ves agotada, Karin, deberías irte a dormir.

–Sí, Sasuke, lo sé. Pero no quiero irme aún a mi habitación, quiero estar a tu lado.

Soltó suavemente Karin, haciendo suspirar a Sasuke levemente. La miró con una mezcla de ternura y preocupación escondida. Sabía que cada momento que pasaba con ella se volvía más difícil de dejar atrás. Sin embargo, esa noche quería ofrecerle un recuerdo hermoso y libre de preocupaciones.

–Está bien, quédate aquí un rato más.

Dijo Sasuke finalmente, cediendo a sus propios deseos de no separarse de ella. Karin sonrió y se acomodó más cerca, apoyando su cabeza en su hombro.

La habitación estaba en silencio, con solo el leve sonido de sus respiraciones rompiendo la tranquilidad. Sasuke cerró los ojos por un momento, disfrutando de la cercanía y del calor que emanaba del cuerpo de Karin.

–Sasuke, ¿alguna vez pensaste en lo que harías si no tuvieras que regresar a Konoha?

Preguntó ella de repente, rompiendo el silencio. Sasuke abrió los ojos y miró al techo, reflexionando sobre la pregunta. Era una cuestión que él mismo había evitado enfrentar. ¿Qué haría si no tuviera las responsabilidades que lo ataban a su aldea?

–Supongo que...

Comenzó serio, buscando las palabras adecuadas.

–Supongo que trataría de encontrar un lugar donde pudiera vivir en paz, donde no tuviera que preocuparme por el pasado o por lo que se espera de mí.

Karin lo miró fijamente, sus ojos llenos de una mezcla de esperanza y tristeza.

–¿Y ese lugar... podría ser conmigo?

Preguntó con una voz temblorosa, temiendo la respuesta. Sasuke la miró y vio la vulnerabilidad en sus ojos. Sabía que no podía prometerle algo que no estaba seguro de poder cumplir, pero también sabía que sus sentimientos por ella eran reales.

–Karin, no sé qué deparará el futuro, pero sé que ahora, aquí y contigo, me siento en paz.

Respondió con sinceridad, apartándole de la cara un mechón de cabello pelirrojo.

–Si alguna vez encuentro ese lugar, espero que estés conmigo.

Karin sonrió, sintiendo una calidez en su corazón. Por ahora, esas palabras eran suficientes.

Por ahora, eso la mantendría en calma. Sabía que el camino con Sasuke no sería fácil, pero también sabía que valía la pena luchar por lo que sentían.

Se acurrucaron juntos en el futón, dejando que el silencio y la tranquilidad de la noche los envolviera. Sasuke acarició suavemente el cabello de Karin, sintiendo cómo su respiración se volvía más lenta y profunda a medida que se quedaba dormida.

La noche avanzaba y, aunque Sasuke sabía que la despedida estaba cerca, decidió disfrutar de ese momento, grabándolo en su memoria como un tesoro preciado. Por un instante, permitió que sus propios deseos y sentimientos florecieran, olvidando las responsabilidades y los deberes que lo esperaban al día siguiente.

Y así, bajo la luz de la luna y las estrellas, Sasuke y Karin encontraron un breve, pero precioso refugio en el abrazo del otro, conscientes de que, pase lo que pase, ese momento sería solo suyo.

A la mañana siguiente, Sasuke se levantó temprano para irse, se alistó, guardó sus cosas, besó por última vez la mejilla de Karin y sé fue de la habitación. Era probable que ella lo odiara por irse así, pero sabía que sí se despedía de ella, por alguna razón jamás querría irse de su lado.

Así que tomó fuerzas y sé fue, con un hueco en el corazón que le apareció en su pecho y que no le gustaba. pues desde que era pequeño creía que los sentimientos y los lazos te hacían débil, así como sé lo demostró él mismo cuando le costó tanto matar a Hitachi, cuando reacio a lo que decía jamás mató a Naruto e incluso perdonó a Sakura por todas sus tonterías.

Sin embargo, Naruto le hizo pensar diferente y ahora Karin le hacía lo mismo. Siempre un Uzumaki tenía que hacerlo sentir débil, siempre un Uzumaki tenía que meterse en su camino y hacerle recordar el Sasuke de 8 años, que quería aprobación de su padre, los mimos de su madre y la atención de su hermano mayor.

Mientras caminaba por las tranquilas calles del pueblo, Sasuke no podía evitar sentir un nudo en el estómago. El peso de su decisión lo abrumaba, pero sabía que debía seguir adelante. Al llegar a la entrada del pueblo, se detuvo por un momento y miró hacia atrás, hacia la posada donde Karin dormía plácidamente.

(Te extraño ya,)

Pensó derrotado, aunque no lo dijo en voz alta. Suspiró profundamente y se dio media vuelta, dispuesto a enfrentar su camino de regreso a Konoha.

A cada paso, el recuerdo de la noche anterior con Karin lo acompañaba, como un eco persistente en su mente. Karin despertó lentamente, sintiendo la calidez del lugar donde había dormido.

Extendió la mano hacia donde Sasuke había estado, solo para encontrar el espacio vacío y frío. Al abrir los ojos, se encontró sola en la habitación. Su corazón se hundió al darse cuenta de lo que eso significaba.

(Sasuke...)

Se levantó rápidamente y salió de la habitación, esperando encontrarlo en algún lugar de la posada, pero sabía en el fondo que él ya se había ido tan misterioso como él solo. Caminó por los pasillos, buscando desesperadamente alguna señal de su presencia, pero no encontró nada.

Finalmente, salió al jardín trasero, donde las primeras luces del amanecer comenzaban a iluminar el paisaje. Allí, sentada en el banco de piedra donde habían pasado tantas tardes juntos, dejó que las lágrimas fluyeran libremente.

Sabía que Sasuke tenía responsabilidades que cumplir, pero eso no hacía que la despedida no hecha fuera menos dolorosa. Mientras sollozaba, recordó las palabras de Sasuke la noche anterior.

(Si alguna vez encuentro ese lugar, espero que estés conmigo.)

Agarró esas palabras como un ancla, aferrándose a la esperanza de que, algún día, encontrarían ese lugar juntos.

Esperaba que así fuera y que sus palabras no fueran mentira, pues temía que todo aquello fuera una falsedad que le había creado como capricho para después dejarla e irse con la de pelo rosado. Sabía que Sasuke jamás sería tan cruel con ella como para hacer eso, pero también sabía que, si era por Konoha y sus amigos, él actuaría como se lo pidieran y sin protestar demasiado para compensar lo que hizo en el pasado.

El viaje de regreso a Konoha fue largo y silencioso para Sasuke, aunque la verdad no sé quejaba al estar acostumbrado a viajes largos. A medida que se acercaba a la aldea, su mente se llenaba de pensamientos sobre Karin y lo que había dejado atrás.

Sabía que su decisión había sido dolorosa, pero también sabía que era lo correcto. Al llegar a la entrada de Konoha, fue recibido por Naruto, quien lo esperaba con una sonrisa amplia y amistosa.

–Sasuke, bienvenido de vuelta. ¿Cómo te fue en tu viaje?

Sasuke asintió serio, respondiendo brevemente.

–Fue... necesario.

Naruto lo miró con curiosidad, notando la seriedad en su expresión. Bueno, su amigo siempre había estado amargado y frio desde que lo conoció, pero esta vez se notaba más profundamente.

–¿Ocurrió algo?

–Nada que no pueda manejar. Solo necesito tiempo para pensar.

Naruto por primera vez respetó su privacidad y no presionó más, comentándole con su jovialidad interminable de lo que había pasado con él.

–Entonces, hablando con Sai, Choji y Shikamaru, Sai me dijo que era muy poco romántico. Yo le pregunté para que quería ser romántico y Choji dijo que eso le gustaría a Hinata, me pareció absurdo y le pregunté a Shikamaru, pero él dijo que era un problemático, ¿Cómo ves?

–Bueno, no me sorprende, ellos tienen razón. Pero quien soy yo para decirlo, ni si quiera tengo novia y no perdería el tiempo con ello.

Había soltado Sasuke, aunque de paso sé había mordido la lengua, porque lo que pasó con Karin era lo más parecido a un noviazgo que tuvo. Pero no sé lo diría a Naruto, pues no veía necesidad de decirle todo lo que hizo en sus pequeñas y muy merecidas vacaciones.

Juntos, caminaron hacia el centro de la aldea, donde los esperaban las responsabilidades y tareas que los mantenían ocupados. Sasuke, aunque presente físicamente, tenía su mente dividida entre sus deberes y los recuerdos de la noche con Karin.

Mientras tanto, en la aldea de las aguas termales, Karin decidió quedarse un poco más, recuperándose de la partida de Sasuke.

Pasó sus días explorando el pueblo, disfrutando de los pequeños placeres que le ofrecía la vida allí. Pero cada noche, volvía al futón donde había dormido junto a Sasuke, sintiendo la presencia de su ausencia con cada respiración.

Con el tiempo, Karin encontró consuelo en la rutina del pueblo. Hizo amigos, se involucró en las actividades locales y descubrió una fuerza interior que no sabía que tenía. Aunque el dolor de la despedida aún persistía, aprendió a llevarlo con gracia y a encontrar alegría en las pequeñas cosas.

Pero siempre, en el fondo de su mente, la esperanza de reunirse con Sasuke algún día permanecía viva. Y así, con cada amanecer, se levantaba con la certeza de que su historia aún no había terminado.

Sé fue de una manera misteriosa, pero sabía que volvería a verlo, pues cuando ella se encontrara con Orochimaru y sus compañeros. Sasuke también estaría allí, pues al final jamás dejó a Orochimaru y a Kabuto como cuando quería hacerlo antes y tal vez así sabría por qué la abandonó.

.

.

.

/3 de junio de 2024/